Keywords: artmediation, social intervention, inclusion, imagination

ARTEMEDIACIÓN, UN MODELO EN DESARROLLO Art-mediation, a model in development Joaquín Sanchez-Ruiz1 y Pedro Chacón2 1 1 [email protected]; 2pchacon@ugr.

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ARTEMEDIACIÓN, UN MODELO EN DESARROLLO Art-mediation, a model in development Joaquín Sanchez-Ruiz1 y Pedro Chacón2 1 1

[email protected]; [email protected]

Departamentos de Escultura y 2Didáctica de la expresión musical, plástica y corporal. Universidad de Granada

Resumen: El Artemediación es un modelo de intervención artística, en individuos y grupos, para su fortalecimiento e inclusión. Arranca del arteterapia y su enfoque se perfila con el placer del expresarse a través del arte, a partir de la imaginación. El Artemediación se aplica en un programa en muy variados contextos sociales, como Curso de Experto en la Universidad de Granada. En el presente artículo se presenta la génesis de dicho enfoque, sus objetivos y devenir. Palabras clave: artemediación, intervención social, inclusión, imaginación.

Abstract: The artmediation is a model of artistic intervention, individuals and groups, for their empowerment and inclusion. Part of the art and its approach starts from the pleasure of expressing themselves through art, from the imagination. The artmediation is studied in a program in different social contexts, such as Course of Expert at the University of Granada. This article presents the origin of such an approach, its objectives and evolution.

Keywords: artmediation, social intervention, inclusion, imagination.

Desarrollo 1.- Una breve crónica Me presento como un artista plástico, que se empeña en que el arte sirva para mucho más que para un público que observa en una galería. El arte, como vamos a profundizar aquí, es

Joaquín Sanchez-Ruiz y Pedro Chacón. Artemediación, un modelo en desarrollo. Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012.

un hecho beneficioso en sí mismo, puesto que activa una lógica poética, fuera de la tendencia anodina, chata y gris del pensamiento ordinario. En un momento de mi vida se me formuló la siguiente pregunta, que me cayó como una maceta en la cabeza: ¿Para quién te esfuerzas? ¿Para desgastarte en la lucha por la vida: por un vano reconocimiento, o por los demás? Es la pregunta de la gran compasión, introducida en un precioso libro a cuya autora telefoneé para conocerla 1. En nuestras conversaciones, nos comentó que, tras largos años de experiencia en arteterapia, no podemos stricto sensu tildar muchas intervenciones artísticas en contexto social como de terapia. Esto es, el concepto de enfermedad se le revelaba como algo limitante, para designar fenómenos y alteraciones que no siempre debían abordarse desde la clínica. El fruto de nuestro trabajo en común se materializó en un encuentro entre una docena de alumnas alemanas de la especialidad de Arteterapia de la Academia de Múnich y otras tantas alumnas españolas de la Facultad de Bellas Artes, en ambas ciudades (Granada en febrero y Múnich en julio de 2009). El tema correspondía a un sugestivo título de una obra de la misma Schottenloher: “Cuando nos falten palabras, hablarán las imágenes”. Tal vez por la necesidad de comprensión entre dos idiomas tan diversos, cuajó la noción de Artemediación. Fue ahí donde oficializamos esta voz, si bien se entreveía, mediación artística, o arte [entendido como] mediación, en diferentes foros, autores y artículos 2. Nuestro enfoque fue desde el principio una apuesta no terapéutica del arte. Así comenzamos la andadura de nuestro Curso de Experto en Artemediación. 1 En 2004 realizamos una traducción de un libro clásico de la literatura alemana en arteterapia (7ediciones), Kunst- und Gestaltungstherapie, de Gertraud Schottenloher. En contacto con Gertraud Schottenloher mediante beca de la Deutsche Akademische Austauschdienst, tuve la fortuna de intercambiar ideas con la primera catedrática que gestó en los años ’80 la introducción del arteterapia en una Academia de Bellas Artes. 2 La expresión mediación abunda en el ámbito del arteterapia. Algunos de los másteres añaden la especificidad de la mediación en sus títulos: el master de la Universidad de Elche se titula Arteterapia y mediación social. Asimismo, el de la Universidad de Murcia es Arteterapia y mediación plástica. Talleres de arteterapia lo incluyen también. (Arteterapia como mediación en la creación de arte, Fundación ICSE Sevilla; idem en Taller inicial de arteterapia desde la mediación plástica, U.Autónoma de México). Incluso reuniones profesionales lo usan (I Jornada de psicologia i mediació del 22.11.2011 de la Universidad de Barcelona). En revistas y textos especializados se describe al arteterapéuta como mediador, la imagen como mediadora o el objeto artístico como mediación cultural (en Barragán, J.M., en Arteterapia. Dinámicas entre creación y procesos terapéuticos, Coll Coordinador. Universidad de Murcia 2006). O en Laurin, P. Taller de mediación artistica con personas que padecen la enfermedad de Alzheimer, (en Revista Arteterapia, vol.3, 2008). Klein le dedica unas líneas a interrogarse sobre la mediación, hablando de terapia de la mediación artística, que desemboca en la metáfora (Arteterapia. La creación como práctica de transformación. 2008 Barcelona, Octaedro). Asimismo, en la red existen profesionales que se presentan tanto como arteterapéutas como mediadores artísticos (por ejemplo http://aptgd.org/2011/taller-deintroduccion-a-la-arteterapia) [consulta 20.11.2011] Por otra parte, con el buscador de Google detectamos que Artemediación se aplica a dos líneas diferentes: didáctica del arte, en museos de Europa y mediación social, en Latinoamérica (véanse algunos enlaces web en la bibliografía final).

2.- Declinando la palabra Arteterapia. Al igual que un verbo se conjuga, un nombre se declina. Declinar en este contexto significa flexionar una palabra para que manifieste diferentes casos. Así arteterapia tiene la suficiente madurez y recorrido para declinarla y que no se quiebre. El Artemediación redibuja parte del panorama. Desde nuestra opinión, arteterapia ha rebasado con creces su propia definición: “una forma de psicoterapia que utiliza el arte como principal herramienta de comunicación”.3 Como refuerza la profesora Ascensión Moreno (2010), “el arteterapia no es un modelo de educación artística, sino que es una forma de psicoterapia a través del arte”; así, el concepto terapéutico ha sobrepasado su frontera en la región de la intervención social y la exclusión. La terapia, como su nombre indica, es un tratamiento que aspira a curar y para ello emplea el diagnóstico. Lamentablemente, la explosión de terapias alternativas de dudosa eficacia produce una inflación del término. Hemos de indicar en este punto una confusión que se asume con demasiada naturalidad: no distinguir entre terapéutico y benéfico. No todo lo que resulta benéfico (comer, pasear, reír, besar) resulta necesariamente terapéutico (al contrario sí ha de serlo). A la terapia, como tratamiento que es, se le ha de exigir una evolución, una mejoría y, a ser posible, la curación de una determinada sintomatología. Incluimos aquí los cuidados paliativos, esto es, disminuir el sufrimiento aunque la enfermedad no tenga cura efectiva. El respeto por este principio, la consciencia de nuestras limitaciones temporales para formar a terapeutas y la presumible extracción del alumnado desaconsejaban usar (que no desterrar) la palabra terapia en la expedición de una titulación académica. Nos aproximamos desde el Artemediación hacia otra forma de intervención social, que utiliza el arte como principal herramienta de comunicación. El arte y sus valores de sensibilidad, belleza, armonía, introspección, disfrute, aventura, comunicación, socialización, etc. se ponen al servicio de la persona, de los grupos y de los contextos futuros, tanto para los no problemáticos como para aquéllos que lo sean. Sustancialmente no hay diferencias, sino de formación. Ambas, la terapia y la mediación, buscan el beneficio del usuario (actor, en mediación). Creemos que esta declinación reconoce explícitamente la riqueza y vastedad del arteterapia, a la que tomamos como arranque.

3

Definición de AT según la Asociación británica de arteterapéutas http://terapiasdearte.blogspot.com/2007/02/definicin-de-arte-terapia.html [consulta 05.12.11]

(BAAT),

en

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3.- Etimología y bases del Artemediación. La mediación como actividad profesional se reconoce ya en la Grecia y Roma clásica con la figura del mesitaes, quien intercedía por la paz. El Congreso de los Estados Unidos lo introdujo por su pragmatismo en evitación de conflictos legales largos y costosos; en la escuela se habla del peer-mediation, mediador entre pares, para transferirles a los niños la asunción de sus responsabilidades. Las líneas de mediación son muy variadas: orientada a la necesidad (línea de la comunicación no violenta o gewaltfrei-Kommunication), transformadora (enfocada a cambios de imagen futuros), mediación sobre daños (p.e. en parejas), mediación en conflictos (basada en dinámicas de grupo), etc. En nuestro entorno artístico no se necesita necesariamente un antagonista. Mediar, que proviene de medium, se puede aplicar tanto al propio Arte como al artista. El Arte en sí se entiende como fluido por el cual expresamos de manera distinta, menos sofocante y abierta; diría Bachelard (1986), que el arte es un fastidio a la explicación. Igualmente se puede extender a la propia figura del artista, que interviene como un mediador, entre el actor y su obra. El artista conduce a revelar de lo anodino elementos que pasan desapercibidos (un paquete de cigarrillos puede ser el desencadenante de una poesía, de un encuadre fotográfico, de una pintura). Creemos pertinente recordar que estos estudios de postgrado se ofertan desde un departamento nato de una facultad de Bellas Artes. Esto es toda una declaración de intenciones respecto al peso que ha de tener el Arte en la definición y de nosotros mismos como artistas-mediadores. Para ello estamos legitimados. Los departamentos universitarios de Didáctica, Psicología o de Ciencias sociales han abonado con su inapreciable esfuerzo el terreno donde ahora construimos. El Artemediación ofrece y estimula pautas para que el actor escriba su propio guión. Su logro no radica en la solución de un conflicto (que no siempre está asegurado), sino en su trascendencia. En los estudios de Psicología Positiva iniciados ya hace una década por Martin Seligman (2003)4 y en las corrientes humanistas se dejan de lado, (y no precisamente por ineficaces), concepciones de psicología que parten del trauma, del dolor o de la carencia y exclusión. Éste autor escribe: no considero que uno deba dedicar demasiados esfuerzos a corregir las debilidades. El éxito de la vida y la satisfacción emocional más profunda proceden del desarrollo y el ejercicio de las fortalezas personales. Al arrancar desde la parte más sana de las personas, no tratan de 4

Seligman, M. 2003 La auténtica felicidad. Barcelona, Vergara. 2011 La vida que florece. Barcelona, Ediciones B. Véanse también autores como Csikszentmihalyi o Goleman.

arreglar o recomponer, sino de potenciar las fortalezas para hacerse humano en toda su dimensión y, en términos anglosajones, mostrar al actor su propia riqueza (empowerment como término opuesto a minusvalía). Gilbert (2006) en un curioso experimento demostró que las personas sin discapacidades físicas estaban más dispuestas a pagar más por no quedarse paralíticas, que los discapacitados pro volver a tener movilidad, pues las personas físicamente completas subestiman lo felices que pueden ser los demás. Más allá de la definición que de salud hace la OMS, no pocos autores han ampliado el término sano sin regatear cuestiones claves que ofrecen sentido a nuestra vida (Hellinger, Frankl, Wilber, Kübler Ross, etc.) Éstas incluyen valores éticos y creencias, temas como la muerte, el sentido de la vida o las aspiraciones de grupo, que nos trascienden; con las cuales las personas no solo tienen una definición del sí mismo, sino del ser social y sistémico que ocupan. El Artemediación se incardina en estas propuestas de intervención sociales, más allá de lo patológico. El viaje que se propone es tanto individual como contextual, a partir de sus potencialidades y del disfrute que proporciona el arte. No hace falta esperar a que se desencadenen conflictos para gozar de los beneficios consustanciales al arte. Ciertamente no somos especialistas en patologías, caracteres o perfiles de personalidad. Permítannos sin embargo la licencia poética que nos concede el arte, para afirmar que sí entendemos de espacios sagrados donde la persona puede florecer. Es nuestra íntima convicción que el arte sana (sanus, sanctus: perfecto, de especial provecho); es decir, reconoce y restituye instantáneamente, más allá de todo dolor. El artemediador promueve que el actor reconozca de sí mismo que ya es perfecto, aunque le falte una pierna o un cromosoma. En tanto, la terapia cura (curare), esto es, cuida, remedia ¡En ningún caso, deseamos poner ambos términos en oposición! Nosotros como artistas no tratamos de arreglar nada, no es nuestro campo, sino el propio de la terapia.

4.- Imaginativos, pero no creativos La inclusión de la palabra creatividad en cualquier programa de arte resulta tan fascinante como inconcreta. Después de leer unos cuantos clásicos al respecto5 no entendemos por qué una solución creativa se supone más atractiva que otra sencillamente efectiva. Tal vez, como el arte (plástico) carece de funcionalidad específica, sea el campo donde se exija, sobre todo, creatividad.

5 Boden (1994), Csikszentmihalyi (1998), Gelb (1999), Marina (1994), Matussek (1984), Sorín (1992) Torrance (1972), Weisberg (1987), etc.

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Es decir, que el producto sea estadísticamente sorprendente, que no se haya realizado hasta entonces o que sea una rarità. En esto estamos acostumbrados en nuestro entorno de Bellas Artes, donde lo nuevo, por el mero hecho de serlo, es bienvenido. La definición terapéutica de Storr (1972)6 sobre creatividad como “la capacidad de hacer que exista algo nuevo para la persona”, responde más bien a nuestra definición de fulguración (literalmente, electrocución por un rayo); sin embargo no podemos validar que alguien sea creativo cuando ha descubierto lo que otros ya conocen. En Artemediación sustituimos la expresión creativo, por imaginativo. No toda persona es creativa. De hecho, encontramos resistencias al disfrute de pintar o dibujar, porque el actor es consciente de no dar el nivel de competencia que seguramente tenga (o se exija) en su profesión cotidiana. Aunque no todos somos creativos, sí somos imaginativos. Esta capacidad de imaginar es una herramienta poderosísima. Baste decir: imagina que te ocurre…, para desencadenar un torrente de escenas que pueden trabajarse para que sean más vívidas (con Programación neurolingüística o visualizaciones guiadas, por ejemplo). Más que un reencuadre gestáltico, resulta la forma natural en que se mueven nuestros pensamientos no verbales e imaginerías. El logotipo de Artemediación se basa en la técnica de elaboración de un laberinto.

5.- El arte como dicha: En el logo de nuestro curso se lee: in stercore invenitur, que quiere decir: entre el estiércol será hallado [el tesoro de cada ser]. Más que arreglando, apuntalando, reconstruyendo o curando, hemos de apartar la ganga para encontrar la mena, lo preciado del filón. Por trascender nuestros problemas entendemos no ignorarlos, sino evitar que nos atrapen en el ensimismamiento, ya que son inherentes a nuestra propia corporeidad y limitación. Con total seguridad, uno vendrá tras otro. Mientras, nuestra parte que en ningún caso puede ser tocada ni herida sigue esperando. El arte entra en ella directamente, sin contemplar otra cosa, con naturalidad y desparpajo. Esa parte sin nombre, sin crónica, habla su lenguaje. Y cuando lo expresa es muy gozosa. Quien dance, dibuje, escriba, pinte o modele desde esa gota indestructible, sabe muy bien de la elongación a la que hacemos referencia. Lo común de estas 6 En http://terapiasdearte.blogspot.com/2007/02/definicin-de-arte-terapia.html [consulta 21.11.11]

experiencias cuando son fértiles es la desaparición instantánea de conflictos. Simplemente estamos libres y abiertos. Son instantes reproducibles y llaman a una mente en estado de gracia. El arte se realiza desde un corazón cálido. Las fortalezas que, a nuestro juicio, se manifiestan y le son específicas (que no exclusivas) son: Confianza fundamental, no en un sentido de confiar que todo me saldrá bien, sino que, a pesar de que no salga, sigo confiando. Gratitud: el artista cuando crea, se siente un medio, pero no un creador que obra desde la nada. El artista se siente un privilegiado por poder vivir y expresar lo que siente. Generosidad: el artista da y muestra como una necesidad; anhela compartir lo realizado con los demás. Sensibilidad y atención: el artista se zambulle en la realidad, sin que ésta sea abordada desde lo anodino, sino con consciencia. Su atención evita el sonambulismo de una actividad mecanizada o presurosa. La desaceleración deliberada provoca que se ancle en el presente. Curiosidad y aventura: el artista busca por el placer de encontrar o de perderse y en ocasiones recala en puntos de vista singulares y atípicos. Valentía, ausencia de temor para probar y adentrarse. Empatía y ecuanimidad: el artista agranda el mundo con su observación y empequeñece su ego. Si bien lo hace desde la subjetividad, ésta ya no proyecta sombras sobre el mundo. Siente que no está lejos del otro, a quien va dirigido su arte. Competencia, autonomía, asertividad: el artista puede exclamar ¡lo hago yo, no lo escribe Cyrano y me lo deja leer! Tal afirmación vigoriza y concede espaciosidad. Perseverancia, tenacidad. Se comienza y se acaba un proyecto artístico, sin asumir objetivos inalcanzables u obsesivos. Honestidad: abriendo nuestro corazón no nos mentimos. Sé fiel a ti mismo y no podrás ser falso con ningún hombre, reza el adagio. Por todo lo expuesto, es nuestro deseo que el Artemediación extienda las bondades del arte en los contextos que se requieran, para aumentar la calidad de vida y el desarrollo social de los actores, mejorando la relación de las personas con su entorno. Esto lo estimulamos generando las fortalezas arriba descritas, añadiendo la compasión y altruismo, como valores propios de una cultura digna de llamarse así. Artemediación se empeña en elevar la tolerancia al goce (¡sí, al goce y no al sufrimiento!) y la mayor consciencia posible en el privilegio de estar vivos. Sin duda, el Arte es un vehículo que

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Joaquín Sanchez-Ruiz y Pedro Chacón. Artemediación, un modelo en desarrollo. Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012.

nos lleva a este destino. Etty Hillesum7, en un escenario de inconcebible horror, un año antes de morir en Auschwitz lo plasmó así: ya he sufrido mil muertes (…) y sin embargo, la vida me parece hermosa y llena de sentido. En todos y cada uno de los instantes. Para más información: www.posgrados.artemediacion.ugr.es

Referencias bibliográficas Bachelard, G. 1986. La poética de la ensoñación. México, F.C.E. Köstler, A. Mediation 2010 München Reinhardt UTB Moreno, A. La mediación artística: un modelo de educación artística para la intervención social a través del arte, en Revista Iberoamericana de Educación. Nº52/2, 25/03/2010, 1-9. Ricard, M. 2009. En defensa de la felicidad. Barcelona, Urano Sánchez-Ruiz, J. 2010 Enseñar arte es hacer feliz. Granada. Octaedro Mágina. 2011 (y Chacón, P.) La lógica poética. Una fenomenología del pensamiento artístico, en Arte, Individuo y Sociedad, nº23, I 2004 (coord.) El arte como dicha. Granada. Grupo de Investigación HUM-654. Universidad de Granada. Schottenloher, G 2000 Kunst- und Gestaltungstherapie. München. Kösel. (traducción 2004, no comercial). Seligman, M. 2003 La auténtica felicidad. Barcelona, Vergara. 2011 La vida que florece. Barcelona, Ediciones B. Vössig, H. 2007 Die Kraft innerer Bilder. Paderborn. Junfermann.

Algunos enlaces web con el tópico artemediación: [consulta 22.11.2011] http://www.manifestaworkbook.org/ http://www.artmediation.org/ http://www.mediation-dach.com/aufgaben-der-mediatorinnen.php http://hiperbarrio.org/2010/07/19/talleres-de-mandalas-como-mediacion-artisticaludica-en-la-biblioteca-epm/?Lang=en

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En Ricard, M. 2009. En defensa de la felicidad. Barcelona, Urano.

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