LA EMIGRACIÓN COMO RECORRIDO PERSONAL. ANALISIS CUALITATIVO

IV LA EMIGRACIÓN COMO RECORRIDO PERSONAL. ANALISIS CUALITATIVO NOTA INTRODUCTORIA. Los " i n m i g r a n t e s e c o n ó m i c o s " no sólo supone

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IV LA EMIGRACIÓN COMO RECORRIDO PERSONAL. ANALISIS CUALITATIVO

NOTA INTRODUCTORIA.

Los " i n m i g r a n t e s e c o n ó m i c o s " no sólo suponen un c o n j u n t o de problemas de tipo legal, político y e c o n ó m i c o que se pueden d e s c r i bir externamente; suponen también, y no secundariamente, un p r o blema en el campo ideológico: por qué los autóctonos rechazan a los extranjeros, sobre t o d o c u a n d o son pobres o marginados; c ó m o afrontan éstos su situación; qué ideologías subyacen en los discursos y en las prácticas de unos y otros, etc. Este análisis cualitativo de la problemática de la inmigración debe cubrir, por tanto, a los inmigrantes y a los a u t ó c t o n o s . Lo haremos a través de la técnica del G r u p o de Discusión, que hemos estimado la más apta para tal objetivo. A su vez, d i s t i n g u i m o s seis sectores de i n m i g r a c i ó n y cuatro de a u t ó c t o n o s cuya descripción pormenorizada incluimos al comienzo de cada apartado. Para el estudio de la o p i nión pública española en t o r n o a los extranjeros, nos serviremos t a m b i é n del análisis de c o n t e n i d o de prensa, radio y televisión durante 1985. El análisis de los discursos intenta desvelar los procesos c o l e c t i vos que subyacen en las representaciones grupales, hasta llegar a elaborar modelos explicativos de las diferentes tipologías y tenden-

252 cias existentes. Cada uno de los discursos tiende a reflejar el sistema de valores del sector representado por los participantes en la discusión. No es necesario que se trate de un grupo real de vida, sino que sea un grupo suficientemente homogéneo para reconstruir la media de un sector determinado de ese colectivo (los tópicos del sector, sin extremos). De ahí, también, la posibilidad de generalizar los resultados obtenidos al conjunto del sector estudiado. De hecho, la realización de varias Reuniones de Grupo con un mismo sector o colectivo demuestra, por la redundancia de los discursos, la rapidez con que se llega a su saturación tópica(i).

1.

PORTUGUESES Y CABOVERDIANOS EN LAS MINAS DEL NOROESTE DE LEÓN.

1.1.

Delimitación del sector. FICHA T E C N I C A D E 1 R G D

• • • • • • • • •

Varones entre 25-45 años. 7 Portugueses y 3 de las Islas de Cabo Verde. Todos mineros (carbón). Alguno en paro. Varios Solteros; mayoría casados, con hijos en España. Mitad con permiso de trabajo; mitad en situación irregular. Diversas formas de contratación laboral. Fecha de aplicación: 8 octubre 1984. Local: un bar de Bembibre del Bierzo (sala acomodada). Duración: 150 minutos.

Portugal ha sido un país de tradición emigrante: 25.000 emigrantes anuales entre 1900-1950 (la mayoría hacia Brasil); y 60.000 por año entre 1960-1975 (la mayoría hacia Europa, en especial a Francia). Con España el flujo ha sido pequeño y concentrado en las regiones fronterizas (Galicia, León, Extremadura, Andalucía Occidental). En estas zonas la presencia de portugueses es muy antigua, si bien en los últimos 10 años el número ha aumentado por diversas circunstancias internacionales (presión demográfica de la descolonización; cierre de fronteras en el centro de Europa, crisis económica portuguesa, etc.).

(1) Para una introducción más amplia y sistemática, tanto de los fundamentos teóricos como de los elementos prácticos del Grupo de Discusión, ver I B A Ñ E Z , J.: Más allá de la Sociología (teoría y crítica), Siglo XXI, Madrid, 1979; y O R T I , A.: "La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: La entrevista abierta y la discusión de grupo", en AA.VV.: El Análisis de la realidad social. Métodos y Técnicas de Investigación. 153-185. Alianza Editorial, Madrid, 1986.

253 4.443 Portugueses han trabajado legalmente en España durante 1985(2) lo que, sobre una estimación de 70.000 portugueses, significa que buena parte de ellos trabaja ¡legalmente. En nuestro G r u p o de Discusión la mitad tienen "permiso de trabajo". La reunión tiene lugar en Bembibre (León) con un sector de inmigrantes portugueses y caboverdianos que ya llevan un p r o m e d i o de 10 años en España; m u c h o s de ellos están casados y tienen hijos de corta edad, con lo que empieza a vislumbrarse la problemática de la segunda generación. Por lo tanto, la característica básica del g r u p o es su relativa estabilidad en la e m i g r a c i ó n : estabilidad basada en los hijos y su desarrollo escolar; estabilidad basada en el empleo, al haber c o n s e g u i d o una cierta cualificación en su trabajo (mayoritariamente la minería) y, por tanto, un salario que permite una vida relativamente holgada. El g r u p o representa, pues, al sector de la inmigración económica con trabajo asalariado más o menos estable —en las minas, la industria, la construcción, la agricultura...—, pero de una gran dureza y poco apetecido por los españoles. En estas c o n d i c i o n e puede estar aproximadamente, de acuerdo con la Encuesta, entre el 10% y el 15% de la población activa proveniente del Tercer Mundo y Portugal, es decir, unos 35.000 inmigrantes. En el caso c o n c r e t o de nuestro g r u p o , el aspecto central de sus vidas es la mina. C o m o en otros sectores de e m i g r a c i ó n , los p o r t u gueses o c u p a n un puesto que los españoles ya no quieren para sí. Los hijos de los mineros españoles han ido desertando progresivamente de la mina, dejando el hueco a los inmigrantes. De este m o d o , hay empresas en la c o m a r c a cuya plantilla está cubierta mayoritariamente con trabajadores extranjeros y pueblos que en la práctica son ya un crisol de razas y de culturas. En la zona abunda el trabajo a destajo, la inseguridad laboral, la sobreexplotación (horarios de trabajo de más de diez horas, primas a la p r o d u c t i v i d a d , trabajo por contratas, etc.) y la posibilidad, por tanto, del ahorro que asegura el progreso c o n vistas al f u t u r o , a u n que ello conlleve el perder la salud en un trabajo ya de por sí d u r o , pero que se endurece más ante la necesidad del emigrante de j u s t i ficar la emigración en términos de ahorro. También hay que tener en cuenta la poca distancia que les separa de su cultura de origen. Distancia física (cercanía de Portugal) y distancia simbólica (relativa semejanza del idioma y otros elementos culturales comunes en la zona). (2) M i n i s t e r i o de T r a b a j o y S e g u r i d a d S o c i a l ; Boletín (1986) 80.

de Estadísticas

laborales

28

254 1.2.

El valor del trabajo (obreros ideales).

Algo que podríamos llamar "moral del trabajo" vertebra el discurso de los mineros portugueses y caboverdianos. Es preciso, por eso, entender lo que significa la mina y el trabajo para este sector a fin de entender el texto en su totalidad: "Yo podría coger y hacer la mitad del trabajo, pero lo hago todo entero igual que esos señores. Hacemos 17 horas, muy bien; hacemos 18, pues muy bien. Hay que trabajar, h a y q u e trabajar"(1RGD, 35).

"Desde el año 80 que no me doy de baja, gracias a Dios. Gracias a Dios y gracias a mí, porque u n c a t a r r o y o lo c u r o t r a b a j a n d o . Ahora, hay muchos señores con el capricho de cuidar el catarro en la cama, o en casa o en los bares"(1RGD, 37). Se diría por estos testimonios que el emigrante es un obrero modelo. Y en algún sentido es cierto, la vagancia está penalizada en la sociedad emigrante, distingue al buen emigrante del mal emigrante. Por vagancia se entiende en el grupo el aprovecharse innecesariamente del subsidio de paro, el absentismo laboral y el bajo rendimiento en el trabajo. Desde el punto de vista del análisis esto se nos aparece como un síntoma. Se diría que se trabaja para progresar, para cumplir el proyecto emigrante de retornar "rico". Esto es evidentemente cierto, pero hay algo más, el trabajo aparece como una moral. El absentista cumple su proyecto de progreso, pero lo hace por medios no morales, medios que le descalifican frente al grupo emigrante. Este es también el caso de algunas prostitutas portuguesas que el grupo descalifica: "Esos que estamos clandestinos vamos por ahí, muy bien, nadie se mete con nosotros; pero por otro lado estamos también mal vistos por la Guardia Civil (...), porque hay muchas mujeres que hoy en día trabajan en barras americanas, y no hace mucho que fui a sacar una ahí. Vino el padre y la madre y fuimos ahí a sacarla; entonces la sacaron porque la Guardia Civil... fui yo quien les dije que la señora estaba indocumentada"(1RGD, 9). Vemos aquí cómo el mismo grupo inmigrante ejerce un control activo de las actividades que les pueden comprometer frente a la Guardia Civil. Podemos pensar que esa moral del trabajo es un autocontrol de este sector de inmigrantes para no generar rechazo en la sociedad receptora. Esto es algo que aparece sin excepción en todo grupo inmigrante dado que el inmigrante, desde una óptica nacionalista que ellos también asumen, no posee ningún derecho, no forma parte de esa especie de contrato no escrito que convierte a los españoles en semejantes entre sí; por eso, su estabilidad en la emig r a c i ó n depende del arbitrio de los españoles, y la ira del español puede desencadenarse en cualquier momento:

255 "Porque ¿qué haces si'un día te dan una patada aquí?, ¿a dónde vas?" (1RGD.38). El inmigrante debe establecer con el español un pseudo-contrato por el cual el español renuncie a su "derecho" de expulsarle, a cambio de unas ciertas ventajas. Las ventajas son para este sector que el patrón tenga para sí un obrero ideal, un obrero del que no pueda prescindir porque interioriza como moral los principios del rendimiento y la productividad. El trabajo es lo que simboliza preferentemente ese pseudo-contrato, "pseudo" porque no se basa en el derecho sino en el poder que una de las partes tiene sobre la otra.

1.3.

Afirmarse en la diferencia (insolidaridad de clase).

Un efecto de esa interiorización de la moral del trabajo lo constituye la supervaloración de este sector de inmigrantes con respecto al español: "Los españoles son vagos. (...) Cobran más el paro obrero que trabajando muchos de ellos"(1RGD, 16). En la medida en que puedan aparecer como mejores obreros que los españoles, podrán justificarse a sí mismos y a los demás la necesidad de su permanencia en España, máxime en una situación de paro en que los obreros españoles deberían exigir el puesto que ellos ocupan. El razonamiento que siguen es el siguiente: los propios empresarios no quieren trabajadores españoles porque no son capaces de dar el rendimiento que ellos quieren. Siempre es lo mismo: o los españoles no quieren o no pueden ocupar el puesto que ellos ocupan. Se puede desprender de esto que la actitud del inmigrante con respecto a la presión sindical del obrero español será básicamente insolidaria, aunque en la situación de unas empresas cuya plantilla está mayoritariamente compuesta por extranjeros la actividad sindical puede suponerse nula. La actitud con respecto a ellos mismos será también básicamente insolidaria ya que todo intento de defensa del obrero inmigrante será interpretado o bien como vagancia o bien como una agresión contra la estabilidad de la comunidad inmigrante. La moral del trabajo supone también una jerarquía entre los distintos grupos emigrantes en función de su capacidad para el trabajo. "A toda persona que trabaja le tienen que pagar. Ahora, vas a ver los paquistaníes... no ya los negros, porque los negros trabajan mucho, ¡cuidado!. Yo empecé de ayudante y ahora soy barrenista. ¿Por qué?, porque fui subiendo peldaños. Ahora, sin embargo, vas a la mina y estás de

256 ayudante toda la puta vida... Tu no puedes cobrar dinero. Ahora, los paquistaníes para ayudar al barrenista, para llevar un poco de carbón... ¡pa nada!, ¡pa llevar trabajos fáciles! Si los pones a barrenar, a picar o a poner un cuadro, no saben. En cambio los negros cuando vinieron aquí tenían la voluntad de trabajar, fueron aprendiendo; ponen madera, hay negros que ponen madera, hay negros picando, hay negros barrenistas... Pero los paquistaníes no son iguales"(1 RGD, 54). La cita no requiere especiales comentarios ya que entra perfectamente dentro de la lógica de la moral del trabajo que hemos explicado. Pero interesa resaltar cómo esa lógica favorece la desunión entre grupos inmigrantes diferenciados.

1.4.

El sueño del retorno y la realidad.

La moral del trabajo típica de este sector tenía como meta el ahorro con vistas al retorno. Y dado que la emigración se consideraba una etapa transitoria, nada justificaría el intento de mejorar el nivel de vida actual, cuyo único sentido es el sacrificio orientado al ahorro. Pero a medida que pasan los años y los hijos crecen, la expectativa de retorno decrece y aumentan los conflictos relacionados con la integración en España. En este punto podemos retomar el problema del futuro tal como se plantea a los inmigrantes económicos: conforme la emigración va siendo más estable y aparece en el horizonte la segunda generación (escolarizada en España), el proyecto del inmigrante sufre cambios profundos. La emigración, que aparecería como una situación transitoria de enajenación, se prolonga más de lo previsto, ya que los pocos ahorros de por sí no son suficientes para asegurar el retorno en las condiciones previstas ("volver rico"). Es más, a medida que pasa el tiempo se va adquiriendo conciencia de que la situación no va a mejorar sensiblemente y que, mas bien, va a empeorar. El propio proyecto de emigración se frustra, ya que sin la idea del retorno la propia existencia enajenada de la emigración se convierte en un sinsentido. Se impone entonces la tarea de dotar de un nuevo sentido la propia vida. Por una parte, se descubre lo que queda después de haber destruido el proyecto emigrante: la evidencia cruda de la explotación: "Eso no es trabajar, eso es matarse, ¿entiendes? ¡Eso es matarse!" (3RGD, 6). "Tienes que vivir en un pajar, que no es una casa, que es un pajar, y a pagar quince o ventítantas mil pesetas, ¡y es un pajar! S e a p r o v e c h a n lo q u e q u i e r e n d e los e m i g r a n t e s e n la m i n e r í a " (1RGD, 21).

257 Estas rotundas afirmaciones son contestadas por otro sector del grupo que representa la ideología emigrante tradicional que afirma que el trabajo es un don gratuito de los españoles y que, por tanto, hay que aceptar lo que tengan bien a darles: "Está m a l , e s t o y de a c u e r d o q u e está m a l , p e r o d e c u a l q u i e r m a n e r a e s t á s e n el país t r a b a j a n d o " ( 1 R G D , 56). "El q u e v i e n e p a r a a q u í t i e n e q u e ir p i d i e n d o " ( 1 R G D , 2 9 ) .

Esta última frase expresa demasiado bien la relación entre inmigrante y autóctono, una relación de dependencia en que al inmigrante sólo le cabe sentirse agradecido por ser explotado. Nadie podría aceptar una situación tal de dependencia sin la promesa de que sea transitoria, y el retorno viene a cumplir esa función ideológica. Desaparecida la evidencia del retorno sólo queda, para la primera generación, la conciencia de la servidumbre misma. Aparecerá, sin embargo, un nuevo señuelo: el ascenso social de los hijos —la segunda generación— que cumplirá el proyecto frustrado del padre. Toda la parafernalia ideológica de la igualdad de oportunidades y el ascenso social de los más aptos en una sociedad democrática como la española, servirá para reforzar este último sueño forjado por los inmigrantes que intentarán, desde ese planteamiento, el éxito escolar y laboral de sus hijos en España.

2.

M A R R O Q U Í E S E N LA E C O N O M Í A S U M E R G I D A .

2.1.

Delimitación del Sector. FICHA T É C N I C A DE 2RGD

• •

V a r o n e s e n t r e 35-60 a ñ o s . M a y o r í a c o n m á s d e 10 a ñ o s e n E s p a ñ a .



Sin t r a b a j o fijo a u n q u e varios lo t u v i e r o n hasta h a c e a l g u n o s a ñ o s . A c t u a l m e n t e t r a b a j a n e n " c h a p u z a s " o t r a b a j o s d e t e m p o r a d a , sin c o n t r a t o legal ( e c o n o m í a s u m e r g i d a ) . L a r g a s t e m p o r a d a s d e p a r o a b s o l u t o , sin S e g u r i d a d Social ni o t r o s a p o y o s sociales.



C a s a d o s y p a d r e s d e f a m i l i a . U n o t i e n e la f a m i l i a e n M a r r u e c o s y vive e n p e n s i ó n ; los d e m á s t i e n e n su f a m i l i a e n M a d r i d ( b a r r i o s d e B e l m o n t e , P e ñ a Chica y Peña Grande).



R e g i s t r a d o s e n el C o n s u l a d o d e M a r r u e c o s e n M a d r i d ; p e r o sin p e r m i s o d e residencia e n E s p a ñ a ( i n d o c u m e n t a d o s ) .

• •



F e c h a d e a p l i c a c i ó n : 2 7 o c t u b r e 1984. L o c a l : o f i c i n a d e asistencia social d e (Madrid). D u r a c i ó n : 65 m i n u t o s .

la p a r r o q u i a N.S. e n el C e n á c u l o

258 La entrada significativa de marroquíes en España (sin contar a los de Ceuta y Melilla que son anteriores) se produjo a fines de los años 60 y en los años 70, al encontrar dificultades para establecerse en Europa Central (sólo en Francia había más de 400.000). Actualmente más del 50% de los inmigrantes marroquíes residen en Ceuta y Melilla y otro 37% en Madrid y Barcelona; el resto están esparcidos en muy pequeño número por las diversas regiones. En 1985 el Ministerio de Trabajo sólo expidió 2.658 "permisos de trabajo" a marroquíes (3), si bien este número no incluye a los trabajadores legales de origen marroquí en Ceuta y Melilla (lo que, en sí, nos parece una nueva discriminación con los musulmanes de esas plazas). En todo caso, se puede afirmar que más del 80% de la población activa marroquí presente en España trabaja en la "economía sumergida". El grupo cuyo discurso vamos a analizar puede representar al sector de la inmigración que llegó a España en los tiempos de expansión económica, encontrando trabajo al principio como operarios no cualificados, pero que después —con la crisis económica— han perdido el empleo y se dedican —en condiciones de ilegalidad— a diversas formas de economía sumergida y trabajos de temporada o, cuando ni eso pueden, a vivir de la caridad o recurrir a soluciones extremas (tráfico de hachís, pequeños hurtos, prostitución...). Es difícil estimar la cifra de trabajadores inmigrantes en estas condiciones pero, contando sólo a los desempleados y subempleados (menos de 20 horas semanales de trabajo), pueden ser más de 60.000 personas. El encuentro tiene lugar en Madrid con marroquíes asentados en nuestro suelo desde hace bastantes años; ninguno tiene trabajo fijo si bien varios lo tuvieron —como peones albañiles— hasta hace dos o tres años. Ahora se dedican a hacer "chapucerías" —¡legalmente— o a trabajos de temporada (como hacerse a la mar, en uno de los casos, en barcos de cualquier bandera). La mayoría de los reunidos viven con su familia en condiciones de extremo hacinamiento y angustiados por las visitas de la policía (que les amenaza con la expulsión) y de los acreedores de la luz, del agua, del aquiler... En muchos aspectos, comparten la situación de abandono y pobreza de los sectores españoles más marginados con quienes a veces llegan a entablar buena vecindad.

(3) borales

Ministerio de Trabajo y Seguridad Social: 28 (1986) 80.

Boletín

de Estadísticas

La-

259 2.2.

La angustia de no tener trabajo.

C o m o ya hemos p o d i d o c o m p r o b a r en el análisis descriptivo de este Informe, buena parte de los marroquíes que hay en España — incluidos los de Ceuta y Melilla— o se encuentran sin trabajo o lo hacen de forma clandestina, casi siempre en actividades de baja categoría y corta d u r a c i ó n . Los asistentes a nuestra reunión, todos ellos padres de familia, participaban de esta situación dándose la circunstancia de que varios de ellos habían trabajado antes c o m o obreros fijos en diversas empresas españolas. Al quedarse sin trabajo, su situación les resulta angustiosa: " Y o c u a n d o e s t a b a t r a b a j a n d o p u e s n o h e t e n i d o p r o b l e m a s , ni y o ni e n m i c a s a . P o r e j e m p l o , a m í , si l l e g a el f i n d e m e s y m e v i e n e la l u z , m e v i e n e el a g u a , m e v i e n e la b a s u r a , m e v i e n e el a l c a n t a r r i l a d o , m e v i e n e la c a s e r a . . . ¡la p a g o y en paz! H o y día llegan esas c o s a s y tengo q u e esconderme para que n o m e e n c u e n t r e n e n c a s a h a s t a q u e y o t e n g a la s o l u c i ó n . (...) Si e s t á s t r a b a j a n d o n o le d a s i m p o r t a n c i a , ni lo s i e n t e s ; p e r o a h o r a , si e s t á s p a r a d o , s i n h a c e r n a d a , h a c i e n d o el indio... v a m o s , ni siquiera d u e r m e s p e n s a n d o e n ello" ( 2 R G D , 3 8 - 4 0 ) .

Estar sin trabajo es "hacer el indio": se ha perdido la razón de ser del proyecto migratorio que no era otro sino trabajar para poder retornar en mejores condiciones al propio país. Ya sólo cabe —aparte la protesta impotente— luchar como sea por sobrevivir, por llevar "un cacho de p a n " a sus hijos: " — V e n i m o s a b u s c a r u n c a c h o d e p a n i g u a l q u e l o s d e m á s (...). P e r o y a n o t e n e m o s d e r e c h o a n a d a , v i v i m o s c o m o p o d e m o s , sobreviviendo, en f i n , trapicheando como podemos. —¡Hasta q u e te hartas! — D e una manera o de otra... — ¡ E s o es lo q u e p a s a ! " ( 2 R G D , 2 0 ) .

La angustia por la supervivencia les lleva a trabajar en lo que sea; desde esta actitud, llegan a comprender incluso a quienes se introducen en actividades delictivas para llevar a casa algún dinero (se alude expresamente al tráfico de hachís); lo hacen porque no tienen más remedio. Actitudes fatalistas, a veces con un densa carga religiosa, aparecen c o n frecuencia a lo largo de la reunión: " E l G o b i e r n o t e n d r á s u s l e y e s y t e n d r á s u s c o s a s y n o sé q u i é n s o y y o p a r a q u e d i g a lo c o n t r a r i o . A ver, q u é le v o y a d e c i r , p u e s n a d a , ¡a c a l l a r ! y y a e s t á . ¿ Q u é v a m o s a h a c e r ? . . . la vida!" ( 2 R G D , 7). " T o d o s o n p r o b l e m a s . . . y e s o n o s a f e c t a m u c h í s i m o , p e r o al f i n y al c a b o l u e g o t e p o n e s a m i r a r l o . . . ¡y t e c a l l a s ! . ¿ Q u é vas a h a c e r ? (...). Y n o c u l p o . . .

260 no culpo... ¿a quién voy a echar yo la culpa?: pues a Dios que me ha nacido... En el suelo nos encontramos encerraos. (...) Dios ha hecho la tierra y ya en la tierra pues los e s t a m o s p a s a n d o p u e s m a l , ¡pero mal! Por no ser español no tienes derechos... Y eso es lo que hay, pues en este caso, ¿qué vamos a hacer?; p u e s t r a p i c h e a r n o s , e s t a m o s v i v i e n d o c o m o p o d e m o s hasta q u e D i o s d i g a " (2RGD, 4-5).

2.3.

Proscritos en todas partes.

Los reunidos relatan todo tipo de injusticias y vejaciones cometidas contra ellos: echarles de un trabajo fijo sin indemnización; impedirles la venta ambulante; registros de la policía en sus casas y amenazas de expulsión; segregación en la calle o en los bares ("como si fuéramos demonios", "como si tuviéramos cuernos"); vetarles la concesión de becas para sus hijos, etc. Culpan de esta situación al Estado español, pero no porque dé prioridad a los trabajadores españoles (lo que entienden desde una óptica nacionalista), sino porque su política de extranjeros es ambigua y arbitraria. Política ambigua, dicen porque se permite residir a los extranjeros pero sin dejarles trabajar ni concederles ningún tipo de ayuda; y arbitraria porque en la relación con la policía no sabes a qué atenerte, te dan o no los papeles según les venga en gana (la reunión tuvo lugar antes de ponerse en vigor la Ley de Extranjería). Con estos planteamientos, los reunidos se sienten engañados y exigen que se les trate como personas y se les conceda poder trabajar; o si no, que les echen de una vez del país: "—Tienen que existir dos cosas: te admiten, por ejemplo, te legalizan; o te dicen: venga, ¡fuera de aquí! —¡A la papelera! —¡A la papelera! (...) Qué no nos engañen, ¡que nos echen!"(2RGD, 7-8). La xenofobia de los españoles se condensa para ellos en una expresión concreta: "Moros". La discusión que entablan sobre el origen etimológico de esa palabra resulta muy expresiva como proyección ideológica de lo que cada uno entiende que le quieren decir: —"Moro" viene de "mauritano"; —Quiere decir "persona sin bautizar, una persona salvaje". —Quiere decir "mono., que asusta a los españoles". La encuesta a Inmigrantes confirma la situación de máxime pobreza y marginación que afecta a la colonia marroquí, así como la xenofobia que se ceba en ellos más que en otras colonias (ver capítulo 111,2-2).

261 2.4.

Futuro incierto.

Los inmigrantes marroquíes situados en la economía sumergida emigraron de su país huyendo de la miseria y, en una primera etapa, aquellos que encontraron un trabajo estable, se sintieron realizados; pero ahora, sin trabajo legal, su situación es desesperada y sólo les cabe la lucha por la supervivencia. De seguir en el paro y en la ilegalidad, la única salida que les cabe es volver a emigrar hacia no saben dónde: "En el futuro pues habrá que buscar alguna salida como sea (...). Si veo que no hay salida aquí en España, si yo tiro así un año o dos o lo que fuera y veo la cosa que no tiene salida, me la tengo que buscar e n o t r a p a r t e . Aquí no puedo vivir: ni trabajo ni vivienda ni nada de eso, pues no me queda más remedio que, ja ver!, b u s c a r o t r a salida d o n d e s e a (...) en Francia, en Holanda, en Bélgica, en Alemania, en Dinamarca, en Suiza, ¡donde sea! jen t o d o s los países del m u n d o ! (2RGD, 44-45). La presión demográfica por la supervivencia pone en el disparadero de la emigración —o reemigración en este caso— a quienes no tienen ni lo indispensable para vivir. Ya vimos que, desde el punto de vista del capital internacional, tales personas cumplen una función social muy importante como "reserva de trabajadores" que presiona a la baja en la lucha sindical y que está dispuesta a trabajar a cualquier precio y en cualquier lugar. 3.

EMPLEADAS DE HOGAR INTERNAS DEL TERCER M U N D O .

3.1.

Delimitación del sector. FICHA T É C N I C A DE 3RGD



M u j e r e s e n t r e 17-30 a ñ o s (una más de 40).



4 Filipinas; 4 dominicanas; 2 guineanas; 1 ecuatoriana.



Mayoría "chicas internas"; todas sector servicios.



Mayoría solteras. A l g u n a s casadas (familia fuera de España).



La m i t a d c o n p e r m i s o d e r e s i d e n c i a ; la o t r a m i t a d i n d o c u m e n t a d a s .



Mayoría con contrato de trabajo; pocas Seguridad Social.



F e c h a d e a p l i c a c i ó n : 30 s e p t i e m b r e 1 9 8 4 .



Local: Centro filipino " T I P A N A N " (Madrid).



D u r a c i ó n : 85 m i n u t o s .

En este caso se quería dar la palabra a un sector de población extranjera formado por unas 50.000 mujeres, con un promedio de edad joven, que trabajan como empleadas domésticas (casi siempre

262 en régimen de "internas") para la media y alta burgesía de nuestro país. En el Grupo participaron chicas de Filipinas (principal colonia del sector) República Dominicana, Ecuador y Guinea Ecuatorial; pero hay también muchas de Portugal, Marruecos, Cuba y otros países latinoamericanos. En los últimos 10 años este sector de extranjeros ha aumentado notablemente, en parte porque se les cerraban otras fronteras (caso de USA para las filipinas o Francia para las portuguesas), y en parte porque dentro de España la paralización de los flujos campo-ciudad durante los años 70 ha supuesto una crisis en la oferta de "chicas internas" (venidas casi siempre directamente de provincias para servir a los señores de la gran ciudad). La migración interior, en efecto, está siendo sustituida actualmente por la migración exterior; la chica interna parece ser en los últimos años indefectiblemente carne de emigración. El Real Decreto del Servicio de Hogar Familiar (1985) trató de establecer unos mínimos legales que, al menos en el caso de las "chicas internas extranjeras", están lejos de cumplirse: se establece en el Decreto que deben cobrar el "salario mínimo interprofesional" (41.000 ptas. en 1986) pero el 86% de las empleadas de hogar extranjeras perciben por debajo de esa cifra; asimismo se establecen 40 horas semanales de trabajo pero el 70% trabajan más de 40 horas (el 56% más de 55). El propio Decreto establece que en concepto de habitación y comida se puede rebajar hasta el 45% del sueldo y que pueden establecerse de mutuo acuerdo ampliaciones de jornada laboral, aspectos ambos que demuestran la discriminación existente en relación a este sector laboral. 3.2.

Servir a los señores.

El azar, la buena o la mala suerte, está constantemente presente en el discurso de este sector de inmigrantes. Naturalmente, la búsqueda de trabajo conlleva para todo el mundo un factor de azar. Y en situaciones de extrema necesidad el azar es mayor, ya que se tiene menos poder de elección. En tales casos, que es lo normal entre las chicas del sector que estudiamos, hay que aceptar cualquier cosa. ¿Qué elementos constituyen la buena suerte? Esencialmente tres: la familiaridad en el trato, la Seguridad Social y el sueldo. El orden responde a una jerarquía de importancia entre los tres elementos: "Yo lo único que no tuve suerte fue porque no me aseguraron nunca, y por la paga, pero por lo menos tratarme... pues yo voy a verle cada vez que

263 quiera... (...). Pero lo único fue el Seguro, que no..., pero después estaba de maravilla, por eso nunca tuve que cambiar de casa" (3RGD, 7). "Pero de todos modos, eso de la paga... si te la quieren dar, bien; pero por lo menos la Seguridad Social es algo que hay que luchar por conseguirla" (3RGD, 13). Hay que tener en cuenta que la Seguridad Social no es sólo para ellas una asistencia médica o una j u b i l a c i ó n , es también un prerrequisito para conseguir el permiso de residencia y, por tanto, la permanencia legal en España. Es una paradoja el hecho de que para conseguir ese derecho, el inmigrante deba sometere a la arbitrariedad de sus empleadores (que se lo quieran dar) y, por tanto, s o m e terse a una relación que la misma existencia del derecho pretende suprimir. Para el inmigrante, el conseguir un derecho es también un azar, y ha de sentirse agradecido a quien le da lo que él por justicia debería exigir. Para ser persona, para ser sujeto de derecho, el i n m i grante es dependiente del amo, el inmigrante precisa del amo para ser. Lo que se juegan las chicas internas extranjeras en esa lotería de la búsqueda de trabajo es algo más importante y menos prosaico que el sueldo mismo, lo que se juega es la propia subjetividad, el ser tratado c o m o persona o c o m o algo menos que una persona. Ya tenemos dos elementos importantes: una situación de indefensión (consecuencia de la falta de o p o r t u n i d a d e s a la hora de buscar trabajo) y una dependencia subjetiva con respecto a la "señora" y, por extensión, al resto de la familia; ésta es consecuencia de aquélla. La familiaridad en el trato era el elemento más importante por el cual una inmigrante podría sentirse afortunada a la hora de prestar sus servicios domésticos: "Yo lo único que no me siento mejor es porque no estoy aquí con mi familia ¿no?. Pero la familia que econtré aquí pues más o menos son ellos, porque me tratan como persona, y tengo un cariño que... o sea, que cuando salimos de nuestro país queremos conseguir una casa donde se nos brinde cariño, donde se nos brinde... q u e se n o s t r a t e m á s o m e n o s c o m o p e r s o n a s q u e s o m o s " (3RGD, 6). No cabe duda que un sueldo bajo o no cotizar a la Seguridad Social son formas de atentar contra la persona en la medida que el empleador puede utilizar su poder discrecional para aprovecharse del trabajador, pero la insistencia en el problema del trato del patrón nos hace sospechar que estos aspectos son secundarios. Digamos que las agresiones simbólicas son más importantes que lo que podríamos llamar — h a c i e n d o un abuso— agresiones reales. Estas agresiones simbólicas no pueden ser otras que el hecho de mostrar

264 a la "interna" su condición de inferioridad, dado que lo que está en juego es la persona. Mediante la "familiaridad", la empleada de hogar espera que los señores de la casa renuncien a los significantes de la servidumbre. Y los Señores, a su vez, evitan —mediante ese trato familiar— sentirse culpables de ser los "señores". Sólo así se justifica el que una persona pueda estar las 24 horas del día al servicio de otra: "es la sirvienta... pero es como de la familia"; es la sirvienta, pero es "como si" no lo fuera: "Me siento c o m o e n m i c a s a , además tengo un niño, que no es mi hijo, lo tengo c o m o m i hijo, y me quieren muchísimo el señor y la señora" (3RGD, 8). Tras la fachada de familiaridad, las chicas internas, algunas al menos, son conscientes de su relación de inferioridad: "Tú en esa casa tienes unos límites con las personas... Aunque te den toda la confianza que sea, t ú s a b e s q u e e r e s lo q u e tú e r e s , y que no debes pasarte de ese límite tuyo" (3RGD, 50). Esta cita es especialmente lúcida. En ese terrible "tú sabes que eres lo que tú eres" se evidencia la conciencia real del rango inferior del sirviente, lo que está detrás de la familiaridad. Es decir, que todo es realmente una fachada, que la familiaridad no constituye realmente ningún intercambio, no queda de ella ninguna deuda del señor hacia el sirviente, deuda que aumentaría el poder discrecional de éste con respecto a aquél, que lo igualaría desde el punto de vista intersubjetivo. Entre los miembros de una familia existe un intercambio real y, gracias a él, cada miembro posee un cierto poder discrecional sobre los otros miembros. La "chacha" (por usar este concepto tan significativo) no tiene, sin embargo, por mucho que quiera, ese poder. En cuanto intente ejercerlo se le pararán inmediatamente los pies, recordándole su condición de sirviente. La familiaridad se convierte entonces en la forma más sutil de control. A cambio de actuar como si fuera un miembro de la familia, o como si (digámoslo sin hipocresías) fuera una persona, la empleada debe guardar perpetuo agradecimiento: "Solamente quería que se me tratara c o m o p e r s o n a , y yo portarme lo mejor que pudiera para yo entrar y salir de esa casa como Dios manda, y que cuando yo me fuera del país, que por casualidad yo quisiera volver, que las puertas aquí en Madrid se me abrieran principalmente en su casa, d e a c u e r d o a m i c o m p o r t a m i e n t o " (3RGD, 6). En esta cita podemos ver perfectamente los términos del "contrato de servidumbre" que se establece: "de acuerdo a mi comporta-

265 miento, a que yo haga el trabajo perfectamente, tú me tratarás como persona, actuarás como si fueras un familiar mío, disimularás mi condición de sirvienta; a cambio de ello tendrás una empleada como Dios manda, porque yo sabré agradecerlo".

3.3.

Condición del inmigrante: estar donde los españoles no quieren.

Las chicas internas del sector que estudiamos son conscientes de que ellas, por ser extranjeras, no tienen el mismo derecho al trabajo que los españoles: "—... Y que nosotras, aunque tú no lo creas, somos afortunadas de encontrar un trabajo, aunque sea en una casa de familia, aquí en España con el paro que hay, ¿sabes?. —Hay que ser conscientes de que también tienes que comprender que si hay una plaza de un trabajo que no sea éste de casa de familia... pues se lo dan a los españoles ¿no? —Y... claro, primero tienes que darle empleo a los que son españoles, no a los extranjeros. -¡Claro!" (3RGD, 24). La cita anterior recoge todo el razonamiento que quisiéramos realizar. El extranjero no tiene ningún derecho a ocupar un puesto de trabajo. Si lo ocupa siempre será un don de los españoles. En una situación de paro, el extranjero no tiene cabida, a no ser en aquellos trabajos que el español no quiere realizar (como el de ser interna en una casa). En una situación de paro, si el extranjero ocupara aquellos puestos que los españoles sí quieren ocupar, éstos lo interpretarían inmediatamente como una invasión, y se pondrían en contra de los extranjeros. Por eso, no es que el español no sea proclive a la xenofobia, sino que el emigrante escoge un modelo de integración que imaginariamente le permitirá escapar a las iras del español. Y decimos "imaginariamente" porque el grupo relata bastantes hechos de xenofobia evidente; pero esa xenofobia, digamos, no puede ser asumida en el discurso porque probablemente ello las obligaría a un enfrentamiento que no están en condiciones de realizar. Se asemeja mucho este modelo de integración al que se planteaba con los señores en el trabajo doméstico: no cruzar la línea de lo que como emigrantes les corresponde; es decir, hacer lo que los españoles no quieren hacer, realizar aquellos oficios que los españoles (y ellas mismas) consideran "infrahumanos".

266 "Porque cuando la señora tuvo el problema para sacarme a mí allí, pues ella lo tuvo que hablar así: 'que no es que le quitáramos el trabajo a las españolas, que es que ellas no querían trabajar internas, y que a ellas, les interesaba tener una chica interna', ¿me entiendes?, entonces no pueden decir que les venimos a quitar su trabajo" (3RGD, 44). El trabajo de "externa" sustituye al de "interna" y la introducción de extranjeras obliga a bajar los precios del trabajo doméstico en general. Es evidente en el texto que el mayor conflicto se plantea con las empleadas de hogar españolas: "Es que lo dicen... hasta la asistencia, incluso la asistenta que está conmigo. Dicen que las que vienen a trabajar más baratas aquí en España son ustedes, porque trabajan hasta por diez mil pesetas, dicen, las filipinas... Por que ustedes sí que han dañado el trabajo aquí, porque vienen a trabajar hasta por diez mil pesetas" (3RGD, 44). Ellas se defienden —el argumento será inaceptable— diciendo que sí exigen el sueldo del mercado, aunque en- otras ocasiones hubieran dicho que no tenían prácticamente ninguna capacidad de negociación y que tenían que aceptar lo que les dieran. Lo importante, desde el punto de vista ideológico, es la necesidad de buscar un espacio de no competencia con los españoles. Este espacio es en la práctica el espacio de la explotación. De alguna manera la supervivencia física y psíquica del inmigrante económico en España depende de la existencia de la explotación.

4.

EXILIADOS C H I L E N O S EN LA E C O N O M Í A SUMERGIDA.

4.1.

Delimitación del sector. FICHA T É C N I C A DE 4 R G D

• 7 Inmigrantes chilenos entre 35-45 años (uno de 20). Seis varones, una mujer. • 5 llegados a España en los años 70; 2 en los años 80. • Nivel de instrucción secundaria o formación profesional. Uno con enseñanza superior. • Economía sumergida: vendedores ambulantes, trabajos eventuales, limpieza, servicio doméstico, etc. • Mayoría con residencia o permanencia. Uno nacionalizado. • 4 militantes del Partido Socialista Chileno, 2 simpatizantes de izquierda, uno sin opción de partido. • Fecha de aplicación: 3 abril 1986. • Local: Colectivo IOE (Madrid). • Duración: 135 minutos.

267 En otra parte del presente informe hemos descrito la situación particular de la colonia chilena (pp. 138). Los reunidos en este* G r u p o de Discusión nos interesan como sector de la inmigración representativo de muchos latinoamericanos y algunos centroafricanos, iraníes libaneses, etc. que emigraron de su país por una mezcla de razones políticas y económicas, encontrándose ahora en España en diversas formas de economía sumergida (aunque algunos tuvieron antes trabajo fijo). Subjetivamente se consideran "exiliados polític o s " si bien en muchos casos pueden ser considerados también c o m o "inmigrantes e c o n ó m i c o s " a causa de sus pocos recursos. En la Encuesta aplicada a 897 inmigrantes del Tercer Mundo y Portugal, el 12,4% reconoce expresamente que vino a España por razones de persecución política o religiosa (unos 65.000, c o n tando sus respectivas familias) y otro 24% señala que su venida a España responde a una mezcla de motivos políticos, e c o n ó m i c o s o de otro orden entre los que les resulta difícil distinguir cuál ha sido más importante. Por otra parte, de los que se consideran propiamente exiliados políticos son menos de la mitad quienes trabajan en actividades no cualificadas y en la economía sumergida, sectores que son los representados en el presente G r u p o de Discursión. En todo caso, es seguro que el discurso que vamos a analizar representa, al menos, a 30.000 extranjeros que unen a su c o n d i c i ó n de "exiliados políticos" la de "inmigrantes e c o n ó m i c o s " .

4.2.

Del exilio político a la economía sumergida.

Los reunidos distinguen entre el exiliado profesional o que era un alto cargo político y el exiliado de base de la clase obrera chilena. Aquél no encuentra grandes problemas para instalarse en España, pero los exiliados obreros (donde se sitúan ellos) sufren también un exilio económico, con privaciones y peripecias que darían "para escribir libros". Están, además, los " o p o r t u n i s t a s " que se aprovechan de la buena imagen del refugiado político: "Esos tipos que yo llamo turistas políticos i n t e r n a c i o n a l e s . No son refugiados políticos, son turistas políticos internacionales que han salido a conocer el mundo y a vivir en el mundo, diferente a aquel que se machucó por un proceso, trabajó por un partido y está donde está por su militancia" (4RGD, 58).

Los que se exiliaron de Chile en los primeros años de la dictadura de Pinochet suelen ser auténticos exiliados; sin e m b a r g o , los que están llegando en los años 80 constituyen otra generación que viene a España a "hacerse la América":

268 "Pero a partir del año 80 cambió esa generación y es gente menor de 25 años (...) que se ha formado en este régimen chileno... ¿Y a qué llegan a España?: ¡a h a c e r s e la A m é r i c a l (...) Porque la mayoría llegan con una m e n t a l i d a d d e a h o r r o que no existía en nuestra generación" (4RGD, 42). Los exiliados políticos de la clase obrera lo han pasado muy mal en España, sobre todo a medida que el desempleo ha aumentado y se volvía más dura la competencia por los trabajos marginales en que ellos se ganaban la vida (venta ambulante, chapuzas de albañilería o fontanería, etc.). Tener trabajo, aunque sea mal pagado y fuera de la ley, se vuelve ahora su principal obsesión porque de ello depende la supervivencia: "Los trabajos que realizamos nosotros los chilenos son t r a b a j o s m a r g i n a l e s (...), lo que no les gusta a los españoles. (...) Al sudaca no le queda otra cosa que salir a la c a l l e a v e n d e r (...). Y tenemos miles de problemas para estar vendiendo en la calle, porque si nosotros te empezamos a decir problemas, te llenamos la cabeza a tí con problemas y, al final, a lo mejor, te emborrachamos la cabeza" (4RGD, 46). Son conscientes de que su trabajo se mueve en la economía sumergida como refleja el siguiente diálogo: "—Aquí cada uno coge su piojo y lo mata. —Te voy a decir: el 80% de los chilenos está en la calle vendiendo; el otro 20% buscándosela como puede. —Es e c o n o m í a s u m e r g i d a .

—Es toda economía sumergida. (...) No puedo dar factura, no puedo hacer nada, entonces, claro, eso va en detrimento mío, ¿me entiendes?. —Nuestra situación es economía sumergida: no tenemos Seguridad Social, no hacemos declaraciones de la renta porque si lo hacemos no tenemos qué comer... —Á grandes rasgos esa es la situación que se nos plantea a todos" (4RGD, 49-50). Esta situación les lleva a la convicción de que son marginales: "Ahora, para trabajar en los 'curros' que hago tengo que pagar el IVA. ¿Estás loco?, ¿Cómo voy a estar pagando el IVA? D e nuevo voy a ser u n m a r g i n a l . Trataré de esquivar todo este tipo de cuestiones, no pagar IVA, no pagar impuestos, p o r q u e soy u n m a r g i n a l " (4RGD, 51). Esta marginalidad propia de la economía sumergida conlleva otros problemas como las detenciones y requisas policiales, la falta de documentos necesarios para obtener la residencia legal en España y, sobre todo, la sensación de inseguridad y provisionalidad. La descripción de todos etos problemas pone en cuestión la solidaridad de clase de los españoles (en especial de los partidos y sin-

269 dicatos de izquierda) y plantea, además, la deuda histórica que España tiene contraida con América Latina. Respecto de la solidaridad de clase, se destaca en un primer momento la decepción que les supone la indiferencia y hasta el rechazo de la clase obrera española ("racistas" y "envidiosos") y, en especial, de las organizaciones políticas de izquierdas: "Había una UGT casi centenaria, había un PSOE casi centenario, había una CNT, un PCE con todo un historial político (...) Para mí España significaba el lugar donde yo iba a aprender como militante... y resulta que hoy en día, si hay un ser decepcionado... totalmente decepcionado de la izquierda española, ese soy yo" (4RGD, 19). Esta crítica a la izquierda española y al gobierno socialista se desvanece, en un segundo momento, al considerar que el racismo es universal y que en todos los países ios nacionales son los primeros en acceder a los puestos de trabajo: "Yo te digo que en todos los países se cuecen habas (...). Excesos se cometen en todas partes" (4RGD, 35-36). "Si no somos solidarios entre nosotros, ¿qué vamos a esperar solidaridad de los españoles?" (4RGD, 39). "El gran problema que hay es el desempleo. Entonces, lo que pasa es que el español tiene preferencia. Es n o r m a l , el natural del país está primero. Y eso pasa aquí y en China" (4RGD, 48). En cuanto a la deuda histórica que España tiene con América Latina, se pide reciprocidad y, en el supuesto de que España trate de expulsar a los inmigrantes, que se eche también a los dos millones de españoles que están en América Latina: "Mira, yo he estado preso porque un policía un día me dijo: '¿por qué no te vas a tu puto país?' Entonces le digo yo: 'Mira, ¿sabes?, cuando yo me vaya a mi puto país, ¿sabes que voy a hacer con los españoles?: me voy a meter a político, voy a hacer una campaña y los voy a echar a todos los españoles, y allí son dos millones y nosotros a lo mejor diez mil aquí'. Y me llevaron preso por eso" (4RGD, 34). Este tipo de argumentación es rebatido precisamente por un hijo de exiliados españoles que se dirigieron a Chile tras la guerra civil. En su opinión, los chilenos no facilitaron nada las cosas a los refugiados españoles (su padre era "el hijo del cono" para los chilenos) y si salieron adelante fue porque los españoles supieron organizarse entre sí, cosa que no hacen los chilenos en España. A partir de aquí surge la necesidad de unirse y organizarse para defender los derechos de los chilenos en España.

270 4.3.

España-Chile: quiebra de los ideales nacionales.

La confrontación entre Chile y España es constante en el discurso del sector que analizamos, y también las semejanzas entre los dos países: la "mancha negra" que Pinochet significa en la historia limpia de la democracia chilena se parece a los 40 años de "guerra encubierta" que España vivió con Franco y que acabaron con los ideales de anarquistas y socialistas españoles (lo de ahora sería un sucedáneo). Los tópicos más repetidos (chilenos "demócratas"; españoles "envidiosos", etc.) acaban siempre subsumidos por la realidad de la estructura económica que tanto en España como en Chile les arroja al paro y a la marginación: "Los currantes siempre van a tener el problema, en España, en Francia o en Chile, porque son los que no tienen una profesión (...). ¿Cómo van a poder retornar si hay un 30?/o de paro en Chile?" (4RGD, 53). Este análisis parecería incluir la necesidad de una salida de tipo revolucionario a fin de cambiar la estructura económica capitalista que está en la base de las desigualdades; pero el grupo, a pesar de pertenecer varios al Partido Socialista Chileno, se detienen al llegar a ese umbral y, o bien sueñan con montar cooperativas que les permitan algún día volver a Chile, o se resignan con permanecer en España aunque sea de mala gana. La utopía de un Chile democrático y socialista que alimentó su militancia juvenil se desvanece ante la realidad actual: "Yo soy uno de los que regresó (...) y tuve que volver. Todo eso que nos recordamos de ese Chile maravilloso, lindo y qué sé yo, eso no existe. Eso, ese mismo orgullo, que tanto han hablado aquí, tampoco existe, la calle está llena de vendedores, ¿eh? El compañero que era tremendamente solidario, tremendamente participativo tampoco existe" (4RGD, 56). Se quiebran de este modo para el grupo, al menos por el momento,los ideales de la antigua España (escuela de militantes de izquierda) y de la nueva Chile (socialista y democrática). El grupo se queda a la intemperie, tanto en el plano material como en el plano de la militancia política.

271 5.

I N M I G R A N T E S DEL TERCER M U N D O R E L A C I O N A D O S C O N A S O C I A C I O N E S Y C E N T R O S DE A C O G I D A .

5.1.

Delimitación del Sector. FICHA T E C N I C A DE 5RGD





10 i n m i g r a n t e s d e l o s s i g u i e n t e s p a í s e s : C a m e r ú n ( 2 ) , S e r e - G a m b i a , Marruecos, Chile, Argentina, Uruguay, Perú y C o l o m b i a .

Mali,

Mayoría varones entre 30-40 años.



Relacionados con Asociaciones de inmigrantes, Comités de Solidaridad Centros de A c o g i d a de Barcelona.



V a r i o s t i t u l a d o s (2 m a e s t r o s , u n p e r i o d i s t a , d o s e s t u d i a n t e s ) . T r e s e n la e c o nomía s u m e r g i d a , un a u t ó n o m o y un asalariado legal. Un parado.



F e c h a d e a p l i c a c i ó n : 7 n o v i e m b r e 1985.



Local: Comisión de Emigración (Barcelona).



D u r a c i ó n : 120 m i n u t o s .

y

Representa este G r u p o el discurso de un sector minoritario de inmigrantes con un nivel cultural notable y una sensibilidad social y política poco común que les lleva a organizarse de diversas maneras para defender sus derechos. A u n q u e estadísticamente se trata de un sector muy pequeño (pueden ser menos de 3.000 en toda España con semejantes características), su significación social es muy grande pues representan a las fuerzas más vivas de la inmigración en nuestro país. Los miembros del g r u p o no se conocían entre sí aunque varios estaban ligados, por diversas circunstancias, a un Centro de Acogida de Emigrantes de Barcelona. Estaba representado el M O J A (Movimiento por la justicia en África), una Asociación de Camerunenses y otra de Latinoamericanos y el C o m i t é de Solidaridad con Chile en Barcelona. Finalizada la Reunión de G r u p o , decidieron quedarse por su cuenta para ver la f o r m a de organizarse los inmigrantes de Barcelona en una Asociación de carácter internacional (nos consta que volvieron a reunirse después varias veces aunque d e s c o n o c e m o s su evolución posterior). 5.2.

Derecho universal a emigrar. Hipocresía de la nueva Ley de Extranjería.

La e m i g r a c i ó n es un f e n ó m e n o universal c o m o realidad histórica que afecta, en mayor o menor grado, a todos los países y que éstos deben tratar de asumir en justa reciprocidad:

272 "Ningún país del mundo puede vivir sin extranjeros. ¡Ninguno!" (5RGD, 19). La reciprocidad afecta especialmente a países como España de donde han partido como emigrantes muchos millones de personas siendo en general bien acogidos por los países receptores. España tiene contraída una deuda histórica con sus antiguas colonias —en América Latina, África y Asia— por lo que ahora, en justicia, debe corresponder. Recogemos la siguiente cita, a pesar de su amplitud, pues recoge muy bien toda la argumentación: "—El año pasado, cuando el Rey fue a visitar Argentina se dijo públicamente que había dos millones de españoles en Argentina sólo. —Si vamos al caso... las colonias españolas... —Sí y en mi país habrá doscientos o trescientos mil... A l l á h a n sido s i e m p r e b i e n recibidos..., han sido personas que nunca se las ha rechazado y... ¡han trabajado! Yo tengo mi suegra que es gallega, mi suegra toda la vida... ¡nadie le ha dicho que viniera! —O la gente que salió en la postguerra española y que se le abrió la mano. —Por eso, nosotros queremos que por lo menos..., bueno, si somos delincuentes, lógico: ¡nos meten en la cárcel!; p e r o si s o m o s p e r s o n a s q u e q u e r e m o s trabajar, q u e n o s a y u d e n , q u e nos a b r a n las p u e r t a s , q u e n o n o s p o n -

g a n difícil la d o c u m e n t a c i ó n ; y que no nos este diciendo que nosotros

venimos a quitarle el trabajo a otro, que tenemos que irnos. Si nosotros hiciéramos lo mismo, bueno, en vez de dos o tres millones de parados que hay aquí, habría veinte; porque súmense todos los españoles que hay allí... y en otros lados... —Además, nosotros tenemos aquí lazos (...). Mis antepasados proceden de acá (...). :

—Históricamente tenemos una relación muy, muy importante. —Eso lo tenemos todos, sí, sí,

una deuda"

(5RGD, 9-10).

Las alusiones a América Latina plantean enseguida la diferencia con los africanos (la mitad de los presentes en el Grupo de Discusión). Estos se ven obligados a plantear el tema de la reciprocidad a un nivel más general: el Primer Mundo —en que sitúan a España— ha explotado y colonizado al Tercer Mundo y ahora, tras la independencia, lo ha abandonado a su suerte, sin ayudarles a salir de la pobreza y el hambre. La reacción es rápida: "Entre los africanos y los sudamericanos... creo que somos todos iguales" (5RGD, 24). El derecho universal a la emigración se justifica también desde la necesidad que algunas personas experimentan (por hambre, por persecución política, por asfixia psicológica...) de salir de su país. Tanto la pobreza como la dictadura política pueden ser razones que obliguen moralmente a una persona a emigrar:

273 "En mi país la situación es muy difícil. Y son países por lo menos los sudamericanos (...) que se están yendo poco a poco, cada vez más, al fondo del hueco ¿no? Entonces es un problema... nosotros, mucha gente, venimos aquí a buscarnos la vida" (5RGD, 12). "La mayoría de los países africanos son dictaduras (...). Entonces la juventud es que la mayoría no aguantan eso... es como una p r e s i ó n " (5RGD, 19). "La gente que no tiene para comer, no sé, la gente en Etiopía —por decir algo ¿no?— si tuviera la posibilidad de poder venir a Europa, aunque sea sin un duro en el bolsillo, y creo que aun así saldría toda Etiopía junta y se vendrían" (5RGD, 20-21). "Tú sales por asfixia, porque ya no puedes más simplemente porque tienes problemas económicos..." (5RGD, 34). Este sector de la inmigración entiende que, por parte de los países receptores, es también un deber moral acoger, de forma organizada y coordinada, a toda esta gente desplazada. Pero en España la acogida que se brinda a los inmigrantes económicos o políticos del Tercer Mundo es muy dura: desinformación y arbitrariedad de la burocracia que se encarga de los papeles, abusos de la policía, discriminación laboral, marginación de la gente, etc. En opinión del sector que estudiamos, el gobierno al hacer la Ley de Extranjería, lo que pretendía no era precisamente "ayudar" a los extranjeros sino "controlarles" y ello porque la imagen que se tiene de los inmigrantes económicos y políticos del Tercer Mundo es que son "perturbadores del orden": '"Realmente es una ley bastante... hecha por un economista o por un policía; o sea, aportas algo, ¡muy bien!, no aportas, ¡fuera!. Sobre todo con los países vecinos, como es Marruecos... que hay mucho cariño, mucho flujo económico, cultural, ¡no tiene que ser así!" (5RGD, 6). "Con las leyes que están haciendo ahora, prácticamente nos ponen contra la espada y la pared" (5RGD, 8). "Ninguno de nosotros, los africanos, tenemos derecho para estar aquí en España, con esta nueva Ley" (5RGD, 23). La existencia de inmigrantes ilegales o no documentados no es "culpa" de ellos sino del gobierno que les exige unas condiciones que ellos no pueden cumplir. Este no reconocimiento jurídico del exiliado económico o político supone, en el peor de los casos, cerrarle las puertas, y en el mejor, tolerar su estancia en España con la lacra de la ilegalidad: "Si estamos aquí los extranjeros ilegales no es nuestra la culpa, es el gobierno que no quiere regularizar nuestra situación. Nosotros queremos (...) pero si vamos a buscar esta legalidad y no podemos conseguirla, yo diré que es el gobierno el que no quiere facilitar las cosas" (5RGD, 14).

274 5.3.

Círculo vicioso de la pobreza: marginados por la sociedad.

Los inmigrantes económicos, que vienen a España con las manos vacías pero con la ilusión de mejorar su situación, se ven abocados con frecuencia, por las trabas legales y por las dificultades que encuentran para conseguir trabajo, a situaciones límite en que lo único que cuenta es la supervivencia (qué comer, dónde dormir, etc.). Los inmigrantes se buscan entonces unos a otros para ayudarse pero "todos viven el mismo problema" y llega un momento en que se ven "forzados a robar": "La gente que viene directamente aquí de la montaña de Marruecos o de Angola... todos vienen con la buena intención de mejorar, nadie viene a robar. Pero la cruda realidad... una vez que llega aquí, pues dan vueltas por las Ramblas, por ejemplo... no saben leer mucho, no saben coger autobuses, no tienen una libertad de... ¿qué hace?: se buscan unos a otros, compañeros ¿no?, todos viven el mismo problema, no tienen 'pelas', no tienen medios, no tienen salidas para poder arreglar aquello que querían... realizar su s u e ñ o . Entonces se ven forzados... tienen que comer, tienen que dormir... (...) Entonces ¿qué hacen?: roban. Entonces ya perturban la situación aquí española" (5RGD, 26). —Es por eso que algunos se dedican a hacer malas cosas, como la venta de droga y cosas de esas. P o r q u e n o t i e n e n o t r a salida. —No tienen medios... —Esto es p r o d u c t o d e u n a s i t u a c i ó n ¿no? (...) La mayoría de los latinoamericanos que llegamos aquí, bueno... si no nos dedicamos a robar... la cruda realidad... nos vemos obligados a la venta ambulante, que es el último recurso que le queda al sudamericano. —Y por el cual estamos subsistiendo. —Sí, exacto, subsistiendo solamente" (5RGD, 16). "El mismo gobierno se encarga de c e r r a r n o s o e n c e r r a n o s i y m e t e r n o s e n u n que no es alternativo. Y de ahí que tanto moro, tanto sudaca, tanto ladrón, qué sé yo" (5RGD, 28).

círculo

Nos extendemos en las citas porque el sector que tratamos sabe expresar muy bien el desarrollo de sus ideas. La conclusión a la que llegan en lo relativo a la marginalidad y la delincuencia es que los inmigrantes del Tercer Mundo, en general... no son marginados o delincuentes por propia voluntad sino por el gobierno: "Decir que el gobierno tiene que acabar con estos problemas... lo veo muy difícil, porque es como el gato que se pilla su propia cola, porque es el g o b i e r n o — h a b l a n d o d e E s p a ñ a — q u i e n g e n e r a los m a r g i n a d o s . Nosotros

los marginados y el gobierno nos produce. Nosotros somos producto de una marginación que viene de arriba..." (5RGD, 34).

275 5.4

La comunidad humana por encima de los nacionalismos estrechos. Justicia para el Tercer Mundo.

El argumento con que finaliza el apartado anterior se repite para las relaciones entre Primer Mundo y Tercer Mundo: "Etiopía no es hambre natural, es hambre artificial... ¡provocada!" (5RGD, 26). A nivel internacional el racismo y la segregación no sólo se dan en Sudáfrica. Toda la colaboración del Primer Mundo con África es "hipócrita": en lugar de enseñarles y ayudarles a desarrollarse por sí mismos (se trata de países con grandes recursos naturales), se les envían "donaciones de caridad" que no arreglan nada pero que les deja a los países ricos con la conciencia tranquila. Se distingue entre el inmigrante alemán, prototipo del Primer Mundo, y el inmigrante africano. Entre ambos, al llegar a España no hay "igualdad de oportunidades" porque, de hecho, el primero tiene todas las probabilidades de integrarse exitosamente en España y el segundo de fracasar. El tercermundista sigue siendo tercermundista cuando reside en España: "Los que venimos del Tercer Mundo somos tratados como tercermundistas en un país que no es tercermundista" (5RGD, 12). El callejón sin salida al que conduce este planteamiento trata de ser superado al final de la reunión. En lugar de creerse "marginados" o "tercermundistas", pueden proclamarse "ciudadanos del mundo" y ser tan capaces como cualquier otro hombre de construir la historia: "El que se cree marginado, es marginado. Yo aquí soy un peruano más y un ¡yo no soy un marginado para nada!, ni me considero marginado. Yo parto de esa base, yo no me considero marginado, puedo ser tanto como un alemán, un español o un italiano, con el color, la lengua y lo que tenga. Yo robaré igual que uno de ellos y trabajaré igual que uno de ellos. Entonces, por ahí y o c r e o q u e t e n e m o s q u e partir. Si nos creemos marginados, ya somos marginados. Pero si no, ¡ahí esté la historial" (5RGD, 47). ciudadano del mundo,

Junto a este intento de recuperar la confianza en sí mismo, los inmigrantes del sector que estudiamos plantean la necesidad de organizarse conjuntamente (africanos, latinoamericanos y filipinos, que también habían sido convocados a la reunión) para presionar ante el gobierno y recordar sus derechos a la opinión pública: "La única solución que sale del debate es organizarse" (5RGD, 48). Salen al paso de los problemas habituales que se plantean al asociacionismo de extranjeros (falta de medios económicos e infraes-

276 tructura, prohibición legal de que los indocumentados se asocien, etc.) pero, uno a uno, tratan de resolverlos. De hecho —es la primera vez que tal cosa nos ocurre al aplicar un Grupo de Discusión— los reunidos se quedaron, una vez finalizada la intervención del equipo sociológico, para estudiar la forma de dar continuidad a una Asociación Internacional de inmigrantes en Barcelona.

6.

6.1.

LA S E G U N D A G E N E R A C I Ó N DE I N M I G R A N T E S (MARROQUÍES Y L A T I N O A M E R I C A N O S ) .

Delimitación del Sector. FICHA T É C N I C A DE 6 R G D

• • • •

6 jóvenes entre 16-22 años.



Varios con permiso de residencia; otros sin documentación; y otros en trámite de regularizaron.

• • •

Fecha de aplicación: 5 diciembre 1985.

4 marroquíes (varones) y 2 chilenas (mujeres). Todos hijos de inmigrantes, la mayoría con más de 5 años en España. Mitad estudiantes, mitad parados (algunos con cortas experiencias de trabajo eventual).

Local: Colectivo IOE (Madrid). Duración: 105 minutos.

Este grupo representa el sector joven de la inmigración, que generalmente constituye la segunda generación de inmigrantes. Son más de 100.000 entre 16 y 24 años según nuestras estimaciones. De ellos un sector ha nacido en España (sobre todo portugueses, marroquíes, cubanos y guiñéanos) pero son más los que llegaron a España con su familia después de vivir la primera infancia en el país de origen. Podemos calcular que un tercio aproximadamente sigue algún tipo de estudios pero la mayoría ni trabaja ni estudia, viviendo a costa de sus padres, si bien muchos tratan de "buscarse la vida" como pueden en pequeños trabajos o "chapuzas". Sólo una minoría ha conseguido un trabajo estable, casi siempre poco cualificado. Según nuestras estimaciones, otros 120.000 inmigrantes del Tercer Mundo y Portugal tienen menos de 16 años, lo que significa que la segunda generación de extranjeros tenderá a incrementarse en los próximos años.

277 Nuestro Grupo de Discusión está formado por 4 jóvenes marroquíes y 2 jóvenes chilenas (esta distribución fue a pesar nuestro). El discurso dominante y que más vamos a exponer es el producido por los marroquíe pues las dos representantes chilenas, aparte su minoría en el grupo, reflejaron más bien el discurso del exilio político (cuya estructura es distinta al de la "inmigración económica").

6.2.

Ambivalencia del discurso juvenil: entre la integración y la marginalidad.

Una cerveza sobre la mesa que un joven musulmán rechaza ("¡Yo no bebo alcohol!") y otro acepta ("Es que ése musulmán, no bebe alcohol y... bueno, musulmanes somos todos, lo que pasa... es que estoy acostumbrado a vivir aquí") plantea desde el comienzo de la reunión una ambivalencia u oscilación no resuelta entre dos polos que podemos resumir del siguiente modo: Discurso integrado:

— "Nosotros" = los j ó v e n e s . — España "moderna'VMarruecos "atrasada". — El racismo es universal, lo hay en todas partes. — Si te adaptas a las costumbres del país, eres como un español más. — Mediante el estudio puedes progresar.

Discurso marginal:

— "Nosotros" = los m u s u l m a n e s .

— Marruecos: "mi tierra'VEspaña: "extranjero". — Los españoles son racistas y marginadores. — La gente no acepta las costumbres musulmanas. — Es muy difícil encontrar trabajo en condiciones aceptables.

Dos marroquíes del grupo (uno que cursa estudios superiores y lleva muchos años en España; otro que ni trabaja ni estudia y lleva sólo dos años en España) representan estos dos polos discursivos que se enfrentan continuamente a lo largo de la reunión, si bien, con ayuda del sector del resto del grupo, llegan a establecer varios puntos de consenso. El hilo conductor va a ser el tema de la discriminación que, en opinión del discurso "marginal", tiene como principales protagonistas a los patronos —que abusan de ellos—, a la policía — que les cachea y detiene arbitrariamente— y a los vecinos —que les desprecian y reprimen sus costumbres. Las expresiones literales del grupo, de una gran crudeza, reflejan la fuerte xenofobia que sufren en España los marroquíes (en la Encuesta se trata de la Colonia que aparece, junto con los negros, como la más discriminada): "Si no tienes la nacionalidad te c h u l e a n (...), pueden hacer contigo lo que quieran. (...) 'Este es moro, este es moro... pues no le aseguramos' y me hacían trabajar c o m o u n esclavo (...), c o m o u n n e g r o " (6RGD, 22-23).

278 "—Desde luego la policía se pasa muchísimo con los marroquíes. Una pasada... ¡se pasan cantidad! —¡Te tratan como si fueras un animal! —A mí me han cogido, bueno me han cogido alrededor de cien veces, y hay policías (...) que me han pillao a mí, pues mira, viviendo, bajando la calle y cogerte, abrir las cuatro puertas y salir unos tíos con el cetme aquí, con todo lo que sea, ponerte contra la pared, abrirte las piernas de par en par y... '¡Bah!, ¡venga, todo lo que tengas en el bolsillo! ¡Buahhh!'. Una movida, yo qué sé, c o m o si f u e r a s u n terrorista. 'Buahhh... ¡moro!, no sé qué, no sé cuantos... y claro, tienes que bajar la cabeza porque te puedes llevar un marrón cantidad ¿no? Me ha pasado a mí y a mucha gente, que lo he visto. —Y mi hermano mismo... el mismo policía le ha cogido quince veces, llegan a la comisaría y decir: 'que te vamos a mandar al desierto'. Y mi hermano: '¡No he hecho na, no he hecho na!'. Llevar mi vieja a las doce de la noche, ir a buscarlo a la comisaría... al final la vieja dijo: 'pues mira, vete a Canarias y ahí te quedas'" (6RGD, 31). "En mi barrio hay casos... se les nota en la cara s e g ú n t e m i r a n , te miran como si fueras de otro planeta... 'Pero ¿qué passsa?' (...). En el bar hablan mal de los moros: 'los moros no sé qué, no sé cuantos, n o s h a b é i s q u i t a d o e l t r a b a j o —porque siempre dicen eso— y os v a m o s a mandar a vuestra t i e rra' (...) Y eso te sienta mal" (6RGD, 29-30). Desde el discurso "integrado" se intenta hacer ver que la discriminación y el racismo son universales, que ocurren en todas partes —argumento que todos acaban aceptando—. La salida del sector "integrado" es individualista: "tú" puedes escapar de esa discriminación si te sabes integrar en la sociedad española. Parece ser precisamente este deseo de identificación con la sociedad de acogida (borrar la diferencia, la etiqueta marginadora) lo que conduce a sostener la existencia de una realidad armónica, sin conflictos: "Yo no tengo problemas, aunque los hay (...). Normal, como si fuera español (...). Hay problemas pero n o c o n m i g o , con otra gente de mi tierra" (6RGD, 4). Se acepta también la superioridad de la España moderna, democrática e industrial sobre Marruecos, pero se distingue entre un Marruecos pobre (el norte de donde ellos proceden y que coincide con el antiguo Protectorado Español) y un Marruecos desarrollado (el sur, zona del antiguo Protectorado Francés). La superioridad de España, como-país moderno, no impide que el grupo, establezca también un consenso respecto a la existencia de una discriminación laboral contra los extranjeros. La sobreexplotación de los inmigrantes económicos desdice de las proclamas españolas de ser un "país moderno", ya que perpetúan las estructuras de dominación propias de la "edad media". Pero no se trata de una posición lúcidamente crítica, a pesar de lo que se enuncia ("sigue el capitalismo, sigue

279 todo en su sitio y no ha variado nada"). Y ello porque de ahí no se deriva una posición reivindicativa de ios propios derechos, quedándose en una actitud mendicante, de queja lastimera o protesta vergonzante, sin llegar al tono de la justa indignación. En cuanto al paro, todos aceptan su gravedad que afecta incluso a muchos españoles ("aquí no trabajan ni los españoles"). Sin embargo, se esbozan rápidamente dos actitudes: una que presenta una visión negativa (¿consciente?) de la propia realidad: "...(mi padre) ya lleva dos meses que no le pagan. No le pagan y estamos mal, muy mal; la c o s a está m u y m a l . Al final vamos p'allá, pa... (Marruecos)" (6RGD, 16). La segunda actitud ve la situación en términos menos duros (¿negadora de la propia realidad?): "Claro, tienes que entender que mi vieja trabaja en una casa, de limpieza, y ya sabes lo que cobran (...), no cobran ni dos pesetas. (...) Como el viejo no trabaja tampoco pues esta la cosa... No es que esté mal, p o r q u e m a l n o e s t a m o s , e s t a m o s b i e n " (6RGD, 16). El origen de esta visión optimista no parece radicar en una situación objetiva (madre "chacha", padre parado), sino en la esperanza de un progreso futuro. En el momento actual hay que "buscarse la vida con chapuzas" mientras se estudia y se cultivan relaciones cara al futuro.

6.3.

Perspectivas de futuro.

Al proyectar su vida, los jóvenes reproducen las líneas que se han ido dibujando a lo largo de la reunión. En general, a pesar de las diferentes apreciaciones existentes, la mayoría opta por España como lugar de residencia permanente y el retorno no parece en el horizonte previsible (al margen de que se especule con posibles relaciones o viajes al país de origen). No obstante, ésta es una formulación de deseos que en cada caso tiene diversas posibilidades de concreción. De la visión de España como sociedad industrial (que ofrece ventaja) y en crisis (que genera paro y sobreexplotación) surgen dos perspectivas. La primera afirma sus posibilidades de progreso futuro, en base al nivel educativo y a las relaciones establecidas con españoles, distanciándose de una mayoría que tiene menos posibilidades: "Yo no estoy marginado, yo es que veo a mi gente marginada, que no es lo mismo. (...) Date cuenta que aquí hay mucho marroquí que viene a estudiar,

280 un quince por cien está estudiando aquí, como yo. Esos no pueden tener la vida tan mal, no. Porque en un momento dado yo puedo tener un futuro (...), aún siendo extranjero, porque tengo buenas confianzas y buenas relaciones" (6RGD, 50). La segunda perspectiva, que no cuenta con ilusiones que le permitan proyectar una mejoría futura, expresa crudamente la angustia que origina upa situación vivida como inmodificable: "Si no empezamos a trabajar ahora, nuestro futuro... pues no sé, de verdad, vamos a ser unas personas muy... muy malas, o sea, no malas, v a m o s a ser c o m o e s c l a v o s d e la g e n t e , ¿no? No vamos a encontrar trabajo ni ná, y al final... no sé. (...) Voy a buscar trabajo pero es que no hay trabajo; está la cosa muy mal y mi futuro no lo sé..." (6RGD, 51). No obstante, este negro panorama induce a plantear el regreso al país de origen. Mientras exista una mínima esperanza, las dificultades (paro, racismo, sobreexplotación, economía sumergida) son preferibles al retorno: "El p l a n d e t o d o s seria c o n s e g u i r t r a b a j o y q u e d a r s e aquf.

- Y o sí. —Yo pienso igual, si hay trabajo... —Yo me tengo que quedar a la fuerza. —Lo veo igual en mi tierra que aquí, y como lo veo igual prefiro estar aquí: asegurado, con paro..., todo tuyo" (6RGD, 52). Entre la integración y la marginalidad, que aparecen como las únicas perspectivas posibles para los marroquíes, cabe otra actitud —defendida en la reunión por una joven chilena, hija de exiliados— que podemos identificar como consociacional o intercultural y que define la propia identidad como universalista, por encima de las barreras nacionales o los fanatismos religiosos. Se trataría de un discurso que afirma la igualdad de derechos de todos los hombres que residen en un país, sean del origen que sean, lo que permitiría una simbiosis enriquecedora de diversas culturas dentro de las fronteras de los Estados (4). Pero esta identidad no es representativa de los "inmigrantes económicos" objeto de nuestro estudio.

(4) La categoría de identidad "consociacional" ha sido elaborada por Badie y Birbaum y aplicada al caso de Holanda: "Sociologie de l'Etat", 234 ss. Grasset, Paris, 1979.

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