LA INTERACCIÓN DE LAS NOMINALIZACIONES CON LA VOZ, EL ASPECTO Y LA DIMENSIÓN TEMPORAL* Soledad Varela, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid

LA INTERACCIÓN DE LAS NOMINALIZACIONES CON LA VOZ, EL ASPECTO Y LA DIMENSIÓN TEMPORAL* Soledad Varela, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid 1. Intr

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LA INTERACCIÓN DE LAS NOMINALIZACIONES CON LA VOZ, EL ASPECTO Y LA DIMENSIÓN TEMPORAL* Soledad Varela, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid 1.

Introducción

En este trabajo nos centramos en un caso de nominalización, el de los derivados nominales eventivos (Grimshaw 1990).1 Estos nominales provienen todos de verbos pero, como su nombre indica, son nombres: tienen morfología nominal y su distribución en la oración coincide con la de los nombres en general. Sin embargo, no se comportan como cualquier otro nombre. Para los morfólogos de orientación lexicalista, sus peculiaridades son fruto de la ‘herencia’ que les transmite el verbo que está en su base; para quienes defienden una orientación sintactista de la formación de palabras, el peculiar comportamiento de los nominales es también resultado de su estructura interna, pero esta no se genera en el léxico, sino en la sintaxis, a través de la combinación del sufijo nominal con (parte de) la proyección sintáctica del lexema verbal. En cualquier caso, todo nominal eventivo tiene un verbo en su constitución orgánica y de esta característica genética se derivan consecuencias de distinto orden. Una de esas consecuencias es la capacidad que tienen los derivados nominales de heredar los argumentos del verbo. Sobre la herencia argumental se ha investigado profusa y pormenorizadamente en muchas lenguas, incluido el español, de forma que en este trabajo vamos a enfocar la condición verbal de los nominales desde otra perspectiva: nos vamos a fijar en el destino que tienen en la estructura nominal las categorías funcionales que se adjuntan a los verbos en la oración. Porque, en efecto, algunos nominales, como los nombradores de evento que nos interesan aquí, son formaciones léxicas no homogéneas desde el punto de vista temporal, que manifiestan diferencias aspectuales o son sensibles a ellas y que muestran el intercambio sujetoobjeto característico de la diátesis verbal. Concretamente, en este trabajo nos vamos a plantear qué queda de las categorías Voz, Aspecto y Tiempo en los derivados nominales. Como veremos, así como no todos los nominales son igualmente fieles al verbo en lo que respecta a la herencia argumental, tampoco se comportan todos de la misma manera en cuanto al mantenimiento de las categorías funcionales del sintagma verbal estratificado. *Este trabajo se ha beneficiado de la ayuda concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación al proyecto FFI 2008-00603/Filo, “Léxico, sintaxis y variación morfológica: las nominalizaciones deverbales”. Agradezco especialmente a Antonio Fábregas sus esclarecedores comentarios a una primera versión de este trabajo. La responsabilidad de la versión definitiva es exclusivamente mía. 1 No diferenciamos entre eventos y acciones/procesos, aunque algunos eventos pueden no implicar acciones, como en las oraciones incoativas o medias: el hundimiento del barco (por sí mismo). Aquí el evento describiría un acontecimiento o suceso, no una acción. Tampoco interesa en este trabajo la diferencia que establecen algunos autores entre evento (con aspecto télico) y proceso (con aspecto durativo). Por otra parte, la ambigüedad en la interpretación de las nominalizaciones no se limita a los distintos tipos de (sub)eventos –acciones/procesos y acontecimientos/sucesos–, sino que, dependiendo del predicado que la seleccione, una misma nominalización puede denotar entidades proposicionales asertivas: Ordenaron la destrucción del muro o factivas: Nos alegramos de la destrucción del muro. Aquí no se considera este tipo de interpretaciones de los nombradores sufijales.

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En nuestro trabajo, nos vamos a extender en aquellos derivados nominales que presentan “reflejos” de Tiempo, más precisamente, contenidos aspecto-temporales, si bien consideraremos también la Voz, por su interacción con el asunto que nos ocupa. Seguidamente, analizaremos un caso particular poco estudiado: el de los derivados nominales que aceptan el morfema de número plural sin perder por ello su contenido eventivo. 2. Tipos de nominales Los nominales derivados se dividen en dos grandes tipos: i) nominales de evento y ii) nominales de objeto/resultado. Los nominales de evento (1a) tienen estructura argumental (EA): proyectan el argumento interno del verbo y suprimen el externo que, en lenguas como la nuestra, solo se puede proyectar como un adjunto. El argumento interno es obligatorio en la estructura nominal eventiva y el externo únicamente se realiza sintácticamente si aparece aquel. Desde Grimshaw (1990), estos verdaderos eventivos se denominan de ‘evento complejo’ para diferenciarlos de los llamados nominales de ‘evento simple’ sin proyección del argumento interno (1b): (1)

a. La destrucción *(de la ciudad) (por los enemigos) se llevó a cabo en dos días. b. La construcción duró dos meses.

En el caso de los nominales de objeto/resultado, que carecen de EA, el objeto no se proyecta y el complemento con de tiene una interpretación variable: autor, como en (2a), propietario, como en (2b), lugar, como en (2c), etc. (2) a. las construcciones de Le Corbusier b. las construcciones de la inmobiliaria c. las construcciones de Leipzig Las nociones de evento y resultado suelen estar representadas bajo la forma de un mismo nombre deverbal (donación, estampado, arraigo), como bien señalan los diccionarios, pero a veces la morfología diferencia estas nociones (3), que se corresponden con estructuras sintácticas claramente diferentes según distintos autores (cf. Picallo 1991): (3) comunicación/comunicado, conservación/conserva(s), invención/invento, ofrecimiento/oferta, producción/producto…

dedicación/dedicatoria,

Algunos nominales derivados usan distintos alomorfos de la base verbal en cada uno de los casos que acabamos de comentar: si el deverbal hace referencia a la acción o al resultado de ésta, como vemos en (4a). Ciertos prefijos nos permiten también distinguir la condición del nominal: se pueden asociar a él si denota una acción o un evento (4b), pero no son compatibles con el nominal derivado si este hace referencia al objeto/resultado de la acción, como mostramos en (4c): (4) a. abrir > aperturaNevento (de las negociaciones) / aberturaNobjeto/resultado b. reapertura, coproducción c. *reabertura, *coproducto 2

Si hay una serie de nominales que tienen asociada la lectura de evento, y esta se diferencia sintáctica y morfológicamente de la de resultado, esto implica que en la estructura de los nominales de evento tiene que haber “algo” que no solo los diferencie de los nombres generales sino que, además, los distinga de otros deverbales con su misma morfología como son los nombres de objeto/resultado. Este algo se ha supuesto que es un núcleo funcional –la llamada ‘v pequeña’– que se incorpora en la estructura del nominal de evento. Más específicamente, para autores como Alexiadou (2001), en las nominalizaciones de proceso/evento el sufijo nominalizador no se adjunta directamente al lexema-raíz sino que lo hace sobre diferentes estratos de la estructura verbal en la que se proyecta tal lexema; en concreto, sobre Sv2 y SAsp. Según esta aproximación, veamos qué queda de las categorías funcionales de Voz, Aspecto y Tiempo en los nominales eventivos del español. 3. Voz Bajo la Hipótesis de la Voz (Kratzer 1994), la proyección funcional de Voz es la responsable de la introducción del argumento externo.3 El mismo núcleo introduce un Sintagma Determinante en la voz activa y legitima un Sintagma Preposicional en la pasiva. Esto es así en la oración, pero ¿pasa lo mismo en los sintagmas nominales? ¿Hay pasivas nominales? ¿Está legitimado el sintagma con por de una nominalización como (5a) por el Sintagma Voz de la estructura oracional correspondiente? ¿Qué estatus tienen las nominalizaciones de este tipo frente a las llamadas ‘activas’ de (5b)? (5)

a. la destrucción de la ciudad por los bárbaros b. la traducción de Pedro de la Eneida

En trabajos ya clásicos sobre los derivados nominales del español, como el de Picallo (1999), se ha dicho que los SSNN pasivos son aquellos encabezados por nombres deverbales transitivos que se construyen con un tema o paciente –que es la entidad que queda ‘afectada’ por el evento que nombra el núcleo– y un agente encabezado por la preposición por, como en el ejemplo de (5a).4 Al igual que en la pasiva oracional, la presencia del agente no es obligatoria. En la pasiva nominal solo se exige la expresión sintáctica del complemento seleccionado (el tema o paciente) hasta el punto de que un nominal derivado de V transitivo-agentivo solo puede proyectar el sintagma agente con por si el tema está presente (Varela 1990). Por otra parte, si el tema no queda afectado por el acontecimiento que se nombra, el supuesto agente puede ir introducido por la preposición de, incluso concurriendo con el argumento-tema, como en el ejemplo de 2

El tipo de v implicado, identificado como v2 (= “devenir”), sería el mismo que se da con las estructuras inacusativas y las pasivas impersonales, el cual no legitima el argumento externo. 3 Para Marantz (1997), es la proyección funcional identificada como v1 (= “causar”) la que permite la introducción del argumento externo. 4 El hecho de que estos nominales puedan incluir adjuntos de finalidad, como en la extinción del fuego (por los bomberos) para salvar las obras de arte (ej. de Picallo 1999), sería otra prueba de que se trata de nominales ‘pasivos’ en donde el agente –que puede estar ausente sintácticamente pero no semánticamente– legitima la subordinada final del mismo modo que lo hace en las oraciones pasivas correspondientes. Sin embargo, se ha observado en distintas lenguas que una construcción final puede darse en casos donde la presencia del agente está gramaticalmente descartada: El agua del baño está templada [para no gastar].

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(5b). Estos nominales, llamados ‘activos’ (Picallo 1999) o, simplemente, ‘construcciones nominales’ (Azpiazu 2004) dado que en ellas los dos complementos del nombre deverbal aparecen en genitivo, no tienen interpretación eventiva sino que se consideran nominales resultativos “que se refieren al producto obtenido de un proceso […] o al efecto de un evento […]”, en palabras de Picallo (1999: 382-3). Este panorama de la nominalización sufijal ha sufrido algunas modificaciones en trabajos más recientes, concretamente en relación con los nominales eventivos derivados de verbos agentivo-transitivos que son los que supuestamente dan lugar a estructuras nominales pasivas. Así, en Alexiadou (2001 y 2009), entre otros, se asume que dichos nominales no sufren un proceso de pasivización como los verbos correspondientes. Una consecuencia de ello es la asimetría observada en lenguas como el inglés donde el ‘sujeto’ de la construcción activa en posición prenominal puede realizar todo tipo de papeles semánticos o papeles-θ que, en cambio, no se dan en el sintagma con by de la supuesta construcción pasiva, como vemos en (6a) y (6b) en relación con los papeles semánticos ‘experimentante’ y ‘receptor’, respectivamente. (6) a. John's fear of Harry / the fear of Harry (*by John) (*‘experimentante’) ‘el miedo de J. de H.’ / ‘el miedo de H. (por J.)’ b. John's receipt of the package / the receipt of the package (*by John) (*‘receptor’) ‘la recepción de J. del paquete’ / ‘la recepción del paquete (por J.)’ Otra razón que avalaría la no existencia de diátesis en los nominales derivados es que hay lenguas, como el alemán, donde la pasiva oracional y la supuesta pasiva nominal introducen el agente por medio de una preposición diferente. En la pasiva del alemán, el agente –ya sea animado o no animado– va introducido por la preposición von y el causante no agentivo, por durch, preposición que tiene cierto valor instrumental. En las nominalizaciones, por el contrario, el argumento externo solo puede ir precedido por durch, como recogemos en (7): (7)

Das Haus wurde vom Feind zerstört. > die Zerstörung des Hauses {durch den Feind / *vom Feind} (Azpiazu, 2004: 141) ‘La casa fue destruida por el enemigo’ > ‘la destrucción de la casa {a través de / por} el enemigo’

En el caso del español, hay también diferencias entre el sintagma con por de la pasiva oracional y el que puede manifestarse con el nominal: en la pasiva verbal, el papel temático del sujeto-activo se transmite al sintagma con por y, de hecho, el papel de este puede ser muy variado, no solo el de agente. En cambio, en el caso del nominal, el objeto introducido mediante por es siempre el de un agente-intermediario; de ahí la fórmula, muy frecuente en español, por parte de, que alterna con la preposición por. Dicho sintagma preposicional puede darse con otros nombres, incluso en ausencia de morfología pasiva y de estructura argumental, como vemos en (8): (8) campaña de publicidad por parte de los almacenes Veamos algunas diferencias más: con los verbos psicológicos en los que el experimentante se proyecta como sujeto y el argumento causa o fuente se realiza como objeto directo, es posible obtener pasivas oracionales, pero no la pasiva nominal 4

correspondiente (9a). Asimismo, ciertos verbos que participan de la alternancia causativo-incoativa, al nominalizarse, solo tienen la interpretación intransitivo-incoativa (9b). Y, viceversa, verbos incoativos puros pueden dar nominalizaciones con interpretación causativa en ciertos contextos (9c). Por otra parte, encontramos pasivas nominales de verbos estativos, carentes de la pasiva oracional correspondiente, como en el ejemplo de (9d): (9) a. Los juegos sucios en la política eran admirados por muchos ciudadanos. > *la admiración de los juegos sucios en la política por muchos ciudadanos b. El presidente empeoró la crisis. / La crisis empeoró. > el empeoramiento de la crisis (*por el presidente) c. En el nacimiento de Juan intervinieron dos médicos. d. la tenencia indiscriminada de armas por parte de la población Para resumir, ciertos papeles-θ del sujeto oracional no se pueden recoger en el SN-por de la construcción nominal y, por otra parte, el nominal eventivo legitima adjuntos con por cuando no existe la pasiva oracional correspondiente. En conclusión, no hay transmisión-θ automática del verbo al nominal y no hay correspondencia entre pasivas oracionales y nominales en cuanto a la expresión del argumento externo. Para autores como Alexiadou (2001) esto es así porque el núcleo Voz –o más precisamente, la llamada v1 o ‘causativa’ (vid. nota 3)– está ausente del nominal y, en consecuencia, el argumento externo no se proyecta. Ahora bien, si aceptamos que no hay construcciones nominales pasivas, ¿cómo se generan los sintagmas con por de los nominales eventivos? Y ¿por qué la interpretación del sintagma con por es tan restringida? La propuesta de la autora en el trabajo mencionado es que esa restricción se debe a las propiedades de la preposición misma la cual asigna a su término el papel temático de ‘actor’, si este es compatible con la semántica de la raíz verbalizada incrustada en el nominal. Dicho de otra manera, todos los nominales, ya aparezcan o no superficialmente como ‘pasivos’, son, en este sentido, inacusativos. El sintagma-por de los nominales eventivos es interno a la raíz verbal y se legitima temáticamente por la propia preposición. Pasemos ahora a ver qué queda del aspecto verbal en la nominalización. 4. Aspecto Atendemos aquí tanto al aspecto léxico, construido sobre la base del contenido semántico de las unidades predicativas en interacción con sus complementos, como al aspecto externo manifestado en el domino oracional. Pues, como veremos en el apartado 6, el aspecto léxico y el gramatical interactúan en los nominales derivados que estudiamos. No debe resultar extraño que formas como los nominales eventivos proyecten Aspecto. De hecho, esto ocurre en otras formaciones que provienen de verbos, como los adjetivos deverbales en -nte (10a), que eligen bases verbales atélicas y denotan propiedades o estados (Cano 2009), los en -dor (10b) derivados de verbos de actividad no delimitada, que transmiten el aspecto habitual-disposicional, los participios adjetivos (10c), que son perfectivos (Varela 2003), o los gerundios adjetivales (10d), dinámico-durativos desde el punto de vista aspectual (Fábregas 2008): 5

(10) a. b. c. d.

una crema adelgazante; el puente colgante un hombre embaucador; un paisaje evocador los cansados viajeros; un trabajo muy cansado agua hirviendo; un grifo siempre chorreando

En cuanto a los nominales eventivos, podemos comprobar cómo los tipos aspectuales de verbos se reproducen en sus correspondientes derivados nominales. Una particularidad bien conocida de este hecho es que los nominales se vean afectados por las mismas restricciones sintáctico-aspectuales que los verbos que están en su base. En (11a) tenemos el ejemplo de un nombre derivado de verbo de logro que, en consecuencia, es incompatible con un complemento temporal encabezado por durante o hasta. En cambio, el nominal de (11b) deriva de un predicado de actividad y, consecuentemente, acepta de forma natural dichos complementos preposicionales: (11) a. la llegada de Juan {*durante una hora / *hasta el anochecer} la búsqueda de aparcamiento {durante una hora / hasta el anochecer} La asunción de que el nominal ‘hereda’ las características aspectuales del verbo base cuando se produce la derivación léxica podría resultar suficiente para explicar estos hechos. Sin embargo, en el apartado 6 veremos un caso que solo puede explicarse si admitimos, en la línea sintactista de la formación de palabras, que es la presencia del Sintagma Aspecto en la estructura del nominal, en conjunción con la proyección funcional de Número del Sintagma Determinante, lo que determina la especificación aspectual del evento. Volveremos sobre el aspecto en relación con este caso y pasaremos ahora a ver qué ocurre en ellos con el tiempo. 5. Tiempo En la discusión general sobre las diferencias categoriales, se considera que el nombre es inherentemente estable en relación con el tiempo y que, por tanto, no está abierto a modificación temporal, a diferencia del verbo. Sin embargo, el tratamiento de los nombres como entidades temporalmente estables está en contradicción con el trabajo desde la semántica que argumenta que los nombres, siendo predicados semánticos, son sensibles al tiempo y que por tanto necesitan recibir una interpretación temporal independiente del predicado verbal. Por otro lado, al menos desde Boas, se ha descrito un número importante de lenguas, de diferente filiación, que marcan el tiempo en nombres, pronombres y artículos.5

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En trabajos recientes, como los de Nordlinger y Sadler (2004), se muestra que en una serie de lenguas de diferentes orígenes, los nombres están marcados para T(iempo) el cual sirve para situar temporalmente el predicado nominal. Concretamente, se señala que los nominales con la marca de Tiempo/Aspecto/Modo (TAM) son de dos tipos: a) nominal TAM independiente, en el que la información de TAM codificada en el nominal es relevante solo para el SN en el que se marca y es independiente del TAM de la oración y b) nominal TAM proposicional, en el que la información de TAM en el nominal es relevante para toda la oración. La diferencia entre esas lenguas con TAM nominal y nuestros casos de derivación temporal con ex-, post-, etc., a los que nos referimos a continuación en el texto principal, son varias. En esas lenguas, a) es un proceso productivo; b) los afijos que marcan TAM en N son a veces iguales a los de V; c) hay sincretismo entre los sufijos TAM y otros sufijos flexivos de N como el número o el género; d) hay lenguas en las que N muestra concordancia temporal con el adjetivo atributivo; e) hay sucesión de dos tipos de afijos TAM en N: unos independientes y otros proposicionales.

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Como bien sabemos, en nuestra lengua, como en otras muchas, hay prefijos con referencia temporal agregados a nombres deverbales: pre-{contrato/aviso}, posventa, posparto; o a adjetivos denominales: preescolar, antediluviano, posbélico… Nombres no deverbales pero con localización o extensión en el tiempo también toman prefijos temporales: antevíspera, {pre/pos}guerra, prefijos que pueden reiterarse con otras categorías léxicas, como los adverbios de tiempo: ante-ante-… ayer. También se dan prefijos temporales con nombres que denotan ocupaciones o relaciones sociales y familiares: ex presidente, ex esposa… Estos ejemplos y otros mediante fórmulas no morfológicas sino léxicas (antiguo novio, futuro decano, pasado mañana) indican que los nombres, al igual que los verbos, pueden localizarse en el tiempo. Sin embargo, esta referencia temporal codificada en el nombre es relevante solo para el SN en el que se marca y es independiente del tiempo de la oración, como prueba que pueda decirse: Mi futuro marido me visitó ayer o Mi ex marido me visitará mañana. De ahí también la diferencia entre: Después de que se efectúa la venta, el servicio {es/será/*fue/*ha sido} bueno, donde la referencia al tiempo posterior de la subordinada encabezada por después es incompatible con el tiempo pasado del verbo de la oración principal, y una oración como: El servicio posventa {es/será/fue/ha sido} bueno, donde el nominal con el prefijo de posterioridad es compatible con cualquier forma temporal de presente, futuro o pasado especificada en el verbo. En síntesis, la referencia temporal a la que aluden los prefijos como post- es puramente local y no tiene incidencia proposicional. Pasemos a ver las diferencias aspecto-temporales que reflejan algunos otros deverbales, como los participios adjetivos, para pasar luego a ver cómo se comportan los nominales eventivos en relación con el tiempo. 5.1 Participios Adjetivos Es posible detectar trazas de la temporalidad –en unión con el aspecto interno– en otros casos de formaciones deverbales, como son los participios adjetivos (PAdj) en los que, al rasgo común [+perfectivo] del sufijo -do, se añaden diferencias de interpretación temporal, según los tipos de verbos que están en la base de la formación (Varela 2003). Así, en un sintagma como museo visitadísimo, el PAdj tiene aspecto perfectivofrecuentativo con referencia a un tiempo pasado que se continúa en el presente. Frente a esta construcción, tenemos el caso de hombre muy viajado donde el PAdj parte de una acción que se ha realizado en el pasado, sin continuidad en el presente, y como resultado ha dado una propiedad. Dichos PAdjs se diferencian de otros, también deponentes, que se corresponden con el presente continuo y dan lugar a un estado permanente o habitual, como hombre confiado. 5.2 Nominales Eventivos Como vimos en (4b), es privativo de los nominales eventivos –frente a los de resultado– aceptar el prefijo iterativo del verbo base que indica que el evento se sucede de nuevo en el tiempo con mayor precisión: reofrecimiento (*reoferta), reinvención (*reinvento). Esto es así porque tales nominales tienen una estructura que puede descomponerse en subpartes aspectuales. Recordemos que, según la hipótesis adoptada, los nominales eventivos incorporan en su estructura un lexema (Lº) dominado por Sv y SAsp (Marantz 1999, Alexiadou 2001). Es importante tener en cuenta que la estructura verbal que incorpora el nominal eventivo se acaba en el SAsp de modo que el nominal carece de Tiempo. Los reflejos temporales que observamos en el nominal, en estos casos, se 7

refieren al tiempo interior del evento, es decir a lo que se conoce por aspecto léxico o Aktionsart. Ahora bien, los eventos ocurren, duran x tiempo, tienen lugar o se sitúan en un punto o intervalo temporal. De ahí que al nombre eventivo, que no tiene lugar en su estructura donde expresar el tiempo, solo le quepa apoyarse en el tiempo de referencia de la oración principal. Repárese, en este sentido, en una diferencia interesante entre estos nominales y los nombres que admiten los prefijos pre-, ante-, ex-, etc. a los que aludimos antes. Un ex marido siempre será tal (pasado en cuanto esposo), aunque digamos dice / decía / dijo / dirá. En cambio, el evento de la construcción en la oración La construcción de la casa duró dos años ya ha tenido efecto, en La construcción de la casa dura ya dos años, la casa aún está construyéndose y, en La construcción de la casa durará dos años, la construcción aún no se ha iniciado o terminará en tal plazo. Esta versatilidad en su interpretación temporal pone de manifiesto que los nominales eventivos tienen una estructura espacio-temporal más compleja que los otros, que son entidades referenciales, y que en dichas nominalizaciones se da lo que conocemos como ‘consecutio temporum’.6 El hecho de que en las nominalizaciones con nominal eventivo puedan aparecer adjuntos sin preposición referidos a unidades de tiempo (La entrega de los prisioneros {el año pasado/ esta mañana/ ayer} tuvo lugar ante las cámaras de televisión) no es un contraejemplo a la afirmación de que se ajustan a la ‘consecutio’ pues lo que hacen tales adjuntos es modificar la situación interna del evento pero no lo fijan en un punto o intervalo temporal.7 Es decir, de aquí no se sigue que el periodo de tiempo donde se sitúa la nominalización sea independiente del que tiene el predicado en el que esta se inserta. Así, una oración como *La entrega de los prisioneros mañana tuvo lugar ante las cámaras de televisión es agramatical porque el periodo temporal en el que se sitúa el evento de la nominalización (futuro) queda fuera del periodo temporal que marca la forma verbal del predicado (pasado). En cambio, con los nominales prefijados este efecto de la concordancia temporal no se produce: El posparto fue complicado / El preaviso llegará mañana. De este anclaje en el tiempo del verbo de la oración principal se sigue que los nominales eventivos no acepten prefijos temporales que los fijen internamente en un tiempo pasado o futuro: preaviso (*de los empleados por el empresario) o posventa (*de trajes por los almacenes) son nombres de resultado, como indica la agramaticalidad de la expresión del tema y el agente en los sintagmas que encabezan respectivamente. Por eso, los nominales que no tienen versión de objeto-resultado, como ida, venida, rehuida, toma…, no se encuentran documentados con tales prefijos (salvo que el verbo base los contenga independientemente). 6

Los nombres no deverbales pero dotados de duración temporal, como clase, fiesta, {pre/pos}guerra, etc. son eventos-sucesos sin dimensión aspectual y no se ajustan a la ‘consecutio’: En La fiesta es / será / fue el domingo, el tiempo verbal de la oración no tiene efecto en el referente de fiesta, que mantiene su entidad semántica con independencia del tiempo oracional. De ahí que con estos nombres –a diferencia de los deverbales eventivos– los adjuntos que se refieren a unidades de tiempo (el año pasado, el 1 de mayo, ayer, mañana…) aparezcan introducidos por la preposición de, restringiendo la referencia de la entidad como lo haría cualquier otro adjunto (La fiesta {de ayer / del piso de al lado} duró hasta bien entrada la madrugada). 7 Igual ocurre con los infinitivos, casos claros donde sabemos que el tiempo de la subordinada depende del tiempo de la oración principal: María prometió ayer ir al mercado mañana pero no *María prometerá ir al mercado ayer.

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Lo que queremos presentar ahora es un tipo de nominal que, contrariamente a lo que se ha supuesto (Grimshaw 1990), admite el morfema de plural sin necesariamente tener que convertirse en un nombre de resultado pero que, en virtud de esta marca morfológica, cambia de referencia aspecto-temporal. Aquí es posible apreciar que la nominalización puede controlar, por medio de sus propios mecanismos, el juego aspectual y que el aspecto en ella no puede entenderse como mera ‘herencia’ del verbo. 6. Un tipo de nominal eventivo compatible con plural 6.1 Caracterización La noción general de plural es que los términos plurales se refieren a objetos, no a eventos. Sin embargo, en el tipo de nominal con plural que vamos a analizar el valor eventivo y aspecto-temporal que normalmente se asocia solo con los deverbales en singular se mantiene dentro del sintagma nominal y, por añadidura, permanece activo sintáctica y semánticamente. Desde Grimshaw (1990), los nominales de evento se han identificado con los nombres masa o no-contables y los nominales de resultado, con los nombres contables. Es bien sabido que los nombres masa pueden recategorizarse como nombres contables: dos cafés, esos vinos de Castilla. En el caso de los deverbales vemos que también es posible que un nominal eventivo (i.e., N masa), como el de (12a.), pase coercitivamente a nominal de resultado (i.e., N contable), entre otras cosas, gracias a la aplicación del número plural, como vemos en (12b.): (12) a. La construcción de esas viviendas de lujo llevó más de dos años. b. Esas construcciones (*de viviendas) son muy altas. Sin embargo, en las nominalizaciones de (13) observamos que la presencia del morfema plural no convierte al nominal de evento/masa en un nominal de resultado/contable sino que lo que hace es iterar el evento y, como consecuencia de ello, ordenarlo en una secuencia temporal. (13) a. Las (reiteradas) tomas de Constantinopla por los ejércitos enemigos se sucedieron (una y otra vez) por espacio de varios siglos. b. Las (sucesivas) traídas del agua y de la luz a los pueblos de la sierra tuvieron lugar a lo largo del verano. c. Las (últimas) destrucciones de las poblaciones antiguas de la Polinesia terminaron a mediados del s. XX. d. Las (continuas) entradas de transatlánticos turísticos en el puerto de Barcelona comenzaron (paulatinamente) en el ’92. Como hemos dicho, una de las pruebas clásicas para diferenciar entre los resultados y los eventos complejos es la pluralización o no pluralización pero en este caso, aunque hay plural, el nominal sigue denotando un evento.8 Este tipo de construcción nominal 8

Es de señalar que con ciertos nominales en singular pero el complemento-argumental en plural también se obtiene la referencia plural a una serie de acciones que pueden distribuirse a lo largo de un espacio temporal; así en El reconocimiento de los soldados tuvo lugar todo a lo largo de la mañana. En esta oración se entiende que hay una sucesión de acciones correspondientes al evento de “reconocer”, de

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denota sucesión de acciones o eventos. P.e., en (13a) se alude a “tomas reiteradas en el tiempo”. Repárese en el hecho de que en este ejemplo no se puede usar el verbo sin el clítico; de hecho, lo que denota la nominalización es una acción que SE sucede en el tiempo, no un suceso sin continuidad que ocurrió y terminó en un momento dado, de tal modo que *Las tomas de Constantinopla sucedieron… sería agramatical. La iteración del evento se puede efectuar tanto con un argumento singular (13a), dos argumentos en singular coordinados (13b), o un argumento plural (13c y 13d), todos ellos genitivosobjetivos, salvo el último, que deriva de un V inacusativo y es un genitivo-sujetivo sin cuantificar. A pesar de que los nominales eventivos se han identificado con los nombres masa, aquí puede haber señalamiento de plural pero porque el plural no se refiere a “muchos eventos” sino a un mismo evento que señala una acción repetida un número indeterminado de veces a lo largo del tiempo. Recuérdese, por otra parte, que hay otros nombres masa con plural, como son los ‘pluralia tantum’ del tipo de víveres o enseres.9 En los eventos descritos en (13) se alude a la serie formada por un conjunto de situaciones u ocurrencias consecutivas. La distribución u ordenación de tales eventos se hace sobre un intervalo de tiempo. El orden temporal está impuesto por el hecho de contener el nominal una variable eventiva: si el evento es un tipo semántico que tiene que asociarse al tiempo, preferirá un orden secuencial en el eje temporal a otro tipo de orden.10 Los nominales en plural son un conjunto de eventos puntuales y delimitados, sin desarrollo interno ni duración temporal, que se atelizan por iteración. En suma, estas características de los nominales de evento son una prueba de que la categoría funcional de Número interactúa con la de Aspecto que proyecta el lexema verbalizado. En otras lenguas, se ha observado también que la marca de plural no invalida la interpretación eventiva del nominal. Así, Bierwisch (2009) dice que la pluralización del modo que esta oración es semánticamente análoga a la versión plural con los reconocimientos como núcleo del SN. De hecho, la obtención de una referencia plural del N a través de la pluralidad de su complemento también se da con los nombres de posesión inalienable: La mano derecha de los zurdos se atrofió durante el experimento (frente a: El libro de los estudiantes se quemó donde solo puede haber un libro). Esto podría indicar que esta forma de obtener la referencia a una pluralidad con el N-núcleo en singular solo es posible cuando hay una relación argumental entre el núcleo y el complemento (plural), cosa que pasa en la nominalización y posiblemente en los nombres que tienen que estar poseídos necesariamente (debo esta observación a Antonio Fábregas, c.p.). 9 Una diferencia señalada en muchas lenguas es que con los nombres que se refieren a entidades el plural indica cantidad y con las nominalizaciones, número de veces. Una distinción semejante es la que se observa en los PAdjs, museo {muy visitado/visitadísimo}, en donde el superlativo no indica el grado, como en los adjetivos no deverbales, muy bueno/buenísimo, sino el número de veces o de personas que han realizado la acción descrita en el participio. 10 A la vista de algunos ejemplos como Los salvajes asesinatos de los parlamentarios tuvieron lugar en los salones del Congreso o Los bombardeos de la Otan tuvieron lugar simultáneamente en todo el territorio podríamos suponer que la ordenación del evento plural puede ser también locativa o situacional. Sin embargo, los nominales de estas construcciones pueden llevar otros determinantes –aparte del artículo definido–, su objeto es opcional y su sujeto puede ir con de sin ser un nominal derivado de verbo inacusativo: esos salvajes asesinatos (de los parlamentarios) / aquellos bombardeos de la Otan. Todas ellas son pruebas inequívocas de que se trata de ‘eventos simples’ (Grimshaw 1990) o nominales de resultado (Picallo 1999). No obstante, no descarto que pueda pensarse en otros casos de eventos complejos donde el orden sea locativo. Quizá lo único constante sea la iteración y la distribución del evento no esté impuesta por ninguna propiedad gramatical, sino que sea resultado de una inferencia pragmática de que algo que se realiza o sucede más de una vez se ordena por lo común temporal y/o situacionalmente.

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nombre de acción en alemán no siempre trae consigo la interpretación de resultado y pone como ejemplo el nominal que recogemos en (14a), con interpretación de evento y con ese jeweils ‘cada vez’ que remarca, simultáneamente, la delimitación de un único evento y su repetición en el tiempo. En otras lenguas, como el griego, se ha observado el mismo fenómeno en relación con los nominales eventivos derivados de verbos inacusativos. Véase (14b): (14) a. Al. Unsere Erkundungen der Insel dauerten jeweils bis zum nächsten Morgen. Nuestras exploraciones de la isla duraron cada vez hasta la mañana siguiente. (Bierwisch 2009) b. Gr. i afiksis turiston oli ti nihta las llegadas de turistas {a lo largo de/durante} toda la noche (Alexiadou 2001) Es de señalar que los nombradores agentivos con lectura eventiva y, en consecuencia, compatibles con determinados adjetivos aspectuales, también aceptan el plural sin perder su condición eventiva, como reflejamos en (15): (15) los {constantes/continuos/frecuentes} defensores de las políticas gubernamentales Las nominalizaciones en -dor de carácter continuo-habitual han sido diferenciadas de los compuestos V N como abrecoches en términos aspectuales (Booij 2007). La construcción compuesta indica una acción habitual que ha dejado de tener continuidad por haberse completado, condensándose en nombres de oficio o de utensilio; de ahí el contraste entre los constantes fumadores y *los constantes abrecoches, construcción nominal agramatical porque el núcleo del SN es un N compuesto. 6.2 Combinatoria del nominal eventivo con plural Como esta construcción nominal hace referencia a un evento delimitado que se repite una y otra vez sin límite fijado, de tal modo que la sucesión de eventos conforma un Nmasa, no admite en el predicado verbal la presencia de adverbiales contables como dos veces (*Dos veces se sucedieron las tomas de C.). El nominal admite, en cambio, ordinales que ordenan el evento en la secuencia, como en el ejemplo de (13c): las últimas destrucciones… En este sentido, recuerda de nuevo a los ‘pluralia tantum’: los últimos víveres. Como sabemos, los adjuntos temporales sin preposición son un reflejo sintáctico que permite diferenciar las construcciones eventivas (La celebración ayer de los resultados de la votación tuvo lugar en el bar de la facultad) de las resultativas (La celebración de ayer del Ayuntamiento costó mucho dinero). Sin embargo, en el caso de los nominales eventivos con plural, no es posible la aparición de temporales deícticos (ahora, ayer, mañana) que sitúan en un punto fijo el evento y no permiten, por tanto, su iteración. Es interesante diferenciar los eventos que tienen iteración de los que son frecuentes, usuales o habituales. Así, en el nominal de estas construcciones no encontramos modificadores aspectuales de frecuencia, como a menudo, frecuente o habitual, que incumplirían el requisito exigido por estas construcciones de que los eventos descritos se sucedan consecutivamente, sin contener intervalos temporales internos en los que dejen de producirse o tener lugar. El caso de su aceptabilidad con continuo o constante es algo más complejo. En estos significantes podemos reconocer dos valores: el de hitos 11

que se repiten continua o constantemente, de forma sincopada y consecutiva, como se observa en la oración Mientras hablaba, rió {continuamente/constantemente} (una y otra vez) y el propiamente de habitualidad o constancia que tenemos en Mientras hablaba, reía {continuamente/constantemente} (*una y otra vez). El primer sentido sí va bien con nuestras construcciones, como en Las {continuas/constantes} idas y venidas de Juan al médico se sucedieron todo a lo largo del mes de agosto. Esto nos indica que el evento marcado por la sucesión de acciones o eventos no se corresponde con el aspecto habitual de los tiempos imperfectos sino con el aspecto puntual iterativo que constatamos en una oración con el verbo en pretérito indefinido como: Durante meses el tren llegó con retraso (iterativo / *habitual). Lo que tenemos no es una línea continua en el tiempo sino hitos (delimitados) que se repiten un número ilimitado de veces. 6.3 Valor aspectual del nominal eventivo con plural Es de notar que si bien los nominales eventivos pueden ser télicos (El nacimiento se produjo {de madrugada / *durante dos horas}) o atélicos (La lectura de poemas {duró dos horas / *se produjo de madrugada}), cuando van en plural conforman una serie de eventos repetidos que es forzosamente atélica desde el punto de vista aspectual (descartamos, claro está, la interpretación como N de resultado, que anula la eventividad). Obsérvese, por otra parte, que los eventos plurales se interpretan de forma distinta en los sustantivos y en los verbos. P.e., en los verbos es posible tener una repetición atélica de eventos télicos, como muestra la oración de (16a), donde durante mide la repetición atélica del evento y en mide cada evento, que es en sí télico. Dicho de otra manera, en el dominio verbal es posible ser atélico porque se repita una acción, pero dejar que esa acción sea télica en cada una de sus repeticiones. No así en el caso de los nominales eventivos, como podemos comprobar en (16b). La explicación de esta disparidad – consecuente con la estructura adoptada (Alexiadou 2001)– es que al nominal le falta estructura funcional y solo tiene un sitio para definir el aspecto, que parece ser el número, y este le obliga a ser atélico. (16) a. Durante sus cinco primeros años de vida, María bebía los vasos de leche en un minuto. b. *las repetidas destrucciones de los edificios por los enemigos a lo largo de los años en pocos segundos Es interesante señalar que las nominalizaciones que nos ocupan contrastan con las construcciones de infinitivo nominal. Estas también pueden denotar acciones o eventos (aparte de hechos y situaciones –como los nombradores eventivos– dependiendo del predicado de la oración matriz), si bien siempre atélicos, como constatamos en los diferentes sintagmas con infinitivo nominal como núcleo de (17): (17) a. el andar de aquí para allá de Juan… b. ese constante cantar de Juan por las mañanas… c. el continuo beber cerveza de Juan… Ahora bien, a diferencia de los nominales derivados, cuando estos infinitivos nominales toman el plural siempre dan lugar inequívocamente a formas estativas o resultativas y no presuponen la existencia de ningún evento. Véase (18):

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(18) los {cantares / andares} de Juan Este contraste avalaría la hipótesis de Alexiadou (2001) según la cual el plural en los nominales eventivos es, de hecho, el modo de hacer que un evento se haga atélico. Los nominales atélicos o no-delimitados, en consecuencia, no pluralizarían porque no necesitan hacerse atélicos. Si este tipo de nominales derivados recibe la marca de plural, se interpretará forzosamente como nombre de resultado y ya no manifestará EA, como ocurre con los infinitivos de (18). Según esta hipótesis, los candidatos a pluralizarse – manteniéndose como eventivos– serán los nominales correspondientes a predicados verbales de realización o de logro (transiciones), que son aspectualmente télicos.11 Si la nominalización tiene en su interior un verbo de estado, el plural se rechaza y también la interpretación plural a través de complementos en plural. P.e., el reconocimiento de los soldados puede ser una serie de reconocimientos, pero el conocimiento de los soldados, no. Los predicados que denotan actividades tampoco son buenos candidatos porque son aspectualmente atélicos y tienen tanto duración como desarrollo interno. Las realizaciones, por su parte, aunque tienen duración porque tienen extensión temporal, son aspectualmente télicas. Este tipo de predicado es el que encontramos en la base de la mayor parte de los nominales eventivos pluralizados que hemos analizado más arriba. En (19), incluimos algunos más: (19) a. Las sucesivas restauraciones de la Capilla Sixtina han tenido lugar con diferentes papas. b. Los anteriores cortes del suministro eléctrico se produjeron siempre de madrugada. c. *Las escrituras de las cartas se prolongaron durante toda la noche. Algunas precisiones sobre estos ejemplos pueden ilustrar de forma clara el valor aspectual que reconocemos en las construcciones que nos ocupan. Es evidente que en (19a), el sintagma preposicional “con diferentes papas” no tiene el valor instrumental o comitativo característico de la preposición “con” sino que se refiere al tiempo en que los papas reinaron. Por lo que se refiere a (19b), el adjetivo “anterior” sitúa al evento en una secuencia y el adverbio “siempre” del sintagma verbal alude a su iteración (i.e., “una y otra vez”). También resulta ilustrativo en relación con las características intrínsecas de los nominales eventivos con plural fijarse en por qué unas nominalizaciones de verbos de realización, como el ejemplo de (19c), resultan agramaticales. La explicación de este hecho se deduce de todo lo dicho hasta ahora sobre los nominales eventivos con plural. Para que se forme una sucesión de acciones, hace falta que éstas estén encadenadas o, más precisamente, que sea un mismo evento el que se repite una y otra vez. Esto es debido a que los eventos complejos exigen que la sucesión sea temporal y si la sucesión es siempre temporal, hace falta que todos los demás argumentos del verbo se mantengan estables. El nominal de (19c) no podría dar una de estas construcciones reiteradas porque su argumento interno es un ‘objeto creado’ de modo que la escritura de más de una carta se interpreta como dos eventos distintos, no como el mismo evento repetido en otro momento. En cambio, si lo cambiamos por las (sucesivas) reescrituras de la(s) 11

La hipótesis podría ser otra: solo los predicados que tienen punto final – para Tenny (1987) el terminus, frente al delimiter– son los que pueden iterarse en el tiempo sin perder su condición de eventos. Los predicados que tienen duración interna sin punto final no lo permiten.

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carta(s), con el nombre acompañado del prefijo reiterativo re-, el SN resulta plenamente aceptable porque ahora sí se interpreta como el mismo evento realizado una y otra vez sobre los mismos participantes. Como sabemos, los logros se focalizan sobre el comienzo o el clímax de un acto (Juan alcanzó la cima de la montaña en una hora) y no tienen duración interna. Se ha observado que, al no tener subintervalos, continuidad o duración, cuando aparecen con un adjunto como durante no tienen más lectura que la iterativa: Juan ganó la carrera (una y otra vez) durante tres horas (recuérdese la diferencia con las actividades: {Durmió/escribió cartas} durante tres horas).12 Esta es justamente la lectura que se obtiene con los nominales eventivos, como reflejamos en (20):13 (20) Las salidas de los barcos del puerto continuaron hasta bien entrada la noche. 7. Conclusiones Del hecho de que el nominal eventivo sea deficitario en estructura funcional se derivan varias consecuencias: no hay ninguna proyección sintáctica que legitime un argumento externo en el nominal derivado ni hay tampoco una que ordene el evento con respecto al momento del habla. En conclusión, la única opción que queda es que el ‘sujeto lógico’ del nominal derivado se realice como término de una preposición y que el evento señalado en la nominalización se ordene con respecto al tiempo según dicte el tiempo de la oración matriz. No obstante, como hemos visto, la nominalización puede tener aspecto independiente. Hay, en efecto, una clase de nombradores sufijales en cuya base hay un tipo aspectual de verbos donde el valor eventivo de la nominalización se mantiene en el plural y donde comprobamos que la proyección nominal de Número interactúa de forma sistemática con la proyección verbal de Aspecto. Referencias bibliográficas Alexiadou, Artemis (2001): Functional Structure in Nominals: Nominalization and Ergativity. Amsterdam: John Benjamins. --------------------------- (2009): “On the role of syntactic locality in morphological processes: the case of (Greek) derived nominals”. En: Anastasia Giannakidou / Monika

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A decir de Mourelatos (1978: 416), los logros pueden ser datados o pueden emplazarse indefinidamente dentro de una extensión temporal (“they […] take time”), aunque no puedan en cuanto tales ocurrir durante o a lo largo de una extensión temporal concreta. De ahí que no admitan la forma progresiva: *Juan está naciendo. 13 Dentro de los predicados de logro, se suele reconocer una sub-clase, la de los semelfactivos (Juan tocó a la puerta, El niño {estornudó/tosió}), que no tienen tampoco duración pero que, a diferencia de los logros propiamente dichos, no tienen culminación. Tal sub-clase no acepta la nominalización eventiva con plural: *Los estornudos de los niños {se sucedieron/continuaron} a lo largo de toda la noche. Así pues, el dato crucial no es solo la telicidad sino que la acción denotada por el evento haya llegado a su término y pueda así repetirse un número indefinido de veces (vid. nota 11).

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