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Tarpeya A Tarpeya le apasionaban las joyas de oro. Cuando vio al grupo de sabinos con sus relucientes brazaletes quedó deslumbrada y les preguntó:- Dime, ¿Esos brazaletes que llevas en tus muñecas, son de oro? Tito Tacio respondió:- Son de oro puro y tú puedes tenerlos esta misma noche, si quieres.-Dime qué debo hacer- Respondió Tarpeya . Solo debes descorrer los cerrojos de esta puerta a medianoche y todos estos brazaletes serán tuyo, -le confió Tito Lacio. A la hora señalada, Tarpeya corrió los cerrojos y luego fue ante los sabinos a reclamar su recompensa. ¿Tú quieres nuestros brazaletes? !Pues aquí los tienes! Y la golpearon duramente hasta matarla. Luego la arrojaron desde unas rocas, que desde entonces se llama Tarpeya . Nadie esperaba ese sorpresivo ataque, y mucho menos Rómulo que dormía plácidamente. Pero el dios Jano, defensor de las puertas de la ciudad, hizo brotar ante los sabinos una fuente de calor y por unos momentos tuvieron que retroceder su ataque. Los romanos trataron de defenderse ante una nueva embestida sabina. Rómulo, desesperado le prometió al dios de los dioses erigirle un templo en el lugar exacto en que ganasen la batalla y luego volvió a arengar a sus hombres con una nueva esperanza y el combate que parecía perdido volvio a equilibrarse. Los sabinos estaban al mando de Mecio Curcio, un charlatán que alardeaba constantemente acerca de lo que haría una vez que traspasara las puertas de Roma. Pero su caballo se encabritó y corrió hacia un pantano fuera de control y se ahogó. Mecio Curcio se salvó de la muerte pero no del susto y huyó despavorido del combate. Cuando la lucha se inclinó a favor de los romanos, las sabinos, tomaron a sus hijos de la mano y se interpusieron entre ambos bandos. Todos los que combatían eran o hermanos o padres o esposos de ellas, y les pidieron por favor que no pelearan más, ya que no deseaban quedarse ni huérfanas ni viudas. Esto terminó con todas las querellas. Rómulo y los sabinos firmaron una alianza que los unió para siempre. Tito Tac i o go bi e rna juntam e nte c on R ó m ulo hasta que fal l e c e y luego este fue el rey de romanos y sabinos.
El rapto de las Sabinas. Jacques Louis David. Museo del Louvre. Paris
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Horacios y Curiacios En tiempos del rey Tulo Hostilio se enfrentaron en guerra Roma y Alba Longa. Para evitar que hubiera un gran derramamiento de sangre entre dos pueblos hermanos, se acudió a una solución especial: había unos trillizos, los Curiacios, en el ejército albano y otros trillizos, los Horacios, en el ejército romano; lucharían ellos solos y los que resultaran vencedores darían la victoria a su pueblo. El combate se iba a desarrollar a la vista de ambos ejércitos, que animarían cada uno a sus campeones. Al primer choque de los seis combatientes, mueren dos de los Horacios y quedan heridos los tres Curiacios, que rodean al Horacio ileso. Ante la desesperación de los romanos, este escapa corriendo. Los albanos animan a los Curiacios para que acaben con él. Al perseguirle, los Curiacios, que están heridos de diversa consideración, se van separando entre sí: el menos herido es el que le sigue más de cerca. Cuando ha logrado separarlos lo suficiente, Horacio se vuelve, lucha con el más próximo y lo vence. Para cuando llega el segundo le resulta más fácil. La muerte del tercero no le presentó ninguna dificultad. Así Roma quedó vencedora de Alba. Cuando Horacio con los despojos de los tres Curiacios vuelve triunfante a Roma, su hermana, que estaba prometida con uno de los Curiacios, reconoce los despojos de su prometido y prorrumpe en lamentaciones. Horacio, irritado, mata a su hermana: "Muera así cualquier romana que llore a un enemigo". Lo horrible del hecho lleva a Horacio ante el tribunal. Va a ser condenado a muerte, cuando se presenta Publio Horacio, su padre, ante el pueblo: "Cuatro hijos tenía - dijo -. Dos murieron por Roma, otra a manos de su hermano. Si al hijo que me queda lo matáis vosotros, qué será de mí? ¿Qué delito he cometido?" Horacio fue absuelto, mas por las lágrimas de su padre y por la admiración de su valentía que por la justicia de su causa.
Horacios y Curiacios. Jacques Louis David. Museo del Louvre. Paris 158
ATONEVIO
Con motivo de una guerra, quiso el rey Tarquinio Prisco crear nuevas centurias de caballería, ya que las tres fundadas por Rómulo eran insuficientes. Pero Ato Nevio, un adivino muy famoso en aquella época, le dijo que antes había que consultar los auspicios, y si los pájaros eran desfavorables, no se podría hacer. El rey se molesto y le dijo: "Veamos si realmente sabe profetizar. Me gustaría saber si puede hacerse lo que estoy pensando en este momento". Nevio consulto los augurios y le dijo que sí. El rey sonrió maliciosamente y le dijo: "Lo que yo pensaba era si serias capaz de cortar esta piedra con tu navaja". Entonces Ato Nevio sacó la navaja y cortó la piedra. En el lugar del prodigio, en medio del foro, levantaron una estatua de Nevio con la piedra cortada para maravilla de la posteridad. Desde entonces los augures adquirieron tanta importancia que nada se hacía sin ellos,
EL BESO DE BRUTO
Siendo rey Tarquinio el Soberbio ocurrió en palacio un prodigio que lleno de preocupaciones al monarca y no sabía cómo interpretar: una gran serpiente bajo de una columna de madera asustando a todo el mundo. Así que envió a dos hijos suyos a Delfos, a consultar el oráculo. No se fiaba de nadie más. Con ellos iba L. Juno Bruto, más de bufón que de compañero. Era este Bruto un sobrino del rey que se hacia el tonto para no caer víctima de aquel tirano que ya había matado a un hermano suyo, a varios senadores y a miembros de su propia familia. De ese mismo modo, siglos después pudo sobrevivir el emperador Claudio a las locuras de su sobrino Caligula. Por eso le apodaban Bruto, aunque de tonto no tenía un pelo, como vamos a ver.
Después de hacer el encargo de su padre, los dos hijos del rey quisieron saber también quién sería el heredero del trono y consultaron el oráculo por su cuenta; la respuesta surgió desde lo más hondo de la cueva: "Muchachos, el primero de vosotros que bese a su madre, ese tendrá el poder en Roma". Los dos hermanos, Tito y Arrunte, se ponen de acuerdo para no decir ni una palabra a su hermano Sexto que estaba en Roma y entre ellos dos, echan a suertes quien será el primero en besar a su madre cuando vuelvan a Roma. Bruto mientras tanto tropieza, se cae al suelo y aprovecha para besar la tierra que es la madre de todos los mortales. Bruto fue el primer cónsul de Roma, después de expulsar al tirano y a sus hijos, según cuentan antiguas leyendas.
ni en la guerra ni en la paz; si las aves no eran propicias, se suspendían las asambleas del pueblo, el reclutamiento de las legiones y cualquier decisión pública importante. Desde entonces, todo lo nuevo se inAUGURA. El rey Tarquinio, por su parte, renuncio a crear nuevas centurias y lo que hizo fue reclutar más gente pero dentro de las tres que ya había: Ramnes, Tities, Luceres. LUCRECIA
Tarquinio el Soberbio asediaba la ciudad de Ardea en una guerra más larga que cruenta por lo que las licencias entre jefes y tropa eran frecuentes. Los jóvenes, descuidando la vida militar, pasaban los días en orgías y fiestas. En una de ellas se encontraba Sexto, hijo de Tarquinio. La conversación giraba en torno a la belleza y fidelidad de las mujeres. Cada uno de ellos defendía que su mujer era la mejor, y para acabar con la discusión, partieron a Roma para comprobar la verdad de sus palabras. Al llegar, encontraron a sus mujeres celebrando, cenas y festejos. Solo una, Lucrecia, la mujer del Colatino, se encontraba en su casa hilando en medio de las criadas a altas horas de la noche. Así pues, el Colatino ganó la apuesta, pues su mujer era la única que había permanecido fiel en ausencia de su marido.
Muerte de Lucrecia, E. Rosales (1871). Madrid, Museo del Prado
Sexto, hijo de Tarquinio, quedó impresionado no solo por la belleza de Lucrecia sino también por su virtud. Unos días después fue a verla a escondidas. La mujer le recibió amablemente como correspondía al hijo de rey y le dio alojamiento; pero cuando ella dormía, él se levantó y, amenazándola con la espada, la violó
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Lucrecia llamó a su marido y a su padre al día siguiente, y tras contarles lo sucedido, sacó un cuchillo que tenía en el pecho y se lo clavó en el corazón. Ellos no pudieron evitarlo, pero el Colatino juró vengarse; sublevó al pueblo y Tarquinio no pudo volver a Roma, así que perdió su trono. Con él terminó la monarquía
Horacio Cocles, Mucio Escévola, Clelia y Porsena Porsena, rey etrusco deClusio, ataca Roma para reponer, según dicen, a los Tarquinios en el trono de Roma. Los etruscos tomaron por sorpresa el Janículo, al otro lado del rio, y estaban a punto de entrar en Roma a través del puente de madera que unía las dos orillas. Ante el terror de sus defensores, Horacio Cocles les conmina a que corten el puente por todos los medios posibles; mientras tanto el lo defenders saliendo solo a la entrada del puente. Dos romanos más le ayudaron, Espurio Larcio y Tito Herminio. Entre los tres aguantaron el ataque etrusco en la estrechez del puente. Cuando los que lo estaban cortando avisaron que ya estaba a punto, Horacio Cocles obligo a retirarse a sus compañeros. Quedo el solo soportando el acoso enemigo, con el escudo erizado de los venablos que le habían arrojado. Cuando el estruendo del puente que se derrumbaba detuvo un momento el ataque etrusco, Cocles, invocando al padre Tíber, se lanzó al río y, a pesar de la armadura que llevaba y de los venablos que le arrojaban, logro ponerse a salvo nadando.
Mucio Escévola en el campamento de Porsena
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Porsena continuo asediando Roma y los romanos pasaban grandes apuros. Un joven patricio, Gayo Mucio, se infiltró en el campamento etrusco y se acercó al tribunal del rey. Saca un puñal que llevaba oculto y, como no lo conocía, mató al secretario en vez de al rey. En el revuelo consiguiente fue apresado y llevado ante Porsena. Ante las amenazas del rey y viendo a su lado un brasero encendido para los sacrificios, Mucio mete en el su mano derecha y la deja quemarse: "Así castigó a la mano que se equivoca de objetivo; tenía que haberte matado a ti". Impresionado por este gesto, el rey manda que lo dejen marchar. Entonces Mucio, como si estuviera agradecido al rey, le avisa: "Somos trescientos los jóvenes romanos que nos hemos comprometido a matarte. Yo he fallado, pero otro acertara". Ante el peligro por su vida, Porsena se apresuró a llegar a unas negociaciones con los romanos y abandonar el asedio de Roma. A Gayo Mucio se le dio desde entonces el sobrenombre de "Escévola" (el Zurdo), por su pérdida de la mano derecha. A lo largo de los tiempos se le conoce como Mucio Escévola. En el acuerdo que Porsena estableció con los romanos iba incluida la entrega de rehenes. Clelia, una joven que formaba parte de ellos, consiguió burlar a sus guardianes y a la cabeza de las otras jóvenes logró escapar a sus perseguidores y, cruzando a nado el Tíber, volvieron a salvo a sus casas. Irritado y admirado de su valor, Porsena exigió que le devolvieran por lo menos a Clelia; en caso contrario daría por roto el tratado. Cuando Porsena la tuvo ante sí, alabó su valor y, además de concederle la libertad, le ofreció liberar a una parte de los restantes rehenes, los que ella eligiera. Clelia escogió a los más jóvenes, que eran los expuestos a mayores peligros. Restablecida la paz, los romanos erigieron en lo alto de la via Sacra una estatua ecuestre femenina en honor de Clelia.
Las Cien Vírgenes atraviesan el Tíber como rehenes. 161
Anécdotas históricas de La Roma Republicana Retirada de la plebe al monte Sacro En los primeros tiempos de la Republica los plebeyos alistados en el ejército, agobiados por las deudas y sin que los magistrados patricios les ofrecieran solución, abandonaron Roma y se retiraron al Monte Sacro . En Roma la situación se hizo crítica. Se acordó enviar a Menenio Agripa a parlamentar con los insumisos. Al parecer los convenció con una fábula: "Las diversas panes del cuerpo humano, hartas de trabajar en beneficio del estómago, al que entre todas proporcionaban la comida sin que él se molestase en nada, se pusieron en huelga y dejaron de mandarle alimento. Pero vieron que no era sólo el estómago el que moría, sino que morían también ellas. Todos eran necesarios". Se llegó a un acuerdo con los plebeyos: los insurrectos volverían a Roma; pero desde entonces tendrían magistrados que los defendiesen, los tribunos de la plebe, elegidos entre los plebeyos y "sacrosancti" (inviolables). El tribunado de la plebe, junto con las asambleas de solo plebeyos “concilia plebis” fueron los primeros logros en la lucha por conseguir la igualdad de derechos con los patricios.
Coriolano
S u ced ió q u e Cn eo Marcio Coriolan o , u n i n t ré p i d o p at ri c i o, f am o s o po r s u valor y por sus ataques contra la institución del tribunado encontró su oportunidad cuando Roma sufrió escasez de trigo. Entonces pidió al S en ad o q u e n o s e di s t ri bu ye r a el q ue se había traído de Sicilia, hasta que la plebe no renunciara a sus rep res en t an t es : l os t ri bunos . ¿ C óm o s o p o rt arem o s a un t ri buno l o que no l e t o l eram o s a Tarq ui ni o? "- ex cl am ó,
d e s a f i a n t e a n t e e l S e n a d o . Pero los plebeyos consiguieron citarle ante un tribunal y viendo su causa p e r d i d a , d e c i d i ó e x i l i a r s e y b u s c a r r efu gi o ent re un puebl o enem i gos d e los romanos: los Volscos. En s u afán de rev a ncha i nci t ó a es t o s para m a rcha r cont r a R om a. Al frent e
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de su ejército arrasaron campos y a abrazar a su madre, pero ella le c i u d a d e s c o m e t i e n d o t o d o t i p o d e f r e n o c o n e s t a s p a l ab r a s : atropellos. En Roma empezó a reinar " A n t e s d e q u e m e a b r a c e s , d i m e s i e l m i e d o y l a c o n f u s i ó n . E n t o n c e s estoy ante un enemigo o ante un hijo, decidieron enviar embajadores con si estoy en tu campo como cautiva o proposiciones de paz pero fueron como madre. ¿Para esto he vivido tratados con insolencia. A tanto? ¿Para verte desterrado y continuación el Senado envió enem i go d e l a pat ri a ? Al di vi s ar R om a sacerdotes que obtuvieron el mismo n o h a s p e n s a d o q u e d e n t r o d e s u s r e s u l t a d o . F i n a l m e n t e f u e r o n l a s muros está tu casa, tus dioses lares, mujeres quienes idearon un plan que tu mujer, tu madre y tu hijos? !Ojalá pusiera a salvo a la ciudad. hubiera sido estéril y así Roma no se Pronto salió de la ciudad una v e r í a h o y a t a c a d a ! ! S i yo n o h u b i e r a silenciosa comitiva de mujeres, todas t e n i d o u n h i j o c o m o t ú , h u b i e r a v e s t i d a s d e n e g r o . A l a c a b e z a d e muerto libre en una patria libre! e l l a s , i b a l a m a d r e d e C o r i o l a n o , "Volveos a casa -dijo Coriolano en Ven tu ria, encorvada y torpe por la voz baja, mi cólera ha muerto en este edad y su lado Volumnia, su esposa, instante. Besó, a los suyos unos tras con sus dos hijo s pequeños . otro y él regreso con su ejército Cuando C o r i o l a n o las reconoció, corrió d e c e p c i o n a n d o a l o s V o l c o s , q u e l e dieron muerte.
Cincinato
A m ed i ad o s d el s i gl o V a. C . vol vi eron a es t ar en p el i gro frent e a sus vecinos : los Ecuos. C u an d o u no d e los cóns ul es al m ando del ejercito cosechó derrota tras derrota frente a ellos, el Senado i n vis ti ó com o di ct ador a Lu cio Qu in cio Cincinato (el del cabello ensortijado) cu ya fama se había cimentado en el desempeño de su cargo de cónsul que e j e r c i ó c o n t o t al h on r a d e z . Cuando los delegados del Senado fueron a buscarle lo encontraron tranquilamente trabajando en su campo. 163
Al día siguiente, entró en el Foro vestido con la túnica dictatorial adornada de púrpura y convocó a las a r m a s a t o d o s l o s ci u d a d a n o s . Amparándose en la oscuridad los soldados romanos rodearon al en em i go , i n fi l t r án d os e e n s us pr op i as filas, y constru ye ron sigilosamente una empalizada. De esta manera, los sitiadores quedaron atrapados entre dos fuegos: el de los romanos y el levantado por orden de Cincinato. Casi concluido el trabajo, el dictador les ordenó que profirieran gritos de guerra. Los ecuos presas del pánico
a n t e t a l s i t u a c i ó n , solicitaron la paz. Cincinato les dejo marchar en libertad a cambio de entregar las armas y dejaran como rehenes a sus jefes. Hacia tan solo una semana que era dictador, y habiendo cumplido su misión se despojó de los símbolos de poder y se marchó de nuevo a ocuparse de su arado. Pudo haber conservado su cargo hasta los seis meses de la elección, pero no quiso. De es t a m an e ra s u act i t ud l e convi rt i ó para la posteridad en el encarnación de los valores más representativos de l a h o n rad ez y el ci vi s m o.
contaba casi con ochenta años de edad, fue d e nuevo i nves t i do di ct ado r. Esta vez para hacer frente a un patricio muy rico e influyente que intentó dar un golpe de estado: Espurio Melio. Su intervención fue decisiva para evitar que este reclutara apoyos entre Ia plebe y ordenó a tiempo su detención. Hoy en EE.UU. Una ciudad lleva su nombre y el padre de la patria norteamericana es considerado como el nuevo Cincinato: George Washington.
Veinte años después, cuando ya DETALLE DE ESCIPIÓN
En España, como en casi todos los lugares que los romanos conquistaron, se cometieron multitud de atrocidades junto a gestos de gran generosidad, idealismo y buen gobierno. Un buen gobernante fue Sempronio Graco, el padre de los Gracos, que logró más de 25 años de paz por su buen hacer con los hispanos.
ATIO RÉGULO
Los Cartagineses creyeron ver un espejismo en las arenas africanas cuando Atio Régulo avanzaba hacia ellos por el desierto al frente de un ejército romano, allí, en su propia tierra. Ya duraba ocho años la Primera Guerra Púnica y las armas no se inclinaban claramente a favor de ninguno de los contendientes. Por eso Régulo decidió llevar la guerra a Cartago. Este atrevimiento, a pesar de las iniciales victorias, lo pago con la derrota y la prisión. Al cabo de unos años decidieron los cartagineses entablar negociaciones de paz y enviaron unos emisarios y con ellos a Régulo a Roma. En el Senado y delante de los enviados cartagineses le preguntaron su
opinión. Fue muy escueto: la guerra debía seguir. Y sabia lo que le esperaba a su regreso.
Escipión conquisto Cartagena diciéndoles a sus soldados que el dios Neptuno se le había aparecido en sueños y le habìa dicho que al día siguiente podrían atacar la ciudad por el lado de las marismas cruzándolas a pie enjuto. Les parecía imposible, pero cuando vieron al general cruzar a pie el primero le siguieron como un solo hombre estupefactos ante el milagro. Conquistaron la ciudad a la primera. Escipión había aprendido los ciclos de las mareas con los pescadores de Tarragona.
Su mujer y los amigos le suplicaron que no volviera a Cartago, y que aprovechara para quedarse en Roma en libertad. "Mi honor, respondió ReEn Cartagena se encontraron un gulo, es más importante que mi vida" y regresó con los cartagineses. Allí le gran número de rehenes españoles sometieron a la tortura de no dejarle que tenían los cartagineses. A todos los trató muy bien. LLamó la atención dormir hasta que murió. de todos una joven extraordinariamenAl saberlo sus hijos, cogieron a te guapa, y Escipión le preguntó por dos prisioneros cartagineses de nobles su origen y su familia. Así supo que familias que tenían en Roma y les hi- estaba prometida; cuando vinieron sus cieron morir con el mismo tormento padres a recogerla se la entregó gratis que había muerto su padre. y el dinero que traían para el rescate El sentido del honor, la crueldad y se lo dio a la chica como regalo de bola venganza eran diferentes conceptos das. El novio de la chica era un jefe de tribu y en agradecimiento por su gesde los de nuestros días. to siempre fue leal a Escipión.
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LA ESPADA DE BRENO Los pueblos antiguos tenían unas curio- asamblea de ancianos de largas barbas, sas costumbres. Una de estas consistía en lo vestidos con su blanca toga, silenciosos e siguiente: cuando en sus territorios ya no inmóviles. Parecían estatuas. Uno de los había recursos para todos, se reunían unos galos tiro de las barbas a Papirio para avecuantos y emigraban. Estos emigrantes sa- riguar si eran viejos de verdad. queaban, quemaban y asesinaban a su paEl senador le respondió dándole un so cruelmente. bastonazo. Como castigo los degollaron a Una de estas "emigraciones" la hicieron todos. los galos de Francia a finales del siglo V a. Luego intentaron asaltar el Capitolio de C. Ocuparon el Norte de Italia donde amparados en el silencio de la noche. Pese quedaron tras echar a sus habitantes. Un grupo de estas "emigrantes", los más ro los gansos sagrados no dormían como aventureros, se dirigieron hacia el sur a las los guardias y se pusieron a graznar con lo cual Manlio Capitolino se desperta y orgaórdenes de Breno. El año 390 pusieron en fuga al ejército nizo la defensa. Por fin pactaron la retirada a cambio romano en el rio Alia y acto seguido entra, de un montón de kilos de oro y plata. Paron en la ciudad sin encontrar resistencia. La población había huido, algunos se ra pesarlos Breno consiguió una balanza atrincheraron en el Capitolio y los ancia- trucada. Los romanos se dieron cuenta y le nos que no pudieron ponerse en viaje se llamaron la atención; entonces Breno, reunieron en el Senado y esperaron. arrojando su espada en el plato de las peCuando los bárbaros hicieron su entra- sos, "Vae victis!" (jAy de los vencidos!). Esta da en el salón de sesiones, se quedaron expresión la aprendieron los romanos y en pasmados ante aquella impresionante los siglos siguientes demostraron que los vencidos carecen de todo derecho.
Sertorio recibe de Atenea un mapa universal 165
SERTORIO Durante la dictadura de Sila perecieron muchos ciudadanos en Roma y algunos de los condenados en las proscripciones pudieron escaparse; ese fue el caso de Sertorio que se refugia en Hispania. Aquí se puso al frente de los hispanos y organiza una resistencia que duro unos anos. Al final fue derrotado por Pompeyo. Se cuentan muchas anécdotas sobre su manera de ganarse el apoyo de los hispanos. Una de ellas dice que le regalaron una bonita cierva blanca que tenía la costumbre de acercársele y ponerle el hocico en la oreja; Sertorio convenció a sus gentes de que se trataba de la personificación de la diosa Diana y que le daba los recados al oído y por eso resultaba vencedor. En otra ocasión quería convencer a los lusitanos de que un ataque frontal contra los ejércitos romanos sería fatal; entonces trajo a la asamblea dos caballos, el uno fuerte y el otro flaco; mandó a un viejo que le arrancara la cola al caballo fuerte pero tirando de los pelos de uno en uno. Ordenó también a un veterano robusto que le arrancara la cola al caballo flojo pero toda de una vez. Naturalmente, es de suponer el resultado. "Asi precisamente podemos vencer, les dijo a sus hombres. A base de pequeños golpes podremos dominar a los ejércitos romanos pero nunca en un enfrentamiento global".
Los Decenviros y su caída En los primeros tiempos de la República, para evitar los enfrentamientos y las irregularidades en la interpretación de las leyes, se decidió que hubiera leyes escritas. Una comisión viajó a Grecia para conocer las leyes de Atenas y otras ciudades. A su vuelta se suspendieron en Roma todas las magistraturas (cónsules, tribunos, etc.) y se nombró a diez personas, los decenviros, para que redactaran las leyes y gobernaran mientras lo hacían. En un año, el 451 a.C., los decenviros redactaron la famosa "Ley de las XII Tablas", primera y fundamental ley escrita del pueblo romano. Pero los "decenviros" le cogieron gusto al poder: ese abuso, tanto en la campaña militar como en la ciudad, contribuyó a su caída. En Roma, Apio Claudio, uno de los decenviros se encaprichó de una joven plebeya, Virginia. Aprovechándose de que el padre de la chica, Lucio Virginio, estaba ausente (militaba como centurión en el ejército en campaña) intentó hacerse con ella por medio de un cómplice que la reclamaría como su esclava. El tumulto que se provocó ante el intento de ese sujeto para apoderarse de la joven, hizo que se acudiera ante el tribunal el propio Apio Claudio. Este quiso declararla esclava del demandante; pero la oposición de los ciudadanos, sobre todo de Icilio, el novio de la joven, logro que se aplazara la decisión hasta el día siguiente, para que acudiera el padre. Al dia siguiente, Lucio Virginio viendo que no iba a poder librar a su hija de la deshonra, cogió el cuchillo de un carnicero y se lo clavó a la joven: "Hija, te doy la libertad de la única manera que puedo" y a Apio: "Que esta sangre caiga sobre tu cabeza". En la conmoción que siguió a hecho tan horrendo, Publio Virginio inicia una marcha con su ejército hacia Roma. La plebe se retira, como antaño, al Monte Sacro. Los decenviros no logran imponer su autoridad y se yen forzados a convocar el Senado y negocia con los plebeyos: se acuerda una amnistía general y el restablecimiento del tribunado de la plebe y del derecho de apelación. Los decenviros por fin dimiten. Apio Claudio acabará suicidándose antes de verse obligado a declarar en un juicio contra él.
Saqueo de Roma P. Jamin Brenn 1893. Museo de Bellas Artes . La Rocheta
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Los Reyes de Roma (753 a. C.-509 a.C.) Tras el fundador se van sucediendo una serie de reyes nativos (latino-sabinos): Numa, que organiza los primeros cultos religiosos e instituye el primer calendario; Tulo Hostilio, que impone la supremacia de Roma en el Lacio y destruye Alba Longa; Anco Marcio, que extiende el territorio de Roma hasta el mar y levanta el puerto de Ostia. Mientras, Roma ha ido agrupando al resto de as aldeas levantadas sobre las siete colinas próximas al Tíber, constituyendo la federación del Septimontium y fortaleciendo así su posición frente a sus belicosos vecinos del otro lado del no: los etruscos. Pero de nada les valió a los romanos, porque en su expansión hacia el sur los etruscos se anexionaron el Lacio y en Roma se sucedieron tres reyes de origen etrusco: Tarquinio « Prisco ( el antiguo)», Servio Tulio, gran reformador, que reorganizó la sociedad romana y la propia ciudad segUn el modelo de las ciudades etruscas, y el ultimo, Tarquinio «el soberbio», contra cuya tiranía se sublevó la nobleza romana, los patricios, apoyada por el pueblo, los plebeyos, poniendo asi fin a la época monárquica y dando paso al nuevo régimen: la República.
La República romana (509-31 a. C.) Tras la caída de la monarquía, los romanos fueron desarroIlando las instituciones propias de una República: Senado, magistraturas elegidas, etc., tratando siempre de evitar el poder personal. Salo accidentalmente dieron poderes excepcionales a una persona, y siempre por tiempo limitado. Tras la revolución del 509 a. C., considerada siempre por los romanos como una auténtica «guerra de liberación», la ciudad-estado de Roma quedó en manos de la oligarquía patricia, que controlaba el Senado y la Asamblea. Sustituyeron el sistema monárquico vitalicio, más o menos hereditario, por un gobierno de dos magistrados Ilamados cónsules, elegidos cada ario por la Asamblea de la ciudad, también controlada por el patriciado. La plebe empezó a reaccionar en seguida contra este estado de cocas y obligó a instituir unos magistrados plebeyos, los tribunos de la plebe, y una asamblea también propia, el concilio de la plebe. Durante los dos siglos y medio siguientes el proceso de igualación de derechos fue lento pero continuo, hasta Ilegar a un equilibrio politico entre las dos clases, muy complicado pero aceptable para todos. Este equilibria quedó reflejado en el lema de la Republica romana, SENATVS POPVLVSQVE ROMANVS («el senado y el pueblo romano») expresado normalmente con las siglas S P Q R.
La conquista de Italia El proceso de democratización impuesto por la plebe, y asimilado con dificultad por la nobleza, no se habría producido si
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Ulpiano Fernandez-Checa y Saiz, Numa y la ninfa Egeria (1885). Madrid, Museo del Prado.
F RASES HECHAS “Tirios y troyanos” Se aplica esta expresión para referirse a partidos, bandos o grupos con intereses contrapuestos. El origen de esta frase nos remonta a la historia de Roma. Si alguna vez ha habido dos pueblos enemigos a muerte, esos fueron los romanos y los cartagineses, que durante dos siglos compitieron ferozmente por el dominio del Mediterráneo en las Guerras Púnicas. Pero este odio tiene un origen mucho más antiguo: cuando Eneas, troyano superviviente de la guerra de Troya, Rego a las costas de Cartago, y recibió toda la ayuda que precisaba de la reina Dido, que huyendo de Tiro donde su hermano había asesinado a su esposo, acababa de fundar la ciudad. Dido se enamoró locamente de Eneas, y cuando este la abandonó, se suicidó. Allí nació un odio que no acabaría hasta la total destrucción de Cartago.
Anécdotas históricas de la Roma Imperial AUGUSTO Y LAS MORENAS
Augusto murió a los 76 años de edad de los cuales pasó en el poder 58, los 13 primeros compartiéndolos con M. Antonio y los restantes, desde el 31 a. de C., él solo. Como un buen romano era bromista y zumbón. Tenía buen sentido de humor; se pasó la vida con una salud muy delicada y murió más viejo que los que le rodeaban. Los primeros años fue muy duro , incluso cruel, como en la guerra de Perusa. Decía que César había perdonado demasiado y por eso le habían matado sus enemigos. Cuando estuvo seguro en el trono se portó de forma más tolerante. De él se cuentan infinitas anécdotas. Cenaba un día en casa de un rico ciudadano que poseía una cristalería de vidrio de valor incalculable de la que se sentía enormemente orgulloso. Y como en aquel día cenaba en su casa el príncipe, la ocasión era especialmente adecuada para sacar los vasos de la vitrina y lucirlos.
Fue construido entre el 13 y el 9 a.C. en acción de gracias por las victorias de Augusto en Hispania y Galia, y dedicado a la diosa de la Paz en el Campo de Marte, (“pax” que este habia impuesto;), Alli cada año se sacrificaban un camero y dos bueyes. Representa la mitica fundación de Roma.y los frisos laterales a Augusto, su famlia, amigos y magistrados.
Uno de los muchachos que servían se puso nervioso y rompió una copa. El dueño montó en cólera y ordenó que le arrojasen a las morenas. Tenía este caballero una piscina llena de peces carnivoros. El esclavo corrió a los pies de Augusto suplicando su protección; pero no pedia por su vida, ya que consideraba justo el castigo; sino que suplicaba ser enterrado en una tumba y no recibir sepultura en el vientre de animales. Augusto intercedió por el pero el amo no cedió. Entonces Augusto rompió la copa que tenía en la mano y siguió así de una en una hasta que destrozó todas. Y además acogió bajo su protección al muchacho y le dio la libertad. L a Columna Trajana fue erigida por orden del emperador Trajano para conmemorar su victoria frente a los dacios ( actual Rumania) . Concluida en el año 114 d. C. tiene 38 metros de altura. y 4 de grosor. La columna se compone de 18 enormes bloques de 40 toneladas. El friso escultóric-o es un bajorrelieve en espiral de unos 200 metros y da 23 veces la vuelta a la columna. En el interior, una escalera de caracol de 185 peldaños permite el acceso a la cima. Antes una estatua del propio Trajano y ahora una estatua de San Pedro corona el monumento.
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BUENHUMORDE VESPASIANO
Había sido soldado toda su vida, era italiano y casi no conocía la Urbe cuando se hizo con el poder en la guerra civil que siguió a la muerte de Nerón. Vespasiano tenía pocas ideas, pero muy claras: la aristocracia es una clase de vagos, las cuentas solo salen bien cuando se aborra, con disciplina es fácil gobernar el mundo.
Así que empezó por recaudar todo lo posible; entregó el cobro de las impuestos en las provincias a los funcionarios más avaros y menos escrupulosos y les dio plenos poderes. Cuando terminaban su labor, les llamaba a Roma, les condecoraba, les confiscaba las ganancias y con todo ello equilibró el presupuesto. Las sobras se las devolvió a las victimas provinciales.
An fi t ea tr o Flavio o C olis eo, c on st r uido po r ord en del emperador Vespasiano en 72 d. C. Roma .
Arco de Constantino (315 d. C.). Roma.
Como la ciudad de Roma olía mal, construyó letrinas públicas. Cobraba una tasa por usarlas y al que no las usaba le ponía una multa por ensuciar la calle. Su hijo Tito protestó y Vespasiano le puso unos denarios bajo la nariz diciendo: “Ves como no huelen” Un día se puso enfermo de repente y presintiendo la muerte les dijo a sus amigos: "Me parece que me estoy volyiendo dios". (El Senado divinizaba a los emperadores cuando se morian). A la hora de morir se levantó de la cama y bromeó: "Un emperador debe morir de pie". Y murió de pie. En los funerales de este gran gobernante un bufón iba en el cortejo imitando la muerte y preguntaba: ¿Cuánto cuesta este entierro?" - Dos millones de sestercios, respondia el coro. Y el bufón: - Pues que me los den a mí y que me tiren al río. En los entierros al igual que en los triunfos nunca faltaba el humor.
LA GRANDEZA DE TRAJANO Cuando leemos barbaridades de Calígula, o los baños de sangre de Mario o de Sila no podemos por menos que sentir un cierto escalofrío. Lo mismo nos ocurre cuando pensamos en los esclavos sometidos al despotismo de dueños sanguinarios o sádicos. Sila, después de dejar la dictadura, se retiró a la vida privada, pero no abandonó la fría crueldad que le habia caracterizado; por una falta sin importancia mandó estrangular delante de él a un antiguo veterano. No se inmutó. Trajano, sin embargo, probablemente el mejor y más poderoso emperador, consiguió que el poder no se le subiera a la cabeza. Siempre fue respetuoso con el Senado y nunca llegó a ser el déspota sanguinario que tantas veces se ve en la historia. En una ocasión se descubrió una conspiración organizada por Licinio Sura. La reacción del emperador fue digna de un gran hombre: se fue a corner a casa de Licinio, comió de todos los platos que le sirvieron, sin teONSTANTINO I "EL GRANDE rror al posible veneno, y para terminar llamas al barbero del traidor y le pidió (Emperador desde el 306 que le afeitase. iSerenidad y sangre fria! hasta el 337 d. C.) En el 325 fundó una nueva capital (sobre Bizancium, antigua colonia griega ) llamada Constantinopla por su nombre. Es conocido por su supuesta visión de la cruz antes de la batalla final sobre el puente Milvio contra Majencio en Roma. (312 d. C.), en la que se podía leer la siguiente inscripción: In hoc signum vinces (Con este signo vencerás). Por ello, desde entonces, signo de la cruz figuraba en sus estandartes. Dio libertad a los cristianos para ejercer su culto en el Imperio plasmada en el edicto de Milán. Acostumbraba aparecer en público, en los concilios y ante la corte vestido con las ropas más lujosas y adorrnos de oro, al estilo oriental, marcando un antecedente del emperador que gobierna rodeado de riquezas en nombre de Dios, En su vida personal Constantino asesinó a su propio hijo por haber intentado violar a su mujer, y cuando se enteró de que esto no era cierto, asesinó también a esta. Este hecho no impidió su bautismo cristiano en su lecho de muerte, tal vez con la esperanza de perdón, ni su santificación por paste de la Iglesia, la cual le debe gran parte de su existencia, y su afianzamiento en el Imperio.
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Durante los siglos II y I a. C. el imperio romano fue extendiendose por todos los 'países ribereños del Mediterráneo. Durante la primera mitad del siglo Il a. C., al mismo tiempo que se dedicaba concienzudamente y sin demasiados escrúpulos a «pacificar» el interior de Ia península lbérica, venciendo la resistencia de los celtíberos, que se hacían fuertes en lugares como Numancia, y de caudillos lusitanos, entre los que el mas celebre fue Viriato. Roma inicia su expansión hacia oriente. Primero Macedonia, región situada al norte de Grecia, y luego Grecia entera, dividida administrativamente también en dos provincias en el 146 a. C. El mismo año, 146 a. C., en una guerra «relámpago» (Ia llamada tercera Guerra Púnica), los romanos arrasaron la ciudad de Cartago, que había conseguido volver a levantar cabeza, y toda la región fue convertida en la nueva provincia de África. Poco después Roma recibe el reino de Pérgamo, en la actual Turquía, como herencia de su rey, muerto sin sucesión. A mediados del siglo I a. C., Cayo Julio César conquista en solo diez años las Galias, que incluían los actuales territorios de Francia, Países Bajos y Suiza, e invade por primera vez Inglaterra. Finalmente se produce la anexión de Egipto, como consecuencia de la victoria de Octavio sobre Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium (31 a. C.), la misma victoria que convirtió a Octavio en el dueño de ese inmenso imperio, «el mas grande después del de los dioses», como diría Tito Livio. Se cierra el círculo. Roma ya puede llamar al Mediterráneo, con razón, Mare Nostrum.
Jose de Madrazo (1781-1859), La muerte de Viriato. Madrid, Museo del Prado.
El Imperio romano (31 a. C.- 470 d. C.) La época imperial duró unos quinientos arios. Durante este periodo, el Senado fue perdiendo progresivamente todas sus funciones y el emperador ejercía, directa o indirectamente, todos los poderes.
El Alto lmperio (siglo I a. C.-siglo II d. C) A partir de Actium comienza con Octavio Augusto un nuevo sistema político y una nueva época, la última, de la historia de Roma. El final de la Republica se produjo tras un siglo de convulsiones políticas, enfrentamientos entre el partido popular y el senatorial, golpes de Estado y, finalmente, dos guerras civiles: la que enfrentó a Cesar contra Pompeyo (49-45 a. C.) y la que resolvió la disputa por la sucesión de Cesar, tras su asesinato en el 44 a. C., protagonizada por su hijo adoptivo, Octavio, y por su lugarteniente Marco Antonio, que acabó con la proclamación del primero como emperador. Los dos siglos y medio primeros («Alto lmperio») se conocen como periodo del Principado, pues el Título oficial de los emperadores era el de “príncipes”. En resumidas cuentas, el nuevo régimen bien podría ser calificado de «dictadura militar», pues
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Moneda del emperador Trajano (siglo a d. C.). Madrid, Museo Arqueologico Nacional.
el Senado no hubiera acometido una política expansionista a ultranza para la que necesitaba la colaboración de la plebe, principal integrante del ejército.
Primero los romanos dominaron el Lacio, donde los pueblos alli ubicados habían constituido una «liga latina» que acabó dirigiendo Roma como miembro mas fuerte.
Luego les tocó el turno a los demas pueblos del centro de Italia: sabinos, ecuos, volscos, y a los propios etruscos, sus dominadores antaño, a los que vencieron tras conquistar Veyes, su ciudad más importante, en el año 396 a. C. A comienzos del siglo IV a. C., Roma fue conquistada por los galos, recién establecidos en el valle del Po. Se liberó de ellos a cambio de un fortísimo rescate. Los pueblos sometidos se volvieron a sublevar, incluidos los latinos, y Roma solo pudo restablecer la situación a mediados del siglo.
En la segunda mitad de este siglo IV a. C. comenzaron los enfrentamientos con los pueblos del sur del Lacio: los belicosos samnitas. Tres guerras, en las que los romanos sufrieron humillantes reveses, les hicieron falta para imponerse.
A comienzos del siglo III a. C. Roma controlaba ya casi toda la península italiana, con la excepción del norte (la «Galia Cisalpina ») y de las florecientes colonias griegas del sur.
La lucha con los griegos de la Magna Grecia constituyó la tercera gran fase de la conquista de Italia. El punto culminante fue la guerra contra Tarento, que se rindió en el año 272 a. C. Roma logra el dominio de toda Italia en el ano 264 a. C.
Senatus Populusque Romanus, inscripción sobre una placa de mármol. Roma, Museo Capitolino.
La conquista del Mediterráneo A mediados del siglo Ili a. C., Roma era ya una de las potencias del Mediterráneo. Las otras dos eran Cartago, que dominaba el flanco sur: norte de África, sur de la Península lbérica, la mayor parte de Sicilia y las islas importantes de la zona; y Macedonia, que como heredera máxima del imperio de Alejandro, ejercía la hegemonía en el mundo griego. La política expansionista de Roma y, todo hay que decirlo, su «seguridad nacional», hicieron inevitable el choque, primero con Cartago con quien se enfrentó en las Guerras Púnicas, y más tarde con Macedonia. La primera Guerra Púnica (264-241 a. C.) se saldó con la «liberación» de Sicilia de los cartagineses y su anexiOn por Roma. Sicilia seria la primera provincia del imperio. La victoria romana en la segunda Guerra Púnica (218202 a. C.), en la que se enfrentaron las tropas romanas al mando de Escipión, contra los ejércitos del caudillo cartaginés Aníbal, acabó con el imperio cartaginés, que cayó en manos de Roma: como consecuencia el imperio romano se extendió por el norte de África, el sur y este de la Península lbérica, el sur de Francia y el norte de Italia.
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Jacopo Ripanda, Lutacio Catulo discutiendo la paz con Amílcar, Oleo perteneciente a una serie sobre las Guerras Púnicas (15081513). Roma, Museo Capitolino.
el emperador se fue convirtiendo en una especie de dictador apoyado en la fuerza del ejército, al que controlaba con su “imperium”, nombre que recibía el mando supremo. Durante este periodo el imperio romano alcanzó su mayor extensión. En el siglo I d. C. se expandió por el norte hasta establecer definitivamente sus fronteras en la línea formada por los rios Rhin y Danubio, además de conquistar y convertir en provincia romana a Inglaterra; por el sur incorpora el actual Marruecos, con el nombre de Mauritania. En el siglo II d. C. la expansión mayor fue hacia el este: provincias de Arabia, Armenia, Mesopotamia, etc., y en Europa la conquista de la Dada (la actual Rumania), Ilevada a cabo por el emperador Trajano, nacido en Hispania. No contentos con aumentar el territorio, los emperadores romanos defendieron las fronteras más estratégicas con gigantescas fortificaciones, como el Muro de Adriano, construido por este emperador, sucesor de Trajano e hispano como él, a lo largo de la frontera entre Inglaterra y Escocia, que quedó sin conquistar, o la línea de fortificaciones y acuartelamientos levantados en Germania entre el Rhin y el Danubio.
El Bajo lmperio (siglos III-V d. C.) A partir de mediados del siglo III d. C. todo este magnífico edificio empezó a resquebrajarse: crisis económica, anarquía militar, presión cada vez más apremiante de los distintos pueblos bárbaros, orientalización» del poder imperial en cuanto a la procedencia de los emperadores y en cuanto a los modos de gobernar. Comienza el Bajo Imperio o Dominado. En un último intento de evitar el caos, el emperador Diocleciano, a finales del siglo III d. C., reestructura por completo el sistema económico y el régimen político: divide el imperio en dos, Oriente y Occidente. En cada parte estableció un emperador, con el nombre de Augusto, y un lugarteniente y heredero, denominado César. Este sistema, que no sobrevivió a su creador, es conocido con el nombre de tetrarquia (gobierno a cuatro). El imperio volvió a unificarse con Constantino (313-337 d. C.) y se dividi6 definitivamente a finales del siglo IV d. C. con Teodosio, el tercer gran emperador hispano.
El final del imperio El imperio romano de Occidente fue invadido por los distintos pueblos bárbaros: desde el este los visigodos, por el norte suevos, vándalos, alanos, burgundios, etc. Este desmoronamiento culminó con la toma de Roma y el derrocamiento del último emperador, que lo era ya solo de nombre, el 476 d. C. A su vez, el imperio romano continuó su andadura histórica con el nombre de Imperio Bizantino, con capital en Constantinopla, la antigua Bizancio.
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Muro de Adriano, línea fronteriza entre Inglaterra y Escocia
Resumen por Periodos históricos La historiografía fa romana databa la fundación de Roma en la primavera del año 753 a. C. Junto a la version mítica que relaciona héroes con divinidades en la fundación de la ciudad, la historiografía y la arqueología actuales aportan datos que testifican que en el siglo VIII a. C. existían diversos asentamientos en suelo romano. A partir del siglo VII a. C. se observan elementos urbanos propiciados por la influencia del pueblo etrusco, sobre todo, durante el siglo VI a. C. La historia de Roma se puede dividir en tres grandes periodos: Monarquía, VIII a. C - VI a. C. República, V a. C. - I a. C Imperio, I a. C. - V d. C. LA MONARQUÍA ROMANA DESDE 753
HASTA EL
590 A. C
Según las propias fuentes latinas, hubo siete reyes, el primero de los cuales fue Rómulo, el fundador de la ciudad. Los tres primeros fueron de origen sabino y los cuatro últimos etruscos.
Rómulo, 753 - 715 a. C. Numa Pompilio, 715 - 672 a. C. Tulio Hostilio, 672 - 640 a. C. Anco Marcio, 640 - 616 a. C. Tarquinio el Antiguo, 616 - 578 a. C. Servio Tulio, 578 - 534 a. C. Tarquinio el Soberbio, 534 - 509 a. C.
EL IMPERIO ROMANO se suele dividir en dos etapas: ALTO IMPERIO, DESDE 27 A. C. HASTA EL 192 D. C.
Dinastía Julio-Claudia (27 a. C. - 69 d. C.): Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Dinastía Flavia (69 - 96): Vespasiano, Tito y Domiciano. Dinastía de los Antoninos (96 - 192): Nerva, Trajano, Adriano, Antonio Pío, Marco Aurelio y Cómodo. Fue una de las dinastías más largas y se caracterizó por la estabilidad y la buena administración. Durante ese periodo el Imperio logró su máxima extensión territorial.
BAJO IMPERIO, DESDE 192 HASTA 476 D.C. Dinastía de los Severos (193 - 235): Septimio Severo, Caracalla, Heliogábalo y Alejandro Severo. Diocleciano (284 - 305): dividía el Imperio en dos zonas (Oriente y Occidente), cada una con su propio emperador. Constantino (306 - 337): reconoció el cristianismo mediante el Edicto de Milán (313) y transformó la ciudad de Bizancio en capital imperial. Teodosio (379 - 395): declaró el cristianismo religión oficial del Imperio (380) y prohibió los cultos paganos.
A partir de finales del siglo IV, la presión de los bárbaros fue imparable y tras diversas incursiones de diferentes pueblos, en 476 el jefe germano Odroaco depuso al último emperador de Occidente Rómulo Augústulo. En Oriente. el Imperio se mantuvo hasta 1453 en que Constantinopla cayó en manos del Imperio Otomano.
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Anécdotas históricas de La Roma Antigua 1. ENEAS, HÉROE PIADOSO Eneas, hijo del mortal Anquises y la diosa Venus, se convirtió en los versos de Virgilio en el héroe nacional romano, por sus virtudes de rectitud y valor, de respeto por las tradiciones y obediencia a los dioses. El poeta retrata con la leyenda el pasado enfrentamiento con Cartago por el dominio del Mediterráneo occidental. Aquiles, durante el asedio de Troya, conquistó Dárdano, la ciudad neutral que Eneis escapa de Troya, F. Barocci (siglo XVI). Roma, Villa gobernaban Anquises y Eneas. Como el Borghese. En epoca de Julio Cesar y, sobre todo, de su suhéroe estaba casado con Creusa, hija del cesor, Augusto, la leyenda de Eneas renov6 su importancia rey Príamo, la familia se trasladó a la ciupropagandfstica en el arte y la literatura. dadela troyana. Desde entonces, el joven príncipe demuestra su coraje enfrentándose a los más valerosos héroes griegos. En una ocasión, Diomedes lo hirió, pero su madre Venus acudió presurosa al rescate, y esto le costó a la divina Cipris una herida en la mano. Cuando cayó Troya, Eneas logro huir entre las llamas de la destrucción, cargando con su anciano padre y su pequeño hijo. Ya en el monte Ida, descubrió la ausencia de su mujer; dispuesto a regresar a la ciudad, se le apareció el espíritu de Creusa que le desveló su destino: debía viajar hasta donde los dioses le indicaran para fundar una nueva patria.
2. EL VIAJE DE ENEAS Acompañado de veinte naves, inició Eneas su particular «odisea». Surcó el Egeo y el Jónico; en el sur de Italia eludió a la voraz Escila y a la vertiginosa Caribdis; sufrió la muerte de su padre en Sicilia; y, cuando avistaba nuevamente la costa italiana, una tormenta ordenada por su enemiga, la diosa Juno, lo arrastró a Cartago, en el norte de África. Alli la reina Dido lo acogió con generosidad y ambos vivieron tiempos de amor y felicidad. Pero el destino de Eneas lo aguardaba en Italia, y asi se lo recordó Júpiter. Eneas partió y Dido, despechada y herida, se suicida no sin antes maldecir a los descendientes del troyano. Eneas, obedeciendo a Júpiter, puso rumbo a Italia. En Cumas visitó a la Sibila para conocer su destino. La sacerdotisa de Apolo lo acompañó en su descenso a los Infiernos. En ellos conversó con su padre, quien le predijo el futuro de Roma.
Muerte de Dido, El Guercino (siglo XVII). Hija del
rey de Tiro, Elisa (nombre fenicio de Dido) huyó de su hermano África, que pretendía el poder. Cuando arribó a África, los indígenas le permitieron tomar posesión de la tierra que pudiese abarcar una piel de buey. Ella trazó el amplio recinto de la ciudad de Cartago cortando en delgadísimas tiras la piel del animal.
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Vuelto al mundo de los vivos, Eneas se dirigió a la desembocadura del Tíber. Allí, aliado con el rey Evandro, de origen arcadio, y a quien le unían lazos de hospitalidad, derroto a los raulos y dio muerte a su rey Turno. Poco tiempo después de fundar la ciudad de Lavinio y de asegurarse el respeto de las tribus aborígenes lideradas por el rey Latino, Eneas desapareció durante una tempestad. Sibila de Cumas, Miguel Ángel (1510). Roma, Capilla Sixtina. Nacida en Eretria, sus padres la consagraron al templo de
Apolo. El dios, enamorado de ella, le prometió que le concedería su primer deseo, la joven le pidió una larga vida pero olvidó la juventud eterna. Con el tiempo acabó convertida en una cigarra.
Pedro Pablo Rubens, Rómulo y Remo (siglo XVII). Roma, M u s e o C a p i to li n o .
Los mitos de Eneas y Rómulo
Eneas lleva a su padre fuera de Troya, (550 a. n. e.). Londres, Museo Británico. La
diosa Venus se enamor6 del joven Anquises con apariencia de princesa frigia se uni6 al mortal. Pero el príncipe dardánida se jactó más tarde de su relación con la diosa. Júpiter lo castigó dejándolo cojo con su rayo.
Los romanos, una vez convertidos en los due-nos del mundo conocido consideraban que si todas. las antiguas ciudades, ahora sometidas a ellos, acostumbraban a enaltecer sus orígenes atribuyéndolos a dioses o semidioses, ellos podían hacerlo con más derecho que ninguna. Así que en el s. I a. C. dos de sus más grandes escritores, el historiador Tito Livio en su historia de Roma, titulada “Ab urbe condita”, y el poeta Virgilio : en la “Eneida”, dieron forma literaria definitiva a los . mitos de Rómulo y Eneas. El primero, hijo del dios Mane, como fundador de Roma. El segundo, hijo de Venus, como más lejano antepasado suyo. El mito o leyenda de Rómulo y el de la fundación de Ia ciudad tenían su origen en una tradición popular que se perdía en la noche de los tiempos: hay representaciones suyas muy antiguas en esculturas y en monedas. Era por tanto un mito autóctono, es decir, de la propia tierra de los romanos. El mito de Eneas y su relación con Roma tenía, por el contrario, un origen literario y lejano. Eneas era un príncipe de la zona de Troya en Asia Menor y aparece por primera vez en la Ilíada de Homero.
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Lucas Jordan, Turno vencido por Eneas (siglo xvii). M ad r id , M us e o d e l P r ad o.
El Rapto de las Sabinas Cuando Rómulo terminó de fundar la ciudad de Roma, con la finalidad de poblarla rápidamente, invito a que se instalara toda clase de gente, aduciendo que era la mejor ciudad para vivir en libertad.A pesar que la mayoría de los habitantes no eran muy recomendables, Rómulo estaba feliz. Designó a los hombres "Padres de la Patria " o Patricios para asegurar el orden y la seguridad de esta nueva ciudad. Pero el problema más grave que tenían era la falta de mujeres. Si no las conseguían rápidamente, el futuro de la ciudad estaba destinado at fracaso. Luego de muchas reuniones donde analizaron todas las posibilidades, los Senadores creyeron que lo mejor sería visitar a los pueblos vecinos para explicarles sus intenciones. Ninguno acepto la oferta de los romanos, porque como ya sabemos los habitantes de Roma dejaban mucho que desear y ningún padre quería entregar a sus hijas a ese tipo de gente. Los romanos se sintieron agraviados ante la negativa, pero Rómulo los calmó cuando les dio a conocer un nuevo plan. Cuando llegó la fiesta del dios Consus, Rómulo organizó unas grandiosas carreras de caballos invitando a las poblaciones vecinas. Roma se llenó de visitantes para la fiesta ya que llegaban familias enteras para celebrar el gran acontecimiento. En aquel entonces, los vecinos ms numerosos y poderosos de la región eran los sabinos y eran los que en mayor número se habían presentado para honrar al dios Consus. Cuando todos los visitantes se hallaban entretenidos participando de las competencias, los hombres de Rómulo raptaron a todas las muchachas que encontraron y las escondieron. Los vecinos se enfurecieron y solo pensaban en vengarse de los romanos. Las Sabinas secuestradas estaban muy asustadas ya que no conocían los planes de los romanos. Pronto, Rómulo se presentó ante ellas para calmarlas diciendo: “-No debéis tener miedo. Nada malo os ocurrirá”. Solo deseamos que conozcáis a los ciudadanos romanos, os enamoréis, os caséis y tengáis muchos niños para que la ciudad de Roma crezca y sea próspera”. Los ciudadanos romanos se mostraron atentos y cariñosos con las jóvenes y ellas pronto accedieron formar nuevos hogares. Las poblaciones vecinas no podían perdonar a los romanos por haber quedado sin hijas y para rescatarlas eligieron a Tito Lacio, rey de los sabinos. Como en esos tiempos, las mujeres estaban consideradas como una clase inferior, Tito Tacio pensó que no valía la pena derramar sangre por unas cuantas mujeres. Otras poblaciones vecinas buscando vengarse atacaron Roma, pero los romanos supieron defenderse y ganaron todas las batallas. Rómulo se mostró comprensivo con sus atacantes y, en lugar de hacerlos prisioneros, los perdonó; así formaron un pueblo unido. Al ver que el poderío de Roma avanzaba sobre los otros pueblos, Tito Lacio cayó en la cuenta de que, si no hacía algo pronto para atacar a Roma, los sabinos terminarían bajo el dominio romano. Entonces comenzó a trazar un plan de ataque. Mientras estudiaba cuidadosamente la manera de atravesar la muralla de Roma, vio a una joven muchacha que salía de las puertas de la ciudad para llenar su cántaro con agua. Esa joven se llamaba Tarpeya y era hija del alcalde de la ciudad.
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