La nueva política social en México y su diseño institucional: el caso de PROCAMPO

VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Lisboa, Portugal, 8-11 Oct. 2002 La nueva política so

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VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Lisboa, Portugal, 8-11 Oct. 2002

La nueva política social en México y su diseño institucional: el caso de PROCAMPO J. Mario Herrera Ramos El Programa de Apoyos Directos al Campo, PROCAMPO, que tendrá una duración de 15 años, se crea en 1994 con el objetivo de apoyar a los productores agrícolas cuyos productos integraban el sistema de precios de garantía (maíz, fríjol, arroz, trigo, sorgo, cebada, soya, algodón y cártamo)1 Este programa surge como sustituto del programa de precios de garantía finalizado en 1989 e iniciado en 1953. En la presentación de PROCAMPO, el cuatro de octubre de 1993 se manifestaron las razones que le dieron origen. Estas razones se basaban en un diagnóstico que podemos resumir en los siguientes puntos. • Necesidad de adaptarse al nuevo entorno internacional con precios agrícolas a la baja. • Contracción de la demanda de alimentos debido a crisis internacionales. • Consenso en las negociaciones del GATT sobre los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio internacional. Se acordó substituir o eliminar subsidios a precios o a producción. Entre los subsidios que no distorsionan al comercio internacional se encuentran los pagos directos a productores. • La desigualdad productiva y del ingreso en el campo, y entre el campo y la ciudad. • La distorsión en la asignación de recursos. Los precios internacionales tendían a la baja, pero el sistema de precios de garantía, que fijaba un precio superior al internacional, incentivaba la producción de productos agrícolas en particular de maíz. • Los precios de garantía no beneficiaban a los productores pequeños que producen especialmente para el autoconsumo. Además de acentuar la concentración del ingreso, limitaba su acceso al crédito. (Presidencia de la República, 1994) En su último Informe Carlos Salinas decía lo siguiente sobre PROCAMPO. “El PROCAMPO ha contribuido al cambio y a mejorar la situación de los campesinos. Una cuarta parte del ingreso monetario de 60% de los hogares de las zonas rurales provienen ahora de este programa. Por ello, la nueva política contribuye a una distribución más equitativa del ingreso y promueve la reconversión productiva hacia aquellos productos en los que podemos competir mejor. Por primera vez, 3.4 millones de campesinos recibieron apoyos directos por 4700 millones de nuevos pesos.” (Salinas de Gortari, 1994, p 1027) Los programas de transferencias de efectivo, además de aumentar el ingreso pueden tener efectos sobre, por ejemplo, las horas dedicadas al trabajo productivo. Un efecto positivo de estos programas se presenta cuando el hogar tiene un acceso restringido al crédito, está desempleado y por tanto no pone a trabajar todos sus recursos. En este caso la transferencia puede tener efectos similares a un crédito.2 Sin embargo, también existe la posibilidad de que entre sus resultados se encuentre precisamente uno que deseaba reducir; la concentración del ingreso. Estos resultados pueden ser generados precisamente por su diseño institucional. Entre 1994 y 1998 PROCAMPO gastó 33,070 millones de pesos, que de acuerdo con información oficial se asignaron en beneficio del 90% de la superficie sembrada con los mencionados cultivos.3 1

Claridades agropecuarias, diciembre 1998, p. 6 Sadoulet and de Janvry 3 Claridades, op. cit. 2

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El Programa de Apoyos Directos al Campo, PROCAMPO, que tendrá una duración de 15 años, se crea en 1994 con el objetivo de apoyar a los productores agrícolas cuyos productos integraban el sistema de precios de garantía (maíz, fríjol, arroz, trigo, sorgo, cebada, soya, algodón y cártamo)4 Entre 1994 y 1998 PROCAMPO gastó 33,070 millones de pesos, que de acuerdo con información oficial se asignaron en beneficio del 90% de la superficie sembrada de los mencionados cultivos.5 Como un antecedente necesario para entender los resultados del PROCAMPO es conveniente presentar de una forma muy general la composición de esta institución. Para ello seguiremos la descripción de una institución como un equilibrio de un juego que hace Aoki.6 El PROCAMPO se crea con una meta social específica aunque dicho mecanismo, descrito en el decreto que le da origen no garantizaba su cumplimiento. Por esta razón se diseñan mecanismos para vigilar su cumplimiento. El juego original -descrito en el decreto de creación - presenta las acciones posibles que cada jugador puede elegir, así como los posibles resultados que consisten en recibir o no los beneficios del programa. Para obtener estos resultados debe cumplir con una serie de restricciones materializadas en los requisitos del programa. La pregunta interesante en este caso, de acuerdo con Aoki, es si existe la posibilidad de diseñar una institución que permita ejecutar el programa y cumplir el objetivo social de manera los jugadores tengan incentivos compatibles considerando un ambiente particular.7 Para que el juego tenga alguna garantía de que se va a cumplir se debe crear un mecanismo de “contralores” que tienen un conjunto de acciones a su disposición que le permitan influir en el resultado, es decir, modificarlo. Para que los “contralores” vigilen el cumplimiento del objetivo social necesitan incentivos. Los mecanismos adicionales requieren recursos que al pertenecer al programa pueden comprometer los resultados finales.8 En el caso de PROCAMPO se distinguen claramente el “conjunto de elección” consistente en la definición de las acciones que pueden elegir los productores: solicitar el beneficio, regularizar la propiedad de su unidad de producción, etc. También se distinguen las acciones posibles de los jugadores representantes del gobierno. La función de resultados está integrada por el monto monetario que se le asigna a cada jugador. Puesto que el mecanismo no es autocumplible en el decreto se crea una instancia contralora. Las instancias que participan por parte del gobierno son la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (para la asignación de presupuesto), y la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos –como cabeza de sector- sus Delegaciones Estatales, los Distritos de Desarrollo Rural, Los Centros de Apoyo al Desarrollo Rural, y Apoyos, y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (ASERCA). Los beneficiarios son productores que hayan sido inscritos en el Directorio de Productores y Superficies, dueños o usufructuarios legales que cultiven productos elegibles. Pueden ser personas físicas o empresas, asociaciones en participación, y otro tipo de asociaciones dedicadas a la explotación directa de la tierra. El artículo noveno del Decreto crea la instancia de contraloría social donde los Comités Directivos de los Distritos de Desarrollo Rural promoverá la creación de Subcomités de Control y Vigilancia. Este Subcomité está integrado por personal de la Secretaría cabeza de sector, y representantes de los productores. Su función es opinar sobre la procedencia de las solicitudes de apoyo y tiene capacidad para decidir sobre las solicitudes que no deben de 4

Claridades Agropecuarias, diciembre 1998, p. 6 Claridades Agropecuarias, op. cit. 6 Aoki, op. cit. 7 Aoki, op. cit., pp. 13-16 8 Ibid 5

2

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recibir el beneficio.9A continuación se presentan algunos de los resultados más visibles de este juego. Son el producto de la interacción estratégica de los distintos agentes que lo integran, que integran a PROCAMPO como una institución. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de 1994 (ENIGH94) los hogares que recibieron el apoyo de PROCAMPO fueron 227,000. Sin embargo, casi 70% de esos hogares se encontraban en localidades urbanas: 42.52% en localidades metropolitanas, y 26.61% en localidades con 100,000 habitantes o más. Puesto que entre los requisitos necesarios para recibir este apoyo se requiere primero solicitar inscripción al padrón de beneficiarios, y segundo manifestar la superficie elegible aquella que está sembrada con los productos que tienen derecho al apoyo – podemos suponer que en esta primera fase los beneficiarios eran los productores en mejores condiciones económicas. Por esta razón las transferencias representaban casi 7% del ingreso total trimestral de los hogares beneficiados por PROCAMPO. Los patrones de gasto también son muy divergentes a los que podríamos esperar de los productores agrícolas. Los hogares beneficiados que vivían en zonas metropolitanas gastaron más en transporte que en alimentos (34.00% y 20.31% respectivamente), y poco más del 16% lo asignaron a educación y esparcimiento. Los hogares localizados en ciudades con 100,000 o más habitantes asignaron 23.75% de su gasto a educación y esparcimiento, 20.01% a alimentos, y 16.08% a transporte y comunicaciones. Los hogares beneficiados por PROCAMPO localizados en las zonas metropolitanas tenían una alta concentración del ingreso. Casi 90% del ingreso de esos hogares se concentró en los deciles 9 y 10. En el caso de los hogares localizados en las ciudades con 100,000 o más habitantes el decil 10 concentraba 58.71% del ingreso. La información captada por la ENIGH de1996 muestra que hubo un cambio en la asignación de los beneficios de PROCAMPO. En primer lugar se observa una reducción de 20.23% en el ingreso total de los hogares beneficiados, no obstante que el número de hogares que recibieron el apoyo se cuadruplicó. Este hecho puede ser el resultado de varios efectos entre los que destacan la reducción general del ingreso en 1995, así como un proceso de “refocalización” del programa. En segundo lugar encontramos que cerca de 95% de los hogares beneficiados se encontraban en localidades con menos de 14,999 habitantes, cerca de 84% estaban ubicados en localidades rurales. Las transferencias adquieren una mayor importancia en el ingreso de dichos hogares. Los ubicados en localidades entre 2,500 y 14,999 habitantes tenían en las transferencias cerca de 26% de su ingreso, mientras que para los ubicados en localidades rurales casi 28% de sus ingresos provino de las transferencias. Sus patrones de gasto también se modifican. Los hogares beneficiarios de PROCAMPO asignan 43.12% de su gasto a alimentos, y 10.60% a transportes y comunicaciones. Sin embargo y a pesar de las modificaciones para la asignación de sus beneficios, la distribución del ingreso entre los hogares beneficiados estaba muy concentrada. Entre los hogares ubicados en localidades con 2,500 a 14,999 habitantes los deciles 9 y 10 concentraban poco más de 75% del ingreso. En las localidades con menos de 2,500 habitantes -los hogares más beneficiados por PROCAMPO en 1996– los hogares en los deciles 8, 9 y 10 concentraban casi 61% del ingreso. La ENIGH de 1998 muestra que prácticamente la totalidad de los subsidios de PROCAMPO los recibieron hogares ubicados en localidades con 14,999 habitantes o menos. También muestra una reducción de 34.22% en los hogares que recibieron dicho subsidio respecto a 1996. 9

Claridades Agropecuarias op cit,, p. 31, y Diario Oficial (07-25-94) 3

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En dos años el subsidio de PROCAMPO aumentó su importancia como fuente de ingreso de los hogares beneficiados pues en este año representó 33.43% de su ingreso trimestral real. Debido a que en 1994 se benefició principalmente a los hogares urbanos, y en 1996 los beneficios de PROCAMPO se concentraron en los hogares rurales, los datos obtenidos por las respectivas ENIGH no permitían hacer comparación alguna. Entre 1996 y 1998 los hogares beneficiados, como ya se mencionó fueron aquellos ubicados en localidades con menos de 14,999 habitantes, en especial los que se ubicaban en localidades rurales. En este sentido una de las primeras observaciones que se pueden destacar es que la reducción en el ingreso es muy similar a la disminución en los hogares beneficiados, es decir 30.51%. El ingreso proveniente por negocios propios también se mantiene en una proporción similar a la de 1996 (34.21%). Sin embargo, la disminución en los ingresos por remuneraciones representa el 47.40% del monto real obtenido en 1996. Los ingresos por transferencias se redujeron únicamente 13.31%. Si el ingreso disminuyó en una tercera parte - en forma proporcional a la reducción en el porcentaje de los hogares que reciben el subsidio de PROCAMPO – el gasto disminuyó cerca de 28%. Los rubros de gasto que se redujeron en una proporción mayor al gasto total fueron educación y esparcimiento (42.00%), cuidados de la salud (38.30%), vestido (38.21%), cuidados de la casa (33.21%) y vivienda (30.84%). El tipo de gasto con una reducción menor a la que sufrió el gasto total fue transporte y comunicaciones (16.68%). Ahora bien, si consideramos la participación de dichos rubros en gasto total de los hogares en 1998, encontramos que alimentos, así como transportes y comunicaciones presentaron un leve incremento. Al parecer pues los hogares beneficiados por PROCAMPO, ante una reducción en su ingreso, tienden a disminuir en mayor proporción su gasto en educación, salud y vivienda. Los patrones de concentración de los beneficios de PROCAMPO se mantuvieron en 1998. En las localidades rurales, los hogares ubicados en los deciles 8 a 10 concentraban 57.37% de los ingresos. Si consideramos a los hogares localizados en localidades entre 2,500 y 14,999 habitantes, los ubicados en esos deciles de ingreso concentraban 83% de los ingresos. Considerando que PROCAMPO distingue únicamente cultivos, y que por tanto es posible que haya productores (y hogares) beneficiados que tengan 10 o menos hectáreas, o más de 200, entonces podemos decir que tiende a favorecer a los hogares con más altos ingresos relativos. Si consideramos que de acuerdo nos la ENIGH96 y la ENIGH98 la mayor parte de los hogares beneficiados por PROCAMPO se ubicaban en localidades con menos de 2,500 habitantes, es posible plantear la siguiente pregunta ¿qué sucede con los hogares beneficiados con el subsidio de PROCAMPO pero que tenían características similares a quienes lo recibieron? Antes de intentar una respuesta a esta pregunta conviene aclarar dos importantes supuestos. La información de la ENIGH tiene como unidad de observación a los hogares, en tanto que PROCAMPO es un beneficio que se asigna a productores agrícolas. Supondremos entonces que en el ingreso de un hogar beneficiado existe alguna aportación proveniente de la producción agrícola de al menos un producto elegible. En este sentido cabe destacar que PROCAMPO beneficia a cerca de 3 millones de productores al año, y la ENIGH captó a 936,417 hogares beneficiados en 1996, y 614,906 en 1998. Aunque por las fechas de levantamiento de las encuestas es probable que se incluyan solamente a los productores del ciclo primavera-verano. Por otra parte la ENIGH no proporciona información sobre el tipo de producto agrícola de cuya producción proviene el ingreso del hogar. Sin embargo sabemos que 4

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independientemente de la extensión de la unidad agrícola, el cultivo más frecuente entre los productores beneficiados por PROCAMPO es el maíz.10 En este caso asumimos que prácticamente todos los hogares ubicados en localidades rurales tienen una extensión dedicada a la producción de maíz. Con estos dos supuestos podemos identificar hogares que no son beneficiarios de PROCAMPO pero que tienen características similares a los que sí lo recibieron. La comparación se efectuará tomando en cuenta tres variables: las fuentes de ingreso, patrones de gasto y distribución del ingreso. Respecto a las fuentes de ingreso los beneficiarios de PROCAMPO obtienen poco más de 45% de su ingreso por negocios propios, proporción que se mantuvo en 1998. Por su parte los hogares no beneficiados en 1996 obtuvieron 52.35% de su ingreso por remuneraciones al trabajo. En 1998 esta proporción se redujo a 50.00%. En relación con el gasto, los hogares que no reciben el beneficio de PROCAMPO asignaron, en ambos años, 45.00% de su gasto a alimentos; a transporte y comunicaciones en 1996 asignaron 13.39%, y 12.62% en 1998. El único renglón de gasto que muestra una disminución (de 5.05% en 1996 a 4.38% en 1998) es el de cuidados de la salud. El resto aumenta o se mantiene constante. Los hogares que recibieron PROCAMPO aumentaron su asignación de gasto en alimentos. En 1996 43.12% de su gasto se asignó a alimentos, y en 1998 dichos hogares asignaron cerca de 49% de su gasto a ese rubro. Los hogares beneficiados por el PROCAMPO redujeron su gasto en educación y esparcimiento. En 1996 destinaron 7.36% de su gasto a este rubro, pero en 1998 solamente asignaron 4.62%. Este es el único tipo de gasto que muestra una reducción. La distribución del ingreso también muestra diferencias importantes. Los hogares que no recibieron PROCAMPO tienen una distribución del ingreso menos concentrada (y con menor sesgo hacia los deciles de altos ingresos) que los hogares beneficiados. En 1996 los hogares no beneficiados concentraron en los tres primeros deciles el 27.76% del ingreso, y 35.19% en los tres últimos. En 1998 esa distribución se había modificado ligeramente: los tres primeros deciles concentraban 29.81% del ingreso en tanto que los tres últimos concentraron 31.65%. Los hogares que reciben PROCAMPO tienen una distribución del ingreso que se concentra en los deciles de más altos ingresos. En 1996 los tres primeros deciles concentraron casi 10% del ingreso, mientras que los tres últimos concentraron poco más de 60%. En 1998 los tres primeros deciles concentraron 10.70% del ingreso y los tres últimos el 57.37%. En el Considerando del Decreto que regula el PROCAMPO se mencionan ocho razones que justifican su creación, y que podemos catalogar como los objetivos del mismo. Para los fines de este trabajo es importante destacar dos. El primero se refiere a que el PROCAMPO apoyaría a los productores que producen para el autoconsumo. El PROCAMPO también tiene como objetivo mejorar el nivel de ingreso de los productores beneficiados en particular los 2.2 millones de productores de autoconsumo y que carecen de cualquier tipo de apoyo financiero y de comercialización.11 Si uno de los efectos perceptibles del programa es la concentración del ingreso, es posible pensar que ninguno de los dos objetivos se ha cumplido. En los cuadros 7-9 se muestra que efectivamente se ha reducido la pobreza entre los hogares beneficiados, pero se ha incrementado la concentración del ingreso. El índice FGT muestra la reducción en la pobreza mientras que el de Gini muestra la concentración. El PROCAMPO genera una 10 11

Claridades Agropecuarias, op. cit., p. 9 Diario Oficial, op. cit., pp. 11-12. 5

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concentración del ingreso mayor en casi 6 puntos respecto a la que existiría si se eliminara y la diferencia en la distribución es representativa. Cuadro 7 Medidas de pobreza para los hogares que reciben ayuda de PROCAMPO si se les quitara esa ayuda, de acuerdo con la línea de pobreza general, 1994-2000 (Base 2000) Línea de pobreza general trimestral por hogar (pesos):

9.895,56

Estadísticas y medidas de pobreza 1_/ Año 1994 Hogares que reciben ayuda de PROCAMPO: Ingreso promedio estimado en cada año: Índice de Gini: Proporción de población por debajo de la línea de pobreza extrema: Índice de Brecha de pobreza: Índice de Foster - Greer - Thorbecke:

1996

1998

2000

227.001 30.214,70 54,85

939.419 5.680,43 52,85

614.906 5.399,73 54,13

601.252 5.649,37 51,31

29,73 15,29 10,34

88,22 55,77 40,77

89,24 58,24 43,27

86,72 54,68 40,10

Elasticidades con respecto a la media del ingreso: Año 1994 Proporción de población por debajo de la línea de pobreza extrema: Índice de Brecha de pobreza: Índice de Foster – Greer - Thorbecke:

1996

-0,91 -0,94 -0,96

-0,26 -0,58 -0,74

1998 -0,23 -0,53 -0,69

2000 -0,29 -0,59 -0,73

Elasticidades con respecto al índice de Gini: 1994 Proporción de población por debajo de la línea de pobreza extrema: Índice de Brecha de pobreza: Índice de Foster - Greer - Thorbecke:

Año 1996

1,86 4,99 8,07

1_/ Calculadas con el ingreso trimestral real Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, ENIGH 1994, 1996, 1998 y 2000

6

-0,11 0,33 0,84

1998 -0,10 0,30 0,78

2000 -0,12 0,32 0,83

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Cuadro 8 Medidas de pobreza para los hogares que no reciben ayuda de PROCAMPO pero tienen características semejantes a los que sí reciben, de acuerdo con la línea de pobreza general, 19942000 (Base 2000) Línea de pobreza general trimestral por hogar (pesos):

9.895,56

Estadísticas y medidas de pobreza 1_/ 1994 15.172.327 19.735,95 47,69

Hogares que no reciben ayuda de PROCAMPO: Ingreso promedio estimado en cada año: Índice de Gini: Proporción de población por debajo de la línea de pobreza extrema: Índice de Brecha de pobreza: Índice de Foster – Greer – Thorbecke:

Año 1996 1998 15.916.860 16.952.658 13.624,08 13.889,63 44,26 41,87

37,35 15,16 8,04

50,89 21,78 12,07

46,34 20,12 11,54

2000 21.346.147 15.530,72 45,29 44,46 19,79 11,54

Elasticidades con respecto a la media del ingreso: Año 1994 Proporción de población por debajo de la línea de pobreza extrema: Índice de Brecha de pobreza: Índice de Foster – Greer - Thorbecke

1996

-1,11 -1,46 -1,77

1998

-0,98 -1,34 -1,61

-1,05 -1,30 -1.49

2000 -1,00 -1,25 -1,43

Elasticidades con respecto al índice de Gini: Año 1994 Proporción de población por debajo de la línea de pobreza extrema: Índice de Brecha de pobreza: Índice de Foster - Greer - Thorbecke:

1996 1,10 3,45 5,75

0,37 1,88 3,36

1998 0,42 1,93 3,41

2000 0,57 2,28 3,95

1_/ Calculadas con el ingreso trimestral real Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, ENIGH 1994, 1996, 1998 y 2000

Cuadro 9 Índices de Gini y estadísticas de prueba para saber si la distribución del ingreso es la misma entre los que reciben ayuda de Procampo si se les quitara y los que no la reciben pero tienen características semejantes a los que sí, 1994-2000 No reciben Procampo Prueba de la distribución del ingreso Año Si se les quitara la ayuda pero tienen de Procampo características semejantes Estadística t* Grados de Valor de libertad probabilidad 1994 1996 1998 2000

54,85 52,85 54,13 51,31

47,69 44,26 41,87 45,29

1,875 -14,098 -12,260 -11,541

* Se utilizó una prueba t para nuestras independientes Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, ENIGH 1994, 1996, 1998 y 2000

7

10.171 11.872 8.784 9.547

0,061 0,000 0,000 0,000

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Conclusiones Analizar los resultados “no deseados” de los programas sociales genera información importante para el diseño de los mismos, pero también para su evaluación. Quizá la conclusión más importante es que dado que la pobreza es un fenómeno multidimensional, concentrarse en el ingreso es insuficiente. En el caso de la tortilla por ejemplo podemos decir que los beneficiarios que tienen acceso a otros programas como el DIF o Leche asisten con mayor frecuencia a recoger su beneficio. Los beneficiarios desean conservar sus diferentes ayudas, el programa no debe estar aislado de otros y debe proporcionar otras oportunidades para salir de la pobreza. La transferencia en sí misma es insuficiente. En el caso del PROCAMPO la reducción en la concentración del ingreso se puede combatir modificando las reglas de operación, pero el efecto sería más fuerte si se coordina con otros programas como PROGRESA. Adicionalmente se tiene que considerar el problema a futuro relacionado con la importancia de ingreso por PROCAMPO en los ingresos de los hogares, y su desaparición en siete años. Si los beneficiarios, en especial los que tienen extensiones de tierra pequeñas, no fortalecieron su capacidad de ahorro, si no incrementaron sus activos y diversificaron sus fuentes de ingreso, la pobreza aumentará. BIBLIOGRAFÍA Bardhan, Pranab and Christopher Udry (1999) Development Microeconomics, Oxford, Oxford University Press. Cameron, Colin A. And Pravin Trivedi, (1998) Regression Analisys of Count Data, Cambridge, Cambridge University Press. Consejo Consultivo del Programa Nacional de Solidaridad (1994) El Programa Nacional de Solidaridad, México, Fondo de Cultura Económica. De Doner, Philippe and Jean Hindriks, (1998) “The Political Economy of Targeting” Public Choice, 95:177-200. Poder Ejecutivo Federal (1994), “Decreto que regula el Programa de Apoyos Directos al campo denominado PROCAMPO”, Diario Oficial de la Federación, 07-25-94. Fienberg, Stephen E. (1994), The Analysis of Cross-Classified Categorical Data, Cambridge Mas. MIT Press. Friedmann, Santiago, Nora Lustig, y Adriana Legovini, (1997) “México: Gasto Social y Subsidios Alimentarios Durante el Ajuste de los Años Ochenta” en Nora Lustig (comp.) El Desafío de la Austeridad. Pobreza y Desigualdad en la América Latina. México, Fondo de Cultura Económica: 365-404. Gelbach, J. B. And L.H. Pritchett, (1997) “Does More for The Poor Means Less for The Poor? The Political Economy of Tagging”, The World Bank, Research Working Paper 1523. Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) (1998) Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, México. INEGI (1999), Contar 2000, México. INEGI (2000) Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, México. Kanbur, Rabi and Lyn Squire, (2001) “The Evolution of Thinking About Poverty” en Gerald M. Meier and Joseph Stiglitz (eds.) Frontiers of Development Economics. The Future in Perspective, New York, Oxford University Press. Lanjouw, Peter and Martin Ravallion (1999) “Benefit Incidence, Public Spending Reforms, and The Timing of programe Capture”, The World Bank Economic Review, 13, 2: 25773. Lerner, Bertha (1996), América Latina: Los debates en Política social, desigualdad y 8

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