LA PRINCESA Y

EL CAMPESINO

LA PRINCESA Y EL CAMPESINO Había una vez una princesa increíblemente rica, bella, sabía y buena. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir su riqueza, hizo publicar que se casaría con el hombre que le llevará el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez.

El palacio comenzó a llenarse de pretendientes y de millones de regalos, la llevaban flores de diferentes formas, tamaños y colores e incluso algunos eran muy extraños pero no la llamaban la atención o no le gustaban, los panaderos del reino la agasajaban con los mejores pasteles y tartas,

todo

tipo

de

objetos

informáticos,

ordenadores,

consolas,

MP3,

MP5…, los mejores poetas la llevaban las mejores cartas y poemas de amor pero nada la gustaba, millones de regalos que desechaba sin más. Otros incluso le ofrecían su reino, muchos eran ancianos y muy feos, algunos se acercaban al reino y se bebían todo el vino y se marchaban.

La princesa pudo comprobar que venía gente de todos los lugares y de diferentes países, un Chino le trajo un anillo de diamantes, un francés diferentes fotografías de su país, un americano

le trajo mucho, mucho oro,

un japonés le llevo la corona de princesa más bonita del mundo, hasta un australiano le llevó una cazuela de perro, que la princesa se extraño para que quería eso y así sucesivamente pasaban y pasaban muchachos y caballeros de todo el mundo, pero a la princesa no conseguían que nadie llamara su atención.

Al poco tiempo apareció un muchacho alto de media estatura, con el pelo canoso, muy musculoso, ojos marrones y unos hermosos labios., era un policía, le dijo a la princesa que solo podía darla respeto, sinceridad, dulzura, pero no traía nada entre sus manos, así que tuvo que rechazarlo porque no cumplía con los requisitos llevarla un regalo.

Llegó a palacio un libro mágico de cocina, la princesa se extraño no sabía cómo podía ser mágico, el libro contenía miles y miles de recetas que con solo abrir la página del libro, la receta se hacía de forma instantánea, pero la princesa no lo necesitaba ya que tenía un montón de cocineros a su servicio y eso no la serviría de gran ayuda así que al final lo rechazo.

Vino un joven carpintero que le llevó una preciosa figura de madera era la propia figura de la princesa, a la princesa la encantó pero no sabía qué hacer con ella y dijo que se pensaría si seria ese el regalo definitivo, pero al final otro de tantos también lo rechazo. Uno de ellos llamó mucho la atención de la princesa, el que le ofreció un humilde sastre, era una extraña flauta, era de color rojo, rosa, azul, blanca, amarilla, violeta… el buen hombre la dijo, aquí tienes esta hermosa flauta, rodeada de flores y llena de colores para que represente el arco iris y se pueda reflejar toda tu belleza, la pico mucho la curiosidad pero al final también lo rechazó.

Pasaban los días y los días y la princesa no encontraba realmente su regalo y a la vez a su pretendiente. Al cabo de unos meses llegó un caballero de nombre Peter montado en su caballo blanco y negro con manchas marrones llamado Lilo dicho caballero tenía una gran hermosura que asombró a la princesa, pero no se dejo impresionar por su regalo era una caja llena de caramelos y de monedas de oro, plata y bronce, pero la princesa ya poseía muchas monedas.

La princesa le comento que si quería su amor tenía que superar diferentes pruebas, pero antes de todo tendría que buscar su muñeca era muy espacial se la había regalado su padre cuando era muy pequeña ya que no la encontraba por ningún sitio, tarea muy sencilla, ya que estaba en una torre del castillo, una vez que llevo a la muñeca a la princesa comenzarían las prueba.

La primera prueba era torear una vaquilla que superó con bastante solvencia.

La segunda luchar con su espada, prueba que también superó pero la princesa no quería casarse con él así que tenía que pensar en una prueba muy difícil que no pudiera superar, la última prueba seria vencer a sus animales pero estaban transformados en distintos tipos, un gran dinosaurio de palacio, que era su perrito que la hada madrina le había convirtió en el dinosaurio Guernillos, un tiranosaurio que era su lindo pajarito, Garritas. Pero al final los animales le vencieron y al final la princesa se salió con la suya y no se caso con ese hombre.

Un día se acercó a palacio un muchacho muy hermoso pero muy pobre, era un campesino de la zona que se llamaba Arturo, que todos los días trabajaba la tierra de palacio, pero la princesa nunca se había fijado en él, muy despacito y con un gran miedo en su corazón se acerco a la princesa y la dijo, te voy a entregar lo más profundo y más amado que tengo mi corazón y le ofreció una sucia y asquerosa piedra.

El muchacho se marcho y la princesa se quedo mirando la piedra y ella no entendía nada, así que paso y paso el tiempo hasta que la princesa intrigada mando volver llamar al muchacho Le envió una carta que se la ofreció a su pájaro mensajero, cuando el pájaro se la ofreció al muchacho este sorprendido la abrió y pudo ver que la princesa le invitaba a palacio para celebrar una fiesta, el príncipe ilusionado acudió a la fiesta, donde bailaron juntos toda la noche, la princesa le pregunto por la extraña piedra y el muchacho le contesto. Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro. El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.

Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa y esta decidió casarse con su amado y realizaron una gran boda en el palacio, que estaban rodeados por todos sus seres queridos y amigos, la fiesta duró hasta el amanecer. Al día siguiente se fueron de Luna de Miel a Benidorm al hotel “Massic Villa del Mar”, realizaban largos paseos por la playa, una noche muy especial estaban contemplando el anochecer en la playa, y la princesa descubrió que el sol que se introducía en las cristalinas aguas y reflejaba un enorme corazón, el mismo que se fundió con las brasas del fuego y su corazón estaría lleno de paz y tranquilidad.

Durante los meses siguientes a su boda, la princesa se propuso cambiar el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola presencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa del pueblo".