La caballería superior y la misión del centurión católico de hoy

La caballería superior y la misión del centurión católico de hoy por el Dr. Robert Hickson Empecemos nuevamente con una oración, por favor. Oremos… H

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EDITORIAL LA CLASE TRABAJADORA: AYER Y HOY
COORDINACIÓN: ÁNGEL JURADO - REDACCIÓN: JUAN MORENO - DOCUMENTACIÓN Y FOTOGRAFÍA: FUNDACIÓN 1º DE MAYO ..............................................

Story Transcript

La caballería superior y la misión del centurión católico de hoy por el Dr. Robert Hickson

Empecemos nuevamente con una oración, por favor. Oremos… Hoy es también la festividad de San Bartolomé. Ayer me olvidé mencionar el gran San Felipe Benizi, que fue el tercer superior de la Orden de los Servitas, que tiene un amor muy especial a nuestra Madre Santísima. Como saben, la Orden se fundó en Florencia, y San Felipe Benizi fue contemporáneo del gran poeta italiano Dante. Pero Dante nunca mencionó este santo sacerdote en La Divina Comedia. Aun así, fue un gran hombre, y los Servitas fueron dedicados a nuestra Madre Santísima y a Sus Siete Dolores; y he aquí mi homenaje que ayer me olvidé hacer. También no me referí ayer a nuestras maravillosas traductores, Camilla y Theresa; y Teresa y Dolores, que me dijeron después que yo decía mucha cosa en latín y no les daba las traducciones; hoy voy a intentar corregir esto, si por acaso cite frases en latín. Hoy, por lo tanto, voy a hacer una charla al fin de esta maravillosa conferencia. Aunque hubiese llegado atrasado, pienso que ha sido tan rica. Ya me encontré con muchos de los que ahora están aquí presentes, y aunque no hablo su lengua, cambié impresiones con algunos de Ustedes, lo que tocó mi corazón. Lo que quiero hacer en esta última charla de hoy es estar, en verdad, lleno de afirmación, y contribuir para que tengan una visión más profunda de la alta caballería y de la infancia espiritual, por lo que John Vennari dijo esta mañana. El título de mi comunicación, o de mi charla, podría también ser La alta caballería para con la Madre Santísima de Fátima y la misión de un centurión católico en los días de hoy – de un miles Christi, soldado de Cristo – E espero presentarles algunos ejemplos inspirados, tomados de las Vidas de los Santos. Más importante que esto, y más cerca de mi corazón, son algunas recomendaciones para cultivar la gran literatura católica, que presenta, de hecho, una imaginación sacramental, una imaginación e imágenes que pueden alimentar las almas, no sólo de jóvenes como de nosotros todos. Me he dado cuenta en toda mi vida, y conozco muchos ejemplos, no sólo de lo que enseñé como profesor y como padre a mis hijos, pero no conozco tanta literatura portuguesa como debería, con la excepción de las Lusíadas. Estoy convencido que los ejemplos de gran literatura, escritos en un lenguaje hermoso, pueden presentar a la imaginación una combinación entre los misterios sagrados y la intimidad concreta vívida. Esta conjunción en la gran literatura es muy importante para la formación del corazón católico, hasta por la apreciación de las sutilidades del lenguaje. Todos nosotros sabemos que actualmente gran parte de la revolución en la Iglesia usa sofistería para hacer con que el mejor parezca peor y el peor parezca mejor. La manipulación del lenguaje, la ambigüedad y el equívoco son muy usados por el Modernismo. Si nuestros jóvenes y nuestros sacerdotes no tienen una formación sólida y disciplinada en el lenguaje, y en varias lenguas, mucho será perdido, hasta en los seminarios. Y creo que

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es muy importante hacer un curso en profundidad, no sólo sobre el lenguaje sino también sobre la gran literatura católica. Por lo tanto, además de Vidas de los Santos, algunas de las cuales expresan realmente la caballería cristiana, y la viven, y esto no es una ilusión, no es ninguna fantasía, sucede lo mismo con las grandes obras literarias, que pueden también preparar los corazones para comprender lo que significa realmente ser llamado a una forma superior de caballería, con generosidad y humildad, y crecer en la infancia espiritual. Quiero que tengan esto presente, antes de continuar, y como esto encaja en el tema de la conferencia que hice ayer. Intenté señalar en el principio el misterio de la relación de Nuestro Señor con el centurión, cuya fe Lo hizo admirarse y presentarla como ejemplo. Pero también tenemos San Longinus que era el centurión que traspasó el corazón de Nuestro Señor. Si fuesen a la Basílica de San Pedro, en Roma, sabrán que hay allá una hermosa imagen de San Longinus; por lo menos había, no sé si todavía está allá. Y el tercer centurión del Nuevo Testamento es Cornelio, que San Pedro convirtió a la Fe, así como a toda su familia. He pensado y meditado muchas veces en esto, que la relación con estos tres centuriones – a pesar de ser el Centurión un oficial romano responsable por unos cien hombres – es para nosotros un símbolo de la relación entre el sacerdote y el soldado. Y de la manera como hoy encaramos el soldado en el contexto de la guerra irregular, en el actual contexto de formas muy graves de guerra cada vez más total. Ayer hablé de la guerra biológica; no les hablé de algunas cosas, porque tal vez no fuese aconsejable. Pero también quiero que sepan que hay otros tipos de armas en desarrollo o ya existentes que nos pueden llevar a la presencia de que Ustedes, queridos padres y Obispos católicos, conocen bajo el nombre de los Cuatro Caballeros del Apocalipsis: la guerra, la conquista, el hambre y la peste. Hace pocos años, cuando yo estaba haciendo conferencias en Austria y en Suiza, hubo conmigo un alemán del Bundesnachrichtendienst, que es el servicio alemán de información, como la CIA, que quería hablar abiertamente conmigo. Sólo puedo contar algunas cosas, como, por ejemplo, ésta. Él me preguntó: “¿Profesor Hickson, puede decirme si sabe algo sobre armas sísmicas”? Las armas sísmicas pueden crear terremotos. Y continuó: “Hemos observado un fenómeno muy extraño en Turquía, y sabemos de algunas armas que los rusos tienen; ¿pero sabe alguna cosa sobre eso”? Yo no podía hablar abiertamente con él de lo que yo sabía, pero lo escuché. Y él también me dijo: “¿Sabe cuál ciudad del mundo es la más vulnerable a los terremotos”? Contesté que no, y él dijo: “Tokio, Japón”. Dijo que estaba ubicada en el vértice de una serie de fracturas geológicas, y que no sería necesario una vibración muy grande para destruir millones de personas. Entonces, esto es muy serio; y también que existen armas que pueden manipular el clima, como probablemente saben. Está claro que muchas de las armas de este tipo pueden exigir soluciones internacionales, o sea, soluciones de Gobierno global. Por lo tanto, cuando hablo de algunas de estas armas, sísmicas o climatéricas, que pueden manipular o modificar el clima, señalo que pueden tener efectos a largo plazo sobre otros países. Estamos hablando de cosas para que preparemos, no sólo nosotros como nuestros queridos niños y otras personas, en el caso de ser esto nuestro futuro, por la voluntad misteriosa y permisiva de Dios. Es muy difícil establecer límites para esto, y tendremos que aguantar algunas de estas cosas con la mayor nobleza, caballería y sacrificio generoso que podemos. Continuado lo que dije ayer, cuando hablé en establecer límites, me refiero a 2 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

comprender y combatir las formas crecientes de guerra total. Les dé muchos ejemplos. Pero intentar establecer límites es parte de nuestra obligación moral, así como el modo como los establecemos. Hablé de esto esta mañana con algunos sacerdotes que deseaban ser capellanes militares. ¡Qué enorme contribución pueden hacer, se fuesen llamados a ser capellanes militares! Pueden ayudar a ser la conciencia moral de hoy de las fuerzas armadas. Porque ¿quién es, que yo veo en mi país, y en los países europeos, siendo, en efecto, la conciencia moral de los militares? Los abogados. Los abogados están envueltos en todo, hasta en la selección de los blancos. Los sacerdotes son marginalizados. Y yo creo que un sacerdote puede dar una contribución maravillosa para el mayor “bonum commune”, el mayor bien común, si él se envuelve en esto. Como muchos de Ustedes sabrán, hay hoy una categoría de armas que se están desarrollando que se llaman armas “no mortíferas” Tengan cuidado cuando oyen estas palabras: vean si todavía tienen la billetera en el bolsillo y el dinero dentro; porque por detrás de la cubertura de las armas no mortíferas, hay desarrollos que son muy graves. Conozco algunas personas que dijeron: “Antes quería morir que ser afectado por ellas”. Entonces bajo el pretexto de desarrollar armas no mortíferas, avanzan con varios aspectos de lo que llamamos armas psicotrópicas y neurotrópicas, y no sólo biotoxinas que pueden alterar la mente y otras que pueden afectar el sistema nervoso. Imaginen esto, y después pasaré a hablar de cosas positivas. ¿Pueden imaginar que existen ciertos tipos de agentes que ayudan a aumentar el sistema inmunológico, como adyuvantes, pero que después hacen el mismo sistema inmunológico reaccionar contra sí propio? Se llaman “enfermedades autoinmunes” como la MS (esclerose múltiple). Ya hay categorías enteras de enfermedades autoinmunes que hasta alcanzan los niños pequeños. Hubo personas que tuvieron problemas después de ser vacunados: primero aumentaron el sistema inmunitario y después tuvieron un efecto de boomerang, volviendo atrás. Y hay personas, pero aquí no puedo entrar en detalles… imaginen sólo, una vez más, las consecuencias de la revolución de la biología molecular y de la ingeniería genética. No es para dramatizar los hechos, a la manera de Hollywood, pero estoy hablando de cosas que hacen parte de las investigaciones actuales, para hacerles pensar en la necesidad de establecer límites. Y una cosa más, los que son corajosos y tienen el espíritu del amor de Nuestra Señora y de Su pureza, y se preocupan con los niños, van a tener que anticiparlo y establecer límites antes que sea demasiado tarde. Porque cuando pasamos los umbrales, como sucede con las células fotoeléctricas, es demasiado tarde para volver atrás. Lo que yo estaba explicando ayer, lo que estaba intentando decir, es que la misión del sacerdote y del soldado no deben estar separadas; ambos tienen que tener una atención especial para con los más vulnerables, no sólo las mujeres y la pureza femenina, sino también los bebés, y su defensa. Les recuerdo que la divisa de ambas mis charlas es “Sea bienaventurado aquel que salvó del desespero el corazón de un niño”, como nuestra Madre Santísima quería también hacer. Y quiero añadir alguna cosa más a lo que ya dije sobre la guerra moderna. Pienso que es muy importante, porque la capacidad de engañar es cada vez más sofisticada. Hace años, cuando yo era un joven cadete en West Point, estuve prestado al SAS británico, una unidad especial de elite. Y un Capitán me preguntó, en su inglés idiomático británico: “¿Hickson, conoce el principio del engaño”? y yo contesté que no. “Bueno, es muy simple, descubrimos en lo que alguien quiere ser engañado, y hacemos el engaño en este punto; a veces tenemos que ir más despacio”. He aquí una declaración profunda que nunca más olvidé; y sólo tenía en ese entonces 18 años. Sólo más tarde comprendí su significado: él estaba 3 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

relacionando el principio del engaño con el autoengaño. En otros términos, manipulamos tu autoengaño, descubrimos aquello en que quieres creer, a tu respecto, te trazamos tu perfil y te manipulamos. Estas capacidades han aumentado mucho. La segunda cosa a que me quiero referir es aquello que yo llamé hace unos años – y aquí está la dificultad moral para nosotros – el principio del judo. Quien sepa japonés, o sepa judo o jiu-jitsu (en chinés), judo en japonés significa gentileza, pero es una forma engañadora de gentileza. Usamos la fuerza de la otra persona contra él propia. En un sentido moral más profundo, usamos las virtudes de una persona contra sí propia, o sea, le exploramos las virtudes. Y en la guerra irregular moderna, es por eso que debe existir mayor disciplina y fe, porque muchas veces nuestra fuerza, nuestra misericordia, nuestra perdón pueden ser usados contra nosotros. Tenemos que tener una integridad especial. Y la tercera cosa de que quiero hablar en este contexto, antes de pasar adelante, porque está ligado al cultivo del lenguaje y de la literatura es aquello que se llama el fenómeno sofístico. Como saben, Platón, el gran filósofo de la Antigüedad, combatió toda la vida los sofistas. Usar sofismas es una tentación recurrente de la mente humana, y corrompe de dos maneras. Un sofista corrompe nuestra relación con la realidad extramental, fuera de nuestra mente, y también corrompe nuestra comunicación de la verdad a los otros. La verdad no es sólo la conformidad del intelecto a la realidad; es también, como dijo San Tomás de Aquino, la “veritas rarum”, la manifestación de la realidad a una mente que sabe. Ahora, la sofistería intenta siempre corromper esto. ¿Recuerdan Górgias, de la Antigüedad, uno de los sofistas que Platón combatió? El acostumbraba argumentar, a través de sofismas, que el mejor es el peor y que el peor es el mejor, y que la verdad no existe, o entonces, si existe, no la podemos conocer, y si por acaso llegásemos a conocerla, no la podríamos comunicar a otra persona. El era un gran seductor, y Platón combatió constantemente esta sofistería. Y mi opinión, como vivo en ciertas regiones, veo que esta actitud está creciendo cada vez más. Piensan que vivir es manipular, y cuando si tenemos mentiras, engaños y sofistería, es muy fácil quebrantar la confianza y caminar en la dirección al cinismo, o peor todavía. Una persona desiste, se torna cínica o entra en un especie de desespero, que no es sobrenatural pero lleva a desahuciarse. En este contexto, creo que es muy importante hablar de la tradición de caballería que era la cristianización de la guerra. Si supieran la historia más detallada, sabrían de los grandes esfuerzos que la Iglesia hizo en los tiempos antiguos, en la Edad Media, para crearla. Había un código de honor que establecía límites a las terribles pasiones de los hombres. Todavía existe una tradición en este sentido. Después de haber servido en varias unidades militares extranjeras, y haber conocido varios militares extranjeros, puedo decirles que todavía hay grandes oficiales católicos. De los que yo conocí en Francia, hay dos ya aposentados como Generales: François Lagrière, que tiene doce hijos, y François Danselle. Y encontré otros en la Legión Extranjera, adonde van algunos de los mejores católicos. Son hombres de oración. Rezan con sus soldados. Cuando el Coronel Lagrière estaba en los Balcanes, rezó el Rosario todos los días con la tropa. Conozco pocos de estos hombres en mis Fuerzas Armadas. Es mucho más difícil ser públicamente católico, con sus hombres; pueden preferir rezar en particular; pero conocí muchos otros casos, en la Argentina por ejemplo, hace algunos años. Y conocí Mohammed Sen Aldine, una figura controversial; venía de una familia de Drusos del Líbano, pero hace muchos años que era católico practicante. Sus paracaidistas lo 4 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

adoraban; y él se arrodilló siempre y rezaba el Rosario con ellos. De hecho, tenía un gran amor por Nuestra Señora. Hay muchas de estas personas; conozco algunas que encontré hasta en el Ejército alemán. Me gustaría añadir lo que ya dije a uno de Ustedes, padres. Cuando estuve en España – acostumbraba ir allá con más frecuencia en 1974 y 1975 – trabajé muy prójimo con Carlistas y Requetés, que estaban muy preocupados con la posibilidad de una nueva guerra civil, cuando Franco muriese. Estaba en San Lorenzo del Escorial, en la Universidad María Cristina, y aun en ese entonces muchas de las monjas se recordaban como las religiosas fueron violadas y asesinadas durante la Guerra Civil de España, en la sierra de Guadarrama, y estaban muy nerviosas. Nosotros recibimos alguna instrucción en un monasterio trapista en Navarra, preparándonos para alguna eventualidad, aunque por fin no llegase a haber violencia. Hubo, sí, alguna subversión; vino el Rey Juan Carlos y los masones desarrollando su plan especial. Pero conocí muchos de estos hombres valientes que eran Carlistas, y algunos de ellos, saben, me dieron una boina roja, como las que usaban en el combate, como yo fuese uno de sus hijos. Llevaba un Corazón de Jesús, y se podía ver en sus hijos una tradición viva de la caballería. Un hombre que yo conocí, llamado Miguel J.________, generalmente conocido por Miguel________, que escribe para la revista Verbo, del grupo Sparrow, un oficial distinto y también Profesor, me dijo una vez, hace años: “Robert, el alma de España es la encarnación de la caballería cristiana”. Nunca me olvidé de eso. También fue parte de mi ideal, lo que él comprendió muy bien: el significado de la caballería y la protección de los más vulnerables, pero también la necesidad de ser vigilante y virtuoso, y crecer en la infancia espiritual. También vi cosas edificantes en Portugal, donde conocí unos jesuitas profundamente fieles en Braga, como el Padre Nogueira. No eran modernistas y tenían un espíritu de la caballería y alegría que mucho me edificó. Pasé bastante tiempo con ellos en 1978. Eran hombres que comprendieron la I Epístola a los Corintios, en que San Pablo une la caridad a la verdad. Y dice Caritas in veritate; la verdadera caridad se alegra en la verdad. Y me recuerdo de haber conversado con algunos de estos grandes sacerdotes, que llevaron la Iglesia por todo el mundo, en Goa, en Macao, que yo solía visitar, y en las islas de Cabo Verde, Mozambique, Angola y Brasil. Eran especialistas en la formación de jóvenes. Y me dijeron en ese entonces que la cosa que más temían era la deserción de las mujeres. Estaban ahogándose en la impureza y apartando los hombres que deseaban tener una disciplina más profunda. Eran, en realidad, hombres de la caballería, y me recuerdo de les haber mostrado una nota – andaba entonces a leer San Agustín – había una gran frase en latín de San Agustín que se refería a la alegría interior que nos viene de la verdad. Y cuando yo vi estos sacerdotes, estos jesuitas – la Compañía de Jesús era una organización de espíritu militar; San Ignacio también había sido soldado, como este edificio donde hoy estamos nos recuerda – vi que eran hombres de caballería, y estaban formando jóvenes para esta vocación superior. Para enfatizar esta ligación con las milicias de Cristo, los humildes, quiero referirme a San Felipe Benizi, de que habíamos hablado, pero también a San Bernardo de Clairvaux, de quien todos ya oyeron hablar. Está con nosotros un maravilloso padre cisterciense. ¿Alguien ya leyó su gran obra, que es del Siglo XII, De Laude Novae Militiae, alabando la nueva milicia? Milicia, en este caso, se refiere a la guerra espiritual 5 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

que es la naturaleza de la vida del hombre en la tierra. Pero en el latín medieval y en San Bernardo se ve también la alabanza de la nueva caballería. Se recordarán que San Bernardo escribió la regla de los Caballeros Templarios, que en el principio, antes que fueran corrompidos, eran una orden cisterciense. ¿Sabía de esto, Señor Padre? La regla era cisterciense, y lo que él estaba haciendo era preparar una regla de caballería para aquellos monjes cuya vocación religiosa incluía el uso de armas para proteger los peregrinos y defender la Tierra Santa. No voy a referirme a la corrupción en que fueron a caer; lo que quiero enfatizar es que, también en San Bernardo, en el Siglo XII, existía este espíritu elevado, especialmente en los primeros cistercienses, que después tuvieron una gran influencia en la literatura y en la vida occidentales. Al mismo tiempo, en el mismo siglo, más precisamente en 1170, San Tomás Becket fue asesinado. Como algunos de Ustedes saben, nací en su festividad, que cayó en 29 de diciembre, y sentí siempre una ligación muy profunda a San Tomás Becket de Cantuaria. Y a propósito, tal vez les interese saber un pequeño detalle: el día 29 de diciembre era originalmente la Fiesta de los Santos Inocentes, y así continuó en la Iglesia Oriental, pero después de la Iglesia Latina había canonizado San Tomás Becket, pasó para el día 28 de diciembre, que es lo que los ingleses llaman “Childermass”, la misa de los niños. Por lo tanto, además del Rey David y de San Tomás Becket, fue el día festivo de los Santos Inocentes. Tal vez se recuerden que el gran poeta cristiano Prudencio llamó a los Santos Inocentes flores martyrum, las flores de los mártires. Las flores que brotan antes de los frutos del martirio. Él escribió poemas de gran belleza. Cuando hablamos de algunos de ellos, pasaré a referirme a alguna literatura importante. Un hombre que tiene gran significado para algunos de nosotros aquí, especialmente para uno de mis antiguos alumnos, que ya les hizo una charla, es el gran Santo Edmund Campion, que fue cruelmente ejecutado el 1 de diciembre de 1581 por orden de la Reina Isabel. Era el protomártir que mencioné ayer, un jesuita en la Inglaterra isabelina de Siglo XVI, donde los católicos tenían una vida difícil, que hace recordar algunas cosas que se pasan hoy. En el reinado de la Reina Isabel, que era un estado policial cada vez mayor, como Evelyn Waugh dijo, los católicos sólo tenían, cada vez más, tres elecciones: apostasía, conspiración o sacrificio. Y mucha gente en Inglaterra que no quería elegir la apostasía se asoció a varios movimientos clandestinos para intentar derribar el Gobierno, lo que era una imprudencia, porque no eran suficientemente fuertes, y muchos acabaron por ser muertos. Pero, como Evelyn Waugh dijo y San Edmund Campion nos mostró, merece nuestro amor porque nos mostró el camino del sacrificio. El Padre Gruner y John Vennari hablaron de esto esta mañana. Y si conocen alguna cosa sobre San Edmund Campion, un hombre muy grande, como Waugh dijo, y se leen los escritos de Campion, porque tenían grandes dones literarios, verán que él expresó tan bien el espíritu de la caballería a través que él y sus compañeros jesuitas sufrieron que se tornó una grande fuente de inspiración, como sucede con las grandes vidas de algunos santos. Muchos de Ustedes se preocupan con su vida espiritual, pero a la luz de esta caballería de Nuestra Señora, porque, lo que quiero señalar como he explicado en mis charlas, es que la caballería superior de hoy se identifica con el amor especial por Nuestra Señora. Nuestra Señora de Fátima. He encontrado muchas cosas sobre esto, y puedo decir que vivir esta orientación es construir sobre una larga tradición establecida de caballería cristiana. Hay una gran literatura en varias lenguas sobre esta tradición de la caballería cristiana. Voy a darles algunos ejemplos y comentar sobre ellos. Y aunque algunos de ellos no subrayen esta caballería más profunda, el código de

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honor especial y la protección, dedicación, oración, humildad y generosidad, la énfasis allá está: no importa cuál sea el sufrimiento, son en respuesta a la generosidad. Como Nuestro Señor dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. “En abundancia” se dice en latín abundantius, o sea, rebosante, y es a esto que estamos llamados, a esta vida más abundante. Como dicen los Dominicanos, “in gratia est Gloria”, y Jonathan Edwards, aunque no fuese católico, repitió que la gracia es la gloria empezada, y la gloria es la gracia perfeccionada. Y nosotros debemos vivir y morir sobrenaturalmente vivos en la gracia santificante; y la gran literatura de la caballería da especial atención a esto. Quiero decir, a estos asuntos de oración, virilidad y magnanimidad de espíritu, así como de humildad. ¡Y hay tantos ejemplos de literatura católica! Pero aquí llegamos a una paradoja, de que hace muchos años me he dado cuenta. Hay tendencia, por lo menos en algunas personas que conozco, a trivializar la literatura.: “Oh, bueno, sabe, es sólo imaginación y sentimentalismo”. Ahora me parece que esto es un equívoco muy serio. Como muchos de Ustedes sabrían, a través de la lectura de las vidas de los santos, especialmente de los santos literarios, que se expresaron tan elocuentemente en documentos, no sólo como San Francisco de Sales u otros, la cosa más difícil que ellos tenían que mortificar era la imaginación. Es verdad, mortificar la imaginación cuando sentían peligro y los encantos de las tentaciones; y por aquí verán cómo es importante para la educación de los niños darles una imaginación bien formada. Quiero decir, llena de imágenes de belleza tomadas de narrativas y por medio de personajes. Y hay algo muy misterioso con respecto a la imaginación, como observó San Tomás de Aquino; no es una facultad cognitiva pero puede desviarnos con mucha facilidad, como sucede con las tentaciones del reino demoníaco, o del mundo de la carne o del demonio en general. Vean la importancia de este género de imaginación sacramental; puede dar mediación, forma y proporción a los sagrados misterios de nuestra Fe y hacer analogías como en las parábolas de Nuestro Señor, pero también en estas narrativas conmovedoras. Y hay tanta gran literatura que estoy intentando animar hasta los seminarios, tanto en los Estados Unidos como en Europa, a organizar algunos cursos muy importantes no sólo de griego, latín y del estudio de los Padres de la Iglesia, sino también de literatura. Como sabrán, algunos de los Padres griegos y latinos debieron mucho de su formación a la literatura. Debería haber cursos para tornar accesible esta literatura y profundizarla. Como saben, el otro día estaba a hablar al Alessandro, o Alex, sobre Alessando Manzoni, el gran novelista italiano, autor de una novela histórica, que es para la prosa italiana lo que Dante es para la poesía. Muchos jóvenes italianos tienen que leerlo en la escuela y generalmente a ellos no les gusta. Se llama I promessi sposi, Los prometidos, y es realmente muy hermoso. Algunos de Ustedes sabrán que el Papa Juan Pablo I dijo, en comentario sobre esta obra, que la Madre Santísima y un coro de vírgenes podrían leerla sin ruborizarse y avergonzarse. ¿No es un comentario lindo? El enredo se fija durante la Guerra de los Treinta Años en Italia, en la región del Lago como, Lecce y Milano, y se trata de la guerra, conquista, hambre y peste. Se observan las tentaciones de los hombres, pero también la acción del Arzobispo Federico Borromeo, el gran Obispo, y como reaccionaron a esto. La novela también es una historia de amor, entre Renzo y Lucía, y trata del perdón, de perdonar de corazón. Quien sepa italiano tiene que notar que es una novela bien compuesta y en un lenguaje muy hermoso. He aquí una obra histórica que trata de la vida cotidiana, de la 7 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

venida de las tropas alemanas, y después de las francesas, y el aparecimiento de la peste. Podría haber sucedido hoy en una de nuestras ciudades. Puede haber una epidemia de viruela, un virus infeccioso. No es como el ántrax; el ántrax es provocado por una bacteria y no es contagioso, pero puede matar, y permanece en estado latente durante tres a cinco días. Si nosotros, en esta tienda, fuésemos infectados, nos iríamos y cuatro o cinco días después la enfermedad se manifestaría, y, como saben, es cosa seria. Pero la viruela aún es peor. Y tal vez nosotros, como sacerdotes o padres de familia o laicos, tengamos que enfrentar una cosa como ésta. Puede suceder, como ya sucedió en el pasado. Pero cuando leemos esta gran literatura, es decir la literatura histórica, refiriendo a hechos pasados, sabemos que no tenemos la presión de los acontecimientos contemporáneos y podemos dedicarnos más a la reflexión. Porque algunos episodios nos tocan realmente de corazón y son inolvidables. Acabé de volver a leer, en el original alemán, Jesu und Maria, Jesús y María. Es una novela histórica, escrita por una gran mujer austríaca, llamada Enrica Freiin von Handel-Manzetti. Toma lugar a orillas del Danubio, siguiendo la Guerra de los Treinta Años, en Durnstein, donde hay una famosa imagen de la Madre Santísima, a orillas del Danubio, donde las vides están bajando la colina; y es una historia magnífica, que muestra el conflicto entre protestantes y católicos después de la Guerra de Treinta Años. Trata de un posguerra terrible, como sucedió siguiendo la 1ª Guerra Mundial. Pero muestra los caracteres humanos, como algunos de los católicos que querían acomodarse, y después tenemos María, que es una mujer hermosa, devota de Nuestra Señora, y que es un gran ejemplo. Lo que estoy diciendo es que no son apenas las vidas, ejemplos y escritos de los Santos que nos pueden inspirar, sino también esta gran literatura. Algunos de Ustedes ya han leído un libro español, que no es propiamente hablando una obra de la caballería superior pero que es destacado, como Solzhenitsyn en una escala más pequeña. Tal vez conozcan la obra de José María Gironella, cuyo título en español es Los cipreses creen en Dios; Gironella tuvo después algunos problemas, pero el libro es impresionante. Es sobre la Guerra Civil de España; es muy correcto, hace recordar Solzhenitsyn en la fidelidad a las referencias, y habla de la guerra a través de una vida de una familia, la familia Alvear. El padre era de Andalucía, de Sevilla, y la madre era de Navarra. La acción se desenrolla en Gerona, en Cataluña, y a través de aquella familia – uno de los hijos quería ser sacerdote – conocemos más íntimamente todas las cosas que se pasaron, incluyendo las actividades de los anarquistas. Una vez más, dé este libro a mis estudiantes; pero no es una cosa que se lee en una semana, es necesario más tiempo y requiere disciplina, pero trata de cosas que nos afectan profundamente. Fue como cuando hablamos ayer de las palabras de un soldado romano pagano, que la Iglesia cambió a ánima mea; en las Sagradas Escrituras es puer meus. ¿Alguien sabe quien introdujo eso en la Misa? Fue el gran caballero y Papa, el Papa San Pio V, que instituyo la Fiesta del Santo Rosario, y que tuvo una comprensión milagrosa de que se sucedió en Lepanto. Si piensan en estas cosas y las conocen, verán que todas ellas se encajan en el corazón. Les dé un ejemplo viniendo de Austria, otro de Italia, y otro de España para explicar este tema. Uno de los jóvenes que está aquí viene de una familia noruega. 8 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

Fíjense, uno de los grandes convertidos era una mujer llamada Sigrid Undset, que ganó el Premio Nobel. Escribió novelas históricas magníficas sobre Noruega y como la Fe llegó a Noruega. A los finales de una de sus grandes obras, una trilogía llamada Kristin Lavransdatter (Cristina, hija de Lavrans) describe la respuesta de Kristin, que acaba por se hacerse monja, era madre de ocho hijos. Es inolvidable la manera cómo actúa durante la Peste Negra. Tengo parientes noruegos y por eso algunas de estas cosas resuenan más en mí, pero aquellas descripciones, escritas en un lenguaje muy hermoso, pueden ser apreciadas por todos. ¡Conté a algunos de los sacerdotes que muchos de mis antepasados eran piratas escandinavos, lo que tal vez no sea gran recomendación! Pero el libro está escrito con gran belleza; al leerlo, parece que lo absorbimos, como si meditásemos y cantásemos los Salmos una y otra vez. Quiero añadir aún algunos ejemplos más, porque creo que, en este género de literatura, la narración, los personajes, las sutilezas de la lengua nos ayudan a absorber la doctrina en un modo mejor que simplemente por proposiciones teológicas. Me parece una combinación maravillosa enseñar literatura juntamente con teología; un profesor bien formado en teología, filosofía e historia está habilitado a dar ejemplos luminosos. Entrar en estas cosas es, de hecho, cultivar aquello que San Agustín llamó “verbum cordes”, la palabra interior del corazón. El Dr. Chojnowski, que está aquí hoy con nosotros, se recuerda de haber leído conmigo hace muchos años el gran poeta alemán Wolfram von Eschenbach, que escribió en alto alemán medio; sé que existen traducciones muy buenas a portugués del Percival. Pues bien, Percival es uno de los Caballeros del Santo Graal, y esta obra profunda se desenrolla con gran profundidad; cuando este gran caballero comprende que la autentica caballería y la auténtica lealtad se encuentran en el Viernes Santo y en el sufrimiento de Nuestro Señor, obtiene la inspiración para una caballería superior, como Jesús, Que se sacrifica y Que nos ama hasta el final. Quien lee esta gran literatura, que no tiene nada de frivolidad superficial, aprecia realmente la belleza del lenguaje empleado. Hubo un gran escritor que era, por acaso, nieto de Ernest Renan, el famoso apóstata francés. Se llama Ernest Psichari, y desafortunadamente se murió en 1914 en la Batalla de Rossignol, en Bélgica, al inicio de la 1ª Guerra Mundial. Tal como el Capitán Charles Péguy, era un magnífico poeta, autor de poemas impresionantes para un católico. Y también tenía la caballería superior. Pues bien, Psichari escribió un libro llamado Le Voyage du Centurion, El viaje del Centurión, sobre un joven oficial que deseaba salir de la Francia masónica e ir al desierto del Sahara, lo que era un medio purificador, una jornada estética en que descubre no sólo el significado más profundo de la lealtad, sino también – siendo un oficial francés que trabajaba con musulmanes – la diferencia profunda entre el Islam y el Cristianismo, lo que le lleva a profundizar su propia fe. Hay un episodio en el libro en que uno de los musulmanes dice: “La tinta de los sabios es mucho más importante que la sangre de los mártires”, y esto representó para él una coyuntura crítica. Se verifica en esta bella obra, una especie de compromiso entre la prosa y la poesía, una descripción extraordinaria de cómo él fue educado por un padre que era un tipo estoico. Como saben, el estoicismo es el opuesto del Cristianismo, aunque parezca semejante en sus exigencias morales; pero su orientación es muy diferente. Una obra de este tipo es particularmente hermosa, y la he recomendado a varias personas, incluyendo a señoritas. Las mujeres pueden ser caballerescas; pueden amar a un sacerdote con una devoción caballeresca. He encontrado estudiantes, mujeres, 9 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

que consiguen identificarse con un hombre, pero no de forma erótica; también pueden tener una disposición de corazón caballeresca. Recuérdense que ‘devoción’ viene del latín ‘val votum’; y cuando los soldados de Roma antigua estaban preparándose para una batalla y el general con ellos, todos irían unidos a combatir, y hacían un voto, una promesa, una devoción. Claro que en el Cristianismo el sentido de la palabra es más elevado. Hay una gran variedad de estas obras, y tienen diferencias culturales, pero muchos de ellas conducen a una devoción especial por Nuestra Señora, que es una caballería superior, por la Madre Santísima, por Nuestra Señora de Fátima; y esto, en las graves condiciones de hoy, puede ayudar a comprender el significado más profundo y la misión de un centurión católico de hoy. ¿Y cuáles son los ejemplos? Todos saben que podemos ser educados por sacerdotes que son un ejemplo para nosotros, y muchas veces un ejemplo vivo, como las parábolas de Nuestro Señor, son muy buenos y permanecerán siempre con nosotros. Nos recordamos de la parábola del sembrador; es un paralelo muy bueno, el cultivo de la tierra y el cultivo del alma. Pero, como cuanto más fértil sea la tierra, más rápidamente nacen las malas hierbas, es necesario está más vigilante, como Dante muestra en La Divina Comedia. Sé que algunos de Ustedes ya leyeron el libro de George Bernanos Journal d’un curé de campagne, El diario de un párroco de aldea. A propósito, el último libro que él escribió fue el Diálogo de las Carmelitas, a que voy a referirme aquí en un momento. Pero aquel libro, El diario de un párroco de la aldea, es encantador, y tan bien escrito que parece, efectivamente, el diario del humilde párroco de Ambricourt, escrito por él propio, que es tan humilde que no sabe el efecto que hace a los otros. Cuando leen el Diario y sepan lo que sucede después, verán que es muy profundo. Bernanos combinó el Santo Cura de Ars, San Juan Vianney, con algunos comentarios de Santa Teresa de Lisieux, la pequeña flor. Su esposa fue pariente lejana del hermano de Juana de Arc, y así George Bernanos sintió una inspiración especial durante la 1ª Guerra Mundial. Pero este libro, aunque se refiere a las tentaciones del desespero, es más que esto; Bernanos lo escribió y se sintió como un diapasón sensible – los que aquí están y son músicos me comprenderán – como un diapasón cultural sensible. Estaba viendo la destrucción cada vez mayor del sistema inmunológico cultural, la destrucción progresiva de la Cristiandad, y presentía el avanzo de las tentaciones de pereza y del desespero. Pero este pequeño libro es sobre la esperanza y la infancia espiritual, y la ligación con la caballería. Hay un episodio maravilloso entre el párroco de Ambricourt y un legionario francés, que van juntos en una motocicleta. No se lo olvidarán. En el análisis que hice de las palabras que Bernanos escribió, se nota una interacción excepcional entre un sacerdote joven y un sacerdote mayor. Si nunca leyeron esto, van a estar muy conmovidos. Hay el párroco de Orsay, un hombre maravilloso y robusto, en contraste con el párroco de Ambricourt, que es débil y enfermo, con problemas de salud. Y el párroco de Orsay dice: “¿Amáis la Madre Santísima? Es más joven que el pecado”. Los traductores me preguntaron lo que Bernanos quería decir con esto, y yo expliqué: Nuestra Señora es más joven que el pecado, porque no tiene pecado. Y Ella tiene la alegría infantil y la pureza, y la manera como esto es transmitido lleva los sacerdotes a comentar: “El contrario de un pueblo cristiano es un pueblo envejecido y triste”. Es una interacción muy famosa. 10 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

A lo largo de los años, recomendé este libro a varios sacerdotes que no lo conocían. Y me dijeron después que nunca se olvidarían de una de las escenas climáticas del libro, cuando el padrecito, que se hace tan pequeño, visita una Condesa que se amargó contra Dios. Había perdido un bebé y detestaba a Dios. Él la confronta, y la afecta de tal manera que la transforma. El diálogo es inolvidable. Dice él, entre otras cosas: “Señora, que la hora de la misericordia no llegue en vano. Señora, no estés impenitente ante los ojos de la misericordia”. Dice palabras inolvidables; afirma que “la alegría es un don de la Iglesia” y habla de la alegría y del significado más profundo de la alegría. Es inolvidable. Calculen que hay sacerdotes que han dicho a otras personas: “Que la hora de la misericordia no llegue en vano”. Como dijo el Padre Gruner, esto es el mensaje de misericordia que la Madre de Dios nos dio en Fátima: “Que la hora de la misericordia no llegue en vano”. Que no nos encontremos impenitentes ante los ojos de la misericordia. Es un libro conmovedor, escrito a los finales de la vida de Bernanos. Tiene ternura; y se nota que Bernanos era un hombre enérgico, que sabía cómo ser bien fuerte cuando así lo quería. Me recuerdo de muchos franceses, incluyendo uno, de origen húngara, que tal vez habían oído hablar. Se llama Thomas Molnar; ya aquí estuvo; y leía El diario de un párroco de aldea dos veces todos los años, tal era la inspiración que recibía de él. Molnar tenía la percepción de la tentación del desespero, de lo que se pasa en el mundo moderno, así como en toda la Francia; pero, a pesar de eso, vía la operación de la gracia y como se realizaba. Volviendo al Diario: al final, cuando el padrecito muere de cáncer y tisis, el diario es entregado a su gran amigo, el párroco de Orsay. Y al fin del libro Ustedes pensarán: ¡Dios mío, cómo d’Orsay recibió el diario en sus manos y tomó conocimiento de la profundidad de este sacerdote humilde, que era un santo! Y imaginen este sacerdote a leerlo, y el lector, si puede apreciar literatura, sentirá con su imaginación: Dios mío, aquí está d’Orsay a leer este opúsculo, el diario íntimo de este hombrecito, que se hizo tan pequeño que ni vía el efecto que ejercía sobre todos. Él era un canal de gracia para todos que tocaba, pero no se daba cuenta de esto. Había una mujer famosa, una alemana, llamada Gertrud von le Fort, que murió a los 102 años; pertenecía a una vieja familia de Huguenotes franceses. Escribió varios libros muy hermosos. Su prosa y estilo en el original alemán son notables. Uno de sus libros se llama Die Letzte am Schafott, que se traduce como La última a la horca. (la traducción inglesa se llama La canción de la horca) y habla del episodio histórico de las Carmelitas de Compiègne, que fueron martirizadas durante el Terror. Es inolvidable. Y sólo una mujer como Christen S________o Henrika H_________sólo las mujeres pueden comprender en profundidad algunos de estos libros. No creo que un hombre sea capaz de tal. Voy a darles apenas un ejemplo del libro, el de una monja magnífica que tuvo que ser la Madre Superiora, porque tenía naturalmente todos los talentos para eso; pero fue la única a quien no fue permitido testimoniar a la Fe por el martirio, cuando todas las otras monjas fueron a la guillotina. Y ella comprende que la voluntad de Dios no es aquel sacrifico, sino que ella debe sacrificar el sacrificio. Imaginen, ella debería sacrificar el sacrificio y escribir la historia de estas monjas. La más joven de todas, Blanche de la Force, que tenía tanto miedo que hasta huyó del Carmelo, fue la última a destacarse de la multitud. Murieron todas cantando el Veni Creator Spiritus. Fue muy impresionante.

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Fíjense, sucedió que George Bernanos fue tan impresionado con el libro de esta autora alemana que escribió una obra llamada Diálogo de las Carmelitas. No es una novela; el opúsculo de Gertrud von le Fort es una novela, o antes una novelita; pero el libro de Bernanos es un drama, que dí muchas veces a mis alumnos. Es maravilloso como una católica alemana y un católico francés se completan. Hay muchos otros escritores de que podría hablar, pero sólo les estoy dando algunos ejemplos. Llegué tarde a esta reunión porque acabé de dar una larga conferencia en los Estados Unidos sobre un gran hombre, realmente grande, llamado Evelyn Waugh, que se había convertido al catolicismo. Fue comando y paracaidista en el ejército británico durante la 2ª Guerra Mundial. En 1935 escribió un libro muy hermoso sobre San Edmund Campion. Es inolvidable. No se trataba de ficción. Fue autor de la trilogía Espada de honor, que le llevó doce años hasta llegar al texto final, a causa de su tema – era un estudio de la caballería y del honor en el mundo moderno. Porque ya estaba viviendo en un mundo sin honor pública. En la 2ª Guerra Mundial los Estados Unidos hizo un acuerdo con la Unión Soviética, y Inglaterra acabó por declarar guerra contra Finlandia, un día antes que los japoneses bombardearon Pearl Harbor, en diciembre de 1941, un ataque de lo que el Gobierno americano ya estaba con conocimiento previo. Fíjense, Finlandia estaba siendo masacrada por los soviéticos. Imaginen, Inglaterra declaró guerra contra Finlandia, cuando el General Mannerheim estaba enfrentando los soviéticos. Waugh aguantó mucho, soportó muchas desilusiones, y escribió esta bellísima trilogía que los impresionarán. Porque trata de una persona que muestra una caballería superior y acepta como su hijo un niño nacido de su esposa que lo había abandonado, y cuyo padre era otro hombre. El héroe principal, Capitán Guy Crouchback, aceptó este niño como suyo. Es una obra muy linda y profunda, que hace frente con el mundo moderno, dominado por el cinismo y por la propaganda; y Waugh era un gran satírico. A John Vennari le gusta mucho. Waugh también escribió un libro sobre Santa Helena, madre de Constantino. Si lo consiguen encontrar – es pequeño – van a gustarlo. El enredo se fija en los finales del Siglo III y el inicio del IV (Santa Helena se murió en 330), y trata del descubrimiento de la Santa Cruz. Vale la pena leer el fin de un capítulo llamado “Epifanía”, antes de se descubrió la Cruz. Santa Helena va a Belén en Epifanía porque estaba demasiado cansada para hacer el viaje en la Natividad. Mientras vienen unos sacerdotes, imitando los Tres Reyes Magos, ella se identifica con ellos, llamándoles “mis primos”, siendo ella la madre del Imperador. “Como vosotros, llegué a Cristo atrasada. Habíais viajado mucho, mientras que el pueblo simple se arrodillaba en el establo donde se encontraba a Nuestro Señor con su Madre Santísima y José”. Habían hecho un grande viaje, haciendo cálculos como intelectuales. Y entonces esta señora, Helena, rezó una oración por su hijo, el Imperador Constantino, que todavía no era católico. Es un episodio que está marcado en la memoria, y es tan hermoso que no conseguimos leerlo sin conmovernos. Años más tarde, dije esto a John Vennari, y le leí una carta que Evelyn Waugh escribió a un amigo íntimo. Decía así: “Nunca debería haberlo publicado, porque revela demasiado de mi corazón”. Era modesto, por eso decía que no debería haber hecho eso, como si estuviese avergonzado. Pero es tan hermoso, la oración de una madre por un hijo. Y Evelyn Waugh, un guerrero, que estuvo en combate, que vio muchos engaños, la traición de los Cinco de Cambridge, la red de espías homosexuales, y como hicieron este espionaje en Yugoslavia, y cuando Mihailovic fue traído y entregado a los comunistas, vio tanta cosa 12 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

que tuvo que reflexionar mucho sobre la posibilidad del honor personal en un mundo tan lleno de cinismo como el nuestro. Y cómo tenía un gran amor a Nuestra Señora, sufrió mucho con ciertos aspectos de la revolución que veía avanzar sobre la Iglesia. Se murió el Domingo de Pascua de 1966 y fue, por lo tanto, salvado a algunas tristezas posteriores, por la misericordia de Dios. En todas estas cosas que dije antes, la parte de la comprensión más profunda de la caballería, especialmente en su orientación ética – pero no en la parte sagrada; es la siguiente: cuanto más una persona se siente sin defensa, más esa persona clama para que la defendamos. Como les dije ayer y repito, fui soldado en la presencia de sacerdotes; y debemos siempre colaborar, porque es mal signo para la Iglesia cuando el sacerdote y el soldado se separan. Cuando fui formado en la Academia Militar de West Point en un cierto código de honor, y viví años como un monje militar, cuatro años, de los 17 a los 21 años, aprendí como las cosas podrían suceder en el campo de batalla. Con suerte, 40 por ciento funciona conforme el previsto, y cuanto al resto, debemos estar preparados para las incertezas. Más tarde, medité sobre la virtud de la esperanza, y intenté establecer una ligación entre nuestro código de honor, nuestro ethos, nuestra misión y el bienestar de nuestros hombres. Como saben, el bien común y el bien personal. Y como oficial que era, cuando algo salía mal, tuve que reflexionar: está bien, esto salió mal, aquello salió mal, pero ¿cómo vamos a intentar extraer algún mejor bien de esta situación? No podría simplemente sentarme y decir; “O Dios mío, ¿y ahora”? Esto está saliendo mal, aquello está saliendo mal, ¿cómo respondemos? Ahora San Tomás dijo que la esencia de la virtud es el estar listo a hacer el bien, o por lo menos la intención de alcanzar un bien mejor de una situación. Piensen en los Jesuitas. ¿Cuál es su divisa principal? Ad maiorem Dei gloriam, para la mayor gloria de Dios. Y por eso, hubo Jesuitas de Fe profunda que me dijeron: “¿Robert, comprende porque tenemos una aproximación comparativa? Porque nunca podemos ser complacientes, podemos siempre dar más”. Pertenece a la esencia de nuestra Fe católica que tenemos que dar más y perdonar más. No voy a decir que soy original, pero me vino la idea, al ligar el campo de batalla y la guerra irregular a la virtud de la esperanza, y a la misteriosa voluntad permisiva de Dios. Por veces, estoy espantado cuando Dios permite que tal y tal cosa sucede: “¿Señor, en que estáis pensando? Nos estamos ahogando”. Después comprendí que tal vez una de las disposiciones de la caballería superior de hoy sea amar y defender Nuestra Señora y los bebés. Recordemos lo que yo ya dije: cuanto más venerable y más necesitada de defensa es una persona, más clama para que la defendamos. Transfiriendo esto a la virtud teológica de la esperanza, que es tan importante para nosotros en los días que corren, para perseverar hasta el fin, cuanto mayor es el mal que Dios permite, tanto mayor es el bien que intenta extraer de él. Es el principio especulativo: cuanto mayor el mal que Él consiente, tanto mayor es el bien que Él espera obtener. Y nuestra respuesta, dentro de la caballería superior, es ¿cómo colaborar con esa intención divina, cómo podemos ayudar a obtener un mayor bien de esa situación? Esto es mi aliento. Intento vivir este ethos, aunque yo sea un hombre muy débil. Pero espero que lo que sugerí hoy sea útil, a la luz de las cosas más negras de la guerra moderna a que me referí ayer, y donde ellas pueden llevarnos. Si podemos alcanzar y tocar las almas individuales cuanto a su protección contra la impureza, si podemos dar una comprensión positiva de la pureza a los pequeños, y también el amor a Nuestra Señora y a Su Mensaje completo, que John Vennari presentó esta mañana de forma tan 13 www.fatima.org/span/resources/pdf/three.pdf

elocuente, esto podría ser el punto de partida para una nueva visión del mundo, en que estemos todos unidos alrededor de Nuestra Señora de Fátima, gracias a esta caballería superior. Y si comprendemos que Nuestro Señor está con nosotros hoy, tal como estaba con el centurión del Nuevo Testamento, tal vez recemos para que Él aprecie como estamos a intentar ser generosos a través de nuestro sacrificio. Les pido, pues, una vez más, que tengan presente la divisa que nos viene de Georges Bernanos, del opúsculo de Bernanos El diario de un párroco de aldea: “Sea bienaventurado aquel que salvó del desespero el corazón de un niño”. Muchas gracias.

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