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UNA SEMANA EN POLONIA
Invitado por el Embajador de Polonia en Chile y por las Iglesias de Varsovia y de Cracovia, y atendido gentilmente por el Embajador de Chile en Polonia, he pasado una semana en ese
país.
No
como
un
turista
que
busca
lo
pintoresco,
lo
diferente; mas bien como un pastor inquieto por entender lo que pasa en el mundo, lo que pasa con el hombre, lo que pasa con la fe.
1. Para quien viaja por primera vez y por pocos días a Polonia, cuesta discernir entre los diversos elementos de su historia y de su cultura: el elemento eslavo ; el elemento entro
europeo
influencia
de
tradicional la
Iglesia
con
su
cultura
Católica,
también
milenaria; milenaria;
la las
huellas de diez años de guerra y de nazismo, con sus tropas de asalto, sus campos de exterminio y sus millones de polacos muertos
-Auschwitz y Birkenau están allí para recordarlos; y
las huellas de medio siglo de una dictadura marxista, dictadura talvez mas rusa que polaca y mas militar que civil, pero con un contenido ideológico abiértamente antireligioso. Parecería, a primera vista, que aquí no hubiera pasado nada: no se ven puños en alto, ni saludos hitlerianos; tampoco se ven manifestaciones de repudio a marxistas o a nazistas. Uno llega a dudar de la capacidad de las ideologías para cambiar la mente
de
los
hombres
y
de
la
eficiencia
de
la
ingienería
políticas, militares y policiales, para alterar la manera de
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ser de un pueblo y, sin embargo, lo uno y lo otro han dejado su huella: un fondo de tristeza y de silencio; un deseo de respeto y
de
paz;
un
poco
de
sueño tranquilo después de largas y
terribles pesadillas.
2. Muchos chilenos encuentran al Embajador Jan Ryn, parecido al Papa. Y se lo decían. Y él contestaba que son muchos los polacos que se parecen a Karol Voytila. Es cierto: el tipo humano es hermoso; muchos polacos son rubios, tienen la piel
muy
tersa
y
muy
blanca,
tienen
modales
finos
y
distinguidos: eso debe ser el elemento eslavo. A raíz de Yalta, las fronteras de Polonia se corrieron hacia el oeste. Por el oriente lituanos
los
elementos
quedaron
al
rusos, éste
de
bielo las
rusos,
nuevas
ucranianos
fronteras;
por
y el
poniente, los alemanes debieron pasar el Oder y establecerse en Alemania
tanto
democrática
como
federal,
donde
formaron
la
diáspora. Polonia logró la unidad racial; hoy día viven en Polonia
casi
sólamente
polacos:
esa
homogeneidad
racial
se
nota.
3. Europa Central tenía una cultura milenaria. Viena, Budapest, Praga o Cracovia tuvieron universidades desde la Edad Media. El astrónomo Copérnico, el poet Mickiewicz, el pianista Chopin eran polacos. La cultura se siente por todas partes. En la vieja Cracovia los mendigos tocan violín en las esquinas y tocan buena música, música clásica. Otros, vestidos como mimos, la cara y las manos pintadas de blanco, esperan que una moneda
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caiga a la cajita colocada a sus pies y agradecen la limosna con una reverencia silenciosa, llena de dignidad y de gracia. Y en el Jama Michalikowa en Ulica Florianska las señoritas que atienden pollera
a
las
negra
mesas a
tono
llevan con
una
el
blusa
ambiente
blanca "fin
de
y
una
larga
siglo"
del
legendario salón de te. El recuerdo de los reyes y de los héroes está en todas partes: los Bolislaos, los Casimiros, los Segismundos tienen sus estatuas y sus mausoleos y parecen estar vivos en el recuerdo de su pueblo. La Reina Jadwiga, ya beatificada, será, sin
duda,
canonizada
luego
y
todo
el
pueblo
espera
éste
acontecimiento religioso y patriótico. En Polonia la cultura se siente en todas partes. Un domingo escuché un concierto de piano y un recital de poesía en un parque de Varsovia, rodeando la estatua de Federico Chopin. Había un ambiente de recogimiento, de apreciación de la música y de la poesía, de orgullo y de gozo de ser polacos, de sentir que Chopin o cualquiera de los poetas que allí se recitaban eran polacos como sus auditores.
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La gente es sencilla, el ambiente es modesto,
discreto, silencioso. No se grita, no se atropella. Hasta los turistas
-no ví ni oí a muchos-
parecen mimetizarse con el
ambiente. Los Mac Donald's y los avisos de Coca Cola desentonan en el ambiente: por fortuna son pocos. Medio siglo de comunismo han preservado Polonia de la invasión cultural norteamericana, tan fuerte en Europa Occidental; se advierte ese vacío.
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El idioma aisla: pocos extranjeros hablan polacos; pocos polacos hablan idiomas extranjeros. El extranjero no solo no entiende el significado de las palabras que lee o que oye: no logra hacer coincidir las letras que ve consonantes, y,j,z,h,w y otras-
-principalmente
con los sonidos que oye cuando
las pronuncian los propios polacos; es como si la ortografía fuera por un lado y la fonética por otra.
5. El pueblo polaco es muy religioso, muy creyente y muy practicante: las iglesias se ven llenas; mucha gente va a Misa,
se
confiesa,
ora.
En
Czestochowa,
un
monasterio
de
paulinos atiende el Santuario: sus 160 religiosos no dan abasto para celebrar misas y escuchar confesiones. En el Calvario, un convento de franciscanos con 120 frailes se dedica a lo mismo y no
le
falta
manifestaciones
trabajo.
Pero
religiosas
no
es
solo
en
las
multitudinarias:
es
en
grandes la
vida
diaria, en cada momento y lugar. Cincuenta años de marxismo no parecen haber alterado profúndamente la fe del pueblo. Quizás hayan hecho mella en la religiosidad de los intelectuales y de los políticos: durante medio siglo había que estar lejos de la Iglesia para ser influyente o poderoso en la cosa pública. Impresionan
en
Polonia
las
viejas
Iglesias,
los
conventos y monasterios con siglos de historia, el clero tan numeroso, todos vestidos con sotana y las religiosas con sus hábitos
fundacionales. La Iglesia es parte esencial de la
historia y de la cultura de ese pueblo; pueblo e Iglesia se compenetran
y
se
apoyan
mútuamente
y
así
juntos,
han
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sobrevivido a las opresiones rusas, prusianas y austríacas, han sobrevivido al genocidio nazi y al medio siglo de marxismo. Cuando Universidad
de
Don
Andrés
Chile,
muchos
Bello
dejó
pensaron,
la
rectoría
para
de
la
sucederle,
en
Ignacio Domeyko. Pero Domeyko era polaco; y era un católico ferviente. Gran parte de los decanos y profesores eran libres pensadores y se les hacía duro elegir a un rector creyente y practicante. Uno de ellos encontró la solución. "Domeyko, dijo a sus colegas es católico porque es polaco. Para los polacos, la
fe
católica
importancia
a
es su
parte fe
de
su
religiosa:
nacionalidad. es
solo
No parte
le
demos de
su
patriotismo". Y fué elegido rector. Por cierto que Domeyko era un patriota polaco. Pero era también un hombre religioso, un hombre de fe, un católico sincero. Y así son muchos polacos de hoy. El regimen marxista preservó en cierta manera y hasta fomentó el nacionalismo polaco. Cuentan de un judío arrodillado al paso del Santísimo que decía a los que se extrañaban de su actitud: "Si ésto sirve para que se vayan los rusos, estoy dispuesto a quedarme de rodillas hasta que se vayan". Aun la simulación de la fe católica era una expresión de nacionalismo.
6. La situación económica, social y política del país es difícil de avaluar para quien viene de fuera. No se ve miseria. Hay algunos mendigos, principalmente gitanos. Y aun los mendigos son finos y discretos: ya dijimos que tocan violín o cello y dan verdaderos conciertos de música de cámara, a
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veces con instrumentos tradicionales o folclóricos. No se ve riqueza ni lujo, ni menos ese tipo de lujo ostentatorio y comercializado que asociamos con el turismo norteamericano o europeo occidental. El régimen marxista niveló económicamente al pueblo polaco. Todos eran pobres y era prácticamente imposible hacerse rico,
pero
nadie
carecía
de
lo
necesario.
Se
tenía
una
sensación de seguridad, ante la cesantía, la enfermedad o la vejez.
La
alcance
asistencia
de
todos.
social
Y
esto,
era
excelente
al
parecer,
y
la
era
cultura
debido
a
al la
planificación socialista unida a la tradicional cultura del pueblo polaco. Hoy día el ingreso al mundo liberal capitalista ha permitido hacerse ricos a los bien informados, los que son capaces de relacionarse con el mundo exterior, los que tienen espíritu de iniciativa. Se dice que la privatización de las empresas del estado ha permitido enriquecerse rápidamente a quienes estaban cerca de los órganos del poder; pero ha dejado en la incertidumbre a quienes durante medio siglo vivieron de un sueldo o de un subsidio y nunca asumieron una iniciativa o una responsabilidad económica real. Al caer el régimen comunista, apoyado por los rusos, la inmensa mayoría de los polacos no tenían ni capacitación ni experiencia
política
alguna,
durante
años
toda
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de
marginados
actividad
como
política.
habían
estado
Esto
parece
explicar, en parte, la influencia política de los ex-comunistas y de los comunistas renovados que gobiernan hoy día al país. Son
los
únicos
que
tienen
experiencia
en
el
manejo
de
la
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política y de la economía, constituyen la parte mas activa y mas informada del país. Los demás solo aprendieron a callar, a obedecer y a recibir lo que el estado les daba, a cambio de su trabajo.
7. El clima liberal capitalista, el materialismo y el permisivismo ciértamente
moral para
de
la
Polonia
cultura un
occidental
peligro.
Z.
constituyen
Brzinski,
el
colaborador de Carter y gran experto en política internacional, polaco de orígen, se da cuenta de éste peligro. Lo explica en su
libro:
Out
of
Control.
Solshenitzin
tuvo
de
el
una
experiencia amarga. La Iglesia Polaca deberá seguir siendo el alma de la nación
polaca.
Pero
deberá
también
ir
al
encuentro
de
la
cultura occidental para exorcisarla. La fe que de tal manera se inculturizó en el alma eslava, en el alma polaca en particular, debe ahora tratar de inculturizarse en el alma occidental. El occidente puede resultar un mayor peligro que el fanatismo nazi o la ideología marxista. Polonia debe defender su alma. Y para eso debe colaborar con la Iglesia universal, en la conversión de Occidente. El Papa polaco lo entiende mejor que nadie.
8. Y sea éste mi último recuerdo de ese país que se hace querer, aun en tan pocos días. ¡Cómo quieren al Papa los polacos! cariño
¡Cómo está presente en todas partes!
visitan
en
Wadowice,
su
humilde
casa
¡Con qué familiar,
la
Iglesia en que aprendió a amar a Dios, los lugares que fueron
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testigos de sus grandes luchas! ¡Y cómo ama el Papa a Polonia! Polonia
se
comprende
mejor
a
ese
Después de estar en
hombre
excepcional
y
providencial que es Karol Woytila y se comprende como el amor apasionado
al
terruño
le
ayuda
a
comprender
a
los
otros
hombres, también apegados a sus propias tradiciones y a sus culturas. Se comprende hasta que punto el amor a la patria bien entendido ayuda a comprender y a querer al mundo entero y que, por ser muy polaco, Juan Pablo II ha llegado a ser un Papa planetario, el primer Papa realmente universal, el pastor de todos los continentes y de todos los pueblos.
+
Bernardino Piñera C.
Arzobispo Emérito de La Serena