Introducción. María Emilia Montes R *

Los nombres de las plantas, sus part~s y sus espacios de crecimiento. Aproximación etnolingüística a partir de datos de la lengua ticuna, Amazonia col

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Los nombres de las plantas, sus part~s y sus espacios de crecimiento. Aproximación etnolingüística a partir de datos de la lengua ticuna, Amazonia colombiana María Emilia Montes R *

Introducción La lengua ticuna es una lengua aislada hablada en la Amazonia colombiana, peruana y brasileña por el grupo indígena ticuna, que cuenta con una población aproximada de treinta mil personas. Desde los años sesenta hasta hoy se han publicado trabajos parciales de descripción lingüística sobre la fonología y la sintaxis de diferentes variedades dialectales. Organizaciones misioneras norteamericanas asentadas en el Perú diseñaron las primeras propuestas ortográficas y han producido abundante material de evangelización, así como algunos materiales de alfabetización. Desde finales de los años ochenta las organizaciones indígenas, entidades estatales e instituciones académicas de los tres países que tienen presencia ticuna, han comenzado a investigar y a producir materiales en lengua indígena o sobre la lengua, así como textos relativos a la historia y a la cultura de este pueblo. La etnografía y la biología han explorado la visión cultural de las plantas entre los ticunas y contamos con los valiosos datos de la monografía clásica de Nimuendaju (1952)1, el breve trabajo de Glenboski sobre Puerto Nariño (1983),

Profesora, Departamento de Lingüística, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Email: marmonte [email protected] Este autor anotó las relaciones que hay entre nombres propios clánicos y clanes con epónimos animales y vegetales, y explicó las motivaciones de estas relaciones horizontales, basadas en la observación integral del ecosistema

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primero en tratar este tema, los trabajos de ecología aplicada de Pinilla sobre Amacayacu (1995, 1997), los datos contenidos en la extensa y detallada monografía de Goulard (1997)2 y las publicaciones educativas de la Ogptb del BrasiP. Es de esperarse que el cúmulo de información botánica y etnográfica disponible empiece a ser sistematizada, y que en el futuro los datos lingüísticos relativos al tema sean algo más que una mera ilustración. Nos ocuparemos aquí de temas etnolingüísticos clásicos, que convocan la atención de varias disciplinas en la respuesta a interrogantes muy primarios: la ausencia de un término equivalente a "vegetal" frente a la presencia de términos que agrupan vegetales y ecosistemas; la transversalidad de la oposición cultivado/silvestre que se extiende a otros ámbitos de la experiencia; la omnipresencia del cuerpo vegetal que coincide en gran parte con otros cuerpos (humanos, animales, cósmicos) y que no podemos considerar como una simple metáfora; la potencia de ciertas nociones cuya ocurrencia típica está en el mundo vegetal pero que son en realidad un patrón de clasificación y ordenamiento abstracto aplicable a otros dominios (10 tubular y las cañas, lo filiforme y ciertas lianas, lo alargado y los bejucos); las evidentes y reiteradas relaciones entre términos que designan vegetales y animales y entre estos y algunos conceptos sociales y culturales. Desde un punto de vista morfosintáctico, el ticuna plantea a los especialistas algunas cuestiones de interés: se trata de una lengua en la que existen nombres cuyo referente está necesariamente relacionado con otro referente (nombres relativos o inalienables) para los cuales siempre se indica un poseedor, por ejemplo, el término para "chagra" (que siempre es de alguien, como la mayoría de los términos del cuerpo humano y la mayoría de los terminos de parentesco) aparece obligatoriamente con algún prefijo: naane, kuane, chauane singifican respectivamente "chagra de él", "tu chagra", "mi chagra". Algunos de estos nombres designan partes de los 'cuerpos' (vegetales, animales, humanos, de artefactos ... ). Dentro de estos nombre algunos se comportan como "nombres-concepto" pues no designan una entidad individualizable y concreta, sino que agrupan entidades y seres a partir de rasgos (físicos o funcionales) esenciales. Es el caso de "caña de ... ", que también designa la forma tubular rígida y vertical: dé:neménáa, (eruménáa, áménáa significan respectivamente "caña de azúcar" "varilla de hierro" y "que tiene forma de varilla, de tubo, forma tubular". Éste término puede servir además como rótulo clasificatorio de grupos de

2

3

La noción del cuerpo y el paralelismo (partes, funciones, procesos) entre el cuerpo vegetal, humano, animal y el cuerpo de la selva están excelentemente ilustradas por este autor en varios capítulos, con apoyo de abundante material léxico; igualmente las concepciones sobre los ecosistemas. En particular el libro sobre los árboles, en el que aparecen relatos sobre los dueños míticos, referencias a los mito y representaciones culturales. Cf. Gomes Gruber (1998).

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entidades. En ciertos contextos gramaticales es obligatorio indicar la forma del objeto del que se habla y en el discurso se puede retomar la referencia de este objeto usando sólo la mención de su forma. Esto ocurre de manera sistemática con muchas formas que hemos destacado en la encuesta sobre el mundo vegetal Unombres, nombres genéricos muy abstractos, paradigma gramatical de clasificadores?). El lingüista se pregunta dónde incluir algunos de estos elementos mn un inventario abierto con el vocabulario general, diferenciando entre nombres más concretos y otros más abstractos? (unos equiparables a "perro" y otros a "canino" por ejemplo) en el inventario cerrado de la gramática, junto con marcas como la del plural?

¿o

En términos de la discusión de los especialistas se pretende saber a) si estamos frente a un sistema de clases nominales muy gramaticalizado en el que las entidades pertenecen a clases morfológicas poco motivadas, b) si estamos frente a un sistema de términos de clase cuyo origen es léxico pero que tiene un gran poder de abstracción y de creación de nuevos términos o c) si se trata de un típico sistema de clasificadores nominales, también de origen léxico pero que sobrepasa al nombre al que pertenece y aparece en otras construcciones y tiene usos discursivos importantes como la anáfora y el señalamiento de la continuidad o discontinuidad de los referentes en un texto. La discusión gramatical estricta es compleja y sobrepasa las posibilidades de este artículo. Señalamos que la bibliografía reciente sobre el tema considera de especial interés teórico las lenguas amazónicas y sus sistemas de clasificación (sean géneros, clases o clasificadores, que a veces se sobreponen) en tanto "fenómeno areal complejo y omnipresente"4. Hemos obtenido los resultados presentados en este artículo en el marco de trabajos específicos de lexicografía, así como en el marco de la descripción gramatical y en el de la etnoeducación. En primera instancia, contamos con datos recopilados en el poblado de Amacayacu entre 1984 y 1993. Las encuestas sistemáticas se hicieron con Marcelino Ángel, Grimanesa Ruiz y Américo Moreno. En el marco del proyecto Base de Datos del Centro Colombiano de Estudios de Lenguas Amerindias, CCELN (1991-1998), se diseñó6 una encuesta léxica que recopiló datos de diferentes hablantes ticunas, que se verificó y se analizó detalladamente (1993) con Biriato Fernández E, del kilómetro. 6. vía Leticia-Tarapacá. Esta encuesta ha sido nues4

S 6

Para este tema, remítase al artículo de C. Grinevald (2000). Centro de investigación fundado en 1987 que agrupa profesionales que investigan lenguas amerindias y criollas de Colombia. La encuesta fue diseñada colectivamente por grupos de investigadores lingüistas que habían hecho descripciones gramaticales. Esta encuesta se ha aplicado a varias lenguas de Colombia. Resultados parciales sobre temas como el del léxico del cuerpo humano se han discutido en seminarios y han dado origen a publicaciones.

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tra principal herramienta en la compilación y sistematización inicial de los datos que se presentan aquí, obviamente complementados con observaciones sobre el uso de las formas lingüísticas y con datos que aparecen en algunos textos espontáneos o prediseñados. El trabajo realizado en el marco de este proyecto colectivo, asume como punto de partida la búsqueda de los lexemas con los que se designa una entidad o grupos de entidades en una lengua dada. Esta opción se justifica por el interés comparativo y por el carácter preliminar del conocimiento de las lenguas con las que se trabaja? Dentro del cuestionario de la Base de Datos, el capítulo Mundo vegetal está en el mismo nivel del Mundo físico y del Mundo animal dentro del tema 1, Conocimiento de la naturaleza. El tema 2 es el Mundo humano (cuerpo, lo síquico, la sociedad). El tema 3 es La acción del hombre sobre la naturaleza (sobre el mundo físico, sobre el mundo vegetal, sobre el mundo animal y sobre el mundo sobrenatural). Esta herramienta de tipo enciclopédico tiene en total alrededor de 5000 ítems. No se pretende reflejar categorizaciones culturales de los amerindios pues sólo una "primera redada", la puerta de entrada para pensar campos semánticos verosímiles. En el tema del Mundo vegetal se indaga por 193 ítems léxicos y se deja el espacio abierto para agregar denominaciones adicionales. Se parte de criterios cotidianos de agrupamiento y de nombres comunes8• En nuestro caso la encuesta básica alcanzó los 400 ítems. En este momento reexaminamos los datos del cuestionario, así como los de otros apartados donde reaparecen temas conexos con lo vegetal (que posiblemente no sea un campo como tal) para señalar algunas posibilidades (e imposibilidades) del análisis componencial dentro de este tema. Una fuente adicional es el trabajo que realizó un grupo de maestros ticunas en el marco de talleres de etnoeducación (1987-1993). Algunas sesiones de trabajo se dedicaron a temas relativos a los vegetales de la chagra ya la descripción física del entorno amazónico. Los resultados de esa exploración de grupo están sistematizados en una publicación en prensa (véase León, et al., 1997). La teoría del campo semántico tiene varias limitaciones ya que no todos los sectores del vocabulario de una lengua pueden estructurarse fácilmente como campo. El análisis componencial -una herramienta muy usual en estudios etnolingüísticos, cuyo ejemplo clásico es el análisis del vocabulario del parentescopresenta muchas afinidades con la teoría del campo, enfatiza en la determinación

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Para más detalles sobre aspectos metodológicos, consúltese Rojas (1998). Una parte del cuestionario (alrededor de 50 ítems) apunta a nombres de partes y posibles términos genéricos, así como a procesos relativos al ciclo de crecimiento y maduración. Las partes restantes preguntan de manera abierta los nombres de arbustos, tubérculos, enredaderas, hierbas, pastos, helechos, cañas, palmas y árboles, sugiriendo nombres de plantas que tienen amplia distribución y que se espera existan en muchas regiones.

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de los "componentes atómicos" y en la lexicalización o no de ciertos conjuntos de componentes atómicos. Puede extenderse a muchas otras áreas de la experiencia, pero hay interrogantes sobre la validez sicológica de este método así extendido, pues varios tipos de análisis son posibles para el mismo conjunto de datos (Lyons, 1989: 298); en ese sentido, las hipótesis aquí presentadas deben ser contrastadas con criter' os socio lingüísticos estrictos, observando sistemáticamente los usos y los contextos entre diferentes grupos de hablantes. El establecimiento de relaciones de hiponimia/hiperonimia en las denominaciones relativas a ciertas plantas cultivadas o silvestres da indicios de características semánticas del vocabulario de la lengua ticuna, que no parecen ser exclusivas de ésta y que son congruentes con afirmaciones resultantes de la descripción etnográfica. En cuanto a las relaciones de homonimia/polisemia, ¿hay realmente varios significados cubiertos por un mismo término? ¿Qué sucede cuando el mismo término cubre denominaciones para animales y vegetales (extensible a grupos humanos)? ms el término polisémico? En este punto las explicaciones míticas, los usos y estilos de habla y las representaciones culturales sobre la sociedad y la naturaleza se tornan vitales, pues el análisis formal no puede adentrarse más allá de la constatación del hecho. Todo apunta a la necesidad de formular temas transversales en la investigación sobre las representaciones culturales, pues hasta ahora las conexiones se hacen a posteriori. Retomamos someramente apartes de estudios en los que hallamos explicaciones sobre concepciones indígenas relativas a la oposición silvestre/cultivado, al significado de la chagra y del rastrojo, y a la analogía formal y funcional entre cuerpo humano y vegetal. Más adelante, nos referimos a estos temas desde el análisis de datos de la lengua ticuna; coincidimos en algunas interpretaciones y divergimos de otras. Tierras altas y tierras bajas: Descola (1986: 72-75) al caracterizar el territorio achuar, señala la dualidad fundamental entre dos biotopos amazónicos, hábitats ribereños de las llanuras aluviales y regiones del interfluvio. Estos biotopos -cuyas características han sido objeto de amplia discusión y sucesivos refinamientos entre especialistas de la Amazonia- se definen en función de sus características limnológicas, geomorfológicas, sin olvidar la fauna y flora específica de cada hábitat. Los achuar establecen un contraste entre las regiones de las cabeceras (l'amont ) y las de las bocanas9 o desembocaduras (l'aval), que se distinguen no sólo por sus paisajes sino por los usos potenciales.

9

Bocana es un término usual en el español de los ticunas, que en su lengua usan la misma palabra para boca, puerta y desembocadura, cualquier abertura que permite el paso. El DRAE trae para bocana una acepción marítima, no referida a lo fluvial.

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Selva, chagra y alimento cultivado: La recurrencia de las oposiciones entre cultivado y silvestre, así como la continuidad entre estos dos polos (el rastrojo como chagra caduca y futura zona silvestre), es visible en la organización delléxico, como se constatará en el análisis del ticuna. Van der Hammen afirma que "dentro de la visión indígena la chagra es el resultado de todo un proceso de transformación y reestructuración de una parcela, cuyo resultado se distingue claramente de la selva original" (1992: 161). Los yukuna " ... definen dos grandes categorías en cuanto a la etapa sucesional: los rastrojos, jimalá, y el monte firme, esawá" (1992: 105). La chagra que se ha dejado enmontar es un rastrojo que produce aún especies cultivadas durante algún tiempo, se reconoce su propiedad, y el abandono de estos terrenos se concibe como una devolución -en la que interviene el chamána los dueños originales. Así finaliza el ciclo de la chagra, iniciado a partir de la negociación con los dueños. En ese momento el terreno pasa a ser un "rastrojo propio" (1992: 172). La productividad del rastrojo, el hecho de pertenecer durante algún tiempo a su dueño y su reconversión en tierra selvática son elementos importantes que también aparecen en el análisis de Goulard (1998: 380) quien dedica varios párrafos a la chagra vista como casa abandonada, es decir al rastrojo, y destaca el hecho de que mientras su propietario esté vivo no representan ningún peligro, pero después de la muerte de éste su espectro puede verse en la antigua plantación y representa un riesgo para el 'principio vital' de los visitantes. Después de un tiempo ese espacio antiguamente cultivado y "caduco" retorna progresivamente a la indiferenciación, como lo hace el espíritu del muerto. Descola explica la motivación semántica que está tras la denominación del rastrojo en la lengua de los achuar: Una parcela que está regenerándose (...) se denomina generalmente tsuat pantin ('basura clara'). La idea de "basura" connota la de densidad del sotobosque, el cual se caracteriza por un tejido inextricable de arbustos, ramajes, y enredaderas arbóreas que hacen casi imposible avanzar. La idea de "claridad" refiere a la luminosidad que reina en esa clase de parcela: el estrato superior de los arboles aún no se ha regenerado ... (1986: 171, traducción nuestra). Igualmente, establece que después de un tiempo el sitio vuelve a su indiferenciación y deja de ser identificado como rastrojo. Cuerpo vegetal/cuerpo humano: Candre-Kinerai y Echeverri afirman que en ciertos contextos rituales los animales se van nombrando como "aliento de frutales y plantas cultivadas y silvestres" y que "estos conjuntos de relaciones entre animales y plantas cultivadas fueron descubiertos por los antiguos (... ) por

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medio de 'embriaguez de tabaco y sueños' (... ). Cacería y plantas de la chagra son idénticas en el vientre de la madre ... " (1993: 171) Goulard habla de la "metáfora vegetal" y de la analogía entre el crecimiento y desarrrollo de un ser humano y el de una planta. Afirma que "en el plano de lo anatómico, la planta, el animal y el humano presentan para los Ticunas las mismas características físicas, lo que no tiene nada de excepcional para un ticuna, dado que los dos primeros no son sino humanos despojados de su apariencia (física). Así podemos establecer que, para los Ticuna existe una analogía formal entre planta y humano, situación hallada en otros grupos amerindios, como los Yagua y los Desano ... " (1998: 262, traducción nuestra). En la misma obra, este autor se refiere al "antropomorfismo" de la planta. Muestra las analogías entre la anatomía de la planta y la humana, así como entre las sustancias vegetales y los fluidos corporales. Al referirse al "cuerpo de la selva" (capítulo 8.1.) establece nuevas analogías entre los espacios del bosque y el cuerpo (1998: 384). Además de la argumentación propia de este género de estudios, se apoya en el vocabulario coincidente que designa las partes y los procesos de los cuerpos vegetales y humano. No hemos considerado aquí el léxico de los procesos relativos al ciclo vegetal, pero es claro que además de las analogías entre éste y el ciclo del crecimiento humano (cf. Goulard, 1998), existen diferencias internas importantes entre clases de vegetales a partir de criterios como la manera de sembrarse (por esqueje que se entierra, por el "colino" que da la planta, esparciendo los granos, etc.) o la forma en que se pudren totalmente (como el banano) o dejando un "corazón" duro (como los árboles maderables finos). Como otras lenguas amerindias, el ticuna no parece poseer un único término para designar la categoría de "vegetal" en general, como tampoco lo tiene para la de "animal". Las denominaciones individuales de las plantas parecen agruparse en conjuntos, cuyos rótulos son algo más que nombres de vegetales. Se detectan y reconocen -explícitamente y en las prácticas- varios posibles sistemas clasificatorios, superpuestos y mixtos. •

Según el hábitat de la planta: tierras bajas o tierras altas



Según la domesticación o intervención humana: de la chagra, del rastrojo (antigua chagra) o del monte.



Según la forma y las partes de la planta: las designaciones de partes de los vegetales permiten deducir la existencia de una clasificación codificada léxica y gramaticalmente. Puede hablarse así por ejemplo, de los vegetales que se reconocen porque sus frutos se agrupan en racimos.



Según la utilización: puede incluir referencias a partes útiles de los vegetales: árboles con resinas, plantas cuyo fruto sirve de alimento a los peces o a los animales de cacería; medicinales, de brujo, para canoa, para vivienda, etc.

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Nos referimos principalmente a los tres primeros sistemas, accesibles desde un trabajo de descripción lexicográfica y gramatical. El cuarto conjunto -cuya existencia constatamos- requiere la detallada observación de las prácticas culturales relacionadas con el uso de los vegetales. En todos los niveles jerárquicos de la clasificación postulada -tanto en los más englobantes como en los nombres de los individuos- aparecen, en las palabras que los nombran, casos explícitos de relaciones entre referentes: un vegetal se compara con otro, un vegetal (o parte del mismo) se compara con un animal (o con parte de éste) o se identifican ambos. Esto pone de presente que no se trata de clasificaciones cerradas puesto que la lengua -a través de mecanismos de composición morfológica- señala que lo que está inventariado "verticalmente" está también enlazado "horizontalmente".

El hábitat Como en otras lenguas y culturas de la región, los indígenas reconocen y nombran la diferencia entre vegetales, animales y suelos (así como entre los usos) de dos ecosistemas: la "altura" y el "bajial" -términos del español regional usados por los ticuna ribereños 10. Los términos ticuna que designan esos espacios son los siguientes: 1- {dauchita-¡me}

{altura- tierra}

tierra de la altura

2- {Hi:-tUane}

{grande-agua- tierra}

tierra baja o tierra del río Amazonas

Esta gran división parece ser muy primaria y no es exclusiva de los vegetales; cuando se habla de un vegetal o de un animal, es muy frecuente que aparezca una observación del hablante sobre cuál es su ecosistema típico. Igualmente, al preguntar por plantas propias de la alturall o del bajial, el indígena dará una lista extensa de cada grupo.

10

11

Es obvio que en el interior de esta primera división del ecosiste~a, los ticuna reconocen y nombran con gran detalle una serie de espacios allí incluidos: las lomas, las mesetas, las hondonadas, los distintos tipos de salados, las orillas de tierra blanda, las retingas, los anigales, los gramalotales, las islas, los barrancos, las playas, entre muchas otras, no pertinentes por el momento para establecer criterios básicos para la clasificación de los vegetales. Al respecto, el Libro gufa del maestro (León et al., 1997) trae detallada información. En los talleres y documentos trabajados con maestros ticuna del Trapecio entre 1987 y 1993, se estableció que algunas de las especies'animales emblemas de clanes son las de "la altura", lo que implica que se les otorga un mayor valor con respecto a la variedad (?) de la misma que pueda existir en el "bajial".

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Los siguientes son ejemplos de diferentes ocurrencias del radical nominal C ane}, presente en las denominaciones de los dos grandes ecosistemas, y sobre el cual también se forma "chagra" (cf. los ejemplos 5 a 10):

3-{na-déyu -ane} 4- {nuktlmaÜ ga nlme}

{índice personal: 3a. personahacer frío- tierra, mundo}

{antiguo/

clase nominal!

autonomizador-

mundo, tierra}

hace frío, el tiempo está frío

el tiempo antiguo

El ejemplo 3 es una oración-palabra caracterizada por la incorporación del nombre en la palabra verbal. El ejemplo 4 es un sintagma nominal determinativo. La marca de clase nominal (similar al género del castellano) indica la relación entre los dos nominales presentes.

Intervención humana: lo cultivado, lo de rastrojo y lo de monte Cada una de estas tres categorías enunciadas en el título (tomado del Libro guía del maestro) es equivalente del término en ticuna (véanse los ejemplos 8 y 11, 16 Y 20), Y cada uno de los términos es suficientemente englobante para considerarlo un punto importante en el sistema clasificatorio. Esta división es explícitamente reconocida por los hablantes y los términos del español regional reproducen lo que se dice en ticuna. El término base para 'chagra' es así el ya referido nombre inalienable Cane}, que siempre requiere prefijar una marca que indique quién es el poseedor de ese espacio:

5-{na:lme}

{autonomizador-

tierra}

chagra, mundo, tiempo cronológico y atmosférico

6-{chau-lme}

{índice personal:

yo-tierra}

mi chagra

7- {nalme}

{índice personal:

él- tierra}

chagra de él

Como en todo nombre inalienable, puede obviarse la mención a un poseedor, a condición de anteponer un morfema autonomizador. El resultado es entonces un término más abstracto y polisémico (compárese el ejemplo 5 con el

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ejemplo 7), que significa "mundo(s), tiempo cronológico y atmosférico, cielo"12. Alternativamente puede pensarse que el morfema en cuestión, un nombre-concepto, es el punto de partida y que "chagra" se obtiene al asignarle una relación posesiva. El término para chagra es además la base para construir (vía incorporación del nominal al verbo, en lo cual se hace una nominalización) la denominación englobante de los vegetales cultivados, que se "hacen" en la chagra. Los ejemplos 9 y 10 muestran usos verbales de esta construcción con incorporación: vegetales cultivados: hechura dela chagra

8- {U-¡me-u}

{hacer-tierra-

9- {i.i-¡me}

{hacer-tierra}

hacer chagra

10- {cha-iÍ - ¡me}

{índice personal: yo- hacertierra}

yo hago chagra

nominalizador}

lo de la

Otro morfema (ri.ombre inalienable también) cuyo significado sería "cultivado" puede usarse con formas posesivas, para indicar el conjunto de cultígenos, o los cultígenos pertenecientes a alguien:

11- {na:-nétÚ}

{auronomizador-sembrado}

lo sembrado la chagra

12- {chau-nétiÍ}

{índice personal: yosembrado}

mis cultígenos

o cultivado

en

Cuando es necesario explicitar la diferencia entre la variedad silvestre y la cultivada, se recurre a un sintagma nominal con dos nombres en relación de determinación (d. los ejemplos 11 y 12)13: 1..,

12

13

L

' ,

.

'_n~.;')

{asaí / clase nominaV autonomizador- sembrado}

palma de asaí sembrado

Un término como "tierra", en español, también remite a un amplio campo de significados: materia física, lugar de origen, campo de cultivo, planeta. Lo particular del ticuna es la referencia al tiempo cronológico y atmosférico. Se esperaría que, por ser un nombre inalienable, se permitiese la construcción waÍránétil. Por verificar este ejemplo y su segmentación.

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El término genérico que agrupa a las malezas14 parece relacionado con el concepto más global de "tierra", aunque no se ha logrado una segmentación y análisis de los otros morfemas presentes en la palabra. Algunas de estas plantas son reconocidas (e individualmente nombradas) por su utilidad medicinal en el ámbito doméstico que maneja la mujer:

{?- tierra}

maleza

La palabra que designa los llamados rastrojos o chagras antiguas (ejemplo 16) se analiza morfosintácticamente como compuesta así: al nombre "casa" se pospone el morfema Cchíkü} que aparece de manera privilegiada en el léxico relacionado con el mundo vegetal. Este morfema remitiría primariamente al hábitat del rastrojo y de lo silvestre, opuesto a lo cultivado. Según interpretación de Goulard, una traducción literal de la palabra indígena para "rastrojo" sería "casa caduca". Los ejemplos 17 y 18 muestran otros contextos de aparición en oraciones con un verbo que ha incorporado el nominal, análogos a los ejemplos 9 y 10. 15- { i}, {ípata}

casa, maloca

16- {í-chíkÚ}

{casa, maloca- no propio}

rastrojo,

17- {Ú-chíkú}

{hacer- no propio}

enrastrojarse

18 {marü narü üchíkú}

{ya/su /hacer-no propio}

chagra antigua

ya se enrastrojó

En nuestros datos léxicos no es visible ninguna relación entre los términos para selva (ejemplo 20) y para rastrojo (ejemplo 16); sin embargo, Goulard hace una muy importante observación a propósito de la concepción ticuna -expresada en los mitos- sobre la selva actual: cuando la tierra era aún inmadura, los árboles primigenios que existían se quemaron y como consecuencia de esto lo que hay hoy en día es en realidad un rastrojo: "los árboles que existen hoy se dice que son caducos (na-ichikü) y sólo son la reproducción de esas especies (primigenias) desaparecidas". (1998: 48, traducción nuestra). El término que cita Goulard sería entonces una designación alterna (relacionada con el pensamiento mítico) a la designación corriente de la selva, y hace énfasis en el carácter "no propio", no verdadero, de los actuales árboles.

14

El término en castellano tiene la connotación de lo que debe erradicarse.

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19- {naí-chíkiÍ}

{árbol, genérico- no propio}

En la lengua ticuna, el término genérico y más corriente para designar la selva (ejemplo 20) -y otros hábitats silvestres destacables- contiene como determinante el morfema de colectivo, que remite a conjunto Cnekü} de árboles, apunta a la pluralidad y colectividad de los mismos:

20-{nal-nékiÍ}15

{palo o árbol, término nérico- colectivo}

ge-

selva, arboledal

En la denominación de los hábitats caracterizados por la presencia de palmas16, encontramos los ejemplos más recurrentes de un léxico que contiene este mismo morfema de colectivo. 21-{témá-nékiÍ}

{canangucho-colectivo}

22-{bú:-nékiÍ}

{ser niño- colectivo}

.

cananguchal varillal

Los ejemplos 21 y 22 son denominaciones genéricas de otros hábitats identificados en el gran hábitat selvático a partir del tipo de vegetación presente. Estos espacios se reconocen, además, por sus características en cuanto a tipos de suelos y de fauna. La agrupación de palmas de canangucho (ejemplo 21) es típica de uno de los ecosistemas identificables por los ticuna y los mestizos de la región: los cananguchales o aguajales, sitios de importancia mítica o con dueños reconocidos17• Otro hábitat reconocible por la homogeneidad relativa y el tamaño de un conjunto de plantas es el llamado "varillal", sector con vegetación baja que también puede reconocerse como sitio con dueño. Literalmente, el término

15

16

17

Existen obviamente otros términos para hablar de la selva: se puede hacer referencia a las zonas con un espeso dosel de árboles, o a la concentración de árboles, el llamado en castellano "monte bravo" o monte cerrado. Dentro del espacio de la selva se reconocen muchos tipos de suelos y lo topográfico. Cabrera, Franky y Mahecha describen la importancia de las palmas entre los nukak y discuten las explicaciones que se han dado a la presencia de agrupaciones de éstas: seiialanlugares de habitación humana, o también a causa de las aves, que garantizan la dispersión de semillas en ciertas áreas. El uso actual y la forma de consumo de los frutos de las palmas por parte de los nukak explicaría la concentración de estas especies en zonas de campamentos humanos (1999: 255). O livro das árvores trae la historia del dueüo del canangucho (Games Gruber, 1998 :29).

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hace referencia al "colectivo de lo que está en estado infantil" pues el núcleo de la construcción nominal es la raíz verbal "ser niño o estar en la infancia". Lo colectivo vegetal-además de ser un elemento esencial del término genérico para selva, conjunto de árboles- es característico de lo "no cultivado" en el caso de las palmeras, que crecen en "manchales":

23-{waírá

-nékU}

{asaí- colectivo}

asaí silvestre

En el ejemplo anterior, a un nombre alienable -el término genérico que designa las palmas de asaí- se pospone el morfema que designa conjuntos de vegetales. Se obtiene así una diferenciación léxica entre la palmera cultivada (véase ejemplo 13 ) Yla silvestre. Finalmente, consultando otras fuentes hallamos denominaciones que deberán ser verificadas: •

En el Libro guía del maestro aparece un término (raíz verbal que incorpora un nombre inalienable y luego se nominaliza) que permite agrupar al rastrojo y el varillal a partir de la ausencia de árboles altos, o mejor, de la presencia de árboles (troncos) "débiles" (?), con una motivación similar a la que señala Descola para los Achuar: {doó-neÜ}



alternas18

{estar débil (?)- soporte,

tronco-

nominalizador}

Este mismo término (?) aparece en el texto de Goulard (1998: 122 y nota 111) para referirse a la tierra inestable antes de la creación. La raíz verbal {doó_} presente en esta palabra también sirve para referirse al fruto no maduro o a la persona que se debilita19•

Circunscribiendo el tema a las denominaciones de plantas, los morfemas que aparecen en las denominaciones para rastrojo y para agrupaciones vegetales (no propio y colectivo) sirven en primera instancia para distinguir lo silvestre de lo cultivado. En lo que deja ver la morfosintaxis del ticuna, lo "no cultivado" (lo que está fuera de la chagra) puede equipararse a lo colectivo en algunos casos (las

18

19

El uso de los morfemas clasificadores puede variar dialectalmente o por factores de estilo. Goulard ha tenido acceso a hablantes de las malocas del Pupuña y ha trabajado sobre textos míticos. El grupo de maestros reúne personas de diferentes procedencias, con mucho contacto con el castellano, que viven lejos de los hábitats de la tierra firme. Por verificar si se trata en todos los casos de la misma raíz verbal, pues puede tratarse de un par mínimo tonal.

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palmeras, variedades silvestres en manchales) y con lo silvestres, variedades "ordinarias")2°.

no propio

en otros (frutales

El morfema presente en la palabra correspondiente a rastrojo tiene otros contextos gramaticales y significados que se ilustran en los ejemplos 24 a 32. Así, permite diferenciar variedades silvestres y cultivadas del caimo y del marañón (ejemplos 26 y 27); como construir una denominación genérica de los helechos (ejemplos 25), comparándolos con la palma del canangucho como si fuesen la variedad silvestre u "ordinaria" de la misma; igual ocurre con las heliconias o platanillos (ejemplo 24), que -como en el español- se comparan con el plátano~

24- {poí-

chíkÚ}

{plátano-no

25- {témá-chíkÚ}

propio} platanillos

{canangucho-

no propio} helechos

En los ejemplos presentados a continuación las palabras designan no una clase o conjunto, sino un individuo, considerado a veces como variedad relacionada con otro individuo. {chontaduro 25- { ltü-chíkÚ}

26- {kü(¡-chíkÚ}

{marañón marañón

27-{tai(-chíkü}

- no propio}

tipo de palma silvestre que sirve de alimento a los peces2U; diferente del chontaduro de consumo humano, normalmente propio de rastrojo o chagra; / ¡tÚ / es el nombre genérico de los chontaduros. - no propio} silvestre, diferente

{caimo - no propio} caimo silvestre o caimitillo,

20

21

del maralÍón cultivado /ko(¡ /

diferente

del caimo cultivado /taü/

Van der Hammen (1992: 184) anota que la diferenciación en re cultivado/silvestre para los frutales no se limita para los yukuna a una cuestión estricta de domesticación de la planta, la contrapartida silvestre de un frutal no necesariamente es de la misma familia ni aún del mismo género. Muchos otros aspectos están relacionados con esa división entre las plantas que manejan estos indígenas amazónicos. Parte de la traducción que dan los hablantes incluye la información sobre la utilidad de la planta: "sirve de alimento a los peces". Este tipo de situación sería indicativo de clasificaciones encubiertas basadas en lo utilitario, importantes para el grupo según la actividad de subsistencia que realiza. Análogamente ocurre con otros vegetales sobre los cuales se anota que "son comida de danta o de boruga".

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Los nombres de las plantas, sus partes y sus espacios de crecimiento

{guayaba - no propio} 28-{oracha-chíkÓ}

29 {otéré-chíkÚ}

fruto silvestre que sirve de alimento a los peces, similar a la guayaba o al arac;a (?) cuyo nombre ticuna es /oracha! < ara~a (Lingua Geral). {z~pote - no propio} zapote silvestre, diferente del cultivado /otéréJ22 {abuai-no propio- forma alargada}

30-{árú-chíkÚmáU}

sachabejuco de abuai, similar al abuai propio o /árú / usado en la elaboración de cascabeles y collares. {huito - no propio}

31- {é-chíkÚ}

sachahuito, vegetal que sirve de alimento a los peces. El huito /é/ es un fruto comestible y para tintura corporal

32-{írímáwá-chíkÚ}

palma que sirve de alimento para los peces (contrapuesto a un árbol maderable de alto valor cuyo nombre es /írímáwá/)

El morfema "no propio" aparece entonces para diferenciar dos especies, individuos o grupos, uno de los cuales sería el miembro "propio" y el otro sería un miembro no cultivado o de menor valor. La variedad "propia" o verdadera de la especie no necesita mayores especificaciones, es el término no marcado de la oposición; sin embargo, en algunos casos parece ser necesario indicar que una especie en particular es el prototipo de un grupo más amplio. Algunos datos muy parciales parecen indicar que términos genéricos como {poí} "plátano" designan un conjunto amplio de plantas y, al mismo tiempo, un individuo dentro del grupo, el prototipo, el miembro "propio" o "verdadero". Para indi~ car explícitamente este individuo prototipo puede sufijarse el morfema intensificador, pero hasta ahora sólo disponemos de un ejemplo relativo a la denominación de los peces, por lo tanto no podemos considerar aún que se trate de un mecanismo sistemático: {mojarra- intensificador} 33- {chúná- Úch'i}

22

mojarra o bujurqui 'propio', el término {chúná} es un genérico para varias especies de 'mojarras' dentro del grupo mayor de los peces {choní}.

Van der Hammen (1992: 184 - 185) anota que los yukuna hacen una asociación entre frutos silvestres y chagras de animales.

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El uso del morfema gramatical intensificador, glosado como "mucho, muy", está ampliamente atestiguado en la flexión verbal de la lengua para indicar el grado en la posesión de una cualidad -como el color, el tamaño, la temperatura- o la intensidad de una acción:

34- {na-ta1úchl}

35- {chi-paIÚchl}

{índice personal:

"él" - ser grande - intensificador}

es muy grande {índice personal:

"yo" - estar cansado-

intensificador}

estoy

muy cansado

El castellano amazónico ribereño parece haber desarrollado o adaptado varios mecanismos para conservar algunos rasgos del sistema clasificatorio, sea usando el diminutivo, como en el caso de "caimo" vs "caimitillo", o sea acudiendo al sustrato quechua (cfr. traducción del ejemplo 30). Así mismo, el uso de los adjetivos "propio" y "ordinario": abuai "propio" y abuai "ordinario" (este último sería una especie característica del bajial, menos apreciada). El uso del morfema "no propio" tiene en el ámbito vegetal la mayor parte de las ocurrencias hasta ahora registradas, pero también sirve para diferenciar algunas especies animales e incluso para obtener denominaciones sociales figuradas y humorísticas:

36- {bá:we-chíkÚ}

charapa de tierra23; tipo de tortuga contrapuesto a la gran tortuga acuática

37- {korí-chíkÚ}

blanco ordinario: término sarcástico utilizado para designar el indígena que quiere parecerse al blanco

El morfema en cuestión muestra alta productividad en la formación de palabras; semánticamente es una noción clasificatoria muy privilegiada que se puede aplicar a un gran número de entidades. Muestra el polo gramaticalizado o en vías de gramaticalización de nociones que tendrían su origen en designaciones del ámbito de los vegetales y los ecosistemas.

23

No tenemos datos sobre características

del animal designado con este término.

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Los nombres de las plantas, sus partes y sus espacios de crecimiento

Partes vegetales En algunos de los términos utilizados para designar partes de los vegetales están los ejemplos prototipo de nociones que se reencuentran en los neologismos como "varilla o tubo", "cable", "manguera", "paquete" etc ... No se trataría de una extensión metafórica de lo vegetal al ámbito de los objetos fabricados por el hombre, sino de una potencialidad inscrita en el conjunto de conceptos de formas lexificadas a través de nombres inalienables. A continuación, damos algunos ejemplos de denominaciones de partes vegetales, algunas de las cuales son exclusivamente nombres de partes de una planta (40, 41, 42, 46-53), Y otras remiten a nociones generales de forma, cantidad, textura, posición. En primer lugar aparece el nombre del vegetal (árbol, plátano, chontaduro, banano) más el nombre de la parte, luego la traducción yen seguida una interpretación del significado del término partológico. Cuando el término se aplica a otros contextos, se hace una observación en la última columna. Los ejemplos 42 y 53 son los únicos casos de nombres alienables24: Traducción

Significado del morfema

Otros contextos

38- {nai-chinÜ}

aleta o bamba de árbol

{- chlntl}, lo laminar o "tablacho", término del castellano de los ticunas

cadera, oreja, tabla o lámina

39- {poíta}

racimo de plátano, conjunto de frutos unidos y completo

{ta}, colectivo, conjunto

bandadas de aves y mamíferos, grupos de hombres, mujeres y niños

40-{poíreé}

gajo de plátano

conjunto de frutos unidos, que se han separado de un conjunto mayor

41- {irú -taré}

gajo de banano píldoro

Nombre tieuna

conjunto de frutos pequeños unidos, separado de uno mayor gajo pequeño

24

Aunque la mayoría de los términos de parentesco y de las partes del cuerpo son nombres inalienables, hay excepciones. Si existe o no alguna motivación semántica tras este aparente "accidente" de la regularidad gramatical es algo que está por explorarse.

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Nombre ticuna

Significado del morfema

Traducción

Otros contextos

42- {o}, {ór1}

fruto

fruto o pepa individual, que no se da en racimos

43- {1tli-pliil}

un fruto de chontaduro, extraído del racimo

{pliil}, compacto, redondeado, no esférico

lo redondeado: chaquiras, paquetes

44- {irú-pliil}

un banano píldoro, extraído del racimo

45-{tlie-párá}

tubérculo de yuca separado del conjunto

{párá} soporte alargado

pierna de humano, pata de cuadrúpedos, patas de ave, de objetos

46-{ tlie-átil}

hoja de yuca

hoja individual

47-{tliepá:wé}

conjunto de hojas de yuca agrupadas

hojas con vena central o agrupadas

48-{poí-pá:wé}

hoja de plátano hoja de palma de asaí

49-{ waírá- átiltánlikli}

{asaí-hoja -estar en familia o en montón25-nominali-

hojas con vena central y seccionadas

zador}

25

50-{poí-páU}

floración del plátano

brote

51- {de:necháku}

floración de la caña

flor sin pétalos

52-{nai-cha:ka}

floración de la palma de chambira

cogollo ?e palmas

53-{putlirá}

flores individuales y con pétalos

Hemos glosado así la raíz verbal que aparece aquí nominalizada. Es el mismo término base que están en la palabra "mi familia" y que alude en general a grupos de seres relacionados entre sí. Véase más adelante ejemplo 77.

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Los nombres de las plantas, sus partes y sus espacios de crecimiento

Nombre

ticuna

, 54-{ítÚ -chámÜ}

,

55-{péyaüchámu , 56-{ naíchámÜ}

Significado del morfema

Traducción cáscara del fruto de chontaduro vaina del fríjol < feijao, portugués26

cáscara del cacao

58-{de:ne-ménáil}

tronco de la caña de azúcar

b-{a-ménáil}

su tronco tubular27

{atributivo-tubular}

lo que tiene tronco tubular

60-{ítÚ-ne}

tronco de la palma de chontaduro

, 61- {árú-máÜ}

62- {nili-nÚtá}

, {chámu} cubiertas: cáscara, vaina, corteza

piel humana cuero de animal

corteza de árbol

57 -{bárUchípáil}

a-{na-ménáil}

Otros contextos

{-chípáil} cubierta dura, lo "cascudo"

{-ménáil} soportes: tallo tubular

ene} soportes: tronca (árboles, palmas, arbustos), esquejes

caparazón tortuga

de

varilla de hierro, tubo

estantillos y algunas vigas de la casa

bejuco del abuai

{-máu} tallo bejuco alargado y no recto

serpientes gruesas y artefactos alargados y gruesos

fibra o cuerda de chambira (cumare)

{-niÍtil}, filiforme, alargado y delgado

serpientes delgadas y artefactos filiformes

,

Los nombres inalienables por sí mismos pueden ser rótulos. Una expresión nominal como 58b sirve para incluir y listar todas las cañas y objetos de forma tubular. Este procedimiento es posible con todos los nombres inalienables de los ejemplos anteriores. El uso de estas formas es muy productivo en la creación de neologismos para designar artefactos de muy reciente introducción. Las analogías entre la anatomía, las funciones y los procesos del cuerpo vegetal, humano y animal-extensibles a los espacios en los que se habita- se cons-

26

27

Otro término usado para el fríjol es "purutu", que viene de la forma "porotos". En varios términos que designan objetos que provienen del contacto colonial, coexisten formas que vienen del castellano, o del portugués, de la Lingua Geral o del quechua; siendo esto reflejo de las influencias sucesivas y simultáneas que han afectado la lengua ticuna. Como cualquier nombre inalienable prefija un índice posesivo.

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tatan parcialmente en el léxico de las partes componentes. Lo común se explica por cierto privilegio de rasgos de posición respecto a un eje, forma o textura. Hay muchos términos de la partología que recubren los tres conjuntos; pero es igualmente importante anotar que hay también términos específicos a uno de ellos, así como términos que sobrepasan cualquiera de estos campos particulares. El ejemplo 38 remite a las aletas de los troncos, a la oreja, a cierto hueso de la cadera y a cualquier superficie laminar. En estos hechos podría haber un reflejo de lo ideológico, parte de un sistema de representaciones cultural y ambientalmente determinadas (que deberán manifestarse también en el discurso y en las prácticas), pero quizá sea mejor pensar que la lengua ticuna ha gramaticalizado o lexificado ciertas nociones universales y que algunos de los hechos aquí señalados no tienen ningún contenido cultural amazónico, sino simplemente humano. En la bibliografía sobre motivación semántica de la clasificación nominal se han detectado tendencias de los sistemas lingüísticos a privilegiar ciertas nociones de forma (redondeado, alargado rígido, plano flexible, d. Grineval, 2000). Por otra parte, algunos de los detalles morfológicos de cada subclase son designados con expresiones muy especializadas, no compartidas (ejemplos 46 a 53: hoja, hoja con vena central, floraciones), lo que demuestra también que el 'cuerpo vegetal' no es una simple metáfora o una fuente de todas las metáforas. Así como algunos hechos son muestras de la abstracción de conceptos de forma y de tendencias universales, otros reflejan la necesidad de construir referentes muy concretos e individualizables. El polo más léxico, concreto y referenciado, y el más gramatical y abstracto conviven en las denominaciones de las partes vegetales. A partir de los anteriores argumentos, creemos que las coincidencias léxicas en las denominaciones de partes de la planta, el animal y el humano se deben a que los tres conjuntos y otros "cuerpos" forman parte de un sistema más abstracto de clasificaCión nominal, en el que se han seleccionado los rasgos sobresalientes y comunes.

Las relaciones de inclusión Nos ubicamos aquí en una clasificación de menor nivel que la basada en la distinción entre cultivado/ de monte / de rastrojo, o en la oposición entre vegetales de "altura"/ vegetales de "bajial". Los submiembros (con literales) aparecen en contextos en los que se dice "x es un miembro de y" o son visibles porque en sus denominaciones se evidencia la relación de inclusión, a través de la construcción de sintagmas nominales determinativos (ejemplos 66a, 64 b y 71). El genérico parece ser -en algunos casos- tanto el nombre del grupo como el nombre del representante del grupo o miembro prototípico (por verificar).

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Los nombres de las plantas, sus partes y sus espacios de crecimiento

Presentamos una lista muy parcial; en algunos casos, damos algunos pocos ejemplos de denominaciones específicas incluidas dentro del término mayor28• Nótese que hay tanto nombres simples como nombres compuestos por dos o tres morfemas, independientemente de que se trate de hiperónimos o de hipónimos. En la primera columna van los términos genéricos y ejemplos de algunos términos incluidos, en la segunda va la segmentación morfológica y en la última van la traducción y algunas observaciones sobre el significado. Los ejemplos con numerales, 63 a 73, son exclusivamente nombres de plantas, y no remiten a la noción más englobante de ecosistema ni a la noción de forma o parte aplicable a otros ámbitos. Los términos con literales son mixtos: a veces son exclusivamente denominaciones de plantas individuales, a veces son el resultado de procedimientos metafóricos o metonímicos.

63- {poí}

a-{juntar-estar en familia 29 -nominalizador}

a- {nu-tániÍ kü}

b- tipo de sapo

b- {kururú}

c- {pelejo-brazo}

c- {woe-chákÜ}

d- yagua, nombre étnico

d- {yówa}

e-

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