2. Las actividades agrarias y la contaminación atmosférica. Las actividades agrarias presentan impactos relevantes en cuatro campos: -

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emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) acidificación y la “lluvia ácida”. emisión de contaminación que implementa el desarrollo de ozono troposférico. emisión de sustancias nocivas para la capa de ozono.

Al igual que en los casos de contaminación de las aguas, el uso excesivo de fertilizantes y, especialmente, de productos fitosanitarios ocasiona la emisión a la atmósfera de sustancias contaminantes. Además, el problema se acrecienta porque las emisiones que deben un porcentaje importante a la agricultura no están manifestando una tendencia a la baja. Como sucede con los fertilizantes, el desarrollo de una agricultura intensiva que busca aumentar su competitividad, potencia el uso masivo de productos fitosanitarios que, si

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bien han reducido las superficie cultivada sobre la que se aplican, bajo la presión de la PAC (promueve la extensificación y las buenas prácticas medioambientales) y de las medidas de protección medioambiental, han aumentado la intensidad y el volumen con el que son utilizados. De 1990 a 2005 se ha producido una reducción del 13 % en la superficie cultivada a la que se le han aplicado, pero la cantidad utilizada ha aumentado, desde 1995 a 2005, en más del 70%. Además, para ensombrecer aun más el panorama, en los últimos años se ha producido un aumento en su eficacia y especificidad, aumentando su toxicidad y su capacidad contaminadora.

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En cuanto a la intensidad del reparto de su uso por el territorio español, se constata que se relaciona, como el uso de fertilizantes, con el grado de intensificación que presentan sus sistemas de cultivo.

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2.a. GEI (Dióxido de Carbono, Metano, Óxidos de Nitrógeno, Hexafloruro de Azufre, Hidrofluorocarbonos, Perfluorocarbonos, etc.) Al Cambio Climático y, en particular, al “efecto invernadero” la agricultura española colabora emitiendo los siguientes gases: -

Metano (CH4): la agricultura aporta el 63 % del total emitido en España. De 1990 a 2004, han aumentado un 33 %. Óxido nitroso (NO): la agricultura aporta el 76 %. De 1990 a 2004, han crecido las emisiones un 14 %.

No obstante, hay que señalar que el peso de estos gases sobre el total de los GEI emitidos es pequeño: el metano supone el 8,6 % y el óxido nitroso: el 7,6 %

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2.b. Acidificación (Dióxido de Azufre, Óxidos de Nitrógeno y Amoniaco) La agricultura en España es la responsable del 87 % del amoniaco (NH3) que emite a la atmósfera España. El amoniaco, junto al dióxido de azufre (SO2) y a los óxidos de nitrógeno (NOx), es uno de los responsables de la acidificación que, entre sus muchas consecuencias negativas tiene la defoliación y pérdida de vitalidad de los bosques, la “lluvia ácida” y la acidificación y los procesos eutróficos que se producen en masas acuáticas. De 1990 a 2004, las emisiones de amoniaco de la agricultura han aumentado un 25%. La

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producción y diseminación de abonos animales son las principales causas de esta contaminación.

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2.c. Gases que contribuyen al desarrollo del ozono troposférico (Óxidos de Nitrógeno, Compuestos Volátiles distintos al Metano...) La disminución de la capa de ozono estratosférica (donde el ozono es beneficioso) no tiene nada que ver con la problemática del ozono troposférico o superficial (donde el ozono es un contaminante atmosférico que hay que evitar). El ozono no se emite directamente por ningún foco contaminante. El ozono es un contaminante secundario que se forma a partir de otros contaminantes atmosféricos primarios (óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos) en presencia de una elevada radiación solar. El ozono penetra por las vías respiratorias y debido a sus propiedades altamente oxidantes provoca la irritación de las mucosas y los tejidos pulmonares. Los principales efectos observados son: irritación de los ojos, tos, dolor de cabeza, dolores en el pecho, etc. Pudiendo llegar, cuando las concentraciones son muy elevadas, a provocar inflamaciones pulmonares afectando gravemente a la función respiratoria. La agricultura aporta el 57,4 % de las emisiones de CH4 que es uno de los causantes del aumento del ozono troposférico.

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2.d. Gases que destruyen la capa de ozono estratosférica (clorofluorocarbonatados). La agricultura usa como insecticida y plaguicida el bromuro de metilo o bromometano (CH3BR), que es una de los gases clorofluorocarbonatados que actúan negativamente en la capa de ozono. De acuerdo con el Protocolo de Montreal (1987), que adjudica cuotas y limita la producción y consumo de las sustancias que originan las emisiones de sustancias nocivas para la capa de ozono, no se permite su uso sin el consentimiento de la UE (adjudica cuotas

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por países), que sólo lo hace en circunstancias especiales en las que es necesario (para flores cortadas, pimientos, fresas…)

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