LA CATEDRAL DE BURGOS

Paula Segovia Benito LA CATEDRAL DE BURGOS La catedral de Burgos, posee un estilo arquitectónico Gótico. Su construcción fue realizada entre los año
Author:  Rosa Paz Navarro

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Paula Segovia Benito

LA CATEDRAL DE BURGOS

La catedral de Burgos, posee un estilo arquitectónico Gótico. Su construcción fue realizada entre los años 1221 y 1280 y sus posteriores reformas de los siglos XIV, XV, y XVI. Fue catalogada como Bien de interés cultural en 1885 y nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1984. Está situada en la plaza de Santa María en la ciudad de Burgos.

Es la primera catedral gótica que se levanta en Castilla siguiendo los modelos franceses del siglo XIII. Tanto su arquitectura, como la escultura y la decoración, pertenecen por entero al gran monumento europeo de las catedrales que tienen en Francia su referente principal. No obstante, los acentos más conocidos del edificio, pertenecen a maestros alemanes del siglo XV, a quienes se deben las célebres agujas de las torres, y el cimborrio sobre el crucero, rehecho luego en el siglo XVI. En nuestro país, el primer monarca preocupado por la conservación de todos los bienes culturales, sobretodo, artísticos y arquitectónicos, fue Alfonso X el

Sabio, que reinó durante el siglo XIII, y dedicó gran parte de su vida a redactar normas recogidas en las célebres ``Partidas´´. En su Fuero Real, se preocupa por el estado de los bienes de la más rica de las instituciones de nuestro país, La Iglesia católica, prohibien a los obispos y abades, vender cualquier objeto de sus iglesias. Su obsesión por la salvaguarda y el buen uso de los bienes que hoy llamamos culturales, llegó al punto de prohibir enterrar a los personajes nobles, junto con sus objetos de valor. El nacimiento de la Catedral de Burgos, coincide en el tiempo con el despertar político, y comercial de la ciudad como cabeza de Castilla en el siglo XIII. Sin embargo, con anterioridad a la formidable catedral que hoy vemos, hubo otra catedral, la primera que tubo Burgos como sede diocesana. La invasión musulmana, borró antiguas circunscripciones eclesiásticas, hasta que reconquistadas estas tierras, y después de un tiempo de accidental y cambiante residencia de los obispos en Sasamón, Valpuesta, y Muño, los prelados se llamarán obispos de Burgos. Faltaba aún, que el monarca Sancho II de Castilla en 1068 restaurase la antigua sede, dotándola de bienes, posesiones y privilegio, y que en 1075 Alfonso VI cediera parte de su palacio en la ciudad, para poder construir una catedral. Esta última decisión, necesitaba de un referendo papal el cual llegó en el año 1095 con la bula de Urbano II y posteriores cartas en las que se fijaban los límites de la nueva diócesis. Sin embargo como siempre había sucedido con la creación de nuevas diócesis, las metropolitanas solían protestar por que la nueva provincia eclesiástica suponía merma del propio territorio, como en este caso denunciaban los arzobispados de Toledo y Tarragona. En vista de ello, el mismo Urbano II declaró, en 1096, exenta a la diócesis de Burgos, haciéndola depender directamente de la Santa Sede. Esta situación se mantuvo así hasta 1574, cuando a instancias de Felipe II es erigida por Gregorio XIII en sede metropolitana. Aquella catedral románica burgalesa, si es cierto que se construyó en tan breve tiempo como se quiere ver, esto es, unos veinticinco años, entre 1075 y 1100, no pudo ser un templo relevante al modo Compostelano, sino una iglesia más bien modesta cuya cortedad se puso de manifiesto en la solemne celebración

de las bodas reales entre Fernando III el Santo y Doña Beatriz de Suabia, el 30 de noviembre de 1219. Es muy significativo que el obispo don Mauricio, el cual oficio la ceremonia, y Fernando III pusieran la primera piedra de la catedral gótica dos años más tarde, el 20 de julio de 1221. Se ha dicho siempre que el obispo Don Mauricio, debió ver la nueva arquitectura gótica en su viaje hasta tierras alemanas. No obstante, también es cierto que había estudiado Derecho en París, así que no sería la primera vez en que se encontrara con el despertar de las nuevas catedrales. Sus conocimientos jurídicos y su elección como Obispo de Burgos, le llevaron a participar en el IV Concilio de Letrán, dibujándose así una personalidad en contacto con el mundo exterior. Todos estos antecedentes, explican la iniciativa, el poder, y la influencia de este prelado, que habiendo puesto la primera piedra de la catedral en 1221, dejaba a su muerte en 1238, la obra tan avanzada que pudo ser enterrado en medio del coro, entendido ahora este como la capilla mayor que lo albergó, al igual que el altar. La catedral de Don Mauricio representó entre nosotros la primera gran fábrica gótica que se levantaba en la península, cuyas novedades no se ceñían solo a los aspectos estilísticos y constructivos, sino que espacialmente la catedral ofrecía una imagen renovada de la arquitectura. Es en otras palabras la primera catedral gótica del ámbito español, y la más meridional de Europa en este momento.

La catedral burgalesa nace aquí, cuando en la propia Francia se están levantando los grandes modelos, mientras aquí Don Mauricio coloca la primera piedra, en Chartres se comienza colocar la sillería en el coro, en Reims se pone en servicio la girola y su capillas, y Amiens solo lleva un año en obras. Así la catedral de Burgos no solo es la primera de la península, sino una de las primeras catedrales góticas de Europa y rigurosamente coetánea de las francesas de las que solo se aparta por su menor tamaño.

Catedral de Amiens

Apenas sabemos nada de los maestros que trazaron y construyeron la catedral, pero es seguro que conocían bien las últimas novedades del arte francés de su tiempo, hasta que en el siglo XV aparecieron los maestros germanos como Juan de Colonia y su hijo Simón. Entre unos y otros creció la catedral en sucesivas etapas, siendo posible distinguir la primera de 1230 que incluiría la cabecera. Un segundo momento corresponde al crucero y al cuerpo de la iglesia, con cuyo final coincide la consagración de la iglesia en 1260 siendo obispo Martín González. Finalmente, entre 1260 y 1280, se terminaría la fachada principal, se inició el nuevo claustro que concluiría hacia 1316 y se modificaron las capillas de girola. En esta última campaña estuvo presente el maestro Enrique que trabajó también en la catedral de León.

Durante los siglos XIV y XV, asistimos a la dotación y construcción de varias capillas en el perímetro de la catedral, algunas de ellas sustituidas por otras en épocas posteriores, que sometieron a una metamorfosis espectacular al templo cuyas torres se coronaron con las espectaculares agujas de Juan de Colonia. A partir de entonces, toda la catedral de burgos se resume como imagen tópica en la formidable fachada occidental. Habiendo perdido en 1790 su triple portal gótico, aún puede verse la elegancia con la que se compone su alzado, su excelente rosetón, las torres convertidas en caladas agujas de piedra y el cuerpo inmediato que a modo de Galería de Reyes, en realidad está pensado para ocultar el piñón agudo de una empinada cubierta que no parece que nunca llegara a tener. Además de la fachada principal, hay otras dos que han conservado mejor la escultura de sus portadas. Una es la de los Apóstoles. Aún puede medirse el interés de sus esculturas, en especial las que guarnecen las arquivoltas y el tímpano. En este aparece Cristo Juez entre la Virgen y San Juan que interceden por los mortales, los cuales aparecen en el dintel divididos en dos grupos, los bienaventurados y los condenados. Todo obra del siglo XIII e inspirada en modelos franceses. La distinta altura entre la calle y el interior del templo, hizo necesaria la construcción de la llamada escalera dorada, que en el interior en el siglo XIV, hizo Diego de Siloé. No obstante, se abrió otra puerta, la de la Pellejería que permitía el acceso llano al brazo norte del crucero. Su arquitecto fue Francisco de Colonia en 1516, el tercero y más joven de esta familia dejándonos aquí una de las primicias del renacimiento español, pleno de resonancias italianizantes. En el extremo opuesto del crucero, en su brazo sur, se yergue la fachada Sarmental, que mantiene entera y con gran pureza la imagen del siglo XIII, sin adicciones ni mermas, repitiéndose el triple nivel de portada, rosetón y coronación de arcos abiertos en un paño, pensado para apoyar la cubierta. Su portada está dentro de lo mejor de la escultura gótica en nuestro país. En el tímpano se ve la escena de la Apocalipsis en que Pantocrator apareceré rodeado del tetramorfo , mientras que en el dintel se disponen algunos de los 24 ancianos que señalan a San Juan.

La finura de los rostros, ropas y actitudes hicieron de este conjunto de esculturas y relieves verdaderos modelos para la escuela burgalesa de escultura gótica. La catedral de Burgos debe su gran cantidad de obras de arte de los siglos XIII al XVIII, sobre todo, al hecho de que durante los siglos XIX y XX no se emprendiese ninguna restauración decisiva. Fuera del ámbito del claustro nuevo sólo se reformó de modo esencial, después del 1800, la capilla del Santo Cristo o de Nuestra Señora de los Remedios, situada en la zona oeste del claustro viejo. La renovación comenzó con el traslado del altamente venerado crucifijo del Santo Cristo desde el convento de San Agustín a la capilla que, a partir de entonces, se llamó capilla del Santo Cristo de Burgos. En la década de 1890 Vicente Lampérez y Romea, maestro arquitecto de la catedral desde 1887, emprendió una restauración profunda de esta capilla, quitando el enlucido adicionado de los muros y bóvedas y se renovó por completo la portada que da a la nave. También se remontan a esta restauración las ventanas de tracería neogótica, las arcadas ciegas de los muros y la mayor parte de los restantes elementos arquitectónicos. Entre 1899 y 1911 Lampérez restauró, asimismo, el llamado claustro nuevo, consiguiendo recuperar en lo esencial su forma original. En el claustro se había sobreedificado un tercer nivel con pequeñas ventanas barrocas que este arquitecto hizo eliminar y, de paso, abrió las ventanas originales del claustro que habían quedado casi cerradas. La instalación de vidrieras ornamentales siguiendo modelos y técnicas antiguas, representó el final de la restauración. Mientras que el cuerpo superior del claustro casi no experimentó ningún cambio, el claustro inferior se vio notablemente restaurado. Las formas de su nervadura, aparentemente del gótico tardío, se deben a Lampérez. Antes de la restauración, el claustro inferior se encontraba dividido en varios compartimentos y, en general, en estado de mala conservación. Es probable que durante la restauración del claustro se eliminara la caja de escalera que se había adicionado posteriormente, situada en la esquina

suroeste interior del mismo claustro. Con posterioridad, la conexión entre ambos niveles del claustro sólo se establece a través de una escalera de madera situada bajo la capilla de San Jerónimo. La restauración más reciente de la catedral, de mano del arquitecto Marcos Rico Santamaría, ha reemplazado la techumbre mediante un entramado de acero ligero. En relación con la estrella de nervadura libremente suspendida en la torre centro del transepto, se ha tendido una superficie de vidrio que logra la iluminación completa del entramado de la nervadura. Prescindiendo de estas últimas medidas, pocos han sido los recientes intentos de modificar la sustancia arquitectónica y escultural de la catedral. El 12 de agosto de 1994, una estatua de San Lorenzo se desprendió del tramo final de la torre norte de la fachada principal, lo que hizo pública la inmediata necesidad de reanudar las medidas de protección y conservación del monumento. Por último, son reseñables otras intervenciones coetáneas que, sin pretender alguna modificación del monumento, han contribuido notablemente al realce de la catedral, como ha sido la eliminación a principios del s. XX de algunas construcciones que habían sido adosadas al templo, como el Palacio Arzobispal. Es evidente, que la presencia y la acción de la Iglesia católica, ha modelado nuestro pasado desde cualquier punto de vista, y también por supuesto desde el Patrimonio Cultural. La Iglesia y la Monarquía, son los dos puntos sobre los que se asienta la riqueza artística y arquitectónica de Europa y el papel de ambas instituciones ha sido clave para su conservación.

Bibliografía: QUEROL, María Ángeles; Manual de Gestión del Patrimonio Cultural, 2010 ANDRÉS ORDAX, S; La Catedral de Burgos. León, 1993 DUBY, George; La época de las catedrales, 2010

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