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LA ECOGRAFÍA DE LAS 22-26 SEMANAS
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esta edad de embarazo, el feto pesa entre 400 – 600 grs y mide entre 23 – 30 cm desde la cabeza al talón. La madre ya percibe los movimientos fetales. En este periodo, la anatomía fetal se visualiza apropiadamente a través de un examen transabdominal, sin necesidad de que la vejiga materna esté llena.
Los objetivos del examen entre las 22 - 26 semanas son: Evaluación anatómica fetal En forma sistemática, se evalúa el cráneo y cerebro fetal. A este nivel, se efectúan mediciones intracerebrales para certificar la normalidad de su desarrollo. Se examina la cara, ojos, nariz, labios y, si la posición fetal lo permite, el perfil. En el tórax, se evalúa la ubicación del corazón, el aspecto de los pulmones y las principales conexiones intracardiacas. A nivel del abdomen, se estudia el estómago, los riñones, la vejiga fetal y el aspecto del hígado e intestino. Se examina también la columna vertebral, la pared abdominal y las extremidades fetales. En algunas ocasiones, la evaluación puede ser incompleta debido a una posición fetal inadecuada. Del mismo modo, algunas cicatrices abdominales y la obesidad materna disminuyen el rendimiento del examen, ya que impiden una mejor definición de las estructuras fetales.
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Si alguna anomalía es detectada, se le explicará su significado y pronóstico, como también se sugerirán los estudios complementarios aconsejables y la forma más adecuada de seguimiento y control.
Evaluación del crecimiento fetal
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Se realizan varias mediciones de l os d i s t i n tos se g m e n tos corporales fetales (diámetro entre los dos parietales o DBP, circunferencia de cabeza o CC, circunferencia del abdomen o CA, longitud del fémur o LF y longitud del húmero). Estas se comparan con tablas de crecimiento intrauterino, pudiéndose establecer si el feto está creciendo adecuada y proporcionadamente. Esto permitirá diagnosticar, por ejemplo, un retardo precoz del crecimiento intrauterino.
Evaluación de la placenta, cordón umbilical y líquido amniótico. La localización placentaria, como también sus características morfológicas, grado de madurez y posibles lesiones (tumores, infartos y desprendimientos) serán estudiados. La anomalía placentaria más frecuente es su localización próxima al cuello
uterino (placenta previa), que adquiere una complejidad mayor cuando se encuentra en relación con cicatrices uterinas previas (cesárea) o si infiltra la pared uterina (acretismo). La placenta previa y el acretismo placentario se relacionan con sangramientos durante el embarazo y hemorragias en el parto. Su diagnóstico oportuno permite programar el momento y las condiciones óptimas para la interrupción del embarazo, disminuyendo los riesgos para la paciente. La evaluación del cordón umbilical permite determinar la presencia de sus 3 vasos (2 arterias y 1 vena), su inserción adecuada en la placenta, así como también torciones, circulares y eventualmente nudos del mismo. La anomalía más frecuente del cordón es la presencia de una arteria en vez de dos, denominada arteria umbilical única. Nuestra experiencia, con más de 85 casos de diagnóstico prenatal en los últimos 5 años, nos ha demostrado que 2/3 de los fetos con arteria umbilical única son normales. Un tercio de los fetos presenta malformaciones del cerebro, cara, corazón o riñones. Por este motivo, la detección de una arteria umbilical única nos obliga a revisar aún más cuidadosamente estos órganos. El volumen de líquido amniótico puede ser evaluado en forma cualitativa o cuantitativa. El exceso de líquido (polihidroamnios) o su reducción (oligohidroamnios) pueden relacionarse con malformaciones fetales y falla placentaria.
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Evaluar el riesgo de hipertensión del embarazo La enfermedad hipertensiva es una de las complicaciones médicas más frecuentes del embarazo y una de las primeras causas de muerte materna en Chile. Aproximadamente, 7-10 de cada 100 embarazadas sufrirán una elevación de su presión arterial, pudiendo afectar el crecimiento fetal por insuficiente funcionamiento de la placenta.
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Aunque la mayoría de las veces el cuadro clínico se manifiesta en el 3er trimestre de la gestación, estudios recientes han demostrado que una evaluación Doppler de las arterias uterinas entre las 20-24 semanas, permite identificar la mayoría de las pacientes que desarrollarán complicaciones hipertensivas serias y que tendrán su parto antes de las 34 semanas. Para establecer el riesgo de hipertensión, debe efectuarse un estudio Doppler color de las arterias uterinas. Un aumento significativo de la resistencia al flujo de la sangre a este nivel determina un riesgo mayor, que el resto de la población de embarazadas, de desarrollar esta complicación. Algunas pacientes tienen “factores de riesgo” (ver página 63), los que también incrementan la probabilidad de presentar esta enfermedad.
Evaluación de riesgo de parto prematuro El parto prematuro (nacimiento entre las 22 y 37 semanas de gestación) es la causa más frecuente de enfermedad y muerte perinatal. Cerca de la mitad de las anormalidades neurológicas de la infancia son secundarias a la prematurez. En Chile, 3 a 5 de cada 100 mujeres embarazadas tienen su parto prematuro. Las pacientes con mayor riesgo de presentar esta complicación son las que tienen síntomas de parto prematuro (contracciones uterinas). Si el cuello uterino de estas pacientes está acortado, el riesgo de dar a luz antes de las 35 semanas se eleva en forma significativa. La longitud del cuello uterino puede ser evaluada con precisión y sin riesgos mediante una ecografía endovaginal, siendo recomendable efectuar esta medición cuando existen síntomas de parto prematuro y factores de riesgo que se enumeran en la página 63.
Diagnóstico de sexo fetal El diagnóstico de certeza de sexo fetal puede efectuarse habitualmente a esta edad gestacional. No obstante, en muchas ocasiones podemos definir los genitales en etapas más tempranas.
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¿El examen ecográfico normal garantiza la normalidad de mi hijo? No. Cifras repor tadas concluyen que si bien la ecografía aplicada de esta forma tiene una alta capacidad para detectar malformaciones y anomalías fetales, existen algunas alteraciones físicas, neurológicas y genéticas que son imposibles de descubrir actualmente a través de este examen. 22
¿Qué malformaciones no pueden ser diagnosticadas durante la ecografía de las 22-26 semanas? Algunos tumores fetales, de aparición más tardía Algunas obstrucciones gastrointestinales (aparición más tardía) Algunas malformaciones renales de aparición más tardía Anomalías evolutivas (hemorragias, neoplasias, algunas displasias esqueléticas)
Fisuras del paladar blando de la boca Algunas hidrocefalias y otras anomalías cerebrales de aparición tardía Obstrucciones leves y moderadas de las arterias cardiacas Tumores cardiacos y miocardiopatías (aparición más tardía) Defectos menores de las extremidades fetales Defectos sutiles de los genitales fetales Varias enfermedades genéticas, metabólicas y neuromusculares De acuerdo a lo anterior, es importante reevaluar el embarazo, en el examen establecido entre las 32-34 semanas.
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