Story Transcript
La Novela Ximena Guarello
El hombre
está
limitan, lo
enmarcan
tos lo trata
de
técnicas
nuevas
el
de
romper o
tiempo
sin
que
su
de
actuar.
este
ya que
de
tiempo. Estos dos
el
limitación; busca
inexorablemente. El
pasa
elemen
humano
el ser
horizonte, y dominar y
este anhelo
espacio-temporal,
través de las épocas:
en el
se rebela ante su
marco,
éste
y
Como compensación,
permitan ampliar su
es producto
al marco
en el espacio
en
salirse
le
malgastarlo,
de la tecnología Frente
inmerso
aprovechar
gran
avance
humano.
hombre ha
reaccionado
de distintas
novelas de donde el acontecer transcurre en un espacio y en un tiempo irreal, caballería, fantástico. Evasión que se proyecta en las novelas de ciencia-ficción contem maneras
a
poráneas que nos
hacen
sumergidos
rentes,
Pero la
en
viajar a otros
la
Hace
¡Los
Es
el ser
de
existir
cinco meses
rastros
de
una manera
planetas,
a otros
en
mundos,
las
a espacios
dife
muestra
posible:
el
tiempo y
José Eustasio
el
Rivera,
espacio
autor
oprimen,
de La Vorá
esta obra:
búscalos
en vano
Clemente Silva.
ellos.
devoró la humano
imaginativamente
dimensión.
cuarta
evasión no siempre es
angustian, aplastan, como lo gine, en las líneas finales de
Ni
se evadió
selva!
1
enfrentado al medio
determinada,
físico
que
como ocurre en
lo
condiciona
La Casa
y lo hace
Verde, de Mario
Vargas Llosa. En
oportunidades, es la herencia psicosomática la que proyecta el en un tiempo y en un espacio que encierran en un círculo difícil de romper: es lo que expone la temática de William Faulkner, al relatar transcurrir
cómo una
1
otras
humano
determinada familia
o grupo social
hacen
al
hombre
responsable
Rivera, José Eustasio: La Vorágine. Editorial Nacional, Méjico, 1967,
p.
de
321.
45
un
"pecado"
Absalom!,
El
hereditario,
transmitido de generación
(¡Absalom,
generación
en
El Sonido y la Furia).
novelesco, como el mismo verbo lo indica, denota un padecer, devenir en el que el hombre está sumergido. Esto no significa humano no pueda reaccionar para reacondicionar este acontecer:
suceder
un soportar el que
el
ser
Sin embargo, emerge desde cimientos
está
del hombre: tancias.
.
actuar; los ocurrir
aquí
de
vida
la
real,
y
ahora
nuestra
sucesión
traducimos
de la
cataclismos
naturaleza,
sucesión
humana y la
acción
el acontecer es en parte
con
bien,
en
vida,
vez
de
indiferente
de
en relación a nuestro
ellos eliminados: podrían
y después. Sin embargo, en ciertos mo da la impresión de que estamos frente
el acontecer nos
irreemplazable, expresiones
"me ha
allá
del día y de la noche, dis de alguna manera.
condicionan
sucesos podrían ser alterados o algunos
mentos
una
revés
enmarcan
.
En la
a
del drama donde lo fundamental es el conflicto que de los caracteres, en la novela el fluir de los aconte fuertemente connotado por lo cósmico, que escapa al control
al
el choque
ya
tales
sea
en
como
lo
"me
positivo
o
lo
en
lo
sucedió
lo negativo, y
peor
que
me
que
podía
pasar",
o
diera";
esas ocasiones, consideramos que el tiempo además, y el espacio transcurrieron los hechos son inseparables de éstos, como cuenta Pape
en que
sucedido
exactamente
que
yo
quería que me suce
en
lucho: Por fin estamos
en el campo.
¡Qué
felicidad
poder andar sucio
y
sin
gomina!
Con Javier
día. Ahora, él es bien amigo del Chirigüe. Hay un caballo ciego que me da mucha pena y le doy de comer con la mano. Hicimos un picnic con Javier y nos comimos seis huevos cada uno y una sandía cada uno. Después nos dimos un baño de barro y otro de agua del estero. Salimos a caballo ocho veces en el día y andu vimos en carreta en tractor. También aprendimos a lacear y y a manear vacas. Lo importante es la cola porque colea los ojos. Tam bién regamos la chacra y no tomamos té porque la leche de vaca es rica en el balde. Y ahora nos acostamos sin desvestirnos porque vamos a salir a las cuatro de la mañana a cazar con Chirigüe. Hoy fue un día perfecto. El días más feliz ele mi vida, creo 2. mío
2
46
salimos a
y los dos
caballo
todo
el
somos amigos
Paz, Marcela: Papelucho. Editorial Del Pacífico, Santiago, 1955,
pp,
37-38.
En la novela, los tener otra
puede
El
rente.
cosmos
concatenación
ni
a
imagen y hechura del
ideativo
debe ser; y
cómo
Buen
debe
ejemplo
en el episodio
El
se
dice
elementos
se
el mundo
ser
trata
y
de
del un
cómo no
esto
era
muy curioso. Era el más pequeño de todos, él un farol y el farolero que lo habitaba. El
no podía explicarse para qué servirían
y
sin
población,
farol y
un
allí, en el cielo, farolero 3.
en
farol,
es
un
a sí mismo:
Su trabajo,
la
no es
al
que si
es como si
interrogado
al ser
espacio
no
dife
reaccionar
quinto planeta
igual
Pero ésta
debe
cómo
que
el hombre ante él o cómo no debe hacerlo. lo ofrece El Principito, de Antoine de Saint Exudel farolero: el Principito llega al quinto planeta:
de
un planeta sin casas
Y
devenir
interior humano. Ahora
muestra
pues apenas cabían en
Principito
a un
duración distinta ni un demiurgo que reordena los
mundo
que nos
están sometidos
una
novelista se convierte en un
acontecimiento
péry,
acontecimientos
menos, tiene
hiciera
durmiera la flor
misma opinión por el
sentido.
que
o apagara
tiene
el
la
enciende su
flor y
estrella
farolero
lo
apaga
trabajo,
quien
cuando
4
sobre su
Principito declara:
trabajo es algo terrible. Antes
—Mi
Cuando
nacer una estrella o una
siquiera era
razonable;
apagaba
el farol la y lo encendía por la tarde. Podía descansar el resto del día y dormir por la noche. luego cambiaron la consigna? el faro es lo grave, que la consigna no ha cambiado lero. El planeta gira cada vez más de prisa y la consigna sigue
por
mañana
.
.
—¿Y
—dijo
—Eso
siendo
Son dos
la
seres
misma
5.
humanos
que
enfrentan
un
mismo
distintas:
acontecimiento, en un Principito aprovecha
cosmos, pero de la situación para convertirla en algo hermoso, maravilloso. En cambio, el faro lero se siente encadenado al movimiento incesante del planeta y a un trabajo hecho sin amor, donde lo único que importa es cumplir con su deber de pren der y apagar el farol. Incluso cuando el Principito le propone una solución para aprovechar las características de su planeta, éste la rechaza: maneras radicalmente
mismo
p.
el
3
Saint Exupéry, Antoine de: El Principito. Fernández Editores, S. A.,
*
Ibid., Ibid.,
Méjico, 1960,
43. 5
p. p.
43. 45.
47
—
Tu
planeta es
tan pequeño
No tienes
cadas.
quedar siempre
día durará
el
la
nuestras
propias
las
vuelta en
muy lentamente
descansar,
quieras
tres zan
caminarías.
para .
.
y
cuanto quieras.
gusta en
aprovechar
más que caminar
Cuando
eso no adelanto gran cosa
—Con
Son
hacer
que
al sol.
darle la
que puedes
—dijo
que a mí me
dormir6.
vida es
imperfecciones las
de
características
farolero—. Lo
el
nuestros
que
atan, impidiéndonos
nos
"planetas". En cambio,
el
Principito
se retira soñando en
Las
hecho inevitable,
mismo
el
que
lo
hacen,
La
de
narración
hablar
acuerdo
al
novelesca
niño,
su visión
a
ei? sí, como
maravilloso
en un
*
o
gar puede
disfrutar
distintas frente
reacciones
caso,
mecánico
a un
y rutinario; y
en
irrepetible.
vital e
otro,
mundo, dos
para un mismo
visiones
que podría
horas 7.
cada veinticuatro
Dos
de Sol
mil cuatrocientas cuarenta puestas
a
del
#
distintos
puede presentar
través de mundo.
se aprecia
la
presentación
Le habla en
los
de
valores.
En
un cosmos
primer
lu
maravilloso,
imaginación, le presenta lo de hadas, donde lo real con
a su
cuentos
lo mágico, lo actual con lo pasado, lo cósmico con lo humano van entremez clados sin distinción de planos. Por otra parte, lo maravilloso también puede tener un fin didáctico, si de él, por semejanza o comparación con el aconteci miento
Este
deduce
se
presentado,
de la
una
de importancia
verdad
o
enseñanza moral.
y de la fábula. Sin embargo, lo más importante desde el punto de vista educativo es que el niño es capaz de reintuír la suge rencia de identidad entre los acontecimientos maravillosos y la idea humana es el caso
encarnada séptimo
en
convierte
lo han comprobado en cursos de leer El Gigante Egoísta, de Osear Wilde: el jardín se espacio donde el egoísmo reina y que habla a través de un
ellos,
básico,
año en
un
parábola
como muchos profesores al
cosmos proporcionado
incesante, adulto,
de
una
porque
expresión a
6 7
48
en
Ibid., Ibid.,
lo los
p.
46.
p.
47.
a
la
psiquis
infantil:
primavera que nunca maravilloso
sentimientos
no
llega,
alcanza
humanos.
egoísmo expresado en un
su
pero
fin
en
que sí
invierno
convence también al
mismo,
sino
que sirve
Esta
escala
de valores, desde la
simple
semejanza
la
a
de
sugerencia
identidad (acontecimiento ideativo o simbólico), se da también en las narra ciones que eliminan lo maravilloso y se basan en sucesos cotidianos. Muchas de estas novelas se leen como apólogos o parábolas, en las cuales la moraleja está
implícita
similitud,
en
al valor
los
mismos
que
acontecimientos,
que se quiere
exponer,
como
a
remiten,
sucede
en
través
algunas
de
una
novelas
de G. K. Chesterton; en Las Uvas de la Ira, de John Steinbeck; Señor de las Moscas, de William Golding, o, en fin, en cualquiera obra cuentos
en
y El
nove
lesca que, por analogía, nos permita observar la vida humana sometida a un fluir distinto o semejante al nuestro, en espacios y tiempos desconocidos o habituales para nosotros. Por
último, los
hablar al adulto en la novela, acontecimiento ideativo donde el lector se compenetra con el sentimiento intuido, que sugiere identidad y no analogía. Es la cúspide donde la novela poniendo en juego todas las facultades del hombre (Historia del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, La Hora Veinticinco, El Poder y la Gloria, La Casa Verde). sucesos cotidianos pueden
presentando un
"habla"
Después de haber se encuentra
frente
disgregado,
a un universo
la lucha
sido
durante
siglos
el centro
Ha
perdido en el cosmos.
donde los
del universo,
acontecimientos se suceden en
la identidad
el
hombre
pasado a ser una molécula
forma tan
verti
difícil. Tal vez por esta razón la novela sea actualmente, dentro de las artes de la palabra, la forma artística más adecuada para expresar la imagen desolada del ginosa que
hombre
por mantener
se
torna
planeta más
tiagudo y
salado
raro!,
pensó el
Principito;
más
Ibid.,
p.
está todo seco, pun
8.
Planeta desértico que clama angustiosamente que lo haga florecer nuevamente.
«
vez
contemporáneo:
—¡Qué
mano
cada
por el agua
del
amor
hu
57.
49
Aisthesis
—
4