La Ilustración Española y Am ericana

REVISTA DE BELLAS ARTES, LITERATURA Y ACTUALIDADES

SE P U B L IC A LOS D ÍA S 8. 15, 22 Y 30 D E C A D A M ES

Año XL. — Núm. 16. 30 A bril de 1896.

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P1» 13 1 domante. en potio, l>Lo cr*H‘s constitucional la de Francia, lo do Madrid recibía plácemes por haber puesto reverberos en s_£‘ -J dirán los acontecimientos venideros, i lay en los faroles del Prado, alumbrados con aceite todavía: y los el fondo dos dificultades: diversidad política elegantes se paseaban con su estirado pantalón de trabillas, en la mayoría de ambos Cuerpos, que es gu­ sus corbatas de tres vueltas y sus levitas entalladas abro­ bernamental en el Senado, y por Ja unión de chadas con cordones en el pecho. Es de suponer que la jo ­ fracciones avanzadas lia resultado última­ ven actriz saldría entonces á la calle con sombrero de paja mente radical en el Congreso: ambición ó atrevi­ de arroz, t ónico por detrás y adornado de plumas, y el ala miento desmedido en la unión de las izquierdas, abierta por delante: peinado liso con la raya al medio, man­ ,1^1 que no se resignan á que el Senado ejercite sus dere­ teleta con encaje ó chal de crespón, y falda muy hueca y chos cuando contraría sus planes. Con el mismo funlisa, ó con un solo volante, como se puede ver en los figuri­ w ' dainento podría el Senado pretender, en vista de la nes de la época, que eran entonces casi obligatorios. Los confusión á que lian llegado los representantes del sufragio guardias nacionales servían alternativamente para conser­ universal directo, la abolición del Congreso para la salva­ var el orden ó alterarle: los bibliófilos so atracaban de libros ción de la República. El producto de esa votación clan­ con el reciente saqueo de las librerías de los frailes, y 8c en­ destina, en que la mayor parto de los electores no puedo riquecían con sus bienes mal vendidos muchas gentes. Go­ apreciar claramente el alcance de su voto, es en sus resulta­ bernaba á España otra L>.* María Cristina en nombre de dos algo tan ciego como la lotería: no os un acto consciente, 1).“ Isabel II. niña do ocho años, y estábamos, como ahora, sino un juego de azar, sobre todo cuando los partidos se en guerra civil, aunque entre erísimos y carlistus. En ese desorganizan, y ni siquiera puede calcular el elector inteli­ ambiente social comenzó su carrera artística la celebrada gente la conducta, dirección y veleidades de aipiel a quien actriz D.“ Teodora Iierbella Lamadrid, que pasó á mejor elige, cuanto más la generalidad de las gentes, con Badas y vida el mismo dia en que fechábamos el número anterior, faltas de criterio. La acción del Presidente del Estado es revelándonos por primera vez su verdadero nombre la pa­ tan desagradable como comprometida y poco airi sa eri es­ peleta mortuoria, asi como su edad de setenta y cinco años tas circunstancias. No puede elegir un ' hibierno rechazado la Crónica de teatros. En aquella época de muchas ilusio­ por una de las Cámaras, porque la Constitución hace á éstas nes políticas empezó su lucha con la celebridad y brota­ iguales; y no bay probabilidad de quo una sola de ellas per­ ron todas las ilusiones y esperanzas de su vida. mita v iv ir á un Gobierno que goce la confianza de la otra. No la conocemos en todo su desarrollo los que sólo recor­ Ki el Sr. Meline ha logrado constituir un Gobierno, dúdase damos el final de su carrera artística, ni aun podemos preci­ que dure mucho y no sufra una derrota, más ó menos pron­ sar la época eti que se alejó silenciosamente del teatro, cuan­ to, en el Congreso: y á decir verdad, no debemos sentir osa do su hermosa voz empezó á faltarle; y por uno de cbos contingencia verosímil, (lados los antecedentes económicos fenómenos raros de la memoria recordamos mejor su ligara de ese hombre político, de quien España no puede tener y condiciones teatrales en La villana de Valleras y A d ria ­ buenos recuerdos. na, que la vimos hacer siendo un chiquillo, que en obras o como Locura de a m or, E l lanío por ciento y L a campana o o de la Almudaina que la vimos hacer siendo mayores, ó Los centenarios lian parecido poco, y Hungría inaugurará E l drama m icro, que la vimos estrenar en Jovelhmos. En el 2 do Mayo las tiestas del milrnuriti do la fundación do una de las rilas del Circulo do Bellas Artes tocó en suerte aquel Estado, ó sea de la conquista del territorio por las tri­ á uno de lo» hermanos Cánovas y Vullejo, no sé si I). Anto­ bus asiáticas mugyares de que pioceden los liúnguroH. Las nio ó D. José, un retrato de la Teodora (asi la llamó siempre Beatas durarán algunos meses, constituyendo la de carácter el público, corno Matilde á bu rival) en que I). Federico más continuo una gran Exposición de todo lo más notable Madrazo lijó en el lienzo el tipo que nuestra memoria con­ del país, y un estudio arqueológico de los objetos relaciona­ servaba: era una morena graciosa, de voz algo gruesa y de dos con su historia. Para que se comprenda la importancia buena presencia en las tablas; culpábanla de llorona, y no de esta parto de la Exposición de Buda-Peetb, baste decir podemos decidir si era delecto propio ó do la dramática que so han reconstituido junto á ella las calles de la ciudad quejumbrosa de su tiempo. Decía el verso con aquel oído durante la dominación otomana: que el Emperador de Aus­ delicado y aquel canto natural con que entonces se daba tria lia dado permiso para exponer lo que haya en los archi­ valor al diálogo del teatro antiguo y de García Gutiérrez, vos y tesoro de su raza referente á la Hungría: el Sultán Vega, Bretón, A ja la y Zorrilla, el primero de éstos, á nues­ objetos histórico» de Emperadores otomanos, y lo mismo de tro entender, insuperable en las obras de su madurez: tenia otras curiosidades históricas el Emperador de Alemania y energías trágicas para las más fuertes situaciones de Tael rey Oscar de Suecia, asi como la nobleza y el clero del inayo, el más protundo y psicológico de los autores de la is. No sabemos si se lia invitado á España, que intervino época; gracia y finura para las filigranas de Vega, lus mali­ stunte en la historia de aquel país, y acaso investigando cias de Tirso; naturalidad para Jas comedias de Moratin; hubiera podido enviar algunos recuerdos. La Exposición ternura para lus de Eguilaz, boy injustamente desdeñado, y promete ser interesante y tuuy digna de estudio. señorío para las damas de Lope de Vega y Calderón. Ma­ tilde Diez y Teodora Lamadrid compartieron el reinado fe ­ o o o menino de la escena durante un cuarto de siglo. Repasando Si en nuestro último número, al tratar de la falta de llu­ los periódicos de su tiempo, no vemos en ellos el repiqueteo vias, decíamos que en otros tiempos se hubieran hecho ro­ de alabanzas (pie hoy tanto se prodigan: han llegado éstas gativas, debemos añadir que empezaron á hacerse, coinci­ á nosotros más bien por tradición; hoy padecemos la misma diendo con nuestro suelto, en muchas poblaciones, y que el obscuridad por exceso de elogios que no obtuvieron las ce­ clero de Madrid se dispone á sacar en procesión el cuerix) lebridades de hace treinta años. Los que hoy disfrutan fama del glorioso San Isidro, que, como os sabido, se conserva tienen m otivo para creerse Bemidioavs. en la Catedral, en el sarcófago de plata construido por el Teodora Lamadrid lia sobrevivido, no sólo á las afeccio­ gremio de plateros de Madrid en e! siglo x v u , cuando las nes de su corazón y á todos los desengaños de la vida quo üestus de su canonización, el cual fuá sustituido al antiguo dejaran alguna pagina interesante para lus cronistas futu­ arcén pintado que vimos en la Exposición histórica, y haros, cuando se pueda escribir libremente la historia intiuia bia á su vez sustituido á otro de piedra, según escrilie Juan de nuestros tiempos; también á sus gustos artísticos y á la Diácono. A lgo variado encontrará á Madrid el Santo labra­ época de transición en que v iv ió , á casi todos los autores dor cnando salga á la calle: y no comparándole con el de su que interpretaba y los que la acompañaron en la escena. Sus tiempo, que al iin lian pasado muchos siglos, sino de su úl­ compañeras de profesorado y sus discipular del Conservato­ tima salida procesional basta Palacio en tiempo de Car­ rio la dieron su última prueba de cariño y defereucia ro­ los 111, echará de menos algunas iglesias, como la del Sal­ deando su coche fúnebre: desde los balcones de la Comedia vador y Santa María, en tan breve camino, y el arco de y el Español cayó sobre ella la última lluvia de llores. Sólo Palacio, y todo un barrio entre aquél y el viaducto; le sor­ los viejos la recordaban: los jóvenes no la habían conocido: prenderá ver sobre las caliezas de los hombres en vez de los el público anónimo la había ya olvidado. sombreros de candil los tubos y hongos que hoy usamos: y o o o si tendiese la vista por todo el pais, ¡qué diferencia hallaría el Santo patrón entre aquella España y la de ahora! El hecho más gracioso y pintoresco de la crónica madri­ leña de estos dias es lu aparición de la Virgen de la Paloma o o o en un tejado de la Cava Alta. Unos muchachos, ó un hom­ bre form al— hay dos versiones— afirmaron haber visto la c Contigo pan y cebolla, comedia del Sr. Gorostiza (don aparición: aglomeróse la gente en aquel barrio populoso: la Eduardo). Se lia vuelto á poner en escena para la primera salida de la joven actriz Teodora Lamadrid, que después de autoridad subió al tejado con antorchas para demostrar que un año de ausencia lia vuelto á presentarse al público maaquello era sólo un efecto de luz; y como el público no se

S U M A R IO .

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30 A bril 1896

AMERICANA

retirase,hubo que despejar la callo para que el tránsito no continuara interrumpido. Algunos periódicos se lamentun de que el pueblo de Madrid continúe creyendo en ciertas cosas, calificándolo de atrasado, cuando en realidad no es sino muy novelero y divertido, y más sensato de lo que vulgarmente se cree. Convendría á muchos que el público sólo creyese lo que afirman diariamente los periódicos, ni tuviera rnás Ídolos que los expuestos á su adoración por nuestros colegas. La aparición de la Cava Alta, como la de las Vistillas, fué y es un pretexto de bromas y de verbena improvisada para muchos guasones, entre los cuales nunca falta una leve minoría de gente cándida en cualquier estado social. ¿No discuten diariamente en París á la embaucadora que se tinge inspirada por el arcángel San Gabriel? ¿No se llenaba de gente el barrio que habitaba, aunque sólo’ podla el público ver las paredes de su casa? Basta en Madrid, y en muchas ciudades graudes, que dos ó tres personas se deten­ gan y miren hacia arriba, para que se forme un grupo de curiosos preguntándose: «¿or un testigo presencial del suceso, puedo conside­ rarse copia fiel «leí natural. o o o

G R ECIA. Resurrección de los Juegos olímpicos. E n el Congreso Internacional Atlético que en 1894 hubo en París, propuso el Harón «le Courcel que se resucitase la antigua costumbre de los Juegos Olímpicos, y «pie los pri­ meros se celebrasen en Atenas. Aprobada con entusiasmo la ¡dea. halló luego no pocas dificultades; pero al tin pudo construirse al pie del Acrópolis ateniense un magnifico esta«lio capaz «le 00.000 espectadores. La forma es elíptica. Tiene 200 metros «le largo por 14'» «le ancho. La longitud de la pista es «le 232 metros, y su anchura de 33. La inauguración fue en la fecha «pie se había dicho, e8 decir en la pasada Pascua. A estos nuevos Juegos Olimpicos acudieron nos«'.!«» griegos, sino franceses, ingleses,ame­ ricanos, etc., etc. Presidió el rey Jorge, acompañado de toda la familia Real. El Ruque «le Espartó, bere-lero de la Corona, dijo algunas palabras en alabanza de tan importante y entretenida tiesta, comenzando luego los ejercicios. ' En las carreras de velocidad vencieron, el australiano Flack (carrera de 800 á 1.500 metros) y el norteamericano Rurke (carrera de 100 metros). En el tiro del disco, en «pie tan hábiles eran los antiguos griegos, venció el inglés mis­ tar G a r re «, ganando el segundo premio el griego Sr. Paraukevopulos. En la elevación de pesos con una sola mano venció otro inglés, Mr. Eliot. En el del tiro al blanco, nadie pudo disputarle el primer premio al griego Sr. Karasertas, quien de 40 tiros hizo 40 blancos con asombrosa seguridad. Pero la gran hazaña de los Juegos fué la del griego Eapiridión Luis, muchacho de veintidós anos, de los alrede­ dores de Atenas, el cual recorrió la distancia del famoso campo de batalla de Maratón al estadio (42 kilómetros) en dos horas, cincuenta y ocho minutos y cincuenta segun­ dos (véase el grabado «le la pág. 253), renovando la hazaña de a«piel soldado que, luego de acabada la pelea, corrió á Atenas con la noticia de la victoria, y llegando adonde es­ taban los ¿foros, cayó muerto á sus pies.

ILUSTRACION

ESPAÑOLA

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y do sus mayores intimidades; pero aunque se procuró «lar con olla, no fué posible. Habían pasado meses desde el último, cuando el Harón von Schrader encontró en un pupitre del Casino «le Berlín un trozo «le papel avante manchado con letras al parecer iguales á las de aquéllos, lo que fácilmente advirtió, porque el secreto autor los escribía fingiendo caracteres de im ­ prenta.

Francia, y también una de las mejores cuadras de Inglate­ rra. Hace años, al ser expulsados de Rusia machos judíos, el Harón de Kirsch llevó muy a mal que s«- les tratase con tanto rigor, y socorrí«« á sus hermanos con grandísima liberalidad, pues «lió 50 millones «le francos para «pie comprasen tierras en la Argentina. Ha fallecido en Kotnora (H un gría) á los sesenta y cinco años de edad. Juntamente con estas lineas publicamos su retrato. * o o o

El joyero Sr. Marabini, artista notabilísimo, de cuyos singulares méritos dimos buena muestra á nuestros lectores reproduciendo la magnifica custodia ¡sir él construida no hace mucho, lia hecho otro trabajo no menos notable y de mayor lucimiento que aquél, por estar destinado á aparecer en solemnes tiestas palaciegas. Este nuevo trabajo «leí Sr. Marabini es la corona ducal que la señora Duquesa de Nújera lia «le ostentar en la cere­ monia «le la coronación del czar Nicolás 11 de Rusia. Forman ]¡t corona 2-530 brillantes, de ellos 24 grandes, y uno de extraordinaria magnificencia en el centro. La laborea de un esmero y delicadeza que exceden á toda ponderación, y gra­ cias á esto, tan hermosa alhaja sólo pesa 3111gramos. Honra este exquisito trabajo sobremanera á la orfebrería madri­ leña, y particularmente al Sr. Marabini, sobre todo si se tiene en cuenta «pie, á pesar de ser joya de tan delicado y difícil trabajo, se lia acabado en 35 «lias. (Véase la pág. 260.) o

HARÓN VON SCHRADER.

Preguntó Schrader ;i los dependientes si sabían quién ba­ hía estado escribiendo en aquel pupitre. Dijéronle «pie el Harón von Kotze, persona conocida, militar como él, y tam­ bién compañero suyo en el alto cargo «le maestro de cere­ monias en Palacio. Creyó Kchrader que «lebía avisar do lo ocurrido á las autoridades, y lo hizo sin dilación. Kotze fué preso; pero sin «bula pudo probar su inocencia, porque el Emperador mandó que le pusieran en libertad.

LAMADRID,

insigne actriz española.

Aunque Teo«lora Lamadrid había ll«‘ga«lo á edad bastante avanzaila (nació en Zaragoza en 1821), nadie esperaba «pie muriese tan repentinamente, pues tenia buena salud y so conservaba bien. Una pulmonía la ha arrebatado en breves horas. Era bija de actores, y desde muy niña comenzó ¡i repre­ sentar. Dábanla papeles apropiados A sus pocos años, y el primero «pie hizo fué de niño en la tragedia Orestes. Vino á Madrid en 1832. Perteneció á la compañía «pie representaba cri Palacio para distraer al rey Fernando V i l en los últimos «lias de éste y cuando y a so hallaba muy enfermo. Del 33 »1 44 representó papeles «lo dama joven, logrando pronto muy buena reputación, gracias á la cual pudo entrar en la compañía del teatro Español en tiempo del Conde de San Lato, gran protector «le las letras, como es sabido. Trabajó con Valero y consiguió notables triunfos. El pri­ mero y uno de los mayores fué representando Los amante* de Teruel. Siguió otro, en Locura de amor, de Tamayo, y desde entonces no cesó «lo sor aplaudida con no menos en­ tusiasmo que bu maestra y amiga Matilde Diez. En L a bota de nieve y L o positivo, do Tamayo; La campana de la A lmudaina, de Palau; E l tanto por ciento y do A y ala; L a es­ trella de Sevilla, L a rdiana de. Valleras, E l alcalde de Z a ­ lamea y otras, asi del teatro moderno como del clásico, el talento do Teodora Lamadrid brilló entro los primeros que en a«|uollos tiempos ennoblecían la escena española. Verdad es que le ayudaban mucho la extremada hermosura de la perdona y la no menor de la v o z, que basta hace no muchos años conservó, argentina y vibrante. Hacia mucho que estaba retirada del teatro. V iv ió bas­ tante tiempo de lo ahorrado en su larga y gloriosa carrera; pero habiendo perdido casi todo cnanto poseía en una fa ­ mosa quiebra, creemos que sólo tenía para su sustento lo que ganaba en el Conservatorio de Madrid. Su retrato va en la pág. 256.

xvi — 251

LA CORONA DE LA DfJOESA DE N>JERA.

o o o TEODORA

n.°

AMERI CANA

o o 8ANTIRONCE (SEVILLA). Vista de la fábrica del Olati'larlo, ó cafó de salud.

En el ex monasterio «le San Isidro del Campo, en Santiponce, á cuatro kilómetros de Sevilla é inmediato á las ruinas de Itálica, los Sres. Esteban Martínez y C.* han es­ tablecido una fábrica del producto Glaudario, llamado vul­ garmente «c a fé de salud». El producto glandario es nn similar del café; más nutri­ tivo, más tónico, nada excitante y del mismo aspecto. He prepara lo misino que éste, cuesta tres veces menos, y al mismo tiempo que las eminencias médicas de todos los paí­ ses condenan el uso del café como perjudicial á la salud, la Academia «le Medicina «le Madrid, después de haber exa­ minarlo el producto glandario, lia informado en términos «pie «1 Gobierno do S. M., por Real orden de 12 de Diciem ­ bre de 1893, lia autorizado la venta de este producto. El uso del glandario se lia generalizado tanto en Europa, «pie la industria de su fabricación es en algunas partes im ­ portantísima. Sólo la fábrica de Heínr Franoh (Alem ania) produce 5*10.091) quintales al uño, da trabajo á 1.800 obre­ ros y tiene 170 máquinas. La fundada eri Sevilla, de qno darnos diversas vistas en la pág. 261 , es la primera que so ha establecido en España. o o o EXf'MO. MR. D. JUAN JOSft CASTRO, ministro «l«1Fomentó riola Hcpiiblira el fa m o so q u ím ico á quien flirt dudo a isla r el a cetilen o q u e , ul culto do poco tiem p o d e conooerso hiih propiedades, Ilo ga ría ,d o una part,ü’ ^ Bwr *11 ‘,u8° y punto de partida «lo la sintouis «lo las substancian orgán icos, y de otra, V S - q h m ateria d e modorn¡HÍmuM indnstiian, em pleándolo T iz ^ para e l alu m brado y ca lefa cción , ó transform ánJ d o lo en el más puro y ex q u is ito alcohol e tílic o , cu yo cnorpo seria, en tal caso, cosa a itíticiu l desde los e le ­ m entos usados á m odo «lo prim eras m aterias. Y m e­ nos, acaso, hubiera pensado el in ven to r del horno eléctrico que, al m om ento d e haber o b te n id o , en un ex p erim en to cu ­ rio so , y ú la par d e otros carouros m e tá lico s, el carburo d e ca lc io , sem ejan te cu erp o, precisam ente por d a r a c e ­ tilen o al descom ponerse m ed ia n te el sim p le contacto d el a g u a , sirviera do base para c ie ita s aplicacion es, cu yos c o ­ m ienzos estam os v ie n d o , y ju zga m o s por ello s lo q u e en no lejan o p o rve n ir llegarán á s er, y tam bién de argu m en to á leyend as y cán ticos de alabanza entonados por los im p acien ­ tes, ansiosos «le lle g a r pronto al térm in o y com pleto desarro­ llo de industrias apenas co m en zadas, y en las cuales es m e­ nester practicar numerosos ensayos y re a liza r gran dísim os perfeccion am ien tos. M ucho hubo de Humar la atención de los q u ím ico s e l h ech o d e q u e , siendo innum erables las c o m b i­ n a d « ues posibles en tre el h id ró gen o y e l ca rb on o, única­ m en te era «lado con segu ir una «le ellas partien do «le aquellos dos elem en tos: fu é la prim era y única sintesis directa de un h idrocarbu ro; m u y su sceptible d e contraer nuevas alianzas con el h id ró gen o y con otros cuerpos bidrocarbu rados; c a ­ paz «le p o lim eriza rse, uniéndose con sigo m ism o para con sti­ tu ir una substancia tun usada com o la b en zin a , y m u y a propiado para en riqu ecerse de c a rb o n o ,e n virtu d de reac­ ciones pirogenaiias bien conocidas á la hora presente. P ero no fu é m enor el in terés «lespertado cuando se supo q u e este a cetilen o ga seoso , do tad o d e p o d er ilu m in ante bastante su­ p erio r a l d el g a s d el alu m brado, producíase d e una m anera regu la r, abu ndante y en ex celen tes condiciones para su em ­ p leo en la in du stria cuando se trata por a gu a el carburo «le c a lc io , Cuyo cu erpo fó rm a s e som etien do á la elevad isim a tem peratu ra co n segu id a en el horno e léc trico una m ezcla d e cal v iv a y c a rb ó n , colocad a en co n d icion es especiales, con fa c ilid a d sum a obtenidas. Con objeto de dar á conocer los más recientes usos y em­

pleo de este gas maravilloso, cuyas excelencias se pregonan á diario y llegan basta considerarlas sus mayores adeptos y

partidarios medio único de resolver todos los problemas in­ dustriales, no huelga, á lo que entiendo, saber las propieda­ des é historia de un cuerpo basta ahora confinado en los aparatos de los químicos, quienes transformábanlo á su an­ tojo, haciéndolo servir en diversas operaciones de sintesis, como la de la l>enzina y el ácido cianhídrico, para no citar sino experimentos de mucho bulto y fácilmente reproductibles: asi podrá juzgarse el alcance de los novísimos descu­ brimientos, apreciarse mejor el esfuerzo hecho, y colegirse

ILUSTRACIÓN

ESPAÑOLA

Y AMERI CANA

30 A hhil 1896

aptitudes para la metamorfosis química. N o quedó, sin em­ bargo, olvidado, y basta recordar de nupvo que la síntesis orgánica, con sus métodos a cada punto mas generales, con sus maravillosos resultados cu el laboratorio y en la indus­ tria, descansa toda entera en las propiedades del acetileno, en su misma condición «le ser el hidrocarburo dotado d-j mayor sencillez y estabilidad, y al propio tiempo el más Bien puedo asegurarse que ningún carburo de hidrógeno incompleto, susceptible de generar otroB muchos, propicio a tiene historia tan completa, ni es tan perfectamente cono­ las reacciones pirogenadas, capaz «le hidrogenarse constitu­ cido como el acetileno, en particular desde el punto He vista yendo etileno, cuyo cuerpo, mediante oxidación nada d i­ químico, y no se exceptúan siquiera la benzina y la nafta­ fíc il, «la el alcohol sintético, siendo esta una de las mejores lina, advirtiendo cómo, basta la primera Memoria «le Beraplicaciones reservadas en lo porvenir al famoso gas, que thelot, cuya data es de 1859, nadie habla aislado este sin­ tan abundante se produce descomponiendo el carburo «le calcio. gular cuerpo, cuya existencia aparece indicada en 1836 por Davy, cuando seilala su producción al tratar con agua Gaseoso ú la temperatura ordinaria, desprovisto «le color, los residuos negros, resultantes de haber obteniilo el pota­ muy mal oliente, fétido y por todo extremo desagradable, sio metálico descomponiendo el crémor tártaro por carbón. p u d e el acetileno ser liquido, m ovible, incoloro, muy reCasi por el mismo tiempo trabajaba Perrot, el cual sometía fringente y más ligero que el agua, á la temperatura de un vapor «lo éter ó de alcohol á Continuadas descargas eléctri­ grado y presión equivalente á cuarenta y ocho atmósferas, cas, habiendo logrado un gas susceptible de dar bromuros, y á la temperatura ordinaria cuando se comprime, á ochenta cuyas analogías con los de acetileno aparecen en la actuali­ y tres atmósferas; soluble en el agua volumen á volumen, dad bien demostradas. Tres años despm-s, en 1839, repitióse apenas se disuelve en el alcohol y en otros líquidos orgáni­ mucho, y por varios autores, una observación curiosísima, y cos neutros: arde con llama blanca, sobre toda ponderación era «|ue en varios tubos de cobre, utilizados para conducir brillante, pero fuliginosa, y que da abundante residuo de gas del alumbrado, llegaba á formarse un cuerpo de color carbón extremadamente dividido: tres veces más pesado rojizo capaz de detonar con violencia, elevando su tempe­ que el hidrógeno, su densidad es algo menor que la del aire, ratura basta la correspondiente á 200 grados centesima­ con cuyo cuerpo se mezcla en todas proporciones, constitu­ les. Biettger consiguió los mismos compuestos explosivos yendo un gas detonante; posee además In o n (Afaison L econ te), J I , rué du 4 Septembre 31 , París. Dicha casa entrega el secreto á sus elegantes clientes bajo e l nom bre de % r r l t a l i l c l í a n de Compañía, perfumistas !%inon y de l l u v e t « le 3 l n « n , p olvo de arroz que Ninon de Léñ elos llamaba «la juventud en una Caja>.— Es .lecesario ex igir en la etiqueta el nombre y la dirección de la Casa , para evitar las fnluífiraririnpc I o l r f tem r>n*lnc rm «■ nr.ieiAe eArrian f... i j i o : l : t p e r s o n a e a m l i i a m lo A v e n d i e n d o ueposuos en MHaria: e i o tu rre v M o lin o , p e rfu m e ría U n e n ta l, Carmen, a ; p e rfu m e ría de U r - ■ ¡ . ' „ . i ” .', ........ ,1 Ü-W . ^ .If.Z Z . a u io la . M a y o r ¡ ; Hornero y Vicente .p e r fu m e r ía In g e s a , Carrera de San J e r ó n im o . 3 ; y en Barco1" e, » ( A l t l O Í I X S I I I A D Ü D E lona: S ra . h u tía de LAifont e H ijo s , y Vicente F e rre r; S a lv a d o r Vives, p erfu m ista , Pasaje B aconti', S K I , I . O S IH-'. 4 ; o * t lt ICO , gmnitanicntc. Sellos 5 tin a d or B an us, p erfu m ista , calle J a im e I , n ú m . 18.— J . G . F o rtis ,p e rfu m is ta , A lfo n s o 1, n ú m . a ¡, ,|e ¿ouco auténiier». á precios módicos en Zaragoza, misma casa en Valencia. E. H A V N , B E R L IN , N. 34.

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P R O B L E M A A R IT M É T IC O .

E n co n tra r una palabra de siete letras, con las qu e s e puedan fo rm a r las sig u ie n ­ te s : de d o s, tiem p o del verb o saber, otro d e l verb o i r , dos notas m usicales, tiem p o d el v e rb o ser, artículo, dos pronom bres p o­ sesivos, producto ch ino y pron om bre per­ son al: d e tr e s , tiem p o d e l verb o r e ir , a n i­ d a d m on etaria portu gu esa, in fin itiv o de un ve rb o , t e jid o , a p ellid o d e un céleb re n o v e lis ta fra n c é s , tiem p o d el v e rb o leer, punto c a rd in a l, rio de E spañ a, sin ón im o d e an im al y flo r; d e cu a tro , n om bre de v a ró n , dos tiem p os d el verb o re ir, uno del v e rb o tira r, pu eblo de la provin cia do C ó r­ d o b a , o tro d e la d e T a rra g o n a , c if r a , tela y nom bre de un tea tro de M a d rid ; d e c in ­ c o , sin ón im o de te n u e ; y de seis, tiem p o d el verl*o so r y sin ón im o d e b rillo.

U n ciclista y un peatón salieron á las dos d o la ta rd e para un m ism o punto. El ciclista an d u vo á razón d e 12 k ilóm etros p o r h ora, h os tres copan d o u n a dos

De este inhalador hállanse ejemplares de muestra en la , Administración de LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA, A L C A L Á ,

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p l l C D C I A y t o d a a fe c c ió n m l e_r. --------, v lo «* , ' O I H ae cura con la P o c i ó n « I d D r . S a n n i l g u e l . Pídan se prospectos. Bo-! tica de L a ( » r o ñ a , G ien ás. 5. Barcelona.*

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Y onoen dido un buen brasero D e p r im e r a dos ai la d o , N u n ca be tem id o al in viern o, Sobre tod o s i, además, Para d istraerm e ten go U n tom o escrito por todo. — D e ese m o d o , ¡y a lo creo! C om o qu e es un literato F á c il, b rilla n te, correcto, C astizo corno m u y pocos Y co m o pocoH am eno. — T ie n e nsted ra z ó n , a m ig o ; P e ro y o le h allo un d efecto. — ¿ C u á l? — Quo tra b a ja m u y poco. — ¡E l m ism o qu e y o lo encuentro!

JOSÉ

IViyiY.VIVIV.VraV-,

V E L A R D E

V

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ALCALÁ, 23.—MADRID. Peseta»

— N o tie n e una g ra n ga rga n ta , P e ro m e gu sta Belén P o rq u e sien te cuando canta. — ¡ Y los q u e escuchan ta m b ié n !

Cuando d ic e s : « ; T e q u iero !j» S e da p o r alu dido m i dinero.

V ie n d o q u é v a bien v es tid o

Obras poéticas.— Dos tom os.................... T eo d o m iro , ó la C u eva deL Cristo........... F r a y Juan......... ................................... L a N iñ a de G ó m ez-A ria s........................ A le g r ía (C a n to I ) ................................. E l H olgadero (segunda parte d e A le g r ía ) A orilla s d e l mar....................................... L a V en g a n za ............................................. Fern an do de L a r e d o ................................ E l U ltim o beso......................................... E l C apitón G a rcía .................................... Mis Am ores................................................ L a V ela d a .................................................. E l A ñ o campestre..................................- •

8 2 1 1 1 1

O

RICHARD GAMS

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M E N U D E N C IA S .

Escójan se tres Helias qu e ten ga n ol m is­ ino núm ero de puntos; súm ense loa m en o­ res, y el tota l d o la suma m u ltipliqú ese su cesivam ente p o r cada uno de loa tros in ayoies. llú gn u so las m ism as operaciones con otras tros fichas, en las q u e el to ta l da puntos sea ig u a l ta m b ién . R éstese e l p ro ­ du cto m enor d el m a y o r, y la d ife re n c ia ó residu o dará el núm ero d e días d e qu e const a e l año com ercial. ¿Qué fichas son las que pueden d a r úni­ cam ente ese resultarlo?

P O É T IC A S DE

D.

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