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LA GLORIA DEL BARROCO EN LA IGLESIA DE HUANOQUITE Carmen Ruiz de Pardo Pontificia Universidad Católica. Perú Al sur y colindante con el Cusco se encuentra la antigua provincia de Chilques y Mascas1 con existencia desde los tiempos del Imperio del Tahuantisuyo hasta la época Virreinal. Hoy, es una zona netamente rural, con grandes campos de sembríos y un ambiente de mayoría indígena, centralizado en el pueblo de Huanoquite 2 . En un ambiente bucólico de la encementada plaza principal se yergue colocada lateral, imponente, su Iglesia en estilo andino3, cabecera ochavada, grandes muros de adobe y campanario exento, el mismo estilo que el de Chincheros o Santa Ana en el Cuzco; iglesias construidas a comienzos del siglo XVII y que resistieron el gran terremoto del Cuzco de 16504. Con su humilde blanqueado exterior, el interior de la Iglesia es sorprendente, los espacios son totalmente ocupados con cuadros de temática religiosa; grandes marcos de estilo barroco dorado separados por columnas con finos toques de esmaltado de colores, los cuadros superiores rematan en grandes coronaciones. El altar mayor y cinco retablos laterales, el púlpito, las puertas interiores y la baranda del coro alto son de madera tallada y dorada en un estilo barroco de inicios del siglo XVIII, haciendo juego con los marcos de los cuadros. El sotacoro es una explosión de color, no solo por la pintura utilizada en forma de grandes lienzos sino por la pintura mural que prácticamente no deja un solo intersticio libre, frisos de angelitos y columnas de flores de lis se mezclan en armonía de colores, es la gloria del barroco con su “horror al vacío”. El techo es un artesonado de estilo mudéjar5, que el barroco cuadricula con pinturas de ángeles y flores, caminos y separaciones con decoración de ramas floridas; el arco toral del coro con diseño ajedrezado en colores pastel. Todo esto deja a la imaginación de ¿Cómo pudo haber sido el techo principal que actualmente esta perdido y reconstruido? La iconografía temática en las paredes laterales parece acomodada y escogida a propósito. El pensamiento regresa a la Evangelización y a sus procedimientos ... La doctrina de Guanoquite en el siglo XVI La fundación española del Cuzco, en el año 1534, marca el hito histórico del inicio de la Evangelización. Durante los primeros años del Virreinato los clérigos se establecieron en las ciudades al tiempo que se Durante el Virreinato se usa indistintamente también Chilques y Masques. También se usó Guanuquito y Huanuquito o Huanoquite, como es actualmente. 3 GUTIÉRREZ, Ramón: Arquitectura Virreinal del Cuzco y su región. Cuzco, 1987 4 JULIEN, Catherine: “Documentación presentada por la ciudad del Cusco sobre el terremoto de 1650”. Revista del Museo Inka. Cusco (Perú), vol. 25, 1995, p. 193 5 Ramón Gutiérrez describe uno semejante en la Iglesia andina de Coporaque. GUTIÉRREZ, 1987, pp. 81-83 1 2
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fundaban, dejando por el momento la zona rural. Con la formación de los repartimientos y las encomiendas en zonas aledañas al Cusco, se dio inicio a la construcción de capillas por cuenta de los encomenderos además de la contratación de curas doctrineros. En la provincia de Chilques y Mascas, entre otros, se estableció el repartimiento6 de Guanuquito que lo obtuvo don Francisco de Villacastín como merced del Marqués don Francisco Pizarro7. A la muerte de Villacastín, el Pacificador don Pedro La Gasca concede a don Juan de Pancorbo y Cellorigo esta encomienda como merced por sus servicios a la Corona, con cédula de 1549, en lo que se conoce como el reparto de Huaynarima. Desde el inicio, por las tasas de La Gasca primero y del Virrey Toledo8 después, se determina: "...sácanse de la dicha tasa un monto de 211 pesos de plata ensayada y marcada para la doctrina de los dichos indios...", correspondiendo a más del 20%, siendo el total de la tasa de 1025 pesos. En esa misma fecha la visita general del Virrey Toledo censa 1037 personas, las que quedan reducidas en el pueblo de Guanoquite. Desde el siglo XVI la doctrina conocida como Guanoquite estaba formada de "...cuatro pueblos, que los otros tres sirven de anexos... Guanoquite, cabeza de ellos, dista de la ciudad del Cuzco cinco leguas por camino recto. Su jurisdicción espiritual comienza a dos leguas del Cuzco, desde una población pequeña ...con Cacique y vecindad, rodeada de variedad de Estancias de ganado vacuno y ovejuno y frutos propios de indios."9 A su muerte en 1575, Juan de Pancorbo en su testamento incluye para todas sus encomiendas una cantidad de dinero a ser invertida en ganado lanar y que así pueda mantenerse la doctrina. En esa época era dinero destinado para cera, ornamentos, pago a los coros y asistentes del servicio. Con respecto a la encomienda de Guanoquite: "... Manda a los indios de Guanoquite... mil pesos, en fundo.- el pago con el producto de la venta del ganado..." y otro del mismo testamento "...Que se paguen a las doctrinas .- Pago a los clérigos de las doctrinas de sus repartimientos..."10 Aún no se han encontrado datos o referencias sobre el inicio de la construcción de esta Iglesia; pero de acuerdo a los montos otorgados por los encomenderos en sus tasas, es probable que la Iglesia se construyera primero en forma simple y pequeña como una Capilla, para después a fines del siglo XVI construirla como la Iglesia que existe actualmente. En 1595 se adscribe a la advocación de "Todos los Santos"11, aunque el día de hoy dicha advocación cambia, llamándose simplemente Iglesia de Huanoquite. De esa época es un Cristo Crucificado imponente con el nombre de “Señor de Todos los Santos” que se encuentra en la Sacristía y opcionalmente sale en procesión en época de sequía para solicitarse la venida de las lluvias. En esta época ya existía una pequeña serie de cuadros sobre la Vida de María, Al inicio de la conquista se usa el término repartimiento, luego se utiliza el de encomienda, a veces cambia pero en este caso corresponde a la misma circunscripción. 7 PUENTE BRUNKE, José de la. Encomienda y encomenderos en el Perú. Sevilla. Excma. Diputación de Sevilla, 1992, p. 358 8 Tasa de la visita general de Francisco de Toledo. Lima, 1975, p.143 9 VILLANUEVA URTEAGA, Horacio. Cuzco 1689. Economía y sociedad en el Sur Andino. Cusco. Centro Bartolomé de Las Casas, 1982. p.433 10 Testamento del conquistador Juan de Pancorbo y Cellorigo [Arequipa 1575], p.13. Archivo Departamental Cuzco (ADC) Protocolo notarial J. Gamarra, año 1780 11 ADC Protocolo notarial Miguel Contreras, año 1595 6
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que hoy se encuentran depositados en la Sacristía. Son pinturas al óleo sobre lienzo, sin marcos, con un estilo simple y llano, las túnicas en las que el barroco se insinúa muy levemente tienen poco volumen, notándose especialmente en los arcángeles. Los ambientes sobrios solo dejan ver por la ventana un paisaje con flores y pajaritos, que mas tarde será característico de la escuela cusqueña. Pasados esos primeros años los cronistas y letrados se dedicaron a escribir diversas oraciones y fundamentos de la religión en folios manuscritos llamadas Cartillas de evangelización, realizados a pedido directo de los curas doctrineros12. La fidelidad de las distintas traducciones y la dificultad en expresar los dogmas y conceptos teológicos, origina un debate que el III Concilio Limense resolverá con la selección de las lenguas quechua y aymara para traducir la Doctrina Cristiana. 13 En Guanoquite se usará la nueva Doctrina en quechua, por ser su área de influencia, o sea a ocho leguas de la ciudad. En el Cusco, en este siglo, ya se iniciaba la Escuela Cuzqueña, pues, junto con los conquistadores llegaron estampas y grabados de la Escuela Flamenca en manos de los curas doctrineros y de las diferentes órdenes religiosas. Estos serían los futuros talleres donde se enseñaría el uso de la reproducción de estampas a los pintores nativos. A partir del seiscientos en Flandes, pintores como Martín de Vos, Rubens, Van Dyck, Jordaens, etc. reproducen sus pinturas a grabados flamencos que también llegarán al Perú. Autores como De Jode, los Wierix, Sádeler, Lauwers, etc. no sólo dejarán honda huella, sino influenciarán todas las escuelas de pintura en Indias.14 Ante la responsabilidad de la cristianización una de las respuestas más importantes y de largo alcance fue la realizada por los reyes de España a partir de Carlos V y sus descendientes de la casa de Austria. Felipe II, trató de resolver el problema mediante un medio masivo de reproducción de figuras aplicando, inicialmente, el grabado en cobre , que luego se amplió a la imprenta. Con este método pudieron finalmente los Reyes de España cumplir el compromiso contraído con el Papa Alejandro Sexto, y así contribuir eficazmente a la cristianización de sus habitantes. La acción efectiva tomada por Felipe II fue el contrato que hizo con la casa editorial de Cristóbal Plantín de Amberes y su sucesor Moretius y que continuó hasta el Rey Carlos II. En el siglo XVIII y adelante, la casa de Borbón lo continuaría hasta 1804. Los convenios especificaban libros de misa, breviarios, confesionarios, himnarios, cantorales y otros necesarios para la liturgia, los cuales deberían estar profusamente ilustrados con grabados, para su ayuda misional.15 Toda esta preocupación dará sus frutos en las escuelas de pintura que a la larga y siguiendo una costumbre barroca, literalmente tapizarán las Iglesias con cuadros, esculturas y pintura mural DOMÍNGUEZ FAURA, Nicanor: “Juan de Betanzos y las primeras cartillas de evangelización en la Lengua General del Inga (1536-1542)” en RAMOS, Gabriela (comp.). La venida del reino: religión, evangelización y cultura en América. Siglos, XVI-XX. Cusco. Centro Bartolomé de Las Casas. 1994, p .65 13 Tercer Concilio Límense, 1582-1583. Lima. Facultad Pontificia y Civil de Teología de Lima, 1982 Capítulo 6, p. 325 14 El siglo de Oro en la pintura Sevillana . Lima. Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1985 15 MESA, José de. “Los métodos visuales de la evangelización en el virreinato del Perú” en Actas del Primer Congreso de Historia Eclesiástica. Arequipa, 1990. p.185 12
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tanto en techos, como en paredes. La explosión de color del sotacoro de Guanoquite es un buen ejemplo. El ambiente de espiritualidad que se obtiene es una gran ayuda para la Evangelización. Puede decirse que en Guanoquite este ambiente comienza desde la parte externa con la majestuosidad de la construcción de la Iglesia. Su cabecera ochavada, evidencia la persistencia del estilo gótico tardío16. Su alto campanario simple y macizo, en línea con la cumbrera de la Iglesia y que en aquella época estaría incluido en el área del atrio, es perceptible desde cualquier ángulo del pueblo y su tañido de campanas se oiría, además de verse a varias leguas a la distancia, llamando a los fieles a la misa y a la oración de las tardes. En esta primera época de la Evangelización, existía obligación de asistir dos o tres tardes a la semana para el catecismo, además de la Misa de los Domingos. Los curas doctrineros llevaban una lista de los asistentes y por supuesto la inasistencia implicaba una acusación al Protector de los Naturales, que muchas veces era penada pecuniariamente. En este siglo se da una ordenanza por la cual era prohibido el cobro de deudas y tributos a los indios asistentes a Misa los domingos. Esta reglamentación estaba dirigida principalmente a los Caciques y Encomenderos, que conocían la asistencia generalizada de sus tributarios a la Iglesia y los esperaban a la entrada o salida de la Misa. 1 La Iglesia de Guanoquite en el siglo XVII En 1689 a pedido del Obispo del Cusco, Monseñor Manuel de Mollinedo y Angulo, el Clérigo Presbítero don Miguel de Velasco presenta el informe del estado en que se encuentra la Iglesia : "...Compónese dicho pueblo de Guanoquite de una pila bautismal, su Iglesia antigua,...con que el adorno de la Iglesia es muy poco, por que no tiene de que echar mano...".17 La descripción de 1689 corresponde a su construcción de fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII, y así se mantiene hasta el día de hoy, solo con un nuevo techo. La Iglesia se encuentra ubicada con perspectiva lateral a la plaza principal del pueblo, con un trazo simple de planta rectangular y una sola nave, sin contrafuertes, construida sobre cimientos de piedra de canto, muros de adobe, el techo cubierto con tejas y el piso enladrillado. Su atrio habría tenido dimensiones mayores para incluir al campanario exento que se encuentra actualmente al otro lado de la calle; además estudios de Ramón Gutiérrez han demostrado que torres exentas son las mas antiguas. La portada principal, es de trazo simple en sillería, con arco de medio punto, puerta de una sola hoja y columnas rectas que sostienen un frontispicio terminado en una cruz de piedra. Al centro de este frontispicio se encuentran tallados una mitra y las llaves de San Pedro. En su arquitectura simple destacan en las esquinas cuatro capillas externas laterales, de menor altura que el templo y con techos a dos aguas, con puertas interiores a él: Sacristía, Presbiterio, subida al Coro y Baptisterio, las dos primeras en la cabecera y las dos últimas al pie. Al interior de la Iglesia presenta dos columnas que previamente habrían portado el arco toral de tablazón, según inventario de 1873. El arco del coro es volteado de GUTIÉRREZ, Ramón et al. Hispanoamérica, 1986. p. 78 17 VILLANUEVA, 1982, p. 434 16
Arquitectura del Altiplano.
Buenos Aires.
Libros de
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cal y piedra, jaspeado al temple. El coro tiene la baranda o antepecho labrada de madera y dorada con oro. En el siglo XVII continua el gran problema para los misioneros, tanto del clero regular como el secular de comunicar el cristianismo en el menor tiempo posible, con el adicional de que era difícil enseñar el quechua. En Guanoquite durante este período, los curas doctrineros fueron pagados por la Corona, pues ella era la encomendera.18 Uno de los principales requisitos, que no necesariamente se cumplía en todos los casos, era el conocimiento de la lengua quechua, determinado por la gran cantidad de indios quechua hablantes. Como ejemplo uno de los cuadros de la Iglesia de Guanoquite presenta al Bachiller Joseph de Valverde, cura propio de la Iglesia, que muestra una cartela que sale de su boca dirigida a la representación del altar de la Virgen Dolorosa, que se encuentra también en el cuadro, con las primeras palabras en quechua de la oración del Ave María: *Muchay Ccoscaiqui Maria. Diospa gracianman. Hontasccan canqui* Puede observarse, además, en ese mismo el informe al Obispo en 1689, el apoyo de personal que tiene la Iglesia. Igualmente sus cinco cofradías y fiestas, lo cual es un índice del adelanto que tiene ya la evangelización en este siglo y en esta jurisdicción. El aporte del Obispo Mollinedo y Angulo al arte de la Iglesia de Guanoquite El más ilustre Obispo de la Diócesis del Cusco fue don Manuel de Mollinedo y Angulo, madrileño, quien se destacó con caracteres muy singulares, pues no sólo fue un verdadero mecenas del arte, sino que costeó con su propio peculio gran parte de las obras que emprendió. Llega de su natal Madrid al Cusco el 23 de noviembre de 1673 y cumplirá 23 años de labor pastoral, en los que se dedicará principalmente a la edificación y ornamentación de los templos cusqueños. Para cumplir esta meta manda ejecutar un inventario de las Iglesias de toda su diócesis, obra cumbre terminada en 1683. Con su ayuda se realiza la construcción y el ornato de muchos templos que muestran la huella de su paso. Esto es visto en la fachada de San Cristóbal del Cusco donde incluye su escudo obispal. Muchos templos además incluyen su retrato en la temática de los cuadros. Una de las más conocidas es en la serie del Corpus de Santa Ana, donde se ve al Obispo en dos lienzos 19, portando la custodia, en el momento de su salida y en la de su entrada a la Catedral. La creación de las Escuelas Cuzqueñas de pintura y el mecenazgo que desarrollo con algunos pintores conocidos, como son los casos de Diego Quispe T´ito y Basilio Santa Cruz, le permitieron plasmar en los templos del Cusco el esplendor del arte barroco que lo había impresionado durante su estadía en Madrid, donde incluso llegó a conocer al Rey joven. Al llegar al Perú el Obispo 20 traía entre su equipaje muy diversos cuadros y grabados; incluidos los retratos de los Reyes Carlos II y su 18
PUENTE BRUNKE, 1992, p. 358
RICCI, Franco María. Catálogo de FMR No.32 Piadoso Cusco. El corpus de Santa Ana. Texto de Luis Eduardo Wurffarden. España, 1997 20 Testamento del Obispo Mollinedo a su llegada al Perú. 19
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esposa la reina María Luisa que servirían de modelo a los distintos círculos y talleres de pintores nativos. Esta imagen del rey fue reproducida en diversos cuadros con la finalidad de que los indianos se sintieran cercanos a sus reyes y pudieran apreciar quienes eran, como vestían, etc. En Huanoquite el cuadro denominado como el Corpus de Guanoquite retrata al Rey Carlos II con un cirio en la mano; al cuello lleva la orden del Toison de Oro, símbolo de su real majestad En ese mismo cuadro el Obispo Manuel de Mollinedo y Angulo bajo palio presenta el copón, detalle muy importante que señala no solo el poder del Obispo, sino su vinculo en la región y con la Jerarquía Española. Este lienzo en sí es como la afirmación del Obispo de su preocupación, en el último decenio de su vida, por la decoración de esta Iglesia, que desgraciadamente no figura en los últimos recuentos que hace de su obra diez años antes de morir. Es así que por las series de pinturas que guarda, Huanoquite puede ser considerada un depositario especial21 de la última época barroca del Obispo. A comienzos de 1627, la Infanta Isabel Clara Eugenia, nieta de Carlos V y Gobernadora de Flandes, le encarga a Peter Paul Rubens la realización de una serie de tapices en honor de la Eucaristía, los que seguirían los preceptos dados por el Concilio de Trento. Como era uso y costumbre a partir de ellos se ejecutan los grabados que llegarán en forma de estampas impresas a las escuelas americanas de pintura. En la Iglesia de Huanoquite se encuentra la serie La Apoteosis de la Eucaristía, basada originalmente sobre los tapices que hasta el día de hoy se encuentran en el Convento de las Descalzas Reales de Madrid. Los lienzos de esta serie son reconocidos, según Mesa y Gisbert, como pertenecientes al círculo del maestro Basilio Santa Cruz Pumaccollo. Consta esta serie de nueve cuadros, colocados en la parte baja del lado de la Epístola, justo frente a la puerta, así que son los lienzos mas vistos. Cinco de ellos son copias directas de los grabados de Rubens: dos carros triunfales: "Triunfo de la Fe Eucarística" en un carro jalado por ángeles lleva a una alegoría de la Iglesia con la Eucaristía, un ángel superior sostiene la cruz, le siguen la Filosofía y la Ciencia con la esfera armilar; y el "Triunfo de la Iglesia sobre la ignorancia y la ceguera"- este cuadro es el único que se encuentra en la pintura Mexicana22- nos muestra a la Iglesia portando un ostensorio sobre un carro jalado por caballos, un jinete lleva los símbolos de la Iglesia como son el umbellun y las llaves de San Pedro, entre las ruedas del carro se encuentran la representación del Mundo y el Odio y la Furia. Luego vienen dos adoraciones: "Jerarquías de la Iglesia en adoración Eucarística", en este se han juntado dos tapices originales, uno con los cuatro Evangelistas y el otro con los Doctores de la Iglesia que incluye el retrato de la Infanta como Santa Clara; y “Defensores de la Eucaristía en adoración", con Papas y Doctores conocidos por su defensa de la Eucaristía como Urbano VI. Finalmente un anuncio pre eucarístico del antiguo Testamento: "Exploradores de la tierra prometida" con la vendimia de un racimo gigantesco, premonición del vino en la MESA, José de y GISBERT, Teresa. Historia de la Pintura Cuzqueña. 2t. Fundación Augusto N. Wiese, 1982 , t. I, p. 135 21
Lima.
Santiago Sebastián señala que esta temática, presente en las catedrales de México y Puebla y en el convento de San Esteban de Salamanca, corresponden al pintor Palomino (1705). SEBASTIÁN, Santiago. Contrarreforma y barroco. Madrid. Alianza, 1981. p. 176 22
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Eucaristía. También se encuentran en esta serie determinada principalmente por la temática, además de pertenecer como un conjunto al taller del mismo pintor y con su marquetería homogénea: “Conducción de la Eucaristía por las dignidades de la Iglesia” (conocida como el Corpus de Huanoquite), donde se ve la influencia de los grabados de Rubens en los caballos que jalan el carro, en este cuadro, como ya se explicó, se encuentra portando la eucaristía el obispo Mollinedo y Angulo, dando así la autoría del encargo a toda la serie. Otro lienzo es la “Alegoría de la Apoteosis de la Fe” que presenta a San Luis Gonzaga en un carro con el estandarte Jesuita, adelante van las virtudes teologales acompañadas de la devoción, bajo el carro un monstruo mítico mitad serpiente como el pecado, lleva en la mano culebras en representación de los pecados capitales. Finalmente “El juicio del Rey Salomón”, un anuncio pre eucarístico, completa la serie 23. Los más conocidos de esta serie son cuatro de ellos que se presentan sobre carros jalados ya sea por animales simbólicos, por caballos o por ángeles, razón por la cual también se les conoce como "de los carros triunfales”.24 Al igual que la serie anterior, de finales del siglo XVII, se presenta la serie de Vida de San Pedro ubicadas en las partes superiores de las paredes tanto de la Epístola como
del Evangelio. En el lado de la Epístola, estos lienzos han soportado un fuerte intemperismo, incluyendo goteras permanentes del techo, por lo que se encuentran deteriorados, sin embargo se distinguen: "La elección de Simón-Pedro", "Pedro camina sobre las aguas", "Jesús lava los pies de Pedro", "La última Cena" "Pedro en el Huerto de Getsemaní" "La liberación de Pedro", “La curación del tullido”, “Pedro convierte al Centurión Cornelio”, “El tributo del Templo”, “San Juan y la Eucaristía” y finalmente “La crucifixión de Pedro” sobre la puerta principal del templo. La serie se evidencia netamente evangelizadora ya que cada uno de ellos representa frases alusivas a las bondades del Catolicismo, sus sacramentos y milagros en la voz de Cristo a San Pedro. Estos temas no abundan en el arte colonial, pero podemos indicar que el cuadro de “La última cena” es una copia simplificada de la Estampa tercera del libro de Melchor Prieto Psalmodia Eucarística (1622), tal como se observa en la lámina del libro Contrarreforma y Barroco de S. Sebastián.
El tema sobre la vida familiar del Niño Jesús tiene mucha aceptación en la Escuela Cuzqueña; en Huanoquite se presentan dos pequeñas series: La Infancia de Jesús, y El Taller de Nazareth, ambas tienen relación con los seguidores del Círculo de Diego Quispe T´ito, principalmente por tener como base los modelos del maestro. La primera serie esta compuesta por tres cuadros apaisados: “La adoración de los pastores”, “La adoración de los Reyes Magos” y “La huida a Egipto”, localizados en el Baptisterio y la Sacristía; los cuadros, de gran formato, tienen como característica contener el tema central, que es una copia del grabado de Rubens, dentro de un paisaje flamenco que puede incluir hasta una variedad de soldados o pastores. En la serie del Taller de Nazareth se presentan: “El Niño Jesús ayuda a construir una barca” y “El Niño aserrando un tronco” ubicados en la parte alta de la puerta de la Sacristía y "Casa de Nazareth", " Sagrada familia trabajando" y “Visita de San Juanito”, en la parte alta de la puerta del Presbiterio, todos retratan a No se ha encontrado "El mana del desierto" cuadro mencionado por Mesa y Gisbert. MESA y GISBERT, 1982, t. I, p. 136 24 Estos cuadros, a pesar de su importancia, no se encuentran en la lista que Mesa y Gisbert presentan sobre cuadros de pintores cusqueños inspirados en grabados flamencos sobre la obra de Peter Paul Rubens, ni tampoco en STASTNY, Francisco. “La presencia de Rubens en la pintura colonial”. Revista Peruana de Cultura. Lima (Perú), vols. 4-6, 1965 23
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San José y el Niño trabajando en la carpintería de Nazareth ayudados por ángeles. Huanoquite en el siglo XVIII La evangelización en el siglo XVIII se conoce como Evangelización tardía25, esto es cierto para los grupos étnicos que vivían tierra adentro, en zona de ceja de selva o en las misiones de la selva. No es el caso de Guanoquite, que en el siglo XVIII parece continuar con la decoración de su templo. El estilo barroco imperante en la época demandaba un total cubrimiento de paredes y techos con pinturas ya sea mural, de temple seco sobre adobe o en lienzos con la técnica al óleo de la escuela cuzqueña. Las series de lienzos del siglo XVII son enmarcadas en madera tallada y dorada, con detalles de esmalte de colores en los cabuchones, así como en los capiteles de las columnas. La serie de San Pedro en la parte alta y la Apoteosis de la Eucaristía en la parte baja. También se aplican en la parte superior grandes coronaciones que casi se encuentran entre las vigas del techo. Es probable que con el nuevo techo de comienzos del siglo XX, se haya disminuido la altura de la Iglesia y esto se confirmaría por el acabado que tiene el Altar Mayor en su parte superior que obviamente aparece trunco y la escultura que representa al Padre Eterno esta simplemente colocada sobre el cuerpo central del Altar. El Altar Mayor es barroco de madera tallada y dorada, con columnas salomónicas, pero curiosamente mantiene el nicho central a la virgen de la Purificación en estilo renacentista con florones característico. Los retablos de la Iglesia son cinco y se caracterizan por estar rodeados de cuadros con temática diferente para cada uno, a excepción del Retablo de San José con el Niño. En el lado de la Epístola, recostado sobre la antigua columna del arco toral, se encuentra el Púlpito tallado y dorado de estilo barroco simple, con la imagen de los cuatro evangelistas en estuco pintado En este mismo lado, a la altura del Púlpito de encuentra el Retablo de San Francisco, con su imagen al centro y rodeada de vírgenes y santos. Pasando la columna del arco toral se encuentra el Retablo de la Virgen de la Asunción con cuatro cuadros pequeños de la Vida de San José, estos no son de temática conocida como la de su Anunciación o la presentación del Niño al Templo. Las puertas de la Sacristía y Presbiterio tienen entre las coronaciones cuadros de Jesús y María con rosas. En el lado del Evangelio, cerca de la puerta del Presbiterio se haya el retablo de la Virgen del Rosario rodeada por la serie de los "Fundadores de Ordenes religiosa”: "Santo Domingo de Guzmán", “San Bernardo de Claraval", "San Ignacio de Loyola" y "Santa Teresa de Jesús", la reformadora de las Carmelitas Descalzas. Terminan en este lado del Evangelio. el Retablo de la Crucifixión rodeada por cuadros de los Apóstoles y el Retablo de San José. Este último en su sencillez es uno de los mas hermosos, tanto San José como el Niño llevan pelucas de pelo natural. Con este retablo se define la misma época para la marquetería de la Iglesia que abarca hasta la baranda del Coro con el mismo diseño. En la parte baja del lado del Evangelio en un cuadro con una representación con forma de altar de la Virgen Dolorosa se encuentra el 25La
Pintura mural en el Sur andino. Colección Banco de Crédito del Perú.
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retrato del Cura Bachiller Joseph de Valverde y Valdés, párroco y benefactor que dotó a Huanoquite de magníficos cuadros barrocos del XVIII, tal como se reconoce en la cartela que acompaña fechado en 1796: “a cuio celo le deven sus Iglesias muy conocidas y magníficas obras como se ven en esta doctrina”. Igualmente en los libros de fábrica de la Iglesia se indican desde 1752 los montos pagados por este párroco a distintos maestros y artesanos para la culminación de esta obra. Se incluye además datos sobre la pintura mural del coro y la marquetería y coronaciones de los lienzos grandes de debajo del coro. De ese periodo, también, son dos cuadros de una pequeña serie del "Paraíso Terrenal": "la creación de Eva " con la Virgen María en gloria, la serpiente en la parte baja representa al diablo con cara de mujer y recibe sobre su cabeza la punta de la cruz de la Virgen convertida en lanza, cumpliendo así la promesa del Padre Eterno. El segundo es "La tentación " con el momento en que Adán recibe la manzana de manos de Eva, debajo del árbol del Bien y el Mal; en gloria la Virgen Inmaculada rodeada por un coro de ángeles que portan los atributos de la Letanía Lauretana; la serpiente, enroscada en el árbol, tiene cara de ángel. Para terminar esta serie probablemente del mismo benefactor se representan: "San Juan Bautista evangelizando", “Familia de María” y “La acusación de San Pablo”. Bajo el sotacoro se encuentran los cuadros mejor conservados de la Iglesia, además toda esta área es donde el estilo barroco se explaya por muros y techos totalmente cubiertos por pintura ya sea en lienzos o mural, manifiestan así el rechazo al vacío que caracteriza al estilo barroco. El artesonado del techo es en estilo mudéjar que el barroco colorea con ángeles y flores a todo color, caminos y separaciones con pintura floral y grandes cenefas de fruteros intercalados con floreros, todos incluyen las frutas, flores y picaflores nativos. El espacio libre entre los cuadros tiene pintura al temple sobre el paramento de adobe, frisos, cenefas y columnas completan este espacio que abarca todo el arco del coro con motivos ajedrezados. Las puertas que dan al Baptisterio y subida al Coro son talladas y doradas con grandes coronaciones. Sobre ambas se presenta un escudo de heráldica castellana, que no se ha podido identificar, con yelmo cerrado y tres plumas de metal que le dan características incaicas ¿una mascapaicha?, que pudiera corresponder a un curaca donante de la Iglesia. Mesa y Gisbert reconocen en estos cuadros la mano del Taller de Diego Quispe T´ito y del taller de Basilio Santa Cruz Pumaccollo y son : "el Buen Pastor", "San Juan Bautista" y en una iconografía rara en la Escuela Cuzqueña "Jonás es arrojado al mar". Continuando están: "Santa Cecilia", "la conversión de Saulo" y "el Rey David" tocando el arpa, este último junto con el de Jonás corresponden por su temática a la serie de la Apoteosis de la Eucaristía. Los cuadros ubicados a los lados de las puertas son de gran formato, y presentan querubines que derraman rosas sobre la coronación de la puerta no dejando un espacio vacío. En el interior del Baptisterio tenemos: "el Bautismo de Jesús", de gran tamaño y colorido a semejanza del cuadro del mismo nombre pintado por Bernardo Bitti, que se encuentra en la Iglesia de Juli, es de muy buena calidad y respondería al taller de algún maestro reconocido. Sin corresponder a este espacio, se halla el cuadro que da nombre a la Iglesia " Todos los Santos", donde en primer plano se tiene a los Santos esperando el juicio final. Este cuadro corresponde a la política del Obispo Mollinedo de
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dotar a todos los templos con cuadros grandes de su advocación principal o de la historia de su Santo titular. De los otros cuadros de la Iglesia debe resaltarse una Virgen Inmaculada coronada y rodeada de ángeles con atributos lauretanos, un San Francisco Solano evangelizando indígenas, un "San Cristóbal" , un "Santo Tomás de Aquino” como el Doctor Angélico con la Santa Eucaristía sobre su corazón y una criatura infernal a sus pies, una “Sagrada familia”. Finalmente, un “ángel de la pasión”, dos cuadros grandes de "María Inmaculada" y escenas de Cristo "con la corona de espinas" y un "señor de la Columna". De acuerdo con el informe de 1689 habían cinco cofradías en la Iglesia, sin embargo no subsisten hasta hoy y no han podido ser identificadas, aunque es probable que correspondan a las advocaciones de los altares laterales que hasta el día de hoy salen en procesiones. Estas son el Viernes Santo el "Cristo yacente", Corpus Christi, el 15 de Agosto la Virgen de la Asunción) y el 8 de Diciembre la Virgen Purificada. Además pequeñas procesiones como la de San Isidro Labrador el 15 de mayo o la del “Señor de Todos los Santos” con ocasión de las sequías, propias de una zona de ambiente rural. Nota especial merece un ejemplo de religiosidad popular. En el año de 1999 la Virgen de la Ascensión ha sido declarada “Alcaldesa Honoraria de la ciudad de Huanoquite”. En la ceremonia la Virgen ha sido condecorada con la banda de alcalde con los colores del arco iris, que son los de la bandera del Tahuantisuyo, sujetándolo con el escudo de la ciudad del Cuzco: un broche con la imagen del sol. Finalmente la Virgen ha recibido la distinción de “Varayoc”, colocándosele en la mano una “vara de alcalde incaico” adornada con aplicaciones de láminas y puntas de plata. La Iglesia de Guanoquite es un templo Mariano característico del barroco del siglo XVII, con advocación a Todos los Santos y dedicado a la Virgen Purificada. Así sigue los lineamientos del Concilio de Trento en la glorificación de María como Inmaculada, Dolorosa, del Rosario, Purificada, Asunción y Madre de Dios. La dedicación a la Santa Eucaristía, que llega a su apogeo con la procesión de Corpus Christi, y que el Obispo Mollinedo instauró en todos los templos cuzqueños encuentra su mejor representación en la serie de la Apoteosis de la Eucaristía. Bibliografía I.- Fuentes Primarias Archivo Departamental del Cuzco Serie Protocolos Notariales: Miguel Contreras, año 1595. Joseph Gamarra, año 1780 Archivo Arzobispal del Cuzco Libros de fábrica de la iglesia de Huanoquite, siglo XVIII II.- Fuentes Secundarias ÁLVAREZ, Bartolomé. De las costumbres y conversión de los indios del Perú. Memorial a Felipe II (1588). Madrid: Ediciones Polifemo, 1998 BAUDOUIN, Frans. Peter Paul Rubens. Antwerp : Mercantorfonds, 1977 BENAVENTE V., Teófilo. Pintores cusqueños de la Colonia. Municipalidad del Qosco, 1995 CASTELLI, Amalia. La Inmaculada en la pintura cuzqueña. Tesis PUCP. Lima, 1976 COOK, David Noble. Tasa de la visita general de don Francisco de Toledo.
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