La participación femenina en puestos directivos claves en el desarrollo de la profesión contable en México

La participación femenina en puestos directivos claves en el desarrollo de la profesión contable en México Gracia Patricia Michel Vázquez Myriam Aria

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La participación femenina en puestos directivos claves en el desarrollo de la profesión contable en México

Gracia Patricia Michel Vázquez Myriam Arias Uribe

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Resumen El trabajo que se presenta son avances de un estudio enfocado a conocer la participación que ha tenido la mujer, en los últimos diez años, en puestos clave cuya influencia sea importante en el desarrollo de la profesión del Contador Público en México. Específicamente se analiza la participación en los Comités Ejecutivos Nacionales (CEN) del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), como institución representativa de la organización de la Contaduría Pública mexicana, que nos permita conocer el número de mujeres participantes comparando con la participación masculina y que este estudio nos permita saber la equidad en la participación de géneros en este órgano nacional. Los objetivos se encaminaron a determinar el dato preciso de la participación femenina en éste en los últimos diez años, las experiencias de las mujeres que han integrado los comités y cómo fue la relación entre géneros en dicho órgano. La metodología que se utilizó fue cuantitativa y nos permitió analizar con precisión la participación que ha venido teniendo la mujer en una Institución que tiene influyente en el futuro de la profesión Contable; las técnicas utilizadas fueron entrevistas estructuradas e investigación documental. En los resultados y conclusiones se muestra como ha sido la participación de la mujer en puestos directivos que son claves para el futuro de la profesión del Contador Público, una profesión donde la participación femenina siempre ha sido destacada durante el estudio de la misma, sin embargo ya en el ejercicio de la profesión los papeles se invierten y la presencia de ella es escasa, dado el rol que se le asigna a la mujer en México de ama de casa y responsable de la crianza de los hijos.

Palabras-clave: Género; Contaduría Pública; Puestos Directivos.

1 Maestra en Impuestos, Profesora adscrita al Depto. de Contaduría en el CUCSUR de la Universidad de Guadalajara. E-mail [email protected] 2 Maestra en Negocios y Estudios Económicos, Profesora adscrita al Depto.de Contaduría del CUCSUR Universidad de Guadalajara. E-mail [email protected]

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Introducción México es un país donde su gran superficie geográfica, con contrastes en climas, paisajes, culturas y desarrollo, nos muestra graves problemas de desarrollo económico, sobre todo en las pequeñas poblaciones del sur del país. Sin embargo, se cuenta con enormes riquezas naturales, con grandes avances en educación superior, vivienda urbana, empleo, aplicación de la tecnología, pero con grandes rezagos en educación básica. Las ciudades grandes en crecimiento constante, con economía muy dinámica, pero en contraste se encuentran en las mismas, áreas marginadas en pobreza extrema, pocas oportunidades y analfabetismo.

En este contexto, la Contaduría Pública ha encontrado un enorme campo de oportunidades de desarrollo, que se ha demostrado en los cambios en esta profesión en los últimos treinta años, ya que aprovechando las tecnologías de información y comunicación (TIC´s) como herramientas que simplifican enormemente el trabajo, ha sufrido cambios en métodos de trabajo y normas de actuación que le ha permitido destacarse como una profesión flexible, sumamente adaptable a distintas circunstancias, que se adelanta al futuro y lo prevé a tiempo.

Así mismo, en al ámbito del género, en México, como resultado de los convenios internacionales firmados, se han venido dando una serie de reformas legislativas en pro de la igualdad en todos los ámbitos que permitan el acceso a espacios que antes estaban restringidos sólo al género masculino. En este tenor, un campo que llama la atención y que precisamente constituye el objeto central de esta investigación, lo es la participación de las mujeres en actividades sociales, básicamente voluntarias y específicamente haciendo el papel de líder en su profesión, ya que basta revisar las estadísticas para percatarse de la poca presencia femenina en el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

El Instituto Mexicano de Contadores Público (IMCP) es un organismo que agrupa a más de 60 colegios regionales de profesionistas, congrega así a más de 20 mil Contadores Públicos asociados de todo el país. Fue creado en 1923 con el objetivo de atender a las necesidades profesionales y humanas de sus miembros, para así elevar la calidad y preservar los valores que han orientado la práctica de la carrera del Contador Público. En materia internacional, esta institución está afiliada a la Asociación Interamericana de Contabilidad y a la federación global International Federation of Accountants (IFAC) que afilia a los Contadores Públicos de todo el mundo. Ambos organismos llevan a cabo un evento bianual con el fin de evaluar, modificar o crear regulaciones para estos profesionales, con el objeto de preservar y fortalecer la calidad profesional. En materia de regulación de la profesión, el IMCP emitió su propio Código de Ética, las normas de Auditoria, los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados y desde hace 20 años

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estableció un programa de Educación Continua que sirvió de base para que, desde 1998, se realizara la Certificación Profesional, recibiendo en 2005 el Certificado de Idoneidad por la Secretaría de Educación Pública.

Por todos estos antecedentes, esta institución es representativa de la profesión contable en México y reúne los requisitos ideales para ser objeto de análisis en materia de género, por lo que estamos realizando un estudio enfocado a conocer la participación femenina, en los últimos diez años, en puestos directivos claves en este organismo, específicamente en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), como su órgano de gobierno, que nos permita conocer el número de mujeres participantes comparando con la participación masculina y que dicho estudio nos permita analizar el estado en que se encuentra actualmente la equidad en la participación de géneros en este órgano de tanta importancia.

A partir de que los estudios de género del siglo XX han aportado diferentes ideas y conceptos ideológicos y políticos, se ha venido observando conforme se realizaron investigaciones y se reflexionó sobre la importancia de identificar estructuras materiales y simbólicas del poder, edificar la historia cultural del género sobre diferencias y desigualdades. Los temas de estudio en política han abordado temáticas que van desde los movimientos gestados en México por alcanzar el Derecho al Voto de las mujeres, obtenido en 1953, hasta los procesos de inclusión en ámbitos académicos, profesionales, reservados durante años sólo al género masculino. De manera lenta se inicia la participación Política del Género Femenino en un primer momento en puestos de elección popular.

El enfoque de género ha permitido desarrollar conocimientos sobre las condiciones de desigualdad que viven muchas mujeres en el mundo; la educación, la división social del trabajo, la política, la falta de legislaciones que garanticen situaciones de igualdad, son algunas de las dimensiones que han justificado la intervención de organismos internacionales para buscar puntos de equilibrio entre los individuos de las naciones. En México a partir de la publicación de la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, el 2 de agosto de 2006, prácticamente todo el Estado se ve involucrado en tareas de fomento a la igualdad de género.

En México la tasa de participación económica de la mujer, entre 1998 y 2004, según publicación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre la Encuesta Nacional de Empleo, es baja, a lo cual explica: “Buena parte de esta baja participación se explica por el predominio que tienen aún los roles sexistas tradicionales en la división social del trabajo, a pesar del notable incremento de la escolaridad femenina que se ha más que quintuplicado en los últimos treinta años. Pero no puede descartarse en la explicación de tales datos, el papel de refuerzo estructural que reciben estas

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resistencias culturales por parte de las políticas de servicios sociales que provienen del Estado que responden a un modelo familista de bienestar. Este modelo hace recaer la mayor parte de la carga económica y de cuidados de los miembros dependientes del hogar en las familias, y dentro de ellas en las mujeres. Lo que afecta con mayor intensidad a las mujeres pobres que tienen mayores restricciones económicas y de tiempo, para sustituir su presencia en el hogar y acudir al mercado de trabajo.”

En el mismo estudio, en cuanto a la participación económica por nivel educativo y sexo, el INEGI explica que “la escolaridad es una de las variables con mayor incidencia en la participación laboral de las”, señalando además que a mayor escolaridad de la mujer es mayor la participación en la economía. Así, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Empleo de 2002, las mujeres tienden a incrementar su tasa de participación en la actividad económica a partir de que cuentan con la educación secundaria (37,4%) y alcanzan una tasa de 61,3% cuando tienen educación superior. En este último nivel educativo, las mujeres guardan la menor distancia con la tasa de participación masculina (81,5%). En cuanto a la participación femenina en la Contaduría Pública, en México, la primera referencia de una mujer que practica la contabilidad en México es el caso de Sor Juana Inés de la Cruz (1651 1695), que llevaba las cuentas del convento de San Jerónimo ante la Corte de la Nueva España. Documentalmente se tiene referencia desde 1908 en que María Guerrero obtuvo el primer título para una mujer como Contadora de Comercio, estando reconocida desde hacía un año esta carrera como una actividad profesional; posteriormente ella misma se unió al cuerpo académico de una de las escuelas más importantes en esta profesión: la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) ubicada en la ciudad de México, iniciando así un ciclo de participación femenina en esta profesión, ya sea de forma académica, laboral, independiente o, como es este caso, prestando sus servicios de manera voluntaria en organismos sociales. “Un icono es la Contadora Refugio Román, una de las primeras egresadas de la ESCA. Titulada como Contadora en Comercio, logró revalidar su Diploma como Contadora Pública. La maestra Refugio participó en la Sociedad de Alumnos de la ESCA, en la comisión femenil. Dedicó gran parte de su carrera a la enseñanza de la Contabilidad en las principales escuelas de México y, de manera estrecha, se desempeñó como crítica y analítica de la situación económica, con títulos como Práctica comercial mexicana. Además de desempeñarse en la 3 docencia y la investigación, fue fundadora del Colegio de Contadores Públicos de México.”

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HERNÁNDEZ BAUTISTA, Sandra. Incursión Femenina en la Historia de la Contabilidad [México]: Rev. Espacio Universitario, 2009. P. 44.

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En este contexto las preguntas que surgen con relación al tema planteado son: ¿Cuál es la experiencia de las mujeres que participan en el CEN del IMCP? De esta pregunta central se derivan las siguientes cuestiones consideradas como secundarias: ¿Cuáles son los perfiles de las mujeres que desempeñan puestos de en el CEN del IMCP? ¿Cuántas mujeres han participado en los últimos 10 años en este organismo? ¿Porqué han decidido participar?; de la misma manera, cuestionamientos dirigidos a sus compañeros ¿Porqué elegir mujeres para participar en este órgano directivo? ¿Cuáles han sido los criterios para seleccionar a los integrantes, hombres o mujeres, al CEN del IMCP? ¿Porqué no invitar a más mujeres a participar?

Objetivo Los objetivos de este estudio están enfocados principalmente a determinar el dato preciso de la participación femenina en éste en los últimos diez años, en el CEN del IMCP, como órgano representativo de la Contaduría Pública en México, incluso localizando esencialmente a aquellas mujeres que han participado en alguno de los puestos del CEN.

También se integrarán las experiencias de las mujeres que han integrado el CEN y cómo fue la relación entre géneros en dicho órgano. Serán objeto de este estudio, además, los motivos o criterios que sirvieron para elegir a los miembros del CEN, para conocer si el género influyó en la elección.

Por último, dar a conocer el resultado con el fin de, por un lado, motivar la participación femenina en el CEN, para que influyan en el futuro de la Contaduría Pública en México, y por otro, para fomentar la equidad de género en cualquier organismo de este tipo, que agrupe a profesionales.

Metodología

La metodología que se ha venido utilizando fue cuantitativa, analizando el CEN de los últimos diez años, de 2001 a 2010 y nos permitió analizar con precisión la participación que ha venido teniendo la mujer en una Institución que tiene influyente en el futuro de la profesión Contable.

Al mismo tiempo, se localizó a aquellas mujeres que han participado en puestos en el CEN, con el fin de llevar a cabo entrevistas estructuradas que nos permitan conocer qué factores influyeron en su participación en dicho órgano, cuál fue su papel durante el año de su participación y porqué no continuó participando en otros años.

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Investigación documental, en lo relativo a la recopilación de información de los datos estadísticos, investigaciones relativas al tema para la construcción del estado del conocimiento, la elaboración de conceptos y las referencias teóricas que fundamental el proyecto.

Avances A pesar de que en México los estudiantes de Licenciatura de género femenino representan el 71.1% y las egresadas llegan a ser el 71.5%, según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en la carrera de Contaduría Pública este dato es más equitativo, representando casi el 50% para cada uno de los géneros. En el documento “Las metas del milenio y la igualdad de género, el caso México”, realizado por 4

el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) , en su apartado II sobre la Equidad de Género en el Sistema de las Naciones Unidas y los objetivos y metas de desarrollo del Milenio, se señala que a lo largo de casi tres décadas de investigaciones emprendidas por diversos organismos internacionales, has visualizado que existe sobrerepresentación femenina al servicio de las personas marginadas y en extrema pobreza y también ponen en evidencia de que, “a pesar de años de esfuerzos organizados, las brechas entre mujeres y hombres en materia de derechos y desarrollo humano, continúan presentes...”. Las mujeres mexicanas, tradicionalmente asignadas como responsables de las labores domésticas, además laboran en actividades extradomésticas, por lo que cada día deben equilibrar el funcionamiento de estructuras separadas por racionalidades distintas como son las laborales y el servicio social, ya que mientras en el primero se reproduce el rol del hombre-proveedor, que al trabajar se ve liberado de las labores domésticas por lo que cuenta con tiempo libre, mientras que la mujer, ama de casa, responsable de la educación de los hijos y además, cuando se es trabajadora, también aporta económicamente al hogar, ve disminuido en forma considerable el tiempo para actividades personales, que le limita enormemente para desarrollar actividades de servicio social (INMUJERES, 2005). El estudio reciente, publicado en la revista Contaduría Pública, titulado “Productividad Femenina, enfrentemos la necesidad de un cambio de paradigma”, de Romo Ruiz (2009), que en sus conclusiones propone que se respete el lugar que la naturaleza le dio a la mujer en su papel reproductivo y, además, si la mujer asumió su rol de ama de casa, debe la sociedad apropiarlo y adecuar leyes laborales que permitan a la mujer trabajar turnos de sólo seis horas, por ejemplo, para que así ella pueda cumplir con sus obligaciones domésticas.

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CEPAL Naciones Unidas, Santiago de Chile 2005

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Eso justifica que se lleven a cabo estudios más intensos y profundos que indaguen sobre los procesos de cambio que se dan al interior de la familia y cómo son asumidos por la sociedad. Sobre este tema se encontró una investigación sobre “La participación en el trabajo familiar: Un reto educativo y social”, de Maganto (2003), publicado en la revista Relieve, donde se presentan las conclusiones de una investigación exploratoria descriptivo-comparativa, de corte cuantitativo, en la cual se infiere que las madres asumen habitualmente la mayoría de las tareas del hogar por lo que se afirma que soportan una sobrecarga de trabajo en relación a los otros miembros de la familia.

Todo este conjunto de desventajas en su posición en la sociedad, sólo por su calidad femenina, deben asumirse naturalmente, cargar con ello y armonizarlo aún con su vida profesional, donde seguramente existe la división sexual del trabajo, que caracteriza el sistema económico predominante.

En el servicio social, aún cumple el rol de mujer-adorno-complemento del esposo en sus actividades políticas, culturales o profesionales y le apoya, como trabajo de voluntariado, en roles relacionados con salud, educación, cuidado de enfermos, atención de personas de la tercera edad y personas con capacidades diferentes.

Observamos así que la desigualdad entre hombres y mujeres se aplica de manera simultánea de forma individual y colectiva y sigue generando brechas sociales al tratar a las mujeres como personas capaces de menos responsabilidades y originando roles que se reproducen históricamente.

Si ya está reconocido de que las posiciones entre mujeres y hombres frente a las oportunidades y capacidades son distintas y que los cambios en estas posiciones indican cambios de estatus y roles de hombre y mujer, ésto sirve como un indicador referencial que nos permite tener un punto de partida para evaluar la manera o el grado que se modifica, influido por un programa o política o no, mantiene o ignora la equidad de género o pudiera resultar al contrario, es decir, impulsa las diferencias de oportunidades.

Como avances de este proyecto, se ha analizado ya el 50% de la meta que es de diez años del CEN del IMCP, de manera cuantitativa, y hasta este punto hemos encontrado que la participación femenina es muy pobre (Gráfico 1), ya que en una única ocasión superó el 5%.

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Gráfico 1.- Comparación entre géneros en la participación en el CEN del IMCP, de 2005 a 2010. Fuente: Elaboración propia.

Del análisis del Gráfico 1 encontramos que es casi nula la participación femenina e incluso observamos que, en el presente período 2009 / 2010 ninguna mujer ha participado en puestos directivos de esta institución, por lo que ésto reviste gran importancia, ya que nos preguntamos ¿No le interesa a las mujeres participar en este órgano? ¿Cuáles son las razones de esta casi nula participación? ¿Qué impide a las mujeres participar en instituciones de este tipo? Reconociendo que nunca antes la mujer había tenido mejor preparación y ocupa más y mejores puestos en el trabajo, también se reconoce que no se ha logrado superar las “barreras invisibles” que le separan del hombre en cuanto a que éste obtiene los mejores trabajos y percibe mejores remuneraciones y todo lo anterior le separa de los puestos directivos y de gestión, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El término “barreras invisibles” se utiliza, desde que en el decenio de 1970 se empezó a usar en Estados Unidos, para designar los obstáculos artificiales e implícitos que, derivados de prejuicios psicológicos y organizativos, impiden que las mujeres ocupen puestos directivos. En un nuevo informe de la OIT se indica que, "El acceso de las mujeres a los puestos de dirección, trata de una definición adecuada para un problema actual”. A pesar de los últimos avances, estas barreras permanecen relativamente intactas. Según este informe, la mayoría de las mujeres que ocupan puestos directivos se les sigue negando el acceso a puestos superiores, ya sea de las empresas privadas, como del sector público o en instituciones como el IMCP. Igual señala que menos del 5% de los puestos de alta dirección de las

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grandes empresas del mundo es ocupado por mujeres e igual si forman parte de ese porcentaje, perciben menos remuneración que sus pares masculinos. Linda Wirth, especialista en asuntos laborales de la OIT y autora del informe, indica que "Las mujeres constituyen más del 40 por ciento de la población activa mundial. Sin embargo, sus cuotas de acceso a este tipo de puestos siguen siendo inaceptablemente reducidas y sólo una pequeña proporción lograr superar las barreras invisibles que las separan de los niveles superiores de dirección."

No existe fundamento para señalar que no existen suficientes mujeres preparadas para ocupar puestos directivos o de mayor responsabilidad, aunque si existen diferencias en cuanto a cuáles profesiones eligen más las mujeres, por ejemplo en las carreras de ingenierías su presencia sigue siendo escasa, más no nula. Aunque existan estas diferencias, las mujeres están demostrando su gran capacidad intelectual y cada vez más demuestran su presencia en ámbitos científicos y tecnológicos.

En la Gráfica 2 podemos comparar de manera muy sencilla la participación de la mujer con la del hombre, en los últimos cinco años (2005 – 2009), en promedio, en el CEN del IMCP.

Gráfica 2.- Promedio de participación por género, en los últimos cinco años, en el Comité

Ejecutivo

Nacional

(CEN)

del

Instituto

Mexicano

de

Contadores Públicos (IMCP). Fuente.- Elaboración propia.

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Consideraciones Finales Es interesante analizar que la mujer con responsabilidades familiares puede ver disminuido el espacio que le dedica a su carrera profesional, ya que necesita equilibrar el tiempo que dedica al hogar y a la profesión y si aunado a ésto se trata de una mujer que ocupa un cargo de alta dirección, cuya característica principal es que no tiene horario preciso, ya que lo que exige es responsabilidad o metas, a las que hay que dedicar gran número de horas si se pretende cumplir y además conseguir una recomendación para ascenso. Como consecuencia se plantea que la mujer no acepte ocupar puestos de alta dirección o, en caso extremo, renuncie al matrimonio y a la maternidad a cambio de su carrera profesional. Así hemos visto que los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones y empresas privadas se han comprometido más con la elaboración y establecimiento de políticas y programas de promoción de la equidad de género y sumamos a ésto que la mujer está cada vez mejor calificada, lo más lógico es que hubiera un aumento en los indicadores que demuestre una mayor participación femenina en este ámbito, sin embargo no ha sido así, ya que el cambio se ha venido dando de manera muy paulatina. La participación en los puestos de alta dirección, de toma de decisiones, sigue siendo un área en la que existe menos igualdad entre géneros. Para los organismos no gubernamentales (ONG), gobiernos y empresas, representa un gran reto establecer políticas y estructuras que consideren los conceptos de igualdad de género y lo lleven a la práctica. Este reto se vuelve particularmente importante ya que implica un cambio de roles, romper paradigmas y un cambio radical en la educación general; si no se hace a partir de su interior, las mujeres seguirán en el futuro enfrentándose a las “barreras invisibles” que les impiden el acceso a los puestos de alta dirección.

Bibliografía ÁLVAREZ-Gayou, J. Cómo hacer investigación cualitativa. México: Paidós. 2003. INEGI Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Hombre y Mujeres en México 2007. 11° edición. México. 2007. LEY GENERAL PARA LA IGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES. Consultado en el mes de noviembre de 2009. Disponible en página web www.diputados.org.mx. Bobbio, N.. El filósofo y la política. México: FCE. 1996. INMUJERES Instituto Nacional de las Mujeres. Las Metas del Milenio y la Igualdad de Género. CEPAL Naciones Unidas. Santiago de Chile. 2005.

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HERNÁNDEZ B. Sandra. La Incursión Femenina en la Historia de la Contabilidad. Disponible en http://www.ccpm.org.mx/consulta/veritas/2009enero/17espaciouniversitario_enero2009.pdf Consultado el 7 nov. 2009. ROMO R. María del Carmen. Productividad Femenina. Revista Contaduría Pública. México. Junio 2009. P. 51-52.

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