En su conversaclOn con el cura, el canomgo de Toledo censura los libros de caballerias por su desproporción estmctural, pero reconoce al mismo tiempo que su monstmosa forma puede convertirse en «una tela de varios y hermosos lazos» si es tejida «con apacibilidad de estilo y con ingeniosa invención» (cap. 47). La tela como metáfora de la obra literaria nos recuerda a Ariosto, quien en su magistral Orlando furioso justifica como técnica imprescindible para el enriquecimiento de su obra la introducción de distintos hilos argumentales en la trama central: «ma perché varie file a varie tele / uopo mi son, che tutto ordire intendo, / lascio Rinaldo e l'gitata pma, / e torno a dir di Bradamante sua» (