Story Transcript
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Madrid.................. Pn ivinciíus ........ E x i: aujcio.....................
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ANO XXV.— NÚM. XXVII.
PRECIOS DE SUSCRICK >.\ , l'AC.A 1)1 KQ -i KN ORO.
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ASO.
SEMESTRE.
TRIMESTRE.
55 pesetas. 40 id. 50 id.
tS pesetas. 21 id. 26 id.
¡o pesetas. 11 id. 14 id.
S U M A R IO .
T exto .— Crónica general, por D. .lose Fernandez Rremon.— Nuestros grabados, por I). Eusebio Martinez de Velasco.— Exposición de Milan : La Escultura y la Pintura, por I). C. de Coello.— Bibliografía científica : l a Materia radiante, (conclu sion ), por D. E. Pardo Razan. — Costumbres del siglo x v ti: El Corra! de las Comedias (continuación), nor IX Julio Monreal.— En la muerte de mi muy amado sobrino A lvaro, hijo de los Excmos. Señores de Fabianes (poesía), por el Marqués de Val ruar, de la Academia Española.— Una noche en Pornpeva. por I > |o=é Ramon M él ida.— Tercer centenario de la muerte de Santa Teresa de Jesus.— El Cometa, por D. Augusto T . Arcim is.— Problema de ajedrez.— Suelto.— Libros presentados a esta Redacción por autores ó editores, por V.— Anuncios.
ADMINISTRACION : CA R R E T A S ,
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M adrid , 22 de Julio de 1881.
Cnha y Piirrln-Rifn I Filipina.«.. . .............. ] Méjico y Rio di- la Plata.. En los (lemas Estados de América
GRABADOS. — Sucesos de Oran.— Cartagena : Arribo del vapor trasatlántico San Agustín, conduciendo refuerzos de tropas francesas con destino á Argelia. ( De fotografía remitida por IX I.. Montells.)— Almería : Llegada de los fugitivos de Oran que trasportó el vapor Victoria, el 14 del actual. ( De croquis Je D. 11. Navarro.) — Cartagena : Itxterior de la Casa-Ayun tamiento durante la distribución de socorros á los repatriados; Desembarque de españoles repatriados por el vapor A umancia el 15 del actual. ( De fotografías remitidas por el Sr. Montells. - La huelga de Igualada ( Barcelona) : Obreras huelguistas de los telares de tejidos . en el acto de arengarlas su Presiden ta. ( De fotografía remitida por 13. José Mestre.) — Cosas que fueron : l ha Botillería en 1X08, composición y dibujo de J. L lo vera.— Las insurrecciones de Túnez y Argelia : Vista ¿le C a
SU CESO S
CARTAGENA. —
12, P R I N C IP A L
DE
SEMESTRE.
i pesos fuer t c s . 7 pestos fuerte*. K id. i5 id. id. i( id. 1 á finn el precio los Stcí1 Asentes.
bás, foco de la insurrección tunecina ; Vista de Sfax, bombar deada por los franceses y ocupada por estos el 16 del corriente; Una calle de Sfax: Cercanías de Frendah, en la Argelia, A la entrada del Sahara oranés. estación telegráfica entre Oran y Geryville. Bellas Artes : San Pedro i
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LA I L U S T R A C I O N E S P A ÑO L A Y AMERICANA.
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el siglo x il, y la Sala de Audiencia, pintada al fresco por Salviat i, y donde s’c puede ver el famoso retrato de Mianca (.'apello ; la capilla, en lin, de los P rio r i, decorada por el hábil pincel de R¡dollo (diir landajo. 1.1 Pa/i::> I ccr/iio (cuya vista exterior aparece en uno de los grabados de la pág. 45 ) fue empezado a construir, en I2 > el eclipse más largo de que se tiene noticia. I1EZ0 N. Prohibiólas rigorosamente en 1(140, tanto, que ni ; Cnmpaflero ? ¡ C.'nno ó cuándo • l 'u.'s ¿ i/ u t co u ifH iñ iii l o s l a c l o quiso dar contestación ú los que solicitaron que otra Puro t/ue lo f'ioto ser! vez se representasen; y acaecidas, en 6 de Octubre K01.M1:. de 1044 v o del propio mes de 1646, las muertes do l'.-aa i]iii- 011 nuoiI os le muestro. la reina D.J Isabel de Borbon y del príncipe primo |i) A s ilo dice Rojas en su obra referida. También el perro génito D. Baltasar, no habia que esperar volviesen Bergansa dice a Cepíon : «¿ Yes cuán larga lia si,lo mi plática? las comedias. ¿ Ves mis muchos y diversos sucesos ? ; Consideras mis caminos Pero un año áun no pasado (q ) concertó el Rey y mis amos tantos como han sido? I’ ues todo lo que has oido es ¡inda, comparado á lo que te pudiera contar de lo que noté, ave viudo las segundas nupcias con su sobrina carnal rigüé y vi desta gente |los reí it.irites ), su proceder, su vida , sus doña Mariana de Austria, y es claro que las come costumbres, sus ejercicios, su trabajo, sil ociosidad, su ignoran dias. regocijo tic tan general aplauso, habían de su cia y su agudeza, con otras infinitas cosas : unas para decirse al nido, otras para aclamabas en publico, y todas para hacer me bir de nuevo á los tablados, y no podia ser menos, moria dellas y para desengaño de muchos que idolatran en hon cuando la bija del Monarca, la amable infanta María ras fingidas y en bellezas de artificio y de trasformacion « Teresa, que apenas habia cumplido diez años (10), Asimismo’ F.I Donado hablador enumera las no pocas d jira hados representó en el salón dorado de Palacio una come que pasan los polios autores, en el cap. IN de la primera parle. (21 K11 E l Diablo cojudo (Tranco V ) se pinta donosamente la dia, en que sus damas hadan los demas papeles (11). discordia nacida cune las mujeres de una compañía s,,bie lepar lo de papeles, hasta llegar á las manos, «diciéndose palabras mayores, y tan grandes, que alcanzaron á los maridos.« (3) Con estas palabras lo expresa E l Donado hallador ( pri mera parte. cap. IX). E l Buscón y de Uuevedo, dice : « Sucedió, pues, que a mi autor (une siempre paran en estol, sabiendo que en Toledo le habia ido bien, le ejecutaron por no sé qué deudas, y le pusieron en la cárcel; con lo cual nos desmembramos todos v cebo cada uno por su parte. ( I-ib. I I , cap. IX.) ' (4) Kn el ya citado pasaje de E l Buscón se lee: «Concertóme por dos años con el autor; hícele escritura de estar con él, y dirime mi ración y representaciones.» l-.n la loa que Renavente escribió para Ascanio y Rueda, dice :i éstos uno de los compañeros: « N o merecen respuesta I.ns dos autores Cuando sus presumas N o son rac/onos.»
V más adelante:
(6) En 15S5 los teólogos Garnica, Perez y Montesinos die ron dicliime» favorable las comedias. Mariana, en su libro Do Spoctuculi-s, decia : * Entre los demás desórdenes que de la ociosi dad han nacido, ha sido la multitud de comedias y farsantes que de veinte años á esta parte entre nosotros, en público y en se creto, se han usado, sacando cada dia nuevas invenciones y sai netes con que entretener y engañar al pueblo. « I.a voz sainete no está aquí como nombre cíe pieza escénica, sino en la acepción de salsilla o aperitivo del apetito, que se aplicó traslaticiamente, sin embargo, á tales obrillas, como diré luégo. Argensola vituperó las representaciones escénicas en su discurso o. Do cómo se reme dí irán los vicios de la córte*. ( Bib. N ac.. MS.— \ 153.I l/l Refiriéndose á este suceso, dice Tirso en La Villana de I 'allecas : DON l'E D R O .
. Q u é hay
CU Madrid de comedia-? DON G A B R IE L .
«1 Q ué poco saben de b u rla s! Kst» lia sido chanza , ju e g o : Tintos queremos hacer E s c r i t u r a s a l momento.»
T u otra loa que hizo para el autor Prado, dice éste, agobiado por los temores que le asaltan:
TOADO. W i cum ple quien ve este irago S i no se muere de pena.
(■•seros. Pues esto e s llores, que ya Le piden r a c io n e s nuevas. PRADO.
i M;i- raciones ?
M ás dinero Sobre d liado ? ¡ A d ió s, paciencia I
151 Así dice E l Donado hallador: «S i hay mucho calor, no se viene á la comedia. Si el invierno es riguroso o llueve, no se puede salir de casa. Si algún príncipe muere, imítase todo géne ro de entretenimiento, v los comediantes han de dejar sti trato y buscar qué comer ó modo de vivir.» Refiriéndose también á la falla de concurrencia en el verano, decia una comedíanla en la loa que para Fernandez de Cabredo escribió Renavente: o Favorecedme de nuevo, y .-1 que el «rdienn verano. C u a n d o n o l o s d o q u i e n s e có b r e .
I I pallo . que ;i nadie olvida, Me dejó p1'I * Millldid.i . O lile |n iduiió put pobre "
Tndo lo lia desazonado lai .salud del Rey en duda: .Va h a y q u i e n c o n a lis t o ó o lla a c u d a ,
( Acl. 1. esc. vi.) (S) Titulábase Dios hizo los reyes,y los hombres las leyes. (q) « E.l sábado 3 de Agosto ( 1(147) se publico el casamiento de S. M. con la reina DA Mariana, hija del Emperador, de edad de trece años. Este dia se quitó S. M. el luto.» 1Bib. N ac., -MS. —T . iq 2 .) Tenía entonces el rey viudo cuarenta y dos años; doña Mariana cumplió los trece el dia 2í de Diciembre. lio ) I.a infanta DA María Teresa de Austria nació el 20 de Setiembre de 1638, víspera del evangelista San Maleo. Eué su padrino el Duque de Módena, que llegó á Madrid el dia 24. ( Bib. Nac., M S.— H. 71.) (rr) El citado manuscrito, T. 192. dice : « En 17 de Diciembre vino correo de Alemania con gentil hombre . avisando á S, M. co mo á 8 de Noviembre deste año (10481 se habia desposado en el nombre de S. M. con la reina DA Mariana, que lo viene á ser de España, el Rey de Hungría. Fuéronle á besar la mano, á r8, los embajadores y el Consejo, estando de gala. 11libo tres dias lumi narias generales, y una comedia en Bulado, que Zuzo la infanta y las damas.» Según I’ ellicer, en su citado Tratado histórico sobre el histrionismo, la comedia -e represento cuando vino de Alemania doña Mariana, y la escribió D. Gabriel liocángel. ( ‘orno aouella señora hizo su entrada pública cu Madrid á 13 de Noviembre de 1649, bien pudo ser una sola l.i comedia v ser más ciertos los datos del autor ignorado del manuscrito T. 193, que al fin era testigo pre sencial, y no I’ ellicer, que escribió más de siglo y medio des pués.
Al año siguiente, cuando la reina doña Mariana entró públicamente en M adrid, el dia 15 de Noviem bre. pudo abrazar á la niña y regia comedíanla, á la que, por lo demas, sólo aventajaba en cuatro años, y asistir con ella en palacio á otras tres comedias, que se representaron, una por los criados del R ey, y dos por cómicos de oficio (12). Desde entonces las comedias fueron toleradas, y ya en 1 7 de Febrero de 165 1 se dictó una disposición permitiéndolas expresamente, corriendo sin contra tiempo hasta el fallecimiento del Monarca, en 17 de Setiembre de 1665 (13). Mas dejando aquí esta breve reseña de la no siem pre próspera carrera que siguieran las comedias, que me ha hecho correr á largos trancos hasta el último tercio del siglo x v n , diré, retrocediendo al anterior, que los autores de compañías, atraídos por el tropel de la córte, que aventajaba al de la gran Sevilla, concurrieron á Madrid preferentemente, y esto era de tal modo, que hasta vinieron untares extranjeros; y e n 1774 dio representaciones bufonescas y panto mímicas en el corral de la Pacheca el italiano Alber to Ganasa, de cuyas funciones dicese gustaba Feli pe 11 , dejando memoria en Madrid de sus gestos y contorsiones (14). Pero el vulgo, que tal en su mayoría es el públi co, ese monstruo de cien cabezas, como le llamó Lope (15), y al que él, de propósito y porque se lo pagaba, hablaba en necio para darle gusto, tenia éste ya tan estragado, que, á pesar de que diaria mente aquel gran poeta y toda la brillantísima plé yade que de ellos conocemos le ofrecía sabrosísimos manjares, sazonados para las exigencias algún tanto absurdas de su paladar, dió por algún tiempo la pre ferencia. no sólo á las bufonadas tic Ganasa y sus compañeros de pantomima, con sus personajes de Arlequin y Pantalón, sino, lo que es más, á repre sentaciones y bailes de muñecos, semejantes al reta blo que el titerero maese Pedro mostró en la venta al Hidalgo manchego (16). Pensóse entonces, como boy se piensa, que la ca ri lad podia tener un rico manantial de beneficencia para el prójimo necesitado en la propensión de las gentes á ciertos regocijos, como eran muy en espe cial los teatros, y el pensamiento fué fructuoso. J U L IO
(.Se c o n t in u a r á .')
M o N U K A I..
(12) Asi lo refiere Calderón mismo, que escribió una A ’dicta del recibimiento y entrada de la reina ■nuestra señora doña Mariana de Austria en la muy nolley leal coronada villa de Madrid, impre sa en if‘50. (13) Después de este suceso tuvieron vària? alternativas, pues la regente DA Mariana las permitió en 20 de Noviembre de itiOó. Su hijo Carlos H vnlvió á prohibirlas en 1Ó82, por causa de la peste que afligió á muchas poblaciones, y Sevilla y Córdoba hi cieron voto de no admitirlas en sus distritos. Terminado el con flicto, tornaron las comedias. Con la dinastía de Borbon tuvieron también vària suerte. Fe lipe V no las prohibió, atendiendo á reglamentarlas. Fernan do V I , en 1753. dictó unas Bree,uniones de seguridad, y en algu nas pules las prohibió, tal como en Valencia, Calahorra y Zaragoza ; en esta ciudad, á petición de su arzobispo. Admitié ronse después en este último puní" ; pero en la noche del 12 «le Noviembre «le 1778, estándose representando una opera italiana titulada Arlaxerxes, incendióse «1 teatro, causando no pocas víc timas , y la ciudad, consternada, pidió á Carlos 111 permiso para demoler el teatro, l’ara algunos de estos datos puede verse la obra titulada /‘antoja, ó resolución histórico-teológica de un caso práctico de moral sobre comedias, por el /’adre I). Simon Lopez, de la congregai ion de San Felipe A e ri, ile Murcia. Murcia, 1 8 14.— Dio ocasión á escribir este libro el no haber querido casar el pár roco Je San Lorenzo «le aquella ciudad á Cristóbal Garrigó y Antonia Lopez, músico cantarín él y cómica ella, por infames y pecadores pul/icos. (14) Así lo dice Pellicer, añadiendo que á Ganasa lo elogiaron Ricardo del Turca, el amor de La A sm an 1, y Lope, en su /•//men 1. Este alude á él también, pero no con encomio, en E l Maes tro de danzar, en el siguiente pasaje : FE LICIAN A.
H oy heñios de hacer los ilos Que Alberto la furia aliaje. Q ue ha cum ulo m uy necio en casa. CORNEJO.
E s villano «le Aragón : Nació ayer en un rincón.
V es más antiguo Ganasa. ( A el. 111, esc. v i . )
QnlíVEiio, en el canto segundo de su poema burlesco Las j\ecedades y locuras de Orlando el enamorado, dice que Ferragut pareció á Angélica « Un demonio con gestos de G anasa».
(15) En L a Dorotea ( Act. M í , esc. IV ) dijo : « J U L IO . H ay una hierba que los latinos llaman centum capita. — L U D O V IC O . Ese nómbrele viniera bien al vulgo. ¡Desdichado del que pone la tabla de sus estudios en su depravado juicio c ignorante gusto ! » (tfi) En la comedia «le Alarcon Mudarse por mejorarse, dice: redondo .
........................... A cudir verías Esta ( uarcsmu posada. (.úntenla y alluuoiada, A l i'.irral cuarenta días
Tuda la córte, y estar M uy quelli»?, papanilo muecas, V ienilo bailar «los muñecas Y oyendo á un viejo graznar. ( A«l. 1 , esc. s i . )
l’or cierto que estas representaciones de muñecos debieron conceptuarse minos profanas que las de personas, cuantío se to leraran en los cuarenta dias de la Cuaresma.
LA I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y AMERICANA.
N.° X X V I I
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Desde el extremo Sur extendíase ante mis ojos, en su de gentes que allí habia conversando en grupos, mayor longitud, aquella gran plaza rectangular, cir discurriendo al azar, y el movimiento de mercade cuida por sólida columnata dórica, de dos filas, con res, dijome bien pronto que me hallaba en la basíli HIJO l.lK LO ? EXCM OS. SR E S. SE Ñ O R ES DE H U M A N E S . un segundo cuerpo de orden jónico : grandiosos mo ca ó casa de contratación. Y me pareció que no lo numentos se alzaban tras de las columnas : numero dos habían ido á negociar : habia muchos curiosos, (M urió ú la ed.ul «le veinte anos.) sas estatuas sobre los pedestales alineados en el gran entre los cuales quise reconocer más de un par asi las, Aurora lim pia y plácida, eje y á los lados; al fondo, el pórtico corintio del cual los retratados por Plauto. Observé en paredes y Q u e el H aced or ben dijo, templo de Júpiter se erguia majestuoso encima de columnas numerosos letreros trazados con punzón ó Fué tu existencia rápida. una extensa gradería. Y bajo aquella columnata, y cuchillo : muchos eran versos de O vidio, Virgilio, E l santo am or del hijo delante de los monumentos, y al pié de las estatuas, Propercio, y qué sé yo cuántos más; otros, máximas F u é la llama purísima y en la gradería del templo, pululaba la muchedum y frases de pensadores desconocidos. Entre las ins Q u e ardió en tu corazón. bre pompeyana, presentando esa diversidad abigar cripciones de este género tropecé con una que debió C on sus dardos m ortíferos rada de elegancia, descuido, capricho y pobreza que poner algún desengañado de la justicia en la tierra: T u jo v en fantasía N o liirió pasión maléfica : en la calle se advierte, alumbrado todo por los rayos — ¿ Quod prctium le g if - decía. D el arte y la poesía de un sol que realzaba el cuadro de manera porten Entregado á esta ocupación de escribir en el mu E l em beleso m ágico ro, que para los pompeyanos debia ser m uy grata, tosa, y bajo un cielo diáfano y purísimo. Por mucho Llenaba tu ilusión. hallé un mancebo cuya esbeltez y gracia luciéronle rato no supe sino admirar. Intactas tu alma cándida simpático á mis ojos. Tanto despertó mi curiosidad, I.uégo tomé el pórtico de la derecha con objeto L le v a al cielo sus galas: que me puse á mirarle oculto tras una columna. E n de observar los monumentos. T e vas cual ave aligera, contrábase tan deleitado y embebido con su tarea, Q u e sin manchar sus alas Ofrecióseme primero un cia/cidicum, ó porche, Cruza las ondas pérfidas entre cuyas columnas de mármol blanco, numerosos que para nada se cuidaba de la gente, ni hacia caso D el torm entoso mar. mercaderes ambulantes presentaban á los transeún cuando al pasar le tropezaban , lo cu a l, por estar sen Huyes con blanca túnica tado en el suelo, era fácil y frecuente. Concluido que tes. entre los que me pareció había muchos cuya D e arcángel esplendente, hubo la inscripción, se gozó contemplándola; decía única ocupación era la holganza, bien frutas ó vian Brilla una estrella mística a sí: das fiambres, bien objetos de hueso y marfil, ó pro E n tu serena fren te.... « A 'ano tst bellus, ntsi qut amavit.* ductos de distintas industrias. A l punto comprendí Y en tan celeste tránsito que este chalcidicum era el que levantó, juntamente ¿ C ó m o por ti llorar? Como si la felicidad que aquello le reportára nece ¡ F e liz !! N o fuiste victim a con una cripta y unos pórticos, á la Concordia y a la sitase algo para ser completa, volvió el rostro y se D e la mundana insidia ; Piedad augusta una sacerdotisa pública llamada Eupuso á mirar entre los grupos como buscando algo. N o inquietaron tu espíritu maehia, en su nombre y en el de su hijo. Entonces vi que, bajo los rizados cabellos, que daban N i od io ni am or ni en vidia, Continuando, pasé por delante del templo de Mer melancólica sombra á sus ojos, la dulce expresión de N i de am bición el vértigo curio y del palacio del Senado, y después, unas tien T u dulce paz turbó. éstos, sus labios graciosamente acentuados y su bar das, con mostradores de fábrica, tras de los cuales Fué tu v iv ir un éxtasis ba redonda hubieran asemejado su rostro al de un ejercían su oficio los mensarii, cambiantes de mone De tu filial ternura: busto de Narciso, si fuera posible que el mármol da autorizados por el Estado, me anunciaron el tem revelase el amor del alma. Por fuerza Heros ó su ma A parición efím era De un alma noble y pu ra; plo de Augusto. Y digo me lo anunciaron, porque yo dre habíanle inspirado al escribir aquellas frases, por V u elo de un ser angélico andaba por aquellos sitios cual si me fueran habitua que su pasión le hermoseaba y ennoblecía notable Q u e el mundo atravesó. les : conocía todo. Penetré en el templo, en cuyo mente; y más aún cuando halló algo, que debió ser Ta l ve z, en triunfo espléndido patio, en medio de un bello peristilo, admiré el pan lo que buscaba, porque entonces ojos y labios sonrie De los q u e anhela el hom bre, teón formado por los doce dioses, puestos sobre un T e esperaba el estrépito ron con indefinible alegría, y levantándose, guardan gran pedestal circular y bajo un cobertizo de madera. De im perio y de renom bre.... do el punzón y recogiendo del suelo su aliena ó En el ala derecha de este patio vi una serie de puerMas ¿qu é im portan los míseros manto pequeño, se alejó por entre la gente en direc tecitas de otras tantas celdas de sacerdotes, y al fondo ción de la puerta. Bienes que el mundo da ?.... Sequemos nuestras lágrimas : recorrí tres habitaciones, decorados sus muros con Pronto volvió trayendo de la mano á una hermo N o era aquí tu m orada.... preciosas pinturas, en una de las cuales hallé una es sa doncella, á la cual mostró regocijado la inscrip En los divinos ámbitos tatua de Augusto, y en otra las de su esposa y Druso. ción que se entretuvo en trazar mientras estuvo es De la mansión sagrada Como con este edificio terminaban los de aquel perándola. Lo recuerdo bien : ella miraba con tras D o reina eterno jú b ilo , lado del foro, crucé á visitar los del opuesto, pasan porte el letrero; él, el rostro de ella con extásis, y A llí tu patria está. do por delante del templo de Júpiter, al pié de cuya ambos continuaban con las manos unidas. Era la F .l M a r q u é s d e V a l v a r . escalinata presencié una graciosísima escena. Un mo pompeyana casi una niña, cuyos rubios cabellos caían D e v a . 3 tli* J u lio d e t 8 8 i . zuelo, de siete años á lo más, lloraba un crimen in en graciosos rizos sobre la frente, estando lo demas fantil que su madre le reprendía : había roto contra de su cabeza envuelto en una tela azul salpicada de el suelo un busto de barro; sin duda un ex-voto que U NA NOCHE EN POMPEYA. estrellitas bordadas, que sólo dejaba por detras un traerían al templo. E l muchacho, como estaba des mechón libre. Blanco tenía el rostro, cual Vénus de nudo y eran sus cabellos abundantes y ensortijados, u i z á se nos tache de indiscretos, pero m árm ol; azules los ojos, tan diáfanos y serenos como cs vicio tan extendido serlo, queconfia- se asemejaba á un Cupido, aunque era tripudo, y el cielo de Aténas; encendidos y frescos los labios, y ? mos merecer disculpa del benévolo lee- esto le quitaba belleza, pero no gracia. Muchos cu como adelfa salpicada de rocío; arreboladas las meji Cr tor. Y áun á riesgo de abusar de su con- riosos comenzaron á formar corro, y me pareció que llas por rubor infantil, que nuevo encanto la presta no tenían por buen agüero la diablura. ba. Vestía túnica blanca ornada por abajo con bor £ fi‘a nzat vamos á ponerle al tanto de un Continué mi camino. Dejando atras los graneros ■ caso, por extremo curioso, que oimos refe dados de hilo purpúreo, y un manto, que, por ir en él públicos, fui derecho al templo de Venus. Parecía su rí rir en la tertulia de un amigo nuestro, hace envuelto, acusaba la cándida morbidez del cuerpo, peristilo un foro en pequeño : en medio alzábase el f t y pocas noches, á un distinguido y erudito ar de color rojo oscuro, con una greca negra en redor, el queólogo, que tuvo la buena fortuna de asistir templo, y en el arranque de la escalinata que le daba que resaltaba sobre él como los ornatos cerámicos. acceso, había un ara donde varios sacerdotes prepa ' á la fiesta con que el mundo sabio conmemoró Por un buen rato conversaron en aquel sido los el décimnoctavo centenario de la destrucción de rábanse á la sazón á sacrificar un toro que, coronado amantes. Delicadas ternezas debieron regalarse, aun de hiedra, conducían. Varios cantil/us bajaban del Pom peya, el 23 de Setiembre de 1N79. que mucho más tierno y expresivo fué cuanto se ha Largamente nos habló de la desenterrada ciudad, recinto sagrado cuando yo subí : venían con páteras, blaron con ojos y ademanes. N o poco me maravilléenterándonos de la disposición de calles , casas y mo simpudos, cráteras barnizados de negro con figuras de hallar sentimientos tan puros en aquella sensual numentos, y de mil detalles de la vida romana. En rojas, llenos de vino, cestas con cuchillos y otros ob y corrompida ciudad, y por esto me interesaron do tre otras cosas hizo mención de dos víctimas del Ve jetos necesarios en la ceremonia. blemente, basta el punto de que, cuando los vi di Uno de estos servidores me preguntó qué quería. subio, cuyos esqueletos fueron hallados en una tienda rigirse hacia la puerta, sin soltarse de la mano, macercana á las //termas, ó casa de baños, estrecha Avergonzóme semejante pregunta, é instintivamente quinalmente eché á andar detras. mente abrazados; dos amantes que vieron extinguir bajé los ojos á contemplarme : ámplia chlamys de Atravesaron el foro por el extremo Sur, pasando se su vida y su felicidad cuando más codiciosos se púrpura, con grecas azules en el borde y palmetas por delante de las tres curias, en cuyas puertas habia doradas en los ángulos, abrochada con un c/avus de gran movimiento. Y por cierto que de un grupo es hallaban de una y otra. oro sobre mi hombro derecho, descendía en graciosos cuché una voz que llamaba á Pansa, lo cual me dio — Por cierto-— añadió el arqueólogo — que este suceso, que yo ignoraba basta que nos le refirieron á pliegues sobre blanca túnica corta ceñida á la cin ocasión de conocer al famoso ed il, que vestía la toga, tura; sandalias de correas bordadas calzaban mis piés. según recuerdo, y cuya cabeza de líneas típicas ro los visitantes el di a de la fiesta, en el mismo lugar De presumir es mi asombro, que se aumentó al hallar en que ocurrió, fué, según creo, principal causado manas era digna de una estatua imperial. cambiada mi figura también : parecíame estar reves un sueño singularísimo que tuve aquella noche. Tomaron la calle de los Plateros, á la que hace Excitados por la picara curiosidad, rogárnosle to tido de una arrogancia digna de un mármol de Fiesquina el edificio de Eumachia, y luégo no sé qué dos que nos revelase el sueño, dando por sentado dias. Y como el camillus lornára á preguntarme si otras; y no estará de más decir aquí que las aceras que en la memoria le tendria, y él, accediendo gus era griego, me aseguré en aquella presunción, y con eran muy altas y estrechas, pavimentadas con gran entusiasmo y orgullo respondile que sí. toso, nos hizo el siguiente relato : des losas ó con tierra bien apisonada; que el empedra Díjele luégo que, en mi calidad de extranjero, de do era de trozos de lava y desigual, y también que Cuando me acosté, fatigado el cuerpo, y áun más el espíritu, por las impresiones tan diversas y nuevas seaba visitar á la diosa Vénus. Accedió á mi ruego, las calles de Pompeya tenían un aspecto triste, por y con efecto, pude ver la celia, decorada con paisa efecto de su estrechez y lo lisos que eran los muros, que había recibido, hallábame como embriagado: jes, casas de campo, danzas, sacrificios, escenas de pues por lo común carecían de ventanas. danzaban en mi cabeza los monumentos y los obje tos del Museo de Nápoles y las víctimas de la des las orillas del N ilo y otros asuntos, entre otros, una Pasamos por delante de várias tiendas, que me trucción , é instintivamente restauraba ruinas, amue disputa entre Aquíles y Agamenón. En el fondo al llamaron la atención. Lina thermopola, ó despacho de blaba abandonados aposentos, y resucitaba los pom- zábase la estatua de la hermosa de las hermosas, y bebidas calientes, vino cocido y perfumado y otros peyanos á su feliz existencia; pero todo esto tan sin un ara ante ella. líquidos, que, envasados en numerosos scyphus de orden, que mi mente parecía una linterna mágica, en E l cuchillo del sacerdote hería el cuello de la víc barro negro, estaban expuestos ordenadamente enci la que Lodo pasára confuso, atropellado y de con tim a, y los camillus aprontaban las páteras para re ma del mostrador, junto al cual, y dentro de la tien coger la sangre, cuando abandoné el templo. tinuo. da, no faltaban bebedores, formando distintos conci Con tales imaginaciones tardé en conciliar el sue Contiguo á él, ofrecióseme un pórtico precedido liábulos.- -Una perfumería, cuyas pomadas y esencias ño, y entonces me sucedió lo que la lógica me dice de algunos escalones, que salvé, penetrando en un estaban en vasitos de oro ú otros metales, adornados no pudo sucederme. espacioso recinto rectangular, dividido en tres naves con piedras finas, y también en otros de barro, con por hermosas columnas jónicas y con ábside al fon pinturas de gusto oriental.— Almacenes de comesti1 lélo a q u í: Aquél era el Foro de Pom peya, no había duda. do, en el que advertí una plataforma. E l sinnúmero • bles, que, según pude apreciar, abundaban mucho en EN I.A M UERTE
D E M í M U Y A M A D O SO B R IN O A L V A R O ,
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L A I L U S T R A C I O N E S PAÑOL A
N.# X X V I I
S A X I' E n R O
Y AMERICANA.
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I) K A I. C Á X T A R A.
Escultura del siglo XVII, presentada en la Exposición de Arte retrospectivo, por el Marqués de Villadarias.
Pom peya, y donde vendían restos de los manjares presen tados de ofrenda en los templos; platerías, donde había va liosas preciosidades importadas de Grecia, consistentes en anillos signatorios, braceletes, vasos, Pirques (gargantillas ó pulseras formadas de hilos metálicos trenzados en espiral) y otras numerosas especies de joyas; y por último, una leche ría, la cual se anunciaba por la figura de barro de una cabra colocada sobre la puerta. (.Ve continuará.)
JOSE R A M O N A llí LID A.
T E R C E R C E N T E N A R IO J1K
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DE
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DE JE SUS .
I.a Hermandad Teresio na se propone realzar las tiestas ron que ha de solemnizarse en Alba de l'nrines el tercer Centenario de la gloriosa muerte de la sublime doctora de la Iglesia, Santa 1 eresa de Jesús, ce lebrando un Ccrtámen literario r artístico, cuyas bases consignamos aquí para contribuir á su mayor publicidad : T k m as .—I . S a n t a T e r e s a d e J e s ú s in d iv id u a lm e n t e c o n s i d e r a d a .— i." InHujn-de la educación sólidamente cristiana para formar
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K a 5° 8 ' 270 f 9 las Opresiones y las Sufocaciones, y todos con l¥eur»lK¡cuM del Doctetir CHONIKIt.— Precio en vienen cn decir que eslas alTeccionés cesan ins Paris: 3 fr. la caja. Exíjase sobre ta cubierta de tantáneamente con OU su uso. 1j I 111«. il I i. «ZUII U5U» Ici Illa Vil ^ iu UBI laUIJU cajaIdlaIIIlirma enllu negro del DOOIUI Doctor U H M ilE B . i*«»*-«» , I.Is V A .SSK IJK , |>/«