La dama del alba; Alejandro Casona

Literatura española contemporánea. Siglo XX. Teatro español posguerra. Verdad y sinceridad. Muerte. Drama. Argumento. Temas. Vocabulario

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Ãndice Pág. 1. Localización de la obra............................................................................................. 2 2. Resumen.................................................................................................................... 2 3. Temas de La dama del alba................................................................................... 5 4. Vocabulario............................................................................................................... 5 5. Retrato de dos protagonistas de La dama del alba................................................ 5 6. Trascurso de la obra.................................................................................................. 5

7. AlegorÃ-a y personificación....................................................................................... 5 1. Alejandro RodrÃ-guez Ãlvarez, nombre verdadero Alejandro Casona, nació el 23 de marzo de 1903 en Besullo aldea situada en la montaña del occidente de Asturias. En Besullo pasó los primeros cinco años de su vida.

Casona era el tercero de cinco hijos de un matrimonio de maestros, Gabino RodrÃ-guez y Faustina Ãlvarez, que, cuando nació Alejandro, vivÃ-an y tenÃ-an la escuela en una vieja casona, de la que tomarÃ-a su apellido literario. Tras esos años de infancia feliz en su pueblo natal, Casona vivió en diversas poblaciones de Asturias, adonde sus padres se fueron trasladando como maestros: Luarca, Villaviciosa, Miranda y Gijón, ciudad donde por primera vez, Alejandro visitó un teatro. En 1920 terminó en Murcia el bachillerato y apareció su primera publicación. Obras publicadas:

El crimen de Lord Arturo, 1929. La sirena varada, 1934. El misterio de MarÃ-a Celeste, 1935. Otra vez el diablo, 1935. El mancebo que casó con mujer brava, 1935. Nuestra Natacha, 1936. Prohibido suicidarse en primavera, 1937.

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Romance en tres noches, 1938. SinfonÃ-a inacabada, 1940. Pinocho y la Infantina Blancaflor, 1940. Las tres perfectas casadas, 1941. La dama del alba, 1944. La barca sin pescador, 1945. La molinera de Arcos, 1947. Sancho Panza en la Ãnsula, 1947. Los árboles mueren de pie, 1949. La llave en el desván, 1951. A Belén pastores, 1951. Siete gritos en el mar, 1952. La tercera palabra, 1953. Corona de amor y muerte, 1955. La casa de los siete balcones, 1957. Carta de una desconocida, 1957. Tres diamantes y una mujer, 1961. Carta de amor de una monja portuguesa, 1962. El caballero de las espuelas de oro, 1962.

La obra pertenece al género literario de drama que es una forma de presentación de acciones a través de su representación por actores y por medio del diálogo.

Un retablo es un conjunto de figuras pintadas que representan una historia de carácter religioso; pero tiene también el sentido de representación teatral.

2. Esta obra trata sobre una familia que vive en una casa de Besullo. En esta casa viven la madre; los tres hijos: Andrés, Dorina y FalÃ-n; el abuelo, Telva, la criada; MartÃ-n y Quico.

En el primer acto, están en casa la madre, sus tres hijos, el abuelo y Telva. Los tres niños inician una 2

pequeña discusión, Telva le dice a Andrés que cuando sea mayor mandará en su casa. La madre, desde que encontraron el pañuelo de Angélica, su hija mayor, arrojado en la orilla del rÃ-o tenÃ-a miedo de perder a sus otros hijos. Por ese motivo sus hijos no iban a la escuela, para ello habÃ-a que cruzar el rÃ-o y temÃ-a que les pasara algo a algunos de sus hijos al igual que le pasó a Angélica. El abuelo intentaba hacerle entrar en razón de que los niños eran mayores y debÃ-an de ir a la escuela, y que todos los niños cruzaban el rÃ-o y no les habÃ-a ocurrido nada. MartÃ-n habÃ-a preparado la yegua para ir preparar los novillos para la feria, la madre, dolida, le preguntó que si no recordaba que fecha era y que le necesitaba esa noche más que nunca. Por ese motivo creyó que MartÃ-n ya no querÃ-a a Angélica, que fue su mujer durante tres dÃ-as. Esa misma noche el perro ladraba nervioso al ver a una mujer que llevaba una capucha y un borbón en la mano, como un peregrino. Los niños, curiosos, miraban por la ventana para ver quien era, y advirtieron a su madre que se acercaba a la casa. Esta llamó al picaporte y la madre dio a Telva la orden de que abriera la puerta, ante la duda que la criada tenÃ-a. La madre le dejó entrar en casa y le ofrecieron que se sentara a la lumbre, al echarse atrás la capucha los niños comentaron en voz baja su hermosura, mientras que el abuelo le miraba fijamente. La peregrina le preguntó que por qué le miraba tan fijamente y que si le recordaba a algo, el abuelo le comentó que no era la primera vez que se veÃ-an, a lo que ella contestó que serÃ-a posible al haber recorrido tantos pueblo y caminos. Al irse la madre a su cuarto el abuelo habla con la peregrina preguntando de nuevo dónde la ha visto anteriormente, ella le comentó las últimas veces que estuvo por allÃ- cerca. Los niños le piden a la peregrina que le cuente algún cuento, y, al comentar algo sobre Angélica la peregrina pregunta quién era ella y los niños contestan que era su hermana mayor y que murió en el rÃ-o. Mientras el abuelo cortaba leña los niños jugaban con ella y la peregrina al poco tiempo se queda dormida pero antes avisa a los niños para que la despierten a las nueve en punto. Telva manda a los niños a la cama y el abuelo se compromete a llamar a la peregrina mientras piensa dónde y cuándo la vio anteriormente. Tras mucho pensar se da cuenta de que se trata de la muerte y el abuelo, furioso, la despierta para decirle que ya descubrió de quien era. Este creÃ-a que venÃ-a a llevarse sus nietos, pero la peregrina le comenta que aún son jóvenes y que venÃ-a a por MartÃ-n. Pero eran las nueve y media, por lo que MartÃ-n ya habÃ-a pasado por el castaño grande. Mientras la peregrina le explicaba que ella no era traidora y cruel como él pensaba se oyó unas voces llamando a Telva. Las voces eran de MartÃ-n y el abuelo le dijo a la peregrina que saliera por la otra puerta, pero ésta dijo que ya pasó su hora. Al oÃ-r las voces, la madre baja mientras el abuelo abre. MartÃ-n viene con una muchacha con el pelo húmedo entre sus brazos y la madre cree que se trata de Angélica, su hija mayor, pero no era asÃ-. La muchacha se llamaba Adela y quiso suicidarse en el rÃ-o al no tener familia ni nadie que le quisiera. Adela perdió el conocimiento mientras estaba hablando con la familia y tenÃ-an que acostarla en el único cuarto libre de la casa, el cuarto de Angélica, aunque la madre no quisiera. Mientras llevaban a Adela al cuarto la peregrina le dice que volverá dentro de siete lunas y se llevará a alguien de esa casa.

Meses después, cuando ya era verano, Adela ya habÃ-a ocupado el sitio de Angélica en la casa y para la madre era como si fuera ella por lo que utilizaba la ropa de Angélica, hacÃ-a las labores que anteriormente hacÃ-a Angélica, etc. Telva comentaba con Adela como habÃ-a cambiando la vida en aquella casa y de que manera, al igual que ella expresaba su suerte al encontrar todo lo que no tenÃ-a de golpe. Aunque tenÃ-a cierta tristeza porque MartÃ-n no le trataba tan correctamente como los demás le trataban. Aquella noche era la noche de San Juan 3

y la luna era la séptima vez que se ponÃ-a redonda desde que la peregrina le advirtió al abuelo que vendrÃ-a dentro de siete lunas. El abuelo al ver que era la séptima noche que la luna estaba llena se preocupó por Adela, temiéndose que la muerte viniera a buscarla a ella esa noche. Al irse el abuelo al corral la peregrina aparece de repente y saluda a Adela, al momento llegan los niños corriendo y la rodean hasta que el abuelo llega y le dice que deje a los niños. Cuando los niños salen a la fiesta el abuelo le pide a la peregrina que pase de largo y no se lleve a nadie de la casa. La peregrina le pregunta por Angélica y el abuelo le contesta que quien iba a saber mejor quien era Angélica que ella, que fue quien se la llevó. Ésta jura no habérsela llevado, por lo que se dan cuenta de que habÃ-a algo oculto. La peregrina hace que Adela y MartÃ-n hablen. MartÃ-n le dice a Adela que se irá mañana y que será lo mejor para los dos. MartÃ-n y Adela se confiesan el uno al otro que se aman y MartÃ-n le revela el secreto a Adela de que Angélica vive, que en realidad lo que pasó fue que Angélica cruzó el rÃ-o para encontrarse con un hombre con dos caballos. Adela, confusa, le preguntó que por qué se calló al volver y no dijo la verdad a lo que el contestó que aún querÃ-a a Angélica y no quiso hacerle perder su honradez y por eso no desmintió que murió ahogada en el rÃ-o. MartÃ-n se despide de Adela y llegan los niños, que la ven llorando. Los niños le preguntan a la peregrina que por qué lloraba y porque ella tenÃ-a los ojos brillantes, a lo que ella contestó que era porque no acaba de comprender la misión que le habÃ-a traÃ-do a esa casa y ahora ya lo comprendÃ-a.

Horas después Adela bajó y preguntó a MartÃ-n que quien habÃ-a puesto ese ramo en su ventana, él dijo que no iba a consentir que su ventana fuera la única desnuda. La madre le dijo a Adela que si realmente querÃ-a a MartÃ-n que no ocultara su amor por ella. Adela habla con la peregrina y piensa de suicidarse, pero ésta le convence para que no lo haga y salga con MartÃ-n al baile. El abuelo entra en la casa y la peregrina le dice que una mujer de su casa, coronada de flores, será su compañera por el rÃ-o, pero que no tendrá que llorar ni una sola lágrima que no haya llorado ya. Mientras todos están en la fiesta la peregrina se queda en casa, cuando llega Angélica, la peregrina le llama por su nombre. Angélica extrañada le pregunta que quién le dijo su nombre y que dónde se encontraban su familia. VenÃ-a arrepentida para reencontrarse con su familia y esperaba que su familia le perdonara, pero la peregrina le dijo que ya habÃ-an sufrido bastante con su pérdida, que no les hiciera sufrir más aún con su regreso. Angélica estaba dispuesta a todo para quedarse en casa pero la peregrina se la llevó al rÃ-o. Cuándo todos volvieron de la fiesta Quico llamó a la madre, le dijo que al fin se cumplió lo que esperaba, habÃ-an encontrado a Angélica muerta en el remanso del rÃ-o...

3. Esta obra teatral trata, principalmente, sobre el amor y la muerte. Aunque también destaca el dolor.

No, Adela, no me juzgues tan pequeño; lo hice sólo por ella. Un amor no se pierde de repente..., y decir la 4

verdad era como desnudarla delante del pueblo entero. [...]

Por ella. Está sola en el mundo, y podrÃ-a hacer tanto bien en esta casa ocupando el vacÃ-o que dejó la otra... Si fuera por mÃ-, te recibirÃ-a tranquilo. Tengo setenta años.

4. Acotación: Cada una de las notas que se ponen en la obra teatral, advirtiendo y explicando todo lo relativo a la acción o movimiento de los personajes y al servicio de la escena. Concha: Estructura desmontable, reflectora del sonido que separa el espacio del escenario de la tramoya y de las alas laterales, y lo hace apto para la interpretación musical.

Atrezo: Conjunto de elementos necesarios para una puesta de escena teatral o para el decorado de una escena televisiva o cinematográfica.

EscenografÃ-a: Conjunto de decorados que se montan en el escenario.

Pseudónimo: Nombre empleado por una persona, especialmente un autor, en lugar del suyo verdadero.

5. Madre: La madre es una persona desconsolada, demasiado exigente, obsesionada y dolida por la supuesta pérdida de su hija mayor. Tiene el pelo corto de color oscuro. ¡No irán! Para ir a la escuela hay que pasar el rÃ-o... No quiero que mis hijos se acerquen al rÃ-o.

Abuelo: Persona de setenta años, de piel rugosa con pelo cano y con boina, responsable, valiente, que no teme a la muerte y que se preocupa por el bien de su familia. Pero ellos necesitan correr al sol reÃ-r a gritos. Un niño que está quieto no es un niño. 6. En un tiempo sin precisar y en una casa familiar de Asturias.

7. Una alegorÃ-a consiste en representar en forma humana o como objeto una idea abstracta. Mientras que una personificación consiste en caracterizar a una realidad no animada como humana, dándole atributos propios del ser humano.

El autor emplea como alegorÃ-a la guadaña y el reloj, que simbolizan la muerte y el tiempo y personificación de la muerte en una peregrina rubia.

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