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Fotcgra fía de d on Alfre¿o Benav idfs
Cuzco - La Catedra l
UN ASPECTO TECNICO DEL BARROCO EN GENERAL Y EN ESPECIAL DEL HISPANO-ABORIGEN
L
A moda en mater~a de es tudios his-
Choisy , fuente ~nsospechada de in f ormacio-
tórico - artist~ co- a rqui tectónicos, ex~
nes or~g~nales nunca d es ment~das .
ge que se expongan sus problemas
Lo dicho, puede aplicarse al estilo barro-
desde el punto d e vista de las in-
co, considerado hasta hace po co como forma
politico- soc~ales, o si se
decadente y , por consiguiente, sin mu cho in-
fluencias
prefiere, raciales y psicológicas, olvidándose
terés del es tilo del Renacimiento. A nuestro
con frecuencia los aspectos técnico- construc-
modo de ver, no ha sido suficiente mente es-
ttvos . El mirar estos problemas con criterio téc-
tudiado bajo este aspecto. Y esto, qu e pued e d ecirse del barroco en general, se ap lica de
nico, resulta indispensable y suele llevar a
un modo especial a l barroco español y , por
conclus~ones interesantes. N os bastará c~tar, e n apoyo d e esta afirmac~Ón las obras de
consiguiente, a l arte que suel e llama rse h ispano- indígena
y que nosotros prefer~mos de-
nomwar J1ispa no- a b origen o, si se preGere, c rioJJo . Vam os a procurar ex poner en la forma más breve posible nuestras ideas sobre el particular , las que esperamos desarrollar
más
extensa me nte, .iunto con otras observac iones, e n una obra qu e preparamos.
Es muy
conocido el hech o d e qu e, e n nu-
merosas oc?.siones, la técnica propia de un material se ha aplicndo a otro, provocando , un as , veces, o t ras
solu ciones demasiado burdas y
c u a nd.o e sta adaptación ha sido J1echa
por hombres d e verdadero temperamento artÍstico, soluciones feli ces. Algunos autores clasifican estas formas , .denominándolas tran spuestas, pero los más las rechazan como cosa impropia y por ende antiestética.
Interior Cntd ral ¿el C
Como ejemplo feliz y casi no discutido , pueden citarse los órdenes griegos, especiaL mente el orden dórico, inmortalizado e n el PartenÓn, en el que se reconocen las formas propias dt> una estructura d e madera tradur ida en piedra. . C omo ejemplo desgraciado , pu ede citarse tod o lo que en los últimos años se ha hecho de arquitectura arqueológica , tratando de imitar estilos pasados y especial mente realizando obras en J1ierro u hormigón con las dimensiones correspondientes a las construcciones en piedra, ladrillo y madera. Para demostrar la frecuencia de e~te hecho, q~•e parece veriGcarse fatalmente cada vez que se cambia de técnica o material, nos bastará recordar la arquitectura hindú y el arte maya , c>n los que se manifiesta la ejecución en piedra con Ja técnica correspondiente a la madera; y el estilo que en España ha merecido el nombre de plateresco,
porque
sus formas acusan la técnica propta a la or-
febrerÍa. En el barroco español y e n los edificios que ' Otto Schubert, en su obra