'ITI!Alilo. D. ABELARDO DE CARLOS. M adrid V I de Enero de 1x7V

LA I l.l'ST It ACION KSI* A NOI. A V \MKUICANA vs Sin rilar ;i San Pelershurgo, «huíde los frios Ivan sido horribles \ lo son todavía: ni á Slokolm o

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LA I l.l'ST It ACION KSI* A NOI. A V \MKUICANA

vs Sin rilar ;i San Pelershurgo, «huíde los frios Ivan sido horribles \ lo son todavía: ni á Slokolm o. cuya extensa y árida campiña permanece cuhierla ron Maura sábana ib* nieve desde los primeros dias de Noviem­ bre: ni á Merlin, cuyos babilanles no recuerdan otro invierno más r i­ goroso, en lo que va de sigiti, que id ari nal . bastará decir que en la ca­ pital de trancia el Irrmóinelio lia señalado, en algunos «lias del pasado Micienibre. *2l".r» cenligrailos, Ile— "ando á — Vil" en campo raso y al aire libre. l'ara encontrar otra temperatura semejante en los anales meteoroló­ gicos de la cj-an ciudad, es necesario acudir á las observaciones hechas cu el año 17SS. Ile ai pii la lisia olicial de los trios más intensos en l ’a iis desde liare un siglo:

'Eimhien en Portugal lian (| reculo la n w l l i r r ilo c á p a le e y su compañero inseparable i i i n d ih ) h r ie lic , y apenas n-sy en las calles más solitarias 'b' Etuto. ItTil...... ...... — l!1".l :tu.h- 1 »ii'icinliri’. I's;t.. ...... — 1HM 31 tir 1 »ioii'tnbri'. I>s........ — y>|",s Il rii' Hi'I*»-iT0. 1XI«V.... ...... - 11"." 20>1" Eiicrn . Ists...... ...... — 11l".(l !•tic lliciciubrc. I>~1.. ...... — 21"gi

Pinheiro. lié abi uno de esos ra p n z ito j¡ bien escasos, que recorrian antes «•alies más tortuosas de las r lindad«'- portuguesas, gibando voz «alisada, pero fresca lodav ju v e n il: — ¿ (J a ra ) i p i r r p a lito s r ro e P ito hoy las fábricas «le !ñ| han hecho inútiles las ruecas, y bien son inútiles los p a lito s rl riunirò, cuya adquisición nos consta «pie le ha sido costosa al señor lim b o , quien no reparó en su subido costo, por enviar un Ira bajo del rey de los

Asi i orno los individuos se diferencian por las fac­ ciones, también los países se distinguen por los tipos de caila uno. N adie.en verdad, «pie* conozca nuestra historia con­ fundirá la individualidad de Felipe II con la «le (¡ar­ los l l l . \ nadie tampoco dirá , por ejem plo, «pie los m ;>«(/iff’/l/'.s de Valencia ó los ilr . ia ja r s de las astu­ rianas son prendas caraclerislicas

Suplican ¡¡ sus amigos y afectos r«®' en Irlanda.' At-Mlaetoa gui'ii ;i |)ios pur él, un lo que recibir^ .11»**8^—¿«'VuVi1*‘“ ;v,,,','i " 1" 1... 11 ias Córespecial favor. Movlmienlo »

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CALLE lib LA l.lBKRÏAl», NÛM. 29.

itejído d í f ^,'1Vi leí’” !' !ìea,,.dis r‘‘U“ neÍOn los huillines1

12 pesos inertes. là U. L . Iî,— 3

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7 pesos fuertes, « id. !.. E .— 1-12/,

ce- ib? Europa, privilegio que tal voz le lia si.Ir.» concedido á «ansa «le las recientes desgra­ cias de que ha sido triste vio­ li ma. Empecemos por decir que la proposición de Mr. Esnesto P i­ card lia sido e it lc r r e c por la Asamblea nacional : la derecha de la Cámara ia ha rechazado »•cu desden. \ hasta los indivi­ duos ipie forman el centro iz­ quierdo. reunidos el viernes úllinto en Versalhts, considerá­ ronla ciinn» soberanamente in­ oportuna. Mi'. Picard proponía : I." Proclamación deliniliva de la república. ■ J. Meuova'.ion por terreras parles de la Asamblea nacional. ¡1." ( a'(‘ación de una segunda ( ¡ámara. á dicho está, con enunciar scucili.míenle los deseos del dipulado ultra-re pul »beano, qu e su proposición sublevó los ánimos de los monárquicos, y no satis­ fizo á los ipie tienen aspiracio­ nes republicanas. Porque en verdad, la repú­ blica qu e quiere Mr. Picard, no es la república t l i f l a l a r i a l de Mr (¡diiibella, ni la república r r i ’ l i i 't i l y anárquica de Mi-. Mol­ la , ni siquiera la reputili«o a p fl~ m i l a de Mr. Thiers. Es una república l'a r m a lis lt i ., si puede hablarse de este modo, «piedes­ agrada á casi todos los repiihlic.mi)s franceses y rechazan desde luegii les monárquicos, ya se.-.n legilim islas, ya orleanislas, ya fiisionislas. Esto no hay que dudarlo; y 1.« prueba «I«' aquello se encontrará ■ •o seguida leyendo aleni unente la conli'ovcrsia «pie se agita, á propósito de la cuestión Picard,

rsxTO. — Revista rreie-v.,:. p r u K. Martínez de \'e|i.-e„. — , nt_- . ■ lades: El collar de ero de Medid, p edon Aureliano l'ernaiide/-r.uerni y Orbe, de 1» Aendemia Uspafiela.—1-11 neral «iaininde.— Monsofior (»ni— rt, arzobispo (le I’iirís.— I n esemo Inédito de don Alberto i ist:i eoiitiouacion).—Lacnsn riel I rincipc. —I.os viernesen Palitelo: Iti l>ai|.|iie|p.— i;l para-rayos, pur iloti .beo .1. I.audere'.. —El bnndfdo (•aspnroiii.— Hl espíritu del siglo, novela eontlnuncion . por don Knmon de Xnvarrete.— l n día de viento.— Faoleris aren. poesía, p >r don Manuel del Fnlaeio. — «'remen musical, por don Luis Navarro.— Preve reseña li istèrica ,|e Mi.ntevideo continuación), jiov don Miguel J¡°bo.—Los lebreles, por X.— l-.i easUSOdel cepo. en Ingiaierro. M"immento al cenerai 1‘riiu. - Kspaíia m tuba.—Anuncio. Guaba DOS. — Retrate, del ge n e ra l «la S om y UOllnr ......... , de Mellid.—Kelrnto de moa eíior (¡tn5«n. arzobispo de files. .........i , monumento en honor .leí ueiicral rrim: Vista en pei-speeiiva xiadi al . jnwiguraciunde la ensa-:. -ilo pani los 385«lelas lavanderas.- Madrid Los Viemes en l'alaeio : El Imumicte romanos: El l.niolid (,., W 7 sus compañi.". . - I n egipcios, nos brindan á una con insigue prueba de ello , que ya cuenta nada menos que treinta y siete siglos de anti­ güedad. I,ei*mos en el Génesis. cómo alcanzando el patriarca .losé la privanza con Faraón. 171.“» anos antes de li era cristiana, al hacerle éste su ministro y valido, se quilo de la mano el anillo real v lo puso en la del pa­ triaren , le vistió una ropa de linisimo lino, y le echó al cindlo un collar de oro, la rg u e s a n r e a , que dice el sagrado Icxlo. Durante doce siglos, desde el W in al m , menciona la Itiblia tales honrosos distintivos en la edad de los patriarcas y de los jueces, en la de Salomón v en tiempos de Isaías. Kzequiel y Daniel. Veamos qué nos dicen los monumentos epigráficos. I.o mismo: que entre los egipcios un collar de oro, re ’iludo de las propias manos del m onarca. delante de lodo el ejército, era envidiable recompensa del va­ lor: \ que del collar pendía el simulacro de un león, cual nos le diseñan varias esculturas antiquísimas, ó el de la abeja, que en la escritura jeroglilica significa la dignidad real. Ofrécenos irrefragable testimonio de clin (contemporáneo al patriarca .losé la célebre insion: y cripcion de El-lxat . interpretada por Mr. .Mr. de «!«• 1amigo transcrita por el doctm* Drugsch en su H is t o r ia d e l F j i p i a . siglo vvm ántes de nuestra era . donde so loo que \ahmcs, cabo de los nadadores, ganó peleando en el agua el collar «le oro \ la distinción de oir ehagios honoríficos en los labios del rey. l.os persas llevaban retorcidos collares de oro. muy grandes y gruesos. Ilgurando en el g o m e r o del «vlebre mosaico de Rompcyi dos serpientes que se van á morder. Mu« lias y muy varias fueron las recompensas que II.IIM ll'HIhl al itl ardimiento lUmillM IH«' militar, 1111i i nvi . por i« daba Roma lo.« común lo-

•'il

Admirase Aillo (¡olio, en sus S a c h e s i//'cus, de la multitud de premios que obtuvo Sicinio 1»enlato: nada menos «pie ocho coronas de oro. y una obsulional. y tres murales, y catorce m i c a s : por odíenla y tres ve­ ces ganó c o lla r e s : brazaletes, por más de d e n lo se­ senta: lanzas v fuleras, en más de veinte ocasiones. l.os romanos que recibían por premio de su valor dos ó tres roton-ulos collares y cinco o seis fuleras, colocábanlos sobre el p e d io , sim élihúm enle y desde los hombros: algo parecido a lo «pie bucen hoy nm sIros soldados con las c ru ces, medallas y cintas obte­ nidas por acciones de guerra. Novio, bivio. Propercio. I.slacio, Silio y .Invenid, cuentan los culi,iros de oro y las lateras entre los me­ jores adornos do valentísimos soldados; y Forueho Tácito, en el segundo libro «le m i s /l i s t a r í a s , se goza i'onloiiiplando á Nildio vencedor .-obro fogoso caballo, seguido do iulinilas logioues y cnhorl.-s por «d pnoulo Milvio. donde las galas de los soldados, las I.doras y collares «I«' oro. cenlolleaban á bis rayos del sol ha­ ciendo lamosa vista. Dionisio do Aluarnaso. al describir las alhajas do S irio , procura notar asi la diferencia entre el collar y la falora : «l.os collares i/or en que se •dervenir en i -los sucesos á M eiliu. reputado padre de contrarios, bastábale á (¡en a n tes leer sus pvop •da magia en la opinión del culpo europeo: y de todos escribieron. A la misma das«' pertenece la supersti­ medias. Si estaba instruido en las reglas del arte ción de las varillas de virtudes, mencionadas en la ••estos elem en lo s, aglomerando lo natural, lo alegódespreció cuando componía, hizo lo mismo que noi i de la pápina VÌ71». K.-las varillas lian -ido muy ••ricit. In ridiculo y lo caballeresco. liirmó la aventura que e n e e i e n ln j los piVívpfoN co n se is linees, »luis feliz y más poética di 1 Q u ijo t e .» célebres desde la de (’.‘u v e . ó por mejor decir, desde gados uno y olio por el gusto del publico. la de Mercurio, que parece haber sitio el tipo .le las Tomo V . pápina A.Y. Trata de los errores populares, Debe hacerse oirá reflexión. Lope no debió, demás. Ya en la pápina 'gt.S halda dado noticia de los no sólo en España, sino también en el resto de E uro­ lebridad á sus «nmedias liis h 'ic ic n s ni á las di que eran tenidos en tiempo del autor del t j n i j n l e pol­ pa. acerca de la asi miopía judiciaria. en las cuales se notan la mayor parle de los d li ande mápiros y nipiomanles. Tomo V. pápina 10*2. Hita las palabras de Abrahnm censurados por (¡enantes: sino á las que entó Tomo V I . pápina ATS. r.on motivo .le la impida (•Helio, que dieron alpun crédito á la fábula vulgar muerte de A lli-id o ra . cita un pr.ni mimerò ile per­ (le que todos bis insectos que se aliño otan del cuerpo llamaron de e n ¡m y espío/o . como /. entrambas profesiones en la curte de (¡astilla desde celebró Avellaneda, (.¡misura «•! mal lenguaje, el pési­ establecido en la corle de España. El San Fernando, que postaba de los Irov.'idores, y m imo gusto, la filia de urbanidad, de gracia y de decen­ mudo al principio ñ . in n ie e , filé introducido P"r t e i n l i i i ip iiè n lo l i n e i l i iiic .it y j u i é n n o . mino dice cia en el pscMido-continuador del I J n ijo t e : y se admi­ de \Vpa en su comedia la E e n tic e s illn : en edtí mi hijo don Alonso el Sabio. ra como nosotros del elogio que bai e de él en la apro­ empleaban los autores dramáticos todas las sales Tomo II. pápina ¡IMS. Fm im era los libros de inven­ bación de la moderna edición suya, don Agustín elocución festiva y familiar y de la sátira |'(" ción y entretenimiento, que precedieron en hispana Moni ¡ano y Covando, que llegó basta decir: n o es fe io I llimaioente, en la nota de la página A'.I'.K rec id (Jn i jo te . ¡I s in i j r i i e i j o r o m o I '.ecco u le s . Esto decía el que las diferentes composiciones dramáticas en q,lC lom o IV. pápina i'd. F.s bien conocida en nuestra creyó haber regenerado «*l teatro español con sus dos introducido el personaje de Hon Ouijole, s i e n d o 11 historia literaria la tradición del ¡¡o s e n p ié , papel .jn,. Irapedias A l i u t i / o y I i d / i n i n . Tales son ellas. Kn las mera que se cita l.n s Im iln s d e C n in n e ln i el >' se supone escrito por Corvantes para excitar la mal ip­ bellas letras todo está enlazado, y no era posible que Melendez Valdés, y observa que ninguna de *? hiciese Inicuas tragedias el que tan depravado gusto se conocen, y lo mismo se puede inferir p1'® il idad del publico y buscar compradoms ilei ax, porque en este mismo tivns i0 llreY sarn«inte damos á luz dos grabados rela5j á aquél y á éstos. res jS l’,ara ''°nlestar direelamenle á los murimirado^ declaramos:

ha sohJu |IlI stii A('-,on E scanola y A mkiuc.ana no vención i ' 0’ '|.° s)■)

La disposición general del sistema permanece por lo demás invariable. Ya se adopte el sistema que propongo, ó ya el or­ dinario de las barras de hierro, siempre interesa co­ nocer de tiempo en tiempo si la unión del romlnrlor con la tierra subsiste bien e-lahlecida. Entre h s di­ versos métodos emplead. - para llegar á este resultado expongo el siguiente, absteniéndome empero de pre­ conizarlo como id mejor, por la sencilla razón de ser fruto exclusivo de mis estudios, ó al méuos qu e no he visto reproducido cu uiiigun tratado especial ni elemental ile tisica. llá. • «Hnu. y traduciéndola al len­ guaje del álgebra, se tiene

I'«' todas las aplicaciones de la cleeliici.lad estática, ninguna entraña iiiavon - utilidades que el para-ra\i s . que lia venido á proporcionar un medio tan sen­ cillo como eficaz para pre -ervarse de los desastrosi s electos de la h*mpcstad. y constituir de esta suerte la aplicación más grandii-s t de cuantas ha producidu el vasto estudio de la ciencia eléclrie.l. I o para-rayes consta esencialmente de una barra « U metálica colocada vcrlicalm eiile, terminada en punta I v -Kf - r„ por la parle superior. \ puesta por la inferior en eumiiiiicaciuii con el sucio por medio de alambres de para un solo elemento, siendo E la intensidad de la corriente cuando la suma de resistencias interiores y cadenas. Kenerahueule la barra es de hierro, dándosela una exteriores es igual á la unidad, U la resistencia de la longitud de S á 10 metros, y un diámetro de ñ cen­ pila, que es la que importa conocer de antemano para tímetros en el extremo interior, .pie va disminnvendo d.•terminar el valor de I incógnito, pues >• ó resis­ gradualmente hasta terminar en p ida muy otilada tencia del i-imiilo exterior equivale á la suma de re­ por el extremo opuesto. Esta lia n a , sim u la en la l e ­ sisten. ins de la tierra y del alambre conjuntivo, y se gión más elevada «leí edilirió que se tral. i de preser­ repite evidentemente en todas la* experiencias. Obser­ v a r. se pone en comunicar-ion directa cotí el suelo á vando el galvanómetro en diversas ép. cas s,.paradas expensas del e n n d iic lu e . Asi sL. llama el enlace me­ por un tiempo indeterminado, se comprende bien .pie tálico que la une con el suelo, y que está rom puesto coni riendo las resistencia- v las fuerzas electro-m o­ por una reunión «!«• alambres de hierro, ó mucho me­ trices de las pilas empleadas , se tienen datos su(¡jo r de co bre, formando entre todos un haz de I á *2 eienles para determinar los valores de 1 en lodos los centímetros cuadrados de sección. La ex Iré nidad su ­ caso-. Y ámi puede a ñ ad irse, «pie empleando exclu­ perior se recubre de una ligera capa de platino, de sivamente pares de una misma naturaleza, se hace plata ó de cualquier metal inoxidable que impida e| inútil el eoiioeiiniento de E , con lo cual se simplifica deterioro incesante del hierro expuesto al aire libro, de un mo.lii notable la operación. l'ladis las cantidades E v H . cualquier pila puede barnizándose lo restante de la barra v del conductor sei vii* para el objeto: sin em bargo, se hace preferible hasta su punto de contacto con la tierra con tina sus­ bajo muchos conceptos la do (¡aliami, cuyas buenas tancia impermeable como la pintura al aceite. Impertí cualidades son tales, que no puedo méuos de exponer mucho que el conductor comunique bien con el s u e ­ los resultados que continúan esta conclusión, y obte­ lo, pues de otra suerte la eficacia del aparato seria ' nidos p..r expío ¡en. ia> que he verificado rerienfemeiile nula ó negativa. • •o Torto,-a. LI S de Setiembre de lSTt) tueron monl ’ara lograrlo se suelda una plancha metálica ó un rail al extremo r.uniliradn del roniluclnr. v -■ intro­ l a d o s d u s e l e m e n t o s ( ¡ a l i a m i eli u n a e s t a c i ó n . y o t r o s duce en un pozo de A á í metros de profundidad en d o s e l l o l í a . d i s p i i e s l o - e n s è r i e . s i e n . l o e l cire •dito e x los terrenos mejor conductores. como por ejem plo, á i te i'iol* lili h i l o d e c o l •r e d e u n u li lil i t e t r o d e •li . i l i i r l i o orilla- del mar. «le un lago ó de un rio, esto es. cuan­ v d e 1 I S m e t r o - d e l o n g i t u d . I.a - ini c n s i il a il i- ■ s u b s e r do pueda abrigarse* la seguridad de que la- tierras v a d a - e u l a b r ú j u l a e n u n a e s t a i c io n h a n s i d o s u c e circundantes están eonstanleniente impregnada- de s i v a i n e n l c i • humedad. En los terreno- peor conductores, bien por 1ST 1. s ¡OUM'll__ . ... Ml» I.sTo. s S.'lilHlllii'«'.. . *g«" go tin :tl 1.IHMa ---- . . . . MU -ii eleva« ion sobre el nivel del m ar. bien por perte­ gi.:, il 1 I'Ll .•ru. I» necer á formaciones Ígneas, como en los terrenos gra­ .'io O rlld .i.-. ... . ;;t -M.-ir/ii.... . . . . if!) níticos, y en lodos los cristalinos, ó en lin,en losme•go Nuv irint.iv ... :t-g •gu Il •gs.r» Iamor (i eos y en los sedimentarios muy antiguos, el Í A l m i ....... . . . *gs 111 1lirii’iul ili'.... : ü ■ ; jo •gii pozo ha de ser más profundo, v átlli en este caso dehe rellenarse el espacio que inedia entre las paredes v ol En lu esta, ion ronligtin las desviaciones lian dado conductor con i-arhon de piedra ó de cisco fuertemente lugar á ,-éi i.-s análogas. Las observai-iuiii*- desde me­ apilado. diados de Noviembre á liues de Hii ieinlii'.* indican la Kn para-rayos bien construido con arreglo á todos lenlitud v la regularidad de los acrecimientos; v corno los preceptos de la física, no es un aparato de gran e- una ley general que toda eanlidad que pa-a por un coste; -in em b a rgo , todavía le es bastante pala que máximo ú por un mínimo experimenta las menores su uso se generalice entre las clases méuos acomoda­ variaciones ruando -e halla en las cer.Minias de este das, v sobre lodo cu Ies campos y en las aldeas; y máximo ó de este mínimo, fi. il -cria deducir que ha­ como la barra de hierro sea piincipahnenle lo más di- bría de conservarse largo tiempo estacionaria la ma­ li. il de adquirir, no hav duda que si posible fuera yor intensidad, «leen riendo luego en orden inverso en sustituirla | or oirá sustancia más accesible, quedaría virtud del mismo principio, como electivamente lia obviado aquel inconveniente. La teoría d é la electri­ sucedido. zación por iullnencia, y la residencia superficial, real Los pare- de que me he servido tienen un zinc cu­ ó aparente, de la electricidad (••láiiea, me han con­ ya superficie vale A*_g , |(>e , v las dimensiones del ducido á la idea de construir para-rayos de madera vaso de vidrio *2VF de altura por lAe de diámetro. La recuhierlns (le z in c , ¡dea que publiqué por primera resistencia de esta pila la lie encontrado igual á 7,S, Vez en la Itevisla cicnlilica Les M o n d e s , y que reposa, lomando por unidad .1«? resistencia una columna (le como se acaba de iniciar, en la propiedad que poseo mercurio de I metro de longitud por I milímetro la electricidad estática de r e s id ir é de propagarse s o ­ cuadrado de sección. El valor de E diliere apenas del bro la superficie de los cu e rp o s, de donde resulta de la pila de U.miell, si bien es innecesaria esta can­ que mi conductor macizo produce « I misino efecto en tidad cuando se tiene presente lo dicho más atrás. nuestro caso que olro metálico lotero; y como entre La lonria del para-rayos se entiende sin dili. iillad la conductibilidad del zinc v del hierro existe la re- recordando la de la elcc.li izacion por influencia. Al ‘2 1 . 1 pasar por «m ima del aparato una nube cargada de lacio» j t) | habrá ventaja en sustituir la barra me­ electricidad , positiva por ejemplo , repele el llúido.lel tálica maciza por otra mucho más gruesa de madera, mismo sig n o , que se pierde en el suelo por el conalertando la forma de cono muv prolongado, y recu- d u r lo r , y atrae hacia la punta el de signo contrario; hierla de una plancha de zinc, ó - i se quiere de plomo. pero á causa del p o d r e d e In s p u n io s , el llúi.lo acu-

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i,A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A .

LA

A ' S T II A L I ON E S P A Ñ O L A V A M E R I C A N A

I-A ILUSTRACION ESPAÑOLA V AMERICANA. miliario vence la resistencia riel aire y se combina ron la red rie telé-ralos domésticos establecidos en París una m ujer / o n c e.— /.Talento?— Aurora tieneaL0 el positivo rie la n u b e , la cual «pieria ari reilnciria al y en otras capitales del extranjero. (Jtieriendo por mi se le parece, pero que no lo es: travesura 15 oslado néntrn ó ile.'rargaria. Puede ai ontecer, aunque parte asegurarm e d e q u e la acción que ejerce una nu­ de imaginación . experiencia. — /.Dinero? — ¡ c\ be tempestues,i sobre estas redes circunscritas es nula voz pública asegura que la brillante y seductora ron pora frecuencia por l'orlnna, que la electricidad propoivionaria rio esto modo no baste á neutralizar ó despreciable, lie observado repetidas veces durante tiesa, según dicen los cronistas y revisteros e aipudla, on ñ ivo raso la chispa estalla onlre la mi he fuertes tempestades. v eli dos localidades distintas. artículos snhie bailes ,— la brillante y seductora v el onI iviiio alilado riel para-rayos; pero aun en oslo Huda ( Castellón ) v Torlosa. la brujida anexa á un (lesa lia disipado la mayor parle rie lo que lieret, caso puede abrigarse la se¿unriari do que el sistema i-i i emln de robre de ISO metros de longitud, lio ha­ sil padre y rie su m arido, en trapos, ó sean lo ¡¡e metálico será el ñu iro en recibir la descarga, li 111imeneas, que nunca lian despertado temor entre las para buscar alimento á su insaciable a poli lo tío luj, el rayo es una cosa sólida que r u ó . scgiiu la expresión personas más preocupadas. fausto y de ostentación. Nadie sabe á punto lijo á cuánto asciende Li' mi L a r , -obro' la l i e r r a . destruyendo ó su paso los ---------------- ■---------------------------------------fia del poeta, pero generalmente so |,i supone in cuerpos con quo tropieza. 1 totuoslrada loóiicanioivlo la eficacia del para-rayos, sa : el que monos la calcula en ‘dri ó d.‘ > millones EL BANDIDO GASPARONI. no bav quo decir quo la experiencia lia venido á con­ reales. ¡Figúrale si la de I’eíialver podía riesap Vean nuestros a precia bles suscribiros, en la pági­ t bar una ocasión semejante de restaurar su firmarla do una manera coiicbiyenle. F ra n cia . Ingla­ te rra . Bélgica. S u iza, v en general los pari.-s más . na r*7. los reí ral os exactos, copiados de fotografía, Inania la fortuna! \si desde el primer dia se df cultos, aquellos en que habiendo alcanzado mayor hecha en L o m a , del famoso bandido Casparoni. y de itifuligahliMiionlo á la tarea de conquistar á darlos desarrollo los conocimientos cienlilicos -o oucuonlrau algunos individuos de su partida, terror en otro tiem­ omitiendo medio alguno para ello. La gente sólo on condiciones las más ventajosas para compreurior po de la hermosa campiña que riega el Tibor. Ida de corm /ofcs «/«• t l o l r s : pero yo te aseguro ¿(Juién no lia oido hablar de Casparoni? ¿(Miieu no los hay de ambos s e x o s , y que la moderna Diai los beneficios quo al sabor so deben . registran en sus ostadislicas un número relativamente pequeño do vic­ conoce este célebre facineroso retratado ib- mano maes­ las puede apostar en su habilidad para razar nía tima' causadas por la tempestad. Por el contrario, on tra. romo piensan algunos crilicos, por el popular con la Diosa q u e , según la mitología, ora una ( España, on que estos aparatos son raros, sobro todo Alejandro D om asen el Litiggi Yampa. cuyas I m z i n m s cialidad para dar alcance á jabalíes y ciervos. se relieren en varios capítulos de E l C o m li' d i’ M o id c fuera do los grandes centros rio población, las des­ T e sorprenderás, sin duda, de verme á mi tan f gracias personales son numerosas, y por no rilar más I I r ¡ s i i r ? tan pacifica, tan im pasible. animarme tanto al ti Casparoni era el tipo de o«os bandidos italianos de esa m ujer: y no menos maravilla le causará que un ejemplo de ilolornsi memoria para los que liemos vivido corra del lugar do la escolia, basta re­ que asesinan, sin escrúpulo de conciencia, al descui­ prescinda de mi ordinaria benevolencia respecto cordar lo ocurrido hace pocos años en el pueblo de dado viajero, por robarle algunas piastras, y rezan ella. Esto se explica porque su conducta impn líonasal p'.astollon). donde el rayo destrozó el campa­ luego devotamente 1 rey Víctor Manuel, que señaló con algunos basta lo infinito por la preferencia de una de las ella se coge constituyen un para-ravos imperfecto, con gran peligro de ju g a r un papel tan triste como impor­ hechos de clemencia el triunfo d - la anhelada unidad .¡eres que ligvir.m en primer término en la a b a s tante en la recomposición de las dos electricidades. Si de Italia, mandó poner cu libertad á Casparoni y á dad de la corle: por una de las deidades que ponen el lin de esta práctica reduce á llamar a los Heles los pocos individuos de la partida que ánn vivían. tono y dictan la m oda; en lili, por una noiabili Casparoni frisa ya «mi los ochenta años: es alto, ro­ /n s h ¡ in n ih l ■• \ aristocrática. al recogimienlo avisándoles que se aproximan momen­ tos solemnes, ¿qué mejor que el retumbo del trueno busto. de fisonomía expresiva, con luenga barba blan­ El infeliz no sospecha los vergonzosos móviles puede anunciarles de que el fuego del cielo e*lá e n ­ c a . v de mirada todavía chispeante y vivísima. proceder de A urora; él imagina que lia inspirado A hora, el antiguo bandido, que habita una linda gran pasión, á la que basta ahora lia sido cruel y cendido sobre el mismo cénit? I I espectáculo que ofrece entonces la naturaleza entraña un sello tan ma- casita en las afueras de L o m a , hace una vida patriar­ (leñosa con lodos; á l a q u e ha visto indiferente á niliesLo de sublim idad, que a llí, como on lorias las cal v sencilla: ( nalqtliera «liria al verle que se bailaba plantas cuanto bav de más ilustre y distinguido armonías riel Cosm os, aparece infinito el poder de delante de un honrado campesino. Madrid. A-.UlKl. en cuyas manos descansa la existencia d é l o s ¡ P o b r e , pobre C a rlo s! ¡(Mió helio es somej mundos. sueño! ¡(Jué Iris'-» y qué doloroso debe ser el de. Puesto que de la tempestad se traía, lio sera hiera de lar de é l ! propósito demostrar lo infundado de una opinión bailo Muchas veces, acordándome de la dulce am exagerada en nuestros dias. rie que la proximidad de NOVKLA DI-: c o s ' i r M HIMÍS CONTKM l-OltA MIAS, que nos lia unido, estoy tentada de baldarle, dea las estaciones lelegráliras 1it o al] < " ‘ ncliar del *j| Squarcia oste ¡u!| Ionio. Se a folla salmi n Dira cu 'pie tiesconozcflj sefior Squarcia, | aplaudidoen tnìosi •rim e ;, ha decaido hastanle eu ri actual, y su imi esponile a sii biieil deseo. I a \rcilrcii.n v o i lemor del baritono fiteron coni a sos para el l ajo stM'mr ilapponi, y de mpii nactó lave riesco de que esluviera expueslo a demostrao es iires| ■ lnu>as y poco adtcnadas à la atmosfera! i Ito ionaiia eli ,pie v i . i m o s . e l famoso duo de 111 eilad con que I . minia cl se^undo arto. Por folli -is bellos v rscs de Homnni y la inspirada mùsica ■>Mini sala n llecar al a lm a , à pesar de los trod

P i SeisVXx.

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L A ILU S TR A C IO N ESPAÑOLA Y AM ER IC AN A.

LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA Ñ'-lllClV

. „ „ „ i ., Rivera v de don Manuel O ribe, teatro do Snlis; comenzaron á desaparecer la > Ulula­ proclamada quedó su independencia, «lió grande e n ­ C'.onslitucion que de común acuerdo el lhasil les de' m®"C1°"ien cs recavó la honrado la más ele- lias 1 1 ; principió á tener gran desarrollo la parte sanche á la riqueza y bienestar del pais, y aprovechó l)el aparato no hay para qué hablar; la procesión, 7,os quo iufort miados cantores pongan en < el camino. República Argentina otorgaron el '2< ¡ de Mayo de primeros en I j república, definióse cu esta- nueva de la ciudad, presintiéndose ya lo hermosa qule más que á ninguna de sus comarcas, á la capital y sus El que conduce a á su íoriuna fortuna seguirá la empresa si durante la famosa marcha fúnebre, que es un rasgo á la llanda O riental; cuyo pais figura desde enli Vada Í ° ? f 3 c a interior, que tomando por jefes á llegaría á ser; como ahora se pronostica que juntas cercanías. persiste en renovar el repertorio, como lia empezado á de g e n io , era una mascarada de a ld ea, en la que se en el catálogo de los independientes con el nomb^ ambas partes liarán de Montevideo una .le las mejores Merced á una administración bastante ordenada, fue hacerlo poniendo en escena B o u S e b a s tia n y /•./ sacan á la luz del dia lodos los trapos viejos, sin cui­ H . X p e w ™ i ,8rnmP1,rt Tde , Illa ? n "c o lm ? República Oriental del l'r i ig u a y , y con pabellón y m is pobladas de la América Meridional. En una desahogada la situación del Tesoro. Y como por las esos no. i u denominación el uno. v darse del tiempo y lugar que representan; el tribunal 0 S mí e con la denominación de c o n d e n j . cuyo campo blanco figuran nueve listas azul cele a reconoció reconoc ,i;irlU hcra di' I tonizolli. En llarceloua , donde el que cabe á los héroes del dram a; pero la empresa se de IS-J‘ >, después que ya no quedó duda de qjJ 61 país muy poco poblado, y á un carácter inquieto cogida > íarion v pur las riquezas (pie pródiga iter­ en verdad . á que muy aficionados son en general los gobierno no regala teatros para la opera italiana, ni ahorra una decora-ñon. considerando acaso intempes­ cumplimiento de los preliminares de paz, firmó lC? te nn pai» ‘ ■‘ "-j ramò esa misma Providencia, en el suelo ili del Estado hijos de aquella tierra, l ’ero á gastar en provecho po­ * ' ,1 t.'j de los orientales. para ninguna otra clase de espectáculos, hace muchos tiva aquella curiosidad. en Rio Janeiro el de Agosto de 18‘ J S, llegaríanáJ y fogoso cual e < 1 que la reconoce como á su legitima cipila!. o que coineu/o a sitivo del comercio; esto e s , con el dinero en mano, Cira obra nueva en la escena ilei teatro Nacional, Añadió grande alimento al fu. años que se comuña ya esta obra, como otras varias tina vonliul < % n la prauica. del gobierno de i ’ como al aproximarse el término del plazo presi­ produciendo gran consumo y dando de consiguiente devorar la república la intervención no oidas en M a d rid ,’ gracias al régimen á que está aunque no de tan buen éxito , ha sido i . l c o n ile "»'y, En el intervalo abrazado por esta guerra de e¡ dencial del señor d ir é se leuiies • por la tranquilidad grande aumento á las rentas públicas. pie con frecuencia preciosa jovu de llossiui. escrita en dos actos y divi­ nodulos más famosos tiranos, qi sujeto desde que se estreno nuestro primer teatro lí­ rip a rim i. sufrió Montevideo las consecuencias pn Meridional, en la del pais, y visto además por los c o r if e i' de ambos „ ,narecor en la \ monea N (S r rico . que podrá servir para fomentar los intereses de dida en tres, para que hiciese función completa. de semejante estado para una plaza tuerte, agrav¡ is-r. O H partidos que en el estado de la atmósfera politica no de Muse-a hecha de encargo, pues la escribió marcha de las disensiones domésticas. Las tropas o algún empresario, pero no para progreso del arte M iguel L odo. por el despecho do unos dominadores que veian iVwis va entrado el segundo periodo presidencial de seria posible conservar esa tranquilidad, s ie n la elec­ España, ni siquiera para saber oportunamente el que para un apropósilo titulado /-./ n a j e a lle n a s . y se canto Uvera, invadieron la república, y con el peso de sus ción de presidente lograba uno de los dos elevar al tiene fuera de nuestra patria. Injusto se ria, sin em- con motivo de la coronación de! rey de l-rancia . c a r ­ pársoles de las manos un país que consideraban definitivamente sujeto al dominio riel imperio. silial de la primera magistratura un hombre exclusi­ a r m a s trataron de inclinar por completo la balanza á ilargo. no elogiar la actividad de la actual empresa los N . os la del C a ía le U n j , como toda la del último Entra por fin en la capital el I." «le Mayo de favor del partido M a u ro . La resistencia de sus adver­ vamente suyo, convinieron los dos principales cori- 1 LOS L E B R E L E S . qntr contra la inveterada costum bre, dará á conocer estilo «le llossiui. verdadera preciosidad artística. el gobierno riel Estado, que desde Junio de \ feos , generales Oribe y flo r e s , este último jefe de los ¡ Si el célebre maestro italiano se hubiese cuidado b i o s no lué bastante á evitar que . ominando ya e en la actual temporada tres ó cuatro operas nuevas venia funcionando con carácter de provisional en mis todo, ayudado por el poder de L o sa s, llegase el a d o r m ía s , desde que Rivera m i rió en viaje al re­ No intentaremos clasificar zoológicamente estos her­ para la juventud filarmónica de M adrid, y nuevas alguna vez de los dramas á que aplicaba sus bellas Florida, v del cual era jefe desde Diciembre de j gresar de su ostracismo en el lh asil. en verificar una mosos animales, variedad muy apreciada de esa n u ­ melodías y su inagotable riqueza do armonía < • ins­ etc de ese partido , general O rib e , a ponerse delante también en la escena del gran coliseo. aguas para camino que sus ideas le trazaban. este Tenorio p o u r r ir e . días, efectos de expresión dramática, comparables á 1 desnudos de práctica, casi sin excepción, aquel! — ¡ \ la li e b r e ! ¡ Á la lie b re ! los de adentro, v apoyados éstos m oral, y á veces ma­ No tardó en mostrarse armada la ira del burlado Ninguno de los artistas á quien se encargó la cjelos del tercer acto de M a r ía d i lia b a n y segundo quienes tocó en suerte verificarlo, y ya apuntando á este grito es repelido por todos lo* cazadores v terialmente, por el poder de Erancia ó Inglaterra, se partido. El general don Mesar D ía z, acompañado de do L u c r e c ia B o r q i a . y una concertante en el cuarto cucion de esta ópera la halda cantado antes, ni áun los rivalidades personales y las pasiones á ellas inlie ojeadores. hallaban en la imposibilidad de rendir á Montevideo. otros jetes v oficiales, entre los cuales contábase al­ acto q u e , no s i n r a z ó n , lian puesto algunos críticos al esposos T iherini. en quienes se conocían los esfuerzos les, apenas >i algo piulo llevarse á cabo con aqu En efecto; una hermosa liebre acaba de pasar, á Y corno, por otra parte, careciesen l"s que á la plaza guno relacionado por lazos de amistad con el presi­ á fin de dominar una música no escrita para los que, nivel del famoso final del segundo acto de L u c i a , pol­ requisitos que exigen las determinaciones, lanío lil'o de pistola, por delante de aquellos, rápida como defendían , de medies para levantar el sitio, pasáronse dente de la república, levantáronse en contra do la lo magistral mente escrita, aunque la acción dramáti­ en estos tiempos, aprenden con tanta facilidad á ser gislalivas comn gubernativas, si han de produo una exhalación eléctrica, casi arrastrándose por el suelo lodos los años de su duración en dar unos y oli os dia­ autoridad constituida, pero con la mala suerte de ser ca no interese como la poética creación de W altor cantores dramáticos. Por parte de los citados artistas, resultado á que deben encaminarse, y si han de y con sus largas orejas tendidas y como pegadas sobre vencidos por las tropas del gobierno, que les hizo su ­ ria y señalada mue>lra de valor \ con>laucia. V por la del señor Potit. cada vez más acreedor á los Scolt. , , , . ., por lauto, duraderas. el lomo. frir la cruda de ser pasados por las armas en el sitio Asios, que l.m luego comenzó á derribarse el ed i­ Conocedor de los recursos del a rte , y hábil para merecidos aplausos que el público le tributa. L t c a n ­ Sin embargo, siendo la llanda Oriental pais d ficio de la dominación de llosas, á impulsos de la liga llamado Quinteros: no sin que el partido a d o r m ía Eos lebreles la lian visto, y en el momento rom­ d e U n j poco ha dejado que desear; pero, como sie m ­ expresar líricamente las pasiones que caben en el con largueza por la Providencia, y sus producía pretenda que babiase celebrado una capitulación e n ­ pen la cuerda que les su jeta , y lánzanse en segui­ que para ello celebró con el lhasil < •! más importante pre. para desfigurar el conjunto bahía algún lunar, y drama m usical, fallaba á Rimizetli el genio de Ros>idesús tenientes; secundado éste por e! inmenso nú­ tre los contendientes, y que fallando á ella baldan sido miento del ligero animal, dando sillo s inmensos y esta ocasión lo filé la señorita Pernardoni. sin per­ valiosos v tan necesarios para industrias de bis ni . que hace se respire el ambiente de los Alpes en importantes, sintió el respiro que le dalia la tora mero de dosooiilenlo' que en I i* eme uva-- argentina* inmolados sus infelices campeones. Margo que. ú sor casi imposibles, mientras los jinetes entusiasmados R„ ( ¡ „ ¡ H ec er nn ia T c ll * ó el espíritu observador de Me- juicio del lunar mayúsculo que corre de cuenta de tos I ciun de épocas desastrosas; y comenzando á esl sufrían el inhumano poder del que por lautos años |o cierto, ocharía inmensa responsabilidad sobre el g o ­ les siguen, corriendo á brida suelta basta perder el coros, poco ensayados, y del que se advierte en las ye rb e er, para res ueitar la Eraucia de I.VrJt en /.os comunicación animada con otros á quienes ejercía, vióse el sitiador Oribe constreñido al aban­ bierno que consintió el hecho, y que perjudicaría so­ aliento. concertantes, donde las notas salen como fuego gro­ llm iiin a t c s , ó trasladar á la escena la exhiiberanle vida rnen'a sostener con él contrataciones mullías. em dono del asedio de Montevideo, v completamente ven­ bremanera al buen nombro del partido que ese mismo Pero la liebre lia ganado terreno, y corre como m u de ios países intertropicales en el cuarto acto de l.a i in­ado á herir los oidos de los inlelii s e-porladores, i también á demostrarse los inmensos beneficios qi saeta dirigida por certera mano. gobierno representaba. Di* lodos modos, siempre r e ­ cidos sus partidarios, cuando la unión de argentinos, i''odo el director á quien corresponda, entre la haA f r i c a n a . Verdad es que, á u y reuniendo en un hom­ seria dado reportar del cambio de sus productos, N sin embargo, el pobre anim al, romo si adivinase sultará la muy sensible verdad de babor sido vertida brasileños y orientales , dieron en tierra para siempre ...... de directores que forman el alio personal del tea­ bre la inagotable inspiración de Rossini y la inmensa raja conseguir llegaba tiempos de paz. el peligro al verse perseguida por lebreles, se olvida sangre de hermanos; por más q u e , como preciso es ton aquel poder, en los campos de Monte C a sero s, al rieiu ia de Meverbei-r, en sesenta -lias no hubiese po­ tro, haberse permitido alguna licencia para q u ilir la l.a que más sintió, puede decirse, los efectos dt de sus astucias ordinarias, y sólo busca su salvación principiar el año de IS.Vg. creerlo, obrasen para ello los gobernantes obedecien­ dido h a ce r. sino por dón sobrenatural, una ópera en frialdad con qu e termina la citada ópera; pudo variar nueva e ra , íué la capital. Pues si bien no en g en una carrera cada vez más rápida y desesperada. do á la idea de que ante la salvación dol principio de Mas astutos los corifeos del partido b la n c o , que los cinco actos con melodías grandiosas y originales . rú a la decoración final y hacer, de la vuelta de los cruza­ escala, porque no se improvisa tampoco la riqueafl del co lo ra d o , lograron una mùtua cuivem iim In útil, no obstante; porque algunos momentos des­ autoridad no hay consideración posible. Idea de com­ . , - .................................. • ................, , "■ l;' en nuevas combinaciones armónicas y en electos .te | rlos, una escena de espectáculo; pudo aconsejar á la un pais, ni al Oriental aportaba aún la numerosa pués la alcanzan los ijn h ja s corredores, se arrojan so­ pleta cabida, por muy lastimosa que sea su práctica, en pial quedaron todos dentro del patrio suelo; gozando instrumentación, y lo que es más d ifícil, con colorido señora l irlolani que añadiese un rondó, lomado de al­ migración europea que á su suelo lia ido luego bre ella y la agarran con susalilados dientes, sin darle países en que semejante acontecimiento, por lo anti­ jndistintanieiile unos v otros de lo que ese suelo dar­ guna otra ópera de llo ssiu i, pieza que hubiera estado lo c a l, en cuanto la música puede darlo. (tiendo . importando a d ic id a d , inteligencia y R tiempo para dar un chillido. les podia. guo y arraigado de las instituciones., es una excepción, I,a ejecución do B o u S e b a s tia n en el teatro de la e „ carácter, v áun pudo designarle cuál debia ser, no de trabajo, es lo cierto que el aspecto de la pobl ¡Rravo! ¡llu rra !— gritan entóneos los jinetes que Inauguróse una era que lodos los.de buena le , en y por tanto, que puede ser dicaz el remedio de casti­ O pera, ha sillo menos mala que la de otras obras, sin liándose del gusto de dicha señora, visto lo que eligió tardó poco en exhibir muestras de bienestar; lian seguido al galope detrás de los perros, y presen­ garlo con extremado rigor; pero á nuestro modo de n° Y ob'o partido, la pronosticaban de grandes bieHogar ni con mucho á ser perfecta. Kl barítono señor para lucirse en L in d a d e C lia n m n u i.e ; pero compren­ millo dimanado del movimiento comercial desj: ciado la victoria de éstos. ver, contraproducente en aquellos en que la inexpe­ jjw para la patria. Eomenzú, en oléelo, dando señales Qiiinlilli E eoni, encargado de la parte de \ asco d e dió acaso que, lo que no sale bien, puede lener ei me­ en los más el deseo de dar ensanche á los ciiif I Mras veces, la lieb re, perseguida de cerca por los riencia, la falta de educación política, tienen que ha­ tolerancia y de olvido de lo que acababa de tener rit.) de la brevedad, mérito que, muy á pesar 'mio, ni ( l a m a , estuvo acertado, cantando con bravura y se n ­ la campaña, para conseguir el aumento de la* perros, se detiene de repente, se vuelve y emprende cerlos pasar inevitablemente por gratules convulsio­ Ji.j pues eligióse para el primer cargo de la repútimiento , especialmente el bello amianto fiel tino del siquiera es el de estas lineas. (lui ciones naturales. y lograr con ello una conti la fuga, cruzando por debajo de las patas de sus per­ nes. Ea práctica de la apuntada id e a , en los que se j ca . ciudadano don Juan Francisco Miró, persona L u is N a ya ii iul tercer acto. La señara Drban demostró en esta ópera cion que acarrease, no sólo holgura, sino abu» universal aprecio, por las recomendables prenda' hallan en semejante caso, sólo logra encender más y seguidores, en sentido inverso. su buen deseo por complacer á un público siempre para vida lujosa. Eos lebreles, después de algunos saltos, se paran del ’ .re,,p’íl- Su periodo presidencial, cuarto d é lo s más las pasiones: porque ningún alineudo más eficaz exigente, consiguiéndolo en repelidas ocasiones; y lo Las pasiones políticas, que llevadas al extremo, también indecisos, como asombrados por la desapari­ para ello que la sangre derramada en las revueltas ci­ c ?s a bi concurrencia de lodos los orientales á los m o m r q u e ha cantado hasta ahora el señor Cappmii. B R E V E RE SE ÑA HISTÓRICA DE MONTEVIDEO. por doquiera fuente de grandes males, causólos hr* IC|?S) Iué, apaile alguno que otro paréntesis de viles. Y tan es asi, que rara vez terminan éstas á efecto ción del ligero animal que perseguían. lian sitio las frases de la concertante final del torcer mes en la nueva república. Que apenas en el p Pero los gritos, las indicaciones de los jinetes y de 'f ,- q u ie t u d que turbaron la tranquilidad de la del esfuerzo de lo* contendientes. ( CONTI XIAi'lON.) acto. ,, . . ... dia de su vida, teniéndolo todo por hacer, con es1 los monteros les colocan de nuevo sobre la pista; ven Con este lastimoso paréntesis corrieron tranquilos aim,,' Y . f :lz Y prosperidad para el país: paz d e q u e l>ero los señores I’ozzo y 1-aenlmi so habían encar­ ma población, sin calor en el principio de auf01 la liebre, y ciegos de coraje, no corren, vuelan enton­ Ri,»n es verdad, que uo sin gran trabajo por parle los tiempos en que el señor l'ereira, y su sucesor el yabasP e,bi° n ^ ’"•cuiden, á cuyo recinto acudía dado dol reverso «le la medalla, y cumplieron con toda como imposible era que lo tuviese en un pais f'{‘® cho señor don Bernardo IE Rorro, persona de mucha ilus­ ces para ganar el terreno perdido, y es bien seguro de sus contrarios, y im sin que mediase mucho tiem­ e bunigraci.in europea, en general de inufidelidad su cometido, el primero haciendo mi rey de de dos años completo de vías de comunicación, y con habí úondiciones que la que abora le Olivia el tración. de patriotismo y honradez, ejercieron el sumo que ya no son engañados segunda vez. Portugal qu e raneaba mayor lástima por sus infortu­ po antes del desenlace final, pues cerca los T r e in ta acostumbrados ú la suelta vida de los cam En Francia, la caza cmi lebreles está prohibida des­ imperio del Poder Ejecutivo. eran corridos desde el dese nliaren . nios como ca n to r, que por sus desdichas como mo­ e 18T7, en que de guerra casi siempre del género irregular, vi' de ñ S H , en virtud de las quejas que elevaron al g o ­ Este periodo de tranquilidad, el más duradero de !l T r e s , basta el dia de Febrero d por jo (^'ls mandiló el aspecto de la población, tanto narca; v el segundo, cantando su parle de marroquí mando del general bonaerense. don los pocos anos de declarada independiente, |"'f que lia disfrutado la república del l'rngiiay, desde que bierno de Luis Felipe I los propietarios de Bretaña y cual si íe oyeran en Kez ó T a file te , cuyos habitantes las tropas, al señales1',1.? m,e','i1'" ,'1 ,'i,s,,rio >' rl l,|s" ' ," m" I""' las derrotaron del todo á las del imperio discordias intestinas, que por un enlace singular Normaudia, que vieron talados sus campos, en tres (lárlos A ltea r 1°8 mu i L " bienestar y riqueza empezaron á darle no hubiesen reconocido sin duda como compatriotas épocas sucesivas, por los cazadores. lluraingo victoria que dieron por resultado la pérdida de su misma in®1 brasileño en los campos di y ja c .los eslablecimieiilon públicos que se abrieron ( I ) Ig n o r a tilo * la le r lia e n u ili'iiiiilic im i. IViá los coristas vestidos por la empresa de moros de exiguos medios ciencia. En la Argelia está en uso , y es el ejercicio más selló la empresa intentada con tan d ó u c iia e s u u cstro á le c to r i'* si c im o li'iiio s «•rru rilc é p o c a . "Qomde los que existí.m. Inauguróse el bello carnaval para los efectos de la ilusión escénico-al n En efecto, trascurridos los periodos preside materiales, y que afirmada quedó después por la cana.

L A I L I ST H A C I O N ICS !»A Ñ O L A V A M LI*. IL A N A.

ai'occn on ci grahndo do la pàg. 0. Min ol rei ca­ lo liol. (lobulo al lupi/, del hàhil ilibnjanl(* M. I.an/.on. do los s/onqi.s oscoie-os, ntagnifiecK porros (pio posoo oi eazailor iiifaligabh» \ alorlmiado on Fi ancia y on A rg clia, ol vi/onnilo do Da\.

EL CASTIGO DEL CEPO EN INGLATERRA, YlHll''.|.0 I»K N.VCIOM S I OI. TAS. Si realmente son las penasfillii (ivas h¡jas y i ompañoras di» la oscla\ilud, ionio quiero nn célebre crim inaliza Iraines. ó o1 ohmio oslalion do la larga y pesada ro­ dona do la i si laullid . segnn so expro.si M. do (iii a id i n . os lo cierto ipio on la c i­ b-l \ vilizada \ íilanlrópii a nación ¡utilosa so iis.in todavía algunas ponas dianas di* los tiempos unís m íe lo s do la Kdnd Media. Aun están copiando los periódicas españolo* lieil.i narración li.stórica 1(110 lia publicado /." I . ¡ h e r ir de P a rís, relativa á una ejecución inhumana pi/7 e u t- n 11 ¡m e l u i l s 1 ipil* liá pocas semanas lia tenido lugar on I.óndros. on la persona do Williani Ferry , ojei m ion ipio consiste seui illamonlo on aplicar al sentenciado veinticinco latigazos, por mano do verdugo:— y on ver­ dad que al loor ol escrito del diario fran cés. que res­ pondí* do la exactitud do los lieohos bajo la IV* do un testigo o cu la r, parteónos estar leyendo una tabula iuo reib le . un relato que pugna con las costumbres de nuestro tiempo, una página borribíi* de la historia de los siglos bárbaros. sin e m b a rgo , todavía se usan t‘11 Inglaterra olrccastigos tan vergonzosos. Xo hace miiolics dias liemos leído on un periódico ingles, que cierto pobre anciano, de setenta años. Fatrick F ly n n , bajo la acusación de babor in t e n t a d o ro­ bar un saco do harina en una tienda do comestibles. Iiahia sido condenado por el tribunal do ( ‘ il-Uailly. á pagar una inulta do cinco c h e lin e s . en el término' de una sem ana, ó á ser colmado en el cepo ,sfot7.V por espai io do veinticuatro horas. Poro ;.qiic* es el cep o ? Véase nuestro grabado de la pág. til . donde grálicamente aparece retratado aquel extraño instrumento: los criminales quedan a ta d o s. por decirlo asi. de pies y manos entro las tablas del s to c k , ajustadas p e rfe c ­ tamente por medio de tornillos. Ku algunas ocasiones, el castigo del d o c k os públi­ co. y los transeúntes bailan muchas voces on las ca­ llos do Sunderland ó en las afueras de la gran metró­ poli inglesa , uno ó más aparatos de osla i lasó, qn

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