LAS ANTIGUAS VERSIONES DEL DILUVIO

LAS ANTIGUAS VERSIONES DEL DILUVIO JORGE DE LA PAZ* Publicamos cinco textos que relatan el mito de No´e. Ziusudra, Utnapishtim, Atrahasis y Xisuthros

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LAS ANTIGUAS VERSIONES DEL DILUVIO

JORGE DE LA PAZ* Publicamos cinco textos que relatan el mito de No´e. Ziusudra, Utnapishtim, Atrahasis y Xisuthros son los diferentes nombres del patriarca antediluviano en las versiones mesopot´amicas del mito. Los textos b´ıblicos se dan en la traducci´ on de F. Cantera y M. Iglesias con ligeras modificaciones. En el Antiguo Testamento el relato Yahvista y el relato Sacerdotal corren entretejidos por la mano tard´ıa de un escriba desconocido. Hemos entresacado los dos relatos y los presentamos por separado. De los dem´as textos ofrecemos una traducci´ on donde las constelaciones de los dioses antiguos y sus pugnas contrastan con la presencia oculta de Jahv´e. Estos textos se˜ nalan la evoluci´ on del mito desde sus or´ıgenes paganos hasta la inspiraci´on religiosa del pacto de No´e bajo el cielo del G´enesis. Versi´ on en lengua sumeria. El texto m´ as antiguo. Fragmento de una tablilla muy destruida que procede de Nippur. (ANET: J. B. Pritchard) . . . Entonces Nin [tu llor´ o] como. . . , la pura Inanna [compuso] una lamentaci´on para su gente, Enki tom´ o consejo de s´ı mismo, Anu, Enlil, Enki (Y) Ninhursag. . . , los dioses del cielo y de la tierra pronunciaronel nombre de Anu (y) Enlil. Entonces Ziusudra, el rey, el pashishu1** [de]. . . , construy´ o una gigantesca. . . ; obedeciendo con humildad y reverencia, [´el]. . . , asistiendo diariamente y con constancia, [´el]. . . , so˜ nando toda clase de sue˜ nos, [´el]. . . , pronunciando el nombre del cielo (y) de la tierra, [´el]. . . . . . los dioses un muro . . . , Ziusudra de pie, a su lado, escu[ch´ o]. “Ponte cerca del muro, a mi izquierda. . . , cerca del muro te dir´e una palabra, [toma mi palabra], prestao´ıdo a mis ´ ordenes. Por nuestro. . . un diluvio [arrasar´ a] los centros del culto, para destruir la simiente del g´enero humano. . . Es la decisi´ on la palabra de la asamblea [de los dioses]. Con la palabra y por orden de Anu (y) Enlil. . . , su realeza y su reino [ser´ an exterminados].” (Cuarenta l´ıneas aproximadamente est´an destruidas.)

* Colaborador ** Las

del Departamento Editorial de la ANUIES. notas se presentan al final del trabajo.

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Todas las tempestades con violencia excesiva atacaron como una sola; en un mismo instante, el diluvio cubri´o los centros del culto. Luego, durante siete d´ıas (y) siete noches el diluvio inund´ o toda la tierra, (y) la barca inmensa fue azotada por las tempestades sobre las grandes aguas; apareci´ o Utu, el que derrama la luz sobre el cielo y sobre la tierra. Ziusudra abri´ o una (de las) ventanas de la barca enorme. Utu, el h´eroe, arroj´ o sus rayos dentro de la barca gigantesca. Ziusudra, el rey, se prostern´ o ante Utu; el rey le inmola un buey, deg¨ uella a un carnero. (Treinta y nueve l´ıneas aproximadamente est´an destruidas.) ”T´ u proferir´ as ‘aliento celestial’, ‘aliento terrenal’ que en verdad se propagar´ a por vuestro. . . ” Anu (y) Enlil profirieron “aliento celestial”, “aliento terrenal” que por su. . . , se propag´ o. La vegetaci´ on surgi´ o del seno de la tierra. Ziusudra, el rey, se prostern´ o ante Anu y Enlil. Anu (y) Enlil halagaron a Ziusudra, vida como (la de) un dios le dieron, aliento eterno como (el de) un dios le concedieron de lo alto. Entonces Ziusudra, el rey, el que preserv´ o el nombre de la vegetaci´on (y) la simiente del g´enero humano, a la tierra de paso, al lugar del Dilmun,2 ah´ı donde el sol nace, fue a habitar. Tablilla XI de la epopeya de Gilgamesh. Versi´ on asiria en lengua acadia del segundo milenio a. de C. Procede de la biblioteca de Assurbanipal en N´ınive. (ANET: J. B. Pritchard.): Utnapishtim le dijo a Gilgamesh: ”Te revelar´e, Gilgamesh, una cosa oculta y un secreto de los dioses te dir´e Shurippak -ciudad que t´ u conoces (y) que est´ a situada en las orillas del Eufratesera una ciudad antigua como los dioses que en ella moraban, cuando el coraz´ on de los grandes dioses desencaden´o el diluvio. Estaban Anu, padre de los dioses; el valiente Enlil, su consejero; Ninurta, su heraldo (y) Ennuge, el inspector de canales. Tambi´en estaba Ninigiku-Ea con los dioses 2

(y) repite sus palabras a la choza de carrizo: ’ ¡Choza de carrizo, choza de carrizo!3 ¡Muro, muro! ¡Choza de carrizo, escucha! ¡Muro, atiende! Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, ¡derriba (esta) choza, construye una barca! ¡Abandona tus posesiones, sal en busca de la vida! ¡Desde˜ na los bienes (del mundo) y salva tu vida! Sube a la barca y ll´evate la simiente de todo lo que vive. La barca que has de construir ser´ a proporcionada en sus dimensiones. Igual ser´ a su ancho que su largo. Como el Apsu4 la techar´ as.’ Entend´ı y le dije a Ea, mi se˜ nor: ’[Mira], mi se˜ nor, lo que has ordenado ser´ a un honor hacerlo, pero ¿qu´e contestar´e a la ciudad, al pueblo y a los ancianos?’ Ea abri´ o la boca y habl´ o, dici´endome a m´ı, su siervo: “As´ı les hablar´ as: ’He aprendido que Enlil me es hostil y no puedo residir en vuestra ciudad ni poner mi p[ie] en el territorio de Enlil. Por lo tanto, descender´e a lo profundo para morar con mi se˜ nor Ea. Pero sobrevosotros, ´el har´ a llover abundancia, los p´ ajaros [m´ as escogidos], los m´ as raros peces. La tierra ser´ a colmadacon ricas cosechas. Aquel que ordenael salvado [en el ocaso] os enviar´ a una lluvia de trigo’.”5 Al rayar el alba la gente se reuni´ o. . . (Cuatro l´ıneas muy destruidas.) los peque˜ nos llevaban brea, mientras los mayores tra´ıan [todo lo dem´as] que se necesitaba. El quinto d´ıa puse el maderamen. un ‘iku’6 (entero) ten´ıa su superficie. La altura de cada pared era de diez docenas de codos7 (y) diez docenas de codos ten´ıa cada lado de la cuadrada cubierta.8 Arm´e los costados y los ensambl´e. La dot´e de seis cubiertas, dividi´endola (as´ı) en siete partes. El plano inferior lo divid´ı en nueve partes. Le clav´e taquetes contra las aguas. Me ocup´e de las p´ertigas e hice acopio de provisiones. Seis ‘sar’9 de brea ech´e en el horno, tres ‘sar’ de asfalto vert´ı en el interior. Tres ‘sar’ de aceite los porteadores trajeron, aparte del ‘sar’ que se gast´ o en calafatear 3

y de los dos ‘sar’ [que] el barquero estib´o. Mat´e bueyes para la [gente] y sacrifiqu´e corderos d´ıa a d´ıa. Mosto, vino rojo, aceite y vino blanco dia los trabajadores [a beber], como agua de r´ıo para que celebraran como en el d´ıa de a˜ no nuevo. Ab[ri. . . ] ung¨ uento y lo apliqu´e a mi mano. El s´eptimo [d´ıa] qued´ o terminada la barca. La botadurafue ardua, tuvieron que desplazar los tablajes por encima y por debajo hastaque dos tercios de [la estructura] entraron [al agua]. Lo que ten´ıalo cargu´e en ella: todo lo que ten´ıa de plata lo cargu´e en ella, todo lo que ten´ıa de oro lo cargu´e en ella, todo lo que ten´ıa lo cargu´e en ella, toda simiente de vida cargu´e, a toda mi familia y mi parentela sub´ı a bordo, a los animales de los campos, a las bestias salvajes del campo, a todos los artesanos hice subir. Shamash me hab´ıa fijado un plazo: ’Cuando el que ordena el desasosiego en la noche, desate una lluvia de tiz´ on, sube a la barca y clausura la entrada.’ El tiempo se˜ nalado se cumpli´ o: ’El que ordena el desasosiego de la noche, hizo caer una lluvia de tiz´ on.’ Observ´e el aspecto del tiempo. Tuve miedo al contemplarlo. Entr´e a la nave y clausur´e la entrada. Para clausurar la barca (toda), a Puzur-Amurri, al piloto de la nave, le confi´e la barca con todo lo que llevaba. Al rayar el alba, una nube negra se alz´ o en el horizonte. Adad tronaba dentro de ella, mientras que Shullat y Hanish iban al frente, apresur´ andose, como dos heraldos, sobre la colina y el valle. Erragal arranc´ o las estacas; Avanzaba Ninurta y hac´ıa que las aguas se precipitaran. Los anunnaki alzaron sus antorchas, abrasando la tierra con sus llamas. La turbaci´ on sembrada por Adad alcanz´o hasta los cielos, ya que todo lo que era luminoso lo convirti´o en negrura. ¡[La ancha] tierra se sacudi´ o como una marmita! Todo un d´ıa [sopl´ o] la tormenta del sur, aumentando su fuerza el viento, [hundiendo las monta˜ nas], arremetiendo contra [la gente] como en una batalla. Nadie pod´ıa ver a su pr´ ojimo. Desde los cielos no se reconoc´ıa ya a la gente. Los dioses se atemorizaron ante el diluvio y huyendo, ascendieron al cielo de Anu.

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Los dioses se agazaparon como perros y se echaron afuera de los muros. Como la mujer que va a dar a luz, Ishtar grit´o. La se˜ nora de los dioses, la de la voz dulce, gimi´o ’Los d´ıas del pasado se han convertido, ay, en cenizas porque convoque el mal en la asamblea de los dioses. ¡C´ omo pude proferir el mal en la asamblea de los dioses, ordenar el combate para destruir a mi pueblo cuando yo misma engendr´e a la gente! ¡C´ omo el desove de los peces llenan el mar!’ Los dioses anunnaki lloraban con ella, los dioses, ahora humildes, estaban sentados y lloraban. Sus labios apretaban [. . . ] uno y todos. Seis d´ıas y [seis] noches sopl´ o el viento del diluvio, mientras la tormenta del sur barr´ıa la tierra. Cuando lleg´ o el s´eptimo d´ıa, la tormenta del sur, el diluvio, renunci´o a la batalla que hab´ıa peleado como un ej´ercito. La mar se tranquiliz´ o, la tempestad se aquiet´o, el diluvio ces´ o. Observ´e el tiempo: se hab´ıa hecho la calma y la humanidad hab´ıa sido devuelta a la arcilla. El paisaje era plano como un techo. Abr´ı una ventana y la luz cay´ o sobre mi rostro. Inclin´ andome me sent´e y llor´e (y) las l´ agrimas corr´ıan por mis mejillas. Busqu´e las costas en la expansi´ on de la mar: en cada una de las catorce (regiones) emerg´ıa una isla. En el monte Nisir la barca encall´ o. El monte Nisir retuvo la barca, dej´ andola inm´ovil. Un d´ıa, un d´ıa segundo el monte Nisir retuvo la barca, dej´ andola inm´ ovil. Un tercer d´ıa, un cuarto d´ıa el monte Nisir retuvo la barca, dej´ andola inm´ ovil Un quinto y un sexto (d´ıa) el monte Nisir retuvo la barca, dej´ andola inm´ ovil. Cuando lleg´ o el s´eptimo d´ıa, solt´e y envi´e a una paloma. La paloma emprendi´ o el vuelo, pero volvi´o, ya que no hab´ıa donde posarse, regres´o. Entonces solt´e y envi´e a una golondrina. La golondrina emprendi´ o el vuelo, pero volvi´o, ya que no hab´ıa donde posarse, regres´o. Entonces solt´e y envi´e a un cuervo. El cuervo emprendi´ o el vuelo y como las aguas hab´ıan disminuido, comi´ o, abri´ o sus alas, grazn´ o y no regres´o. Entonces saqu´e todo a los cuatro vientos y ofrec´ı un sacrificio. Hice una libaci´ on en la cumbre de la monta˜ na. Instal´e siete y siete incensarios,

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apilando en su parte inferior ca˜ nas, cedro y mirto. Los dioses aspiraron el aroma, los dioses aspiraron el dulce aroma (y) como moscas los dioses se api˜ naron en torno del sacrificador. Cuando al fin lleg´ o la diosa suprema, alz´ o las grandes joyas que el dios Anu le hab´ıa hecho para agradar su deseo: ’ ¡Oh, dioses que est´ ais aqu´ı, como este lapisl´azuli que est´ a en mi cuello, que no olvidar´e; recordar´e estos d´ıas y nunca los olvidar´e. Que los dioses vengan a la ofrenda, pero que el dios Enlil no se presente porque ´el, sin raz´ on alguna, ha mandado el diluvio y entreg´ o a mi gente a la destrucci´ on.’ Cuando finalmente se present´ o Enlil y vio la barca, el dios se irrit´ o, se llen´ o de ira contra los dioses igigi: ’ ¿Ha escapado una sola alma viviente? ¡Nadie hab´ıa de sobrevivir a la destrucci´on!’ Ninurta abri´ o su boca y habl´ o, dici´endole al valiente Enlil: ’ ¿Qui´en m´ as que Ea puede hacer planes? S´ olo Ea, la que todo lo sabe.’ Ea abri´ o su boca para hablar y le dijo a Enlil, el valiente: ’T´ u, el m´ as sabio de los dioses. T´ u, el h´eroe, ¿c´ omo pudiste perder el juicio y mandar el diluvio? Al pecador imponle su pecado, al transgresor imponle su falta, (pero) ¡s´e ben´evolo y que no sea aniquilado, ten paciencia y que no sea desplazado! En lugar de precipitar el diluvio ¡que se hubiera alzado un le´ on para diezmar a la humanidad! En lugar de precipitar el diluvio ¡que se hubiera alzado un lobo para diezmar a la humanidad En lugar de precipitar el diluvio ¡que hubiera azotado el hambre para menguar a la humanidad! En lugar de precipitar el diluvio ¡que se hubiera alzado la peste para azo[tar] a la humanidad! No fui yo quien revel´ o el secreto de los grandes dioses. A Atraharsis un sue˜ no le mand´e y ´el conoci´ o el secreto de los dioses. ¡Ahora medita lo que har´ as con ´el!’ Enlil subi´ o entonces a la barca. Tom´ andome de la mano, me hizo subir. Hizo subir (tambi´en) a mi mujer y la hizo arrodillarse a mi lado. De pie, entre los dos, toc´ o nuestras frentes y nos bendijo: ’Antes Utnapishtim era s´ olo un ser humano. Desde ahora Utnapishtim y su mujer ser´ an semejantes a nosotros los dioses. ¡Utnapishtim habitar´ a lejos, en la desembocadura de los r´ıos!’ As´ı, de la mano me llevaron y me hicieron residir en la desembocadura de los r´ıos”.

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Versi´ on hebrea del Antiguo Testamento. Libro del G´ enesis. Texto Yahvista. Siglo VIII a. de C. (SAGRADA BIBLIA: Cantera e Iglesia): Viendo Yahv´e que era mucha la malicia del hombre en la tierra y que toda la traza de los pensamientos de su coraz´ on no era de continuo sino el mal, Yahv´e se arrepinti´o de haber hecho al hombre en la tierra, y se apen´ o cordialmente. Dijo, pues, Yahv´e “Borrar´e de sobre la haz del suelo al hombre que cre´e, desde los hombres a las bestias, los reptiles y las aves del cielo inclusive, pues estoy arrepentido de haberlos hecho.” Pero No´e hab´ıa hallado gracia a los ojos de Yahv´e. Entonces dijo Yahv´e a No´e: “Entra t´ u y tu familia en el arca, pues he observado que eres justo ante m´ı en esta generaci´ on. De todas las bestias puras te coger´as siete parejas, macho y su hembra; y de todas las bestias impuras, dos, macho y su hembra. Tambi´en de las aves del cielo siete parejas, macho y hembra, para que perviva la raza sobre la haz de toda la tierra. Pues dentro de siete d´ıas voy a hacer llover sobre la tierra durante cuarenta d´ıas y cuarenta noches, y aniquilar´e de la superficie del suelo a todos los seres que produje.” No´e hizo conforme a cuanto Yahv´e le hab´ıa ordenado. Ante las aguas diluviales entr´ o No´e en el arca, y con ´el sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos. De las bestias puras y de las bestias que no lo son, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre el suelo, vinieron a No´e al arca, de dos en dos, macho y hembra. A continuaci´on cerr´o tras ´el Yahv´e. A los siete d´ıas las aguas del diluvio irrumpieron sobre la tierra. Y dur´o el aguacero sobre la tierra cuarenta d´ıas y cuarenta noches. Todo lo que conten´ıa un aliento de esp´ıritu vital en sus narices, de cuanto exist´ıa en la tierra firme, muri´ o. As´ı fue exterminado cuanto ser exist´ıa en la superficie del suelo, desde el hombre hasta la bestia, el reptil y el ave de los cielos inclusive; quedaron exterminados de la tierra, restando tan s´olo No´e y lo que con ´el estaba en el arca. El aguacero del cielo se par´ o. Con esto las aguas fu´eronse retirando gradualmente de sobre la tierra. Al cabo de cuarenta d´ıas abri´ o No´e la ventana del arca que hab´ıa hecho y solt´o al cuervo, el cual estuvo saliendo y tornando hasta que se secaron las aguas de encima de la tierra. Luego esper´o No´e siete d´ıas y solt´o de junto a s´ı a la paloma para ver si hab´ıan menguado las aguas de sobre la haz del suelo. La paloma no hall´o donde posar la planta de su pie y se torn´ o al arca, porque las aguas cubr´ıan la superficie de toda la tierra. El extendi´ o su mano, la cogi´ o y meti´ ola consigo en el arca. Esper´o, pues, a´ un otros siete d´ıas y volvi´o a soltar del arca a la paloma. Al atardecer regres´ o la paloma a ´el, y he aqu´ı que tra´ıa en su pico una hoja verde de olivo; por donde comprendi´ o No´e que las aguas hab´ıan menguado sobre la tierra. Esper´o todav´ıa otros siete d´ıas y solt´ o a la paloma que no torn´ o m´ as a ´el. . . . y retir´ o No´e la cubierta del arca y, mirando, he aqu´ı que la superficie del suelo se hab´ıa enjugado. Entonces No´e construy´ o un altar a Yahv´e y, tomando de todas las bestias puras y de todas las aves puras, ofreci´ o holocaustos en el altar. Yahv´e percibi´o el grato olor, y dijo en su coraz´on: “No volver´e m´as a maldecir el suelo por causa del hombre, pues la inclinaci´on del coraz´on humano es mala desde su mocedad; no volver´e, por tanto, a herir a todos los vivientes, como he hecho”. En tanto se sucedan los d´ıas de la tierra: sementera y siega, fr´ıo y calor, verano e invierno, d´ıa y noche no cesar´ an. Versi´ on hebrea del Antiguo Testamento. Libro del G´enesis. Texto Sacerdotal. Siglo VI a. de C. (SAGRADA BIBLIA: Cantera e Iglesia): Esta es la historia de No´e: No´e fue var´ on justo, perfecto en su generaci´on. Caminaba No´e en compa˜ n´ıa de Dios. No´e engendr´ o tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Ahora bien, la tierra se corrompi´o ante Dios y se llen´ o el orbe de violencia. Observ´ o, pues, Dios la tierra, y he aqu´ı que se hallaba corrompida, porque toda criatura hab´ıa corrompido su camino sobre el orbe. Dijo, pues, Dios a No´e ”He decidido el fin de toda criatura, ya que por su causa la tierra est´ a llena de violencia, y he aqu´ı que voy a exterminarlos con la tierra. Hazte una arca de madera de cipr´es, haz en el arca diversas estancias y embr´eala por dentro y fuera con 7

brea. De esta suerte la has de hacer el largo del arca ser´a de trescientos codos, la anchura cincuenta codos y treinta codos su altura.10 Har´ as al arca una lucera y un codo m´as arriba dar´as remate a aqu´ella. Pondr´ as la puerta del arca a uno de sus costados; plantas bajas, segundas y terceras le har´as. He aqu´ı que yo voy a traer el diluvio de aguas sobre la tierra para destruir a todo ser corp´oreo en el que aliente un soplo de vida bajo los cielos. Todo lo que existe en la tierra expirar´a; pero establecer´e mi pacto contigo, y entrar´as en el arca t´ u, y tus hijos, y tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. Meter´as adem´as en el arca, de entre todo viviente, de todo ser corp´ oreo, dos de cada clase para conservarlos en vida contigo; ser´an macho y hembra; de las aves, las bestias y todos los reptiles de la tierra en sus respectivas especies, dos de cada clase vendr´ an a ti para conservarles la vida. Pero t´ u prov´eete de todo alimento comestible y lo almacenar´as contigo para que os sirva a ti y a ellos de sustento.” H´ızolo No´e; conforme a cuanto Dios le hab´ıa ordenado, tal hizo. Era No´e de seiscientos a˜ nos de edad cuando tuvo lugar el diluvio, las aguas sobre la tierra. En el a˜ no seiscientos de la vida de No´e, el segundo mes, el d´ıa diecisiete del mes, en ese d´ıa se hendieron todas las fuentes del gran abismo y las compuertas del cielo se abrieron. En aquel mismo d´ıa entr´o en el arca No´e, acompa˜ nado de Sem, Cam y Jafet, sus hijos, y con ellos la mujer de No´e y las tres nueras del mismo. Ellos y todas las bestias salvajes por sus especies, y todos los ganados por sus especies, y todos los reptiles que reptan sobre la tierra por sus especies, y todas las aves por sus especies, todo p´ajaro, todo alado. Se llegaron a No´e, al arca, parejas de toda criatura dotada de soplo de vida, y los que entraban, macho y hembra de toda criatura entraban, conforme Dios hab´ıale ordenado. Dur´ o el diluvio sobre la tierra cuarenta d´ıas, y las aguas se multiplicaron y alzaron el arca la cual se elev´ o por cima de la tierra. Las aguas fueron arreciando y se multiplicaron mucho sobre la tierra, mientras el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. Las aguas, pues, crecieron muy mucho por encima de la tierra, de suerte que quedaron cubiertas todas las m´ as altas monta˜ nas que bajo el cielo entero exist´ıan. Quince codos m´as arriba crecieron las aguas, tras haber quedado cubiertas las monta˜ nas. De esta suerte expir´o cuanta criatura bull´ıa sobre la tierra, en aves, ganados, fieras y en todo el pulular de seres que pululaban sobre la tierra, as´ı como toda la humanidad. Ciento cincuenta d´ıas prevalecieron las aguas por cima de la tierra . Entonces se acord´ o Dios de No´e y de todos los animales y todas las bestias que estaban con ´el en el arca, e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, tras lo cual las aguas se calmaron. Se cerraron, pues, los manantiales del abismo y las compuertas de los cielos, decreciendo las aguas al cabo de ciento cincuenta d´ıas. En el mes s´eptimo, el d´ıa diecisiete del mes, descans´o el arca sobre las monta˜ nas de Ararat. Las aguas fueron menguando paulatinamente hasta el mes d´ecimo. En el d´ecimo, a primero de mes, dej´aronse ver las cimas de las monta˜ nas. As´ı, pues, el a˜ no seiscientos uno, en el primero [de los meses], a uno del mes, hab´ıanse enjugado las aguas sobre la tierra. Y en el mes segundo, d´ıa veintisiete del mes, qued´o seca la tierra. Habl´ o entonces Dios a No´e, diciendo: “Sal del arca t´ u y tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo. Saca contigo todos los animales que te acompa˜ nan, de toda criatura, en aves, en bestias y en todos los reptiles que reptan sobre la tierra; y pululen por el orbe, procreen y se multipliquen sobre la tierra.” Sali´o, pues, No´e y sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos. Todos los cuadr´ upedos, reptiles y aves, todo cuanto se mueve sobre la tierra, por familias salieron del arca. Dios bendijo a No´e y a sus hijos, y dijo a ellos “Procread y multiplicaos y llenad la tierra.” Versi´ on de Beroso, sacerdote de Marduk, Siglo III a. de C. Texto babilonio conservado en lengua griega. (E. DHORME, Recueil Edouard Dhorme): Habiendo muerto Ardates, su hijo Xisuthros rein´o dieciocho ‘sar’. Bajo su reinado, tuvo lugar el gran cataclismo, cuya historia est´ a escrita as´ı: Chronos se le apareci´o en sue˜ nos y le dijo que los hombres ser´ıan destruidos por un cataclismo el d´ıa quince del mes de Daisios. El orden´o entonces que despu´es de reunir todos los escritos, los principios, los medios y los fines, los dejara en Sippar, la ciudad del sol; enseguida deb´ıa construir una barca y entrar en ella con los parientes y los amigos ´ıntimos, abastecerla de alimentos y bebidas, subir a los animales, a los p´ ajaros y a los cuadr´ upedos, y despu´es de haber cumplido con todo esto, navegar. Y si alguien le preguntaba hacia d´onde iba a navegar, decirle: Rumbo a los dioses para pedir

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que sucedan buenas cosas a los hombres. El no desobedeci´o y construy´o una barca, cuyo largo era de cinco estadios y la anchura de dos estadios. Luego hizo todos los arreglos convenidos y embarc´o a la mujer, a los hijos y a los amigos ´ıntimos. Despu´es de suceder el cataclismo, y habiendo cesado pronto, Xisuthros solt´o algunas aves. Pero ´estas, no habiendo encontrado alimento ni lugar donde posarse, volvieron a la barca. Despu´es de algunos d´ıas, Xisuthros solt´ o de nuevo a las aves y ´estas volvieron a la barca con las patas cubiertas de cieno. Soltadas una tercera vez, ya no regresaron a la barca; entonces comprendi´o Xisuthros que la tierra hab´ıa aparecido. Despu´es de separar unas tablas de la barca y habiendo visto que la barca hab´ıa encallado en una monta˜ na, desembarc´o con la mujer, la hija y el piloto; despu´es, habiendo besado la tierra, erigi´o un altar y habiendo sacrificado a los dioses, h´ızose invisible junto con los que hab´ıan desembarcado con ´el. Cuando los que se hab´ıan quedado en la barca vieron que no volv´ıan los que estaban con Xisuthros, desembarcaron y lo buscaron, llam´andolo por su nombre. Xisuthros ya no apareci´ o m´ as, pero una voz vino del aire, advirti´endoles que fueran piadosos, porque fue a causa de su piedad que Xisuthros hab´ıa partido a morar con los dioses, y que su mujer, su hija y el piloto hab´ıan participado del mismo honor. Les dijo tambi´en (la voz) que regresaran a Babilonia, y que as´ı como ´el lo hab´ıa dicho, se llevaran las escrituras de Sippar para darlas a conocer a los hombres, y que el lugar donde se encontraban era el pa´ıs de Armenia. Cuando oyeron tales cosas, sacrificaron a los dioses y se fueron a pie a Babilonia. De esta barca embarrancada en Armenia quedaba todav´ıa una parte en los montes Cordienos de Armenia. Hay quienes rascan el bet´ un de la barca para llev´ arselo y servirse de ´el para los preservadores (amuletos). Cuando ellos llegaron a Babilonia, desenterraron las escrituras y luego fundaron muchas ciudades, levantando templos y reconstruyendo Babilonia.

1 Designaci´ on

sacerdotal. para´ıso sumerio. 3 Subterfugio para evadir la responsabilidad de violar el secreto de los dioses. Se dirige a la choza y no directamente a Utnapishtim. 4 El abismo de las aguas. 5 Se trata de un juego de palabras. Kuk-ku significa “salvado” y “dolor”. Ki-ba-ti, “trigo” y “esperanza”. Ea le aconseja enga˜ nar al pueblo, decirle que “Llover´ a abundancia”, pero Utnapishtim entiende que se trata del diluvio inminente. 6 Unos 3,600 metros cuadrados. 7 60 metros. 8 Tambi´ en 60 metros. La barca ten´ıa la forma de un cubo. 9 Medida de dif´ ıcil determinaci´ on. 10 150 metros de largo. M´ as o menos las dimensiones de un trasatl´ antico moderno. 2 El

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