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Geografía
San Petersburgo San Petersburgo es la segunda ciudad en importancia de Rusia, con 4.039.751 habitantes y un área metropolitana de 5,85 millones. Tiene una superficie total de 600 km2. Está enclavada en la Región de Leningrado, nombre que compartía con la ciudad durante la época soviética. Durante el periodo de tiempo comprendido entre 1914 y 1924 la ciudad fue conocida con el nombre de Petrogrado. Fundada por el zar Pedro el Grande el 16 de mayo de 1703 con la intención de convertirla en la nueva ventana de Rusia a Europa. A partir de entonces se convirtió en capital del imperio ruso durante más de doscientos años hasta que tras la revolución rusa la capitalidad del país pasó a Moscú. Actualmente San Petersburgo es la segunda ciudad más grande de la Federación Rusa y una de las ciudades más grandes de Europa. El centro de la ciudad es considerado por la UNESCO patrimonio de la humanidad. San Petersburgo es además sede de la corte constitucional de Rusia.
Datos Generales Tiene acceso al Mar Báltico por la desembocadura del río Neva y es el único puerto de Rusia en el Báltico además del enclave de Kaliningrado. Es un centro industrial (industria química, textil y construcciones mecánicas). Creada por Pedro el Grande para ser su "ventana hacia Occidente" en el único punto del territorio tradicional ruso que da al mar hacia el norte de Europa, fue construida con la disciplina y la pompa europeas características del siglo XVIII y XIX, principalmente por arquitectos europeos. El resultado es una metrópoli que sigue siendo una de las más bonitas de Europa; mientras Moscú intimida, San Petersburgo encanta. Hoy en día, a pesar de sus problemas, los ciudadanos sienten tanto cariño por su ciudad que la llaman en términos sencillos "Piter", mientras las reformas y las transformaciones están remodelando la urbe con casi 80 años de retraso. El nombre San Petersburgo es de origen holandés y significa "castillo (fortaleza) de San Pedro". Pedro el Grande la nombró así en honor a su santo patron, San Pedro. La ciudad cambió de nombre varias veces: Se llamó Petrogrado (Петроград Petrograd, que significa ciudad de Pedro, adaptación al ruso de Petersburg entre 1914 y 1924, y Leningrado (Ленинград Leningrad en honor a Lenin) entre 1924 y 1991; y nuevamente San Petersburgo después de un plebiscito. Coloquialmente los peterburgueses y rusos en general llaman a esta metrópolis Peterburg o de manera aun más familiar Piter.
La estimación a 1 de enero de 2005 da una población para San Petersburgo de 4.039.751 habitantes y es el centro de un área metropolitana que cuenta con 5.850.000 aproximadamente. Fundada en 1703, en 1725 ya contaba con 75.000 habitantes y en 1750 ya era la ciudad más poblada del Imperio Ruso con 150.000 habitantes, superando a la vieja capital, Moscú. En 1800 contaba con 300.000 habitantes y el desarrollo continuó siendo vertiginoso durante todo el siglo XIX y principios del XX (485.000 en 1852, 842.900 en 1873, 1.439.400 en 1901). La mayoría de la población es cristiana (ortodoxos). También hay minorías musulmanas, budistas y judías. El idioma oficial es el ruso. Su alfabeto es el cirílico, por lo que, al menos que se conozca, es imposible leer algo. También se hablan lenguas locales como el tártaro, checheno, irguiz o el bashkir entre otros. La moneda oficial es el rublo (RUR), igual a 100 koples. Su equivalencia con el Euro: 1 euro = 33,94 rublos. Sus principales recursos económicos son: petróleo, gas natural, carbón, metales, químicos, madera y productos madereros, y cunetan como principales socios comerciales con: Unión Europea (especialmente Alemania), Bielorrusia, Ucrania y Estados Unidos En cuanto al clima se refiere, el de San Petersburgo es mucho más moderado de lo que se podría pensar por su extrema latitud norte. La media de temperaturas en enero es de -8ºC, en un día frío de verdad bajan a -15ºC.
Aunque es una ciudad en la que sopla el viento y en algunas zonas el aire helado es bastante violento, se aconseja tomar un buen gorro que caliente y una bufanda. Los veranos son frescos y se hacen esperar: la nieve a finales de abril es bastante normal y el calor no hace su aparición hasta el período comprendido entre junio y agosto, cuando las temperaturas alcanzan los 20ºC. Durante estos meses la ciudad está atiborrada de turistas rusos y extranjeros. La hora local es GMT + 2. La electricidad utilizada es de 220 Voltios a 50Hz y para los pesos y medidas se utiliza el sistema métrico. El prefijo telefónico es 812.
De Compras Los artículos más típicos del país son: el vodka, caviar y las matrioshkas. Estas últimas forman parte de la artesanía tradicional. Las figuras talladas en madera y pintadas con alegres colores, entre los que priman el rojo y el amarillo, son únicas, sus tamños escalonados permiten guardarse una dentro de otra. Otros elementos muy valorados de su artesanía son los famosos relojes rusos y las delicadas porcelanas de acabado perfecto. Mención aparte merecen las balalaikas, instrumentos musicales de forma triangular, los preciosos ajedreces de madera y todos los articulos de piel y cuero, abrigos de visón, gorros de zorro ártico, cinturones y zapatos de excelente calidad. Los comercios abren de 09:00 a 17:00 horas y los sábados hasta las 18:00 h. La mayoría de establecimientos cierran al mediodía para comer.
Para Visitar La Plaza de Palacio. Durante 200 años el vasto imperio ruso fue gobernado desde esta manzana de medio kilómetro situada en el corazón de San Petersburgo. Ésta es una de las grandes plazas de Europa, bordeada de coloristas pero elegantes edificios y moteada con monumentos conmemorativos de la victoria de Rusia sobre Napoleón. Fue testigo del "domingo sangriento" de 1905, el ansia bolchevique por arrebatar el poder en 1917 y las vigilias nocturnas que se hicieron en nombre de la democracia durante el golpe de estado de 1991. La plaza está dominada por la fantasía rococó verde y gris del Palacio de Invierno, la más grande de las piezas arquitectónicas que componen el Museo Estatal del Ermitage. Durante los días grises de antaño, los visitantes venían a la ciudad sólo por el museo que, incluso hoy, él solito, seguramente se zamparía una semana del preciado tiempo del visitante. El complejo de edificios es del tamaño de una ciudad pequeña (un mapa y un compás son absolutamente necesarios).Hay cuatro edificios conectados a orillas del río: el Palacio de Invierno, los edificios del Gran y del Pequeño Ermitage y el Teatro del Ermitage. Éstos albergan una impresionante colección de arte europeo occidental con suficientes arañas de luz, incrustaciones en los techos, joyas zarianas y tesoros. Gran parte de la colección data de la época culturalmente próspera de Catalina la Grande y muchas de las obras fueron adquiridas cuando el poder de Napoleón empezaba a flaquear. Adyacente al Palacio de Invierno se encuentra la aguja dorada del Almirantazgo o Ministerio de la Marina, un buen punto de referencia en caso de estar desorientado. Este edificio clásico de estilo imperial es la sede de la escuela universitaria naval y está llena de ángeles trompeteros, estatuas descomunales y fuentes. A finales de 2000 se celebraron los funerales de los licenciados de la escuela naval que murieron trágicamente en el submarino Kursk. La Fortaleza de Pedro y Pablo. Sobre la minúscula Isla Zayachy se asienta el edificio más antiguo de la ciudad: la Fortaleza de Pedro y Pablo. Fue construida en 1703 para defender la tierra recién conquistada a los suecos y fue diseñada según el proyecto que esbozó el mismísimo Pedro el Grande. Sin embargo se usó principalmente hasta el año 1917 como prisión política cuyo primer huésped fue el propio hijo de Pedro, Alexey, al que le siguieron otros destacados personajes como Dostoievski, Gorki, Trotski y el hermano mayor de Lenin, Alejandro. La catedral adjunta, aunque sencilla por fuera, dispone de un magnifico interior barroco. La mayoría de los dirigentes Romanov de Rusia fueron enterrados aquí. Entre la catedral y los cuarteles de los oficiales se yergue una estatua de Pedro el Grande de curiosas proporciones - se dice que frotar su dedo derecho trae buena suerte. El Museo Ruso. El enorme Museo Ruso, que muchos visitantes pasan por alto en favor del Ermitage, es una joya para quienes estén interesados en el arte y la cultura rusas. Tiene su sede en el antiguo palacio Mijailovski, diseñado por Carlo Rossi y construido entre 1819 y 1925 por el Gran Duque Mijail (hermano de los zares Alejandro I y Nicolás I) como compensación por no tener opción al trono. El museo se fundo en 1895, durante el reinado de Nicolás II, y abrió tres años después. La vista más impresionante del edificio se obtiene desde la parte trasera, en paseo de una noche por los agradables Jardines Mijailovski. Por la noche, el palacio iluminado se convierte en un lugar muy romántico. La Isla Vasilevski. La isla más grande de San Petersburgo está encajada a modo de tapón en la desembocadura del Neva. Los lugares más interesantes se agrupan en su extremo oriental, justo cruzando el río desde el Almirantazgo. Entre ellos se incluyen edificios marítimos, la universidad de la ciudad, un montón de museos y algunas de las mejores vistas de la ciudad. La isla está adornada con columnas rostrales, faros de navegación
configurados en forma de proa de barco que hoy en día arrojan constantemente llamaradas de gas los días de fiesta. Entre los museos se encuentran el Museo Naval, el Museo de Zoología, el Museo de Antropología y Etnografía o Kunstkammer (con su extrañísima colección) y la Academia de las Artes. El Museo de Geología alberga un mapa de la Unión soviética de más de 26 m2, confeccionado con piedras preciosas entre las que figuran amatistas, diamantes y rubíes. También hay el Museo Sigmund Freud de los Sueños, una exposición innovadora que puede visitarse en el Instituto de Psicoanálisis, una joya para los soñadores y amantes del psicoanálisis. Nevsky Prospect. Los "Campos Elíseos" de San Petersburgo son el famoso Nevsky prospekt, que va hacia el oeste a lo largo de 4 km desde el Almirantazgo hasta el Monasterio de Alejandro Nevsky a orillas del Neva. Bordeado de magníficos edificios y atestado de gente, éste un buen sitio para sentir el pulso de la ciudad especialmente en las Noches Blancas de pleno verano. La lista de los antiguos residentes que vivieron por aquí y alrededores de la célebre calle se lee como un auténtico Quién es quién: Gógol, Tchaikovski, Turgéniev, Nijinsk, Rimski-Korsakov y Dostoievski. Mientras uno da un paseo no debe olvidarse de alzar la mirada y fijarse en los detalles arquitectónicos. Entre los lugares turísticos por los que el visitante deambulará se encuentran la Catedral de Kazan con muchísimas columnas (sede del Museo de la Religión), el antiguo edificio de estilo Art Nouveau de la empresa de máquinas de coser Singer (hoy en día una librería), los abovedados grandes almacenes Gostiny Dvor y la inmensa plaza dominada por la estatua de Catalina la Grande rodeada de sus numerosos amantes. Vale la pena echar un vistazo a la mayoría de las tiendas tan sólo por sus interiores. Abarcan desde los palacios de mercancías del siglo XIX a las extraordinariamente opulentas extravagancias del Art Nouveau y del art déco. Palacio de Verano. Entre el Campo de Marte y el río Fontanka, se encuentra al jardín más encantador y antiguo de San Petersburgo. Pedro el Grande ordenó su construcción; tiene fuentes, pabellones y un plano geométrico similar al de Versalles. Se convirtió en uno de los lugares favoritos para las damas (y los caballeros) del siglo XIX. Aunque ha cambiado, perdura su elegancia formal. El modesto Palacio de Verano, de dos pisos, situado en el extreme noreste del parque, fue el primer palacio, construido por Pedro el Grande entre 1704 y 1714, y ahora está abierto al público. Los pequeños relieves de sus muros representan victorias navales rusas, y muchas de las habitaciones están decoradas con mobiliario de principios del siglo XVIII. Pablo I, hijo de Catalina la Grande, hizo derribar el hermoso palacio de madera construido por la Emperatriz Isabel par construir en su lugar el voluminoso castillo de los Ingenieros. Una de sus alas, donde ocasionalmente hay exposiciones, pertenece actualmente al Museo Ruso. Catedral de San Isaac. La cúpula dorada de 21,8 m de altura que sobresale en el perfil de San Petersburgo es la Catedral de San Isaac, la última construcción neoclásica que se edificó en la ciudad. El diseñador francés Ricard de Montferrand empezó los preparativos en 1818 pero la construcción llevó tanto tiempo (hasta 1858) que Nicolás pudo ampliar el proyecto para introducir más sofisticación. El granito se trajo de Finlandia (y fue transportado en barcos y ferrocarriles construidos especialmente para el cometido), se utilizaron cien quilos de pan de oro en la cúpula y el resultado final, un lujoso interior de mármol y mosaico, es una auténtica joya. Desde lo alto de la columnata, de 43 m de altura, se obtienen unas vistas espectaculares de la ciudad. Museo Pushkin. Pushkin murió en este lugar a orillas del río en 1837, tras un duelo con el soldado francés Baron d'Anthes que había estado cortejando públicamente a la hermosa mujer del poeta, Natalia. En el museo se ofrecen visitas guiadas en inglés, pero hay que reservar con antelación. El interior se mantiene exactamente igual que durante los últimos días vida del poeta. Para los más morbosos, se conserva la máscara con la que murió, un mechón de pelo y el traje que vestía cuando murió. Museo de Artes Aplicadas y Decorativas. Situado frente al extremo este del Jardín de Verano, este museo es impresionante. La colección empezó a reunirla el barón Stieglitz en 1878, con el deseo de rodear a sus alumnos de la Escuela de dibujo técnico con obras de arte que los inspiraran. Entre 1885 y 1889 se construyó de la mano del Messmacher y cada sala se decoró con un estilo diferente. Desgraciadamente, gran parte de la decoración se perdió con el cierre de la escuela cuando estalló la revolución, pero los trabajos de recuperación siguen en marcha. Los objetos que se muestran cortan la respiración; se conserva desde mobiliario medieval de artesanía hasta una peculiar colección de azulejos rusos, además de trabajos de los estudiantes de la escuela. No hay que perderse la sala Terem, decorada con el estilo del palacio medieval del Kremlin de Moscú.
Formalidades Para acceder al país es imprescindile el visado y el pasaporte con una vigencia mínima de seis meses. Para el visado
se exige un seguro médico que cubra la estancia y la reserva del vuelo y el hotel. En ccualquier momento le pueden pedir el pasaporte, el visado y la Tarjeta de Inmigración, por lo que se recomienda que siempre lo lleve consigo. Se debe pagar un impuesto, así como rellenar una declaración de bienes que debe ser entregada a la salida del país.
Restauración y Diversión Encontrará muchos sitios en la ciudad para probar la cocina rusa, accesibles a cualquier bolsillo, desde los “bistros” económicos, sitios de comida rápida rusa y sitios de “blinis” (crepes) hasta los restaurantes caros y exclusivos. Las especialidades rusas más típicas y recomendables son: Las sopas, la sopa más famosa es Borsch. Es una sopa de origen ucraniano, hecha de remolacha, patata, col, carne. También no menos popular es la sopa Solianka. Puede encontrar la sopa Schi (puede ser de col o de acedera ) o Ujá (sopa de pescado). Como un primer plato puede encontrar también muchas ensaladas. "Ensaladilla rusa" en Rusia existe como "ensalada Olivié", se considera que es un invento de un cocinero francés con este nombre. Esta ensalada es parecida en algo a la que se conoce como "ensaladilla rusa", pero tiene ingredientes distintos (coinciden patata, guisantes y mayonesa). Olivié no puede faltar en cualquier fiesta rusa, sobre todo es típico comerla el Fin del Año. Otra ensalada conocida se llama "Arenque bajo el abrigo" está hecha con arenque cubierto con patatas, remolacha, zanahoria (toda verdura cocida), huevo, mayonesa. Como segundo plato se ofrecen distintos platos de carne, por ejemplo Stroganoff, o Shashlik (pinchos), distintos filetes y carne rellenada, pollo (a la Kiev). También encontrará pescado (salmón, trucha, esturión, bacalao). Otro plato tradicional de la comida rusa se llama "pelmeni" y se parece a “ravioli”, que se comen acompañado de "smetana", mantequilla o ketchup. Es un plato de origen siberiano. La otra versión de "pelmeni" es "varéniki" son más grandes y con otros rellenos: patata, col, dulce requesón, guindas. Otro plato bastante popular que puede encontrar serán "golubzí" (las hojas de col rellenas de carne con arroz). Hay una gran variedad y tradición de comer productos lácteos, muchos de estos productos rusos no se conocen en otros países. En las tiendas puede comprar muchos tipos de requesón "tvórog", "kefir" - una bebida parecida al yogur. Le recomiendo probar "Sirok v shokolade" - una masa dulce y fina de requesón, bañada en chocolate, hay variedades de esta con almendras, mermelada dentro. Se vende en las tiendas de alimentación y es muy barato (0,2 Euro). Este producto lo adoran los niños. También, son muy populares los platos preparados de masa, por ejemplo, las empanadas. Pirozhkí y Pirogí (empanadillas y empanadas) es de lo mejor que hay en la cocina rusa, cuando están bien hechos, por supuesto. Las empanadas pueden ser rellenas de col, carne, pescado, patatas, limón, mermelada, requesón, albaricoques y otras cosas. También hay "Pirozhkí" - empanadillas con distintos rellenos, las hay de muchos tipos y "Vatrushka" (una empanadilla redonda, abierta, hecha con requesón dulce ("tvórog" en ruso) o mermelada. Hay muchos tipos de pastas para el té, tartas y pasteles. Para probar estos especialidades de cocina rusa, no es necesario ir a un restaurante o café, se venden en las tiendas o en numerosos kioskos y son muy económicos. Los famosos "Blini" (crepes) son muy populares en San Petersburgo, se puede decir que son una alternativa a las hamburguesas y sandwiches en otros países. Blini es un plato popular ruso muy tradicional y antiguo. Hay muchos locales, que se llaman "Blínnaya" (crepería) donde este plato es una especialidad. Los blinis se sirven con mantequilla, smetana (nata agria), mermelada, miel, caviar rojo y negro o con distintos rellenos, de carne, pollo, jamón dulce, queso, patata, setas, requesón (dulce), manzana, fresa, o mezclas de varios ingredientes. Estos locales de blinis son muy populares entre los habitantes de San Petersburgo. El caviar ruso: existen 2 tipos de caviar: rojo (de salmón) y negro (de beluga, esturión, sevruga - procede del mar Caspio). Del caviar negro, el más valioso es de beluga (lata azul), y también es el más caro, lo podrá probar solo en los restaurantes de lujo, o comprar en latas en algunas tiendas. El caviar rojo no es caro y los platos con él se sirven en muchos sitios. Normalmente, son los "blinis" con caviar. En casa, la manera rusa más popular de comer caviar es ponerlo encima de una fina rebanada de pan blanco, con mantequilla, o con "blinis". También a veces lo ponen encima de un huevo cocido, cortado por la mitad. El pan ruso: hay de varios tipos, el más típico es pan negro (cherny jleb), de harina de centeno, hay muchos tipos de este pan y es muy saludable, tiene pocas calorías. También hay pan normal llamado pan blanco "bely jleb". Las bebidas tradicionales en Rusia son el té, que se toma a cualquier hora del día, suele ser té negro con azúcar y con limón, pero sin leche, siempre caliente. Ultimamente también está de moda el té verde, té de frutas, etc. Hay
toda una tradición de tomar el té (este ritual se llama Chaepítie y el mismo té se llama Chai en ruso). El té suele acompañarse con todo tipo de dulces, pastas, empanadillas, bombones. Si está invitado a "Chaepitie", es costumbre traer algo para acompañar el banquete. En general, los rusos son muy golosos (muchísimo más que por ejemplo, los españoles) y comen muchos dulces, pastelería, chocolate. Otras bebidas populares son la cerveza (la más famosa es “Báltika”), el vodka, hay también buenos vinos de Georgia, muchos son bastante dulces. Para su curiosidad, puede visitar cualquier tienda de comida de San Petersburgo, y verá 50-80 marcas de vodka (dicen que el mejor vodka es "Russki Standart", también "SanktPeterburg" y otras de la fábrica local, que se llama "LIVIZ", también puede pedir consejo al vendedor si puede entenderle), y 20-40 tipos de cerveza. La bebida sin alcohol tradicional antigua es el Kvas, pero actualmente no es tan popular como antes, por la llegada de refrescos tipo Coca-Cola, pero también es posible encontrar el Kvas en las tiendas o restaurantes. Por cierto los refrescos suelen servirse sin hielo, si lo quiere, pídalo aparte. Restaurantes en San Petersburgo: San Petersburg, 5 Nabereznaja Kanal Griboedov. Cocina rusa amenizada con actuaciones musicales. Na Fontanke, 77 Fontanka Nabereznaja. Especialidades rusas en un ambiente realmente acogedor. Troika, 27 Zagorodny Prospekt. Cena amenizada por actuaciones tradicionales rusas. Metropol, 22 Sadovaya Ulitsa. Es el restaurante más antiguo de la ciudad especializado en cocina rusa. Kafe Literaturnoje, 18 Nevskiy Prospekt. Se puede disfrutar de la excelente cocina rusa amenizadas por orquestas o recitales de poesía. Los camareros visten trajes del siglo XIX. Austeria, Ioannovsky Ravelin. Menú en ruso. Neva, 46 Nevsky Prospekt. La mejor cocina rusa con espectáculos de variedades. Nevsky, 71 Nevsky Prospekt. Cocina rusa, moldava y ucraniana. Okolitsa, 15 Primorsky Prospekt. Especialidades rusas en un entorno tradicional. Kalinka, Syézdovskaya Líniya, Vasilevski ostrov 9. Cocina tradicional rusa. Petrovski, Amarradero de la Fortaleza de Pedro y Pablo. Platos rusos amenizados por una orquesta. Vóljov, Liteini prospekt, 28. Tiene como especialidad el Vóljov, plato de carne con bollo de hojaldre servido en pote. U prichala, Vasílevski ostrov, Bolshoi porspekt, 91. Cocina de tiempos de Pedro I en un local decorado con el estilo del siglo XVIII. En verano, una agradable forma de pasar el rato es remar por los canales y lagos que hay alrededor de las Islas Kirovski. Se pueden alquilar barcas en el extremo septentrional del foso que circunda la Fortaleza de Pedro y Pablo. En caso de querer dirigirse más hacia el norte, puede tomarse un velero hasta el golfo de Finlandia y plantar el parasol en la playa. El invierno puede ser muy activo si uno es amante del esquí de fondo. Toksovo es una estación popular situada al norte de San Petersburgo. Otra posibilidad consiste en nadar en las aguas heladas del Neva, en caso de optar por un deporte muy local. Hay que olvidarse del gimnasio, pues los rusos se relajan en una banya: una habitación con temperaturas muy elevadas donde se masajean unos a otros con ramas de abedul. Si se prefiere practicar algún deporte, en la ciudad hay numerosos gimnasios. En cuanto al fútbol, a principios de la década de 1990 el equipo de la ciudad era un desastre pero con el entrenador Anatoly Davydov consiguió ganar la Copa de Rúsia en 1998 y en 2001 participó en la UEFA; juegan en el estadio Petrovski. Quienes prefieran jugar al billar encontrarán numerosos locales en la ciudad
Excursiones Petrodvorets. La mayoría de gobernantes europeos dispusieron al menos de un Versalles y Pedro el Grande no fue una excepción. Construyó una serie de palacios en un bonito emplazamiento a 30 km al oeste de San Petersburgo.
Este legado del abuso zarista fue prácticamente destrozado por las fuerzas alemanas ocupantes durante la Segunda Guerra Mundial, aunque recientemente los historiadores han revelado que sufrió daños aún mayores durante los bombardeos soviéticos de diciembre 1941 y enero 1942 (Stalin quería frustrar los planes de Hitler de hacerse con los palacios). Lo que hoy se puede ver es, en su mayoría, una reconstrucción a partir de fotografías, dibujos y anécdotas. Las fuentes desempeñan un papel importante para explicar el impresionante encanto de Petrodvorets. La Gran Cascada y la Avenida de Agua son una sinfonía de surtidores y canales orquestados en parte por el propio Pedro el Grande. Otros de los componentes de Petrodvorets incluyen el Gran Palacio, ampliado por Rastrelli para la Emperatriz Isabel, y posteriormente remodelado por Catalina la Grande. Las arañas de luz colgantes y los cuadros son originales; por suerte fueron retirados antes de la llegada de los alemanes. La villa original de Pedro el Grande, Monplaisir, está provista de aireadas y luminosas galerías encaradas al mar. Los jardines están moteados con las omnipresentes fuentes, encantadoras casetas y residencias estivales, incluyendo lo último en salones, el independiente Ermitage. Las Islas Kirovski. Las islas que se hallan fuera del delta, situadas al norte del centro, a todo el conjunto se las llama las Islas Kirovski, e incluyen la Kamenny, la Yelagin y la Krestovski. Fueron concedidas a los preferidos de la corte y se convirtieron en un elegante lugar de veraneo. El Palacio Yelagin, construido por Rossi para la Emperatriz María, esposa de Alejandro I, está abierto al público. Hoy en día son básicamente lugares de reunión frondosos ideales para ir de picnic y pasear. Glorietas, mansiones rosáceas, palacios, canales para pasear en barca, caminos para ir en bici y un parque a orillas del mar que se confunde con las casas más ricas de San Petersburgo. Pushkin. Evocador de los días prósperos y de los días grises de los Romanov, los palacios de verano en el Tsarskoe Selo (rebautizado como Pushkin en 1937 para conmemorar el centenario de su muerte) fueron creados para la Emperatriz Isabel y Catalina la Grande. Se asientan a 25 km al sur de San Petersburgo. El barroco Palacio de Catalina quedó en estado ruinoso por los alemanes al final de la Segunda Guerra Mundial, pero actualmente es una obra maestra de la restauración. La fachada tiene cúpulas doradas y detalles en blanco y azul, mientras que el interior realmente reluce y brilla, con espejos, arañas de luz y rollizos querubines. Justo al norte del Palacio de Catalina se encuentra el clásico Palacio de Alejandro. La guarida favorita de Nicolás y Alejandra, que irónicamente se convirtió en su prisión cuando fueron puestos bajo arresto domiciliario antes de ser defenestrados a Yekaterinburgo. Es el palacio menos turístico, pero de alguna manera el más agradable; actualmente vuelve a estar abierto tras de una renovación que se ha hecho eterna. Monumento a los heroicos defensores de Leningrado. El asedio de Leningrado fue uno de los acontecimientos más significativos de la Segunda Guerra Mundial y, para algunos, de la historia de la guerra. Sito al sur de la ciudad y a sólo 9 km de la línea del frente, este impresionante conjunto de estatuas de bronce dispuesto en torno a un obelisco de 48 m de altura constituye un tributo a la victoria final de los rusos frente a los invasores alemanes. La exposición situada debajo es tan sobrecogedora como informativa, con un mapa de grandes relieves con las líneas del frente, vitrinas con objetos del asedio, información sobre los acontecimientos y documentales. Las lámparas de bronce, la música repetitiva y el sonido del metrónomo (el único que escuchaban los habitantes de la ciudad en la radio mientras duró la guerra, excepto para los comunicados de emergencia) crean un ambiente sombrío que invita a reflexionar.