Jacques Louis David: El cuadro de la muerte de Marat
Natalia González Zaragoza DNI: 48395126k Telf.:600745169
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INTRODUCCIÓN Son muchos los hechos y circunstancias las que llevan o pueden llevar a un artista cualquiera a realizar una obra genial. De todos es sabido que Velázquez realizó varios viajes a Italia y que pudo contemplar obras en directo de artistas como Tiziano, que admiró la obra del Greco y que conoció personalmente al entusiasta Rubens. Las influencias de las obras de estos autores están marcadas en muchos cuadros de Velázquez, como por ejemplo, la Venus del espejo, que recuerda a los numerosos cuadros de Venus de Tiziano. De todos ellos, Velázquez extrajo lo mejor, lo que a él le interesaba y esas influencias le condujeron, en parte a que, con pocas pinceladas, suaves, sin apenas materia y realizadas con un trazado rápido, podía crear efectos realistas y atmosféricos en sus cuadros al ser contemplados a lo lejos. Con Velázquez, poca información pictórica, se convierte en la máxima expresión. Con este artículo quiero establecer vínculos entre las experiencias vívidas del artista y sus propias obras y como estás suelen marcar su estilo y su sello personal. También este artículo revela como obras literarias, científicas y pictóricas son el resultado de establecer a priori relaciones entre dos fenómenos que en un principio pueden ser inconexos. Pero sobre todo, a lo largo de este artículo se pretende valorar a la madurez de un artista: Jacques Louis David a través de su obra “La muerte de Marat”, obra cumbre de la época revolucionaria.
JACQUES LOUIS DAVID: EL CUADRO DE LA MUERTE DE MARAT La creatividad humana es un fenómeno en el que intervienen variables de diversa índole, también se reconoce un proceso de asimilación de datos, de búsqueda de información y de observación de la naturaleza. Muchos artistas, escritores, científicos… han iniciado estudios, obras y borradores por inspiración de la naturaleza y su entorno cotidiano a través de la observación directa. Ponemos como ejemplo a Newton, el cual elaboró su famosa teoría de la gravitación universal al caer una manzana al suelo. Al caer la manzana, Newton relacionó este hecho cotidiano con la observación de la luna que no caía nunca, pues bien, esta asociación en un principio absurda fue la consecuencia de su investigación que revolucionó a la física y las matemáticas del momento. Pensemos ahora en Kandinsky, el creador del arte abstracto, el cual reveló como le surgió la idea de elaborar cuadros abstractos, donde ningún elemento debía describir a elementos de la realidad, de modo que líneas y manchas creaban una identidad propia desligada de la naturaleza. Este pintor cuenta
que se encontraba en su estudio y, de repente, contempló un cuadro arrinconado boca-abajo, en ese momento, despertó en él la idea de asociar a todos aquellos elementos y formas sugerentes que veía, ajenas al paisaje que estaba trabajando y, pintar con ellas un nuevo lenguaje artístico. Todo esto nos lleva a pensar que, dos circunstancias o sucesos que no tienen nada que ver en un primer momento, pueden con ayuda de la imaginación generar una idea creativa. Damos ahora un salto en el tiempo y nos centramos en la obra de un pintor del neoclasicismo: Jacques-Louis David. Si pudiéramos juntar toda la obra de este pintor de ideas revolucionarias delante de nosotros, todos deduciríamos rápidamente las siguientes características, primero: que David es un artista que recoge los ideales clásicos de la antigua Roma y Grecia, segundo: tiene un gran interés por la idealización de los personajes y las escenas grupales, tercero: solo hay un cuadro que contradice todo lo anterior. Esta obra, es en concreto, “La muerte de Marat”, la cual está considerada la mejor obra de David, según los expertos y historiadores del arte. En la escena se muestra con gran maestría el uso de la composición, vista desde un poco más abajo del nivel del suelo, como si en la habitación en la que se hallaba el cadáver tuviera una escalera de acceso y fuera enfocada desde ahí. Nada en el cuadro está idealizado, todo se muestra bajo un naturalismo estremecedor, tampoco hay exageración ni detalle que, distraiga de la contemplación del frágil cuerpo sin vida de Marat. En realidad, este cuadro austero y dramático está más cerca de cualquier Caravaggio o Rivera que, del estilo pictórico del neoclasicismo. Lo que tiene de excepcional este cuadro es que por vez primera David representaba en una obra un acontecimiento vívido por el mismo, pues este pudo ver con sus propios ojos el cadáver sin vida de su amigo, y aquel sentimiento de dolor pudo transmitirlo en su obra con una gran sinceridad. En cambio el resto de obras del pintor fueron creadas bajo los ideales políticos del momento, y representan escenas idealizadas de otras épocas ajenas a su vida diaria y, por lo tanto, ajenas a su experiencia visual. Marat, fue médico y periodista durante la época de la revolución francesa y murió asesinado en 1793.Con sus ideas atacaba al poder de la aristocracia, la iglesia, y los miembros del Tercer Estado y, por el contrario, defendía a las clases populares, a las que veía como el auténtico motor de la revolución. Marat estaba convencido, según sus escritos, de que esta revolución acabaría venciendo, aunque tuviera que recurrir a la violencia. Su asesinato se produjo en un momento en el que todo funcionaba según sus propósitos, convirtiéndose en un mártir de la libertad y en un héroe de la causa
del pueblo. Más tarde, se cumplieron los pronósticos de Marat y el gobierno revolucionario jacobino accedía a la soberanía. En el momento de su asesinato, por una simpatizante de los girondinos, Marat se encontraba tomando un baño para aliviar el dolor de una enfermedad de la piel, mientras escribía un artículo sobre una tabla de madera. Ese es el escenario que se muestra en el cuadro, junto a algunas modificaciones, como la del papel que sostiene en una mano en la que se condena a la asesina. El hecho de que este cuadro resaltase sobre los demás por su belleza y maestría es porque David vivió ese momento de dolor con toda intensidad, pues conocía al propio Marat y, como dije antes, vio realmente su cadáver, en su propio hogar, y esto, debió dejarle una profunda huella de dolor. David mismo describe la actitud del cuerpo sin vida de su amigo: “Lo encontré en una actitud que me conmovió .Cerca tenía un escabel de madera con tinta y papel, la mano salida de la bañera escribía los últimos pensamientos para salvar el pueblo.” El cuadro destaca al cuerpo blanco y delgado sobre un fondo oscuro que ocupa más de la parte superior del lienzo. Su herida, por un arma blanca es tajante pero, no se excede en lo macabro ni en la representación de la sangre. Su cabeza esta ladeada con un rostro de gran realismo; esto se debe a un boceto preliminar que hizo durante la exposición del cadáver ante el pueblo, en la iglesia de los Cordeliers. El cuchillo aparece en primer término, aunque según dicen esta arma se encontró realmente en la casa de la asesina. Todos los detalles del cuadro, las cartas, la pluma, los clavos de la caja de madera donde reposa el tintero, las dobleces y remiendos de los paños, nos sugieren que David no desconocía los cuadros de los pintores holandeses del s. XVII. Su naturalismo y claroscuro recuerda a las obras del tenebrismo italiano, en especial a Caravaggio y, su desolación y postura clásica, nos recuerda a las piedades que esculpió Miguel Ángel. El sentimiento verdadero del pintor hacia su amigo se muestra claramente en este cuadro. Esta obra volvió a ser descubierta como una obra maestra por Baudelaire, tras estar años considerado como un cuadro horrible y ofensivo, el cual calificó y describió del siguiente modo: -El drama está ahí, vivo en todo su lamentable horror, y por una proeza que hace de esta pintura de David su obra maestra y una de las grandes curiosidades del arte moderno, nada tiene de trivial ni de innoble.-
BIBLIOGRAFÍA:
Todo es comparable. Óscar Tusquets. Editorial Anagrama. Summa Pictorica. Historia Universal de la Pintura. Joan Sureda. Editorial Planeta. El Arte y el Hombre. René Huyghe. Editorial Planeta.