Las propuestas educativas de Domingo Faustino Sarmiento, influencias de la Ilustración y del Romanticismo

Monografía de promoción de Filosofía de la Historia, febrero de 2012. Las propuestas educativas de Domingo Faustino Sarmiento, influencias de la Ilus

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DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO Y E S T A D O S U N I D O S DE A M E R I C A Por E d m u n d o LOS Correas Domingo Faustino Sarmiento, el gran educador

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Monografía de promoción de Filosofía de la Historia, febrero de 2012.

Las propuestas educativas de Domingo Faustino Sarmiento, influencias de la Ilustración Romanticismo.

Profesor Titular: Dr. Ramón E. Ruiz Pesce Alumna: María Joaquina Caldelari

y del

2 Índice

Resumen e introducción………………..….…………………………………..…..3 1- Civilización y educación en la Ilustración y el Romanticismo europeos..............................................................………………………..............4 1.1- Descartes y Vico. 1.2- Kant y Herder. 1.3- Hegel. 1.4- Síntesis parcial. 2- Ilustración y Romanticismo en la Argentina. La generación del `37…………………..…………………………………………………….…………....9 3- Ilustración y Romanticismo en Sarmiento: civilización y educación popular….…………………….…………………………………………………...…….11 3.1- Sobre el Facundo, civilización y barbarie. 3.2- La labor educativa de Sarmiento. 4- Conclusiones…………………………………………………………….………14 Bibliografía y fuentes.……………………..……………………………….……....15

3 Las propuestas educativas de Domingo Faustino Sarmiento, influencias de la Ilustración y el Romanticismo. María Joaquina Caldelari Resumen. Este trabajo se aproxima a las reflexiones y propuestas educativas de Domingo Faustino Sarmiento a la luz de las concepciones sobre lo que es el progreso y cómo debe implementarse la formación de las futuras generaciones que sostuvieron algunos de los representantes de la Ilustración y el Romanticismo europeos. Comenzaremos entonces por abordar dichos conceptos en los escritos de Descartes, Vico, Kant, Herder y Hegel, para luego acercarnos a la situación en el Río de la Plata y al pensamiento del argentino. Podremos apreciar la particular reunión de elementos de ambas tendencias, que, sumados a los hegelianos, supuso el pensamiento de Sarmiento y sus contemporáneos, y cómo esto afectó el desarrollo de la historia argentina. Introducción. Muchos de los cuestionamientos actuales acerca de los temas que deben enseñarse y los modos de implementar la educación en Argentina tienen su origen en planteos del siglo XIX. Interrogantes como: si la educación debe estar orientada a supuestos beneficios para el conjunto de la sociedad o si se debe considerar a los individuos; si hay un único modo de educar que se debe aplicar en todas las regiones, sin observar las idiosincrasias locales; si hacerlo entraña tener en cuenta fundamentalmente lo económico, y que consecuencias acarrearía. Preguntas similares enfrentaron aquellos hombres que fueron dando forma al estado-nación argentino. Por ello, el objetivo de este trabajo es indagar acerca del proyecto educativo de uno de ellos, Domingo Faustino Sarmiento, en cuanto a su finalidad: la construcción de un estado nacional habitado por hombres civilizados. Por un lado es necesario investigar sus propuestas educativas concretas y sus fundamentaciones. Por el otro, deslindar con claridad los conceptos involucrados, en nuestro caso preciso, lo relativo al progreso y la educación. También se necesita examinar el contexto histórico y filosófico en el cual se formó Sarmiento. Finalmente, dada la historia de estas tierras, habrá que aproximarse a las corrientes de pensamiento que llegaban desde Europa en estos cruciales

4 momentos de construcción de la Nación, principalmente el Romanticismo y la Ilustración. Si bien hemos presentado anteriormente el tema principal y los aspectos a tratar a partir de él, en esta exposición apelaremos a una reconstrucción que siga el hilo del tiempo. De este modo, creemos, se podrán apreciar mejor las posturas que fueron combinándose y distanciándose, hasta alcanzar la época de Sarmiento. Las preguntas que guíen esta pesquisa serán: ¿cuál es la concepción de “hombre civilizado” que postula Sarmiento?, ¿cómo considera que se puede alcanzar esa civilización?, ¿qué involucra educar y cómo debe organizarse la instrucción? 1- Civilización y educación en la Ilustración y el Romanticismo europeos. La dicotomía entre civilización y barbarie a la que se refiere reiteradamente Sarmiento es la expresión de la tensión entre respetar la cultura local criolla, con su amalgama de elementos hispanos y nativos, y procurar una transformación orientada a la cultura anglosajona, de marcado desarrollo técnico-científico e industrial. Las influencias del Romanticismo y la Ilustración contribuyeron a dar forma a esta dicotomía. Esta cuestión fue fundamental a la hora de planear el desarrollo educativo argentino. 1.1- Descartes y Vico. Descartes buscó crear un nuevo espíritu científico y, para ello, puso en duda el ideal de formación humanista que regía desde el Renacimiento1. Consideraba que la razón era única entre los hombres y que las equivocaciones en que estos incurrían se debían a su mal uso y no a que la realidad pudiera ser incierta. Afirma que el estudio de las letras lo había confundido más que acercado al conocimiento, por lo cual se abocó a la búsqueda de un fundamento indubitable y del método que permitiera evitar los errores y despejar las dudas. No se ocupó de temas culturales o sociales pues consideraba que las tradiciones culturales eran menos exactas que lo que la razón de un solo hombre podía construir, razón por la cual se embarca en una reconstrucción del conocimiento. Orientándose por las certezas encontradas en el campo de la matemática, ideó las reglas que consideró apropiadas para evaluar los

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GRASSI, Ernesto: “De lo verdadero y de lo verosímil en Vico” en VICO, J.B.: Crítica del ideal de la formación humana en nuestro tiempo y Principios de una Ciencia Nueva en torno a la naturaleza común de las naciones, Ed. Universitaria, Santiago de Chile.

5 conocimientos ciertos alcanzables, es decir, todo aquello que tuviera por tema la naturaleza y la matemática como lenguaje. El italiano Juan Bautista Vico desarrolló sus ideas sobre la civilidad y la educación, en cierta medida, en oposición a lo propuesto por Descartes. En Principios de una Ciencia Nueva en torno a la naturaleza común de las naciones 2, sostiene que hasta entonces sólo se reconoce la Providencia en el plano de lo natural, pero no en el plano humano fundamental de la socialidad. Por eso, la Ciencia Nueva, sobre la cual versa esta obra, pretende ser una teología civil razonada de la Providencia divina en la historia. El autor sostiene que la Providencia ordena la marcha de los hombres hacia la civilización “…en un orden constante y jamás interrumpido de causas y efectos…”3. Hay un curso regular de la humanidad que es progresivo, pero no en función de una civilidad más avanzada ya que todas las sociedades alcanzan su decadencia y ella marca el comienzo de un nuevo ciclo, tras un ricorso. En esta trayectoria, lo espiritual tiene una presencia fundamental que se hace evidente tanto durante el itinerario (corso y ricorso), como en que su inicio está dado por la aparición de las religiones. Si bien la Providencia guía el desarrollo histórico universal, el mundo civil es una construcción humana, por lo que sus principios, que están en nuestra mente, pueden conocerse mediante una interpretación constructiva de la historia4. Crítica del ideal de la formación humana en nuestro tiempo, es una obra en la que Vico compara los métodos de estudio impulsados en su época con los antiguos. Rescata el desarrollo del sentido común, que no busca la verdad sino la verosimilitud, y que permite el perfeccionamiento de la imaginación, sin la cual no es posible una correcta aprehensión de la ciencia. Ésta debería enseñarse paulatinamente, sin anticipar su juicio, y permitiendo, mientras tanto, que los jóvenes adquieran sentido común, prudencia y elocuencia, desarrollen la fantasía y la memoria. El pensador considera especialmente grave que se le reste importancia al estudio de las ciencias morales, entre ellas, la disciplina referida al Estado. La consecuencia de esto es que los jóvenes se encuentran poco preparados para actuar con prudencia en la vida civil. 2

VICO, Juan Bautista: Crítica del ideal de la formación humana en nuestro tiempo y Principios de una Ciencia Nueva en torno a la naturaleza común de las naciones, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, s/f. 3 VICO, op. cit., p. 398. 4 LÖWITH, op. cit. pp. 143-168.

6 1.2- Kant y Herder. En el tercer tercio del siglo XVIII, Occidente se va imponiendo política y militarmente en el mundo. Paralelamente, construye una filosofía que pretende convertir en planetaria: es la época del desarrollo de la filosofía de la historia y de los intentos de globalizar la condición humana y su desarrollo histórico. Dos perspectivas contemporáneas se enfrentan, las de Immanuel Kant y Johann Gottfried Herder5. Uno de los frentes de oposición de estos pensadores es la filosofía de la historia. En 1774 Herder escribe Filosofía de la Historia para la formación de la humanidad, obra en la que suma al impulso de conocer la historia, el imperativo ético y pedagógico de la formación del hombre para su desarrollo más pleno. Como Vico, Herder otorga a la religiosidad un papel fundamental en el desarrollo histórico, como autoridad que guía a la humanidad desde su infancia. Rescata el espíritu primitivo, al que asocia con la poesía, lo popular y lo nacional, oponiéndolo a la senilidad de su época, manifiesta en la racionalidad exagerada y la creciente mecanización de la vida moderna, “…verdadera mecánica…” que alcanza cada aspecto de la sociedad desdibujando sus arraigos nacionales para, en las generalizaciones, aspirar a una ilusoria universalidad. Con firmeza, se niega a las generalizaciones, que a su entender no describen nada, ”…todo cuadro general es sólo una abstracción. Sólo el Creador concibe toda la unidad”.6 El pensador sostiene que hay una continuidad del devenir a través de la sucesión de las civilizaciones pero no existe propiamente un progreso. Ninguna sociedad realiza un ideal de humanidad, ni se le acerca más que las otras, “Sólo se perfecciona aquello para lo cual el tiempo, el clima, la necesidad, el mundo, el destino dan oportunidad. Desvinculadas de lo demás…nunca se concretan en realidad práctica”7. Por ello no se puede trasladar a otras culturas el ideal occidental de virtud y felicidad. Para Herder, la formación y el progreso de una nación es obra del destino, de la concurrencia de demasiadas causas, no se trata de algo que los hombres puedan moldear a voluntad sino del cumplimiento del plan de la Providencia.

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MAYOS-SOLSONA, Gonçal: Ilustración y Romanticismo. Introducción a la polémica entre Kant y Herder, Herder, Barcelona, 2003. 6 HERDER, Johann Gottfried: Filosofía de la historia para la educación de la humanidad. Ed. Nova, Buenos Aires, 1950, pp. 51-54. 7 HERDER, op. cit., p. 55.

7 La modernidad alcanza también la educación, sustituyendo por conceptos generales, las pasiones, la humanidad y el hacer. Todo está repleto de principios, razonamientos, sistemas, que permiten, tal vez, ordenar las reflexiones, alcanzar claridad, pero resultan inútiles por sí mismas, pues no tienen orientación para sus aplicaciones a las miles de circunstancias de la vida humana. En estas propuestas educativas “…la cabeza y el corazón están separados”8. Mientras que en los pueblos nacionales la cultura surgía de necesidades específicas, sabiduría del ciudadano opuesta a la sabiduría abstracta e incorpórea de la modernidad. En 1784 Kant escribió Idea de una historia universal desde el punto de vista cosmopolita, donde señala que, del mismo modo que otros acontecimientos naturales, las acciones humanas están determinadas por leyes universales y naturales, o dicho de otro modo, por la Providencia. Si se observan la confusión e irregularidad de las conductas de los individuos, resulta asombroso constatar el desarrollo progresivo de las disposiciones originales del género humano, lo que se debe a que no se perfeccionan individualmente sino en la sucesión de las generaciones. El problema que deberá resolver la especie humana es el del establecimiento de una constitución civil perfectamente justa, un asunto difícil si consideramos que todos los hombres necesitan tener un señor que los observe para ser justos, y que una justicia íntegra sólo se podrá alcanzar si la relación entre los Estados es también legal. “Esperar que por medio de la formación de la juventud, primero en la educación familiar y luego en la escuela,…” es una ilusión, salvo que todo el sistema de educación estuviera implementado según un plan reflexionado de un Estado que, por otro lado, deberá reformarse para progresar él mismo. Ante la contingencia de los acontecimientos y las debilidades humanas, habrá que tener esperanzas en lo dispuesto por el Creador9. 1.3- Hegel. Hegel dicta en 1830 sus Lecciones sobre la filosofía de la historia universal10 donde afirma que, como la razón rige el mundo, la historia universal transcurre también racionalmente. El espíritu es algo vivo, que se hace una representación de lo que es su naturaleza y de este modo es libre, acabado y activo. Su tarea es producirse, 8

HERDER, op. cit., p. 94. HERDER, op. cit., pp. 206-207. 10 HEGEL, Georg Wilhem Friedrich: Lecciones sobre la filosofía de la historia universal, Universitat de València, España, 1992 9

8 hacerse objeto de sí, “El hombre, como espíritu, no es algo inmediato, sino esencialmente un ser que ha vuelto sobre sí mismo”11 Para llegar a ser hombre, coloca el pensamiento entre el impulso y su satisfacción, y así obra según fines universales. Inmediatamente, el hombre es sólo la posibilidad de ser hombre, y llega a serlo mediante la educación, superando lo natural. Un pueblo es un individuo de naturaleza universal, y su espíritu es el espíritu del pueblo. Los espíritus de los pueblos se diferencian según su moralidad. Pueden desaparecer pero son miembros de la cadena que conforma el espíritu universal, que no perece. Cada uno llega a saberse y comienza su decadencia, es cuando aparece un nuevo espíritu. Así se van sucediendo y es la historia universal filosófica la que deberá mostrar la conexión de este movimiento. “Ante la pura luz de esta idea divina, que no es un mero ideal, desaparece la ilusión de que el mundo sea una loca e insensata cadena de sucesos”12. La educación es una forma del pensamiento, según la cual el hombre no se conduce según sus impulsos sino que obra acorde a fines, teóricamente, siendo de este modo, libre. La formación expresa esta determinación: imprimir lo universal en un contenido. La trama de la historia universal está formada por la idea en abstracto y la pasión humana. Un Estado está bien construido cuando el interés privado se une al fin universal, unificación que se logra con instituciones adecuadas, luchas con los intereses particulares y una larga y difícil educación. 1.4- Síntesis parcial. Hemos visto hasta aquí el progresivo desarrollo de dos corrientes de pensamiento que fueron definiéndose en oposición mutua para responder a los interrogantes de su época. La Ilustración es el reflejo del dominio y la fortaleza de la Europa central moderna, mientras que el Romanticismo se desarrolla intentando resistir a la universalización de ese momento cultural e histórico13. Hegel es en muchos sentidos la síntesis dialéctica de ambas: logra combinar la religión con lo estrictamente racional, el universalismo con lo particular, rescatando tanto las singularidades nacionales como la historia, y elabora una noción de progreso general que tiene su fundamento en la Providencia pero como algo pasible de ser conocido por el hombre.

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HEGEL, op. cit., p. 43. HEGEL, op. cit., p. 56. 13 CHÁVEZ, Fermín: Herder, el alemán matrero, Editorial Nueva Generación, Buenos Aires, 2004. 12

9 En cuanto a lo educativo, la Ilustración puso el acento en lo científico y tecnológico, en aquello que impulsaba el progreso. Los Estados debían ser los encargados de llevar a delante el adiestramiento de los jóvenes, buscando una formación que los acercara al ideal del hombre occidental y su racionalidad. El Romanticismo en cambio, propuso una educación para la formación espiritual y plena, no entendiendo la plenitud como acercamiento a un ideal, sino en los términos relativos a cada cultura. Una educación que tendiera al hacer concreto y que contemplara las pasiones humanas. Hegel concibe la educación y el desarrollo cultural como espirituales y señala los nefastos efectos de reducirlos a lo puramente pragmático14, pero, acercándose a la Ilustración, cree fundamental educar para que el hombre obre según principios universales, tomando, de este modo, consciencia de sí mismo y de su lugar en la historia. 2- Ilustración y Romanticismo en la Argentina. La generación del `37. A mediados del siglo XVIII, se llevaron adelante las reformas borbónicas que dieron lugar al Virreinato del Río de la Plata. Esas medidas, que eran económicas, administrativas e ideológicas, implicaron la introducción de ideas de la filosofía de la Ilustración francesa, con las que se pretendía dar lugar a una modernización restringida. Esta apertura se dirigía fundamentalmente a las ciencias y a la economía, pero era limitada en los aspectos que eran contradictorios con el poder reinante o con el catolicismo, por lo cual es posible encontrar a ilustrados representantes del clero, como el sacerdote José de Oro, quien se encargó de la formación de Sarmiento en su niñez. Esta transformación orientada a la modernización fue anterior a las revoluciones independentistas americanas, e incluso previa a la Revolución Francesa15. En su mayoría, la clase dirigente argentina concibe desde el principio un país en concordancia con la “civilizada” Europa Central, al margen de la historia local. Sobre esos fundamentos ideológicos se apoya el pensamiento que condujo a denigrar nuestras raíces hispánicas y facilitar las influencias políticas y económicas de Francia y Gran Bretaña. Pero algunos intuyeron que debían apropiarse del Romanticismo e intentar desarrollar una cultura nacional. 14

HEGEL, Georg Wilhem Friedrich: “Discurso del 29 de septiembre 1809” en Escritos pedagógicos, en https://sites.google.com/site/aportacionesfilosoficas/hegel-f-g-w-escritos-pedagogicos-ediciondigitalizada-por-www-lanzarotecaliente. 15 TERÁN, Oscar: Historia de las ideas en la Argentina, Siglo XXI Editores, 2009, pp. 13-21.

10 En la década de 1830, a la Ilustración unitaria rivadaviana se contrapone el historicismo federal, adaptación del Romanticismo a la historia local. Si bien es formulada por Alberdi, puede rastrearse en otros, como el primer Echeverría, Pedro de Ángelis, el primero en introducir a Vico en Argentina, Marcos Sastre, Vicente López y Planes, Alejandro Heredia. A la ahistoricidad que propone la Ilustración, el historicismo federal opone una mirada al pasado y a la realidad en la búsqueda de una identidad propia. La llamada “generación del `37” estaba integrada en su mayoría por hombres que habían estudiado en el rivadaviano Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires y que se agruparon más tarde en el salón literario de Marcos Sastre. Se trata de un grupo que dialoga con la tradición literaria francesa introducida por Echeverría en 1830, sus lecturas de los románticos se realizan a través de autores como Víctor Cousin, amigo de Hegel y Schelling, Jouffroy, Lerminier que conoció a von Savigny, Dumas, Saint-Simon, Guizot16. Algunos de ellos aprobaron en un principio el régimen rosista, pero con el tiempo se convirtieron en sus opositores. Ésta es, según Chávez, una de sus contradicciones más significativas, pues su eclecticismo ideológico los condujo a aliarse con los franceses en contradicción a sus principios nacionalistas. La receta Ilustrada contaminó también a los historicistas, “…hirió de muerte el proyecto de nación autoconsciente…”17, pues, como lo señala Chávez, pese a las intenciones de encontrar una política propia, la ideología antihistórica fue consumiendo los impulsos nacionalistas. 3- Ilustración y Romanticismo en Sarmiento: civilización y educación popular. 3.1- Sobre el Facundo, civilización y barbarie. En 1845, estando en el exilio, Sarmiento publicó Facundo o civilización o barbarie en las pampas argentinas. Gobernaba entonces Juan Manuel de Rosas y el autor era uno de sus más férreos opositores. El texto fue escrito justamente a modo de defensa política y no con intenciones académicas o científicas, aunque se puede percibir cierta tensión con respecto a este punto. Por ejemplo, en que

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TERÁN, Oscar: Para leer el Facundo. Civilización y barbarie: cultura de fricción, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2007. 17 CHÁVEZ, F. Historicismo…, op. cit. p. 37.

11 presenta el paisaje en el que se desenvuelve la historia con la intención de explicar racionalmente el origen de la barbarie18. El objetivo que el libro se propone es develar cómo la Revolución de Mayo había desembocado en la tiranía rosista. Sarmiento se aboca a contar la historia del caudillo riojano Facundo Quiroga, intentando de este modo construir una figura representativa del caudillo y dar cuenta de la lucha entre dos principios en disputa, la civilización y la barbarie del subtítulo. Cuando Sarmiento utiliza la palabra civilización, lo hace con una intención política: que la sociedad progrese abandonando la barbarie para alcanzar una civilización superior, asentada en la ciudad. A lo largo del escrito, se van estableciendo una serie de oposiciones binarias asociadas a la anterior: ciudad/campaña,

Europa/América,

modernidad/atraso,

movilidad/inmovilidad,

libertad/despotismo, letrado/iletrado, razón/instintos, sociedad y gobierno/familia y caos político, espíritu/materia. En el Facundo se pueden apreciar las tensiones entre las tendencias románticas y las ilustradas, más algunas ideas que nos remiten a Hegel. En su escritura se puede percibir la buena valoración de lo pasional pero también su alta consideración de la ciudad y lo racional europeo. El gran hombre al que dedica el autor su narración es un caso de barbarie, puro instinto, irracional, pero es también el personaje más apasionante de su relato. En el texto, Sarmiento arriba a la explicación que busca: la Revolución de Mayo rompe con el aislamiento mutuo en el que permanecían la ciudad y el campo cuando las ciudades llaman en su apoyo a las masas rurales. Así, la barbarie contamina la ciudad y personajes como Rosas son posibles: un caudillo racional. Las simpatías de Sarmiento son para el puro instinto de Facundo, en cierto modo, original e ingenuo, y no para el híbrido que es Rosas. Aún así, es éste el que logra la centralización del poder y el orden, lo que junto a lo aprendido por los exiliados, a la mezcla entre los habitantes de la ciudad y del campo, le permite tener esperanzas sobre el futuro del país. Siendo el progreso inexorable, la astucia de la razón ha convertido las ambiciones rosistas en adelantos para la nación en construcción. Luego de la muerte de Facundo, se agrega un programa a ser implementado cuando Rosas sea derrocado. Es un proyecto en nada diferente al tradicional de la elite política e intelectual argentina, liberal e ilustrado. 18

TERÁN, Oscar: Historia … op. cit., pp. 76-77.

12 3.2- La labor educativa de Sarmiento. En la época colonial, existieron dos líneas educativas muy marcadas, una con origen en Perú, y otra de renovación que se desarrolló a partir de las reformas borbónicas, con influencias ilustradas. Dentro de esta última, Manuel Belgrano, Mariano Moreno y Bernardino Rivadavia, pensaron lo educativo como un momento fundamental del progreso, por lo que en sus propuestas y acciones intentaron orientar la formación hacia el modelo europeo ilustrado. Más tarde Echeverría, a pesar de las influencias del Romanticismo, vio en España el símbolo del atraso y la obediencia de las colonias, e identificó la libertad que debía todavía conseguirse, con la acción, la innovación y el despliegue de las facultades humanas, al modo de los ilustrados. Mucho de esta tradición fue recogida por Sarmiento y formó parte tanto de sus reflexiones, como de sus acciones en el campo educativo 19. Esto se evidencia en sus dichos en De la educación popular, escrita hacia 1849: “…téngase presente además, que los Estados Sud Americanos pertenecen a una raza que figura en la última línea entre los pueblos civilizados. La España y sus descendientes se presentan hoy….destituidos de todas las dotes que la vida de nuestra época requiere”20 Hacia 1846, el sanjuanino comenzó una serie de viajes por Europa y Estados Unidos, con el fin de investigar acerca de los métodos de enseñanza que se aplicaban en esas tierras. Esas investigaciones serán más tarde la base de sus propuestas educativas, siempre orientadas por su deslumbramiento por la educación en Francia, y sobre todo, Estados Unidos. La cuestión presupuestaria era un asunto fundamental para Sarmiento. La educación de las masas populares no era posible si el Estado no se encargaba de organizar el modo de costearlo. Sólo así podía convertirse en una obligación incluso para los pobres, a imagen de, entre otras ciudades, Nueva York, donde “La educación se da a los niños en todas las clases, incluyendo libros de texto, y materiales necesarios, gratuitamente en todos los casos”21. Mientras la cuestión del costo corre por cuenta de cada región, el contenido y los métodos de enseñanza debían ser controlados por personas idóneas, así, Sarmiento se

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LEBEDINSKY, op. cit. pp. 123-126. SARMIENTO, Domingo Faustino: De la educación popular, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2010, p. 27. 21 SARMIENTO, op. cit., p. 62. 20

13 asegura cierto centralismo y aplicación uniforme de medidas educativas, que no consideraban los desarrollos culturales locales. El interés de Sarmiento en la instrucción, tuvo que ver con sus prácticas docentes y con que muchos de sus logros estuvieron relacionados con ella, pero también con su interés por el progreso. La sociedad que se estaba desarrollando necesitaba de un pueblo educado por dos motivos que Sarmiento reconocía como fundamentales: por un lado, el desarrollo político y las aptitudes de los ciudadanos para ejercer sus poderes cívicos, y, por el otro, sus capacidades para acompañar ese progreso. En este marco es que no se podía dejar de plantear la educación de las masas populares, ya que favorecer el trabajo científico y la educación iba de la mano del desarrollo industrial del capitalismo: “…la sociedad en masa tiene interés vital en asegurarse de que todos los individuos que han de venir con el tiempo a formar la nación,…” se hayan preparado lo suficiente “…para desempeñar las funciones sociales a que serán llamados”22. 4- Conclusiones. Ya desde la época de la colonia, la clase dirigente argentina estuvo fuertemente influenciada por las corrientes de pensamiento europeas. La idea de progreso eurocéntrica, por la que se concibe una única línea de evolución según la cual se mide a todas las culturas, ha puesto a la Argentina en el lugar de sociedad atrasada ya desde el siglo XIX. Los esfuerzos llevados adelante en materia educativa tuvieron que ver con ese sentimiento de postergación, incluso entre aquellos que se asomaron al Romanticismo. En este marco, la valoración de la propia historia y cultura se desdibujó a favor de lo europeo. Es interesante recordar aquí que la Ilustración llegó al Virreinato del Río de la Plata, de la mano de quienes detentaban el poder, ¿por qué la creemos emancipadora? ¿Hemos logrado con el tiempo escapar de estas influencias? Tanto entonces como ahora, la ideología ilustrada es el signo de la dependencia. En el campo educativo, el objetivo es ser educados como los europeos, mediante los métodos norteamericanos. Tanto entonces como ahora, es evidente la orientación siempre a otras pedagogías, las de las naciones más poderosa. A la educación centralizada se opone hoy la idea de educar según los desarrollos locales, pero no se nos puede escapar que educar de otros modos trae aparejado 22

SARMIENTO, op. cit., p. 27.

14 la urgencia de dejar de depender, una transformación no sólo educativa sino política total. Fuentes: DESCARTES, René: Discurso del método, Ed. Losada, Buenos Aires, 2004. VICO, Juan Bautista: Crítica del ideal de la formación humana en nuestro tiempo y Principios de una Ciencia Nueva en torno a la naturaleza común de las naciones, Ed. Universitaria, Santiago de Chile. HERDER, Johann Gottfried: Filosofía de la historia para la educación de la humanidad. Ed. Nova, Buenos Aires, 1950. KANT, Immanuel: “Idea de una historia universal desde el punto de vista cosmopolita” y “Reiteración de la pregunta de si el género humano se halla en constante progreso hacia lo mejor” en Filosofía de la historia, Ed. Nova, Buenos Aires, 1964. HEGEL, Georg Wilhem Friedrich: Lecciones sobre la filosofía de la historia universal, Universitat de València, España, 1992. HEGEL, Georg Wilhem Friedrich: “Discurso de 1808” en Escritos pedagógicos, en https://sites.google.com/site/aportacionesfilosoficas/hegel-f-g-w-escritos-pedagogicosedicion-digitalizada-por-www-lanzarotecaliente. SARMIENTO, Domingo Faustino: Facundo, Gradifco, Buenos Aires, 2007. SARMIENTO, Domingo Faustino: De la educación popular, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2010.

Bibliografía secundaria: GRASSI, Ernesto: “De lo verdadero y de lo verosímil en Vico” en VICO, J. B.: Crítica del ideal de la formación humana en nuestro tiempo y Principios de una Ciencia Nueva en torno a la naturaleza común de las naciones, Ed. Universitaria, Santiago de Chile. LÖWITH, Karl: Historia del mundo y salvación, Katz, Buenos aires, 2007. MAYOS-SOLSONA, Gonçal: Ilustración y Romanticismo. Introducción a la polémica entre Kant y Herder, Herder, Barcelona, 2003. PUCCIARELLI, Eugenio: “Herder y el nacimiento de la conciencia histórica” en Filosofía de la historia para la educación de la humanidad. Ed. Nova, Buenos Aires, 1950. CHÁVEZ, Fermín: Historicismo e Iluminismo en al cultura argentina, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1982. TERÁN, Oscar: Historia de las ideas en la Argentina, Siglo XXI Editores, 2009. TERÁN, Oscar: Para leer el Facundo. Civilización y barbarie: cultura de fricción, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2007. LEBEDINSKY, Mauricio y otros: Sarmiento más allá de la educación. Retrato de un intelectual en acción, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2009.

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