Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012
La construcción de los personajes en Crematorio. Diferencias en la adaptación de la novela a la serie Zoila Díaz-Maroto Fernández-Checa – Universidad Rey Juan Carlos –
[email protected] Ana Isabel Iñigo Jurado – Universidad Rey Juan Carlos –
[email protected] Belén Puebla Martínez – Universidad Rey Juan Carlos –
[email protected] Elena Carrillo Pascual – Universidad Rey Juan Carlos –
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Resumen: Las adaptaciones de obras literarias a audiovisuales siempre ofrecen la oportunidad de realizar comparaciones respecto a los recursos utilizados en ambas formas de creación. En esta comunicación, nos detenemos a estudiar las diferencias que hay entre la novela Crematorio, escrita por Rafael Chirbes en 2007, y la serie de televisión del mismo nombre dirigida por Jorge Sánchez Cabezudo, que comenzó a emitirse en Canal Plus en 2011. Aunque cabría hacer una comparación de los temas tratados o de los lugares y el tiempo en el que se desarrolla la acción, en esta comunicación nos centraremos, concretamente, en cómo se ha realizado la construcción y representación de los personajes, lo cual ofrece muchos datos sobre los cambios realizados en la obra en su conjunto. Observaremos cómo las particularidades del lenguaje audiovisual obligan a los guionistas de la serie de televisión a hacer cambios importantes en elementos como la edad de los protagonistas o las relaciones que se establecen entre ellos; si bien la mayor diferencia la encontramos en la profundidad psicológica que los personajes presentan, mucho más abundante en la novela que en la serie. Sin embargo, en la televisión contamos con ciertos detalles visuales que no deben ser descritos verbalmente, como el aspecto físico o los escenarios en los que se suceden los acontecimientos, que también aportan información sobre los personajes, ganando así tiempo en el desarrollo de la historia. Palabras clave: Crematorio; personajes; adaptación; transposición; novela; serie de televisión.
ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 1. Introducción Las series de televisión han utilizado, desde sus orígenes, distintas fuentes de inspiración. Desde la novela o el teatro al discurso informativo, entendiendo como tal, el relato de los acontecimientos que han ocupado los periódicos y los informativos de televisión y que, por lo general, han logrado alcanzar una relevancia pública muy significativa. (Antón Vázquez, 2007: 133). No obstante, el género televisivo más propicio para las adaptaciones ha sido siempre la miniserie. Ésta se puede definir como una narración presentada en un número limitado de capítulos cuya línea argumental se basa, salvo excepciones, en la serialidad. Por consiguiente, la miniserie se ha convertido en el mejor formato para las adaptaciones literarias gracias a su extensión y a su flexibilidad temporal (Antón Vázquez, 2007: 128). La presente comunicación pretende analizar los personajes de la serie Crematorio, dirigida por Jorge Sánchez Cabezudo y estrenada en Canal Plus en marzo de 2011. Esta serie está basada, por un lado, en la novela homónima de Chirbes, (cuyos derechos había comprado el productor Fernando Bovaira) y por otro, en acontecimientos reales, como el tema de la corrupción en la zona del levante español. Toda la trama se desarrolla en Misent, lugar ficticio pero que bien podría ser cualquier lugar de la costa levantina. La serie desmenuza la España de la corrupción urbanística y todo el entramado que se ha ido tejiendo a su alrededor: el narcotráfico, las mafias, la prostitución, etc. Alberto Sánchez Cabezudo, encargado de la adaptación de la novela, se inspiró, además, en la actualidad representada en los periódicos y en los medios de comunicación a lo largo del año 2007. También rastreó en series como Los soprano, The Wire, o en películas como El Padrino, o Las manos sobre la ciudad, una película de Francesco Rosi del año 1963. En la película de Rosi ya se planteaba el tema de la corrupción inmobiliaria en Nápoles, y el protagonista, el concejal Edoardo Nottola, tiene ciertas similitudes con el Bertomeu de Chirbes (Díaz-Maroto, Z., Carrillo, E. y Puebla, B., 2012: 323). 2. Crematorio: un viaje de la novela a la serie A la hora de analizar el proceso de transposición de novela en filme se ha utilizado un método semiótico comparativo textual, en el que se ha tenido en cuenta los dos niveles existentes en todo texto narrativo de ficción: la historia, señalando los cambios diegéticos (acciones, personajes, episodios narrativos) operados en el paso de texto novelístico a texto fílmico y el discurso, señalando qué técnicas comunes han sido aprovechadas y cómo se han resuelto las diferencias discursivas fundamentales entre ambos medios. Este procedimiento analítico se desarrollará en dos fases fundamentales, como señala Paz Gago: "En una primera fase se trata de analizar el texto fílmico y el texto novelístico independientemente, de acuerdo con sus respectivos sistemas semióticos de expresión, como obras de arte autónomas entre las que no existe relación ni de jerarquía ni de dependencia (...). Sólo posteriormente tiene sentido el estudio comparativo en el que deberán analizarse tanto los rasgos cinematográficos presentes en el relato verbal, (...) como las huellas de la narración verbal en el ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 texto fílmico (...). Desde una perspectiva comparatista deben tenerse en cuenta, pues, tanto las convergencias y divergencias de texto narrativo verbal y texto narrativo fílmico, como sus mutuas interferencias" (en Antón Vázquez, 2007: 78-79). Tanto la novela escrita por Chirbes, como la serie dirigida por SánchezCabezudo comparten el terreno de la narrativa ficcional. Sin embargo, ambos soportes se sustentan en un sistema expresivo diferente que hay que tener en cuenta a la hora de hacer un estudio comparatista, ya que esto nos ayudará a entender las diferentes versiones de un mismo episodio narrativo. La transposición que hace Sánchez-Cabezudo de la novela de Chirbes entraría en lo que Wolf llama "textos reinventados", es decir, Sánchez-Cabezudo toma el texto como un trampolín que le permitirá a la serie televisiva saltar a otro espacio, propio e intransferible, que es el del lenguaje cinematográfico. (Wolf, 2001: 134). La serie se convierte así en un espacio agregado que conecta dos universos disímiles, cuya cercanía fue inventada por, para, y a partir de la serie. A nivel diegético, el nuevo universo sustituye al original para ofrecer un nuevo planteamiento narrativo. Esta sustitución diegética da libertad al autor de la serie para reelaborar los acontecimientos que parten de la novela sin tener que mantener ningún tipo de coherencia. (Cascajosa, 2004: 28). El universo narrativo de la serie se expande linealmente, mostrando en un sentido cronológico acontecimientos posteriores a la finalización de la diégesis de la novela, ofreciendo un desenlace al comportamiento de los personajes que no se da en ésta. De hecho, el final de la novela es demoledor mientras que el de la serie deja ciertos atisbos a la justicia social ante tanta podredumbre. 3. Líneas argumentales de Crematorio La historia de Crematorio se localiza en Misent, en el levante español, un pueblo que, como otros muchos, ha ido cambiando el paisaje original -plagado de naranjos- por rascacielos. Tanto la novela, como la serie comienzan con la muerte de uno de los personajes: Matías Bartomeu, y ese suceso será el revulsivo y el galvanizador de las reacciones de todos cuantos giraban a su alrededor. Durante el desarrollo de la novela, los familiares y amigos recuerdan su relación con el difunto. Con ello, se va componiendo un texto polifónico en el que cada capítulo está dominado por la visión de un personaje y su relación con los demás. Y así se va tejiendo una trama perfectamente organizada en el fragmentarismo y complementariedad de las visiones expuestas, en todos los capítulos, por cada uno de los personajes (Basanta, 2007). La novela se estructura en trece capítulos sin título ni numeración. Aunque la composición muestra una clara simetría compositiva y de estructura circular: la obra empieza y termina con sendos monólogos interrelacionados de Rubén. Además, el centro de la novela está marcado por un tercer monólogo que divide los restantes capítulos en dos bloques de cinco, cada uno de los cuales gira en torno a un personaje relacionado con Rubén (su mujer, su antiguo
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 empleado, su hija, su amigo de infancia, su yerno o el mafioso ruso), marcando de esta manera la pluralidad de perspectivas existente entre ellos. La serie consta de ocho capítulos, con una duración de cincuenta minutos cada uno, organizados como si fuese una película o una obra teatral, con planteamiento, nudo y desenlace. La estructura externa presenta una doble distribución de capítulos y secuencias. Los episodios giran en función de un eje temático que normalmente está marcado por la visión de uno de los personajes o de un acontecimiento determinado. A su vez, se producen saltos temporales para explicar los antecedentes de cada uno de los personajes y su relación con el protagonista. La trama también es circular: comienza con la muerte de Matías y acaba con la muerte del protagonista, Rubén, en casi idénticos escenarios: dos velatorios. De esta forma, se cierra la estructura circular y se produce la unión de los dos polos opuestos: Matías frente a Rubén, dos personalidades contrapuestas que representan valores y objetivos distintos, son la cara y la cruz de la misma moneda. Circularidad perfecta que se rompe en última escena, dejando un resquicio abierto para una posible continuidad de la serie. La trama principal es la corrupción urbanística, mientras que las secundarias hacen referencia a las historias paralelas de todos los personajes que rodean a Bertomeu. Cada una de ellas conlleva, además, escenarios y localizaciones diferentes. Tanto la novela como la serie tienen un ritmo, tensión e intensidad crecientes. La prosa de la novela está llena de efectos plásticos y musicales, de imágenes y matices, que se consiguen a través del uso de un léxico variado y preciso. El accidente de unos empleados de la funeraria, es el acontecimiento que va a marcar el punto de inflexión a partir del cual la serie se va a ‘desligar’ de la novela para ir construyendo su propio universo. Tras el accidente, la policía comenzará a desmantelar la trama de corrupción que subyace bajo la empresa de Bertomeu. A la par, la colaboración de uno de los mafiosos con las fuerzas del orden hará que el entramado empresarial de Rubén empiece a caer como un castillo de naipes, llevándose por delante a casi todos los que han sido cómplices de algún u otro modo en sus sucios negocios. En la serie se han eliminado las pausas digresivas, tan abundantes de la novela, sobre cuestiones morales, políticas, existenciales, sobre el arte y la literatura, etc. De esta manera, el ritmo del hipertexto de la serie es más ágil y rápido que el del hipotexto. La narración en el hipotexto va continuamente del presente al pasado, y viceversa, para ir componiendo el universo de Crematorio. Este uso de flashback se va a trasladar al hipertexto con la misma intención que en la novela, de tal manera que nos muestran el pasado de los personajes. Además, la serie va a recurrir al cross-cutting o montaje alternado (Carmona, 1996: 112) a lo largo de todos los capítulos, de tal forma que se sugiere el carácter simultáneo de determinados fragmentos de la diégesis.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Respecto al eje temporal, tanto la serie como la novela se van a mantener en las mismas coordenadas. El presente de la novela transcurre durante el verano de 2006, mientras que la serie se desarrolla en el verano de 2007. Para concluir, tanto la novela como la serie revelan un paisaje de la costa levantina destrozado por la construcción indiscriminada, mostrando toda la podredumbre que acompaña al poder y a la ambición, a través de la historia de Rubén Bertomeu, un constructor perteneciente a la estirpe de los llamados ‘triunfadores’, y de su familia, amigos o personas de confianza. Todos estos personajes van desfilando frente a nuestros ojos cuando nos adentramos en el mundo de Crematorio, conformando un panorama amargo y desolador que, por desgracia, recuerda a la realidad que nos rodea. 4. La construcción de los personajes Crematorio gira en torno a la vida de Rubén, y todo lo que le rodea. Pero los personajes secundarios también tienen vida propia, tienen sus propias historias personales, sus propios conflictos. Los personajes secundarios que rodean a Rubén son su contrarréplica, ya que potencian los conflictos y objetivos del protagonista. Todos ellos son personajes multidimensionales en los que existen las contradicciones propias del ser humano. Chirbes se mueve con presteza en la utilización de multitud de registros lingüísticos para la configuración de los distintos personajes. Nuestro autor utiliza desde un lenguaje cuidado y exquisito, como el que pone en boca de Rubén Bertomeu, hasta el lenguaje obsceno y de los bajos fondos que utiliza Yuri. Estos ricos matices lingüísticos delinean, dibujan y enriquecen a cada uno de los protagonistas de la novela. Este recurso es menos utilizado a la hora de elaborar los diálogos de la serie. Aunque se aprecian diferentes registros, no hay una diferencia tan contrastada, es decir, los personajes utilizan un lenguaje más ‘estándar’, más acorde con lo que espera oír el espectador. Como veremos a continuación, en la serie hay ciertos matices que cambian en los personajes e, incluso, hay personajes nuevos o que en la novela solamente se presuponen o se mencionan, como Emilio Zarrategui, el abogado de Rubén; Valentín Alonso, el propietario de la funeraria, o Lola, la mujer de Collado y que en la novela no tiene nombre y tiene escasa importancia. 4.1. El mundo de la familia Bertomeu En la novela, Rubén Bertomeu tiene 72 años. En la serie es aparentemente más joven -no parece que supere los 60 años -. Es un arquitecto que en su juventud estuvo impregnado de grandes ideales artísticos-urbanísticos. Pero a causa de no haber contado con el apoyo familiar necesario para desplegar ciertos proyectos, más o menos idealistas, se enriqueció a base de edificar en la costa levantina. Es el personaje más hostigado por los que viven beneficiándose de su posición o situación (hija, yerno, nieta, etc.). Está firmemente anclado en "el principio de realidad" (Chirbes, 2007: 121) que los otros le reprochan, y considera, entre otras cosas, que "un genio ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 contemporáneo es el que le da de comer todos los meses a su familia con el sueldo base" (Chirbes, 2007: 283). En la ficción televisiva, Rubén está interpretado, de una manera espléndida, por el actor José Sancho. Es un personaje complejo, codicioso y muy coherente. Es el patriarca de la familia. Se mueve por ambición, pero no es un simple especulador; es un arquitecto culto, refinado, que protege a su familia y confía en sus colaboradores. El personaje aparece en tres momentos cruciales de su vida: en su juventud, en su madurez y en la actualidad, que estaría en el inicio de la vejez. El Rubén de la actualidad es el más elaborado puesto que se corresponde con la trama principal, pero los otros dos ‘Rubenes’ nos dan una idea de lo que ha sido la evolución del personaje, ya que muestran los rasgos básicos de su personalidad. El Rubén joven es emprendedor, pero debido a circunstancias familiares decide labrarse el futuro por su cuenta, ajeno a la legalidad. El Rubén maduro es ya un hombre que ha prosperado, que sigue actuando al margen de la legalidad y que está montando un imperio. El Rubén del presente es un hombre de éxito, al que todo el mundo respeta y admira, que quiere ‘limpiarse’ de ese pasado oscuro. El final de la serie nada tiene que ver con el de la novela. Rubén es un hombre respetable, está ‘limpio’, es el único que ha conseguido resurgir del infierno de los que empezaron con él. Por lo que el final de la novela es doblemente desesperanzador. Tanto el lector como el espectador, van a empatizar con el personaje de Rubén, muy especialmente con el de la novela. Según la teoría de la compensación emocional se produce el llamado “efecto Soprano". En la vida real nos tenemos que enfrentar a numerosas injusticias y frustraciones que nos provocan rabia y desesperación. Muchas veces vemos como las personas más rastreras y que menos se lo merecen medran, por eso nos gusta que personajes como Rubén ajusten las cuentas a canallas de esta vida. Coppola decía de su trilogía El Padrino que todos los personajes que rodean a Vito Corleone, desde mafiosos a políticos corruptos, policías sobornados, eran aún peores que él. Vito, al menos, tenía honor y palabra (Toledano, 2007: 83). En el texto literario, Rubén y sus dos amigos, el desaparecido pintor Montoliu y el escritor Federico Brouard, durante su juventud, formaron parte de un taller artístico que pretendía reunir arquitectura, pintura y literatura. De aquellos ideales ya no queda nada. Rubén se enriqueció con el tráfico de drogas y blanqueó sus negocios en la construcción. Montoliu se suicidó y Brouard se ha convertido en un escritor que ya no escribe, que intenta constantemente justificar su nulidad creativa y que está consumido por el alcohol y las drogas. El personaje de Brouard le sirve a Chirbes para plantear cuestiones referidas a la función de la literatura en la actual sociedad del espectáculo. Para Chirbes, la literatura ha perdido su papel "como mensajera del pacto social" y el novelista "ya no es el que ayuda a construir la narración, a buscar el sentido de lo colectivo, no es el sacerdote laico sino el que expresa los miedos previos, los dolores de un estadio anterior al pacto". A partir de este personaje también ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 plantea cuestiones de signo existencial al sesgo del oficio de escribir, interrogantes que dejan una sensación de vacío y desesperanza. A través de los ojos de Brouard, Chirbes reflexiona acerca de la decrepitud del hombre: "Todos los grandes novelistas que nos han contado la guerra escriben de ese mal olor permanente, nos hablan del hombre como de un saco podrido que no conviene abrir" (Chirbes, 2007: 334). Matías, hermano de Rubén, aunque omnipresente en el discurso es, sin embargo, el personaje menos dibujado de Crematorio, quizá por no tener voz directa (salvo cuando se recuerdan tramos de su vida) y, por consiguiente, de la posibilidad de añadir su punto de vista al de los otros. Pasó de la extrema izquierda al partido socialista en los años 80 y cuando renegó de aquello se refugió en la agricultura ecológica. Representa el ideólogo que ha permanecido fiel a los ideales de juventud y, considera al resto, traidores e hipócritas. Vive en unas propiedades que posee su madre, totalmente despreocupado del dinero y sin atender a ninguna de sus obligaciones personales. Su hermano Rubén lo acusa y desenmascara continuamente, lo considera un parásito de la sociedad. Además de los dos hermanos Bertomeu, en Crematorio hay dos personajes femeninos enfrentados entre sí: Silvia, la hija de Rubén -restauradora de arte en la novela y galerista en la serie-, y Mónica -la jovencísima segunda esposa de Rubén en el libro, pero amante en televisión-, una desclasada que tiene perfectamente calculado el sacrificio corporal que se autoimpondrá, quedándose embarazada para asegurarse una parte de la herencia familiar. Silvia, interpretada por la actriz Alicia Borrachero, le recrimina a su padre constantemente lo que está haciendo, pero olvida que vive acomodadamente gracias a él. A su vez, mantiene una relación muy fría con su marido y, de hecho, en numerosas ocasiones tienen conversaciones simultáneas que no se cruzan. Tiene, además, un amante y continuos enfrentamientos con su hija, algo que refleja las pugnas que ella tuvo con su padre en su juventud. Podemos decir que Silvia es un personaje lleno de contradicciones emocionales, por ejemplo, el amor-odio que siente por su padre y que comentábamos en el párrafo anterior. Estas contradicciones tienen su punto álgido al final de la serie cuando toma una decisión inesperada. No debemos olvidar que este personaje representa una mujer culta y con clase, o lo que es lo mismo, la antítesis de Mónica. Esta es la razón que hace que ambas mujeres no se soporten y mantengan una relación fría y distante llena de ademanes por parte de las dos. Por último, debemos destacar sobre este personaje que estaba muy ligado a su tío Matías y, aunque ella misma lo niegue, también a su padre, algo que no es capaz de reconocer. Para que Rubén verbalice sus miedos, frustraciones o sus deseos son muy importantes las discusiones y enfrentamientos que mantiene con su hija Silvia. Gracias a éstas, se hacen patentes las distintas emociones, incluso cuando hay silencios entre ellos. Continuamente ambos se tienen que justificar uno al otro. En realidad, son iguales y complementarios. ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Por ejemplo, en el capítulo seis de la serie, Silvia recuerda la conversación que tuvo con su padre en la inauguración de una galería. Rubén le dijo que le hubiese gustado que Silvia hubiese sido artista o pintora, que hubiese triunfado. En la novela: "Cuando su padre le recriminaba que, ya que no había optado por ayudarlo en su empresa, al menos tenía que esforzarse por abrirse paso como pintora, lo que él llamaba ser alguien en el mundo del arte, lo que hacía era recordarle que a ella le faltaba esa parte, la de ser imán, la de captar energías de dentro y de fuera" (Chirbes, 2007: 114). La escena es casi idéntica en ambos soportes. El personaje de Mónica está interpretado por la actriz Juana Acosta. En la serie es la amante de Rubén. Una de las cosas que diferencian al personaje de la serie con el de la novela es la creación de un interlocutor con el que el personaje de Mónica hable y exprese lo que siente, en este caso una amiga que no aparece en el libro-. Su amiga responde al tipo de mujer en el que ella se puede llegar a convertir dentro de 20 años: una viuda rica cuyo único objetivo en la vida es gastar la fortuna de su marido, mientras el resto del mundo la critica por ello. Mónica se siente completamente sola. Está intentando encontrar su lugar en un medio al que no pertenece: nadie la recibe en Misent, la familia de Rubén la rechaza. En definitiva, es la comidilla de todo el mundo. Se siente incómoda porque nunca siente aceptación. Parece que está enamorada de Rubén a pesar de la edad que los separa. Él le da seguridad y estabilidad. Por su parte, Rubén está enamorado de Mónica, ella le da alegría, juventud y frescura. El personaje de Mónica sirve también para iluminar y caracterizar el personaje de Rubén. Es decir, Mónica hace que Rubén saque el lado más humano de sí mismo. Por eso Mónica quiere algo más que dinero, quiere ser la mujer de Rubén. Mónica es ambiciosa, pero también es una mujer de sentimientos, capaz de hacer lo que sea por Rubén. Juan Mullor, el yerno de Rubén Bertomeu es catedrático e investigador en la ficción; en la novela es catedrático, crítico literario y el biógrafo de Federico Brouard. Pertenece a una generación más joven y, como él mismo dice en el libro: "los de mi generación hemos pasado de los cuarenta sin encender ninguna luminaria. Esto sí que ha sido una generación sombría. Vosotros equivocasteis el camino. Nosotros no hemos tenido intención de ir a ninguna parte" (Chirbes, 2007: 314). Se presenta como un personaje que ha llevado una existencia indeseada, acomodaticia y falsa, sorda y ciega a los deseos más auténticos. Para su suegro, Juan es igual de depredador que él: "Los profesores, los críticos, analizan las novelas y se sienten por encima del novelista, al que, en el fondo, desprecian como a un ser primario, ingenuo..." (Chirbes, 2007: 368). Miriam, interpretado por Aura Garrido, es la hija de Silvia y Juan. Este personaje cobra mucho más protagonismo en la serie que en la novela. Estuvo viviendo en Londres, donde aparentemente estudiaba en una prestigiosa escuela de arte gracias a su abuelo Rubén. Es provocadora, impulsiva, egoísta y vividora. Coincide con su madre en la actitud desafiante hacia sus progenitores, aunque acaba siendo como ellos. Desde su vuelta a casa para ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 asistir al entierro de Matías, se convierte en un elemento desestabilizador más para la familia Bertomeu. Además, es el ojito derecho de su abuelo. Teresa Bertomeu está interpretada por Montserrat Carulla. Es la madre de Rubén y Matías. En la serie aparece inválida y no tan deteriorada de salud como en la novela. Siempre ha sido quien ha controlado la finca familiar. Tiene un carácter fuerte. Incluso antes de quedarse viuda, ella era quien administraba los bienes. Representa a la burguesía agrícola local y no cree en el cambio como motor del progreso, por eso no apoya a su hijo Rubén. Es muy ambiciosa, sabe cuál es su posición social e incluso cuando ya está enferma no para de demostrarlo, por eso es tan dura con los demás. Tanto en la serie como en la novela emerge su vital transformación, pasando de ser una dama de gustos refinados a vestirse de negro como las mujeres de los pueblos de la zona. También queda de manifiesto en ambos formatos su inclinación hacia su hijo Matías. La descripción de doña Teresa en la novela coincide con la caracterización del personaje en la serie: "el pelo -escaso y cano- recogido en un moño de vieja pueblerina vestida de negro. Quién te ha visto y quién te ve, ella siempre tan enjoyada, tan cuidadosa a la hora de elegir los tonos de blusas y faldas, de conjuntar el vestuario..., ahora convertida en una de esas viejas pueblerinas a las que tanto ha despreciado" (Chirbes, 2007: 202). El contraste entre los diferentes personajes queda de manifiesto continuamente como, por ejemplo, en las páginas dedicadas al recuerdo de Berlín como espacio en ruinas evocado desde la perspectiva inculta de Mónica, en contraste con las apreciaciones sutiles y sensibles de Amparo, la primera esposa de Rubén (Chirbes, 2007: 290 y ss.). O la defensa que Rubén hace de su obra frente a las críticas de Silvia y Juan: "no desprecia las participaciones en bolsa que pongo a nombre de ellos, las acciones, el aguinaldo de Navidad […] siempre han crecido las ciudades a golpe de corrupción... frutos de la especulación" (Chirbes, 2007: 366). A través del la dureza con que se miran estos personajes, Chirbes rasga una cortina que deja al descubierto las relaciones familiares como una forma de ejercitar los valores de propiedad, la especulación inmobiliaria, el dinero negro, los bajos fondos, los tráficos y comercios varios o la corrupción material y espiritual (Rodríguez, 2008: 3). 4.2. Los bajos fondos Analizamos ahora los personajes que, sin ser de la familia Bertomeu, cobran una gran importancia en la trama de corrupción del libro y la serie. Es el caso de Traian, interpretado en la serie por Vlad Ivanov. Es un mafioso ruso de origen rumano, propietario de un club de alterne, que busca su lugar en el confort europeo. Es fuerte e inteligente. Rubén lo utiliza para controlar sus negocios y que le haga el trabajo sucio. Tiene mucho dinero para blanquear procedente de sus negocios. Utiliza la violencia y la extorsión. Se ha llegado a convertir en socio de algunos de los proyectos de Rubén, pero cuando éste lo excluye porque quiere estar ‘limpio’ no lo acepta demasiado bien. Cuando ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 estallan los escándalos políticos saca sus cartas para mantenerse al margen y que no lo impliquen. Otro de los personajes que se mueve en los bajos fondos de Misent es Collado, mano derecha de Rubén en los duros años del arranque empresarial. Ramón Collado es interpretado por Pep Tosar. Fue la mano derecha de Bertomeu en los comienzos. Compartió con Rubén el lado más oscuro de sus negocios. Poco a poco se fue desligando de ellos para convertirse en un pequeño empresario de suministros para la construcción. Es pasional, elemental, con una capacidad reflexiva limitada. Fue el más fiel colaborador de Rubén en el pasado, pero en el momento presente lo único que hace es crearle problemas. Además, su adicción a las drogas y a las prostitutas le han arruinado la vida. En el fondo, es una persona desgraciada que continuamente toma el camino equivocado y que tendrá su ‘merecido’ final. De alguna manera se siente traicionado por Rubén porque ve cómo se queda con su pequeña empresa (en realidad para "hacerle un favor"), y piensa que ha querido deshacerse de él. Sarcós, mucho más presente en la serie que en el libro, es la sombra de Rubén Bertomeu, y está interpretado por Vicente Romero. Asume el papel de lidiar con los asuntos sucios. Es un matón y un perro fiel. Tiene rencillas personales con Collado. Desea en todo momento complacer a su jefe y eso le llevará a cometer errores que perjudicarán gravemente a Rubén. Sarcos actúa por convicción. Fue abandonado por sus padres, y para él esto fue una traición imperdonable, por eso dice que es un comportamiento que nunca repetirá y de ahí que valore la fidelidad por encima de todo. Él cree que tiene que proteger a Rubén a toda costa y toma decisiones equivocadas porque es todo músculo y poco racional. A Emilio Zarrategui, el abogado de la familia Bertomeu lo interpreta el actor Pau Durá. Es un hombre discreto, un tanto misterioso, del que apenas sabemos de su vida personal. Es un abogado eficaz, congruente y parco, pero capaz de retorcer la ley para salvaguardar el imperio de Rubén. Maneja con cautela y firmeza a los infiltrados que tiene entre los cuerpos de policía y funcionarios para mantener el complejo equilibrio de la trama inmobiliaria de Bertomeu. Manuel Morón interpreta a Manuel Llorens, el concejal de Urbanismo que primero fue asesor de Rubén. Es muy ambicioso, vanidoso y reprimido. Le gustaría ser como Rubén, pero no tiene la personalidad exquisita que tiene Bertomeu. La policía y la fiscalía anticorrupción intentarán desenmascarar la oscura trama de corrupción que gira en torno a Rubén. Por ambas partes se intentan encontrar las conexiones que unen a varios personajes con la corrupción urbanística, tráfico de influencias, extorsión, corrupción política, etc. A lo largo de los capítulos vemos la destrucción de Bertomeu, sus negocios y de su desarraigada familia como consecuencia de su ambición y poder desmedidos. Es un viaje a los infiernos después de haber estado viviendo en el paraíso.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 5. Conclusiones La novela está llena de ricos matices que nos hace conocer con sutileza a los personajes. Esos matices los incorpora la serie. La novela hace una descripción profunda de los personajes, podemos ver todo el universo que los acompaña y transita. Nos hace identificarnos con ellos, podemos entender el carácter de Rubén a través de sus monólogos donde nos abre lo más profundo de su ser, pero hay algo más, vemos cómo los otros lo ven, cómo captan las distintas aristas de su identidad. Pero no es sólo Rúben, lo mismo ocurre con aquellos personajes a los que se les dedica un capítulo o varios, como Silvia, Mónica, Brouard, Collado, Traian. Y también con aquellos que no tienen capítulo propio como Teresa Bertomeu, el difunto Matías, Sarcós, etc. A cada uno de ellos, Chirbes le da su voz y su registro. Cada uno de esos personajes arrastra un cúmulo de medias verdades, insatisfacciones, mentiras, infidelidades (Ayala, 2007). Y en ese prisma que es la observación del ser humano vemos la evolución de los personajes. Los protagonistas evolucionan en la novela y también en la serie. Esto lo vemos en ese ir y venir del presente al pasado. En la novela es más patente, sobre todo en el caso de Rubén. Todos sabemos que el universo que va a tener el espectador de los personajes de Crematorio será notoriamente inferior que el del lector de la novela. El cine, o en nuestro caso, la ficción televisiva, es más vertiginosa, ya que nos muestra los detalles a través de las imágenes. Por ejemplo, el status social de Rubén se va a revelar a través de las imágenes (la decoración de su casa, su oficina, su forma de vestir, etc.). Si atendemos al resultado global de los recortes de la serie respecto a la novela, se puede decir que se produce una notable repercusión en la profundidad psicológica de muchos de los personajes. Con la reducción de las historias secundarias se suprimen también una importante cantidad de material extradiegético que se corresponde con discusiones o reflexiones sobre distintos temas que estos personajes mantenían principalmente con el protagonista, Rubén, por lo que se pierden importantes matices. El caso más significativo es el personaje de Brouard, que queda anclado al universo de la novela. Rafael Chirbes no pretende con su novela (como va a ocurrir en la serie), hablar de temas, de cuestiones o sucesos, sino que más bien se va a adentrar en territorios muchos más difíciles de descifrar como son los estados de ánimo, las frustraciones, las traiciones y las deudas de la vida. Chirbes hace una revisión crítica de la evolución de la sociedad española desde los años sesenta a la actualidad. Según Basanta (2007), Chirbes intentó en esta novela llevar al límite lo que ya había empezado en las dos novelas anteriores (La caída de Madrid, y, sobre todo, Los viejos amigos): "demoler todos los lenguajes con los que nos hemos construido, descubrir que son postizos que ocultan lo real. Lubricantes, consoladores" (Basanta, 2007). Para Rafael Chirbes "...frente a la cháchara de los biempensantes, el malo tiene una indigerible dosis de realidad. Es lo que hay, sin tapujos. Ahí, el modelo es ese inalcanzable Torquemada de Galdós..." (Basanta, 2007). ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 La novela y, en cierta medida, la serie, transmiten una visión pesimista de la sociedad y las contradicciones del ser humano. La novela es una alegoría de una generación que decide prender una hoguera donde incinerar sus culpas, donde purificar sus traiciones1. Es la metáfora de una sociedad enferma que camina hacia su autodestrucción. El perspectivismo múltiple permite abordar una época tan calamitosa como la nuestra en la que unos cuantos especuladores sin escrúpulos se han enriquecido a costa de la destrucción del medio ambiente. Hasta aquí la han llevado a término individuos cultos como Rubén, que se enriqueció con el tráfico de drogas y blanqueo de dinero en la construcción. Referencias bibliográficas ANTÓN VÁZQUEZ, P. (2007): "La obra novelística de Torrente Ballester y el cine: Los gozos y las sombras. Análisis comparativo-textual". Director José María Paz Gago. Universidad de La Coruña. Departamento de Filoloxía Española e Latina. AYALA DIP, J. E. (2007, octubre, 27): “Retrato de los impostores”. El País, suplemento Babelia, p. 14. BASANTA, A. (2007. octubre, 4): "Crematorio". El Mundo, suplemento El Cultural, p. 17. CASCAJOSA VIRINO, C. (2004): "El espejo deformado: procesos de hipertextualidad en la ficción audiovisual norteamericana". Directora Inmaculada Gordillo Álvarez. Universidad de Sevilla. Departamento de Comunicación Audiovisual, Publicidad y Literatura. CHATMAN, S. (1990): Coming to Terms: The Rhetoric of Narrative in Fiction and Film. Ithaca: Cornell UP. CHIRBES, R. (2007): Crematorio. Barcelona: Anagrama. DÍAZ-MAROTO, Z., CARRILLO, E. y PUEBLA, B. (2012): “Crematorio: la transposición de una novela”, en PUEBLA, B., CARRILLO, E. e ÍÑIGO, A.I. Ficcionando. Series de televisión a la española. Madrid: Fragua. pp. 323-344. HERMOSO, B. (2011, marzo. 7): “Fuego real en el ‘crematorio’ de Chirbes”. El País, p. 35. RODRÍGUEZ FISCHER, A. (2008): "Estrategias del yo". Revista de Libros, núm. 133, enero, p. 48. SEGER, L. (2000): El arte de la adaptación: cómo convertir hechos y ficciones en películas. Madrid: Rialp. TOLEDANO, G. y VERDE, N. (2007): Cómo crear una serie de televisión. Madrid, T&B Editores. WOLF, S (2001): Cine/literatura, ritos de pasaje. Barcelona: Paidós. 1
"Matías, te vas envuelto en lo más hermoso, en lo más limpio que el hombre ha producido, el fuego purificador y la música de Bach, lo que nos desinfecta por fuera y lo que nos enciende por dentro" (Chirbes, 2007 : 215).
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