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LA CAJA FLOTANTE presenta
EL CÍRCULO DE TIERRA
ÍNDICE LA CAJA FLOTANTE………..………………………………………….….......3 PRESENTACIÓN……………….………………………………………………….4 PRESUPUESTO…………………………………………………………………….6 CURRICULUMS………………………………………………………………......7 EL CÍRCULO DE TIERRA………………………………………………………11
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LA CAJA FLOTANTE nace de la mano de Ion Iraizoz y Eneko Otermin, actores y productores de la compañía La Ortiga TDS durante los diez últimos años. En este tiempo hemos ido acumulando experiencia en todos los ámbitos del teatro, formándonos en el Laboratorio de teatro William Layton, en el Estudis de Berty Tovías, en la Escuela Navarra de Teatro y con maestros como Andrés Lima o Sanchis Sinisterra, actuando en numerosos montajes teatrales y haciendo labores de producción y distribución. Con este bagaje hemos decidido iniciar esta aventura conscientes de que es un momento francamente malo para las artes escénicas y la cultura en general ya que la crisis nos está afectando a todos los niveles y parece que va para largo. Por todo esto arriesgar con una empresa de este tipo puede parecer un poco suicida, pero estamos convencidos de que hay que seguir apostando fuerte por el teatro navarro, llevando a los escenarios propuestas interesantes y ambiciosas que conecten con el público. Fundamentalmente tenemos ideas y un compromiso con el oficio que puede con la crisis. Sin duda el dinero es necesario para poder trabajar con dignidad pero dadas las circunstancias creemos que hay que hacer más con menos recursos, cosa que en el teatro es posible. La propuesta que hacemos al Teatro Gayarre es la de participar en el ciclo Nuestras miradas del próximo año con el estreno de “El círculo de tierra”. Pensamos que este ciclo es idóneo para presentar este espectáculo, que se inspira, tanto en la forma como en el fondo, en los trabajos de Miguel del Arco y Andrés Lima. La Caja Flotante quiere que el trabajo con los actores sea el eje principal sobre el que sustentar nuestras propuestas creativas y que esta sea la seña de identidad de este grupo. A esto le queremos sumar puestas en escena sencillas que primen la imaginación y la creatividad tanto del público como del actor. También solicitamos que la Fundación Municipal Teatro Gayarre colabore económicamente para sufragar sino todos, parte de los costes de producción de este montaje. Dentro de este dossier incluimos una presentación de “El círculo de tierra”, el presupuesto detallado, nuestros curriculums y el texto que queremos llevar a escena. Con el deseo de participar en el ciclo Nuestras miradas nos acercamos al Teatro Gayarre convencidos de que sería una ayuda inmejorable para poner en marcha este proyecto. LA CAJA FLOTANTE
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Hace año y medio, poco después de estrenar con La Ortiga “¿Qué cuesta el hierro?” de Bertolt Brecht, tuve una conversación con Arístides Vargas, director de teatro y uno de los dramaturgos más importantes de Sudamérica, en la que se plantó la semilla de “El círculo de tierra”. Empezamos a hablar de teatro y finalmente después de dar algún rodeo me comento que había un texto de Bertolt Brecht que le parecía muy apropiado para trabajarlo aquí, en Navarra. Se refería al “Círculo de tiza caucasiano”. Leí la obra y como Arístides me había comentado encontré mucho puntos de unión con la situación social y política que vivimos aquí. El texto presenta a dos pueblos que al finalizar la segunda guerra mundial se disputan un valle; ¿a quién pertenece ese valle? ¿cómo tomarán una decisión? Para responder a estas preguntas Brecht cuenta la leyenda del círculo de tiza y finalmente concluye: “Las cosas deben pertenecer a quien mejor pueda cuidarlas, o sea, los niños a las mujeres maternales, para que se críen bien. Y los valles a quienes los rieguen, para que produzcan frutos.” No puedo estar más de acuerdo. En la actualidad la probable y deseada renuncia de ETA a la lucha armada abre una nueva etapa en nuestra sociedad que afronto con esperanza y espíritu constructivo. Aun así, lo cierto es que se ha sufrido mucho, todavía hay muchas heridas abiertas y resulta difícil hablar de este tema pero creo, sin duda, que es necesario llevar a cabo este montaje, fundamentalmente por el profundo sentido pacifista que tiene este texto. La realidad social que vivimos es compleja ya que en un espacio bastante reducido conviven muchas ideologías y formas distintas de enfrentarse a este problema pero esa diversidad debería enriquecer y no destruir a esta sociedad. Y estoy convencido de que el teatro es una herramienta fundamental para conseguirlo. El teatro de Brecht tiene muchas connotaciones políticas pero mas allá del color político que se le quiera poner, sus textos tienen un claro compromiso con las personas y con el deseo de construir una sociedad más civilizada y culta. Pasaron unos meses y empecé a pensar en la adaptación del texto ya que la obra original es muy larga y quería sintetizar y escoger las partes que más me interesaban. Entonces realicé un curso de creación de espectáculos teatrales con Andrés Lima, en el que utilizamos como base “La boda de los pequeños burgueses” de Brecht para hacer diferentes propuestas de adaptación. Él nos preguntaba siempre: “¿Qué es lo que más te interesa de la obra? Adapta el texto en función de esta respuesta”. En el caso del círculo de tiza lo que más me interesa es el sentimiento de pertenencia a un lugar. ¿Qué es lo que hace que son sintamos ligados a un pedazo de tierra determinado? Existen tantas respuestas como personas y cada una de ellas es válida. Si asumimos esta diversidad podemos dar pasos de gigante en la convivencia. Este curso fue decisivo para que me metiera de lleno en este proyecto convencido de lo que quería hacer. En cuanto volví a Pamplona comencé la adaptación de la obra y decidí acercar la acción a nuestra realidad. Para ello, en vez de presentar a dos Koljos rusos discutiendo por un valle, “El círculo de tierra” comienza en el pleno del ayuntamiento de Villaverde de Trucios. Esta localidad existe realmente y pertenece a un valle que está en mitad de Vizcaya pero que por razones históricas pertenece a Cantabria. Parte de la población del valle quiere formar parte de Euskadi y otra quiere seguir siendo cántabra. Conforme más investigaba
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encontraba más similitudes con la realidad social de Navarra y resultó ser el puente perfecto con la obra escrita por Brecht en 1944: centra y acerca la acción y al mismo tiempo la distancia ya que casi nadie conoce el valle de Villaverde. En las cinco partes restantes Brecht cuenta la historia del círculo de tiza, basada en un cuento chino, introducida por uno de los personajes que dice: “se ha programado una obra de teatro que tiene que ver con nuestro problema”. En ella dos mujeres se disputan la custodia de un niño. En mitad de un golpe de estado la madre natural huye abandonando a su hijo. Su criada, protagonista de la obra, se hace cargo del niño convirtiéndose en la madre adoptiva. Finalmente el juez Azdak debe decidir a quién pertenece el niño, para lo cual utiliza la prueba del círculo de tiza que consiste en dibujar un círculo en el suelo y colocar al niño en el medio para que las madres luchen por él. En esta ocasión la situación permite descubrir no a la madre verdadera sino a quien acredita auténticamente su amor por el niño. Para la adaptación de estas cinco partes lo que he hecho ha sido sintetizar la acción y descontextualizarla. Eso si, haciendo una serie de paralelismos con el periodo de la historia española que va desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la guerra civil. La puesta en escena sería bastante sencilla, utilizando el propio teatro como parte de la escenografía. Los actores darían la bienvenida al público en el mismo patio de butacas y la cámara negra estaría levantada durante toda la función descubriendo las entrañas del teatro, con el objetivo de restar artificio y acercar el teatro a la gente. Se utilizarían los elementos escenográficos indispensables, siendo un gran círculo de tierra en mitad del escenario el espacio donde transcurriría la mayor parte de la acción. Todo ello con el objetivo de priorizar el trabajo del actor, eje sobre el que se sustentaría el montaje y todo el proceso de trabajo. En este sentido queremos reunir un buen equipo artístico, profesional y comprometido, para hacer entre todos un buen espectáculo con mucho ritmo y emociones intensas. Como ya he dicho antes los referentes más claros que tengo y que os pueden servir a vosotros para saber qué tipo de montaje os estamos proponiendo son Andrés Lima y Miguel del Arco. Salvando las distancias, claro esta, sus puestas en escena y su forma de entender el trabajo con los actores son un referente fundamental. En cuanto a los miembros que formaríamos parte del equipo, señalar que yo me he encargado de hacer la adaptación y la dramaturgia y además sería el director de escena. Eneko Otermin se encargaría de la producción, además de participar como actor. Maitane Larreta que ya trabajo con nosotros en “Luces de bohemia” se encargaría del diseño de vestuario y Paco Iglesias del diseño de iluminación y el espacio sonoro. En estos momentos estamos hablando con algunos actores y actrices navarros presentándoles “El círculo de tierra” para conocer su interés y su disponibilidad. ION IRAIZOZ
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PRESUPUESTO “EL CÍRCULO DE TIERRA” CONCEPTO
Pda. Nº
01:00 EQUIPO TÉCNICO: 01:01 Dirección: Ion Iraizoz
2.000,00
01:02 Adaptación y dramaturgia: Ion Iraizoz
500,00
01:03 Diseño de luces: Javier Pérez Eguaras
500,00
01:04 Diseño espacio sonoro: Paco Iglesias
300,00
01:05 Ensayos técnicos: Paco Iglesias
200,00
01:06 Producción: Eneko Otermin
1.000,00
01:07 Gastos de producción
300,00
01:08 Montaje y grabación del video
1.000,00
01:09 Fotografías
200,00 SUBTOTAL 1
6.000,00
02:00 ESCENOGRAFÍA: 02:01 Material
500,00 SUBTOTAL 2
500,00
03:00 VESTUARIO Y ATREZZO 03:01 Diseño de vestuario: Maitane Larreta
500,00
03:02 Materiales: Telas, pintura, calzado…
1.500,00
03:03 Realización de vestuario: Maitane Larreta
1.500,00 SUBTOTAL 3
3.500,00
04:00 EQUIPO ARTÍSTICO: 04:01 Ensayos: 6 Actores durante 2 meses 6 actores X 600 euros/mes X 2 meses
7.200,00
04:02 Dietas de ensayo
700,00 SUBTOTAL 4
7.900,00
05:00 CARTELERÍA Y PROGRAMAS DE MANO 05:01 Soluciones más que gráficas
500,00 SUBTOTAL 5
TOTAL
500,00
18.400,00 6
ION IRAIZOZ Estudios de Arte Dramático: • • • • • • • • • •
• • • • • • •
Creación de un espectáculo teatral con Andrés Lima, Fundación autor. 2011 Dramaturgia actoral con José Sanchis Sinisterra, Nuevo Teatro Fronterizo. 2011. Entrenamiento con actores profesionales con José Carlos Plaza, Azarte. 2011. Interpretación ante la cámara con Tonucha Vidal y David Planell. 2011. Taller de interpretación con Andrés Lima, Arte4. 2009. Taller de dramaturgia con Alfredo Sanzol. Año 2009. Laboratorio de movimiento con Pablo Ibarluzea. 2009. Técnica vocal con Vicente Fuentes. Año 2009. Interpretación con John Strasberg en el pequeño teatro Gran Vía. 2006. Laboratorio de Teatro William Layton, siendo alumno de Carmen Losa, Mariano Gracia, José Pedro Carrión, Cipri Lodosa, Paca Ojea, Antonio Llopis. 2002-‐2005. Cuatro años con Arnold Taraborrelli, danza y expresión corporal. 2002-‐2006. Tercer año de la Escuela Navarra de Teatro. 2006-‐2007. Clown con Hernán Gene: Escuela de circo Carampa. 2005-‐06. Clown con Gabriel Chamé: Escuela Navarra de teatro. 2007. Dos años con Becky Siegel, danza contemporanea. Canto en la escuela de música de Lino Otano. Curso Intensivo de Interpretación con José Pedro Carrión. 2002.
Experiencia en Teatro: Seleccionado en la IV edición de los encuentros de Magalia, organizado por la Red de Teatros Alternativos. 2009. Compañía de teatro LA ORTIGA “Luces de bohemia” de Valle-‐Inclán, producción de la Fundación teatro Gayarre y dirigido por Angel Sagües (Nominada a los Premios Max como mejor espectáculo revelación). 2008. “Momo” de Michael Ende, dirigido por Álvaro Morales. 2010. “Qué cuesta el hierro” de Bertolt Brecht, dirigido por Angel Sagües. 2009. “Invierno eseoese” de Javier Izcue, dirigido por Angel Sagües. 2008. “La rosa de papel” de Valle-‐Inclán, dirigido por Angel Sagües. 2008. “Picnic” de Fernando Arrabal, dirigido por Angel Sagües. 2007. “Los justos” de Albert Camus, dirigido por Angel Sagües. 2002. Compañía Aran Aran: “De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo”, dirigido por Arístides Vargas y Charo Francés. 2010. “La edad de la ciruela” dirigido por Arístides Vargas y Charo Francés del grupo Malayerba. 2007. “El mundo pequeño”, espectáculo infantil dirigido por Ramón Vidal. Año 2007. “Virtual”, producción de teatro Mahagonny para el Teatro Gayarre. 2009.
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Cuentacuentos, con las sesiones “Cuentos sin ton ni son” y “Cuanto cuento”. Compañía William Layton “La venta del encuentro”, adaptación de J. García Montero de la novela “Don Quijote de la Mancha”. Personaje interpretado Don Quijote. 2006. Figuración especial en la ópera “El barbero de Sevilla” producida por el Teatro Real de Madrid. Compañía LE PETIT, “La última pirueta” de J.L. Alonso de Santos (Premio mejor actor secundario en el festival de Reinosa). 2005. Colaboración con la compañía T.E.N. Pinpilinpauxa en el montaje de “Un día cualquiera” de Dario Fó. 2002. Experiencia en Cine: Como actor: ⇒ TV Movie “La conspiración” dirigida por Pedro Olea. Idem 4. 2011. ⇒ Cortometraje “Un tipo que no es Andy Warholl se come una hamburguesa”, de Carlos A. Montero, premio mejor actor Festival 36HSF organizado por Cinemavip. 2011. ⇒ Cortometraje “Si no te escucha” de Juan Perteguer. 2011. ⇒ Cortometraje “2 euros y 35 céntimos”, dirigido por Ion Iraizoz. 2010. ⇒ Cortometraje “Próxima estación Lago”, de José García Hernandez. 2003. ⇒ Cortometraje “Ojala”, dirigido por Alfonso Arenas Verdú. 2005. ⇒ Cortometraje “El mal de Capone”, dirigido por Miguel Gonzalez. 2008. Como director y guionista: ⇒ Cortometraje “De camino a…”. 2011. ⇒ Cortometraje “2 euros y 35 céntimos”, ganador del premio al mejor corto navarro en el festival de cine de Pamplona. 2010. ⇒ Cortometraje “Flora y fauna”, ganador del premio “Pro derechos humanos” del festival Sta. María de Europa organizado por la Universidad Complutense. 2004. Experiencia en Televisión:
o Programa de cámara oculta Euskadi Comanche para la ETB. 2008. o Personaje episódico en la serie Tirando a dar, Neovisión Ficciones. 2006.
Experiencia en Publicidad: o Campaña IKEA cocinas. 2006. o Campaña Halloween en el canal CALLE 13. 2006. o Campaña Vivienda Joven Comunidad de Madrid. 2006.
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ENEKO OTERMIN Estudios de Interpretación Gestual de la escuela del método de Jacques Lecoq en Estudys Internacional de Teatro Berty Tovías en Barcelona (2009 a 2011). Estudios de interpretación en la Escuela Navarra de Teatro (ENT) en Pamplona (2003 a 2006). Componente y miembro fundador del grupo de teatro La Ortiga T.D.S. con el que he realizado como actor los siguientes montajes:
o Los Justos de Albert Camus estrenada el 15-‐2-‐2002. o La Ceguera basada en Ensayo sobre la ceguera de José Saramago estrenada el 14-‐2-‐2003. o Ubu Cabrón basada en Ubú Rey de Alfred Jarry estrenada el 13-‐2-‐2004. o El Maqui de Arto Paasilina estrenada el 5-‐12-‐2005 y premiada en Festivales de Alegría-‐Dulantzi, Torrelavega, Pamplona y Langreo entre los años 2006 y 2007. o Pic-nic de Fernando Arrabal estrenada el 10-‐5-‐2007 o Invierno Eseoese / Negua Eseoese de Javier Izcue estrenada el 27-‐12-‐ 2007 o Luces de Bohemia de Valle-‐Inclán estrenada el 17-‐10-‐2008.
Con el Taller de Teatro del Valle de Aranguren dirigido por Ángel Sagüés he realizado como actor los siguientes montajes:
o Sueño de una noche de verano de William Shakespeare estrenada el 20-‐6-‐ 2003. o Un destino fabuloso basada en Amelie estrenada el 18-‐6-‐2004.
Con T’Ombligo Teatro he realizado como actor “En un mar de sueños” dirigida por Ana Maestrojuan y estrenada el 16-‐7-‐2005 y “Katxibatxe de cuccina” estrenada el 14-‐3-‐2004, además de diversas animaciones y pasacalles. Con Ditirambo Teatro he realizado como actor “El perrito azul” dirigida por Gyula Urban y estrenada el 28-‐06-‐2006 y “El país de las maravillas” estrenada el 18-‐10-‐2008 además de diversas sustituciones en el montaje “Matilde”, como actor y como técnico de luz y sonido. He realizado para la Escuela Navarra de Teatro como actor los siguientes montajes: o A franquear en Destino dirigida por Ramón Vidal y estrenada en diciembre de 2005. o La cena dirigida por Nuria Legarda y estrenada en marzo de 2006. o Las Aves de Aristófanes, dirigida por Fabio Mangolini y estrenada en mayo de 2006. o Diversiones Turísticas de Noel Renaud, dirigida por Ana Silvestre y estrenada en mayo de 2008.
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Con Atikus Teatro he realizado como actor “La caída del Homo Sapiens”, dirigida por Ángel Sagüés y estrenada el 14-‐6-‐2009. Con Caracois he realizado como técnico de iluminación “A los hombres futuros” estrenada el 28-‐9-‐2005. He realizado para el Teatro Gayarre como actor los siguientes montajes: o Fando y Lis de Fernando Arrabal dirigida por Carol Verano y estrenada el 21-‐11-‐2005. o Virtual de Pedro Zabalza, dirigida por Pedro Izura y estrenada el 5-‐5-‐2009. Y como figurante, también para el Teatro Gayarre: o Master Class de Terrence McNally dirigida por Magüi Mira y protagonizada por Marta Juániz. Estrenada el 3-‐10-‐2003 y nominada a los Premios Max 2004. o La Corte del Faraón de Vicente Lleó dirigida por Francisco Matilla y Carlos Riazuelo para la Ópera cómica de Madrid estrenada el 14-‐10-‐2004. He realizado como actor los siguientes cortometrajes: o Entrevista de trabajo para el festival de cine de Pamplona 2006 o El mal de Capone, como protagonista para el trabajo de fin de carrera de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Navarra en 2007. o Corto promocional para ADONA (Asociación de Donantes de Sangre de Navarra) en 2008. o Dos euros y 35 céntimos, dirigida por Ion Iraizoz en 2009, cortometraje ganador del Festival de Cine de Pamplona 2010. o De camino a…, dirigida por Ion Iraizoz en 2010. He realizado los siguientes cursillos: o o o o o o o o o o o
Curso de Clown de 16 h. impartido por José F. Otxagabía. Curso de Comedia dell arte de 35 h. impartido por José Ramón Muñoz Leza. Curso de entrenamiento actoral de 20 h. impartido por Rosa Casado. Curso de Dramaturgia del actor de 30 h. impartido por Luis Mario Moncada y Luis Acosta organizado por la Sala Cuarta Pared de Madrid. Curso de Maquillaje teatral de 16 h. impartido por Arantxa Otel. Curso de Clown de 20 h. impartido por Alain Vignau. Curso de Match de improvisación de 25 h. impartido por Borja Cortés. Curso de Clown de 25 h. impartido por Pepa Plana. Curso de Iluminación de 50 h impartido por Santos y Carlos Salaberri. Curso de Voz Teatral de 15 h. impartido por Mª Teresa dal Pero, del Teatro de los Andes. Curso de Dinámicas, estudio del movimiento, creación y juego de máscaras de 75 h. impartido por Pablo Ibarluzea.
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EL CÍRCULO DE TIERRA
BASADO EN EL CÍRCULO DE TIZA CAUCASIANO DE BERTOLT BRECHT
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Escenario vacío, la cámara negra está levantada y vemos la caja completamente desnuda. En los laterales hay cuatro o cinco percheros con el vestuario que se utiliza durante la función. Las actrices y los actores dan la bienvenida al público en el patio de butacas, no interpretan, son ellos mismos. Poco a poco van subiendo al escenario. Uno de ellos escoge algo de vestuario y se convierte en un reportero de televisión. Desaparece la luz del patio de butacas.
DISPUTA POR EL VALLE PERIODISTA: (Hablando a cámara). Enclavado en el interior de la provincia de Vizcaya, pero adscrito administrativamente a la Comunidad de Cantabria, el pueblo de Villaverde de Trucios está inmerso en un intenso debate para decidir si solicitar, mediante referéndum, su integración en la Comunidad Autónoma Vasca. Ha transcurrido casi un año desde que la corporación municipal manifestara esta aspiración, que, aunque ha provocado algunas rencillas en el pueblo, refleja el sentimiento de muchos de sus habitantes. En las pasadas elecciones municipales, la candidatura más votada fue la encabezada por la alcaldesa, Piedad González, defensora de la integración en Vizcaya. (El periodista se ha ido acercando poco a poco a un corrillo de personas donde está la alcaldesa). Piedad me contaba con asombro el desgarro político que han sufrido algunos partidos como consecuencia de la solicitud de integración en Vizcaya. ALCALDESA: En efecto. Yo era socialista pero un día me enteré a través de los periódicos que la dirección del partido no opinaba lo mismo que yo así que este año he preferido presentarme como independiente para no traicionar a las personas que me apoyan en este valle. PERIODISTA: Esta apunto de comenzar el pleno en el ayuntamiento de Villaverde de Trucios donde van a decidir sobre este tema, transcendental para el futuro del pueblo. VIEJO: Pues eso, a ver si empezamos de una vez porque llevamos aquí un rato pintando la mona, y ahora solo me faltaba tener que aguantar a uno de la tele. ¿Tú de qué canal eres? Porque como seas de uno… CAMPESINA: ¡Tranquilo! ¡Que te veo venir!
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VIEJO: ¡Vale, vale! Pero no me gusta que estén aquí grabando, luego dicen cualquier cosa y quedamos como unos paletos. ALCADESA: (Al viejo). No te preocupes hombre. (Al periodista). Lo siento, la cámara le ha puesto un poco nervioso. Si quiere al terminar el pleno podemos continuar la entrevista, creo… CAMPESINA: Bueno, empezamos o ¿no? Los asistentes a la asamblea se organizan. El viejo y la campesina se colocan a la derecha. El señor, un chico joven y el historiador a la izquierda; la alcaldesa en el centro. Hay sillas y banquetas para sentarse. El periodista se queda en un segundo plano. VIEJO: Quisiera protestar otra vez por la falta de tiempo para hablar. No es posible tomar una decisión en una sola tarde. ALCADESA: El tiempo escasea, si no tomamos la decisión ahora habrá que esperar un año más. CAMPESINA: Todos los placeres deben racionarse, el tabaco, el vino y la discusión también. VIEJO: Entonces voy a ir al grano y a explicaros porque tenemos que ser nosotros quienes decidamos sobre nuestro valle. Hay muchísimas razones pero empezaré por una de las más sencillas. Nekane, saca el queso. (La campesina saca de un cesto un queso de cabra enorme envuelto en un paño. Aplausos y risas). Servíos vecinos, no os hagáis de rogar. SEÑOR CÁNTABRO: (Sentado en una banqueta receloso). Eso será para influir en nosotros. VIEJO: ¿Cómo podría influir en ti? Todo el mundo sabe que te quedarías con el queso y con el valle. Lo único que te pido es una respuesta sincera: ¿te gusta ese queso? SEÑOR CÁNTABRO: (Come un poco de queso). La respuesta es que si. VIEJO: Tenía que haberme imaginado que no entiendes nada de quesos. SEÑOR CÁNTABRO: ¿Por qué no? Si te lo digo es porque me gusta. VIEJO: Porque no puede gustarte. Porque a nuestras cabras no les gusta la hierba nueva como les gustaba la vieja. El queso no es queso
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porque la hierba no es hierba, eso es lo que pasa. Por favor, que conste en acta. HISTORIADOR: Vuestro queso es estupendo. VIEJO: No es estupendo, apenas medianejo. Los nuevos pastos no valen nada, digan lo que digan los jóvenes. Ni siquiera huelen igual. Los cantabros nos tienen abandonados. Algunos se ríen. ALCALDESA: No te enfades, aunque se rían. Ellos te entienden. Vecinos, ¿por qué se quiere a la tierra que es de uno? Porque el pan sabe mejor, el cielo está más alto, el aire más puro y el suelo resulta más fácil de andar. ¿No es cierto? VIEJO: Este valle nos pertenece de siempre. JOVEN CÁNTABRO: ¿Qué quiere decir de siempre? A nadie le pertenece nada de siempre. VIEJO: De acuerdo con el artículo 8 del estatuto de autonomía este valle debería pertenecer a Euskal Herria. JOVEN CÁNTABRO: Habría que revisar ese artículo porque yo diría que nuestro estatuto dice en el artículo 24.2 justamente lo contrario. VIEJO: Debemos preguntar a todos los vecinos qué es lo que creen mejor para el valle. SEÑOR CÁNTABRO: ¿Por qué no escuchas tranquilamente lo que tiene que decir respecto al valle Herminio, nuestro historiador? CAMPESINA: No hemos dicho, ni mucho menos, todo lo que teníamos que decir. SEÑOR CÁNTABRO: Si te quieres llevar tus cabras a pastar a otro sitio te las llevas pero este pueblo se queda como está. ALCALDESA: No os peleéis. Tenemos que considerar un pedazo de tierra más bien como una herramienta con la que se puede hacer algo útil, pero tenemos que reconocer también que se quiera un pedazo de tierra determinado. Propongo que el historiador nos cuente algo del valle. VIEJO: De acuerdo. SEÑOR CÁNTABRO: Si, dejad que hable.
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HISTORIADOR: (Se levanta). El origen de Villaverde es de lo más peculiar y más aun la relación que ha tenido con Bizkaia en los últimos cinco siglos. El área de Las Encartaciones, donde se enclava Villaverde, estuvo habitada en tiempos prerromanos bien por los cantabros, bien por los autrigones; los limites de Cantabria podían haber llegado hasta los montes al este del Río Agüera. Posteriormente fue colonizado por Roma. (Da a la Alcaldesa un mapa). Durante la Edad Media quedo incluida dentro de la diócesis de Valpuesta. Este territorio permaneció de manera estable dentro de la órbita de Castilla, si bien se incorporó paulatinamente al Señorío de Vizcaya, que a su vez se vinculó de manera estable a Castilla a partir de 1379. SEÑOR CÁNTABRO: Pero, ¿hemos sido vascos alguna vez o no cojones? VIEJO: Ya te voy a responder yo esa pregunta. Resulta que el valle pertenecía a un terrateniente que un buen día decidió vendérselo al Conde Fernández de Haro, por 500.000 maravedíes y resultó que el conde de los cojones era cantabro. ¿No es verdad? HISTORIADOR: Más o menos fue así. La historia es caprichosa. VIEJO: Ha llegado el momento de decidir por nosotros mismos y no por los caprichos de un terrateniente. Los de Madrid harán luego lo que quieran con este valle pero da igual, hay que hacer un referéndum. Muchos en este pueblo somos euskaldunes y nos sentimos vascos. Entonces, por qué no podemos serlo. SEÑOR CÁNTABRO: Porque yo soy cantabro y quiero seguir siéndolo. Aprovecho para comunicar al pleno que tengo contactos en el Gobierno y me han dicho que quieren realizar las inversiones suficientes para solucionar los problemas básicos del municipio y elaborar con urgencia un plan de fomento de la cantabricidad de Villaverde de Trucios. JOVEN CÁNTABRO: Queremos lo mejor para el pueblo. Murmullo. Hablan todos a la vez. VIEJO: Estos, por desgracia, saben demasiado bien que la gente no sabe resistirse al dinero. ALCALDESA: Hay que tomar una decisión. ¿Tú qué dices Nekane? CAMPESINA: No lo sé. Quizá da igual de donde seamos pero hay que razonar y no nos dejan tiempo. Yo solo digo que nuestros hijos
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estudian con los vizcaínos, parimos allí y compartimos al cura y al médico. VIEJO: Y cuando llegan las vueltas ciclistas los policías se vuelven locos. La Ertzaintza va con los ciclistas hasta la entrada; luego, la Guardia Civil les toma el relevo por dentro del pueblo y a la salida, la Ertzaintza vuelve a recogerlos. Un disparate. ALCALDESA: Entonces, ¿qué hacemos? En ese momento se miran los unos a los otros sin decir nada. El periodista toma la palabra dirigiéndose al público. PERIODISTA: En estos momentos el debate en el Ayuntamiento de Villaverde de Trucios se encuentra en un momento francamente complicado, en el que las partes parecen no ponerse de acuerdo. Para resolver estas y otras cuestiones la compañía de teatro La Caja Flotante, aquí presente, (todos los actores y actrices se disponen frente al público como en una foto) va a representar para todos ustedes una obra de teatro que tiene que ver con nuestro problema. Se trata de una leyenda muy antigua que procede de china llamada “El círculo de tiza”, aunque ellos la representan en un versión modificada. Igual es un error mezclar vinos distintos, pero la sabiduría antigua y la nueva se mezclan estupendamente. Dos actores cogen un par de recipientes llenos de tierra. La van echando al suelo formando un gran circulo en el escenario. EL NIÑO Todos los actores organizan un desfile militar, hasta que forman una piña y entran juntos al circulo. Los personajes que son presentados por el narrador saludan al público. NARRADOR: En los viejos tiempos, en los tiempos sangrientos, gobernaba en estas tierras, por la gracia de un rey, un General. El Rey era muy rico; como Emilio Botín. Tenía una mujer hermosa y un hijo sano. Nadie en el país tenía tantos caballos en su pesebre, ni tantos mendigos a su puerta, ni tantos soldados a su servicio. ¿Cómo podría describiros al Rey? Disfrutaba de la vida. Un domingo de Pascua por la mañana, el Rey y su familia fueron a la iglesia.
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Aparecen dos mendigos y tras ellos la familia real. Están acompañados por un soldado y la ayudante personal de la reina. MENDIGOS: -Por favor, no nos llega ni para el pan. Perdí la pierna en la guerra.--Mi bebe se muere de hambre.--Mi hermano es inocente, créame, el juez ha sido sobornado. La ayudante va repartiendo monedas mientras el soldado les pega latigazos para que no se acerquen demasiado. SOLDADO: Dejad libre el paso. No os amontonéis. NARRADOR: Por primera vez el pueblo vio al heredero. (El Rey muestra su hijo al pueblo). La ayudante no se apartaba del niño. Hasta el poderoso General le mostró su reverencia. (El General les espera en la puerta de la iglesia). GENERAL: ¡Felices Pascuas! ¡Menudo día! Cuando ayer por la noche llovió, pensé: será una fiesta triste. Pero esta mañana el cielo estaba despejado. REINA: Si, se ha quedado un día estupendo. Hemos tenido suerte. GENERAL: Mañana dicen que va a cambiar. Y este es el pequeño Juanito. (Hace cosquillas al niño). Tititititi. REINA: Alfonso se ha decido por fin a empezar a construir el ala nueva del lado oriental. Habrá que eliminar ese suburbio de chabolas que están junto al palacio. ¿Qué le parece general? GENERAL: Qué buena noticia después de tantas malas. ¿Qué se sabe de la revuelta? REY: No preguntes. GENERAL: Una retirada estratégica, según he sabido. A veces las cosas van a mejor y a veces a peor. Los azares del destino. REINA: ¡Está tosiendo Alfonso! ¿Lo has oído? (Al ayudante). ¡Está tosiendo! REY: (A la reina). Te recordaré que yo era contrario a ese baño tibio. Un error en la temperatura del agua. AYUDANTE: La temperatura del agua era la apropiada. Mas bien alguna corriente de aire durante la noche, excelentísima.
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REINA: Parece que tiene fiebre Alfonso. REY: No Te preocupes. Con el agua del baño un poco más caliente no volverá a ocurrir. AYUDANTE: No hay razón para inquietarse, excelentísima. GENERAL: Siempre lo digo: si el hígado me da punzadas 50 palos al médico y si el mayordomo ha dejado el agua del baño fría, ¡que le corten la cabeza! Empieza la misa. Entra un mensajero exhausto; le susurra algo al oído del ayudante. Este se acerca al Rey. REY: Antes el servicio divino, no. AYUDANTE: El Rey no desea que le molesten con noticias antes del servicio divino, especialmente si, como supongo, son deprimentes. Di en la cocina que te den algo de comer. Aparece una de las criadas del Rey, Mari, con una cesta en la mano. El mensajero la ve y se acerca a ella. NARRADOR: La ciudad está en calma. En la plaza de la iglesia se pavonean las palomas. El mensajero de la guardia del Rey bromea con una fregona. MIGUEL: Vienes del río. ¿Qué llevas ahí? MARI: Un ganso. (No dejan de mirarse). MIGUEL: Un ganso. Me gusta. MARI: No es para ti. Una manzana y vas listo. MIGUEL: Está un poco verde, cocina mi corazón que ya está maduro. NARRADOR: La ciudad está en calma. Pero ¿por qué hay gente armada? El palacio real está en paz. El General sale con paso apresurado. Se detiene junto a un soldado y habla con él. No para de mirar alrededor. Se viste con una especie de disfraz y sale rápidamente. Campanas de iglesia. Sale la familia real. NARRADOR: Y el Rey volvió a su palacio. MIGUEL: Y la fortaleza era una trampa.
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NARRADOR: Y el ganso estaba desplumado y asado. MARI: Y ya no se comieron el ganso. NARRADOR: Y el mediodía ya no fue la hora de comer. GENERAL: El mediodía fue la hora de morir. REY: Ya has oído las “Felices pascuas” del General. Todo eso está muy bien, pero, que yo sepa, ayer por la noche no llovió. ¿Dónde estaría? AYUDANTE: Habrá que averiguarlo. REY: Si, enseguida. (Aparece de nuevo el mensajero). AYUDANTE: ¿No desea escuchar al mensajero? Ha llegado con documentos confidenciales. REY: ¡No antes de comer! AYUDANTE: El Rey está muy ocupado. Va a dedicar toda la tarde a conversar con un distinguido arquitecto. Cuando termine… Aquí está. (Entra el General disfrazado de arquitecto). Señor, el Rey le espera para comer. Va a dedicarle todo su tiempo. ARQUITECTO: Me sorprende que el Rey piense en construir a pesar de los inquietantes rumores sobre una revuelta. Suenan de fondo tambores de guerra. El ayudante le acompaña hasta donde está la familia real. REY: Aquí está. Dejarnos solos. (Todos salen). Tengo unas ideas estupendas para mi nueva residencia de verano. Me he permitido hacer estos pequeños dibujos. Mire, en esta parcela habría que construir unos pequeños jardines con fuentes y todo eso para que Juanito tenga un sitio donde poder jugar. (Mientras el Rey le enseña sus planos, el General ha sacado una pistola y sin esperar a que termine la explicación lo ejecuta de un tiro en la cabeza). GENERAL: ¡Hasta nunca, excelentísima! arquitectos, te basta un carpintero.
Ya
no
necesitas
NARRADOR: ¡Ceguera de los grandes! Caminan como inmortales. Altos sobre las espaldas curvadas, seguros. Confiando en los puños mercenarios, en la violencia que tanto ha durado ya. Pero mucho tiempo no es la eternidad. ¡Cambio de los tiempos! ¡Esperanza del pueblo!
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Suena la alarma de bombardeo aéreo. NARRADOR: Cuando se derrumba la casa de un grande mueren muchos pequeños. Los que no comparten la felicidad de los poderosos comparten a menudo su desgracia. Las bombas empiezan a caer. El cielo empieza a enrojecer. Entran la Mari, un sirviente y la ayudante. AYUDANTE: ¡El equipaje! ¡Llevarlo todo a la puerta de atrás! Provisiones para cinco días. SIRVIENTE: La reina se ha desmayado. AYUDANTE: Habrá que bajarla, tiene que irse. (El ayudante sale). MARI: ¿Qué está pasando? SIRVIENTE: (El narrador susurra al oído del sirviente lo que está pasando). Parece que hay revueltas en las calles. La gente está luchando contra el ejercito. Algunos generales quieren dar un Golpe de Estado. MARI: ¿Y nosotros? SIRVIENTE: A nosotros nos matarán como gallinas. (Sale. Entra Miguel). MIGUEL: ¿Qué vas hacer? MARI: No lo sé. ¿Y tú? MIGUEL: Me han ordenado acompañar como escolta a la reina. MARI: Y a ti ¿qué te importa esa señora? MIGUEL: La señora no me importa nada pero me lo han ordenado y por eso voy. MARI: De forma que el señor soldado es un cabeza hueca. (Le llaman). Tengo prisa. MIGUEL: Si hay que pelear no debemos pelear con prisa porque para una buena pelea hace falta tiempo. ¿Puedo preguntarte si todavía tienes padres? MARI: No, solo un hermano con una granja en las montañas. MIGUEL: Segunda pregunta: ¿eres paciente?
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MARI: Impaciente no, pero cuando se hace la guerra sin razón y no llegan noticias, es mala cosa. MIGUEL: Alguna noticia llegará. (Le llaman otra vez). Y para terminar, la pregunta principal… MARI: Como tengo que ir atrás y corre mucha prisa, la respuesta es ya que si. MIGUEL: Me llamo… MARI: Miguel. MIGUEL: Estoy sano, no tengo que cuidar de nadie y te pido de todo corazón que te cases conmigo. MARI: A mí me parece bien. MIGUEL: Este anillo era de mi madre, llévatelo. MARI: Muchas gracias. MIGUEL: Solo acompañaré a la reina hasta las tropas que han permanecido fieles. Cuando acabe la guerra volveré. Dos o tres semanas. MARI: Estaré en la granja de mi hermano, en el norte, en las montañas. Mari sale sin mirar atrás. Aparece la ayudante con el niño en brazos, el sirviente con un montón de maletas y la reina. Están bombardeando la ciudad. AYUDANTE: (A Miguel). Ve a buscar un coche, no estés ahí parado. (Miguel sale). REINA: A nadie le preocupa nada. No sé donde tengo la cabeza. ¿Dónde está Juanito? No lo sostengas tan torpemente. ¿Se sabe algo del Rey? AYUDANTE: (Dice no con la cabeza). Tiene usted que marcharse enseguida. Las maletas no entran en el coche. Elija lo que necesite. (Deja las maletas y sale). REINA: ¡Solo lo más necesario! Deprisa, abre las maletas, yo te diré lo que hay que llevar. (El sirviente coloca las maletas en el suelo y las abre). ¡El verde y , naturalmente, el de piel. ¿Dónde está el médico? Otra vez tengo esa horrorosa jaqueca. (Las bombas cada vez caen más cerca). El de botoncitos de perlas. (Entra Mari). Te lo
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tomas con calma, ¿eh? Trae enseguida el biberón del niño. (Mari sale corriendo y vuelve con un biberón). ¡No desgarres la manga! SIRVIENTE: Al vestido no le ha pasado nada señora. REINA: Porque me he dado cuenta. Hace ya tiempo que no te quito la vista de encima. Sé que me odias. (Agarrándole del pelo). AYUDANTE: (Entra). Le ruego que se de prisa. Las bombas cada vez están más cerca. (Se acerca al narrador, hablan entre ellos). REINA: (Suelta al sirviente). ¡Dios santo! ¿Crees que me harán algo a mi? (El sirviente guarda silencio. La señora empieza a remover las maletas). ¡Busca la chaqueta de brocado! ¡Ayuda! ¿Qué hace Juanito? ¿Duerme? SIRVIENTE: Sí, señora. REINA: Entonces déjalo ahí y tráeme las botitas de tafilete del dormitorio, las necesito para el vestido verde. (Deja al niño en el suelo y sale). En estos momentos se ve qué clase de sirvientes tiene una. (El ayudante se acerca). AYUDANTE: Señora, venga enseguida. Han asesinado al Rey. (Se oyen más bombas). REINA: ¿Por qué? (Se agacha y revuelve en la maleta). No puedo encontrar el de color vino. Ya me lo decía yo, está debajo de todo el montón. El ayudante cierra una maleta, coge a la reina y se la lleva. Mari que ha observado toda la escena, se acerca al niño. Entra el sirviente con unos zapatos en la mano. Se miran, miran al niño. MARI: Se han ido ya. SIRVIENTE: ¿Y el niño? Esa bestia lo ha dejado aquí. MARI: Se está despertando. SIRVIENTE: Si nos encuentran con este niño nos matarán. Andarán más tras él que tras la reina. No hay que meterse en esto. Tira los zapatos al suelo y huye. Mari tapa al niño con un vestido y se dispone a salir detrás de la sirvienta cuando oye a unos soldados que se acercan. Se esconde. Entra el General con un par de soldados.
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GENERAL: Esta mañana le dije al Rey: “me gustan los cielos despejados”, pero en realidad me gusta más el trueno que cae de un cielo despejado. CABO: Es el rayo que cae de un cielo, el trueno es solo sonido, no puede caer, señor. GENERAL: ¿He dicho trueno? CABO: Siempre dice trueno, señor. SOLDADO: Tiene razón, es el rayo que cae… GENERAL: Me gusta más el rayo que cae de un cielo despejado. La lastima es que se hayan llevado al mocoso, lo necesito con urgencia. Hay que encontrarlo. Salen. Mientras Mari mira con cautela y comprueba que se han marchado. Se dispone a irse por el otro lado pero en el último momento se detiene. Mari se vuelve y da unos pasos hacia el niño. Se sienta frente a él. Las bombas empiezan a desaparecer. La luz se va debilitando, como si cayera la noche. Da de beber al niño un poco de leche con el biberón que ha traído antes. De vez en cuando mira a su alrededor para ver si viene alguien. NARRADOR: Mucho tiempo se sentó junto al niño, demasiado tiempo esperó, demasiado tiempo miró su respiración tranquila, sus puñitos. ¡Terrible es la seducción del bien! (Amanecer. Mari se levanta y se escabulle como una ladrona).
LA HUIDA A LAS MONTAÑAS NARRADOR: Cuando la Mari se fue de la ciudad, cogió el camino hacia las montañas del norte, a la granja de su hermano. Ya no quedaba leche, tenía miedo y se puso a cantar. Mari canta unas estrofas de las “Nanas de la cebolla”, llevando al niño a la espalda, un hatillo en la mano y un bastón en la otra. MARI: (Al niño). Es mediodía, hora de comer. Ahora nos vamos a quedar sentaditos en la hierba mientras la buena de la Mari consigue un poco de leche. (Llama a la puerta de una cabaña; abre un
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campesina). ¿Me podría dar un poco de leche y un trozo de pan, por favor? CAMPESINA: ¿Leche? No tenemos leche. Los soldados tienen nuestras cabras. Ve a pedirles a ellos. MARI: Seguro que todavía os queda algo de leche. CAMPESINA: A cambio de un “dios se lo pague”, ¿no? MARI: ¿Quién habla de “Dios se lo pague”? Pagamos como príncipes. ¿Qué cuesta la jarrita? CAMPESINA: Tres pesetas. La leche ha subido. MARI: ¿Tres pesetas? ¿Por un poco de leche? (La campesina cierra la puerta). ¡Así te parta un rayo! No podemos permitírnoslo. (Se sienta y le da al niño el pecho). ¡Chupa, chupa, piensa en las tres pesetas! No hay nada dentro pero te crees que mamas y eso ya es algo. (Ve que el niño no chupa, se levanta y vuelve a llamar a la puerta). ¡Señora, abra, pagaremos! (Vuelve a abrir). El niño tiene que tomar algo. ¿Qué te parece una peseta? CAMPESINA: Dos. MARI: (Le da el biberón). Llena el biberón. Aquí tienes dos. Pero la leche tiene que bajar. Es una usura. CAMPESINA: Matad a los soldados si queréis leche. MARI: Es una diversión muy cara. (Le devuelve el biberón). Traga. La gente de aquí cree que hemos ganado el dinero con el culo. Menuda carga me he echado contigo. Un abrigo de brocado y ni una peseta para leche. NARRADOR: (Como un telegrama). La Mari se dirige hacia el norte-stop-Van tras ella los soldados del General-stop-Buscan al pequeño Juanito-stop-¿Serán capaces de encontrarla?... El General y dos soldados trotan a pie por una carretera. GENERAL: Tarugos, nunca llegaréis a nada. Por qué, porque no tenéis cojones. Eso lo huelo. Cuando le di la paliza a la gorda el otro día, tu agarraste al marido, como os había mandado y le disteis patadas en la barriga, pero ¿lo hicisteis con alegría como debe hacerlo un buen recluta o solo por cumplir? Yo os estaba observando tarugos. (Silencio). No creáis que no me he dado cuenta de cómo
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demostráis estar en todo momento en contra de lo que digo. Te prohíbo que cojees. Lo haces solo porque vendí los caballos. ¿Verdad? ¿Me quieres dar a entender que no te gusta caminar? No te servirá de nada, solo te perjudicará. ¡Cantad! (Los soldados empiezan a cantar una canción militar). ¡Más fuerte! NARRADOR: Cuando la Mari, perseguida por los soldados, llegó al paso del ventisquero, arriesgo dos vidas. Mari se dispone a cruzar un puente. En ese mismo extremo hay un comerciante. COMERCIANTE: Tómatelo con calma, no se puede pasar. MARI: ¿Por qué? COMERCIANTE: El puente está podrido, van a repararlo pero habrá que esperar. MARI: Creo que podría intentar pasar al otro lado. (El viento es muy fuerte y trae el sonido de la canción que cantan los soldados). ¿Oye eso? (Mira hacia atrás, comprueba que vienen los soldados). Voy a pasar. COMERCIANTE: Yo no lo haría, sería un suicidio. ¿Quién te persigue? MARI: Los soldados del General. COMERCIANTE: ¡Joder! ¡Haberlo dicho antes! ¿Vienen ya? Tengo que esconder mi mercancía. (Coge una bolsa y la esconde). Están bastante cerca. Pero no puedes pasar el puente con el niño. Es casi seguro que se romperá. Y mira abajo. MARI: Esos hombres me matarán. COMERCIANTE: Arriesga tu vida si te están persiguiendo pero no la del niño. Dámelo, lo esconderé y tú pasarás sola el puente. MARI: Eso no. No podemos separarnos. Juntos o difuntos. Empieza a andar por el puente, parece que se puede partir en cualquier momento. Empieza a cantar. Mari sigue adelante y llega al otro lado. Aparecen el General y los soldados. GENERAL: ¿Habéis visto una mujer con un niño?
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COMERCIANTE: Sí. Allí está. Pero el puente no soportará vuestro peso. GENERAL: Soldado, atraviese el puente. CABO: Señor, este caballero dice que no se puede pasar. El puente parece en mal estado, señor. SOLDADO: La madera está podrida señor. GENERAL: Ella ha pasado, ¿no? Pues entonces ustedes también. ¿Sois maricones? (Los dos soldados miran al vacío, se miran entre ellos y echan a correr).
EN LAS MONTAÑAS DEL NORTE NARRADOR: La Mari anduvo cuatro días más. Mientras, ella pensaba: MARI: Cuando entre en casa de mi hermano, él me levantará y me estrechará entre sus brazos. NARRADOR: Hace tanto tiempo que te espero –dirá-. Esta es mi querida esposa. Y esta es mi granja. MARI: “Con once caballos y treinta vacas. (Suena un cencerro). ¡Pero siéntate! Siéntate con tu niño a nuestra mesa y come”. NARRADOR: Cuando la hermana llegó, estaba enferma de tanto andar. Su hermano se levantó de la mesa. Dos campesinos están sentados a una mesa con la servilleta al cuello, son el hermano de Mari y su mujer. HERMANO: ¡Mari! ¿De dónde vienes? Tienes un niño. Ésta es mi mujer. CUÑADA: Creíamos que estabas de criada en la capital. MARI: (Apenas puede tenerse en pie). Sí, allí estaba. CUÑADA: ¿No era una buena colocación? Nos dijeron que era una buena colocación. MARI: Ha empezado una guerra. HERMANO: Sí, nos hemos enterado.
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CUÑADA: Aquí está todo muy tranquilo. Los de la ciudad siempre tienen que hacer algo. (Se levanta a coger algo de la cocina). HERMANO: (En voz baja). ¿Tiene padre? (Mari niega con la cabeza). Me lo había imaginado. Tendremos que inventar algo. Es muy beata. CUÑADA: (Volviendo). ¿De modo que tienes un niño? MARI: Es mío. (Se derrumba. Su hermano la sostiene). CUÑADA: Jesús, María y José. ¡Tiene alguna enfermedad! HERMANO: (Lleva a Mari a un saco que hay en el suelo). Siéntate, siéntate. Es sólo debilidad. CUÑADA: Con tal de que no sea el tifus. HERMANO: Es la debilidad, tranquilízate. Sentada estás mejor, ¿no? CUÑADA: ¿Es suyo el niño? MARI: Mío. HERMANO: Va a ver a su marido. CUÑADA: Ah. Se te enfría la carne. Y tu marido, ¿dónde está? MARI: Creo que tengo que acostarme. CUÑADA: Si es tuberculosis, la cogeremos todos. ¿Tiene una granja tu marido? MARI: Es soldado. HERMANO: Pero tiene una granja de su padre, una pequeña. CUÑADA: ¿No está en la guerra? MARI: Está en la guerra. HERMANO: ¿Por qué no vas a echar una ojeada a las vacas? (Sale). Enseguida tendrás una cama en la habitación. Ella es muy buena persona, pero sólo después de comer. MARI: (Dándole al niño). ¡Cógelo! (Él lo coge). HERMANO: No podréis quedaros mucho tiempo. Es muy beata, ¿sabes?
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NARRADOR: La hermana estaba demasiado enferma. El hermano cobarde tuvo que alojarla. Pasó el otoño, llegó el invierno. El invierno fue largo. El invierno fue corto. La gente no debía saber nada. La primavera no debía llegar. MARI: (Al niño). Tenemos que ser astutos. Si nos volvemos pequeñitos como cucarachas, mi cuñada se olvidará de que estamos en casa. Y podremos quedarnos hasta que se derrita la nieve. Y no llores por el frío. Ser pobre y tener frío resulta poco simpático. Ríete siempre. (Entra su hermano). HERMANO: ¿Por qué estás ahí sentada, envuelta como un cochero? Quiero hablar contigo Mari. Ya sabes que mi mujer es muy sensible. Basta con que la gente hable de cualquier cosa para que se alarme. Es tan impresionable. Una vez, la Jacinta estaba en la iglesia con un agujero en la media y desde entonces lleva siempre dos pares de medias. (Se oyen gotas de agua, como si el hielo se estuviera derritiendo). Naturalmente, no le he contado lo del niño, tiene el corazón débil. ¿Puedes imaginarte que se preocupa por tu soldado? “¿Y si vuelve y no la encuentra?, dice y se queda despierta, sin poder dormir. ¿Cuándo crees que vendrá él, qué piensas? (Mari guarda silencio). ¿Crees que volverá? (Mari guarda silencio). Cuando llegue la primavera y la nieve se funda aquí y en los senderos del paso, no podrás quedarte, porque entonces los soldados podrían venir a buscarte y… porque la gente está hablando de tu niño. MARI: Sí. HERMANO: Déjame que te diga lo que vamos hacer. Necesitas una colocación y como tienes un niño tienes que tener un marido. Por eso me he informado con precaución sobre cómo podríamos conseguir un marido para ti. Y Mari, he encontrado uno. MARI: Pero es que yo no puedo casarme con nadie, tengo que esperar a Miguel. HERMANO: Desde luego. Todo está pensado. No necesitas un hombre en tu cama sino un hombre sobre el papel. Y he encontrado uno así. Me he puesto en contacto con una campesina que tiene un hijo que se está muriendo. ¿No es magnífico? Está dando las boqueadas. Además viven al otro lado de las montañas. Cuando tú llegues, él exhalará su último suspiro y serás viuda. ¿Qué te parece? MARI: Podría necesitar un papel con sellos para Juanito. HERMANO: Un sello lo es todo. Y tendrás un refugio.
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MARI: ¿Y por qué hace eso la campesina? HERMANO: Por quinientas pesetas. MARI: ¿Y de dónde las has sacado? HERMANO: (Sufriendo). Es el dinero de la leche. MARI: Allí no nos conocerá nadie… Lo haré. HERMANO: Se lo haré saber enseguida a la campesina. (Sale). MARI: (Al niño). Me causas muchos problemas. Hubiera sido mejor dejarte aquel domingo de Pascua. Ahora soy yo la que está haciendo el tonto. NARRADOR: El novio estaba en su lecho de muerte cuando la novia llegó. La madre del novio esperaba ante la puerta. Una habitación con un cama. Detrás del mosquitero yace rígido un hombre muy enfermo. SUEGRA: Deprisa, deprisa, que si no va a estirar la pata antes del casamiento. (Al hermano). De que ella tuviera un niño no habíamos hablado. HERMANO: ¿Qué importa eso? En su estado, le da lo mismo. SUEGRA: ¡A él sí! Pero a mi no, es una vergüenza. Somos gente honrada. Mi hijo no necesita casarse con una que ya tiene un hijo. HERMANO: Está bien, añadiré doscientas pesetas. Pero ella podrá vivir aquí dos años. SUEGRA: Serán apenas los gastos del entierro. Espero que ella me eche realmente una mano. ¿Y dónde está el fraile? Se debe haber escapado por la ventana, estará en la taberna. Iré a buscarlo. (Señalando al enfermo). No debe ver al niño. HERMANO: Se ha ahorrado el cura, la muy miserable, y ha encontrado a un monje barato. MARI: Si llega Miguel, mándamelo aquí. HERMANO: Sí. ¿No quieres verlo? No se mueve en absoluto. Ojala que no hayamos llegado tarde. Llegan dos vecinos, se colocan contra la pared. Empiezan a murmurar oraciones. Entra la suegra con el fraile.
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SUEGRA: (Mira a su alrededor con sorpresa. Al fraile). Sabía que lo contarías por todas partes. Muchas gracias por venir. La novia de mi hijo acaba de llegar de la ciudad. Se va a celebrar una boda, no un funeral. Yo y el hermano de la novia seremos los padrinos. Mari hace una reverencia al fraile. La suegra descorre la mosquitera. El fraile empieza a recitar en latín. FRAILE: ¿Estás dispuesta a ser para tu marido una esposa fiel, obediente y buena, y a permanecer con él hasta que la muerte os separe? MARI: Sí. FRAILE: ¿Y estás dispuesto a ser para tu esposa un esposo bueno y solícito, hasta que la muerte os separe? (Como el moribundo no responde, el fraile repite la pregunta y mira a su alrededor). ¿Estás dispuesto a ser para tu esposa un esposo… SUEGRA: (Se acerca al enfermo). Naturalmente que lo está. (Mueve la cabeza del enfermo con disimulo). ¿No has oído que ha dicho que sí? FRAILE: Está bien, declaramos celebrado el matrimonio. Y ahora ¿qué pasa con la extremaunción? SUEGRA: De eso nada. El casamiento ha costado ya bastante. Ahora tendré que ocuparme de los invitados al duelo. Habíamos quedado en setecientas. (El hermano deja al niño con Mari y le paga). HERMANO: Que te vaya bien Mari, y que sepas que cuando mi hermana viuda venga a visitarme será bienvenida por mi mujer. (Se va). La suegra deja al niño en el suelo y presenta a Mari a los invitados. Todos empiezan a comer. SUEGRA: Esta es mi nuera. Acaba de encontrar al pobre todavía con vida. ALDEANA: Lleva ya una año en cama, eso es terrible para una granja. El maíz maduro y el amo en el… Yo creía que se había metido en la cama para no ir a la guerra. Ya me entiende. ¡Y ahora está en las últimas! ALDEANO: (El fraile le pasa una botella que ha sacado del hábito). ¿Eso de ahí es un crío verdad? ¿Cómo puede haberle pasado eso al Toñin?
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SUEGRA: Yo no veo ningún niño. FRAILE: ¡Queridos invitados a la boda… y al entierro! Estamos emocionados ante un lecho fúnebre y un lecho nupcial, porque la mujer va a tomar el velo y el hombre el suelo. Porque en el lecho nupcial yace una última voluntad y eso enciende la sensualidad. ¡Qué distintos, amados hermanos, son los destinos de los hombres! Uno muere para tener un techo sobre su cabeza y otro se casa para que su carne se convierta en el polvo de que está echa, amén. El moribundo abre los ojos, empieza a moverse pero nadie se da cuenta. SUEGRA: (Señalando una trompeta que tiene el aldeano). ¿Qué haces con eso? ALDEANO: Aquí el fraile me dijo que había una boda. SUEGRA: ¿No sabes que aquí hay un moribundo? FRAILE: Es un trabajo atractivo para un artista. Podría ser un canción alegre con sordina o una marcha fúnebre con brío. SUEGRA: Como toques esa trompeta te la comes. ALDEANA: ¿Habéis oído que el General está apunto de ganar la guerra? FRAILE: Dios salve al generalísimo. (Hace un gesto de burla). ALDEANO: Dicen que los monárquicos quieren volver. FRAILE: Esos no tienen lo que hay que tener, se quedarán en sus palacios esperando otro momento. ALDEANA: Sea como sea, la guerra va terminar. (A Mari se le cae una bandeja). ¿Estás bien? Siéntate cariño. ALDEANO: Ahora todo será como antes. FRAILE: Peor. Aumentarán los impuestos para pagar la guerra. MARI: ¿Y los soldados? ¿Han vuelto? ALDEANA: Algunos sí. (Mari se arrodilla a recoger la bandeja, saca el anillo que le dio Miguel y lo besa. El enfermo se ha ido levantando sin que nadie se de cuenta). SUEGRA: Tomad más pasteles, no os cortéis, hay más.
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MARIDO: ¿Cuántos pasteles vas a meterles por el gaznate? ¿Te crees que tengo un ganso que caga monedas de oro? (Todos le miran espantados). No me mires con esos ojos. ¿Dónde esta la mujer que me has encajado como esposa? (No recibe respuesta. Camina tambaleándose, Mari todavía está de rodillas.) Un banquete de velatorio, eso es lo que os gustaría. Fuera, antes de que os eche a estacazos. (Los invitados salen fuera de la casa. A Mari). Con esto no contabas, ¿no? NARRADOR: (Como un repartidor de periódicos anunciando las últimas noticias). ¡Confusión! ¡Confusión! ¡Una esposa se entera que tiene marido! De día está el niño. El marido de noche. Y el prometido está en camino de noche y de día. Los dos esposos se observan. La habitación es muy pequeña. El marido está de espaldas, desnudo en una pila de madera y la suegra le está bañando. Mari da de comer al niño. MARIDO: ¡Este trabajo es suyo, no tuyo! ¡Frótame la espalda! MARI: ¿No puede frotársela solo el amo? MARIDO: ¡Coge ese cepillo maldita sea! (Mari lo coge). Y no te pongas así, que no es la primera vez que ves a un hombre desnudo. Tu niño no habrá caído del cielo. MARI: Ese niño no es fruto del placer, si eso es lo que quiere decir el amo. MARIDO: Pues si que me has encajado un bicho raro, esto es un pavipollo y no una mujer. SUEGRA: Le falta buena voluntad. MARIDO: Mucho me extrañaría que no te hubiera pasado algo en la ciudad; si no, ¿por qué estás aquí? ¿De dónde ha salido ese bastardo que has metido en mi casa? Dios te ha dado un sexo y ¿qué haces tú? Una mujer tendría que escardar el campo y abrirse de piernas. ¿Me oyes? MARI: Sí. NARRADOR: Una mañana, como antes de la guerra, la Mari bajó al río. Allí estaba, lavando la ropa, junto con su niño.
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Junto a un río está Mari agachada, lavando la ropa. Juanito está a su lado. Miguel aparece de uniforme al otro lado del río. MARI: ¡Miguel! ¡Estas vivo! MIGUEL: Han encontrado peces mayores y por eso no me han comido, dijo el bacalao. ¿Cómo están las cosas aquí? ¿Qué tal fue el invierno? MARI: Fue duro. MIGUEL: ¿Sigues metiendo los pies en el agua cuando lavas la ropa? MARI: No, por culpa de los que miran en los matorrales. Miguel, no puedo volver a la ciudad. MIGUEL: Tendrás tus buenas razones. MARI: Las tengo. (Mari mira al niño). MIGUEL: Tienes un niño. (Silencio). Y si tienes un niño tendrás un marido ¿no?. MARI: Sí, pero déjame que te explique. No ha pasado nada entre nosotros, todo sigue igual, tienes que creerme. MIGUEL: ¿Cómo es que no ha pasado nada entre nosotros y sin embargo, todo es distinto? MARI: No te lo puedo explicar tan deprisa. ¿No puedes venir por el puente? MIGUEL: Tal vez ya no haga falta. MARI: Hace mucha falta. ¡Ven aquí, Miguel, deprisa! MIGUEL: Me parece que he llegado demasiado tarde. MARI: El niño no es mío. MIGUEL: Dicen que cuando el viento empieza a soplar sopla por todas las grietas. Será mejor que no digas nada más. Devuélveme el anillo que te di. O mejor tíralo al río. MARI: Miguel, no te vayas. NARRADOR: Tantas palabras se dicen, tantas palabras se callan. El soldado ha vuelto. De dónde no lo dice. Por qué, no se dijo. Oíd lo que ella pensó sin decirlo:
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MARI: Cuando tú luchabas en el combate, soldado, Encontré a un niño, un niño indefenso, que no tuve corazón para abandonar. Aparece el Cabo. Se dirige a Mari. CABO: ¿Eres tú la Mari? (Dice que sí con la cabeza). ¿Es tuyo este niño? MARI: Sí. CABO: Tengo orden judicial de llevar a la ciudad este niño, porque se sospecha que sea Juan Alfonso Silvestre, hijo del Rey. Aquí está el documento con los sellos. (Se lleva al niño). MARI: (Detrás del cabo). ¡Dejadlo, por favor, es mío! NARRADOR: El soldado se lleva al niño. La Mari los sigue a la ciudad. La madre real reclama al niño. La madre adoptiva comparece en juicio. ¿A quién se adjudicará el niño? ¿Quién será el juez: uno bueno o uno malo? En el tribunal se sentaba Azdak.
LA HISTORIA DEL JUEZ NARRADOR: Pero antes del juicio oíd la historia del juez, cómo dicto fallos. Qué clase de juez era. Azdak pelando una manzana mientras el alguacil, busca un lugar para colocar su butaca. Después de colocarla coge una escoba y empieza a barrer. A un lado una inválida en silla de ruedas, el médico acusado y una coja vestida con harapos. Al otro lado un hombre acusado de chantaje. AZDAK: Déjala ahí. (Se sienta). Habida cuenta de los muchos casos, el tribunal juzgará hoy dos asuntos al mismo tiempo. Antes de empezar, un pequeño anuncio: ¡Recibo! (Alarga la mano. Sólo el chantajista saca dinero y le da). Me reservo el derecho a sancionar a una de las partes aquí presentes (mira a la inválida) por desacato al tribunal. (Al médico). Tú eres médico, y tú (a la inválida) te has querellado contra él. ¿Tiene la culpa el médico de tú estado? INVÁLIDA: Sí señor. Me dio un ataque por su culpa. AZDAK: Eso sería negligencia profesional.
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INVÁLIDA: Más que negligencia. Le presté dinero a ese hombre para sus estudios. Nunca me ha devuelto nada y cuando supe que atendía a sus pacientes gratuitamente, me dio un ataque. AZDAK: Con razón. (A la coja). ¿Y tú qué haces aquí? COJA: Soy la paciente señoría. AZDAK: ¿Te curó la pierna? COJA: No la que era. Tenía reuma en la izquierda, pero me operó la derecha y por eso cojeo ahora. AZDAK: ¿Y eso fue gratis? INVÁLIDA: ¡Una operación de quinientas pesetas gratis! Por nada. Por un “Dios se lo pague”. ¡Y yo le pagué los estudios a ese hombre! (Al médico). ¿Te enseñaron en la facultad a operar por nada? MÉDICO: Señoría, de hecho cobro antes de la operación, porque el paciente antes de ella, paga con más ganas que después. En el presente caso, cuando me puse a operar, creía que mi ayudante había recibido ya los honorarios. En eso me equivoqué. INVÁLIDA: ¡Se equivocó! Hay que preguntar antes de operar. AZDAK: Eso es verdad. (Al alguacil). ¿Y de qué se trata en el otro caso? ALGUACIL: Chantaje. CHANTAJISTA: Alto Tribunal, soy inocente. Sólo quise saber del terrateniente en cuestión si realmente había violado a su sobrina. Él me explicó muy amablemente que no, y me dio el dinero sólo para que mi tío pudiera estudiar música. AZDAK: ¡Aja! (Al médico). Tú en cambio, doctor, no puedes alegar ninguna circunstancia atenuante en tu descargo, ¿eh? MÉDICO: Todo lo más que errar es humano. AZDAK: ¿Y tú sabes que un buen médico tiene que tener conciencia de su responsabilidad cuando se trata de asuntos de dinero? He oído hablar de un médico que sacó por un dedo dislocado mil pesetas, porque descubrió que tenía algo que ver con la circulación, y en otra ocasión, mediante un tratamiento cuidadoso, convirtió una vesícula biliar corriente en una mina de oro. No tienes disculpa doctor. ¿Cómo se llama ese terrateniente?
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ALGUACIL: No desea ser nombrado. AZDAK: Dictaré sentencia. El Tribunal considera probado el chantaje y a ti (a la inválida) se te condena a pagar quinientas pesetas por los gastos del juicio. El médico te devolverá lo prestado y si tienes otro ataque tendrá que tratarte y, en su caso, amputarte gratis lo que sea. (A la coja). Tú recibirás como indemnización una botella de aguardiente. (Al chantajista). Tú tendrás que pagar la mitad de tus honorarios al fiscal, para que el Tribunal calle el nombre del terrateniente, y además se te aconseja que estudies medicina porque tienes cualidades para esa profesión. ¡Los siguientes casos! NARRADOR: Lo sensato no es barato y lo caro no es descaro. Derecho es dar gato por liebre. Aparecen un Posadero y su criado. AZDAK: ¿De qué se trata? ALGUACIL: De su nuera. POSADERO: Señoría se trata del honor familiar. Presento una querella en nombre de mi hijo, que está por negocios al otro lado de las montañas, contra nuestro criado. Ésta de aquí es mi infortunada nuera. Entra la nuera, una mujer exuberante. AZDAK: Recibo. (El posadero suspirando le da dinero). Bueno, con esto, se han cumplido las formalidades. ¿Se trata de una violación? POSADERO: Señoría, sorprendí a éste en el establo, en el momento en que nuestra Virginia estaba ya echada en la paja. Saqué una fotografía. (Se la da). AZDAK: (Mirando la foto). Muy bien, en el establo. Magníficos caballos. Este me gusta especialmente. POSADERO: Naturalmente, poniéndome en el lugar de mi hijo, interrogué inmediatamente a Virginia. AZDAK: (Serio). Decía que me ha gustado el caballo. POSADERO: (Frío). ¿De verás?... Virginia me confesó que el criado se había acostado con ella en contra de su voluntad. AZDAK: Virginia, al Tribunal le gustas. Cuenta cómo ocurrió.
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VIRGINIA: Cuando entré al establo para ver al nuevo potrillo, él me dijo inesperadamente: “Qué calor hace hoy” y me puso la mano en el pecho izquierdo. Yo le dije: “No haga eso”, pero él siguió tocándome indecentemente. Antes de que pudiera adivinar su intención pecaminosa, se me acerco demasiado. Ya había ocurrido todo cuando mi suegro entró y, por error, comenzó a darme patadas. POSADERO: Poniéndome en el lugar de mi hijo. AZDAK: ¿Reconoces que empezaste tú? CRIADO: Ella también puso de su parte señor. (Virginia y el criado se miran). AZDAK: Virginia , ¿te gustan los dulces? VIRGINIA: Sí, y las semillas de girasol. AZDAK: ¿Te gusta estar mucho rato sentada en la tina del baño? VIRGINIA: Media hora o cosa así. AZDAK: Señor fiscal, deja tu escoba ahí en el suelo. (El alguacil lo hace). Virginia, vete ahí y coge la escoba, por favor. (Virginia lo hace). Queda descubierta la parte culpable. La violación ha sido demostrada. Por comer demasiado, especialmente dulces, por estar mucho tiempo en agua tibia y una piel demasiado suave, has violado a este pobre hombre. Se trata de un ataque premeditado con arma peligrosa. Se te condena a entregar al Tribunal el caballo que suele montar tu suegro poniéndose en el lugar de su hijo y a ir esta tarde conmigo al establo, a fin de que el Tribunal pueda inspeccionar el lugar de los hechos. (Se acerca a Virginia y le susurra algo al oído. Salen todos excepto Azdak y el alguacil). Tiene la palabra el señor fiscal. ALGUACIL: Ahora se trata de una vaca, señor juez. (Entran dos grandes propietarios. El alguacil les sirve vino. Entra también una vieja campesina). La acusada tiene desde hace cinco semanas en su establo una vaca que pertenece al señor Pérez. Fue descubierta también en posesión de un jamón robado, y al señor Ortiz de Zarate le mataron algunas vacas cuando exigió el pago del arrendamiento de un campo. SEÑORES PÉREZ Y ORTIZ DE ZARATE: Se trata de mi vaca, señoría. Se trata de mi campo, señoría. Y de mi jamón. AZDAK: Madrecita, ¿qué tienes que decir a eso?
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VIEJA: Señoría, hace cinco semanas llamaron de noche a mi puerta, hacia la madrugada y fuera había un hombre con barba y una vaca y me dijo: “Querida mujer, soy el milagroso San Banditus y como tu hijo cayó en la guerra, te traigo esta vaca como recuerdo. Cuídala bien”. SEÑORES PÉREZ Y ORTIZ DE ZARATE: ¡Un bandido, señoría! ¡Su cuñado, Luis Candelas! ¡Un ladrón de ganado! ¡Habría que cortarle la cabeza! AZDAK: ¡Silencio!. Sigue contando, madrecita. VIEJA: Señoría, la primera noche no sabía aun que San Banditus podía hacer milagros, fue sólo la vaca. Pero, unos días más tarde, llegaron por la noche los criados del señor Pérez y quisieron llevarse la vaca. Entonces se dieron la vuelta ante mi puerta y regresaron sin la vaca, y en la cabeza les salieron chichones como puños. Así supe que San Banditus les había tocado el corazón, convirtiéndolos en personas amables. SEÑOR PÉREZ: Yo sé qué fue lo que les tocó. AZDAK: Está bien. Nos lo dirá más tarde. ¡Sigue! VIEJA: Señoría, el siguiente que se convirtió en buena persona fue el señor Ortiz, un diablo como todo el mundo sabe. Pero san Banditus hizo que me perdonase el arrendamiento del pequeño campo. SEÑOR ORTIZ DE ZARATE: Porque me mataron mis vacas en el campo a cuchilladas. VIEJA: (A una señal de Azdak). Y luego, una mañana entró el jamón por la ventana. Me dio en los riñones y todavía cojeo, vea, señoría. (Da unos pasos). Y yo os pregunto, señoría: ¿cuándo ha ocurrido que una pobre vieja reciba un jamón, si no es por un milagro? AZDAK: (Levantándose de su silla). Madrecita, esa pregunta ha llegado al corazón de este tribunal. Ten la bondad de sentarte. (La vieja se sienta titubeando en la silla del juez. Azdak se sienta en el suelo con su vaso de vino). La expoliada, cuyos hijos están en la guerra. La tratada a puñetazos, la esperanzada. La que llora cuando le dan una vaca. La que se extraña cuando no la golpean. (Gritándoles a los dos señores). ¡Confesad que no creéis en milagros, impíos! Se os condena a cada uno a mil pesetas de multa, por impiedad. ¡Fuera! (Los señores se van de mala gana. Azdak despide cariñosamente a la campesina).
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NARRADOR: (Suenan tambores). Impartía la justicia como cosa alimenticia. Y llevaba hasta su orilla a la gente más sencilla. Y los pobres y humillados comprendían encantados que podían sobornar por nada al juez Azdak. Pero los tiempos del desorden, del caos terminaron. Los militares se hicieron con el poder, la guerra acabó y el viejo General dio paso a uno nuevo. (Varios personajes, incluido el narrador, desfilan como en una marcha militar, el General se convierte en el Generalísimo. La Reina está presente, se dan la mano). GENERALÍSIMO: Lo que vendrá será amargo y difícil pero no será inútil. NARRADOR: Y regresó la reina, hubo un proceso. Muchos hombres escaparon, otros desaparecieron y tuvo miedo Azdak. AZDAK: (Al alguacil). Los días de tu servidumbre están contados, quizás incluso los minutos. Tráeme ese libro gordo en el que me siento siempre. (El alguacil trae de la silla del juez el libro, que Azdak abre). Éste es el código, y yo lo he utilizado siempre, de eso eres testigo. ALGUACIL: Sí, para sentarte encima. AZDAK: Lo mejor será que consulte ahora lo que me pueden hacer. El haber hecho la vista gorda con los que no tienen nada me costará caro. Me lo reprocharán por borracho. He mirado los bolsillos de los ricos y eso es falso testimonio. ALGUACIL: Alguien llega. AZDAK: Se acabó. Pero no le daré a nadie el gusto de mostrar grandeza de alma. Te pido piedad de rodillas, no te vayas ahora, se me cae la baba. Me da miedo morir. Entran la reina y su ayudante. REINA: ¿Qué clase de individuo es éste? AZDAK: Uno complaciente, uno que está a vuestro servicio. AYUDANTE: La Reina acaba de regresar y busca a su hijo Juan. Ha tenido noticias de que fue llevado a las montañas del norte por una antigua sirvienta. AZDAK: Lo encontraremos, a vuestras órdenes. REINA: Al parecer, esa mujer dice que es su hijo.
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AZDAK: Se le cortará la cabeza. AYUDANTE: Eso es todo.
EL CIRCULO DE TIZA NARRADOR: Ahora si, oíd la historia del proceso del hijo del Rey, con la determinación de la madre verdadera mediante la famosa prueba del circulo de tiza. Van entrando todos: la reina, la ayudante y su abogado. Azdak, el alguacil con el niño en brazos y por último Miguel y Mari. REINA: ¡Va andrajoso! MARI: No es cierto. No me han dado tiempo para ponerle su camisa buena. REINA: ¡Estaba en una pocilga! MARI: (Apunto de pegarse). No soy una cerda, pero hay otras que si lo son. REINA: ¡Te voy a dar lo que te mereces, puta! ABOGADO: (Les separan). Señoría, los nervios de la demandante… MIGUEL: (La lleva aparte). Has tenido suerte, porque no es un verdadero juez, es Azdak. Un borracho y lo confunde todo. MARI: Hoy necesito tener suerte. MIGUEL: ¿Nunca pensaste en lo que ocurriría si ella regresaba? MARI: Pensé que ella no volvería. MIGUEL: Y una falda prestada también abriga, ¿no? Estoy dispuesto a jurar que soy el padre. MARI: Esta bien Miguel. AZDAK: (Al alguacil). Tráeme tinto del dulce. (Coloca el código de nuevo en el asiento). Esto para mis nalgas. ¡Recibo! (El abogado cambia impresiones con la reina. Hay un cuchicheo, muestran una sonrisa de alivio y se acerca al juez). ABOGADO: Un asunto totalmente ridículo, señoría. La parte contraria secuestró al niño y se niega a devolverlo.
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AZDAK: (Mirando a Mari). Una persona muy atractiva. (Recibe más). Declaro abierto el juicio y exijo la verdad más estricta. (A Mari). Especialmente de ti. ABOGADO: ¡Alto Tribunal! Los lazos de sangre son los más fuertes. Madre e hijo, ¿existe alguna relación más íntima? ¿Se puede arrebatar un hijo a su madre? La naturaleza misma… AZDAK: ¿Qué puedes responder a eso y a todo lo que el señor abogado va a decir aún? MARI: Que el niño es mío. AZDAK: Eso es todo. Espero que puedas probarlo. ¿Por qué crees que debo darte el niño? MARI: Yo lo crié a ciencia y a conciencia, y siempre encontré algo de comer para él. La mayor parte del tiempo ha tenido un techo sobre su cabeza y nunca he tenido en cuenta mi propia comodidad. ABOGADO: Señoría, resulta significativo que esa mujer no haga valer ningún vínculo de sangre entre ella y el niño. AZDAK: El tribunal toma nota de ello. ABOGADO: Gracias señoría. Permitid que una madre agobiada, que perdió ya a su esposo y que ahora teme también perder a su hijo, os dirija unas palabras. Señora… REINA: Señor, un destino sumamente cruel me obliga a pediros que me devolváis a mi hijo. No soy yo quien debe describiros los tormentos del alma de una madre despojada, los miedos, las noches de insomnio. (Se echa a llorar). AYUDANTE: Es inaudito cómo se trata a esta mujer. Se le prohíbe la entrada en el palacio de su marido, se le niegan las rentas de sus bienes, se le dice fríamente que depende del heredero. (El abogado le hace gestos para que se calle). ABOGADO: Ante todo, señoría, está la tragedia humana de una madre. ¡Ese niño es el hijo adorado de mi clienta! AZDAK: El Tribunal considera la mención de los bienes como prueba de humanidad. ABOGADO: En cualquier caso podemos demostrar que la mujer que se apropió del niño no es su madre. Expondré los hechos. Por una desgraciada serie de circunstancias Juanito quedó atrás cuando su
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madre huyó. La llamada Mari, fregona del palacio, fue vista cuando se llevaba al niño. MARI: La señora sólo pensaba en qué vestidos llevarse. ABOGADO: Aproximadamente unos meses después, la Mari apareció en un pueblo de montaña y contrajo matrimonio con un… AZDAK: ¿Cómo llegaste a ese pueblo de montaña? MARI: A pie, señoría y el niño es mío. MIGUEL: Yo soy el padre, señoría. ABOGADO: Ese hombre es el prometido de ella y por ello su declaración no tiene crédito. AZDAK: ¿Eres tú quién se casó con ella en el pueblo? MIGUEL: No, señoría, ella se casó con un campesino. AZDAK: ¿Por qué? (A Mari). ¿No vale nada en la cama? Di la verdad. MARI: Me casé por el niño. Para que tuviera un techo sobre su cabeza. Él estaba en la guerra. AZDAK: ¿Y ese niño, según dices, procede de la prostitución? (Mari no responde). Te estoy haciendo una pregunta: ¿qué clase de niño es? ¿Un andrajoso bastardo de la calle o un niño fino, de familia real? MARI: Un niño corriente. AZDAK: Quiero decir, ¿mostró pronto algún rasgo de refinamiento? MARI: Mostró una nariz en medio de la cara. AZDAK: Eso lo considero como una respuesta importante. Se dice de mí, que antes de dictar un fallo, salgo a oler un ramo de rosas. Son recursos que hoy resultan necesarios. Ahora voy a abreviar para no oír más mentiras. MARI: Ya lo creo que vais a abreviar después de lo que habéis recibido. AZDAK: Cierra el pico, ¿acaso he recibido algo de ti? MARI: Porque no tengo nada.
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AZDAK: Exacto. De los muertos de hambre no recibo nada porque sino me moriría de hambre. Queréis justicia pero, ¿estáis dispuestos a pagarla? MIGUEL: “Cuando vinieron a herrar el caballo, alargó la pata el tábano”. AZDAK: “Vale más un tesoro en la letrina que una piedra en el manantial”. MIGUEL: “Hermoso día, ¿vamos a pescar? Le dijo el pescador al gusano. AZDAK: “Soy mi propio dueño, dijo el criado cortándose una pierna”. MIGUEL: “Un cuesco no tiene nariz”. AZDAK: Diez pesetas de multa por utilizar un lenguaje indecente ante el Tribunal, para que aprendas lo que es justicia. MARI: Tu sabes de justicia lo mismo que yo. AZDAK: En eso tienes algo de razón. Soy un hombre ignorante, ni siquiera llevo calzoncillos largos debajo de la toga, mira. Por lo demás te multo con diez pesetas por insulto al Tribunal. MARI: Aunque sean veinte, te voy a decir lo que pienso de tu justicia, cebollón borracho. ¿No te da vergüenza verme temblando ante ti? Tú te has convertido en su criado, para que no les quiten las casas que robaron. (Azdak se levanta. Está radiante). Tú vigilas, porque de otro modo no podrían arrastrar a nuestros hombres a la guerra, eres un vendido. No siento el menor respeto por ti. AZDAK: Ahora son veinte pesetas, y no voy a pelearme más contigo, ¿adónde iría a parar mi dignidad de juez? (Le hace señas a Mari para que se acerque). He visto que te interesa la justicia. No creo que el niño sea tuyo pero, aunque fuera tuyo, ¿no querrías que fuera rico? Sólo tendrías que decir que no es tuyo. E inmediatamente tendría un palacio y muchos caballos en sus establos y muchos mendigos a su puerta y muchos soldados a su servicio. ¿Qué me respondes? ¿No quieres que sea rico? MARI: No lo entregaré, yo fui quien lo crió, me conoce a mí. Y no quiero que se quede con esa cerda. AZDAK: El Tribunal ha escuchado vuestro caso sin conseguir determinar con claridad quién es la madre de este niño. Así que haré
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una prueba. (Al alguacil). Coge un trozo de tiza. Traza un círculo en el suelo. (El alguacil traza el círculo). ¡Pon dentro al niño! (El alguacil coloca al niño dentro del círculo). ¡Demandante y demandada, colocaos junto al círculo, las dos! Cada una cogerá al niño de una mano. La verdadera madre tendrá fuerzas para sacarlo del círculo por su lado. ABOGADO: Alto Tribunal, me opongo a que el destino de los grandes bienes de la monarquía, dependa de un duelo tan dudoso. Además mi demandante no tiene las mismas fuerzas que esa mujer, acostumbrada a los trabajos físicos. AZDAK: A mi me parece bien alimentada. ¡Tirad! La reina saca al niño del círculo por su lado. Mari lo ha soltado. ABOGADO: ¿Qué había dicho yo? ¡Los lazos de sangre! AZDAK: ¿Qué te ha pasado? No has tirado. MARI: No lo he sujetado bien. Señoría, retiro lo que he dicho contra usted, le pido perdón. AZDAK: ¡No trates de influir en el Tribunal! Está bien, haré la prueba otra vez para que sea definitiva. ¡Y ni una protesta! (Las dos mujeres se colocan de nuevo). ¡Tirad! Mari suelta otra vez al niño. MARI: Yo lo crié. ¿Cómo voy a despedazarlo? ¡No puedo! AZDAK: Y con ello el Tribunal ha comprobado quién es la verdadera madre. (A Mari). Coge tu niño y llévatelo. Te aconsejo que no te quedes en la ciudad con él. (A la mujer del Rey). Y tú, desaparece antes de que te condene por estafa. Los bienes se adjudican a la ciudad para hacer con ellos un jardín de infancia, que buena falta hace, y ordeno que lleve el nombre de “El jardín de Azdak”. (La reina se desmaya y es transportada por el abogado y el ayudante. Mari sigue sin moverse. El alguacil le lleva el niño). Voy a dejar la toga de juez que me da demasiado calor. No quiero hacerme el héroe. Pero ahora os invito a un pequeño baile, ahí, a la salida, como despedida. (Empieza a sonar algo de música. A Mari y Miguel). Y vosotros me debéis treinta pesetas entre los dos. MIGUEL: (Saca su cartera). Eso es barato, señoría. Y muchísimas gracias.
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AZDAK: Las voy a necesitar. MARI: Lo mejor será que esta noche salgamos ya de la ciudad, ¿eh, Juan? (A Miguel). ¿Te gusta? MIGUEL: Me gusta. MARI: Miguel, vamos a bailar. Empiezan a bailar. Van apareciendo parejas de baile. NARRADOR: Y después de aquella noche Azdak desapareció y no se le vio más. Pero el pueblo no lo olvidó y siguió recordando mucho tiempo su época de juez, casi como una breve edad de oro de la justicia. Y vosotros que habéis oído la historia del círculo de tiza tened en cuenta esto: las cosas deben pertenecer a quien pueda cuidarlas, o sea, los niños a las mujeres maternales, para que se críen bien, y los valles a quienes los rieguen, para que sean fértiles y produzcan frutos.
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