LA CONSTRUCCIÓN DE CUERPO EN EL DEVENIR DE LAS SUBJETIVIDADES TRAVESTIS EN EL CONTEXTO DE LA CIUDAD DE PEREIRA. Cristhian David Rueda Vargas

1 LA CONSTRUCCIÓN DE CUERPO EN EL DEVENIR DE LAS SUBJETIVIDADES TRAVESTIS EN EL CONTEXTO DE LA CIUDAD DE PEREIRA Cristhian David Rueda Vargas Resume

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LA CONSTRUCCIÓN DE CUERPO EN EL DEVENIR DE LAS SUBJETIVIDADES TRAVESTIS EN EL CONTEXTO DE LA CIUDAD DE PEREIRA Cristhian David Rueda Vargas Resumen. Desde los planteamientos que recoge la teoría Queer de Judith Butler y Michel Foucault y la propuesta del interaccionismo simbólico se pretende comprender la construcción de cuerpo en el devenir de las subjetividades travestis en el contexto de la ciudad de Pereira, enfatizando en el género como practica discursiva, es decir, constructo cultural e histórico que atraviesa a los cuerpos, estilizándolos, en este caso en clave de femenino. A través de la andadura de un proceso investigativo de carácter cualitativo que retoma la etnometodología, con la historia de vida de tres sujetos participantes, que han contado su devenir a través del cual se hicieron mujeres, sin advertir que replicaban estereotipos de feminidad de una cultura heteronormativa que cuestionan por el tránsito de género realizado con su cuerpo, permitiendo evidenciar como los otros y la cultura aportan en dicho proceso de manera tan especial y contundente. Palabras claves. Travesti, subjetividad, cuerpo, devenir, performatividad.

Abstract. from the approaches of Queer theory of Judith Butler and Michel Foucault y la proposal of the symbolic interactionism intended understand the construction of body in the becoming of the subjectivities of transvestites in the context of the city Pereira, emphasizing gender as discursive practice, which means, cultural and historical construct spanning bodies, make them stylized, in this case the key is the feminine. Through the journey of a qualitative research process that takes ethnomethodology, life history with three subjects participating, telling their becoming women, without realizing that stereotypes of femininity replicated a heteronormative culture which is questioned by the gender transit through their bodies, showing as the others and the culture contribute in this process so special and powerful way. Key words. Transvestite, subjectivity, body, becoming, performativity.



Artículo de investigación para optar al título de psicólogo de la Universidad Católica de Pereira, asesorado por Liliana Andrea Salamandra politóloga de la Universidad Nacional.

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El cuerpo construido y el devenir de las subjetividades travestis Esta investigación tuvo la pretensión de comprender la construcción de cuerpo en el devenir de las subjetividades travestis en el contexto de la ciudad de Pereira, entendiendo que el cuerpo no es un simple objeto o un material pasivo frente al medio, sino que al ser ocupado por una psiquis también se encuentra inmerso en un contexto, en el cual es atravesado por lo social, político, económico, cultural, etc., que entrama las significaciones sobre las cuales se hace posible devenir cierto sujeto. Así, el cuerpo es el mediador del sujeto en relación con los otros –los cuerpos ocupan un espacio en la vida social, más allá de su evidente biologicidad-, y es por medio de este que los travestisi exteriorizan un devenir subjetivo, dicho de otro modo, performan un sujeto que ha sido generizado, ya que materializan, moldean, ―arman‖ o ensamblan su propio cuerpo haciéndolo acorde al sujeto que devienen.

Judith Butler (2006) propone leer algunos fenómenos relacionados con la subjetividad a través de una matriz heterosexual que enuncia en su libro El género en disputa (sexo1/género/deseo2), dicha triada nace como lectura

oportuna

de

la

cultura heteronormativa, machista y patriarcal de occidente, teniendo implicaciones propias del contexto pereirano. No obstante, cada una de esas categorías está inmersa en una lógica binaria común para la aprehensión del mundo, sexo (macho-hembra), género (masculino-femenino), deseo (heterosexual-homosexual); promulgando de algún modo por la objetivación de las subjetividades y sus cuerpos en función de unas perspectivas hegemónicas, como consecuencia de la generalización de una supuesta bifurcación sexual,-precisamente, los cuerpos se han sexuado bajo la estela de unos discursos-, lo que trae como consecuencia cuerpos que ocupan espacios en la cultura, a través del binario (masculino y femenino), comprendidos como unas construcciones culturales e históricas y por tanto discursivas.

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Son varios rasgos biológicos como las características hormonales, cromosómicas y anatómicas, lo cual posibilita una distinción entre macho y hembra a la luz de unos binarios naturalizados, aunque también se encuentra al intersexual, que puede presentarse de diferentes formas de acuerdos a las diferencias entre las características anteriormente mencionadas. 2 Entendido como orientación sexual.

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Así pues, la subjetividad travesti es entendida como transgresora de dicha matriz, puesto que no asumen las asignaciones de la cultura de acuerdo a la diferencia entre sexos y por ende de los géneros, ya que ―la diferencia sexual nunca es sencillamente una

función de diferencias materiales que no estén de algún modo

marcadas y formadas por las prácticas discursivas.‖ (Butler, 2002, 17). Las travestis no asumen lo que cultualmente implica ser macho, sus vivencias demuestran que no es el género impuesto con el cual se sienten cómodas o plenas, de modo que en su cotidianidad se piensan, se relacionan y viven de manera diferente a la esperada, siendo estigmatizadas y discriminadas porque ponen en tela de juicio a la regla que dicta la heteronormatividad, entendida desde la sutil obligación cultural de los sujetos porque su sexo, género y deseo sean concordantes y además complementarios en un binario de opuestos en el cual se encuentra al macho/masculino/heterosexual y a la hembra/femenina/heterosexual.

Hechas esas afirmaciones vale aducir en este apartado, que el enfoque que interesa en este momento va sobre la línea del feminismo, sus aportes a la teoría Queer desde la propuesta de Judith Butler (2007), lo señalado por Michel Foucault (1998) y además se retoman algunos aportes del interaccionismo simbólico, recogiéndose varias afirmaciones y apuntes interesantes sobre el cuerpo (y la causa política que implica hablar sobre este), la subjetividad (y su devenir) y el travesti. Además, dichos sustentos teóricos son pertinentes debido a que han cuestionado de forma tajante y crítica la categoría de sexo y el binarismo en el que se encuentra inmiscuido, en conjunción con el género, interesándose en sujetos que transgreden dichas categorías, como también han reflexionado por los cuerpos ininteligibles o abyectos como los intersexuales, las subjetividades excéntricas como los trans y las sexualidades no hegemónicas como la homosexual.

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Butler (2007), Foucault (1998) y la psicología no olvidan que los humanos son sujetos del lenguaje (por tanto también de las creaciones discursivas que se movilizan en el), concretadas en un cuerpo -mediador de procesos de subjetivación-, así que los cuerpos encarnan discursos, tomando sentido

y significación a través del discurso

sobre la diferencia sexual y de género haciéndose legibles y legítimos, logrando ser objetivados; los pares opuestos han estructurado de forma tal la aprehensión del mundo que macho y hembra son binarios que funcionan a la luz de sexualidades económicamente útiles, reproducidas por ciertas fuerzas políticas que en los individuos reproduce el afán de establecer lo que es humano según la norma de la disparidad sexual, constituyéndose la heterosexualidad como obligatoria para la construcción de cuerpos administrados en función del discurso –biopolítica-, disciplinados y estilizados en un margen heterosexual del cual son ―símbolos sexuales‖, evidenciando como el cuerpo humano también se sujeta a las construcciones sociales e históricas; así que esta significación generalizada que toman los cuerpos es tan importante en la cultura de la heteronormatividad que se hace evidente con la pregunta -¿es niño o niña?- que se le realiza a una mujer en embarazo.

Entonces, el cuerpo juega un papel importante para comprender el devenir de las subjetividades, debido a que sobre este se inscriben ciertos códigos asignados a través de la cultura y también los que son asumidos por el individuo, además el cuerpo tiene una esfera pública que funciona en lo social como proyector de sí, por medio de los actos performativos que sin duda alguna dicen la posición que tienen los sujetos en el lenguaje y las marcaciones gramaticales del género; así pues que al realizar la pregunta investigativa por unos sujetos que han estilizado su cuerpo en cierto modo, hará evidente unos parámetros que se han establecido socialmente de acuerdo a la construcción de lo femenino y masculino en un contexto en el que la norma es legitimada; lo cual se convierte también de manera amplía en el argumento de interés que debe tener la psicología social sobre la base de estas lecturas en las cuales se investiga para profundizar en el entendimiento de la subjetividad.

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Debe recalcarse que las subjetividades devienen con forma a través de sus cuerpos, por tal motivo es pertinente conocer con detenimiento la dinámica de ese devenir subjetivo, en el cual el cuerpo llega a estar predominantemente implicado, a través de dicho soporte, consiguen proyectar lo que en últimas es la imagen de su subjetividad, símbolo vivo que hace pública una posición subjetiva.

En Cuerpos que importan, Judith Butler (2002) hace referencia a la performatividad, diciendo que:

―la performatividad debe entenderse, no como un "acto" singular y deliberado, sino, antes bien, como la práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra. Lo que, según espero, quedará claramente manifiesto en lo que sigue es que las normas reguladoras del "sexo" obran de una manera performativa para constituir la materialidad de los cuerpos y, más específicamente, para materializar el sexo del cuerpo, para materializar la diferencia sexual en aras de consolidar el imperativo heterosexual.‖ (P.18)

Ahora bien, los cuestionamientos sobre el devenir subjetivo, los sujetos travestis o la construcción del cuerpo tienen un sinnúmero de antecedentes, pero acá se presentan algunos que se suponen importantes para el acercamiento al tema:

Espinoza (1999) realiza una investigación en Valparaíso y Viña del Mar–Chile-; en la cual la identidad es la categoría central de esta investigación, entendida desde la convicción de ser hombre o mujer independientemente de la orientación sexual que se tenga, el género como categoría es también relevante pues permite dar cuenta de lo social en la construcción de la identidad. En esta propuesta se evidencia cómo la

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sexualidad está inmersa en creencias que la plantean con un único fin -la reproduccióny que de igual forma corresponde a una complementariedad de sexos, de modo que el travesti está inmerso en una serie de circunstancias que atentan contra sus derechos por irrumpir con esa normalidad, evidenciado en el estigma y la discriminación. Espinosa (1999) pretende dar cuenta de la vivencia del travesti y de la sexualidad desde una mirada psico-socio-cultural, por tal razón utilizó el método de relatos de historias con aportes de la teoría psicoanalítica y la teoría del género para ampliar más la perspectiva temática.

Otro antecedente de relevancia es la investigación realizada por Benno Keijzer (1990), en el cual evidencia la incidencia de lo social en lo mental y comportamental, relacionando la salud del cuerpo con el género, haciéndose pertinente para la propuesta investigativa como antecedente, puesto que brinda la posibilidad de observar las diferencias que se marcan entre los géneros en relación con el cuerpo, además posibilita conocer otras investigaciones a través de un sólo autor, haciendo un estudio cuidadoso de las mismas, señalando el rol que se le ha asignado a cada sexo. Respecto a lo mencionado, es preciso esclarecer que esta investigación aporta las distintas concepciones de género y cuerpo que autores como Carmen Sáez y Michael Kimmel, han realizado sobre la masculinidad y el cuerpo, siendo ello significativo para dilucidar como algunos sujetos terminan descuidando su salud por ciertos trabajos, como es la prostitución.

Otro antecedente de importancia es la de Rodríguez (2004), en la cual se han hecho ciertos apuntes acerca de vacíos conceptuales sobre salud, travestismo y género. Al igual que Espinoza (1999) también se realiza una crítica a la patologización de los sujetos trans, aduciendo que no se trata de un trastorno de identidad. También hace un recorrido sobre los estudios de género y su evolución en el ámbito académico para ser considerada como una importante categoría para el estudio social, lo cual ha servido para examinar las relaciones de poder, acceso a los recursos y circunstancias

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no equitativas. Resaltándose la importancia de hacer cruces entre la categoría género y otras variables como la raza, clase social, etnia, etc. Durante el trabajo investigativo, recoge algunos testimonios de jóvenes travestis para quienes, la calle es el espacio para el comercio sexual, y otras que además se desempeñan laboralmente en el trabajo de peluquería, costura y actividades domésticas, los cuales son reconocidos como roles de mujer. Tiene en cuenta también los factores que determinan el logro del estado de salud, como la posición social, las redes de apoyo social, educación, empleo y condiciones de trabajo, entorno, hábitos personales de salud y aptitudes de adaptación.

A nivel nacional, Valle B. (1996) aborda el travestismo sin hacer énfasis en la construcción del cuerpo, debido a que en esta investigación se hace alusión al travestismo desde lo social, cultural y familiar, sin retomar el cuerpo como categoría principal, sino que se pretende rescatar a los travestís como una subcultura que transgreden una visión binaria, reconociendo la importancia que tiene la diversidad cultural, social y el respeto hacia ellos, así, desde este punto puede verse como su principal interés gira en torno a la estigmatización, tema que también se aborda en otros autores, mencionando las consecuencias de las personas que son tildadas de ―anormales‖, siendo este igualmente un factor predominante en su investigación.

Agudelo (2008) para optar al título de comunicadora social, realiza una investigación que menciona al sujeto como su propio arquitecto, haciendo uso de la metáfora cyborg, referida al ensamblaje material y semiótico que se realiza en el cuerpo, construido a través de tecnologías como el maquillaje, los tatuajes, las cirugías plásticas y estéticas, las perforaciones, etc., aduciendo que estas materializaciones de lo subjetivo son claves en tanto despliegan un lenguaje sobre el cuerpo, entendiéndole desde el concepto de performatividad, también señalado por Butler.

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En la investigación de Agudelo 2008 se lee: El cyborg surge entonces no sólo como respuesta a las problemáticas de género y otros dualismos, sino como la posibilidad misma de conocer los cuerpos según sus conexiones. Se trata de comprender al sujeto como una intersubjetividad que desborda las máquinas binarias. Un límite variable (Butler, 2001, p. 170) sin punto de origen, heterogéneo, que se hace y se deshace en las relaciones. (p. 136)

García (2009) es una antropóloga que hace un acercamiento etnográfico al tema de las construcciones de cuerpos en Bogotá, resultando ser provechosa para la actual investigación ya que hace mención de algunos aspectos necesarios para entender la transexualidad y el travestismo como experiencias que reproducen y cuestionan un sistema cultural. Así pues, ―Configuramos nuestra naturaleza en los tránsitos, las transformaciones y las intervenciones del cuerpo para tornarlo propio. Desde esta perspectiva, las hormonas, las siliconas, los tacones que usamos —pese a que reproducen estereotipos de lo femenino— pueden convertirse en elementos de rebeldía y liberación.‖ (García, 2009, p.121).

Dicha investigación se hace valiosa en tanto permite cuestionar aspectos importantes de las experiencias trans como el acceso a la salud y la educación, y también realiza una crítica a los movimientos LGBTI que generalmente desconocen las demandas de las trans, debido a que se enfocan en realizar agendas políticas que se han basado primariamente en el matrimonio igualitario. Como también debe resaltarse que dicho proceso investigativo es relevante, puesto que concierne directamente al sujeto investigador, ya que toma su experiencia desde su condición de transexual como un aporte, dejando espacio para la crítica y análisis sobre la función del investigador como sujeto no ajeno al problema a investigar. También resalta que las experiencias de vida trans son diversas y que por tanto no deben clasificarse en una sola definición sexual o de género, además de la diferencia de los contextos sociales y económicos.

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Lo expuesto anteriormente hace parte de un proceso de búsqueda que derivó finalmente en el encuentro de unas propuestas teóricas sobre el enfoque psicosocial y algunos antecedentes que contribuyeron en la solidez de esta propuesta investigativa que tiene como pregunta guía: ¿Cómo es la construcción de cuerpo en el devenir de las subjetividades travestis en el contexto de la ciudad de Pereira?, siendo su objetivo general comprender la construcción de cuerpo en el devenir de las subjetividades travestis de la ciudad de Pereira. El cual, es especificado de la siguiente forma: Describir las experiencias de los sujetos travestis sobre la construcción de sus cuerpos, apreciar la relación entre la construcción de cuerpo y el devenir subjetivo de los travestis, considerar como lo social incide en la construcción del cuerpo que hacen los travestis y finalmente estimar cómo la imagen que proyecta el travesti a través de su cuerpo reproduce estereotipos de feminidad.

Ir haciendo. La metodología, el camino y el caminante que llegan a ella.

Debe entenderse que la investigación es precisamente un proceso, un camino que se anda, es un recorrido cargado de textos y personas que acompañan a un sujeto investigador. Durante el proceso investigativo hay un deambular que permite el encuentro con las posturas teóricas que guían el camino escogido, la iluminación de este fue por cuenta de la posmodernidad, aunque inicialmente estaba siendo empujado por paradigmas modernos, los cuales he desechado. Por tanto, el enfoque metodológico se permitió nutrir de las perspectivas teóricas posmodernas, las cuales no son ajenas a esta propuesta. Así pues, la rigidez de los enfoques ha ido disminuyendo, posibilitando dentro de las investigaciones la implementación de metodologías que de igual forma son menos rígidas, haciéndose evidente en el proceso investigativo, el método también ha emergido tal cual lo requiere la subjetividad en su devenir, contribuyendo a un abordaje más complejo y completo de la realidad, y es

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precisamente ahí donde empiezan a nutrirse las diferentes discusiones científicas, en aquel juego de lo interdisciplinar y la reflexión por parte del investigador como –otrosujeto que hace parte del proceso, llevando al investigador a ocuparse de asuntos de comprensión e interpretación, que décadas atrás no tenían validez dentro del quehacer científico.

Rodolfo Macías (2010) dice al respecto:

Todas estas transformaciones en la conciencia sobre la índole y utilidad de la ciencia tienen repercusiones en el campo de lo propiamente metodológico, particularmente en ciencias sociales. Tanto la historia de la ciencia misma, como los debates epistemológicos recientes han de conformar la transmisión (enseñanza) de conocimientos y la práctica de la investigación, de modo que se sustenten con mayor fuerza en este contexto. (p.7)

Narrar el proceso investigativo emergente debe ser tenido en cuenta como posible aporte para generar reflexiones sobre las formas no hegemónicas de producir conocimiento, optándose por esta tendencia como estrategia actualizada para la investigación.

Díaz, Salamanca & Carmona (2011) plantean: Hemos aprendido que el método es uno de los aspectos originales en los procesos investigativos pues dan cuenta de la manera específica como el investigador asumió el problema teórico, lo desdobló en otros componentes y los operacionalizó para acceder a la realidad, retomar de ella datos y significarlos; es por lo tanto, el camino propio que ha andado el investigador y que le permite mostrar cómo hizo lo que hizo (p. 79)

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Así pues me dispongo a hacer uso de cierta narrativa que cuenta la emergencia del proceso, sin olvidar la novedad y las situaciones que no se tienen previstas:

Desde que se inició este recorrido hace más o menos 4 años, tenía claro que quería realizar en mi investigación un abordaje sobre el cuerpo, como también los sujetos con quienes pensaba investigar -las travestis-, así que fueron apareciendo a través de las búsquedas un sinnúmero de temas relacionados con ambas categorías, entre los más memorables están el estigma, el VIH, la prostitución, el género, los roles, la homosexualidad y la identidad.

De acuerdo a lo planteado, mi sujeto está concernido en esta investigación primeramente por el objetivo de vislumbrar el cuerpo más allá de su biologicidad, lo que me posibilitó comprenderlo desde su inminente relación con el lenguaje y lo simbólico. Además, mi cuerpo se ha convertido en el soporte de mi resistencia, y posible espacio para hacer público una serie de cuestionamientos a las dinámicas sociales, que conciernen a las políticas sobre el control de los sujetos y sus cuerpos, me he interesado durante algunos años en el arte acción y la performance como propuestas para la transformación de la cultura y creación de mundo, además me considero un aliado de la propuesta de la teoría feminista y Queer, que critican los estándares de producción de subjetividades útiles a un sistema hegemónico machista y patriarcal, que desconoce e intenta invisibilizar a través de ciertos dispositivos otras formas de vida que son tan dignas como cualquier otra.

Mi performance se ha impulsado por la propuesta Queer bajo el nombre de Alteridades, abriéndose como un espacio de reencuentro conmigo mismo y con los otros, propendiendo por la deconstrucción del género binario, he jugado a través de estos y sus estéticas, me he permitido desdibujar sus límites, crearme y presentarme desde otras posibilidades, haciendo desde mi cuerpo público la constante construcción

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del mismo y por tanto la posibilidad de un constante devenir, en el cual no espero asentarme, sino que por el contrario abrirme hacia caminos y posibilidades de ser. Por tanto, el encuentro con la diversidad no se ha hecho esperar, a través de mi performance me he permitido el encuentro con otros sujetos que han irrumpido con los mandatos de la ley heterosexual -entre ellos las travestis y otros-, así que me he inmerso en sus dinámicas e interacciones, posibilitándome comprender sus lenguajes y un fluir comunicativo que no se habría logrado de otra forma, enmarcado en el campo de la etnometodología, como potencializadora del encuentro de saberes entre sujetos –de la investigación e investigador, aclarándose que no hago parte de la muestra de la investigación.

Así que un día sin tener mucha claridad sobre la pregunta a realizar, decidí acercarme a una travesti con quien ya había socializado, le conté sobre mi proyecto con intenciones de volvernos a encontrar para que me contara un poco de su vida, días después nos volvimos a ver en su casa, se encontraba en ese momento viviendo con 3 amigas –también travestis-, hablamos un rato, luego realicé una grabación en video en la cual ella contaba su historia de vida, y personalmente me pareció interesante la manera cómo relataba que se había hecho travesti y como había transformado su cuerpo para hacer evidente a la mujer que era.

De otro modo, no se habría hecho tan claro el enfoque cualitativo, dado que permite adentrarse en los aspectos propios de la subjetividad, fue apenas justo asentir en la incorporación de los participantes y sus reflexiones para la comprensión de las significaciones que entretejen los sujetos, por tanto logré una inmersión en las dinámicas de los sujetos de la investigación. Vale destacar que una de las principales características de este enfoque es que procura comprender el sentido que las personas dan a sí mismos, haciendo pertinente para la investigación el uso de la técnica historia de vida y la entrevista a profundidad. De acuerdo, a lo anterior esta investigación apeló

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a un modelo etnometodológico, puesto que este modelo otorga un saber sistemático, explícito y autocritico del sujeto.

Mella menciona (1998):

La etnometodología rechaza explicaciones de tipo deductiva en las ciencias sociales, enfatizando al igual que el interaccionismo simbólico, la necesidad de escudriñar en los significados que la interacción social tiene para aquellos que participan en ella. La etnometodología está centrada en el carácter unívoco de cada situación social. (p. 46).

De este modo, la investigación cualitativa se interesa por buscar, comprender fenómenos y procesos que no pueden ser abordados únicamente a través de datos empíricos, partiendo de la premisa de la existencia de la complejidad del devenir subjetivo, que a su vez es dinámico y no debe ser dividido en variables, dejando de lado la pretensión de predecir y controlar aquello que investiga. Así que la palabra y todo lo simbólico ocupa un papel relevante, debido a que el contexto socio-cultural y la historia de los participantes marcan la particularidad en el fenómeno de estudio, permitiéndome como investigador por medio de la comunicación la recolección de la información.

Vale decir que a través de ese deambular del proceso investigativo se logró el acercamiento a una categoría que no se había tenido en cuenta, permitiendo ampliar conocimientos sobre propuestas teóricas propias de la posmodernidad

entendidas

precisamente desde el devenir. Así que la metodología también ha tenido su trasegar, tal cual lo ha hecho la pregunta guía, puesto que de otro modo no habría sido posible atender a lo emergente de un proceso investigativo como este, ―en investigación cualitativa la pregunta de investigación evoluciona al mismo tiempo que el proyecto y se

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aclara a menudo al final‖ (Deslauriers, 1991, citado en Carmona, Díaz, Salamanca, 2011).

Debe recalcarse que la historia de vida permite reconocer desde la individualidad aspectos subjetivos, sin olvidar que el individuo está inmerso en un campo social en el cual puede diferenciar lo que es propio y lo otro, de modo que el concepto de ―self‖ que trae consigo el interaccionismo simbólico es la herramienta clave para el entendimiento de esto, en la construcción del lenguaje a través de unidades complejas de sentido que le permiten hacer un ordenamiento y estructuración de las articulaciones que se hacen a través de la palabra, que son útiles para el sujeto en tanto le permite comprender el mundo y a sí mismo.

Sin embargo el camino aún no se ha agotado, el acercamiento a las travestis permitió dejar por sentado una parte importante del proceso, como su enfoque cualitativo, la etnometodología, la historia de vida y la herramienta que fue la entrevista a profundidad. Así pues la historia de vida realizada inicialmente no es suficiente para darle respuesta a los objetivos planteados, por lo cual se decidió contactar a dos travestis más que firmaron un consentimiento informado que explicaba el objetivo de la investigación, aclarándose que no se revelaría de ningún modo información que diera cuenta sobre su identidad por razones de confidencialidad y seguridad, tratándose de unos sujetos que en nuestra cultura son ampliamente estigmatizados y discriminados, prefiriéndose cambiar el nombre de los sujetos participantes, quienes cumplieron los siguientes criterios: -

Los sujetos deben asumirse como travestis.

-

Los sujetos no desean realizarse una cirugía de reasignación de sexo.

-

Los sujetos deben residir en la ciudad de Pereira.

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Ahora bien, entre los sujetos participantes se encuentran Patricia, quien fue la primer travesti con la cual tuve contacto, actualmente tiene 28 años y se desempeña como trabajadora sexual; Laura es estudiante de diseño de modas, tiene 22 años y trabaja como bailarina y Diana es una peluquera de 42 años. Cabe resaltar que no se estipula un límite de edad, debido a que según lo revisado a través de la teoría y los antecedentes, algunas travestis refieren que desde temprana edad empiezan a adoptar características femeninas, incluso denominándose desde muy jóvenes como travestis, en otros casos, se hacen visibles como tal, durante la adultez, permitiendo dilucidar cómo la subjetividad se forja durante toda la vida, tratándose de un proceso dinámico y complejo; precisamente, las lecturas que se hagan de estos procesos deben ser desde estos paradigmas porque reflejan de una forma acertada como la subjetividad deviene.

Al haber realizado las historias de vida cuyo audio fue grabado y autorizado por los sujetos, fue necesario consignar por medio del texto escrito lo dicho por las travestis, permitiendo ser leídos y extraídos los apartes relacionados con su devenir, organizados a través de una matriz con 4 categorías, (yo, otro-otros -mí-, cuerpo y femenino-mujer). Al tratarse de la subjetividad, se pensó en la necesidad de incluir en dicha matriz el yo y los otros, entendiéndose que el ―yo‖, hace referencia al propio sujeto, que se encuentra en constante interacción, a través de las vehiculizaciones que permite el lenguaje y que no serían posibles de otro modo, así, el ―yo‖ logra un espacio simbólico en la palabra para referirse a sí mismo, a su individualidad, dependiente de cómo haya internalizado los procesos sociales que lo circundan. En el apartado de otrootros se consignó la información referida a los otros sujetos y a la cultura que ha rodeado a las travestis, que ha resultado como destacable en el proceso del devenir subjetivo, en el que lo externo se ha interiozado y ha ayudado a configurar cierto sujeto.

Fernández (2003) aclara esto así: El está compuesto por dos instancias, el y el . El se puede entender con la idea del sujeto activo, el que organiza de modo único y personal

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las actitudes de los otros, por lo tanto resulta impredecible. Es la reacción del organismo a las actitudes de los otros significativos y lo hace desde una cierta autonomía, reservando siempre un espacio para la peculiaridad y la organización inesperada e imprevisible. El consiste en el conjunto de las actitudes de los otros que el ha interiorizado, el conjunto de las actitudes de los demás, es un reflejo social de las actitudes de los otros, y en definitiva del conjunto de la sociedad (p. 26)

En la parte de ―Cuerpo‖ ubicada en las matrices se consignó lo que cada una dice sobre la construcción del cuerpo, específicamente sobre el transito que realizan de un cuerpo masculino a uno femenino, se pueden encontrar un sinnúmero de procedimientos, que hacen evidente el proceso de la construcción del cuerpo que realizan los travestis acorde a su subjetividad (vestimentas, intervenciones, maquillaje, gestualidad, etc.). Finalmente, se reconoce la necesidad de anexar otra columna a la matriz llamada femenino- mujer, puesto que aseveran la necesidad de ser reconocidas desde ahí, tal cual refieren ser ―muFeres, con F de femenina‖, donde pudo ubicarse lo que reconocen como propio de las mujeres y que además tiene cualidad de feminidad.

Al haber terminado este ordenamiento de la información a través de las matrices, se hizo un cruce con las tres matrices resultantes pudiéndose evidenciar lo que era constante y disidente en la configuración subjetiva de las travestis y también sobre la construcción del cuerpo, teniéndose en cuenta que en dichos procesos hay un antes y un después para ―llegar a ser‖, evidenciando la relación entre ser mujer con

las

experiencias en la construcción del cuerpo, además también se optó por mirar la columna de lo otro-otros en relación con la del cuerpo, y así enfatizar en como lo social interviene en la construcción de cuerpo, y darle cumplimiento a un objetivo. Debe dejarse claro que algunas conclusiones pudieron ir elaborándose durante el proceso investigativo y no solo a través del ordenamiento de la información en las matrices, la relación o el cruce entre ellas, sino que algunas reflexiones se hicieron posibles durante

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la interacción y encuentro con ellas, a través de ciertas preguntas claves durante las entrevistas.

La construcción del cuerpo y el devenir subjetivo de las travestis. Las subjetividades travestis emergen de cierto modo, evidencian cómo su devenir mujer se concreta en relación al cuerpo. Además, en la cultura occidental los sujetos se hacen coherentes a través del género, el cual también se ha instituido como una serie de marcaciones binarias diferenciales sobre los cuerpos, lo cual es plenamente acogido por las travestis para poder realizar su tránsito, y constituirse como femeninas de una forma coherente y legible, de acuerdo a la construcción social e histórica de los géneros.

―Simone de Beauvoir afirmó en El segundo sexo que «no se nace mujer: llega una a serlo»‖ (Butler, 2007. 224), dicha aseveración describe el devenir del sujeto como un proceso a través del cual se llega a ser, definitivamente no se nace siendo algo, y esto es sin duda alguna vivenciado y reconocido por las travestis; así que el devenir de la subjetividad se evidencia a través de la vivencia de un sujeto que no es idéntico ni estático, puesto que se transforma y no bajo una lógica lineal, objetiva o universal, como se pretende según los dispositivos que engranan con la matriz heterosexual, que hace la diferencia sobre lo que corresponde a ser hombre o mujer de acuerdo al sujeto y su cuerpo.

Debe considerarse que el travesti en su devenir mujer, transforma su cuerpo, dándole cierta concreción a su ser, -materialización del ser- cuerpo y ser se presentan como una unidad, ellas reconocen que sus cuerpos inicialmente son masculinos y que por tanto al deshacerse de ciertos rasgos y alcanzar otros, logran ser mujeres. Entonces, estos sujetos transitan en el género, haciendo de su cuerpo el espacio para ser. Así que a través de la performatividad aliada de la subjetividad se logra corporizar

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y cumplir las normas de género que han transgredido solo durante por su tránsito, pero que en últimas acatan con cierta particularidad, cumpliendo una ley heterosexualizante a través de la in-corporación de una feminidad que se ha reificado.

Así pues, la lectura que se realiza de los sujetos también se hace sobre sus cuerpos bajo cierto margen sobre lo masculino y lo femenino que consta de la reificación de la heterosexualidad, desconociéndose que los cuerpos y los sujetos están precisamente construidos bajo la sombra de unos dispositivos con discursos heterosexistas, que se corporizan reales y naturalizados mediante las performances de género de las multitudes normales, precisamente por esto Butler (2002, 18) afirma que el discurso en el que están entramados los cuerpos produce los efectos que nombra, la palabra y el signo constituyen lo real en un ambiente social que se construye a través de estas relaciones, posibilitando la construcción del género diferenciado y de su continuo performance.

Este tránsito de un cuerpo masculino a uno femenino tiene una relación simbiótica con el devenir del sujeto, puesto que el uno se implica en el otro y viceversa, lográndose dicha unidad; así pues existen momentos claves en la construcción del cuerpo para que el sujeto se nombre y sea nombrado por los otros a través del lenguaje y la gramática femenina, puesto que sus cuerpos ya corresponden al de una mujer de manera inteligible como dicta la norma.

Laura dice al respecto:

Yo creo que el día que yo me ponga los senos es el día en que yo más mujer me voy a sentir, o sea el día en que yo me ponga los senos, diría ya soy vieja, ya libremente puedo decir me voy a cambiar el nombre, ahí sí que todo el mundo me diga ella, los senos completarían ese proceso, y comenzaría otro.

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Debo aclarar en este punto que en un encuentro previo al día en que se desarrolló la historia de vida Laura refirió autodenominarse como travesti, y durante el relato de su historia de vida dice ser transexual, porque se ve ―muy mujer‖, sin descartarse como muestra de la investigación en razón de los criterios de inclusión, puesto que dicha información que refiere el sujeto emerge con cierta importancia. De cierto modo, para ella el tránsito hacia la feminidad ya es evidente en su cuerpo, ya ha concretado el cuerpo del sujeto que es, aunque vale decir que su devenir subjetivo necesariamente no termina de esta forma, y al preguntar si se realizaría una cirugía de reasignación de sexo responde que ―No, por el momento no, porque pues en mi vida sexual yo cumplo todos los roles, y me siento bien así, haciéndolo y hasta el momento no he perdido la sensibilidad sexual, aunque no lo descarto‖.

Las travestis no reconocen su cuerpo como femenino y por tanto debe ser ―armado‖, construido en clave de feminidad, dicho proceso puede tomar cierto tiempo, pero este moldeamiento del cuerpo no es lineal, no hay un protocolo específico a seguir, aun así, es posible encontrar algunos puntos que son constantes en los sujetos. Siendo jóvenes sus cuerpos se han constituido invariablemente como masculinos, precisamente por las exigencias y aprendizajes del medio, ya que son biológicamente machos, sus familias se han relacionado con ellos por medio de códigos masculinos, sus nombres, sus ropas son de niños, lo cual es común en el ambiente en el que se presenta la socialización primaria, el género ha hecho sus marcas desde el nacimiento o antes; sin embargo, mientras van creciendo la subjetividad va emergiendo. Una etapa importante es la adolescencia, en esta empiezan a revelar -entre los 13 y los 15- cierta feminidad, expresada primordialmente a través de los gestos y gustos, lo que se encontró de manera constante en los tres sujetos. Sus cuerpos masculinos han de tornarse femeninos más allá del gesto, ahora bien, sobre el cuerpo empiezan a inscribirse los códigos de la feminidad, así es el proceso que se ha evidenciado en lo sujetos:

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Sus cabellos son cortos y las cejas pobladas -rasgos masculinos-, inician con la depilación de sus cejas, hacerlas más delgadas hace parte de la estilización del cuerpo. En los tres sujetos, hay momentos en sus vidas, en los cuales empiezan a experimentar la feminidad, sus cuerpos aún no han sido construidos como femeninos, en su devenir aun no sé reconocen plenamente como tal, sino que se encuentran en cierta estación de sus procesos de transformación, pero el deseo por experimentar lo femenino se hace mucho más evidente, sus cabellos empiezan a crecer con cierta libertad, pero el ideal femenino que pretenden alcanzar o encarnar aún es una fantasía, las vestimentas cotidianas son masculinas, sin embargo empiezan a hacer uso de ropajes femeninos, el uso de pelucas, extensiones, postizos, y arreglarse el cabello son también importantes, como también lo es el uso de la cosmética y maquillaje. Usar maquillaje es necesario para atenuar rasgos considerados masculinos, aunque el uso de este en nuestra cultura es propio del género femenino, ―el maquillaje te hace ver o femenina o masculina, con el maquillaje nos ayudamos a perfeccionarnos más como una mujer‖ (Patricia), sumado a esto también se ayudan del uso de pestañas postizas y lentes de contacto, y así configuran un rostro femenino. También realizarse cirugías o ciertos procedimientos para darles a sus rostros el matiz femenino es considerado, por ejemplo, en estos sujetos operarse la nariz ha sido importante.

Laura explica un poco por qué: La nariz me la haría por vanidad, aunque soy partidaria de la naturalidad de la mujer… para que el rostro se vea más femenino, porque la nariz más puntudita hace que se vea como más femenina, cambia de una porque la nariz es el punto focal de la cara, y si tú te cambias la nariz te cambia toda la cara.

Ahora, bien, en este punto de la construcción de sus cuerpos, la hormonización es muy importante, ya que a través de este procedimiento logran deshacerse de rasgos masculinos como el crecimiento del vello, además logran la aparición de unos senos, lo que sí es diferente es el camino que toman para realizarse dicho procedimiento, por

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ejemplo, Laura visitó a un médico para que la guiara en el tratamiento hormonal, pero en el caso de las otras dos travestis, decidieron empezar a hormonizarse sin ayuda médica, la ayuda de otras travestis que han vivido el proceso fue importante, siendo las encargadas de orientarlas sobre qué hormonas aplicarse y cómo hacerlo.

En este momento de su devenir los sujetos aún no se han realizado cambios que sean drásticos como cirugías u hormonización, el sujeto que están encarnando aún no es completamente femenino, consideran que aún tienen cuerpos de hombres que deben ser transformados, para alcanzar el semblante de mujer que quieren. Sin embargo, con la experiencia en lo social que ya han tenido se refuerza el cuerpo fantaseado que quieren alcanzar, en esta estación de género, el de la androginia o ―masculifemenino‖ como refieren, desean dar un salto, pues su anhelo es ser mujer, por lo cual, los tres sujetos, afirman que en las siluetas de sus cuerpos deben haber curvas, para esto es necesario ensanchar las caderas, los glúteos y provocar el crecimiento o la aparición de sus senos.

Alcanzar las curvas de un cuerpo femenino se puede lograr de diferentes formas, algunos acuden a cirugías con profesionales de la salud, otros a cirugías artesanales de bajo costo, también a través del ejercicio físico, pero cada quien logra esto en diferentes momentos de sus vidas, ya que dichas subjetividades no emergen del mismo modo y cómo ya se ha dicho sus tránsitos no son lineales y reductibles a un solo camino a seguir. Por ejemplo, la aparición de senos que han logrado por medio de hormonas, no es lo único que realizan para hacerlos notables, Diana decidió inyectarse un aceite usado para lubricar máquinas, ayudada por otra travesti que regularmente practica esta serie de procedimientos altamente peligrosos para la salud y que además se realiza sin ninguna clase de seguimiento médico. El afán por evidenciarse como sujetos femeninos expone a algunos sujetos a ciertos riesgos de la salud, debido a que el cuerpo es intervenido a través de cirugías artesanales de bajo costo. Diana también se ha ensanchado las caderas y los glúteos a través de la inyección de una silicona,

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procedimiento que se ha realizado dos veces ―yo no me veo cuerpo de hombre, en ningún momento, yo me veo con cuerpo de mujer, yo me hice el culo y empecé a sufrir de la columna, otra vez, ¿por qué? Porque sucede y resulta que el silicón que trajeron de España, me empujó un silicón que me habían aplicado a mí de a cuarto en cada nalga‖ (Diana); como esta no es la única forma a través de la cual las travestis logran dicha apariencia. Laura por ejemplo ha preferido solo el uso de hormonas y el ejercicio físico, aunque desearía realizarse una cirugía de aumento de busto, pero mientras lo logra, acude al uso de brasieres y relleno, con los cuales genera la impresión de tener unos senos grandes, dicho procedimiento también lo ejecuta Patricia.

Laura: También tengo brasieres para que los senos se me vean más grandes, utilizo unos implantes que me regaló una compañera de la universidad, que se los mando a sacar y se puso otros, entonces me regaló los implantes a mí y entonces hago el repuje con el brasier.

Ahora bien, en nuestra cultura las vestimentas están altamente generizadas como los sujetos que las visten, y esto lo saben muy bien las travestis femeninas, puesto que indudablemente el uso de los ropajes femeninos les ayuda a configurar sus cuerpos y a hacer más evidente el lugar que ocupan en el binario de géneros, definitivamente la ropa también cumple una función simbólica en lo social. Las travestis no han expresado la necesidad de realizarse una cirugía de reasignación de sexo, aduciendo que el género se configura más allá del sexo, ―nosotras somos mujeres con verga‖, afirma Diana, pero en una cultura heterosexual como la nuestra esto no es ni ―natural‖ ni ―legitimo‖, por lo cual, dependiendo de las ropas que usan preferirán hacer lo posible para que sea menos visible su pene, logrado a través de diferentes técnicas que ellas mismas refieren como ―cirugías‖.

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Laura menciona al respecto para ocultar el pene yo casi no me hago cirugías así, de los trucos aquellos, del esparadrapo casi no me gusta, porque eso aporrea mucho, entonces simplemente me pongo dos o tres tangas, ubico bien el pene y ya, por eso utilizo también mucho vestido, faldas y shorts.

Lo social incide en la construcción del cuerpo que hacen los travestis.

Definitivamente lo social cumple una función enteramente importante en el devenir subjetivo de las travestis y de igual forma en la construcción de sus cuerpos, a través de la socialización con los otros aprenden ciertas constructos culturales, entre esto qué es ser mujer y como es su cuerpo, de este modo el cuerpo se ha imbuido como parte de los discursos que producen y estos son producidos y reproducidos en un ambiente social patriarcal, sexista, binario, y heterosexual que impone unas normas y límites sobre los mismos.

En las tres historias de vida, se evidenció como los otros aportaron en el proceso de construcción de sus cuerpos, esto se interiorizó de manera tal que empiezan a adoptar gestos, actitudes, estéticas e incluso roles, o modos de comportamiento que se reconocen culturalmente como los de una mujer, aportando conductas en su devenir en conjunto con sus cuerpos; por ejemplo Laura estuvo pensando durante un año si se iba a hormonizar o no, al preguntarle a una amiga travesti sobre dicho tratamiento la respuesta fue ―hágaselo que usted nació para ser mujer, para ser vieja, usted tiene una cara muy bonita, además usted que está joven mejores efectos le van a hacer.‖ Esta y otras situaciones aportaron a la decisión afirmativa de realizarse el tratamiento, con el cual se ha sentido a gusto ―es agradable ver que los senos te crecen es agradable ver que las caderas se ponen más voluminosas, es agradable ver que la cara cambia‖.

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Irrevocablemente la subjetividad deviene de muchas formas, en el caso de Laura, ella refiere que siendo muy joven nunca había pensado que iba a ser mujer, sino que fue algo a lo que llegó a través de las dinámicas subjetivas e intersubjetivas, Diana por ejemplo dice que ―mis sueños eran siempre ser eso, o sea ser mujer, eso era lo que yo quería, a mí no me llamaba la atención otra cosa sino eso‖, apuntando precisamente a vivenciar un proceso durante el cual se configuraría como una mujer, en el cual su pareja incluso tuvo algo que ver, puesto que este siempre la trataba como tal, un día él le expresó su deseo al cual ella accedió ―un día me dijo ―quiero tetas‖ y fui y conseguí aceite cristal y me hice poner las tetas‖.

Aunque cada uno de los sujetos travestis tiene la decisión de cómo construir sus cuerpos, indudablemente lo hacen de acuerdo a los parámetros o modelos aceptados socialmente, es decir constituyen sus elecciones de acuerdo a la colectividad, dichos modelos están presentes en el ambiente social en varias esferas que los han impulsado y reforzado, de acuerdo a unas estéticas construidas bajo la estela de una belleza que ha sido generalizada, y para las travestis que hicieron parte de esta investigación la belleza juega un papel importante para la construcción de sus cuerpos, Laura expone por ejemplo que ―tener unas piernas bonitas, tener una cola bonita, una cintura bonita, unos brazos tonificados, hace parte de una estética bonita

de una mujer‖ y es

precisamente ese el modelo de mujer que desea alcanzar. Esta configuración de cuerpos, a través de unas estéticas estereotipadas se hace real en las tres travestis, ellas se han dispuesto a participar en reinados de belleza en los cuales pretenden competir por el título de la más bella, exponen sus cuerpos a otros que decidirán quienes son bellas, sin embargo ¿bajo qué presupuestos se considera lo que es bello?.

Dichos modelos han cambiado a lo largo de la historia, no siempre han sido los mismos, pero en este momento se han propuesto algunos con ciertas características; ahora bien, es posible encontrar a través de muchas esferas la evidencia de esto, por ejemplo en el contexto nacional e incluso internacional los medios de comunicación

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reproducen esos estereotipos de mujeres con curvas, cabellos largos, tacones y maquillaje que funcionan como modelo – moldeadores de subjetividades-, también la moda hace su constante aparición con dichos estereotipos de las estéticas femeninas, lo cual puede hacerse evidente si se observa en Pereira, las propuestas estilísticas que ofrecen los almacenes de ropa de la ciudad, que suelen usar maniquís que representan las formas y los modelos de los cuerpos que se presumen como bellos, por ejemplo Diana hace alusión a la construcción de cuerpo de acuerdo a cierto modelo ―Yo me haría todo, me armaría toda divina, una muñeca, que no pudiera casi ni caminar porque me quiebro de los delgaditos que me dejaron los huesos‖. También es posible decir que los trabajos que realizan las travestis tienen una fuerte relación con las estéticas femeninas Diana es peluquera, Laura es bailarina y estudia diseño de modas y Patricia se desempeña en el trabajo sexual lo cual requiere del cumplimiento de ciertos estereotipos para ser ―exitosas‖.

Ahora bien, en un contexto regional como este, en el cual el narcotráfico y el conflicto armado han hecho sus marcas, en hombres y mujeres, la emergencia de estas subjetividades se ha encontrado con la intrusión de estas problemáticas en el ámbito cultural, impugnando por la reproducción de modelos hegemónicos, con las relaciones de poder y subordinación en el cual los hombres encarnan la figura de poderoso, y el cuerpo de las mujeres incluso toman un valor en el mercado a tal punto de que deban reconstruir sus cuerpos ya que ―sin tetas no hay paraíso‖.

Entonces los discursos se filtran en todos los espacios sociales, configurando ciertos lineamientos para la producción y reproducción de hombres y mujeres, útiles a la economía social, la biopolítica ejerce un mandato que reconfigura los cuerpos de acuerdo a la premisa heterosexual, ―los dispositivos constituirían a los sujetos inscribiendo en sus cuerpos un modo y una forma de ser‖ (Foucault, 2006 citado en Carmona, Díaz, Salamanca, 2011), de este modo se han legitimado ciertas prácticas que recaen sobre los cuerpos para construirlos de acuerdo a lo normal, a la forma

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común de ser mujer, siguiendo un único estereotipo de feminidad, que de acuerdo a mí crítica no se valoran positivamente otros modos de emerger como sujeto y cuerpo, invisivilizandose ciertas feminidades y masculinidades u otras formas de emergencia que se proponen desde las vivencias queer.

Conclusiones. A través del proceso investigativo fue posible comprender la construcción de cuerpo en el devenir de las subjetividades travestis en el contexto de la ciudad de Pereira, la teoría abordaba amplió de forma interesante la apuesta por dicho objetivo, el concepto de performatividad propuesto desde la teoría Queer por tanto permite un abordaje sobre la estilización que realizan los travestis sobre sus cuerpos como parte de un proceso en el cual llegan a ser.

De este modo dicha transformación del cuerpo y el devenir subjetivo en el que se encuentran las travestis, puede equipararse de alguna forma con la metamorfosis de las mariposas, lo cual también ha sido referido por Claudia Espinosa en su investigación, este cambio de forma corporal evidencia un devenir del sujeto, una conjunción, un llegar a ser con el cuerpo, una evidencia de un sujeto que transita en una construcción cultural e histórica como es el género a través de su cuerpo; esa materialización de un devenir mujer empata precisamente con el nuevo nombre que asumen, tratando de ubicarse a través de este en un nuevo espacio simbólico vía el lenguaje, resultando ser sujetos sujetados a la cultura ya que realizan su transformación coherentemente de acuerdo a las construcciones propias de la cultura heteronormativa que tiene definido con precisión lo que es propio de una mujer y un hombre, replicando a cabalidad ciertos estereotipos por medio de unas estéticas femeninas que son comunes en la ciudad.

Así pues, dichas replicas no habrían sido posibles sin un aprendizaje en el que la socialización y los otros están implicados con tanta importancia, es con los otros que estos sujetos devienen ellas, por el medio circundante se han logrado definir a través de lo definido o instaurado como femenino, se considera entonces que las subjetividades

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travestis están intrínsecamente unidas al lenguaje y a sus prácticas discursivas, a la palabra, un grupo social y a cualquier otro evento interactivo que por tanto es simbólico; además su condición humana las hace poseedores de un cuerpo, es decir tienen una materia a disposición, y esta disposición implica la atribución de significados propios de un contexto cultural, construir su propio cuerpo es un hacerse que se performa evidenciando posiciones subjetivas que se hacen reales y legitimas en el contexto de lo público.

Dicho de otra forma, las practicas discursivas hacen uso de ciertas ―tecnologías o maquinarias‖ que producen ciertos sujetos, de modo que la propuesta del sujeto Cyborg, permite en gran medida reconocer como los sujetos se constituyen invariablemente por unos antecedentes históricos y culturales que se evidencian en el lenguaje, el sujeto es por tanto un ensamblaje, un proceso de una serie de configuraciones realizadas por dispositivos dispuestos para la armazón material de los cuerpos y sujetos arquitectos de una semiótica que se despliega sobre dicha materialidad para configurarse por medio de significados que se atribuyen a sí mismos y que son atribuidos y retroalimentados por los otros, a través de la dinamicidad y complejidad del devenir.

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