Renovación Carismática Católica en España Material de Formación

LA SAGRADA ESCRITURA (I) Objetivos  Ofrecer una mirada panorámica para obtener un mayor conocimiento de la Biblia  Motivar a la lectura y comprensión de la sagrada Escritura.

LA REVELACIÓN DIVINA La Biblia encierra toda la historia de la Revelación Divina, es decir, la manifestación que Dios hace de sí mismo y del misterio de su voluntad. Su plan de salvación es para todos los hombres. Esta revelación se da a conocer dentro de una historia, la Historia de Salvación del Pueblo de Dios.

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Protocanónicos: son aquellos de cuya inspiración nunca se ha dudado, ni por la religión judía, ni por la cristiana. Son 39 del A. T. Deuterocanónicos. Son aquellos de cuya inspiración se dudó algún tiempo. Pero después de minuciosos estudios, se recibieron también como inspirados. Son los restantes del A.T, y algunos textos de los Evangelios .

Este concepto de la inspiración divina nos lleva a hacer unas reflexiones importantes que hay que tener en cuenta a la hora de comprender el mensaje bíblico.

1. Géneros Literarios

La palabra Biblia se deriva de la expresión griega "biblos" y significa "libros". Proviene de una ciudad llamada Biblos, donde se fabricaba el papiro para hacer el papel de los libros. De ahí el diminutivo Biblion -librito, que se fijó en el plural, Biblia. En nuestra lengua quedó esta denominación plural, BIBLIA. El mismo nombre de Biblia nos dice que ella se constituye en el LIBRO por excelencia. Pero es un libro compuesto por muchos otros. Antiguamente se le llamaba la Escritura. Así se refiere Jesús a ella. Todos los libros de la Biblia fueron escritos bajo el influjo y asistencia del Espíritu Santo. Esto significa que la Biblia tiene como autor al mismo Dios: o "Toda escritura es divinamente inspirada" (2 Tim 3,16) o Por eso, cuando leemos la Biblia o la escuchamos proclamar, nos emocionamos, porque LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS… Es como una carta de amor, que el Señor nos escribe a cada uno de nosotros. o Podemos decir que la Biblia tiene dos autores: El autor principal es el Espíritu Santo, y los autores secundarios son los hombres de quienes Dios se sirvió para escribir cada uno de los 73 libros. o Al conjunto de libros inspirados por Dios se le llama “Canon”. Desde muy antiguo se consideran dos clases de libros canónicos:

Dios habla en la Biblia por medio de los hombres, con un lenguaje humano. Es decir, que el mensaje de Dios está escrito con la mentalidad y cultura de cada tiempo y de cada lugar. Y se escribió según los conocimientos de su tiempo, según sus capacidades y su manera de expresarse. Este lenguaje, de un país y de un tiempo tan antiguo, es lejano a nosotros y exige una preparación adecuada para su pleno entendimiento. Por eso, ante una frase bíblica, lo que nos interesa saber, no es tanto el modo o manera que se emplea, sino el mensaje que el Señor quiere comunicarnos. Existen varios Géneros literarios utilizados: histórico, didáctico, poético, profético, apocalíptico, epistolar. (Iremos brevemente explicando cada uno de ellos) 2. Para la composición de la Biblia se emplearon tres lenguas: o o

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Hebreo: Casi todo el A.T. Era la lengua propia del Pueblo de Israel. Arameo: Algunos capítulos de algunos libros del A. T. Esta lengua se introdujo en Israel a partir del siglo IV a. C. Llegó a suplantar a la lengua hebrea. Jesús mismo hablaba un dialecto arameo. Griego: Algunos libros del A. T. y todos los del N. T.

3. La Biblia ha tenido varias Versiones: o

Versión de los Setenta : Realizada por los 70 sabios de Israel, entre los siglos III y I antes de nuestra era, destinada a los judíos que

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Comenzó a escribirse probablemente hacia el año 1.200 antes de Cristo; 50 años antes del nacimiento del Mesías, ya estaba terminado el Antiguo Testamento.

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vivían en Grecia, Roma y Alejandría, durante la dispersión, con el fin de que pudieran propagarla a quienes hablaban el griego. Versión Vulgata: Traducida al latín por San Jerónimo, en el siglo IV, en Belén. El motivo fue que por ese tiempo se impuso la lengua latina en Occidente. De ésta se han sacado muchas versiones hasta la fecha. Es la versión oficial latina.

Ahora cada idioma y cada cultura tienen sus propias traducciones de la Biblia, sin alterar su contenido. De hecho, la Biblia es el libro del cual más versiones se han hecho en todo el mundo. La 1ª Biblia en letra impresa fue la del católico Juan de Gutemberg, inventor de la imprenta. Se editó el año 1450. La Conferencia Episcopal Española, ha publicado una última versión en castellano de la Biblia en el año 2010. 4. Organización de la Biblia o

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La Biblia es una colección o una biblioteca, que contiene, en su totalidad, 73 libros, de épocas y estilos diferentes. Es como una Biblioteca repartida en dos grandes estanterías. La Biblia se divide, pues, en dos grandes partes: Antiguo Testamento (AT) y Nuevo Testamento (NT), ambos relacionados entre sí, formando una unidad. El Antiguo y el Nuevo Testamento se complementan mutuamente; su interrelación es tan completa, que el primero explica el segundo y viceversa.

Corresponden a dos grandes etapas de la historia del Pueblo de Dios: la Primera Alianza y la Nueva Alianza, ésta última centrada en la persona de Jesús. El Antiguo testamento contiene 46 libros, en tanto que, el Nuevo testamento contiene 27 libros.

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Dos grandes religiones se rigen por las enseñanzas de la Biblia: La judía y la cristiana; ésta última está integrada por católicos, ortodoxos y protestantes de muchas denominaciones. Los judíos sólo aceptan el Antiguo Testamento (Los libros escritos en hebreo).

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Los cristianos, lamentablemente, estamos divididos en cuanto a la aceptación del número de libros: o Católicos y Ortodoxos: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento están formados por 73 libros; 46 del Antiguo y 27 del Nuevo Testamento.

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Protestantes: Sólo aceptan una lista de 66 libros: 39 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.

5. ¿Cómo y cuándo se escribió la Biblia? La Biblia probablemente se empezó a redactar en torno al año 1.200 a. de C., hacia el final de la vida de Moisés, terminándose de escribir el A. T. hacia el año 50 a.C. con el libro de la Sabiduría. (Hoy se piensa que no fue antes del año 800 a .C., pero es válido admitir que las tradiciones orales y alguno que otro fragmento de la Ley o Salmos circulaban desde la fecha arriba indicada.) El N.T. se comienza a escribir hacia el año 50 d.C. (Cartas de San Pablo) y se termina hacia el año 90100 d. C. (Apocalipsis y Cartas de San Juan). Así, toda la Biblia se tardó en escribir unos 1300 años.

LOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 1. Pentateuco Los primeros cinco libros del Antiguo testamento se llaman “Pentateuco”. Proviene de una palabra griega que significa “cinco libros” (Cinco partes del Rollo). A esos libros se les llama también en Hebreo: “LA TORAH (= ley), porque contiene la Ley de la Antigua Alianza. Los libros del Pentateuco son: o Génesis: Es el libro que habla sobre los orígenes del mundo, del hombre, del pecado, del Pueblo de Dios. o Éxodo (la salida): Narra la salida del pueblo hebreo de Egipto con Moisés al frente. o Levítico: Se llama así porque trata de las leyes del culto y las obligaciones de los sacerdotes y levitas. o Números: Así llamado porque comienza con el censo estadístico del Pueblo de Israel. Su tema es la travesía del desierto. o Deuteronomio (segunda ley): Es el libro que relata de nuevo la promulgación de la ley de la Alianza. Invita a la conversión y a la fidelidad. Enseña a vivir en la Tierra Prometida como “Pueblo de Dios”. 2. Libros Históricos: Abarcan los tiempos que transcurren entre la Conquista y la Monarquía: Son 16 libros que cuentan la historia del Pueblo de Israel y sus líderes. Tienen como tema principal las relaciones de Israel con Yahveh, su fidelidad o su infidelidad a la palabra de Dios, cuyos portavoces son los profetas: Josué, Jueces, Ruth, Samuel (1º Samuel, y 2º Samuel), los Reyes (1º de Reyes, 2º de Reyes,)

El AT comprende un segundo grupo de libros históricos que en gran parte reiteran y luego prosiguen la historia deuteronomista que abarca de Josué al fin de los Reyes. Se trata de los dos libros de las Crónicas, y además el libro de Esdras y de Nehemías. Los tres libros de Tobías, Judith y Esther poseen características especiales. Tienen en común un determinado género literario. Estas narraciones tratan con mucha libertad la historia y la geografía. Estas libertades sólo se explican suponiendo que los autores hayan querido escribir algo que no es una obra meramente histórica. Es probable que se basen en hechos reales, pero es imposible precisar de qué hechos se trata. Lo que importa, pues, es determinar la intención de cada libro y deducir de él la enseñanza que contiene. o El libro de Tobías es una historia de familia. o El libro de Judith es la narración de una victoria del pueblo elegido sobre sus enemigos, gracias a la intervención de una mujer. o El libro de Eshter, como el de Judith, refiere una liberación de la nación por medio de otra mujer Los dos libros de los Macabeos no formaban parte del canon de la Escritura de los Judíos, pero han sido reconocidos por la Iglesia cristiana como libros inspirados (libros deuterocanónicos). Se refieren a la historia de las luchas sostenidas contra los soberanos Seleúcidas para conseguir la libertad religiosa y política del pueblo judío. El título les viene del sobrenombre de Macabeo dado al héroe principal de ésta historia, y que también se aplicó a sus hermanos: Libro 1º de los Macabeos y 2º de los Macabeos.

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3. Libros poéticos y sapienciales: Son 7 libros: En ellos se expresan la sabiduría y sentimientos del Pueblo. Son: o El libro de Job: Es el personaje principal de este drama, un héroe de los viejos tiempos. Lucha desesperadamente para encontrar a Dios que se le oculta y a quien sigue creyendo bueno. La lección religiosa del libro: El hombre debe persistir en la fe tanto en tiempos de bonanza como en la adversidad. o Los Salmos: El Salterio (del griego Psalterion, propiamente nombre del instrumento de cuerda que acompañaba a los cantos, los salmos), es la recopilación de los 150 salmos, o cantos religiosos de Israel Estos eran proclamados por el personal del Templo: Los Cantores. El valor espiritual de los Salmos es muy importante: Fueron la oración del Antiguo Testamento, en la

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que el mismo Dios inspiró los sentimientos de sus hijos. Los recitaron: Jesús, José, la Virgen, los Apóstoles... La Iglesia Cristiana ha hecho de ellos, sin modificarlos, su oración oficial (junto con los Himnos del Nuevo Testamento). Desde el estudio de las formas literarias, se distinguen tres grandes géneros: Los himnos, las súplicas y las acciones de gracias: No siempre corresponde a un agrupamiento de los salmos que se pudieran hacer según sus temas o sus intenciones. Los himnos: El reconocimiento a la Historia actual de Dios. Todos comienzan con una exhortación a la alabanza divina. El cuerpo del himno detalla los motivos de esta Alabanza. La conclusión expresa una oración Las súplicas: O salmos de sufrimiento o lamentaciones en las necesidades. A diferencia de los himnos, las súplicas no cantan las glorias de Dios, sino que se dirigen a él. Generalmente comienzan con una invocación, a la que siguen una petición de ayuda, una oración o una expresión de confianza. Estas súplicas pueden ser colectivas o individuales Las Acciones de Gracias: El agradecimiento puede convertirse en lo esencial del poema en los salmos de acción de gracias, que no son muy numerosos. Tras evocar los males padecidos y la oración atendida, expresan su gratitud y animan a los fieles a alabar a Dios con ellos. La estructura literaria de los salmos de acción de gracias es parecida a los himnos. Proverbios: Es el libro que mejor pone de manifiesto la Sabiduría de Israel. La enseñanza de los Proverbios está sin duda superada por la de Cristo, pero algunas de sus máximas anuncian ya la moral del Evangelio. Se ha de recordar también que la auténtica religión se edifica sobre una verdadera base de honradez humana, y el uso frecuente que el NT hace de este libro, impone a los cristianos respeto al pensamiento de estos antiguos sabios de Israel. Eclesiastés (o Qohélet) o “El Predicador” El Eclesiastés se plantea cómo afrontar la vida, ya que nada en ella es seguro excepto la muerte. Tiene, pues, un tono marcadamente existencialista. Cantar de los Cantares: “Es el cantar por excelencia”, el poema más bello; entona, en una serie de poesías, el amor mutuo entre un Amado y una Amada, que se acercan, se pierden, se buscan y, al fin, se reencuentran. Al Amado se le llama “Rey”, a la Amada, se le da el nombre de “la Sulamita”, en el que se ha querido ver el nombre de Salomón o el de Sulamita, que aparece en la historia de David y de Salomón.

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Este libro, que no habla de Dios, y que usa un lenguaje de amor apasionado, ha resultado sorprendente para algunos.

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Independientemente de la atribución que se le hizo a Salomón, el gran sabio, como su autor, la interpretación literaria del Cantar de los Cantares legitima su clasificación entre los libros sapienciales. Como ellos, se preocupa de la condición humana y considera uno de sus aspectos vitales. Enseña a su manera la bondad y la dignidad del amor que acerca al hombre y a la mujer .Por lo demás es lícito, por encima del sentido literal, aplicar el Cantar de los Cantares a las relaciones de Cristo con su Iglesia,( lo cual, sin embargo, no hizo San Pablo), o a la unión de las almas con el Dios del Amor, y esto justifica el uso admirable que de él hicieron místicos como San Juan de la Cruz y Fray Luis de León. Sabiduría: Es el libro más reciente del Antiguo testamento. Fue escrito entre los años 50 y 30 a. C. por un judío de Alejandría. La obra está dirigida en primer lugar a la comunidad hebrea que vivía en esa ciudad, y que corría el riesgo de dejarse seducir por el paganismo. El autor se propone demostrar a sus compatriotas que no tienen nada que envidiar a los paganos y, por lo tanto, sería una insensatez despreciar bienes que la sabiduría divina les había dispensado tan generosamente. Al mismo tiempo, les recuerda el gran privilegio que tienen como Pueblo elegido por Dios para comunicar a los demás pueblos “la luz incorruptible de la Ley” (Sab.18,4) San Juan y san Pablo se inspiraron en él, sobre todo al hablar de Cristo como Palabra, Sabiduría, Imagen y Resplandor de Dios (Jn.1, 1; 1Cor 1.24, 30; Col 1.15; Heb 1.3; Jn 1.1). La Palabra de Dios enseña a vivir en Sabiduría. No se trata de adquirir conocimientos, sino de vivir sabiamente la vida, buscando todos los días y en toda circunstancia la Voluntad de Dios. Eclesiástico (o Sirácida): Es el más extenso de los libros sapienciales. Se le designa de dos maneras: 1. El nombre Eclesiástico significa “libro de la asamblea” en la Iglesia latina, por ser el libro que utilizaban para la instrucción del pueblo. 2. En cambio la mayoría de los manuscritos griegos, lo titula. “Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá”. En hebreo: Ben Sirá, y de allí deriva el nombre de Sirácida. Su autoría se atribuye a un Judío de Jerusalén, culto y de buena posición, que lo habría escrito hacia el año 180 a. C. La obra es una llamada de atención contra las influencias de la cultura griega, cuyas ideas podrían entrar en conflicto con la fe de Israel.

El Sirácida es el último testigo inspirado en la corriente sapiencial dentro de Palestina. El ideal de vida propuesto por él tiene las limitaciones propias de su época, pero encierra valores permanentes que fueron asumidos por el Nuevo testamento, especialmente en la Carta de Santiago. 4. Libros Proféticos: Son 18 libros. El Profeta es un mensajero y un intérprete de la Palabra divina. Fueron enviados para manifestar la voluntad de Dios y ser ellos mismos “señales”. No sólo sus palabras, sino también sus acciones, su vida, todo es profecía. Todo verdadero profeta tiene viva conciencia de no ser más que un instrumento en manos del Altísimo. Tiene la convicción de que ha recibido una palabra de Dios y que debe comunicarla. Está, pues, seguro de hablar en nombre del Señor. Estos libros recogen algunas alusiones a sus vidas, los discursos y las advertencias que estas personas hacían al pueblo y a sus gobernantes para que no se apartaran del camino que Dios había indicado a su pueblo. El profeta es un hombre de Dios que actúa como guardián de la Alianza que El Señor había hecho con su pueblo, denuncia las situaciones de injusticia e idolatría y anuncia la Salvación de Dios por medio de un Mesías libertador. Los Profetas Mayores: Así denominados por ser sus libros los más extensos: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías son conocidos como Profetas Menores, al ser sus libros más breves. El libro de las Lamentaciones y el de Baruc: Se encuadran difícilmente dentro de los libros proféticos: Son más bien obras que están vinculadas a un profeta como fue Jeremías... De hecho se suelen colocar a continuación de este Profeta Mayor. La tradición colocó las lamentaciones como obra escrita de Jeremías. Este libro no está escrito en prosa, sino en poesía. El libro de Baruc, fue una obra deuterocanónica; no ha sido aceptada por los judíos, entre otras cosas por contener bastantes textos en griego; según los indicios, Baruc fue secretario personal de Jeremías. Como vimos, Dios selló una Alianza con su Pueblo. Liberó a Israel de la esclavitud y lo llevó de regreso a la tierra de Canaán. El les había dado su Ley y esperaba de su Pueblo amor y fidelidad. Pero no siempre recibió esa respuesta: Los Israelitas se

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apartaron del Señor. Fue entonces cuando surgieron los Profetas enviados por Dios mismo para recordar al Pueblo su compromiso.

LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO Después de haber hablado por los profetas, Dios quiere hablar más abiertamente. Mejor: Dar culmen a su Revelación, no con palabras sino por medio de su Hijo Único, que es la Palabra. No con acciones salvíficas para sacar de un apuro, sino con la gran Acción salvífica de la Muerte y Resurrección de Jesucristo, que transforman al hombre completamente. (Heb 1,1-2)

relación estrechísima entre los escritos de que consta y la Alianza salvadora de Dios con su pueblo en Cristo. Esa relación se manifiesta de diversas formas en los distintos libros o grupos de libros, que no vieron la luz como resultado de un proyecto literario unitario, sino como respuesta a los problemas o nuevas cuestiones que se iban planteando en el seno de las diferentes comunidades cristianas. La primera respuesta se concretó en las cartas que escribieron, Pablo antes que nadie, y, siguiéndolo a él, otros personajes significativos del cristianismo naciente. El eje del N.T. es siempre la Persona de Jesús: Narrado, comprendido, celebrado y vivido en las comunidades creyentes.

Jesús muestra al Dios de la Alianza, un Dios-Amor que se dona hasta el final. La bondad de Jesús, su misericordia, su exigencia, su entrega hasta la muerte, son muestra evidente del amor de su Padre. Ministerio de Formación Los primeros seguidores de Jesús son judíos; Andrés y Felipe son nombres griegos. Como en el camino de Emaús, ellos comienzan a leer aquellos escritos con ojos nuevos. Todo se ilumina con una nueva luz, con un nuevo entendimiento. Ellos descubren que el Antiguo Testamento habla de Jesús veladamente, y lo anuncia como Aquel que va a completar la obra de Dios, como el Mesías esperado. Los apóstoles comenzaron a predicar. Transmitían oralmente lo que Jesús había hecho y enseñado. Así se formó una “Memoria de Jesús”, qué sirvió de base para los Evangelios, que fueron escritos más tarde, a partir del año 70, o poco antes.( Mt ,Mc ,Lc y Jn) En las comunidades cristianas también se reflexionaba sobre las enseñanzas de los Apóstoles y algunos de ellos, principalmente Pablo, pusieron por escrito sus orientaciones pastorales, a través de “Cartas” o “Epístolas “.

Además de los 46 libros del A.T., la Biblia cristiana contiene otros 27, algunos con un solo capítulo, y todos ellos escritos directamente en griego, la principal de las lenguas habladas en la parte Oriental del Imperio Romano durante los primeros años de expansión del cristianismo. Los escritos del N. T. son, en su conjunto, un testimonio de la Nueva Alianza, sellada en la Sangre de Cristo. Así pues, lo mismo que ocurría con el A. T., y precisamente por la unión que existe entre ambos Testamentos, también en el Nuevo se da una

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Así es cómo se van produciendo los libros del Nuevo Testamento.

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