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Educ Med Salud, Vol. 23, No. 1 (1989)
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SITUACION DE LOS ENVEJECIENTES EN PUERTO RICO. ESTRATEGIAS DE ACCION PARA LA EDUCACION Y EL SERVICIO 1 Celia E. Cintrón2
Las personas que me han precedido en este taller sobre salud comunitaria y bienestar social en los grupos de adultos y ancianos han dejado ampliamente demostrado cómo los niveles de envejecimiento de la población han cambiado la faz del mundo, lo que lógicamente implica virajes en políticas públicas y establecimiento de prioridades distintas. Puerto Rico no es excepción a esas tendencias poblacionales mundiales. En ánimo de la brevedad, pero sin restar importancia a esa realidad, me limitaré a exponer algunos de esos cambios mayores en el contexto demográfico. Ese gran grupo poblacional, que como hemos visto crece a un ritmo más acelerado que otros sectores o grupos humanos, aún no tiene el poder político que podría ejercer, ni recibe los bienes y servicios que en equidad les correspondería. No queremos decir con esto que la situación de los adultos maduros y los ancianos en Puerto Rico sea estática. Por el contrario, al hacer un examen panorámico, revisando documentos y ponencias de 10 y 15 años atrás, se puede percibir un proceso dinámico en aspectos económicos, políticos, legales y sociales. La trayectoria, sin embargo, no es lineal, como no lo son los procesos de desarrollo, y se puede observar que se ha progresado en unas áreas, retrocedido en otras y transformado el contexto en las más. El análisis dialéctico de la situación de la ancianidad en Puerto Rico tiene una complicación adicional: con frecuencia nuestra perspectiva no es la misma que la de los envejecientes. Tanto el análisis, como los
1 Tema presentado en la Primera Conferencia Ibero-Panamericana de Escuelas de Salud Pública, Gran Encuentro Ibero-Panamericano de Salud Pública, San Juan, Puerto Rico, 31 de julio-5 de agosto de 1988. 2 Directora de la Oficina del Gobernador para los Asuntos de la Vejez, Puerto Rico.
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cambios que propulsamos, presumen implícitamente que estos son como los jóvenes. Admitida esa limitación pasamos a hacer un somero recuento de lo acontecido y a tratar de proyectarnos a corto y mediano plazo. El Dr. Vázquez Calzada, demógrafo distinguido y compañero en el quehacer académico, con extraordinaria perspicacia nos ha venido planteando que los principales problemas de la población envejeciente no son de naturaleza económica, como muchos alegan, aunque sus ingresos distan de ser opulentos. El grupo de mayor edad en Puerto Rico depende menos del gobierno y familiares para su sustento que otros sectores. A pesar de ese hecho, que consideramos irrefutable, sufrimos de la fijación que el principal problema de Puerto Rico y de los ancianos es uno de tipo nutricional y hacia ese aspecto dirigimos esfuerzos y recursos, obviando la complejidad y diversidad que caracterizan las necesidades de la población envejeciente. ¿Tendría razón la Dra. Carmen Kaye (1978) cuando nos decía que la ancianidad se visualiza con "conceptos erróneos, mitos e ignorancias" y que nos asusta tanto por constituir nuestro futuro y por percibirla como fea, pobre, enferma, triste y sola? ¿Cuáles son las características reales de este grupo, con todos sus matices, no visto estereotipadamente? ¿Cuáles son las diferencias individuales, por clase social, por nivel de funcionamiento? ¿Cómo se vislumbra el futuro de los ancianos del mañana comparados con los de hoy? ¿Cómo diseñamos programas y servicios ágiles, humanizados, integrados y eficientes? ¿Cómo rompemos las barreras burocráticas y estructurales para poder ofrecer servicios continuados, accesibles y coordinados? ¿Cómo conciliamos la iniciativa privada con el esfuerzo gubernamental? Los grandes retos demandan respuestas de envergadura. Nos parece, por ello, que estamos en el preámbulo de acciones cruciales. ¿Qué signos podemos y debemos observar para orientarnos en ese derrotero? Con el propósito de examinar un tanto más sistemáticamente características, necesidades y estrategias educativas y en los servicios, hemos dividido este trabajo, arbitrariamente, en los siguientes aspectos: · *
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Cambios en la estructura familiar y sus repercusiones en personas de mayor edad. Cambios ocurridos y proyectados en la educación y los servicios, necesarios para una buena calidad de la población adulta y anciana. Cambios mayores en leyes y políticas públicas.
Cambios en la estructurafamiliary posibles repercusiones La familia, así como las características de los hogares puertorriqueños, han sufrido una marcada transformación durante las últimas dé-
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