LITERATURA COLOMBIANA

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA Y VIRTUALIDAD LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ENFASIS EN HUMANIDADES, LENGUA CASTELLANA E INGLÉS LI

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DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA Y VIRTUALIDAD LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ENFASIS EN HUMANIDADES, LENGUA CASTELLANA E INGLÉS

LITERATURA COLOMBIANA MÓDULO EN REVISIÓN

TABLA DE CONTENIDO I. Introducción

III. Instrucciones de Manejo

II. Justificación

I. Referentes Teóricos

1

De la literatura Prehispánica a la novela de entreguerras

1.1. LITERATURA PREHISPÁNICA DE LA CONQUISTA Y LA COLONIA 1.1. 1. LITERATURA PREHISPANICA 1.2. LITERATURA DE LA CONQUISTA 1.3. LITERATURA DE LA COLONIA 1.4. CRIOLLISMO, NEOCLASICISMO, ROMANTICISMO 1.4.1 EL NEOCLASICISMO 1.4.2 EL ROMANTICISMO EN COLOMBIA 1.5. EL COSTUMBRISMO EN COLOMBIA 1.6. DE LOS MIL DIAS A LA VIOLENCIA: LA NOVELA DE ENTREGUERRAS

2. La configuración de un mundo refinado 2. ESTETICA DEL MODERNISMO EN COLOMBIA, PRINCIPALES TENDENCIAS DEL MODERNISMO, CARACTERÍSTICAS DEL MODERNISMO 2.1 EL POSTMODERNISMO 2.2. LITERATURA LATINOAMERICANA 2.3. DEL BARROCO AL NEOCLASICISMO 2.4. REALISMO Y NATURISMO 2.5. EL BOOM LATINOAMERICANO

3.

La Renovación estética de la palabra

3. LITERATURA DE LA VANGUARDIA 3. 1. EL ULTRAISMO 3.2. EL CREACIONISMO 3.3. LITERATURA CONTEMPORÁNEA 3.4. LA NOVELA COLOMBIANA DESPUES DE GARCIA MARQUEZ. 3.5. LA NOVELA COLOMBIANA CONTEMPORANEA EN LA MODERNIDAD LITERARIA. 3.6. EL PROCESO DEL TEATRO EN COLOMBIA

Información del compilador

El compilador del módulo es Amanda Verbel de Urzola Licenciada en Español y Literatura, Especialista en Metodología de la Enseñanza del Español y Literatura, fue rectora y coordinadora de instituciones educativas oficiales, de postgrado seccional Sincelejo Universidad de Pamplona; se ha desempeñado como tutora en los diplomados ofrecidos por CECAR y orientadora de trabajos de grado de la misma universidad. Asesora pedagógica Facultad de Derecho.

INTRODUCCIÓN El marco de la literatura colombiana es muy complejo, está dotada de imaginación, creatividad y un excelente estilo en la narrativa y el ensayo. Varios de los representantes de este género mantienen un orden cronológico de los acontecimientos que les dan a los personajes de sus novelas un mundo mágico y creativo. Si bien, Gabriel García Márquez, nuestro premio Nobel de literatura es uno de los máximos exponentes de la narrativa mundial, su estilo y dinamismo le permite ser muy original, hasta la medida, de llevarnos en sus sueños a ese mundo "Macondiano", creado en sus obras y que le han dado vida a los distintos personajes que ha inmortalizado a lo largo de su carrera de literato. En cuanto a los ensayistas colombianos estos se desempeñaron dentro de los momentos más importantes en cada uno de los géneros. Para ello, adelantaron los poemas y los planes de las mismas figuras para el adelanto de las letras. El hacer el recorrido por la literatura colombiana implica adentrarse en varios escenarios que denotan contextos particulares y rasgos de la palabra con sellos propios. Es así como se nos muestra una esencia mestiza, tropical, negra, muy diversa. Ahora esta lucha entre estas culturas en contra de manifestaciones exteriores, producen en Colombia la constante búsqueda por una voz nacional. Tras el éxito de Gabriel García Márquez son muchos los autores colombianos que los lectores alrededor del mundo están descubriendo con deleite. Se podría decir, que al igual que la historia de la literatura universal, la de Colombia tiene sus orígenes en la tradición oral: Yuruparí Mito, leyenda y epopeya del Vaupés, publicado por primera vez en italiano en 1890, recoge una historia originaria de la cuenca del río Vaupés y contada sin la influencia del canon de Occidente, en la que se reflejan los intereses de los nativos del Amazonas.

Luego de varios siglos de desarrollo, la literatura colombiana tuvo su mayor crecimiento en el siglo XX, rico en poetas y movimientos poéticos en Colombia. Desde los poetas del postmodernismo Luis Carlos López, lleno de humor y profundidad sencilla, y Porfirio Barba Jacob, intenso, pensativo y melódico, hasta los más recientes poetas de estilos muy diversos como Darío Jaramillo Agudelo, Juan Manuel Roca y Mario Rivero. Lo cual lleva a decir, que la literatura colombiana recoge el conjunto de textos literarios producidos en el territorio de lo que hoy es Colombia, y particularmente, desde la independencia del país, hasta el nuevo siglo XX, con sus principales vanguardias. Hecho esto por escritores naturales de Colombia. Ahora estas épocas de la literatura fueron marcadas por grandes trazos: La época colonial tuvo en Colombia una influencia básicamente religiosa y socialmente elitista. Se escribía desde los primeros asentamientos urbanos y quien en ellos se asentaba era naturalmente la elite de los recién llegados. Las primeras manifestaciones literarias de estos grupos son las conocidas como crónicas, algo que no debe resultar sorprendente ya que en las primeras etapas de la conquista los españoles se encontraron ante un mundo, una geografía y unas culturas completamente nuevas para ellos. La descripción literaria no de todas aquellas novedades no se hizo esperar. El nuevo ánimo político de principios del XIX, con la mayoría de las colonias buscando su independencia, influyó de manera notable en la renovación de la literatura colombiana. Una mezcla entre el nuevo fervor nacional, buscador de una nueva voz auténticamente colombiana, y la herencia del haber literario español (ahora influenciado por las tendencias románticas dominantes en Europa) marcaron el estilo de la literatura de la época. El género epistolar y la poesía abrieron espacios en esta primitiva búsqueda de la identidad nacional.

En Colombia se promovió fuertemente el uso del idioma español y, de hecho, fue este país el primero en fundar la Academia Colombiana de la Lengua de entre todos los países latinoamericanos de habla española. La primera obra literaria señera y reflejo de esa nueva identidad Colombia fue María, de Jorge Isaacs, novela que posteriormente se adaptaría al cine y sería la primera película producida por la industria cinematográfica colombiana. De género costumbrista, este autor y sus coetáneos se ocuparon de subrayar los rasgos más importantes de su cultura, aunque a veces cayeron en un folklorismo demasiado simplista y acrítico. El nuevo siglo XX se abriría con el dominio literario de los novísimos, un estilo que se armaría de ironía y sarcasmo para criticar los vestigios del romanticismo y el costumbrismo. León de Greiff fue el autor más conocido. Más adelante Colombia pasaría por las principales vanguardias, pero no sería hasta la llamada Generación del Boom cuando uno de sus autores, Gabriel García Márquez, alcanzara una verdadera fama y prestigio universal. Premio Nobel de Literatura en 1982, García Márquez es uno de los grandes referentes del llamado “realismo mágico” El modulo pretende mostrar al estudiante diversas rutas que llevan al conocimiento de la literatura colombiana, el escuchar de las creaciones de la voz indígena, un toque precolombino; su anhelada independencia, donde figuran dos grupos bien definidos: los dominadores y los dominados. Un detalle interesante que hay que anotar es que desde que aparece la literatura, esta genera en el ser humano diferentes expectativas frente al texto, desarrolla la creación de lugares, acciones e historias que recrean la mente del humano. Por eso a través de este módulo estudiaremos las diferentes etapas de la literatura en diferentes campos de acuerdo al nivel de cada uno. Es así como desde las épocas primitivas, conquista, barroco, romántico, moderno, contemporáneo hasta este siglo XXI los

diferentes autores han dejado su huella y enseñanza la cual observaremos desde nuestro tiempo. Su organización está dado de la siguiente manera: inicialmente se encuentra con la presentación de la unidad, le sigue la pregunta problematizadora, las competencias específicas a alcanzar, la dinámica para construir el conocimiento como actividad previa independiente y también de forma grupal, además de la relación de actividades que acompañan los saberes con su respectiva evaluación.

JUSTIFICACIÓN Todo orientador de Literatura, debe tener en cuenta cuatro aspectos generales de la enseñanza de la misma si es que desea crear en sus estudiantes el hábito de la lectura; si es que realmente quiere que sus orientados descubran por sí mismos el goce y la profunda sabiduría de vida que las grandes obras suelen encerrar. Estos aspectos son: a) la necesaria experiencia literaria del docente; b) el respeto que debe a la individualidad de sus alumnos; c) la ineludible correlación que debe existir entre lo literario y los otros saberes; d) la importancia de enfatizar en la práctica de la expresión oral y escrita como forma

de auto-aprendizaje de lo

literario. Dicho de otro modo, todo maestro de Literatura, requiere como mínimo los siguientes requisitos: orientación, flexibilidad, interdisciplinariedad y creatividad. Estos presupuestos no dejan de pertenecer al espíritu de la Pedagogía actual: la orientación que requiere quien por necesidad está llamado a convertirse en guía; la flexibilidad que se entiende como la disposición para ceder, adaptar, acomodar los diferentes eventos y procesos que intervienen en el acto educativo; la interdisciplinariedad o acción prácticamente ineludible que debe rodear no sólo las áreas, sino también aquellas que, que de una u otra manera se oponen; y, por último la creatividad que ayuda al maestro a salir de la habitual actitud de rutina y rigidez pedagógica con la cual fomentar la iniciativa propia del estudiante.

Por las razones expuestas, los docentes que asuman

la responsabilidad de

desarrollar la disciplina

comunicativa para el

literaria con intencionalidad

desarrollo de competencias en los alumnos de los semestres programados en la Facultad de Educación de la Corporación Universitaria del Caribe, CECAR, están llamados a asumir una actitud comprensiva, analítica, crítica y propositiva en lo referente a los saberes que lo enfrenten con el mundo literario del autor y la formación del docente.

Así mismo, el docente con sus fundamentos pedagógicos, enmarcados en la MISIÓN y VISIÖN de la Corporación y representadas en el modelo Pedagógico Social Cognitivo, direccionará los procesos de aula acorde con las competencias genéricas o transversales, y las específicas de cada asignatura. En el caso particular de la Literatura Colombiana, los aprendices adquirirán las siguientes competencias específicas: Gramaticales: Comprende y aplica científicamente la funcionalidad gramatical de la lengua castellana para facilitar los proceso de comprensión. De Pensamiento: Comprende la realidad por medio de un pensamiento creativo, analítico, social, lógico y emocional, para presentar alternativas de solución a los diferentes tipos de problemas sociales, lógicos, espaciales, entre otros. Axiológicas: A través de sus valores y percepciones el estudiante estará en capacidad de fomentar la auto evaluación y auto apreciación para verificar los esfuerzos deberes cumplidos y resultados obtenidos. Laboral: Comprende la trascendencia de la técnica oral y de escucha para su disciplina profesional. Y en su condición transversal: Lectura Crítica: El estudiante identifica técnicas de lectura para abordar distintos tipos de textos, para su aplicación internacional.

en el ámbito local, regional, nacional e

Comprende propiedades lingüísticas y discursivas (sintáctica,

semántica, pragmática y gramatical) para expresarse con sentido crítico y propositivo. Escritura: Reconoce la escritura como herramienta lingüística fundamental para el desarrollo de su vida personal y profesional.

Ciudadanía: El estudiante como ser social,

respeta las normas de

comportamiento ciudadano y las transforma atendiendo a la dinámica social y cultural de la época para conservar los pilares que fundamentan las instituciones privadas o públicas. TIC: Conoce, utiliza y valora criterios de búsqueda sencilla y avanzada para ser consultas en investigación.

bases de datos especializadas y resolver interrogantes de

INSTRUCCIONES DE MANEJO El módulo de Literatura Colombiana contiene los elementos y material de ayuda necesaria para que el tema sea desarrollado y entendido totalmente.  Inicie la actividad dando una ojeada general al módulo, revisando títulos y subtítulos para ubicarse en la panorámica de la temática.  Al inicio de cada unidad el alumno encontrará la pregunta problematizadora que lo llevará a una búsqueda y creación de un nuevo saber.  Es importante leer la totalidad de las unidades, analizarlas y discutirlas en grupo para despejar dudas.  Compare los conceptos emitidos por usted en la sesión Dinámica para Construir Conocimiento con los del módulo, busque puntos comunes y diferencias. Finalmente reelabore las conceptualizaciones.  Las lecturas son de suma importancia para su análisis y discusión.  Tenga presente que el avance en el tema lo hace tanto individual como colectivamente; es importante socializar preguntas y respuestas para el beneficio de todos.  Los desarrollos grupales incentivan y fortalecen la asimilación total.  Anote las dudas e inquietudes para llevarlas al tutor y demás compañeros en la sesión presencial.  Repita el ciclo para la lectura de cada una de las unidades. El módulo no es el último recurso de aprendizaje, enriquezca su saber en grupo mediante investigación individual y socialícela para que todos participen de sus conocimientos adquiridos.

PROPÓSITOS DE FORMACIÓN  Proporcionar conocimientos básicos y destrezas de análisis de las ideas y el pensamiento

creativo

sobre

la

literatura

Colombiana.  Comprender las clases de tipo social y político de los escritores del siglo XIX.  Conocer

las

diferentes

visiones

ideológicas de los autores del naturalismo, existencialismo a través de las obras literarias.  Establecer el tratamiento estético que se le da a la narrativa nacional a temas como la ciudad, la historia y la escritura en el análisis de un corpus de novelas.  Fomentar un pensamiento crítico e investigativo sobre la producción literaria de los años ochenta en el país, a través de la elaboración de ensayos y la participación en mesas de discusión, espacios que permitirán profundizar en temáticas, hacer acercamientos críticos a las obras y desarrollar hipótesis de trabajo.

REFERENTES TEÓRICOS Las conceptualizaciones del módulo están fundamentadas en la normatividad vigente como: La Constitución Política de 1991.

La ley 30/1992, o Ley de la Educación Superior.

El Decreto 1295 del 2010, mediante el cual se reglamenta el registro calificado de que trata la Ley 1188/2008 y la oferta y desarrollo de programas académicos de educación superior.

Los Lineamientos del Ministerio de Educación Nacional (MEN) para la formación por competencias en educación superior/2009.

La Resolución 5443 del 2010, por la cual se definen las características de calidad de la formación profesional en educación y se regula la formación de maestros(as) mediante la definición del Perfil profesional del Educador.

La Resolución 6966 del 2010, por la cual se modifica el artículo 3° y 6° de la Resolución 5443/2010.

ESTRUCTURA DEL MÓDULO

1 Generalidades, características, temas, obras y autores.

3

Literatura prehispánica, de la conquista y la coloniaNeoclasicismo, costumbrismo y Romanticismo

Modernismo, realismo, naturalismo y boom latinoamericano

Literatura de vanguardia y contemporánea.

Generalidades,características, temas, obras y autores.

2 Generalidades, características, temas, obras y autores.

DINÁMICA PARA CONSTRUIR CONOCIMIENTO ACTIVIDAD PREVIA: Trabajo independiente Esta actividad está relacionada con el proceso de exploración de conocimientos previos, por ello es conveniente que respondas estas preguntas: ¿Qué se entiende por literatura prehispánica? ¿Cuál es el mundo y la percepción planteada en la literatura prehispánica? ¿Cómo se manifiesta la expresión de esta literatura? ¿Qué expresiones literarias se dieron durante la época del descubrimiento y la conquista?

ACTIVIDAD EN GRUPO Lea atentamente la unidad 1, compare los conceptos previos que usted elaboró con los que aparecen en el módulo, reelabórelos nuevamente con sus propias palabras a la luz de la lectura de éste. Elaboren un mapa conceptual que represente iniciales de la literatura colombiana.

los

pasos

CONCEPTUALIZACIÓN DE TÉRMINOS BÁSICOS RELACIONADOS CON LITERATURA COLOMBIANA BARROCO (Del francés "baroque": exagerado) Movimiento cultural, artístico y literario de finales del S.XVI y todo el S. XVII. El Barroco literario forma parte del Siglo de Oro de la literatura española, con representantes como Quevedo, Cervantes, Calderón, Lope de Vega y Góngora. BOOM (Onomatopeya inglesa de "estallido") Se llamó así al interés despertado en Europa en los años 60 por algunas novelas latinoamericanas auspiciadas principalmente por el editor y escritor Carlos Barral (Barcelona, 1928-1989). Se le denominó "Realismo mágico" porque con un lenguaje innovador describían aventuras insólitas de Hispanoamérica. Entre las más representativas se cuentan: 1962: "La ciudad y los perros" (M. Vargas Llosa. Arequipa, 1936). 1963: "Rayuela" (Julio Cortázar. Bruselas, 1914-1984). 1967: "Cien años de soledad" (Gabriel García Márquez. Aracataca, 1928). 1970: "El obsceno pájaro de la noche" (José Donoso. S. de Chile, 1924-1996). COSTUMBRISTA Obra literaria que sitúa la acción en ambientes típicos de una región o país. Muy frecuente en la narrativa del S.XIX. CREACIONISMO Movimiento poético de principios del S.XX. Su primer representante fue el poeta chileno Vicente Huidobro (Biografía) (Santiago de Chile, 1893-1948) y Gerardo Diego (Santander, 1896-1987) en España. CULTERANISMO Estilo literario del Barroco español, iniciado por Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-1597) en donde la forma primaba sobre el fondo, cultivado principalmente por Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 1561-1627) en oposición al conceptismo de Francisco de Quevedo (Madrid 1580-1645). Los culteranos incorporaron a su poesía neologismos latinos y griegos, implantaron una nueva sintaxis (hipérbaton) e hicieron mucho uso de la metáfora. CULTISMO Palabra o expresión de una lengua clásica utilizada en un texto moderno. Los culteranistas como Góngora incluían en su obra muchos neologismos cultistas. DISCURSO Exposición sobre algún tema que se lee o se pronuncia en público. ENSAYO Composición literaria que expone una o varias tesis sobre un asunto. Suele constar de un planteamiento y de unas conclusiones

ENTREMÉS Pieza teatral de pequeña extensión de carácter humorístico, burlesco o satírico, que solía representarse en el entreacto de las comedias del Siglo de Oro. FUTURISMO Tendencia literaria y artística surgida en Italia a principios del S. XX. Su principal representante fue el escritor fascista Pilippo Tommaso Marinetti (Alejandría, 1876-1944) INDIGENISMO Corriente cultural latinoamericana que resalta los valores de las culturas indígenas.

En

literatura,

uno

de

sus

principales

exponentes

fue José

María

Arguedas (Andahuaylas, 1911-1969). INTERTEXTUALIDAD Conjunto de relaciones que un texto literario puede mantener con otros. LÍRICA Género literario que trata de los sentimientos, afectos o ideas. Se contrapone a épica. / Lírica trovadoresca es la poesía amorosa compuesta por los trovadores medievales, en algunos casos fruto de la improvisación. LITERATURA Es el arte que se expresa por medio de la palabra escrita u oral. MODERNISMO Corriente poética nacida en América a principios del siglo XX, que tuvo importante repercusión en España. Tuvo como característica principal la musicalidad del verso y su más destacado representante fue Rubén Darío (Metapa, 1867-1916). En el Perú lo fue José Santos Chocano (Lima, 1875-1934). NARRADOR El que narra la acción. Puede hacerlo en primera, segunda o tercera persona, en número singular o plural. / Omnisciente, si utiliza el procedimiento de narrar como si conociera todo cuanto ocurre y a menudo tiene una opinión sobre lo que sucede. / Aquiescente, cuando aparenta no saber más de lo que saben los propios personajes, se coloca como un personaje más. / Deficiente, si el narrador relata como si supiera menos de lo que saben sus personajes y va descubriendo la acción con ellos. NATURALISMO Corriente literaria de la segunda mitad del S. XIX que surge en Francia y pretende describir la naturaleza con el máximo de objetividad. Sus representantes más destacados son Zola (París, 1840-1902), Flaubert (Ruan, 1821-1880) y en España Emilia Pardo Bazán (La Coruña 1852-1921). NEOCLASICISMO Corriente literaria del siglo XVIII, restauradora del gusto clásico. NEOLOGISMO Palabra nueva en un idioma. Puede tener su origen en la transformación de otra existente, o en una lengua estranjera. Por ej. ejemplarizar o garaje. REALISMO Movimiento artístico y literario que se produce como reacción al romanticismo en la segunda mitad del S. XIX. Intentaban describir la realidad objetivamente. Uno de sus

principales seguidores fue Dostoievski (Moscú, 1821-1881). / En la España de posguerra se desarrolló una literatura llamada "realismo social". REALISMO MÁGICO Corriente literaria nacida en la novela latinoamericana del S. XX, que

tiene

como

principal

representante

al

colombiano Gabriel

García

Márquez (Aracataca, 1928). (Ver también "BOOM") ROMANTICISMO Movimiento literario de finales del S. XVIII, que es expresión del individualismo y liberalismo. Se caracteriza por exaltar todo lo subjetivo en general y en particular los sentimientos. El poeta Gustavo Adolfo Bécquer(Sevilla, 1836-1870) es uno de sus principales representantes. SIMBOLISMO Escuela artística francesa del S. XIX, donde prima el poder de evocación de los objetos sobre sus características propias. SURREALISMO Movimiento literario y artístico surgido en París a principios del siglo XX, como respuesta al excesivo racionalismo en el arte. El Manifiesto surrealista de André Breton (1896-1966) alentaba a los artistas y escritores a liberarse del pensamiento lógico y

exaltar

lo

subconsciente

y

lo

onírico,

Se

puede

considerar

a Guillaume

Apollinaire (Roma, 1880-1918) precursor de esta corriente literaria. ULTRAÍSMO Movimiento literario creado por poetas españoles y latinoamericanos de principios de siglo, que buscaban una poesía basada en la imagen, con carencia de retórica y sentimentalismo. Ultraístas fueron Borges (B. Aires, 1899-1986) y Guillermo de Torre (Madrid, 1900-1971).

UNIDAD 1

Presentación

Problema

En esta unidad Usted estudiante tendrá la oportunidad de tener una visión clara y contundente sobre la literatura prehispánica, de la conquista y la colonia, reconociéndola como la expresión valiosa que le da iniciativa a la manifestación artística y literaria.

Será que una foto de Machupichu servirá de inspiración para escribir una historia de amor? ¿Nuestros antepasados habrán cultivado algún género literario en especial? Competencias específicas Caracteriza la literatura colombiana prehispánica, conquista y de la Colonia, atendiendo a particularidades temporales, geográficas, de género, de autor. Reconoce el valor artístico de las primeras manifestaciones literarias.

1. LITERATURA COLOMBIANA 1.1.

LITERATURA PREHISPÁNICA, DE LA CONQUISTA Y LA COLONIA

1.1. 1. LITERATURA PREHISPANICA

Al hablar de literatura precolombina necesariamente se debe hacer alusión a esa magia de palabras envuelta en un fuerte carácter artístico, con tono religioso que busca explicar el mundo. Bajo esta perspectiva se inicia en este módulo hablando de literatura aborigen, también reconocida como indígena. Aquí en este marco de letras se percibe la representación del inconsciente colectivo,

que nuestros antepasados han heredado para formar nuestra identidad nacional, este conjunto de producciones literarias es la que menos ha sobrevivido debido a la violencia de los conquistadores y los esfuerzos por imponer sus propias costumbres, causaron la pérdida de textos legendarios. Pero algunos de estos textos lograron sobrevivir como: -Popol Vuh -Yurupary: -Algunos cantos, poemas, mitos y leyendas que han sido rescatados. -Bachue: Cultura Chibcha Hay que resaltar en esta cultura la creación oral que fueron manifestaciones acompañadas de música, danzas y canciones, asociadas a las máscaras que pintaban con figuras alusivas a sus ritos y ceremonias religiosas. Esta comunidad sí que se identificaban con la vida social, material y económica de su pueblo. Otro y necesario detalle a resaltar son los patrones culturales, para ello se requiere remitirse al hecho de que después de 500 años, desde la irrupción de la cultura occidental en América, las lenguas indígenas muestran, no sólo su capacidad de resistencia a negarse a desaparecer, sino otros conceptos, otras formas de mirar lo cotidiano y lo sagrado; otras formas de maravillarnos de la riqueza de nuestros idiomas. Para aquellos que aún persisten en negar nuestra validez cultural, los pueblos indígenas no tenemos cultura, sino folclor; no tenemos arte sino artesanía; no tenemos literatura, sino sólo mitos y leyendas orales. Dicho criterio discriminatorio niega el estatuto de literatura a los relatos, canciones, poemas o fábulas indígenas y los nombran -por la obligación de referenciarlos de alguna manera- como mitos y leyendas a pesar de que a nadie se le ocurriría llamar mito, pese a su evidente contenido mítico, a obras literarias como las tragedias clásicas griegas, los poemas homéricos, árabes y chinos ni a parte de la

literatura moderna que se ha denominado "realismo mágico" (Ejemplo Harry Potter) o "real maravilloso". Ahora, la literatura puede ser oral o escrita y dentro de la condición de la oralidad se halla la étnica, quien asume esa característica esencial hablada pública, anónima, colectiva, por su dinamismo es cambiante, actualizada y que presenta múltiples versiones. La posición del narrador cuenta y actúa al mismo tiempo, mientras el público se deja seducir, celebra, protesta y se emociona con la ficción. Con respecto a la literatura indígena escrita es una creación individual o colectiva que se recrea, se piensa y se estructura a partir de los elementos estilísticos y patrones culturales de nuestro pueblo. Cabe en estos momentos una pregunta: ¿Cómo se diferencia la literatura indígena de la indianista? Una sabia y oportuna respuesta es que cada una de ellas tiene sus propias características. En la literatura indianista los escritores no son indígenas, sino que pretenden ser portavoces de nuestra cultura. En la literatura indigenista los escritores tampoco son indígenas, pero tratan de adentrarse en nuestro pensamiento desde su perspectiva, tratan de penetrar nuestra cosmología indígena y sus personajes indígenas son más convincentes. La literatura en lengua indígena es realizada por indígenas que han accedido a la escritura de la lengua autóctona (mapudungun escrito) y están produciendo textos, aunque debe decirse, que el uso escrito del mapudungun aún está siendo empleado sólo como instrumento para decir lo que se piensa y se construye en la forma como se hace en castellano, es decir, falta una reflexión y búsqueda de formas literarias en el mapudungun, reconociendo que su contribución es la escritura en lengua mapuche y la recopilación de la tradición oral existente en las comunidades. Una referencia más son los Quehaceres Cotidianos, la literatura precolombina no es más que el relato de la explicación de los fenómenos naturales, la adoración por medio de sacrificios a los dioses, los sentimientos de odio , amor, venganza etc., y todo lo que se puede llegar a experimentar durante la vida cotidiana de un indígena expresado por medio de pictogramas, que eran básicamente graficados

para enseñar de manera dinámica a los hijos todos los compromisos que se deben cumplir, estas manifestaciones artísticas al ser encontradas por los españoles años después fueron escrita en el papel para dar a conocer esta cultura. Un ejemplo notorio es el Popol Vuh, texto que narra la creación, da explicación a los fenómenos naturales, es comparada con la Biblia por el hecho de ser la guía de vida de los indígenas antiguamente. Esta obra literaria traducida por los españoles nos deja una experiencia de la de la tradición cultural de los indígenas. Las Costumbres-Tradiciones: suele ser el mayor interés del costumbrismo, cuya tendencia artística retrata la sociedad decimonónica colombiana en sus costumbres. Se ocuparon además, de señalar los rasgos generales de un pueblo a través de los personajes de sus relatos. En muchos casos, se asumió una postura crítica frente a la sociedad, pues constituye el retrato de los males de una sociedad por culpa del gamonalismo y las guerras civiles. Se pretendía entrenar o mostrar el colorido y la gracia de una sociedad. Con respecto a los orígenes de los pueblos indígenas, estudios valiosos permiten comprender el vasto mundo del pueblo precolombino. Muchos de sus perfiles sociales han sido traducidos y recuperados. Aunque la conquista de América por parte de los españoles y portugueses destruyó la posibilidad de encuentro con las raíces originales de los indígenas, aún existen zonas donde es viable pulsar la cultura precolombina, la cerámica, la escultura, la arquitectura, la orfebrería. De esos testimonios la fina sensibilidad de su espíritu, su imaginación creadora, su organización social y económica. Cada día nuevas excavaciones revelan ciudades perdidas que permiten precisar algunas respuestas sobre nuestras memorias de identidad. Estos vínculos de ningún modo es posible excluir la voz artística y literaria de nuestras comunidades Indígenas. La cultura precolombina es vista como patrimonio cultural, sus numerosas y bellas piezas cerámicas y esculturas que se exponen en Museos de Colombia y del mundo son el modelo de una cultura prehispánica, que con sus riquezas y

orfebrerías en oro y otros metales, crearon la leyenda de El Dorado. Colombia posee una rica tradición de las letras, que se manifiesta y recrea constantemente en una amplia gama de expresiones literarias. Por lo tanto, existe una gran cantidad de personas, grupos e instituciones que participan vivamente de este proceso de creación y formación de la literatura colombiana. Por último, con el avance de las técnicas empleadas en la agricultura, se da origen a las grandes ciudades en las que ya se puede encontrar toda una organización establecida, desde el punto de vista social, político, económico, religioso y cultural en sus diferentes manifestaciones artísticas, tales como la pintura, la cerámica y la alfarería, el tejido, la danza, la música y el canto, y por intermedio de la tradición oral, la conservación de los diferentes mitos y leyendas, que poseen en su gran mayoría, un elevado sentimiento estético-literario. La palabra aquí surge alternativamente con una idea del mundo, donde sólo es posible expresarla colectivamente en el rito, en el mito, en el baile, en la fiesta y el drama; ella actúa protegiendo y estabilizando a toda una colectividad y al individuo.

Esa forma especial de materializar esa palabra es concebida en los relatos míticos, el poema, el drama, que en sí son creados como textos literarios; la palabra viva, cumple una función fundamental y creadora, poderosa y espontánea, esta emerge ante todo, llena de poesía, frente a una serie de ámbitos como la vivencia trágica y dinámica, contradictoria y radical de la realidad, la fusión de la musicalidad y el ritmo de la naturaleza, las relaciones del individuo con el grupo y de éste con su realidad material. En suma, impregnada de fantasía y emoción encierra su discurso, explicita en una realidad social, la cual maneja ampliamente un conocimiento, un pensamiento y una práctica social.

Se considera algo importante que resaltar en la tradición literaria de nuestros antepasados que esta no solo se redujo a la exaltación de las divinidades y del ambiente natural, sino también que existen innumerables escritos que corresponden a posturas ideológicas sobre la vida, la muerte, el sentido de la existencia, la poesía y los dioses; además de los placeres, la carnalidad y la negación de los principios religiosos propios de su cultura; lo que demuestra que las manifestaciones literarias son vistas como medio de expresión de sentimientos, posiciones, pasiones y, fundamentalmente, visiones de mundo. El Popol Vuh es considera como punto de partida en la literatura centroamericana, libro donde se expresa las creencias de los indios quichés que habitaban en la zona de Guatemala. Se explica en este el origen del mundo y de los indios mayas, a su vez se nos muestra la historia de todos los soberanos. Se puede señalar además, que allí hay una conjunción de religión, mitología, historia, costumbres y leyendas. Es esencialmente una descripción del conjunto de tradiciones mayas de quienes habitaban la región guatemalteca; pero a su vez aparecen agregadas algunas ideas cristianas, lo que hace suponer que el autor conocía a misioneros católicos. No se conoce el nombre del autor pero por datos sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito hacia 1544. Fue escrito originalmente en piel de venado, posteriormente transcrito en 1542 al latín por Fray Alonso del Portillo de Noreña. Yurupary suele ser otras de las manifestaciones literarias, relatada por el indio amazónico José Roberto, escrito en lengua ñengatu, siglo XIX. El conde Ermanno Stradelli lo tradujo al italiano en 1890. Versiones en español por Pastor Restrepo Lince y Susana N. Salessi. Puede decirse que es un mito religioso-agrícola que celebra la fertilidad y, al mismo tiempo, es un ceremonial iniciático para los jóvenes, un rito encaminado a preservar del incesto, un culto a los antepasados, un mito secreto masculino machista, y una exaltación de Yurupary, héroe fabuloso, cuya presencia se invoca para renovar las creencias en sus leyes y enseñanzas.

Este escrito es prueba de que nuestra cultura autóctona está aún presente y viva, pues su culto se practica en numerosas tribus constituyéndose hoy día en el gran mito,

todavía

vigente

de

los

indígenas

colombianos

y

por

extensión,

latinoamericanos; además, es el único texto indígena de autor conocido. Como pueden darse cuenta los dos relatos anteriores ofrecen el sentido de satisfacer el deseo de sensación de toda la colectividad y de acrecentar el placer que el narrador mismo siente en su relato, persiguiendo un objetivo estético, ético y didáctico y que el lector debe descubrir en la comprensión del mismo. 1.2. LITERATURA DE LA CONQUISTA

Al hacer mención de la Literatura de la Conquista se tiene que hablar de aquella que se inicia con el ciclo de fundaciones de ciudades a partir de 1510, luego de los primeros textos que informaban sobre el descubrimiento de los nuevos territorios: los diarios de viaje y las crónicas de Indias.

Remitirse a ese 12 de Octubre de 1492 es hablar del inicio de un cambio profundo y largo para la historia universal. Una expedición comandada por Cristóbal Colón había salido de España con la intención de circunnavegar el globo y encontrar una ruta a las Indias orientales completamente opuesta a la habitual. Y si bien Colón creyó haber tenido éxito cuando desembarcó en las Antillas, el tiempo se encargaría de demostrar que adonde había arribado era a un nuevo continente, desconocido hasta entonces para los pueblos europeos.

De este desconocimiento se derivó el nombre habitual con el que los historiadores se refirieron a este hecho y a los posteriores: el descubrimiento de América. Sin embargo, pronto quedó claro que lo que vino después de ese descubrimiento fue una invasión militar y una conquista especialmente virulenta, que acabó con la aniquilación de numerosos pueblos indígenas y la desaparición de las tres grandes culturas precolombinas: la azteca, la maya y la inca.

Como no podía ser de otra, semejante torrente de acontecimientos inspiró un numeroso conjunto de libros y descripciones que en su mayoría han sido categorizadas como “crónicas” (y sus autores como “cronistas”). Algunas de ellas fueron meras descripciones de las tierras a las que los conquistadores iban llegando. Otras daban cuenta de los pueblos que encontraban, sus costumbres y tradiciones. Poco a poco, cuando la cuestión colonial fue ganando importancia y los propios españoles se dieron cuenta de la magnitud del “descubrimiento”, las crónicas se empezaron a tornar en alegatos políticos a favor o en contra de determinadas actuaciones.

La literatura de la conquista es, pues, este acervo literario producido en su mayor parte por los españoles y europeos que llegaron a América en la primera etapa de la conquista. El primero, sin duda, fue el propio Cristóbal Colón, que escribió un diario desde su salida del puerto de Palos de la Frontera hasta su llegada al posteriormente llamado “Nuevo Mundo”.

Algunos de los famosos cronistas fueron Álvar Núñez Cabeza de Vaca, que da cuenta de su llegada las cataratas del Iguazú (se considera que fue el primer europeo en llegar allí), Bernal Díaz del Castillo, Garcilaso de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala y Fray Bartolomé de las Casas, que con su “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” inauguró el género al que antes hacíamos referencia como la crónica política, abogando claramente por dar a los nativos un trato más civilizado.

Junto a ese mundo descubierto por Colón, también estaba el mundo del pensamiento, de la cultura, del genio español que creaba un nuevo tipo de cultura y llegaba a su máximo esplendor literario con diversas manifestaciones en lírica, novela, teatro, historia y filosofía. Tras el descubrimiento, vinieron los grandes navegantes, los conquistadores y los misioneros. Entre ellos los había eruditos, humanistas, científicos, filólogos y etnólogos pero también, los había de baja condición.

Ahora bien, al ser la conquista española y portuguesa una empresa de alcances heroicos, inspiró como consecuencia, una literatura igualmente heroica. De la misma manera, la historia del descubrimiento y conquista fue plasmada por escrito por los partícipes en los hechos narrados o en otros casos, por los mismos protagonistas; todo esto contribuyó a dotar a la historia de América, de un realismo y un colorido propio que hacen de los cronistas de Indias uno de los momentos más interesantes de nuestra historia y en general de nuestra cultura.

Algo más, la “intención literaria” del cronista nace de la expresión del asombro y de la curiosidad: lo real maravilloso, la exuberancia y la magnificencia de América se arraigan con sorpresa e ingenua admiración y a la vez de codicia en el espíritu de los cronistas y lo plasman por escrito en cartas, en relaciones o en crónicas. Los conquistadores-escritores por ser hombres de acción, no eran en sentido estricto, contemplativos ni creadores de belleza literaria, lo que les interesaba primordialmente era al hombre que debían o querían evangelizar y civilizar; proteger, explotar o esclavizar. Ese carácter aventurero es lo que originaba y los hacía “inesperados escritores”, incluso a insignificantes soldados casi analfabetos que relataban pormenorizadamente hechos, acontecimientos, adornándolos de incidentes como en el género narrativo. Existían otras personas con intereses muy diferentes a la aventura, como eran los integrantes de las comunidades religiosas y los humanistas, que en su mayoría tenían un elevado bagaje de cultura, de erudición y de estilo. En efecto, las crónicas en primera instancia obedecen o están motivadas por ese impulso del hombre a relatar y conservar los propios hechos junto a la noticia de lo visto y lo oído y a investigar, completar y dar a conocer la historia de las culturas aborígenes, máxime cuando el interés del conquistador o del misionero estaba centrado en las maravillas y bienes (materiales o espirituales respectivamente) que le podía proporcionar el Nuevo (¿Viejo?) Mundo. El contraste físico y social entre los dos modos de vida: del europeo y del indígena y las dramáticas aventuras

de

conquista,

impresionaron

la

sensibilidad

del

conquistador,

motivándolo a narrar el maravilloso espectáculo que se ofrecía a su experiencia. La segunda instancia que interviene en la motivación de la crónica, comprende dos tipos de tensión: a) la problemática política, económica, social y religiosa originada por las tensiones manifestadas entre indígenas y conquistadores, entre conquistadores y las instituciones europeas de Estado e Iglesia y b) la problemática de las relaciones entre indígenas y misioneros, entre conquistadores y misioneros y entre estos dos últimos con las instituciones europeas.

Las comunidades religiosas, en especial la de los Padres Dominicos, fueron las que más defendieron al indígena en su proceso evangelizador no solamente ante el conquistador sino ante la corte española. Es precisamente junto al aparato jurídico-económico de la península ibérica en el contexto de la primera mitad del siglo XVI, cuando determinadas manifestaciones culturales comienzan a desarrollarse, donde se destacan por un lado, la generación de escritores españoles como son los cronistas y humanistas que vivían en diferentes localidades del nuevo mundo; por ejemplo, Juan de Castellanos que vivió entre nosotros y redactó sus Elegías de varones ilustres de Indias. Por otro lado, están los escritores criollos que viajan a España atraídos quizás por el boato de la metrópoli, por circunstancias diversas o por razones particulares; es el caso de Juan Rodríguez Freyle cuando expresa: “Yo en mi mocedad, pasé de este reino a los de Castilla, adonde estuve seis años… …con deseo de seguir en ella el principio de mis nominativos”. En efecto, los cronistas al ver con alborozo sorpresivo los nuevos aspectos que a su vista se ofrecían, tienen que convertirse en geógrafos, historiadores y etnógrafos. Según Moreno-Durán, el incipiente desarrollo de una literatura en sentido estricto, obedeció entre muchas otras razones a dos circunstancias: a) a las disposiciones legales de Carlos V que prohibía la redacción, publicación y circulación de obras de imaginación pura. El Consejo de Indias quedó encargado de censurar toda obra que llegara a sus manos b) a la precaria (y casi inexistente) actividad editorial en América [3]. Otro hecho de mencionar, es la prohibición de la imprenta según Camilo Torres. Sin embargo, hubo violaciones a estas disposiciones legales pero en círculos muy minoritarios sin mayor trascendencia, dejando espacio propicio para que se cumpliera lo reglamentado por la corona española. No obstante estas aisladas violaciones, las disposiciones de la censura cumplieron su cometido en su mayor parte y el aislamiento cultural que sufrió América en estos primeros años fue casi total, al extremo de que el ejercicio literario por

excelencia lo constituyó la crónica, este sobrio “genero (…) que, aparte los desvaríos de ciertos frailes, dejó testimonio fidedignos y objetivos. Con todo, la crónica colonial es una fuente básica no solamente para la investigación histórica y filosófica, sino también literaria. Es una base documental de una gran cantidad de riqueza informativa. No se debe ver meramente como un relato descriptivo porque en sí misma posee toda una intención histórica que refleja concepciones, valoraciones y explicaciones, tratando de captar la realidad a la que se enfrentaba. Tal como ya hemos afirmado, los conquistadores, soldados y misioneros, se preocuparon por comunicar a la posteridad o a las autoridades españolas los más importantes acontecimientos de las luchas de conquista. Jorge Orlando Melo, afirma al respecto: Tal vez la misma falta de rigurosa preparación científica y de cristalización de una forma aceptada de escribir historia (y literatura) les permitió interesarse por las costumbres de las sociedades indígenas, la vida cotidiana de las poblaciones coloniales, los actos administrativos vinculados a la vida económica y social, el desarrollo de las primeras instituciones culturales, etc. La clasificación de las crónicas se puede establecer en: diarios de navegación y cartas de relación escritos por los mismos descubridores, por ejemplo Cristóbal Colón y Américo Vespucio; narraciones de los cronistas oficiales, cargo creado por la corona española en 1571, como es el caso de Fray Antonio de Guevara (1526) y Gonzalo Fernández de Oviedo, con Historias de la evangelización del Nuevo Mundo. Por ejemplo, Fray Bartolomé de Las Casas; las crónicas compuestas por indios o mestizos, está el caso del renombrado Inca Garcilaso de la Vega; y por último, las historias particulares no ya de los indígenas en general, sino de territorios determinados, como por ejemplo el del Nuevo Reino de Granada. La crónica específica sobre el Nuevo Reino de Granada tiene su origen y pleno desarrollo durante los siglos XVI y XVII. Los cronistas se presentan como los auxiliares de los historiadores con unos fines muy bien definidos; la investigación,

en el sentido de contar hechos históricos. Este tipo de crónicas presenta dos etapas: La primera de ellas se caracteriza por el vivo deseo de los cronistas, participantes o no en los hechos de la época, de sacar del olvido en que caían los sucesos del Nuevo Mundo y así dejar memoria de ellos a la posteridad. Las crónicas más importantes que corresponden a esta etapa son: Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, (Bogotá, 1955); Fray Pedro de Aguado, Recopilación historial, (Bogotá, 1956, 1957); Fray Pedro Simón, Noticias historiales de las conquistas de tierra firme, (Bogotá, 1882, 1892; 1953). La segunda etapa de las crónicas presenta un cambio notorio en cuanto que: Lo que ahora comienza a entregarse a la percepción son los episodios de una cotidianidad de grávidas conmociones; la época de las “Grandes hazañas” y de los candentes problemas del asentamiento habían transcurrido y la crónica entonces empieza a nutrirse del recuerdo glorioso de aquel pasado (…), y de aquello que de alguna manera se presenta ahora como la historicidad: los habituales sucesos administrativos de gobernantes civiles y religiosos (…), y los curiosos episodios del anecdotario provincial y conventual. El ejemplo más importante de esta etapa son las crónicas escritas por Lucas Fernández de Piedrahita, Historia general de las conquistas del Nuevo Reino de Granada, (Bogotá, 1881; Bogotá, 1942); Juan Flórez de Ocariz, Genealogías del Nuevo Reino de Granada, (Bogotá, 1943), Fray Alonso de Zamora, Historia de la Provincia de San Antonino del Nuevo Reino de Granada, (Bogotá, 1945); Juan Rodríguez Freyle, El Carnero, (Bogotá, s.f.). Ahora bien, la crónica no es un relato neutro; en sí misma es un ordenamiento de los hechos en un “discurso” cuyo texto contiene ideas y concepciones mediante las cuales los cronistas observan, captan, ordenan y describen literariamente o no, los sucesos y concepciones que de alguna manera cumplen una función en el contexto de la problemática de su época. Pero vale la pena preguntarse: ¿Dónde

o en qué radica el valor literario de las crónicas de Indias?, ¿tienen más un valor histórico que literario, o viceversa? 1.3.

LITERATURA DE LA COLONIA

La colonia abarcó más de doscientos años, del siglo XVI al XVIII. La literatura de esta época se caracteriza por la aparición de autores con mayor formación y nuevos temas. Abordemos un poco el termino colonia, cuando un determinado país está en disposición de dominar o ejercer una amplia influencia sobre los destinos de otro, se dice que éste último es una colonia de aquél.

Existen diferentes tipos de colonias dependiendo de si el dominio es directo o indirecto, militar, económico, político o cultural; aunque la mayoría de las veces el colonialismo real incluye en mayor o menor medida todas estas posibilidades.

Con respecto a lo que hace referencia a la literatura colonial se dice que es aquella que se produce en el interior de esas colonias. Dado que s e e s t á hablando de una situación de dominación, esta literatura suele estar producido por los representantes en la colonia del país colonizador, y no de los del país colonizado.

Las primeras obras literarias fueron en efecto escritas por los españoles tras el desembarco de Cristóbal Colón. Y dado que éstos acababan de llegar a un territorio completamente nuevo para ellos, no es de extrañar que los primeros textos que escribieron fueran meras descripciones geográficas de los lugares a los que fueron llegando. Poco a poco, estas descripciones -que se llamaron crónicas- pasaron del mero inventario a desarrollar un estilo más político, a veces con un carácter propagandístico. Así Fray Bartolomé de las Casas, en su “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, rompe una lanza en contra del trato que los españoles estaban dando a pueblos nativos, a muchos de los cuales aniquilaron por completo.

El otro gran campo de la producción literaria colonial fue el religioso. Numerosos misioneros y expediciones nacidas del fervor religioso se asentaron en las llamadas “Indias” durante esta época, y estas gentes acudían allí movidas por una motivación reformadora y evangelizadora que muy pronto les hizo poner por escrito su s sueños y deseos acerca del “Nuevo Mundo”. A veces, estos escritos mostraban un enorme talento literario, como en el caso de la religiosa mexicana “Sor Juana Inés de la Cruz” en el siglo XVII.

El desarrollo de las corrientes emancipadores durante el siglo XVIII fue el acicate que acabaría por cambiar el estilo literario de las colonias, hasta tal punto que los procesos de independencia marcan no sólo el final del colonialismo español en la zona, sino también el de la literatura colonial, que desde entonces busca subrayan las virtudes nacionales y se alía con los estilos literarios en boga en cada momento: romanticismo primero, realismo después y vanguardias más adelante. Fray Bartolomé de las Casas (1484-1566, autor de “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”) Obras 

Historia de la destrucción de las Indias



De único vocationis modo, conocida en español como Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión, 1537



Brevísima relación de la destrucción de las Indias



Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias



Apologética historia sumaria



De thesauris



Treinta

proposiciones

muy jurídicas

Álvar Núñez Cabeza de Vaca (1507- 1559) Escribió relatos y narraciones sobre sus expediciones en su obra Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Adelantado Gobernador del Río de la Plata.

Bernal Díaz del Castillo (1492-1584) Su gran obra titulada "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España" la comenzó a escribir con más de ochenta y cuatro años, teniendo un importantísimo valor ya que a través de ella podemos conocer múltiples acontecimientos que ocurrieron durante esa epopeya. Por esta obra desfilan personajes españoles e indígenas, y se describe a la perfección el ambiente que

rodeaba

a

cada

una

de

las

a cc iones emprendidas,

desde

los

primeros

contactos con

los nativos

hasta

las

grandes expediciones por

Centroamérica, pasando por las épicas batallas en Tabasco y México Tenochtitlan y el gran viaje de Cortés a las Hibueras.

Revisando su obra una y otra vez, la dio al fin por concluida en 1575. La obra incluye un vívido, épico y movido relato de los principales acontecimientos de la Conquista, desde su comienzo hasta la caída de Tenochtitlán, y otros aconteceres que a ella siguieron. Díaz del Castillo falleció en Guatemala en 1584. Sus restos se encuentran sepultados en las criptas principales de la Catedral (hoy en ruinas) de la Ciudad de Antigua Guatemala (originalmente Santiago de los Caballeros de Guatemala).

Díaz del Castillo advierte que no sabe latín ni fue a la universidad, pero eso no era impedimento, porque: Lo que yo vi y me hallé en ello peleando, como buen testigo de vista yo lo escribiré, con la ayuda de Dios, muy llanamente, sin torcer ni una parte ni otra....

Su obra, en efecto, está constituida por su propia experiencia personal, con el propósito de reivindicar el papel que en la conquista tuvieron las personas que como él ayudaron a personajes de mayor nota a conquistar una celebridad derivada más que nada de historiadores afectos a protagonismos singulares, como Francisco López de Gómara, de forma que oscurecieron el papel fundameistó, y los capitanes y soldados que lo ganamos quedamos en blanco, sin haber memoria de nuestra personas y conquistas, que por sublimar a un solo capitán quieren deshacer a muchos. La Historia verdadera está escrita con una gran vivacidad y llaneza, y un gran aliento épico, de lo cual nace su mérito literario. El mismo lo indica: Según nuestro hablar de Castilla la Vieja, y que en estos tiempos se tiene por más agradable, porque no van razones hermoseadas ni policía dorada, que suelen poner los que han escrito, sino todo a las buenas llanas, y que debajo de esta verdad se encierra todo bien hablar. (CCXII, p. 303)

En el transcurso de sus narraciones indica qué sucesos presenció, cuáles le contaron sus compañeros y cuáles conoció por papeles o escritos de otros. El motivo que le incitó a escribir fueron las inexactitudes de López de Gómara y su crónica, y reivindicar la conquista de México como empresa colectiva, donde tanto protagonismo como el que se imputó a Cortés debería haber correspondido también a sus hombres y principales capitanes; sus contemporáneos (Antonio de Solís, por ejemplo) entendieron, sin embargo, que lo que le movió fue una cierta envidia a Cortés. La Historia verdadera fue vertida al francés por el poeta parnasiano francés de origen dominicano José María de Heredia en tres volúmenes (1877-1878). Inca Garcilaso de la Vega Siguiendo las corrientes humanistas europeas en boga en su tiempo, Garcilaso, el Inca, inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano, y en especial en el del Virreinato Perú. Considerado como el padre de las letras del continente, en 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto , título que quedó sintetizado en La Florida del Inca. La obra contiene la crónica de la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana. El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios reales, la primera parte de los cuales apareció en 1609, también en Lisboa publicada por Pedro Craasbeck. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, escuchado directamente de sus parientes, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del Virreinato del Perú, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados, tanto conceptual

como

estilísticamente,

de

salvaguardar

la

memoria

de

las

tradiciones de la civilización andina. Por esta razón es considerada su obra

maestra

y

se

la

ha reconocido como el punto de partida de la literatura

latinoamericana.

La segunda parte fue publicada en Córdoba, en 1617, con el título "Historia general del Perú: trata el descubrimiento del, y como lo ganaron los españoles, las guerras civiles que hubo entre Picarros, y Almagros, sobre la partija de la tierra, castigo y levantamiento de tiranos, y otros sucesos particulares. "

Sus obras reflejan lo siguiente: 1. Una educación formal esmerada, tanto en su patria como en España, pues aparte de sus dos lenguas maternas (español y quechua) hablaba latín. 2. Su familia materna eran los antiguos gobernantes Incas, y por ello, él describe a los Incas como monarcas benévolos que gobernaban un país donde todos vivían en una patria de justicia y piedad con los pobres. 3. A manera de ejemplo, Garcilaso sólo reconoce los sacrificios humanos, una práctica ancestral más antigua que el imperio inca, pero niega que también se dieron en el tiempo de la colonia. Felipe Guamán Poma de Ayala (1536-1616) es alguno de los principales cronistas de la literatura colonial. Su única obra conocida, escrita bajo el título de El Primer Nueva coronica y buen gobierno (sic, corónica por crónica) fue dirigida al rey en la que sus dibujos describían la pésima situación de los indígenas La coronica escrita por Guamán Poma, demuestra el dominio

del

autor

del

idioma

español

fuertemente quechuizado (de ahí que su título sea coronica y no choronica a la usanza española de la época), además del manejo rudimentario del latín. Antonio de la Calancha en su obra (1639) aclara, que significa "corónica": "a Saturno lo llamaron Cronos que es el tiempo, a ese Saturno le pintaron en el braço una serpiente en forma de corona, porque lo circular del año es corona del tiempo, y las Corónicas tratan de los tiempos i los años, recebid esta Corónica en corona, que

onrándola con ponerla a vuestros pies, será

averme puesto corona Real en mi cabeça". Se trata de un ideario indígena anticolonialista en la que sus dibujos describían la pésima situación de los indígenas.

Desterrado por el corregidor de Lucanas hacia el año 1594 o 1595, se dedicó a recorrer durante varios años todo el país y a escribir su Primer Nueva Coronica y Buen Gobierno, uno de los libros más originales de la historiografía mundial. En esta obra, de 1.180 páginas y 398 dibujos, que registró hasta 1615 la visión indígena del mundo andino y permite reconstruir con todo detalle aspectos de la sociedad peruana después de la conquista, a la vez que ilustra sobre la historia y genealogía de los incas. La obra, dedicada a Felipe III de España y enviada a España en 1664, se extravió pero fue encontrada 300 años más tarde. Hoy se conserva en la Biblioteca Real de Copenhague y se puede consultar en línea.

Guaman Poma de Ayala se retrata a sí mismo como un viajero ya anciano «de ochenta años», que ha pasado las últimas décadas recorriendo los reinos del Perú y recogiendo información para su obra. En un principio, el cronista huamanguino estuvo de acuerdo con la civilización del mundo andino. Pero a partir

de

1606,

muerto

el

arzobispo

de Lima,Toribio de Mogrovejo, el

nombramiento de Francisco de Ávila como inspector de idolatrías supuso un cambio en la valoración que Guaman Poma tuviera sobre la extirpación de idolatrías. Francisco de Ávila (Cusco, ¿1573?-Lima, 1647) y su campaña representaron los métodos más violentos que sufrieron los andinos hasta entonces; la severidad de esta política causó un cambio profundo en la valoración del cronista Guamán Poma sobre la conquista.

1.4.

EL CRIOLLISMO, EL NEOCLASICISMO Y EL ROMANTICISMO

Al hablar de criollismo en el escenario literario, necesariamente se debe hacer mención del concepto de criollo, este alude al proceso que lleva al colonizado a asumir una identidad nativa y a naturalizar su relación con el pasado remoto de la tierra que habita. El criollo acepta entonces, como propios rasgos que se consideran auténticos en el indígena. Se designa al descendiente del colonizador que con frecuencia era el hijo mestizo del conquistador.

Además se puede decir, que una gran parte de la población, que no descendía de los conquistadores, se consideraba criolla. En pocas palabras, el criollismo alude a una ideología que asumen todos los que sin ser indígenas, utilizan estrategias para representar el pasado indígena como si fuera suyo y se sirven de estas ideas, cargadas de emotividad, para producir cambios culturales y políticos significativos y para enfrentar el poder colonial.

El Criollismo como corriente literaria se dio entre el período 1900-1940, más que un movimiento meramente literario, constituye todo un dispositivo ideológico, que Roland Barthes lo resume en la siguiente expresión: “Vivir como natural lo que en verdad es histórico”. La noción histórica que el Criollismo pretende neutralizar es el Estado-nación moderno y su representación, del que la literatura criollista es como componente esencial. Este movimiento busca incorporar por medio de la prosa el mundo y el sentimiento de lo vernáculo y “elevarlo a una categoría artística”. Por consiguiente el Criollismo fue el ensayo y la explicación de ese ser, plenamente integrada con su tierra, los personajes encarnaban los valores propios de una nación; su exaltación iluminó el camino que debían seguir. Lo criollo en América significa un proceso de cristalización cultural que en lo político se manifiesta en la independencia, y en lo cultural representa una vuelta a las propias raíces populares de una historia, un contorno social, unas fuentes idiomáticas muy profundas. Algunos autores emplean este término para referirse a lo estrictamente regional. Y es que lo regional, como condensación de una

búsqueda poética en la propia tierra, es un término (aplicable a toda manifestación intelectual o literaria) que encuadra perfectamente en el sentido último del complejo fenómeno criollista. Realmente, cuando en estos pueblos de Hispanoamérica se muestra en ebullición el deseo ferviente de lograr una independencia a todos los niveles, se da lo que los historiadores han llamado criollismo. La independencia va a ser un proceso lento y difícil: muchos factores se van a conjugar para que se pueda llevar a cabo. Los pueblos de España, Portugal, Francia e Inglaterra habían ido fusionándose con la comunidad americana, estableciendo lazos exteriores, como nuevas fórmulas de convivencia, nuevas técnicas en el camino para adueñarse de la naturaleza, al mismo tiempo que vínculos, de significación humana profunda, como la sangre, el idioma, la religión. Esta labor soterrada, oscura, pero intensa, iría condicionando, a lo largo no ya de los años sino de los siglos, el clima humano y social de estos pueblos. Asimilarían un espíritu, una nueva concepción de la vida que devendría en progreso y en desarrollo de la vida comunitaria y laboral. Pero, al mismo tiempo que se iba estableciendo esta fusión de razas y modos de vida, se iba incubando, precisamente, el criollismo, como impulso enérgico que rompería con aquellos moldes impuestos para volver a esa América que había sufrido tan serias y graves transformaciones. Situándonos en el plano concreto de lo cultural, bien podría decirse que la que se podría llamar «liberación cultural» no se produce hasta el s. xix, puesto que los lazos que unían al continente americano eran muy fuertes, por dos razones fundamentales: los mismos vínculos idiomáticos, y la tendencia a beber, culturalmente, en las fuentes europeas. La literatura anterior al s. xix, llamada literatura colonial, había nacido sobre la base de dos civilizaciones: la europea y el tronco común de civilizaciones antiguas, muy florecientes, como fueron la inca, maya, etc. En cuanto a su posición lingüística, la clave del estilo criollo radica en la profunda y espontánea asimilación de la lengua indígena, se levanta el edificio de

imágenes, estructura, temática, lenguaje. El origen de la simbiosis idiomática ha sido

certeramente

resumida

por

Ramón

Menéndez

Pidal:

«En

fin,

el

descubrimiento y colonización de América, puso al español en contacto con la muchedumbre de lenguas del Nuevo Mundo. Claro es por su inferior desarrollo respecto del español y por su mucha variedad, las lenguas americanas no pudieron resistir la invasión de la española. Hasta se propagó con relativa facilidad, pero sin eliminar por completo los idiomas indígenas, y claro es que los productos naturales, la fauna, los utensilios y las costumbres de las tierras recién descubiertas influyeron demasiado, profundamente en el comercio y la vida, no sólo de España, sino de Europa entera, para que no se importaran con los objetos multitud de nombres extranjeros. Los primeros indígenas con que tropezaron los descubridores pertenecían a la familia de los Arahuacos, extendida por la Florida, las Antillas y regiones varias de Venezuela, Colombia y Brasil; ellos, a pesar de su estado de cultura, inferior al de otras razas americanas, enseñaron primero a los españoles muchos vocablos de cosas de allá, que no fueron después sustituidos por los propios de pueblos más cultos, como los aztecas y los incas».

El primer problema con que habían de enfrentarse los artífices de lo criollo, era evidentemente lingüístico: de ese modo, conquistando una lengua, ponían los primeros pilares de su libertad. En este contexto de ideas cabe preguntarse: ¿cuál sería la técnica literaria del criollismo? Se muestra como una búsqueda en lo regional que se materializa en lo natural. Puede afirmarse, que mucha de la literatura criollista, indigenista es modernista, puesto que esta buscó cristalizar la necesidad de autenticidad y darle libertad de expresión y estilo. Como se expresó anteriormente, la literatura como la vida colectiva, sufría cambios trascendentales, a la vez que se consolidaba la independencia política. Surge entonces, como consecuencia, un nuevo modo de contemplar las cosas; se vuelve al paisaje, a las formas primitivas de vida. América no dejó de responder a

esta orientación vital. Precisamente el criollismo es la búsqueda de esas esencias que logran la afirmación cultural latinoamericana y proclaman su diferencia con respecto a la cultura europea y universal. Las características fundamentales son:  Recurre a la representación estética, a la abundancia de figuras y signos considerados característicos de un país o región, precisamente para conseguir su objetivo. Por ejemplo: presenta las descripciones del gaucho, el llanero, el guaso, etc.  Dominan el manejo de la lengua y conocen a fondo los regionalismos de vocabulario sintácticos, que usan sin prejuicios en sus obras.  Las acciones de las novelas se sitúan preferentemente en regiones no modernizadas. Por ejemplo, en las pampas, en el campo.  La tierra es un elemento esencial en las obras del Criollismo. El costumbrismo, el telurismo o el regionalismo son categorías que se superponen en el entendimiento tradicional del término.  La literatura se constituye en una forma propagandística masiva al servicio de la integración nacional, pero al mismo tiempo es un fenómeno concomitante del proceso modernizador.  Finalmente, conocen a fondo la psicología de los habitantes de esas regiones, y los presentan con exageraciones o idealizaciones irreales. 1.4.1. En el Neoclasicismo hay una vuelta a los modelos clásicos greco-latinos en todos los géneros. Es así como se aprecia en la poesía la belleza armónica y el equilibrio estructural; en el teatro se recupera la regla clásica de las tres unidades, unidad de tiempo, acción y espacio; y en la narrativa se tratan con verosimilitud o espíritu crítico temas de la actualidad. Como características esenciales se mencionan. 1. Generales: Versatilidad, todos los sucedidos debían de ser posibles, por lo que se omitía no solo lo insólito y anormal, sino también lo cotidiano Imitación de la

naturaleza humana solamente del lado bueno ya que la literatura tenia una función moral. Decoro interno, equivalente a la unidad del tono, los personajes debían permanecer inconmovibles y comportarse de la misma manera de principio a fin Decoro externo, que es respetar las leyes morales de la sociedad. Función moral y didáctica pero también de agradar y conmover al público. El arte debía de ser una síntesis totalitaria entre lo bello y lo útil. La norma y el orden se hicieron indispensables para la creación literaria. La creación literaria se transformó en maneras supuestamente sencillas y naturales. Los principales principios son: la imitación, la simetría, la frialdad y la rigidez 2. En la Poesía: Influencia española del siglo XVIII (principalmente Quintana, Meléndez Valdés, Cienfuegos y Cadalso), pero se agrega la imitación de otros autores europeos: Francia (Rousseau, Voltaire y Montesquieu; los prerrománicos, Chateaubriand y Madame de Stäel; y los románticos, Lamartine y Víctor Hugo); Inglaterra (Milton, Young, Pope y Byron); Estados Unidos de América (Tomas Paine, Jefferson, Hamilton, Madison, Jay, o sea los autores de El Federalista); Alemania (Schiller, Goethe y Lessing) Influencia de los maestros de la antigüedad latina (Virgilio, Horacio, Ovidio, Lucrecio) y

griega

(Anacreonte,

Homero),

en

particular

el

virgilianismo

o

contemplación serena de la naturaleza y alabanza del campo y sus faenas e influencias también de los libros de la Biblia Poesía de contenido ligero sobre el tema del amor, y poesía civil sobre el progreso y las ciencias. Renacimiento de la fábula, el epigrama y otras composiciones festivas o moralizantes. Preeminencia del paisaje americano como motivo descriptivo, incluida su flora y fauna.

Auge de la poesía patriótica, en forma de odas e himnos heroicos, sobre los hechos de guerra de independencia. Entrada en el vocabulario literario de formas regionales o vocablos locales. Nacimiento de la poesía gauchesca en el Río de la Plata 3. En la Prosa: Aparición del periodismo político, social y económico, como medio de difusión de las nuevas ideas y de divulgación del espíritu revolucionario. Preferencia por los ensayos, proclamas, historias y discursos. Nacimiento de la verdadera novela realista hispanoamericana en México En síntesis, el Neoclasicismo tiene como preferencia la razón frente a los sentimientos, se imponen además, reglas a las que se deben ajustar las obras literarias y como consecuencia se rechaza lo imaginativo y lo fantástico, ya que no se escribía para entretener, sino para educar a las personas. Por eso, los poetas de este movimiento adoptan dos temas: el bucólico o pastoril y la fábula. Los autores que se resaltan son: Juan Meléndez Valdés : Este hombre nació en el año 1754 en Ribera del Fresno, Badajoz. Es un Poeta y político español. Colaboró con el gobierno de José Bonaparte (Rey de España), por lo que se tuvo que exiliar a Francia tras la guerra de la Independencia. Se reconoce por ser parte de la Poesía bucólica o pastoril donde aparecen pastores en paisajes cantando y tocando sus flautas. Sus principales obras son: Letrillas como La flor del Zurguén, Doña Elvira, enriquecida con reflexiones morales está La oda “la noche y la soledad”, escribió varias Églogas en las que recupera los temas pastoriles de la bucólica y por ultimo escribió

Elegías

dedicadas a un amor desconocido del poeta. Murió en Francia en el año 1817.

José Iglesias de la Casa: Nació en Salamanca en el año 1748, es un poeta español perteneciente al grupo literario formado por fray Diego T. González, Jovellanos y Meléndez Valdés. Es importante su obra satírica, y también sus poemas de metro corto como las letrillas agrupadas con el título de La esposa aldeana. Escribió La niñez laureada, en loor de un niño precoz, y el poema didáctico La Teología. Compuso numerosas poesías religiosas y profanas. Lo único que se salva de su producción son las composiciones jocosas, algunas de las cuales son notables por su gracia y ligereza. Murió en Salamanca en el año 1791. En el siglo XVIII también se cultivó la fábula con el objetivo de ofrecer al lector consejos y enseñanzas morales puestas en boca de animales. Grandes fabulistas fueron Iriarte y Samaniego. Tomás de Iriarte:

Nació en La Orotava, municipio español al norte de la

provincia de Santa Cruz de Tenerife, Canarias, en 1750. Sus obras teatrales tuvieron un gran éxito al hacer llegar al público general la corriente neoclásica. Además de su teatro, Iriarte destacó con sus poemas agrupados en Fábulas literarias (1782), en clara competencia con Samaniego. Una de sus fabulas se llama EL burro flautista. Murió en Madrid en 1791. Félix María Samaniego : Nació en La guardia (Álava) en 1745 y murió en el mismo pueblo en 1801. Estudió en Valladolid y viajó por Francia, cuya influencia se advierte en la única obra por la que lo conocemos: las Fábulas morales, 157 fábulas distribuidas en 9 libros, escritas para los alumnos del seminario de Vergara Entre otros autores se pueden encontrar: José Cadalso: Nació en el año 1741 fue un literario y militar español. Perteneciente a los Jovellanos. Cadalso escribió un libro de versos, Ocios de mi juventud, publicado en 1773. En esta obra Cadalso usa el nombre poético de

Dalmiro, y a veces dialoga mediante la poesía con su amigo, el poeta Juan Meléndez Valdés. La obra más famosa de Cadalso, sus Noches lúgubres, fue escrita en 1774 y publicada póstumamente por entregas en el Correo de Madrid en los años 1789 y 1790. En 1790 se publicó El buen militar a la violeta, una sátira de la vida militar Murió en el año de 1782. Fray Diego Tadeo González: Nació en Ciudad Rodrigo, en el año de 1733, fue un poeta español, A Fray Luis le debemos su poesía religiosa, singularmente sus traducciones de los Salmos XI y X y del Magníficat. Junto a ello, y a instancias de Jovellanos, se incorporará a la llamada Poesía Ilustrada en obras como Las Edades (1776) o A las nobles artes (1781), bien que será siempre la vertiente anacreóntica y amorosa la que predomine en su obra. 1.4.2. El Romanticismo en Colombia

Movimiento literario que surgió en el siglo XIX, representa el individualismo, la libertad de creación y la expresión artística, se convirtió en una actitud frente a la vida. En Colombia, coincide con la gesta de la independencia (1810). Se destacan G temas, como: la expresión de la intimidad, se exhiben sus propios sentimientos, adaptados al paisaje, se reconstruyen aspectos del folclor y las manifestaciones culturales del territorio colombiano. Se manifiesta en los géneros narrativo y lírico. Sus principales representantes fueron: José Eusebio Caro, Gregorio Gutiérrez, Julio Flórez, en especial Rafael Pombo y Jorge Isaacs. “Se dice que el romanticismo fue el movimiento más enérgico y revelador del siglo XIX. No surgió como una necesidad histórica y social, como sí ocurrió en otros países, surgió como consecuencia de una fuerte influencia del pensamiento liberal francés que llegó a nuestro continente a través de protagonistas de las repúblicas que se estaban conformando”.(1) Por lo tanto, se dio como una reacción frente a la tradición establecida; propugnaba la emancipación del individuo, cuyos rasgos particulares parecían correr el peligro de disolverse en la colectivización social creciente. Lo subjetivo, lo irracional y lo imaginativo empezaron a abrirse paso en un movimiento que planteó un giro total hacia lo humano, la naturaleza y la belleza inalcanzable, ideal y sublime. Los artistas románticos buscaron una huida de la realidad circundante, en busca de los territorios menos explorados, dando rienda suelta a la fantasía, la emoción y el encuentro con la naturaleza y la historia remota. La poesía, el teatro, la novela, el ensayo, el artículo de costumbres y la leyenda son las formas literarias más abundantes del romanticismo. Bien puede decirse que el movimiento es responsable del auge que goza la novela y de su afianzamiento como género tras los primeros intentos en la época anterior. La novela más representativa aunque algo tardía del periodo es, sin duda, María (1897) de Jorge Isaacs. 1. El romanticismo. Santafé de Bogotá: Biblioteca de Autores Colombianos, p. 53.

Asume como características importantes las siguientes y que figuran en el siguiente mapa conceptual:

El Romanticismo en sí mismo, como movimiento literario encierra elementos que le permiten ser considerado como una actitud vital, lo que se conoce mejor como una visión de mundo:  Tiene su origen en un movimiento filosófico del espíritu, que busca la explicación del mundo interno y del mundo externo, y la busca no por filosofar, sino por la preocupación racional ante los problemas que plantea la propia existencia: es filosofía inspirada por intereses subjetivos. Es, entonces, un movimiento que toca cuanto existe en el hombre y fuera de él.  Tiene por objetos preferentes: el amor, con sus aspiraciones infinitas y la religión, como satisfacción de ellas.  También tiene por tema la patria y la naturaleza. La naturaleza es mirada no por sí misma, sino en relación con el sujeto, y por eso, bajo los aspectos que sintonizan con los actos psicológicos predilectos del sujeto: aspectos que despiertan el sentimiento de más allá (aspiración al infinito, nostalgia, recuerdo).

 Su manera propia de ver las cosas es traspasar los límites de ellas: los límites del espacio, en lo sensible y objetivo, para buscar relaciones más profundas con sus causas invisibles o con el espíritu; los límites de los actos psicológicos, en cuanto presentes y finitos, para dejar desplegar el germen de infinidad que ellos entrañan en la aspiración hacia su propia perfección y continuidad; los límites del tiempo, para evocar el pasado y aspirar a un futuro sin término: la eternidad.  Por significar todo eso una concepción especial de la vida, aspira a encontrar una forma propia y prescinde, sobre todo, de la imitación clásica. Estas características son propuestas por OSPINA, Eduardo. (1952).

Hay que anotar ciertas características propias que surgen de la experiencia y también de los modos de ser de los hombres en cada región geográfica, entre las que se citan:  El Sentimiento del Infinito: un sentimiento inefable que los románticos cantaron y

loaron desde el inicio, porque supone el anhelo de algo

inabarcable.  El Recuerdo: Como momento pasado, el recuerdo transporta y ahonda el dolor del

poeta, a la vez que maravilla con su vivificante influjo. “El

romanticismo toma el vuelo regresivo del recuerdo para hundirse en la vaga lejanía y abrir más horizontes a su aspiración” El romántico siente hondamente el melancólico placer del recuerdo. (2)  El Amor: Tanto el infinito como el recuerdo tienen relación directa con el amor porque de éste derivan las dichas y penas que el romántico llega a sentir. El amor es el centro de las

preocupaciones de la vida del

romántico, porque de él depende todo. Pero es efímero, como todo en la vida. De él sólo queda la añoranza. 2. OSPINA, Eduardo. (1952). El romanticismo. Santafé de Bogotá: Biblioteca de Autores Colombianos, p. 43

 El Patriotismo: ineludible resulta cantar loas a la propia tierra. Es el humus que nutre la semilla romántica. Por supuesto, el alejamiento de la patria alimenta también la melancolía romántica y la ejercita.  La Naturaleza: El orden natural, en su extensión, tiene las características del infinito inconmensurable pero conocido por el romántico. Es éste quien luego equipara la divinidad con la Naturaleza y una llega a ser otra. Incluso se habla de dos que hacen uno (Naturaleza y Dios, panteísmo). La subjetividad juega aquí su importante papel, al igual que la imaginación. Incluso, puede hablarse de cierto antropomorfismo por la similitud entre paisajes y estados contemplativos del alma. Los autores románticos colombianos más sobresalientes: 

Rafael Pombo (Bogotá, 1833 – 1912). Uno de los poetas románticos más importantes del continente, Pombo escribió fábulas célebres como El renacuajo paseador y La pobre viejecita.



Jorge Isaacs (Santiago de Cali, 1837 – Ibagué, 1895). Su padre era un judío inglés procedente de Jamaica, que se instaló primero en el Chocó y después en Cali, donde se casó con la hija de un oficial de la Marina española. El padre fue propietario de la hacienda "El Paraíso", el escenario de la obra más importante del escritor, su novela María.



José Eusebio Caro (Ocaña, 1817 – Santa Marta, 1853). Fue ideólogo y fundador del partido conservador colombiano, viajó a EE.UU. en 1850, regresó a Colombia en 1853 contagiado de fiebre amarilla y murió en Santa Marta. Sus obras: Héctor, Una lágrima de felicidad, El pobre, Estar contigo.

Cronología del Romanticismo en Colombia La cronología histórica establece que en Colombia el romanticismo se presentó en tres etapas bien diferenciadas. Según Orjuela establece: Etapa prerromántica: La que concierne a su llegada al territorio patrio con motivo de

la

gesta

libertadora

independentista

que

pretendía

rendirle

homenaje

a

los próceres y que tenía como motivo el costumbrismo y la

descripción de sencillos sucesos cotidianos. Esta etapa es pródiga en

representantes, entre quienes se suele citar a José María Gruesso, José María Salazar y Juan Fernández, quienes en sus composiciones líricas enfatizan y exaltan los valores de la tradición y el sentir criollo, tendiente

a

una

remota

emancipación.

españolizado

pero

Sus composiciones así lo

demuestran. Es una época de grandes tensiones sociales, acompañada de una gran zozobra política que va a dar paso a la independencia de España. Romanticismo en

pleno:

aunque

el

gran

movimiento

romántico

en

Europa declinaba, no puede dejar de notarse la influencia que algunas obras y autores representativos del movimiento romántico europeo iban a tener para consolidar una visión romántica de la vida, propia a nuestros connaturales. Los procesos independentistas ya habían ocurrido y el país estaba dirigiéndose políticamente a su estabilidad institucional, política, económica y social. Pero la historia registra que este proceso tardaría décadas en llevarse a cabo, nunca logrado realmente. Es la época de guerras civiles más encarnizada que se han visto en la historia de Colombia. En este momento la visión de mundo que era común al romanticismo ya hacía parte de la forma de pensar de los escritores y poetas de varias comunidades artísticas (La Eutropelia, el Mosaico, rezagos de La Bagatela, tertulia artístico-política); la visión romántica de la vida se establece, porque las pugnas independentistas habían dado paso a cierta estabilidad y los escritores buscaban hitos representativos para consolidar una idea de nación en el recientemente constituido estado, aparte de buscar en el pasado indígena, ancestral y superar la conservadora y españolizante visión colonial de la vida, muestra del vasallaje de nuestra tierra al dominio español y la implantación de una nueva forma de ver la realidad. El temario del movimiento se impone y a los temas habituales se une el homenaje a la raza, el orgullo nacional, el canto al paisaje y la descripción del color local en cuanto poema y libro fuera posible hacerlo. Es el momento

de

mayor

auge

que

supone la aparición de obras representativas y autores reconocidos como tal. Es la época de Jorge Isaacs y María.

Postromanticismo: Para fines del siglo XIX, Colombia, hundida en una crisis económica, política y social sin precedentes pasa de ser una nación gobernada por progresistas liberales (los radicales, quienes creían tener en la Constitución de 1863 su carta de navegación) y pasa a ser gobernada a partir de 1885 por la hegemonía conservadora denominada Regeneración, que buscaba reimplantar el ideario cristiano y abandonar la visión secular frente a la educación y el bienestar social. Regresan las órdenes religiosas expulsadas y el país sufre un retraso en su progreso social más o menos considerado por los historiadores como de inicios de siglo

(pero

del siglo

XIX,

me

refiero).

Atraso, pobreza, analfabetismo, déficit fiscal, devaluación de la moneda son los legados de la Regeneración, además de orientar el país a una constitución conservadora,

de

marcado

carácter tradicionalista (“godo”, como lo dice

escuetamente El Zancudo). Las vicisitudes políticas cambiaban los idearios sociales y, por tanto, las temáticas de los escritores y poetas buscaban nuevos rumbos para el arte que se manifestaban en la inserción de corrientes modernistas y simbolistas. Liberales y conservadores mantuvieron en el recuerdo al movimiento romántico, pero ante su consigna revolucionaria por una parte y la amenaza de atraso que significaba su mensaje por la otra, prefirieron dejarlo a un lado, obviarlo, clausurándolo y enterrándolo en el viejo baúl de los recuerdos. José Eusebio Caro, a pesar de haber muerto mucho tiempo atrás, vino a ser recordado y homenajeado por los regeneradores, que buscaban en el pasado figuras descollantes pero pétreas para el homenaje nacional. Tanto Silva como Isaacs irían a tener un funeral de tercera, por cuanto sus logros estaban aparejados a los logros liberales. La triste faz arcaizante del cristianismo decimonónico (promulgado por Chateaubriand en su muy influyente Genio del Cristianismo) vendría a asociarse con las grandes obras románticas, y de esta forma es que Isaacs y Pombo pudieron entrar al Panteón Nacional, gloria excelsa de la patria y que sacralizaba las producciones románticas de antaño. Esta última etapa, por ser netamente desarrollada en el período de la Regeneración y de la hegemonía conservadora, tendió a ocultar las glorias

del romanticismo y a sumergirlo en un soporífero tufillo de incienso y mirra, un

producto

del cristianismo a ultranza que los conservadores tanto

promulgaban. Corresponde a Julio Flórez el dudoso honor de ser “el último romántico” en Colombia, por lo menos reconocido como tal. Permanece en esta última etapa referible del romanticismo como el cantor de la raza, ilustre compositor de prosas populares y que será recordado como el que supo darle al pueblo

su voz más afinada.

Es momento de establecer nuevos

derroteros en las letras colombianas. 1.5. EL COSTUMBRISMO EN COLOMBIA Se afirma que el costumbrismo literario es la aplicación de un

movimiento

artístico, que refleja los usos y costumbres sociales sin analizarlos, ni interpretarlos, ya que de ese modo se entraña en el realismo literario, con el que se halla directamente relacionado. Así se limita a la descripción, casi pictórica de lo más externo de la vida cotidiana. El movimiento literario surge en el siglo xix en España como un cuadro en el que se crean escenas y tipos representativos de determinados estilos de vida. Nace entonces, como una representación por lo nacional y lo social. Su sentido crítico frente a las costumbres más arraigadas de cada pueblo. En Colombia aparece entre los años 1830-1880, fue cultivado por terratenientes cultos que no se decidían a ser verdaderamente literarios, sino que en sus ratos de ocio liberaban sus aficiones o ilusiones, escribiendo artículos, crónicas y muchas veces novelas que revelaban su visión de las relaciones socio-laborales del mundo rural. Las características que se resaltan son: 

Predominio de la descripción frente a los diálogos



Propósito didáctico, moral o político



Temática relativa a la descripción de tipos, lugares y entorno social



Prosa regional y local



Estudio pintoresco de la cotidianidad provinciana y rural



Busca defender la tradición frente al influjo extranjero



Color local, énfasis en el enfoque de lo pintoresco y representativo



Popularismo: sátira y crítica social con intención de reforma



Reproducción casi fotográfica de la realidad con escenas a veces muy crudas y vocabulario rudo y hasta grosero.

Autores representativos JOSE EUGENIO DIAZ CASTRO (Soacha, 1803 - Bogotá, 1865). Célebre por su novela Manuela, considerada en su época la novela nacional y una de las iniciadoras del género costumbrista en Colombia. EUSTAQUIO PALACIOS (Rodalnillo, 1830- 1898). Su obra más importante es El alférez real de corte histórico-romántico. LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE (Bogotá, 1838 -1887). Su novela Tránsito relata el encuentro de un joven de la capital, Andrés, y una campesina de la provincia, Tránsito. TOMÁS CARRASQUILLA: Nació en Santo Domingo, departamento de Antioquía el 17/01/1858 y falleció en Medellín 19/12/1940. Se podría decir de este escritor, que retrató en forma meticulosa el realismo de las condiciones de vida, el ambiente y a los habitantes de la región de Antioquía. En sus diálogos ponía de manifiesto la manera de hablar de las personas antioqueñas comunes y con toda su gracia y defectos. Se ven palabras deformadas y con ortografía caprichosa. Tomás Carrasquilla, hijo de don Raúl Carrasquilla Isaza y Ecilda Naranjo Moreno, vivió holgadamente ya que su familia poseía la explotación de algunas minas, de ese modo podía él dedicarse a escribir. Tal conocimiento de la actividad minera, sería luego tema de sus obras. También podemos recordar que participó en el diario "El Espectador", diario este que permanece en la actualidad. Tomás Carrasquilla conoció a José Asunción Silva, con quién luego se pudo comparar un paralelismo en sus vidas con respecto a las situaciones financieras al perder ambos, sus fortunas personales.

De su obra se pueden citar: - Su primer novela "Frutos de mi tierra" -A José Asunción Silva, rinde homenaje con la publicación de "Por el poeta" -Trilogía "Hace tiempos - "La Marquesa de Yolombo" -Simón el mago" -"A la diestra del Dios Padre", entre otros. De este último tomaremos un fragmento, para graficar el modo de hablar de las personas antioqueñas que Carrasquilla refería en sus escritos. 1.6. DE LOS MIL DIAS A LA VIOLENCIA: LA NOVELA DE ENTREGUERRAS

Con la inevitable -aunque ambigua y desigual- exposición de los efectos de la violencia partidista que vivió Colombia durante las décadas del 50 y 60 (el hecho socio-político e histórico más impactante que ha vivido el país en este siglo), surgió en la literatura colombiana una tradición de escritura que se inicia como puro testimonio y logra con el tiempo afianzarse como una opción estética en la

que la fuerza de lo temático va dando paso a la elaboración de obras de gran alcance y valor artísticos. Quizás, como se verá en el caso de García Márquez, la evolución misma de la novela sobre la violencia se explique por la conjunción de dos factores: de un lado la imposibilidad (dado el choque tan fuerte que significó este periodo de violencia) de sustraerse a los vientos de la historia y de la realidad social (es de anotar que nunca antes en un periodo tan corto: veinte años, entre 1946 y 1966, se hayan producido tantas novelas en Colombia: un total aproximado de 70), y, de otro, el grado de preparación con que contaban los escritores colombianos para asumir ese reto. Cuando la preparación no era sólida, se produjeron crónicas y testimonios periodísticos sin mayor valor estético; cuando la disposición era, en cambio, firme, se lograron obras de mayor alcance (hasta el caso extraordinario de Cien años de soledad que puede verse, desde esta óptica, como el culmen de dicha evolución). Un tercer factor suele estar implicado: la distancia temporal con los hechos. Primeros libros como El 9 de abril (1951) de Pedro Gómez Correa, Viernes 9 (1953), de Ignacio Gómez Dávila o El Monstruo (1955) de Carlos H. Pareja, son apenas crónicas y recuentos de muertos y masacres. Pero, a medida que el tiempo pasa y escritores de más talla se lanzan a la escritura sobre la violencia, comienzan a publicarse obras que ya no tematizan tan directamente los hechos de la violencia, sino que la asumen como un fenómeno complejo y diverso. Aparecen novelas en las que la estructura y el tratamiento del personaje, así como el uso de procedimientos narrativos más especializados, se hacen frecuentes y empiezan a dar talla a las producciones narrativas. Son los casos de El Cristo de espaldas(1952) y Siervo sin tierra (1954) de Eduardo Caballero Calderón, El día del odio (1951) de José Osorio Lizarazo, El gran Burundú-Burundá (1952) de Jorge Zalamea Borda, Marea de ratas (1960) de Arturo Echeverry Mejía, La Hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1958) y La mala hora (1962) de Gabriel García Márquez, el día

señalado (1964) de Manuel Mejía Vallejo y La Casa Grande (1962) de Álvaro Cepeda Samudio, para citar las más destacables. Pero la resonancia de la violencia trasciende los límites temporales y se cuela en la producción más reciente. Se siguen escribiendo muchas novelas que giran alrededor de esta temática, con mayor o menor fortuna. Para recordar dos novelas que han trascendido: Cóndores no entierran todos los días (1972) de Gustavo Álvarez Gardeazábal y Años de fuga (1979) de Plinio Apuleyo Mendoza. A medida que el tiempo avanza, la violencia cambia de modalidad y de espacios. A la violencia partidista sigue la violencia guerrillera de los sesenta y setenta y luego la del narcotráfico de los años ochenta y noventa. A estas violencias también se les trata en la novelística colombiana. Para citar apenas dos ejemplos: las obras de Arturo Alape que se centran en la violencia guerrillera (de las cuales Las muertes de Tirofijo, volumen de relatos, es una de las mas importantes) y la novela reciente La Virgen de los sicarios (1994) de Fernando Mejía, que trata sobre el complejo fenómeno de la violencia en las calles de la ciudad. En síntesis, la novela de la violencia se constituye en tradición en la literatura colombiana y en paradigma de una producción que en adelante no podrá retraerse de sus resonancias.

SABERES Y ACTIVIDADES 1. La imaginación creadora y la fina sensibilidad son dos de las principales características de la literatura viva aborigen. El indígena nos habla de un tiempo originario, donde los mitos y la realidad viven juntos. Pasado y presente se unen en esta literatura por medio de la imaginación. Redacte un texto de una cuartilla donde argumente lo expresado anteriormente. 2. Lea el texto Yurupary y Bachue la creación del mundo y luego resuelva las preguntas: A. Elabora un paralelo entre los dos textos (tema, personajes, lugar, tiempo). B. Analiza y explica la actitud de Tupana al matar a Yuruparí. C. Compara la leyenda de Bachué con la explicación que da la Biblia acerca del origen del mundo. ¿Cuál le parece más acertada? ¿Por qué? D. Identifica y explica con apartes del texto las características de la literatura prehispánica o aborigen. E. Selecciona uno de los textos y recréalos. Ponga a prueba su capacidad creativa y de escritura. F. Crea un texto que contenga dos párrafos donde desde su visión de mundo de una explicación con argumentos válidos acerca de la creación del mundo. 3. Realice un resumen donde ubique geográfica e históricamente el contexto de la literatura del descubrimiento, la conquista y la colonia. 4. Tres características de la literatura del descubrimiento, la conquista y la colonia son: 1. La mitología y las costumbres de los indígenas. 2. La descripción del territorio. 3. Las hazañas de los conquistadores. Contextualiza las características anteriores en apartes del fragmento de la araucana.

5. ¿Qué expresiones literarias se dieron durante la época del descubrimiento y la conquista? Define cada uno de ellos con un autor representativo de esa época. 6. Observe la imagen, luego utilice una de las expresiones literarias dadas en la conquista y colonia y describa lo que está sucediendo en ella.

7. Imagina que viajaste en una máquina del tiempo hacia el pasado, y llegaste a América justo en el momento que los conquistadores españoles desembarcaron en sus costas, nadie puede verte, tu deber es realizar un diario, donde describas detalladamente el choque cultural que hubo en esa época, ¿cómo era el lugar? ¿Cómo llegaron los españoles?, ¿qué hicieron al desembarcar?, ¿cuál fue la reacción de los indígenas?, ¿cómo se dieron las guerras? No omitas ningún detalle y deja volar tu imaginación 8. A continuación tienes la fábula La serpiente y la lima de Félix María Samaniego. Explica de qué manera se expresan en ella las características del Neoclasicismo que aparecen en este listado. • Finalidad didáctica • Discurso dirigido a la razón • Rechazo a los contrastes y juegos barrocos • Ausencia de sentimientos individuales.

En casa de un cerrajero entró la serpiente un día, y la insensata mordía en una lima de acero. Díjole la lima: “El mal, necia, será para ti: ¿Cómo has de hacer mella en mí, que hago polvos del metal?” Quien pretende sin razón Al más fuerte derribar No consigue sino dar Coces contra el aguijón 9. Argumente: ¿Por qué el Neoclasicismo no fue adecuado para la poesía y por qué se cultivó la fábula? 10. Para reflexionar y argumentar: ¿Es acaso posible saber cómo construye un autor el mundo a partir de la forma como escribe su obra? ¿Qué impacto tuvo el romanticismo en la configuración de una identidad que pueda llamarse nacional? ¿Qué plantea finalmente el romanticismo para entender la realidad de tal época?

RESUMEN La literatura Colombiana posee sus hitos y cada uno de ellos está representado por unas particularidades, es así como se inicia en su recorrido por hablar de Literatura Precolombina y esta hace alusión a toda manifestación de carácter literario, claro está de acuerdo a los estándares actuales, es aquella procedente de las culturas y pueblos de América, anterior a la llegada de Cristóbal Colón y de la cultura europea, o más bien, la cultura medieval española. A menudo se incluye en esta definición el concepto de literatura como toda expresión escrita, por su fuerte carácter artístico-religioso que busca explicar el mundo. En ese largo período de tiempo, que va desde el surgir de los primeros pueblos americanos hasta la mencionada conquista, existieron literaturas muy diferentes, cada una propia de una cultura o pueblo. Hay tres de ellas que, sin embargo, fueron más brillantes y conocidas, tres literaturas que van en consonancia con las tres grandes culturas americanas precolombinas: la azteca, la maya y la inca. Cada una de ellas utilizó una lengua diferente. Los aztecas hablaban y producían su literatura en lengua nahuatl; los mayas en la llamada lengua maya; y los incas en lengua quechua. La lengua aymara por su parte también produjo -y en menor medida sigue produciendo- una importante literatura. Es bien sabida la esquilmación humana y material que sufrieron estos pueblos con la llegada de los españoles. La conquista destruyó sus culturas y muy pocos retos se conservaron. Lamentablemente, la literatura fue uno de los ámbitos más perjudicados, y sólo gracias a la labor de algunos cronistas, que tradujeron ciertas obras y las fijaron al alfabeto latino, se pudieron conservar algunos ejemplos de su literatura, si bien, probablemente, no de la forma en que fueron creados. Se sabe que se trataba en su mayor parte de una literatura poética, que versificaba casi todos los géneros y que su temática iba casi siempre relacionada con los dioses, bien en forma de himnos o alabanzas, bien en forma de descripción e instrucciones para rituales y conmemoraciones religiosas. Por otra parte, también se tiene conocimiento que existía una

literatura que hoy, amén de las lógicas reservas, podemos asimilar al ensayo: había obras, en efecto, que trataban de ciencias, astronomía y filosofía.

Otro momento importante y necesario de nuestra literatura fue la que se dio a finales del siglo XVIII, se podría decir, que después de 300 años de dominación, había perdido vigencia el régimen español. Los días de la Colonia ya estaban agotados. Los criollos, principalmente quienes habían viajado y tenido experiencia en los países libres o quienes habían estudiado, rechazaban el sistema hispánico, al que consideraban absurdo y anacrónico: restricción y monopolio comercial, impuestos excesivos, pobreza general, diferencia de clases, censura en las ideas, falta de libertad cultural, rigidez excesiva en algunas autoridades y otros defectos de un sistema colonial. No existía un sentimiento antiespañol, pues en menor o mayor parte, casi todos tenían algo de hispánico, sangre, idioma, religión o sentido de la vida, pero sí había un resentimiento contra el sistema colonial. Por otro lado, ya proliferaban las nuevas ideas. Gran cantidad de criollos habían conocido las ideas filosóficas, políticas y sociales que estaban de boga en la antigua Europa. El iluminismo había prendido su espíritu. La razón —como apuntan los sabios de entonces— pasó a ser considerada como la gran facultad humana, y se buscó explicación racional para los hechos sociales, políticos y científicos. Asimismo muchos patriotas simpatizaban con la idea del despotismo ilustrado, según la cual el gobierno debe estar en manos de las minorías cultas y selectas, pero debe gobernarse para el pueblo. Los pensadores políticos son, entre otros, Juan Jacobo Rousseau, con El contrato social; en lo económico se siguen las ideas de los fisiócratas y del francés Francois Quesnay, quien sostenía que la iniciativa individual, ejercida libremente permite lograr un justo punto de equilibrio económico, pues las leyes universales son inmutables y existen para producir felicidad humana en lo físico y lo mora. Ahora bien, esa actitud de independencia se empezó a reflejar en otros movimientos como el romanticismo y los trazos de esa realidad retratada en sus costumbres e hicieron que nuestra literatura empezara a tomar su curso.

EVALUACIÓN Prueba de selección múltiple con única respuesta. 1. Es una característica de la literatura de la Conquista: A) Influencia del Neoclasicismo B) Desarrollado a través de las crónicas C) Visión objetiva de la realidad D) Es netamente popular 2. La literatura hispanoamericana se inicia: A. con la llegada de los evangelizadores a América B. con la llegada de los descubridores y conquistadores que escribieron contando sus aventuras. C. con la producción escrita de grandes escritores como García Márquez D. con la aparición de los indígenas en América latina. 3. Dentro de las características de los escritos que se dieron durante la colonia fueron: A. uso de recursos estilísticos complicados y juego de palabras B. escrita por españoles en Europa y sobre América C. era de una tradicional oral D. eran escrito por españoles y era una literatura testimonial que hablaba de nuestros ancestros. 4. La crónica durante la colonia fue la mayor herramienta para: A. mostrar una noticia ampliada y comentada. B. mostrar las hazañas de los héroes europeos. C. mostrar lo que era América y el paraíso que ofrecía. D. recolectar la información sobre los indígenas 5. La crónica durante la época de la colonia se puede definir como: A. una información interpretada sobre hechos actuales donde se narra un suceso pasado que se relaciona con uno actual; en otras palabras maneja y juega con el tiempo. B. una obra que narra hechos históricos en orden cronológico. C. primer tipo de escrito con rasgos literarios a manera de testimonio sobre los hechos del descubrimiento y la conquista. D. una noticia ampliada y comentada, de manera que el periodista añade a la narración de los hechos su propia interpretación personal.

6. El movimiento literario que se caracterizó por reflejar el sentimiento de patriotismo, el predominio de la razón y la conexión con la naturaleza se denomina: A. Barroco. B. Romanticismo. C. Neoclasicismo. D. Costumbrismo RESPONDA LAS PREGUNTAS 7 A 11 DE ACUERDO AL TEXTO EL ROMANTICISMO El Romanticismo es una escuela artística que fue fundada en Alemania en 1798 en la ciudad de Dresde. El Romanticismo nace como la respuesta ideológica a una serie de factores que se dieron en la Europa de fines del siglo XVIII. En lo político, el Romanticismo alemán significó una ayuda espiritual a su pueblo y buscó despertar la conciencia de su tradición cultural frente a la opresión de las fuerzas de Napoleón. El Romanticismo en Alemania instigaba a la lucha e incluso literatos como Körner murieron en el campo de batalla. El Romanticismo se extendió por toda Europa, pero en los países donde se expresó con más vitalidad fue en Inglaterra y Alemania. Algunos teóricos señalan que en Francia se dio el Romanticismo sólo a partir de Baudelaire a mitad del Siglo XIX. En cuanto a España, se señala que allí no tuvo una existencia real, menos todavía en Hispanoamérica donde fue un mal remedo de lo que se dio en España. Un rasgo importante del Romanticismo es que fue una respuesta al clasicismo que se había adueñado del arte en Europa. El clasicismo había decaído hasta convertirse en una corriente que se regía por estrictas leyes de la composición que ahogaban la expresión. El clasicismo tomaba como modelo las culturas de Grecia y Roma: los poemas estaban llenos de referencias a la mitología antigua y no interpretaban el sentir de los hombres a fines del Siglo XVIII. El clasicismo en las artes se había convertido en un arte reaccionario, es decir, en un arte acartonado que se sometía a cánones estrictos, que tenía temas determinados y una forma prefijada de tratarlos. En la parte filosófica a fines del Siglo XVIII imperaba fuertemente el racionalismo. El racionalismo de Descartes, las teorías de Diderot, en resumen, el culto a la razón había llegado a su más alto nivel al concretarse la Revolución Francesa. Este hecho político (en forma anecdótica se puede recordar que se le rindió culto a la Razón) convulsionó a todo el continente. Los jóvenes de la época se apasionaron con ese movimiento que aparecía haciendo realidad las consignas de "Libertad, igualdad y fraternidad". Al poco tiempo la burguesía, que había liderado la revolución, mostró que se convertía en los nuevos opresores del pueblo. Se acababa la nobleza, pero seguían los campesinos tan pobres como antes. Además, la crueldad con la que actuaron primero los líderes de la revolución, y después Napoleón, hicieron que se produjera el fenómeno del desencanto. Las ideas del racionalismo quedaron desacreditadas y frente a ellas surgió un movimiento que se refugió en el mundo de lo fantástico, lo mágico, lo misterioso, el sueño. Es interesante, sin embargo, constatar que los románticos vieron que debía mantenerse una unidad entre el sentimiento personal y la acción social, entre la belleza natural y la preocupación por la cuestión política. No se veía la oposición entre vida comprometida políticamente y quehacer artístico. […] Estas actividades no eran marginales, sino que se encontraban ligadas estrechamente al quehacer poético. ¿Cómo entender que los románticos se refugiaran en el sueño, en la fantasía y, por otra parte, tuvieron un compromiso social muy activo?

7. El romanticismo de manera amplia puede catalogarse como: A. un movimiento nacionalista y vulgar B. un movimiento literario, político y cultural C. un movimiento contra el racionalismo D. un movimiento contra Napoleón 8. Lo menos apropiado para describir en parte el romanticismo es: A. fomento el culto a la razón y la burguesía B. fue arte nacionalista basado en las tradiciones C. hubo la vuelta a la naturaleza y al paisaje D. vivió de manera intensa lo político y afectivo 9. las características de este texto permiten afirmar que se trata de: A. Una lectura científica B. una lectura literaria C. una lectura revolucionaria D. una lectura filosófica 10. Atendiendo las críticas del romanticismo al clasicismo, es preciso suponer que: A. el romanticismo defendiera la ciencia positiva de la época B. el romanticismo citara a los autores clásicos en sus textos C. el romanticismo se dedicara a los temas de la libertad, igualdad y fraternidad D. el romanticismo tratara temas considerados vulgares como el campesinado 11. del texto puede abstraerse que uno de los más altos logros del racionalismo fue: A. la revolución francesa B .el romanticismo C. la lucha política D. el clasicismo

LECTURAS RECOMENDADAS

En un principio había en la tierra dos personas: una se llamaba TUPANA (en guaraní significa santo); hacia el bien, no gustaba de cosas que no servían ni menos parrandas y fiestas profanas. El otro personaje era YURUPARÍ, (significa diablo en Guaraní), amigo de lo malo, juego, chicha, bailes y vivía lejos de Tupana. Yuruparí arrastraba para si mucha gente. Contrariamente de Tupana quien tenía pocos seguidores; las fiestas de Yuruparí hacían llevar al bando de la maldad a muchos secuaces. Un día Tupana resolvió matar a Yuruparí por ser este quien tenía más gente en su bando. Se hicieron a una hoguera grandísima y allí quemaron al Yuruparí con quien habían tenido tantas dificultades y enemistades. Una vez hecho ceniza vinieron sus seguidores con gran tristeza y quedaron silenciosos ante semejante realidad, no pudieron encontrar un solo hueso todo él había sido hecho ceniza. Pasaron muchos días, y en las cenizas retoño una palma llamada Pachuba (en lengua guaraní), y fue ella muy bonita por lo alta y recta. Vinieron al lugar mujeres y al mirar la palma hermosa, llamaron a los hombres para convenir con ellos tumbarla y formar con ella un instrumento que imitara la voz de Yuruparí. Este era el recuerdo viviente de Yuruparí, tres pedazos de palma fueron suficientes para formar el instrumento que imito perfectamente la voz de Yuruparí.

Desde entonces las mujeres fueron poseedoras del gran Yuruparí. Ellas lo tocaban cuando iban al baño en las mañanas; al oírse de lejos se decía que era Yuruparí que estaba vivo. Y era oficio de las mujeres traer pepas del monte para los hombres que hacían los oficios domésticos. Con el correr de los años se aburrieron por ser ellos los llamados hacer los quehaceres del hogar. Además Yuruparí era hombre y las mujeres decían no estar con él. Una sola reunión fue suficiente para que los hombres acordaran únicamente el ir a la mañana siguiente a donde las mujeres acostumbradas al baño en el río, para quitarles el Yuruparí. Todos ellos armados con adavi (bejuco rodeado de fibra que venía a constituir un verdadero azote) fueron hasta el lugar en donde se encontraban las mujeres bañándose, y azotándolas con los adavi, las obligaron a entregar el Yuruparí al poder de los hombres. Realizada la hazaña, se encaminaron al lugar donde se había quemado Yuruparí y encontraron con gran sorpresa de todos, una mata de yuca brava, y miraron y era maní (guaraní) o maniba (portugués) que es el palo de la yuca. Lo arrancaron y vieron que era raíz de yuca e hicieron chicha como la que hacia Yuruparí cuando vivía; y probaron la chicha y les supo perfectamente bien. Descubrieron pues, que era preparada con caldo de maní, llamado manicuera, exactamente como la preparaba el mismo Yuruparí en vida. Esta manicuera era la misma sangre de Yuruparí, es decir que la chicha es sangre de Yuruparí, el cual se convirtió en yuca al ser quemado por Tupana. En esta reunión los hombres determinaron: prohibido a las mujeres conocer y volver a ver a Yurupari, porque al verlo, al instante este las matara. Los hombres niños de 12 años pueden conocer al Yurupari, bajo el siguiente requisito: someterse a una escuela de quince días en el monte, y bajo la dirección del payé, haciendo utensilios de casa (balayes, matafríos o chipichi, bancos, remos, etc). Durante estos días serán azotados de madrugada con su adavi. Los peyés los aconsejaran así: después de ver a Yurupari serán hombres perfectos y podrán casarse. Todas estas ceremonias las hacen los payés con humo de tabaco para

que en los nuevos hombres todo quede en paz y tranquilidad. Hace el payé que sus instruidos comas ají para que se conserve la dentadura de ellos. Bajo pena de muerte no pueden descubrir a nadie el secreto del Yurupari. Una vez terminada la escuela, irán a la casa y se presentarán al papá y a la mamá porque ya son hombres que conocen el Yuruparí, además pueden casarse por saber hacer de todos los instrumentos necesarios para la casa. Ese día se da un gran almuerzo al joven que llega y durante el mismo, entrega a sus padres los objetos que fabricó en la escuela. Con la aventura que realizó el hombre de apoderarse del Yurupari, éste domina totalmente y la mujer trabaja no duramente no solo en la casa, sino también en la chagra (huerta).

Entre estas sierras y cumbres (del pueblo de Iguaque, cerca de Tunja) se hace una laguna muy honda, de donde dicen los indios que poco a poco salió la luz, y criadas las demás cosas salió una mujer que llaman Bachué, y por otro nombre acomodado a las buenas obras que hizo Furachogua, que quiere decir mujer buena.

Bachue sacó consigo de la mano un niño de entre las mismas aguas, de tres años, y bajaron ambos de la sierra hasta donde ahora es el pueblo de Iguaque, hicieron una casa donde vivieron hasta que el muchacho tuvo edad para casarse con ella. El casamiento fue tan importante y la mujer tan prolífica y fecunda que de cada parto paría cuatro o seis hijos, con quienes se pobló la tierra. Después de muchos años, estando la tierra llena de hombres, y los dos ya muy viejos, se volvieron al mismo pueblo y llamaron a quienes los acompañaban a la laguna de donde salieron, junto a la cual les hizo Bachué una plática exhortando a todos a la paz y la conservación entre sí. Se despidió de ellos con singulares clamores y llantos de ambas partes. Chibchacum, trató de castigarlos anegándoles las tierras, para lo cual trajo o crió de otras partes los ríos Sopó y Tibitó, con que crecieron tanto las aguas del valle que no dándose de menos, como dicen, la tierra del valle a contenerlas, se venía a anegar gran parte de ella, lo que no hacía antes que entraran en el valle los dos ríos, porque el agua de los demás se consumía en las labranzas y sementeras, sin tener necesidad de desagüe, fue tan lleno y universal este castigo, e iba creciendo cada día a varas la inundación, que ya no tenían esperanza de remedio, ni de darlo a las necesidades que tenían de comidas, por no tener donde sembrarlas, y ser mucha la gente, por lo cual todo se determinó por mejor consejo de ir con la queja y pedir el remedio al dios Bochica, ofreciéndole en su templo clamores, sacrificios y ayunos, después de lo cual, una tarde, reverberando el sol en el aire se oyó un ruido contra esta sierra de Bogotá, se hizo un arco como suelen naturalmente, en cuya clave y capitel se apareció resplandeciente el demonio en figura de hombre, representando a Bochica con una vara de oro en la mano y llamando a voces desde allí a los caciques principales, a que acudieran con brevedad con todos sus vasalllos; les dijo desde lo alto: he oído vuestros ruegos, y condolido de ellos y de la razón que tenéis en las quejas que dáis de Chibchacum, me ha parecido venir a daros favor en reconocerme; me doy por satisfecho de lo bien que me servía, y a pagároslo en remediar la necesidad en que estáis, pues

tanto toca a mi provincia y así aunque no os quitaré los dos ríos porque algún tiempo de sequedad los habréis menester, abriré una sierra por donde salgan las aguas, y queden libres vuestras tierras, y diciendo y haciendo arrojó la vara de oro hacia Tequendama y abrió aquellas peñas por donde ahora pasa el río; pero como era la vara delgada no hizo tanta abertura como era menester para las muchas aguas que se juntan en los inviernos, y así todavía rebalsa, pero al fin quedó la tierra libre para poder sembrar y tener el sustento; y ellos obligados a adorar y hacer sacrificios. Fragmento de la Araucana " Mancháis la clara estirpe y descendencia, y engerís en el tronco generoso una incurable plaga, una dolencia, un deshonor perpetuo, ignominioso. Mirad de los contrarios la impotencia, la falta del aliento y el fogoso latir de los caballos, las ijadas llenas de sangre, y de sudor bañadas.

No os desnudéis del hábito y costumbre que de nuestros abuelos mantenemos, ni el araucano nombre de la cumbre a estado tan infame derribemos. Huid el grave yugo y servidumbre, al duro hierro osado pecho demos. ¿Por qué mostráis espaldas esforzadas que son de los peligros reservadas? Fijad esto que digo en la memoria; que el ciego y torpe miedo os va turbando: Dejad de vos al mundo eterna historia, vuestra sujeta patria libertando.

Volved, no rehuséis tan gran vitoria; que os está el hado próspero llamando. A lo menos fijad el pie ligero: veréis cómo en defensa vuestra muero. En esto una nervosa y gruesa lanza contra Valdivia, su señor, blandía; dando de sí gran muestra y esperanza, por más los persuadir, arremetía; y entre el hierro español así se lanza, como con gran calor en agua fría se arroja el ciervo en el caliente estío para templar el sol con algún frío. De sólo el primer bote uno atraviesa, otro apunta por medio del costado, y aunque la dura lanza era muy gruesa, salió el hierro sangriento al otro lado. Salta, vuelve, revuelve con gran priesa, y barrenando el muslo a otro soldado, en él la fuerte pica fué rompida, quedando un grueso trozo en la herida. Rota la fiera asta, luego afierra del suelo una pesada y dura maza. Mata, hiere, destronca y echa a tierra, haciendo en breve espacio larga plaza. En él se resumió toda la guerra;

cesa el alcance y dan en él la caza. Mas él aquí y allí va tan liviano, que hieren, por herirle, el aire vano. "

UNIDAD N°2

Presentación Esta unidad le dará una información valiosa sobre el modernismo, su condición estética, los propósitos de la literatura latinoamericana y el boom latinoamericano.

Problema ¿De qué manera podría realizarse un acercamiento crítico a la tradición de la novela en Colombia? ¿Cómo concebir una Literatura Latinoamericana en una región del mundo tan extraordinaria y diversa, imaginada en otro tiempo por los conquistadores como el lugar del Paraíso Terrenal?

Competencias Específicas Conoce las principales características del arte modernista y su expresión en el campo literario. Comprende la literatura como una producción simbólica en relación a la época y en relación a la subjetividad.

DINÁMICA PARA CONSTRUIR CONOCIMIENTO ACTIVIDAD PREVIA: Trabajo independiente Esta actividad está relacionada con el proceso de exploración de conocimientos previos, por ello es conveniente que le des solución a estos interrogantes: ¿Cuáles fueron los pensamientos de los escritores modernistas? ¿Qué entiende romanticismo?

por

criollismo,

neoclasicismo

y

¿Cómo cree que se concibe la noción de pueblo en la literatura criollista?

ACTIVIDAD EN GRUPO Lea atentamente la unidad 2, compare los conceptos previos que usted elaboró con los que aparecen en el módulo, reelabórelos nuevamente con sus propias palabras a la luz de la lectura del módulo. Realicen un cuadro comparativo del neoclasicismo, romanticismo y criollismo?

2. EL MODERNISMO Durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, el continente americano estuvo sumido en una constante dualidad: el americanismo naciente y la tradición heredada del pueblo español. Esta crisis de pensamiento se evidenció con mayor fuerza en la burguesía, y se expresó a través de cierta nostalgia por el pasado y una gran incertidumbre por el futuro. Entre 1870 y 1914 se consolidaron los mercados nacionales latinoamericanos en el contexto mundial. Las economías latinoamericanas encontraron su lugar como proveedoras de materia prima y como receptoras de los productos elaborados con esas materias primas. Para

crecer, las economías latinoamericanas necesitaron de

préstamos

extranjeros, de modo que, el capi tal extranjero adquirió un lugar central en las nacientes economías. La nueva burguesía, que impulsaba los cambios económicos, fue protagonista de la división del trabajo, que implicaba el progreso material; amplió la oferta educativa y produjo una rígida estratificación social mediante la creación del proletariado y de la clase media. El panorama histórico y cultural durante este período el país vivió una época de conflictos sociales y políticos pero también de transformaciones. Mientras la situación en los campos se debatía entre las guerras civiles, los habitantes de las ciudades trataban de ingresar a la vida burguesa o se sumían en la pobreza. Durante sus dos períodos de gobierno, Rafael Núñez impulsó una serie de reformas políticas y sociales. Una de ellas fue la implantación del federalismo, en sustitución del centralismo, lo que originó la redacción de la Constitución de 1886, escrita por Miguel Antonio Caro, que rigió los destinos de Colombia hasta el año 1991. Además, se firmó el concordato en 1887, en el cual se reglamentó que la Iglesia tendría el control de la educación y la cultura.

Desde el punto de vista literario el modernismo se concibe como la confluencia de muchos estilos literarios, este al igual que el romanticismo sufre una transformación que se produjo en diferentes campos, como el arte, la filosofía y la política. Se piensa que el modernismo puede ser la continuación del romanticismo. Este movimiento nació como la búsqueda del pensamiento independiente latinoamericano con respecto al europeo. Sin embargo, recibió múltiples influencias de la literatura y del pensamiento francés, especialmente, de las escuelas parnasiana y simbolista. La escuela parnasiana se preocupó por la perfección de la forma, buscó la musicalidad del poema, fundamentándose en un vocabulario exquisito y una gran variedad de ritmos y rimas. Se inspiró en temas exóticos, extranjeros y mitológicos. Dentro de sus representantes más destacado fue Leconte de Lisie.

La preocupación literaria de los simbolistas fue ver las cosas a través de su "yo" y reencontrar la musicalidad del poema basándose en imágenes sutiles e impresiones delicadas. Sus representantes más destacados fueron: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Se puede decir, que la revolución literaria del modernismo significó, para las letras latinoamericanas, la independencia delas normas literarias impuestas por España desde el momento del descubrimiento, gracias al modernismo se alcanzó, por fin, una autonomía cultural. Uno de los mejores exponentes de estas innovaciones fue el colombiano José Asunción Silva, quien consiguió cambiar el metro en la poesía, generando nuevas medidas que se adecuaban más al sentimiento de misterio y desolación que quería expresar en sus poemas. Además, en sus versos consiguió una musicalidad que, hasta entonces, no tenía precedentes en Hispanoamérica. El movimiento modernista colombiano expresa la confluencia de estilos particulares pero innovadores. Sus características, en términos generales, son: • Una constante evasión de la realidad. Se mencionan situaciones distintas a las que suceden en el país. • La búsqueda de la perfección en la forma y la musicalidad de los poemas. Los temas de la poesía eran interpretados a través de la misma forma de los versos. La mejor demostración se puede ver en el poema Nocturno, de Silva. Allí, el tema de la muerte y de la ausencia del ser amado se refuerza a través de la repetición de versos y de la contraposición de imágenes: Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada, Iba sola Iba sola. ¡Iba sola por la estepa solitaria^

Y su sombra esbelta y ágil fina y lánguida. • Gusto por los viajes. Los modernistas recordaban con nostalgia la vida en otras tierras, y cuando no pudieron regresar en el momento deseado, se sintieron desterrados de su propio país. • La intimidad. Los modernistas llevaron a cabo la idea de alejar la literatura de la política (si bien Martí es la excepción) y de la religión. Esto permitió a los poetas afirmar que la poesía debía ser el vehículo de expresión de la interioridad del escritor, quien se expresa como ser social, ya que no puede eludir ni la influencia de la época ni del espacio en que vive, de ahí que en los versos de estos poetas se sienta la difícil relación que tienen con el medio en que viven. • Imaginación creadora. El modernismo representa un esfuerzo por recobrar la libertad perdida con la industrialización y el maquinismo. Se trata de la libertad esencial de vivir en contacto con la tierra y de recuperar la magia de un mundo que se resiste a ser ordenado mecánicamente. • Sentimiento de angustia. El modernista se enfrenta no sólo a la fugacidad de la existencia, sino a su propia desaparición en la nada. De aquí surge el miedo, la inquietud, incluso el deseo de no haber nacido. • Retorno a las raíces propias. Los poetas modernistas buscan en sus antepasados el sentido de la vida, que la actualidad no les ofrecía. Para lograrlo, los artistas se lanzan en busca de las leyendas, las recrean, las viven, entrando así en contacto con su propio pasado: el mundo misterioso de los mitos, de lo remoto, de lo distinto. Y como temas se centran en el interés y los sentimientos particulares de cada uno de los poetas. Así mostraron:

• La sociedad aristocrática. Los objetos particulares de la clase alta eran motivos recurrentes para los modernistas. Existía una aspiración por imitar los lujos y las costumbres de los intelectuales franceses. • El mundo antiguo. La tradición de las sociedades clásicas era motivo de admiración para los modernistas. Se encargaron de destacar a los personajes míticos y mezclarlos en su poesía junto con los temas cotidianos. Veneraron a las culturas griegas, romanas, orientales y de la edad media europea. • El misticismo. Se crean imágenes de sensaciones y seres de cualidades sobrenaturales. La religión se asume como una experiencia espiritual. Los objetos expresados en los poemas se convierten en manifestaciones simbólicas del misterio; en Silva, por ejemplo, la muerte adquiere forma y se simboliza a través de sombras y oscuridad. • La sensualidad y el erotismo. La imagen de la mujer aparece divinizada. Se construyen imágenes eróticas de

momentos íntimos. Vuelve a surgir la idea

romántica de los amores contrariados e imposibles. En Colombia, la producción modernista fue escasa. Se remite básicamente a nombres como José Asunción Silva, Guillermo Valencia y Eduardo Castillo. Sin embargo, la influencia que tuvieron estos autores sobre toda la literatura posterior fue determinante. El género más desarrollado fue la poesía, pero se conoce una novela, De sobremesa, de Silva. La ruptura de la estructura tradicional de la poesía fue el avance más destacado de los modernistas. En poetas como Rubén Darío y en algunos apartados de la poesía de Silva se puede apreciar la poesía en prosa. La libertad en el verso fue total y permitió que los poetas actuales pudieran buscar formas distintas para transmitir sus sentimientos.

Algunos escritores que sobresalieron fueron: JOSÉ ASUNCIÓN SILVA: (Bogotá, 1865-1896). Viajó a Europa en 1885, donde conoció la poesía europea y tuvo amistad con escritores como Oscar Wilde y Stephanie Mallarmé. Sus desventuras, quizá pudieron llevarlo al suicidio y truncar la realización de una obra acabada. El poema Nocturno, lo inmortalizó en el ámbito de la literatura continental, y que constituyó la puerta por la cual ingresó el modernismo a Colombia. Nocturno. Es uno de los poemas más importantes de América Latina; en su composición, los versos rompen con la rima y el metro tradicionales, construyendo ritmos desconocidos hasta entonces. Además, Silva empleó adjetivos y repeticiones que contribuyen a reforzar el tema del poema. En la narrativa se halla

De sobremesa (1925) La novela narra la vida de José

Fernández, un artista en constante conflicto con la sociedad burguesa. Un joven muy sensible y enfermizo que cuestiona el mundo, del cual no se siente parte. GUILLERMO VALENCIA (Popayán, 1873-1943). Además de poeta, fue también político. Su obra presenta una marcada influencia del parnasianismo al ser demasiado sensorial y simbólica. Representó el conflicto entre la tradición y el cambio, entre el pensamiento positivista europeo y el pensamiento americano naciente. Sus obras destacables Ritos, en este libro, publicado en 1899, Valencia rinde culto a paisajes de la antigüedad e introduce nuevas facetas a su pensamiento cristiano. En su producción literaria vale la pena destacar sus traducciones y discursos políticos. EDUARDO CASTILLO (Bogotá, 1889-1938). Además de poeta, se desempeñó como periodista, ensayista, cuentista, crítico literario y traductor. El árbol que canta. Este libro de poemas fue publicado en 1928. Allí se desarrollan temas como la muerte, el paisaje, el amor y el pensamiento místico. El tono que imprime a sus poemas está cargando de musicalidad, sencillez, ironía y humor. Esa versatilidad en la composición lírica influyó en otros poetas colombianos.

BALDOMERO SANÍN CANO (Ríonegro, 1861-1957). Publicó: La civilización manual y otros ensayos, Indagaciones e imágenes, Crítica y arte, Ensayos, Letras colombianas, de mi vida y otras vidas, El humanismo y el progreso del hombre, y Pesadumbre de belleza. JOSÉ MARÍA RIVAS GROOT (Bogotá, 1863-1923). Político, historiador, dramaturgo, poeta, novelista y crítico literario. Su obra poética, Constelaciones, es una meditación lírica de estilo elegante y

lenguaje castizo y cuidado. De su

narrativa podemos destacar Resurrección y El Triunfo de la vida. En conclusión el Modernismo colombiano se presenta con la intención de modificar las lecturas sentimentales y costumbristas que habían dominado el siglo xix. Ser moderno significó ser cosmopolita, trascender la actualidad local, anacrónica y provinciana hacia la contemporaneidad universal, el buscar raras y variadas influencias en literaturas antiguas y modernas. 2.1. EL POSTMODERNISMO Si se acepta la evaluación crítica hecha por los investigadores mencionados, las fechas de 1910-1915 marcan la agonía del modernismo como escuela dominante en la poesía en lengua española. ¿Qué ocurre en Colombia? Luego del grupo modernista comandado por Guillermo Valencia aparece la llamada generación de "El Centenario" cuya fecha oficial de irrupción es justamente 1910. Los poetas de este grupo son principalmente José Eustasio Rivera, Eduardo Castillo, Miguel Rash Isla, Angel María Céspedes y Nicolás Bayona Posada; están también, aunque en diferente órbita, Porfirio Barba Jacob y Luis Carlos López. Por éstos años tiene lugar en varios países hispanoamericanos el fenómeno que se conoce con el nombre de "posmodernismo". El "posmodernismo", como se sabe, reaccionó contra el exceso de conciencia artística del modernismo, contra lo que se había convertido ya en una retórica preciosista y hueca. Son poetas que conservan el lenguaje modernista pero que rehúyen al exotismo y los elementos ornamentales y cosmopolitas que lo caracterizaron: se acaban las culturas

clásicas, se acaban los cisnes, para utilizar el tópico de marras. No rompen con el modernismo en el terreno formal y en este sentido lo siguen siendo, pero quieren atemperar los excesos a los que lo habían llevado los numerosos y pocos ingeniosos plagiadores de Rubén Darío. El propio Darío evoluciona de esta línea preciosista y decorativa de Prosas Profanas, espléndida en sus versos pero nefasta en los de sus seguidores, a una expresión más grave y profunda en Cantos de vida y esperanza (1903), sentando con ese libro las bases del posmodernismo. Es ya clásico entre los estudiosos de la literatura hispanoamericana de la época el cuadro trazado por Federico de Onis sobre los diferentes caminos que siguió el posmodernismo en su reacción contra el modernismo. Es útil transcribirlo porque sirve muy bien para situar a los poetas colombianos de "El Centenario": 1. Reacción hacia la sencillez lírica. 2. Reacción hacia la tradición clásica. 3. Reacción hacia el romanticismo. 4. Reacción hacia el prosaísmo sentimental. 5. Reacción hacia la ironía sentimental. Estos poetas, en su reacción contra el esteticismo y la "torre de marfil" se afirman en los sentimientos humanos; y en su reacción contra el exotismo y el cosmopolitismo se vuelven hacia la realidad americana: sus paisajes, sus pueblos y sus problemas. Pero ha de quedar claro que no existe una ruptura frente al modernismo sino un intento de salvarlo de sus excesos, pues los posmodernistas conservan inmodificable el lenguaje modernista. La generación de "El Centenario" es una típica generación posmodernista. Los sonetos de José Eustasio Rivera son de corte parnasiano y es parnasiana su excesiva preocupación por la forma; con un lenguaje inequívocamente modernista habla del paisaje llanero. Porque, como ya se dijo, estos poetas, como reacción a la tendencia extranjerizante de los modernistas, tienen un mayor sentido de lo nacional: la "Epopeya del Cóndor", de Aurelio Martínez Mutis, seguidor del estilo

épico impuesto por Darío, es un buen ejemplo de ello. Pero no solo Rivera y Martínez Mutis son posmodernistas. Barba Jacob a su turno, es también un poeta posmodernista. Reacciona por la vía del romanticismo. Y aquí no debe olvidarse que el modernismo en sus comienzos tuvo una gran carga de romanticismo que posteriormente fue eliminada en parte por Rubén Darío y sus seguidores. Pero, por ejemplo, José Asunción Silva no constituye una reacción contra el romanticismo sino un puente entre esta escuela y las nuevas tendencias. Barba Jacob en su rebeldía, su voluntad de evadir la realidad, su subjetivismo, el exotismo de sus temas, su atracción por la muerte y además su escritura netamente modernista, continúa en la órbita de esta escuela.

Otro ejemplo de la estética típicamente posmodernista es la poesía de Luis Carlos López. Según el esquema que se ha venido aplicando, López reacciona por la vía del prosaísmo sentimental, de la caricatura. Utiliza el lenguaje modernista para hablar de los pueblos de tierra caliente, de la provincia colombiana, siempre en forma crítica y sarcástica. Y sorprende por cierto, constatar que su más cercano y directo antecedente sea el José Asunción Silva de Gotas amargas: en este libro está ya la poesía de López con sus características más notables. En

Hispanoamérica

el

posmodernismo

constituye

un

episodio

efímero.

Oficialmente su aparición data de 1910, fecha de la publicación del famoso poema-manifiesto del mexicano Enrique González Martínez, pero enseguida esta poesía de ecos modernistas agoniza para lanzarse a la experimentación vanguardista, etapa, cuyos límites cronológicos van más o menos de 1916 a finales de los años veinte. Sin embargo, como se verá, el posmodernismo se prolonga en Colombia hasta la aparición del grupo de "Piedra y cielo", es decir hasta comienzos de la década de los años treinta.

Escritores que estuvieron en la línea postmodernista: Porfirio Barba Jacob fue el último y más famoso de los seudónimos del poeta y periodista antioqueño Miguel Angel Osorio Benítez (Santa Rosa de Osos, 1883 Ciudad de México, 1942). Con este seudónimo y con el de Ricardo Arenales firmó todos sus poemas. El de Ricardo Arenales lo adoptó en Barranquilla en 1906, al inicio de un largo peregrinaje que le llevó por múltiples ciudades de países de las tres Américas, y lo usó hasta 1922 cuando, en Guatemala, se lo cambió por el de Porfirio Barba Jacob, que conservé hasta su muerte. Sus artículos periodísticos, aparecidos en una veintena de publicaciones del continente, no llevan firma, o están firmados ocasionalmente con otros seudónimos: Juan Sin Miedo, Juan Sin Tierra, Juan Azteca, Junius, Cálifax, Almafuerte (que también usó el poeta argentino Pedro Palacios), El Corresponsal Viajero... En cuanto al de Maín Ximénez, más que un seudónimo fue el personaje de un gran poema o drama que se le quedó en proyecto. Estos cambios de nombre, al igual que su movilidad geográfica, son buen reflejo de su natural inconstancia y de su perenne ansia de renovación. Ya al final de su vida pensaba cambiarse el de Porfirio Barba-Jacob por el Juan Pedro Pablo, para borrarse en el nombre de todos con el nombre de nadie. Uno de sus textos más representativos: CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA Hay días en que somos tan móviles, tan móviles, como las leves briznas al viento y al azar... Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría... La vida es clara, undívaga y abierta como un mar... Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles, como en Abril el campo, que tiembla de pasión; bajo el influjo próvido de espirituales lluvias, el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos, como la entraña obscura de obscuro pedernal; la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas, en rútilas monedas tasando el bien y el mal. Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos... -¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir! que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza, ¡y hasta las propias penas! nos hacen sonreír... Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos, que nos depara en vano su carne la mujer; tras de ceñir un talle y acariciar un seno, la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer. Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres, como en las noches lúgubres el llanto del pinar: el alma gime entonces bajo el dolor del mundo, y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar. Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día... en que levamos anclas para jamás volver; un día en que discurren vientos ineluctables... ¡Un día en que ya nadie nos puede retener! Luis Carlos López (Cartagena de Indias, 1883-1950) Poeta colombiano. Llamado popularmente el Tuerto López, a causa de su estrabismo, su obra se sitúa en la órbita del posmodernismo. Estudió en el Colegio La Esperanza y en la Universidad de Cartagena, donde tuvo que abandonar sus estudios de medicina cuando fue preso durante la guerra de los Mil

Días. Simultáneamente recibió cursos de dibujo y pintura en la Escuela de Bellas Artes. Desde 1901 dirigió la revista literaria Juventud, y luego, en compañía de su hermano José Guillermo, fundó el diario La Unión Comercial; colaboró además en las revistas literarias Líneas y Rojo y Azul. Su obra periodística se caracteriza por su claro compromiso político. Aunque su carrera diplomática fue breve, se desempeñó como Cónsul de Colombia en Munich (1928) y en Baltimore (1937). Dedicó gran parte de su vida a administrar un almacén que le dejó su padre. Una enfermedad circulatoria le llevó a la tumba, en su natal Cartagena, la ciudad de su caricaturesca poesía. La inclinación escéptica de López le permitió confeccionar una obra irreverente, a veces anticlerical, siempre realista y sonora, poblada de un alegre grotesco, lleno de ironías, retratos psicológicos y paisajes que muestran el provincianismo colombiano de su tiempo. Su humor posmodernista remite, en parte, a José Asunción Silva. Las influencias que conforman su lírica abarcan desde los clásicos grecolatinos a Voltaire, Nietzsche y Shopenhauer, pasando por los poetas orientales. Con un lenguaje travieso y burlesco desde su misma rítmica, su poesía excluye todo idealismo romántico y se ocupa en cambio de lo intrascendente y lo monótono, de la pacatería y del destino cursi, protagonistas, al fin y al cabo, de la vida cotidiana, aceptando y a la vez escamoteando lo trivial. Con su gracia, entre divertida y demoledora, el poeta disuelve lo pomposo y trascendente, ya como estilo, ya como actitud. La introducción de registros carnavalescos (la fiesta, el juego, la burla) muestra una escritura que prefiere el malabarismo de tinte malicioso y la desacralización como maniobra del lenguaje. Parte de su producción no llegó a ver la luz en vida, pero sus méritos fueron reconocidos por poetas contemporáneos como Miguel de Unamuno, Gerardo Diego,

Rubén

Darío

y

Vicente

Huidobro.

En

Madrid

publicó De

mi

Villorrio (1908), Posturas difíciles (1909), Varios a varios (1910) y, más tarde, Por

el atajo (Cartagena, 1920). Reeditado en varias ocasiones entre 1956 y 1985, la Biblioteca Ayacucho recogió posteriormente la totalidad de su Obra poética(1994). Una de las creaciones de este escritor. A mi Ciudad Nativa Ciudad triste, ayer reina de la mar. J. M. de Heredia Noble rincón de mis abuelos: nada como evocar, cruzando callejuelas, los tiempos de la cruz y de la espada, del ahumado candil y las pajuelas... Pues ya pasó, ciudad amurallada, tu edad de folletín... Las carabelas se fueron para siempre de tu rada... -¡Ya no viene el aceite en botijuelas! Fuiste heroica en los años coloniales, cuando tus hijos, águilas caudales, no eran una caterva de vencejos. Más hoy, plena de rancio desaliño, bien puedes inspirar ese cariño que uno les tiene a sus zapatos viejos..

2.2. LITERATURA LATINOAMERICANA Surge estrictamente, con el advenimiento del modernismo de José Martí, Rubén Darío,

José Asunción Silva, apartándose del canon europeo. El momento de

mayor auge de la literatura latinoamericana surge mediante el denominado “Boom” a partir de 1940 y que corresponde con la llamada literatura real maravillosa. Referirse a la literatura latinoamericana exige esclarecer y precisar uno de los fenómenos más complejos e interesantes en los discursos culturales producidos en el continente americano, desde antes, durante y después de 1492. Es más esta literatura forma parte de la matriz generadora de las literaturas de Occidente; muchas de sus cualidades se vinculan a la herencia grecolatina y, sin duda, a la oralidad y a los primeros códices de la América Indígena. El conjunto de obras producidas en las últimas décadas del siglo XX, representan probablemente lo más genuino y auténtico de la modernidad en el mundo. Registrándose muchísimos escritores únicos y extraordinarios, la muestra de los cinco premios Nobel seleccionados por la Academia Sueca, entre 1945 y 1990, tiene como

rasgo predominante el sentimiento de identidad, voluntad, libertad, angustia, tristeza, alegría y soledad. En su realismo se reconoce la presencia del subdesarrollo y la dependencia, lo maravilloso como ontología y lo mágico como estética, categorías por las cuales transita y se valora la vigilia y el sueño, el silencio y el grito de los oprimidos.

No es posible dudar de la existencia de la literatura latinoamericana. La identidad se ha consolidado en su espesor lírico, narrativo, ensayístico, testimonial y dramático. Su significación ha ido contribuyendo a “una ética de la rebeldía”. Desde lo propio de su quehacer, la literatura latinoamericana, como sistema simbólico-discursivo, es la cristalización del imaginario histórico y cultural a través del lenguaje que posee las marcas y el sentido en su reverso que son las palabras. Literatura que se escribe, se canta y se baila en una América Latina que es conjunción de espanto y maravilla, de tortura y solidaridad, de cielo e infierno, de emigración y sedentarismo, de traiciones y lealtades, de amor e indiferencia; de tiranos, intentos populistas, revoluciones y pueblos que no renuncian a su autonomía y a su vocación democrática. He aquí algunos de sus motivos dominantes. En las dimensiones del concepto de Literatura Latinoamericana, se constata una simetría entre el contexto histórico, sus mecanismos de enunciación y la mediación estética entre lenguaje y sociedad. Su valor está en la capacidad de invención y de novedad que la imaginación de los escritores le imprime a su objeto según sus recursos formales.

Al cumplirse los quinientos años de ocupación del territorio por imperios europeos y hoy por el imperialismo norteamericano, reinventa esa experiencia para replantearse una crítica y reflexión sobre su génesis en los escritores más representativos de cada época.

En el reconocimiento de sus diferentes periodos y circunstancias históricas, están inscritos los lugares fundamentales que justifican la unidad interna de su sistema: se comienza por la oralidad y la poesía, se sigue por la crónica y sus funciones descriptivas, hasta alcanzar otros estadios discursivos que hoy reconocemos en la narrativa, el testimonio, el ensayo y el teatro, que permiten demostrar que su objeto está en el sentido de lo que se expresa y como se dice lo que auténticamente es el pueblo latinoamericano en su cultura.

Desde la perspectiva teórica y metodológica, es factible aceptar que la literatura latinoamericana constituye un sistema y ha superado el concepto de ser una mera manifestación del simple historicismo y del formalismo estético. Está imbricada en una tradición, lo cual no significa que sea el único punto de vista para reconocerla. Las antiguas y escindidas formas de nombrarla (indígena, ibérica, hispánica en versión luso y afro, etc.), tal vez sean contradictorias con la actual denominación de Literatura Latinoamericana, pero guardan coherencia porque hay una integración a través de “conjuntos de obras” cruzadas en la convergencia de su latinoamericanidad.

Sus temas constantes son la fusión de lo real, lo ideal y lo fantástico, urgencia de crear una literatura distinta, ajuste de su producción al avance de las comunicaciones, solución de problemas morales, psicológicos y sociales.

2.3. DEL BARROCO AL NEOCLASICISMO Desde el siglo XVIII se emplea el término barroco para aludir a todo estilo artístico contrario al equilibrio propugnado en el Renacimiento, y supone una ruptura de las normas clásicas. Hoy en día se considera Barroco una estructura cultural resultado de un contexto socio histórico en los últimos años del siglo XVI y XVII. La idea del desengaño barroco sustituye a la visión optimista de la vida del hombre del renacimiento. El mundo es visto como un caos, y la vida como un laberinto. Los poderes destructivos del tiempo y de la muerte se convierten en

obsesiones para el hombre de la época. El motivo de las ruinas es empleado magistralmente por Quevedo en uno de sus poemas metafísicos. Una frase representativa de esta época es: “maldito el hombre que confía en otro, sea quien fuere” de Gracián. La libertad del escritor Barroco se manifiesta en audacias verbales alejadas de los propósitos estilísticos de la naturalidad y de selección de renacimiento.

El culteranismo o gongorismo en honor a su mayor representante Luis de Góngora, está interesado en la expresión, opta por la latinización del lenguaje y por el empleo de imágenes sensoriales y metáforas insólitas.

El conceptismo se ocupa de expresar mucho en pocas palabras (agudeza verbal) para exprimir las correspondencias que se hayan entre los objetos y el concepto. Los autores hablan de juegos como paradojas, dobles sentidos y paronomasias.

Sor Juana Inés de la Cruz destacada escritura de este movimiento, sus datos biográficos son importantes. Hija ilegítima, nació en San Miguel Nepantla, hoy estado de México. Aprendió a leer y escribir a los tres años; estudió en la biblioteca de su abuelo y a los ocho años escribió una loa eucarística. Muy joven viajó a la ciudad de México, donde estudió latín (en sólo 20 lecciones). En 1665 entró en la Corte al servicio de la virreina, doña Leonor Carreto, marquesa de Mancera, y fue objeto de asombro y veneración por su inteligencia, memoria y discreción. Instigada por su confesor, el poderoso jesuita Antonio Núñez de Miranda, en 1667 decidió ingresar en el convento de San José de las carmelitas descalzas para poder dedicarse al estudio. Más tarde, abandonó este convento por enfermedad, pero en 1669 ingresó de forma definitiva en el convento de San Jerónimo de la ciudad de México, donde permanecería el resto de su vida. Sor Juana reunió una valiosísima biblioteca que llegó a tener unos 4.000 volúmenes y adquirió conocimientos de las más diversas disciplinas: teología, astronomía, pintura,

lenguas, filosofía o música. Enfermó y murió un 17 de abril a consecuencia de una epidemia de peste, mientras cuidaba a sus hermanas de la orden.

El Neoclasicismo. El siglo XVIII conocido como siglo de las luces representa una ruptura total con el oscurantismo del siglo anterior y es una época de apertura a la comprensión racional de la vida y el mundo. Las ideas básicas son la libertad y la sabiduría. El hombre para ser libre debe conocer las leyes de la naturaleza. De ahí el auge que alcanzan las ciencias físicas y experimentales y el afán por dominar la técnica. El pensamiento político está substanciado en el despotismo ilustrado: “todo por el pueblo pero sin el pueblo”. Se adoptan una serie de reformas sociales y económicas como: mejoras en la escuela, creación de nuevas instituciones culturales. Uno de los instrumentos de difusión del pensamiento ilustrado fue la enciclopedia, supone el intento de recoger todo el pensamiento humano en una sola obra.

Las instituciones culturales - Los periódicos fueron un importante medio de difusión de las nuevas ideas. - En las Sociedades Económicas de Amigos del País se trataban asuntos científicos, económicos, literarios, artríticos, etc. Su principal actividad era el estudio de la agricultura y de la enseñanza. Fueron un vehículo de transmisión de ideas modernas como la libertad, propiedad y justicia.

- La cultura dirigida desde arriba conlleva a la creación de nuevas instituciones culturales como la biblioteca nacional o las academias ( Real Real Academia Española -1713-). Surgen numerosos tertulias, reuniones y academias no oficiales, como la academia del buen gusto, la tertulia de la fonda de San Sebastián y los salones de Olavide.

Importancia del ensayo. Durante el siglo XVIII la literatura tiene un planteamiento muy distinto de la del barroco. El afán utilitarista acaba de imponerse, el género más representativo no es la literatura de creación, sino la literatura de ideas, el ensayo. El predominio del espíritu crítico, su adecuación a las necesidades didácticas y de transformación de las costumbres, hacen del ensayo el género más apropiado para la difusión del nuevo pensamiento.

La prohibición, por parte de la corona española, de traer a las indias las novelas de caballería y otros libros, trajo como resultado que durante los siglos XVI, XVII y XVIII, Hispanoamérica estuviera ausente de novelistas. Además la palabra novela no existía en el castellano antes del siglo XVI, Cervantes es el primero que utiliza el vocablo para designar narraciones de mediana extensión, como las “Novelas Ejemplares”. Por todo esto, resulta lógico el que la aparición de la novela en Hispanoamérica se de después de tres siglos de literatura colonial y en una concentración urbana como México. Aparece José Joaquín Fernández de Lizardi con su célebre novela picaresca en 1816 El Periquillo Sarniento. En literatura, el neoclasicismo representa las siguientes características: 1. Los escritores imitan los modelos de la antigüedad clásica 2. El arte es normativo, es decir, está sujeto a reglas. No hay lugar para el genio individual, el artista debe expresar el sentimiento colectivo y utilizar las formas consagradas por la preceptiva. 3. La literatura tiene un carácter didáctico. El artista debe educar a la sociedad y guiarla por el camino de los ideales sociales y éticos. Para lograr el efecto estético hay que transmitir la verdad y, al hacerlo, se deja siempre una enseñanza. La belleza es razonable, se puede demostrar. 4. Predominio de la razón y de la verdad. El arte no manifiesta las emociones, solamente traduce lo intelectual y racional. Interesa el concepto no la pasión, lo denotativo no lo connotativo.

5. Al elegir los temas, el escritor latinoamericano se inclina por una alabanza a la naturaleza que es vista como fuente de riqueza y por lo tanto de progreso, o por una exaltación de los sentimientos patrióticos, es decir que se pone a la escritura al servicio de la sociedad. 6. Se utiliza la escritura como un arma de propaganda política, como un instrumento de independencia. La literatura tiene una función social, se pone al servicio de una causa que lo trasciende. Los temas preferidos por los neoclásicos hispanoamericanos fueron de libertad y progreso inspirados por los generales Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y José de San Martín. El máximo representante de la época es José Joaquín Olmedo (1780-1847), ecuatoriano que compuso una famosa obra que elogio a Simón Bolívar La victoria de Junín. También está José María Heredia (1803-1839), cubano y humanista, autor de dos célebres odas: En el teocalli de Cholula y Niágara. 2.4. REALISMO Y NATURALISMO Éste término se comienza a usar refiriéndose a ciertos novelistas románticos en los que se daba la imitación de la naturaleza y el gusto por el detalle en las descripciones. Aparece en Francia. En ocasiones, sus obras reflejaban la vida parisina en sencillas escenas de la vida cotidiana, oponiéndose así a la grandilocuencia plástica de los románticos. Con el Realismo asistimos a un espectacular desarrollo de la novela. Algunas de las causas de este desarrollo podrían ser: a) Alteración de los círculos de consumo: En algunos países el público lector se nutría de libros merced a los préstamos de las bibliotecas públicas con el pago de pequeñas cantidades, que no todos podían pagar. En otros países la práctica de la lectura era muy exigua. b) La novela realista es el género burgués por excelencia. Por varias razones:

• La mayor parte de los autores son burgueses • El público que goza de mayor poder adquisitivo y que comprende mejor esa vida real en la que él opera es el burgués. • El mundo que refleja la novela realista es un mundo transformado por la ascensión de la burguesía. El término Naturalismo comenzó como sinónimo de Realismo. En un principio, escuela realista” y escuela natural” o “naturalista”, fueron términos que sirvieron para designar las mismas tendencias. El Naturalismo se nutre del pensamiento materialista, del determinismo (“los factores de la herencia biológica determinan el comportamiento del individuo”) y de la ciencia experimental. En las novelas aparecen personajes que son tarados, psicópatas, alcohólicos, seres que obedecen a sus impulsos hereditarios. Entre los autores naturalistas destacan en España Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez.

El movimiento artístico que surge en la segunda mitad del siglo XIX aparece como reacción a los excesos de la fantasía romántico. Pretende reflejar la realidad en forma objetiva. Según la temática, el Realismo se expresa a veces, a través del Costumbrismo, del Criollismo y del Naturalismo.

La importancia del arte realista en Colombia radica en que expresa las costumbres, los ambientes y la historia de una nación que vivía un proceso de consolidación y unificación nacional; busca representar la realidad tal y como es, por eso se fija en los detalles, lo cual demanda en el artista un gran dominio del dibujo y del color. Si se revisa el contexto histórico de su aparición se tiene que se ubica en el 1880 y 1935 al principio no más fueron marcados regionales. Luego fueron marcadas sociales y críticas. Se vive un momento de transformación debido al surgimiento del socialismo, el anarquismo, el comunismo y el positivismo. En Europa se dan

una serie de hechos que permiten transformar la mentalidad del hombre romántico:

En primer lugar, se dio una transformación de carácter ideológico en cuanto a la economía, la filosofía, la ciencia y la psicología. Igualmente, las estructuras sociales también cambiaron radicalmente con al ascenso de una burguesía rica y la aparición de la nueva clase trabajadora: EL PROLETARIADO. Ahora lo que lo que ocurría en Colombia en la misma época: se estaban dando cambios como: La crisis económica, las agitaciones sociales y enfrentamientos políticos iniciados por la guerra de los Mil Días. Por consiguiente, la literatura realista en Colombia significó el desencanto de los nobles ideales e ilusiones propuestas por los románticos. En Colombia se utilizaron espacios urbanos o rurales, la selva era un escenario de injusticias y realidad violenta. Se pueden citar como características generales las siguientes: 

La literatura es el reflejo y objetivo de la realidad y las clases sociales



Propone crear personas del común para darle verosimilitud al relato



La literatura es el testimonio de la vida y la sociedad

Por eso, sus grandes temáticas hacen referencia a: 

Las injusticias sociales



los conflictos sociales



la naturaleza inclemente



El hombre soñador e idealista

Veamos el plano de lo ocurre en la novela realista: - Predominio de la realidad: pretende conseguir una reproducción exacta de la realidad, valiéndose, en ocasiones, de los métodos de observación de las ciencias experimentales. Algunos autores ven a la novela como un “espejo que se pasea a

lo largo del camino” o quieren estudiar la sociedad como el científico estudia la naturaleza. De ello se deducen aspectos de la novela como: - Abundancia de datos sobre la vida cotidiana - Recreación del ambiente urbano, así como ambientes regionales o locales - Entran en la novela sectores sociales a los que la novela tradicional había concedido escaso interés. - Se tiende a la descripción minuciosa de caracteres, motivaciones y temperamentos, que dan lugar a la novela psicológica. - En lo ideológico, suele darse una intención social: la crítica de la sociedad burguesa, bajo una perspectiva tradicionalista, hasta la crítica de inspiración avanzada. Se piensa que la novela debe contribuir al cambio social - La actitud del autor pretende ser objetiva: su papel es el de cronista de la narración. No siempre se consigue este propósito y el autor toma partido con juicios y opiniones ante los problemas. Pero, en general, desaparecen las lecciones de moral y las tesis ejemplarizantes - En cuanto al estilo, no cabe hablar del estilo realista, sino más bien de método realista: que permite la creación de diversos estilos, según las necesidades de la novela. • Se tiende a sustituir la prosa grandilocuente y efectista del romanticismo por una prosa sobria. • Se adapta el lenguaje a la índole de los personajes, de ahí el uso de dialectismos y expresiones de nivel lingüístico vulgar. • Se utiliza tanto el estilo indirecto, como el estilo directo, y con esa suma, los personajes ganan en profundidad psicológica.

El realismo surge paralelamente con el Modernismo en este se identifican los principales problemas sociales y políticos de la época: el caudillismo y el semi feudalismo. Estos escritores buscan personajes que ilustren las desigualdades en todos los estratos sociales. El vehículo para persuadir al lector es la descripción de episodios críticos. La novela de nuestro realismo no es copista; por eso se puede hablar de un realismo social y realismo crítico. Siendo así que esta es el espejo ofrecido a la sociedad para que se refleje en ella. Las novelas de este periodo escogen personajes reales. 

Corriente Realista: Ocurre cuando la novela se adhiere a la realidad; si es un reflejo de ella.



Corriente Idealista: Si la novela evade la realidad y no la refleja.

De ahí que se hable de tendencias narrativas realistas: 

Realista Social: utiliza las técnicas narrativas como la descripción de la naturaleza.



Realista Crítico: plantea una visión crítica, humanizada y psicológica de una sociedad sumergida en el escalofrío del miedo



Realismo Mágico: expresa una mezcla entre la realidad Y fantasía.



Realista Costumbrista: asume la nacionalidad en el paisaje, los alimentos etc como escenarios de la vida o muerte

Autores representativos José Eustasio Rivera (San Mateo-Rivera;19 de febrero de 1888 -Nueva York;1 de diciembre de 1928) .Escritor colombiano destacado por su novela La Vorágine. César

Uribe

Piedrahíta

(Medellín,1897-Bogotá,1951).Médico

patólogo

novelista,su novela más popular es la Toá y su obra Mancha de aceite.

y

Manuel Zapata Olivella (Lorica,1920-Bogotá 2004) .Médico , cónsul y periodista.Sus obras tratan fundamentalmente de la opresión y la violencia como Tierra Mojada,Calle 100,Chambacú,Corral de negros y Changó. Jorge

Zalamea

Borda

(Bogotá,1905-1969).Se

destacan

sus

obras

La

metamorfosis de su excelencia,y El gran Burundún Burundá ha muerto. José Antonio Osorio Lizarazo (Bogotá 1900-1964). Narrador y periodista. Novelas El día del odio, La casa de la vecindad, Barranquilla, Garabato, entre otras y relato el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

2.5.

EL BOOM LATINOAMERICANO

El Boom latinoamericano fue un fenómeno editorial que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos relativamente joven fue ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo. El boom está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez de Colombia, Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa de Perú. Por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos escritores desafiaron las convenciones establecidas de la literatura latinoamericana. Su trabajo es experimental y, debido al clima político de la América Latina de la década de 1960, también muy política. El crítico Gerald Martin escribe: «No es una exageración afirmar que si el continente del Sur fue conocido por dos cosas por encima de todos los demás en la década de 1960, éstas fueron, en primer lugar, la Revolución Cubana y su impacto tanto en América Latina y el Tercer Mundo en general, y en segundo lugar, el auge de la literatura latinoamericana, cuyo ascenso y caída coincidió con el auge y caída de las percepciones Liberales de Cuba entre 1959 y 1971».

El éxito repentino de los autores del Boom fue en gran parte debido al hecho de que sus obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa, por las editoriales de Barcelona, en España. De hecho, Frederick M. Nunn escribe que: "novelistas latinoamericanos se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y las audiencias más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces a través del exilio"

Las características fundamentales de esta corriente fueron una mirada al mundo parándose en la misma tierra, en las raíces y las tradiciones. Fue un estilo auténtico que ponía un especial énfasis en las costumbres de un lugar, en describir cómo era la vida de un pueblo determinada perdida en la inmensidad del continente Americano.

Autores como Vargas Llosa o García Márquez fueron los que más se destacaron y al nombrarlos no podemos olvidarnos de sus obras magnas: “La ciudad y los perros” y “El amor en los tiempos del cólera”, las más identitarias de esta corriente. De todas formas cabe mencionar que hubo otros que, sin compartir del todo esta idea de escribir desde las raíces para mirar al exterior, también fueron incluidos en este grupo, tal es el caso de Julio Cortázar o Juan Carlos Onetti. Éstos ofrecían un estilo diverso, más pendiente de realidades intimistas, una literatura rioplatense que mucho difiere de obras como “La ciudad y los perros” o “Cien años de soledad”. El “boom” fue posible gracias a la importancia que editoriales como Seix Barral le dieron a autores provenientes del otro continente; de hecho fue gracias a publicaciones como “La ciudad y los perros” que la literatura latinoamericana comenzó a leerse en todo el mundo, incluso en la propia Latinoamérica. Según Vargas Llosa no se trató de una época que dio sólo buenos libros sino que permitió que Latinoamérica comenzara a ocupar un lugar relevante en la cultura de europea. Dijo: “Es hermosa la amistad, la experiencia de compartir sueños y de dar juntos esa batalla común por la ficción. Porque ya lo saben ustedes, la literatura y la cultura es mucho más que un entretenimiento o un placer: es una fuente de civilización y progreso” Autores fundamentales Una de las cosas fundamentales que hizo posible el “boom” fue el mestizaje, el crear un idioma literario que descendiera del de Cervantes pero ofreciera cosas nuevas, auténticas del continente Americano. Esto significa que sin conquista europea no habría existido, como tampoco habría sido posible sin las posteriores inmigraciones de un continente al otro, concluyendo en

la gran ola

de

intelectuales

latinoamericanos que se

trasladaban a Europa en busca de un futuro más alentador.

Gabriel García Márquez (1927): Uno de los fundamentales en el surgimiento del movimiento; creador del realismo mágico y autor de numerosas obras que se encuentran dentro de este género, entre las que destaca “Cien años de soledad”. Julio Cortázar (1914-1984): Es uno de los autores latinoamericanos más abierto, inteligente y creativo que haya existido. Con especiales dotes para el relato y la prosa poética, de quien muchos autores han tomado el ejemplo. Además ofreció una novela rioplatense sumamente novedosa, diferente a lo propuesto por los autores del “boom” pero indudablemente igual de relevante. José Donoso (1924-1996): Este autor chileno se encontró absolutamente ligado a otros escritores del “boom”, sin embargo más tarde se separó de este grupo debido a que consideraba que era necesario resignificarse y continuar, sin quedarse ligado a los cánones establecidos por el movimiento. Sus obras más destacadas sin lugar a dudas fueron “El obsceno pájaro de la noche” y “Casa de campo”. Mario Vargas Llosa (1936): Se lo considera el autor más joven de este movimiento. En sus obras puede notarse una clara descripción de la sociedad peruana y un intento de acercarse a la humanidad de las personas para comprender los diferentes sucesos históricos y culturales. Entre sus obras, las que le ubican dentro del “boom” latinoamericano irremediablemente son “La ciudad y los perros”, “La casa verde” y “Conversación en La Catedral”. Carlos Fuentes. Nació en Panamá y vivió en varios países latinoamericanos hasta que en 1965 se radicó en México. El tiempo que pasó en su país marcó definitivamente su obra, inmersa en el debate intelectual sobre la filosofía de 'lo mexicano'. En 1955 fundó junto con Emmanuel Carballo y Octavio Paz, la Revista Mexicana

de

Literatura.

La repercusión que alcanzó con La región más transparente (1959) y La muerte de Artemio Cruz (1962) lo proyectó como una de las figuras centrales del boom de la novela latinoamericana. Al igual que los demás intelectuales que participaron de éste fenómeno, su compromiso político y social con la Revolución Cubana fue un rasgo fundamental de su obra.

El estilo literario de este gran movimiento se centra en:  Se presenta una obra original que busca hallar respuestas a sus inquietudes.  Recogió del surrealismo la manera de entender al hombre y su búsqueda de encontrar un camino para salir de la alienación.  En lenguaje que utilizó Cortázar proponía un existencialismo fundado en la irracionalidad.  En lo neofantástico el escenario de la obra es común a la realidad del lector, los finales son ambiguos e indeterminados.  Incorporación de procedimientos narrativos de

la literatura inglesa y

norteamericana.  La fragmentación de escenas  El monólogo interior  La mirada retrospectiva  Preocupación y una audaz crítica social  Revela un lirismo lleno de vigor  Deja atrás el tipo de regionalismo utilizado por los escritores de la época de la revolución.  Sus trabajos representan importantes reflexiones para comprender la vida de su país y la nueva novela hispanoamericana. Pero es pertinente preguntarse ¿Cómo entender el “boom” en nuestra era? El poeta Caballero Bonald, expresó que poseemos un idioma lleno de pluralidad y que es importante que sepamos apreciar la diversidad para que se enriquezca la literatura hispana, y que gracias a los autores del boom, que estaban en contra del inmovilismo, como él lo está, y gracias a que supieron transmutar el lenguaje coloquial en el literario, consiguieron ofrecer un legado único que permitió que el lenguaje latinoamericano se convirtiera en un legado universal.

Para finalizar Cortázar dijo que el boom era "la más extraordinaria toma de conciencia por parte del pueblo latinoamericano de una parte de su propia identidad”, puesto que, el público atraído por un nuevo cambio en la literatura que se tenía en el momento, contribuyó a que se diera paso a una explosión de una narrativa pura y renovada, que además permitió llevar a nuestra literatura alrededor del mundo.

SABERES Y ACTIVIDADES 1. Lea el siguiente poema de Juan Valdés Caviedes y responde las preguntas El pobre es tonto, si calla; ¿Consideras que lo expresado tiene vigencia en el y si habla es un majadero; mundo actual? Presenta situaciones que sustenten tu si sabe, es un hablador; respuesta. y si afable, es embustero; si es cortés, entrometido; ¿Crees que la palabra privilegios es utilizado en un cuando no sufre, soberbio; sentido literal o irónico? ¿Por qué? cobarde, cuando es humilde; y loco, cuando es resuelto; si valiente, es temerario; presumido, si es discreto; adulador, si obedece; y si se excusa, grosero; si pretende, es atrevido; si merece, es sin aprecio; su nobleza es nada vista, y su gala, sin aseo; si trabaja, es codicioso, y por el contrario extremo un perdido, si descansa… ¡Miren si son privilegios! 2. Haz un comentario sobre el valor de los textos escritos por Sor Juana Inés de la Cruz. Tenga en cuenta los siguientes aspectos: hogar o al convento en su mayoría) limitando su derecho a opinar y a decidir. 2. ¿Qué relación se establece entre las condiciones histórico – sociales y políticas que se daban en Latinoamérica a comienzos del siglo XIX y las ideas que se expresaron en el Romanticismo. 3. ¿Qué diferencia se puede señalar entre la literatura del Romanticismo y la del realismo Latinoamericano. 4. Una de las características del modernismo fue el gusto por los temas exquisitos, pintorescos, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad media, la ambientación versallesca, la flora, la fauna exóticas y llamativas. Lee el siguiente poema de Rubén Darío y responde ¿se presentan estas características en el fragmento? ¿Por qué? ¿Los amores exóticos acaso...? Como rosa de Oriente me fascinas: me deleitan la seda, el oro, el raso. Gautier adoraba a las princesas chinas.

¡Oh bello amor de mil genuflexiones: torres de kaolín, pies imposibles, tasas de té, tortugas y dragones, y verdes arrozales apacibles! Ámame en chino, en el sonoro chino de Li-Tai-Pe. Yo igualaré a los sabios poetas que interpretan el destino; madrigalizaré junto a tus labios. Diré que eres más bella que la Luna: que el tesoro del cielo es menos rico que el tesoro que vela la importuna caricia de marfil de tu abanico 5. ¿Qué relación se establece entre las condiciones históricas, sociales y políticas que se daban en Latinoamérica y las ideas que se expresaron en el Modernismo? 6. Realiza un análisis comparativo entre los poemas reseñados a continuación. determina de que momento literario es. modernista o postmodernista. explica la respuesta. El cisne en la sombra parece de nieve; su pico es de ámbar, del alba al trasluz; el suave crepúsculo que pasa tan breve las cándidas alas sonrosa de luz. Y luego, en las ondas del lago azulado, Después que la aurora perdió su arrebol, Las alas tendidas y el cuello enarcado, El cisne es de plata, bañado de sol. Tal es, cuando esponja las plumas de seda, Olímpico pájaro herido de amor, y viola en las linfas sonoras a Leda, Buscando su pico los labios en flor. Suspira la bella desnuda y vencida, y en tanto que al aire sus quejas se van, Del fondo verdoso de fronda tupida Chispean turbados los ojos de Pan. RUBEN DARIO

Tuércele El Cuello Al Cisne de Enrique González Martínez Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje que da su nota blanca al azul de la fuente; él pasea su gracia no más, pero no siente el alma de las cosas ni la voz del paisaje. Huye de toda forma y de todo lenguaje que no vayan acordes con el ritmo latente de la vida profunda. . .y adora intensamente la vida, y que la vida comprenda tu homenaje. Mira al sapiente búho cómo tiende las alas desde el Olimpo, deja el regazo de Palas y posa en aquel árbol el vuelo taciturno… Él no tiene la gracia del cisne, más su inquieta pupila, que se clava en la sombra, interpreta el misterioso libro del silencio nocturno.

RESUMEN La estética de la palabra se hacía realidad en el concebido movimiento literario modernismo, se caracterizó por una ambigua rebeldía creativa, un refinamiento narcisista y aristocrático, el culteranismo cosmopolita y una profunda renovación estética del lenguaje y la métrica. Esas son las fieles y contundentes características de este movimiento que es propio, marcado por nuestro sello de originalidad. Desde aquí se puede decir, que es nuestra literatura latinoamericana, surge a finales del siglo XIX en un tiempo de industria y de fe ciega capitalista, y cuando España perdía sus últimas pertenencias en América latina.

Este movimiento desarrollado en América por el poeta y pensador cubano José martí cambio le forma poética y la poesía escrita en lengua española. El nacimiento del modernismo surgió consigo en el libro de Rubén Darío llamado “azul” alrededor del año 1888. Seria con este poeta donde el modernismo iniciaría sus primeras ideas más a la poética que a la narrativa. Los modernistas retomaron y llevaron a su culminación un estilo que venía de romanticismo y del simbolismo europeo. En la primera etapa se encuentra el escritor José Asunción Silva con su expresión natural, cuidadosa, elaborada , pero sobre personal. Unos afirman que la cultura latinoamericana —si se trata de la cultura de pleno valor, diferente a la europea— surgió muy recientemente, con la aparición de la nueva novela latinoamericana, y todo lo previo lo veían como algo inmaduro y un epígono. Otros decían, que la cultura auténtica de América Latina empieza a desarrollarse en el primer tercio del siglo XIX, después de haber obtenido la independencia las colonias españolas. En ambos casos, se consideraba que la literatura del periodo colonial copiaba en buena parte los modelos europeos, y lo que se trata en los textos de los conquistadores y de los primeros cronistas de Indias ni siquiera se percibía como literatura, sino historiografía. La tarea consiste en revelar algunos elementos básicos del código artístico de la literatura latinoamericana que fueron engendrados en la época de la conquista y están presentes en los textos de los conquistadores.

El proceso de la aparición y la acumulación de estos elementos artísticos nuevos fue inconsciente y procedió de un choque brusco del explorador con el espacio ignoto del Nuevo Mundo. El problema de la relación del conquistador con el espacio del Nuevo Mundo consiste en que se suele investigar sólo uno de sus aspectos: la transformación de dicho espacio por parte de los españoles. Esto es comprensible. Los resultados de tal influjo son materiales y, por ende, evidentes: los advenedizos destruyeron las comunidades indígenas, fundaron pueblos nuevos, abrieron caminos, etc. Pero las relaciones del hombre con el espacio tienen una doble cara: el espacio, convertido en imagen, también ejerce cierta influencia en la conciencia del hombre y, por tanto, en su cosmovisión. Ahora los personajes de la literatura latinoamericana llama la atención su inclinación a la violencia y su impulsividad, que no deja lugar al razonamiento; su preparación para el asesinato, que frecuentemente acontece por un motivo de nada o sin ningún pretexto: como un golpe precedente. Es común saber qué significación tiene el tema de la violencia en la literatura latinoamericana. Cualquier lector sensible siente no solamente el "grado" muy alto de la violencia, sino también su, digamos, "aura", cuando la violencia impregna la atmósfera de la obra y a veces se realiza inconscientemente y sin causa alguna. Esa consolidación de la narrativa latinoamericana ocurrió en la década del 60´, la edad dorada de la novela, se muestra en esta una renovación en la forma de concebir y hacer literatura. Sus temas constantes son la fusión de lo real, lo ideal y lo fantástico, urgencia de crear una literatura distinta, ajusta de su producción al avance de las comunicaciones, solución de problemas morales, psicológicos y sociales.

EVALUACIÓN Preguntas de selección múltiple con única respuesta 1. El movimiento literario que se caracterizó por reflejar el sentimiento de patriotismo, el predominio de la razón y la conexión con la naturaleza se denomina: A. Barroco. B. Romanticismo. C. Neoclasicismo. D. Costumbrismo 2. “(…) Lo peculiar de la escena provocada por Micaelita, era el medio ambiente en el que se desarrolló. Apréciame ver el cuadro, y no podía consolarme de no haberlo contemplado con mis propios ojos. Figurarme el salón atestado, la escogida concurrencia, las señoras vestidas de ceda y terciopelo, con collares de perla; al brazo la mantilla blanca para tocársela en el momento de la ceremonia; los hombres, con resplandecientes placas o luciendo veneras de órdenes militares en el delantero del frac” “El Encaje Roto”, Emilia Pardo Bazán. El movimiento literario que se evidencia en el fragmento anterior es: A. Realista. B. Naturalista. C. Romanticismo. D. Onírico 3. Una de las aseveraciones planteadas con respecto a las características de la novela realista es falsa. A. Se preocupa de la clase más baja de la sociedad. B. Temáticas comunes son la pobreza y el machismo. C Hay una presencia de pesimismo en la novela. D. Muestra la vida tal como es. 4. La diferencia que existe entre Naturalismo y el Realismo radica en que: A. El Naturalismo pretende encontrar las razones del comportamiento humano y no refleja la realidad de manera objetiva, como hacía el Realismo. B. El Naturalismo pretende reflejar fielmente la realidad, como mientras que el Realismo pretende explicarla. C. El Naturalismo se centra en los individuos, mientras que el Realismo se centra en los grupos sociales. D. El naturalismo se centra en los sentimientos más oscuros de las personas, mientras que el Realismo en lugares alejados de la sociedad y sin personajes.

RESPONDA LAS PREGUNTAS 5 A 12 DE ACUERDO AL TEXTO COEXISTENCIA DE LO MÍTICO LO BARROCO Y LO ROMÁNTICO La gran matriz cultural de la «summa» que ahora somos fue en sus comienzos y aún continúa siendo mítica. Produciendo el denominado «descubrimiento» del Nuevo Mundo, de la imaginación americana, compelida a nombrar el asombro del acontecimiento, brotó la crónica donde quedaron registrados los viajes y los desembarcos, las travesías y las descripciones del paisaje, el talante, porte y proporción de los cuerpos humanos que salían al paso del primer hallazgo y encuentro, los animales inéditos, las plantas y las costumbres. Décadas más tarde, sobre el sereno paisaje conquistado se imponía la Colonia. Devino así un barroco colonial «de transplante» en el acto desnaturalizado de sí mismo pero igualmente en ese mismo momento enriquecido por i causa de la matriz mítica y mestiza originaria en el barroco infiltrada- En nuestro caso un barroco sin antecedente gótico, que impregnó tanto la arquitectura de lo sagrado como la lengua de lo profano. Ante los portentos, propuestas y soluciones trascendentes y cósmicas de la arquitectura aborigen, la Colonia respondió con un barroco de artesanos populares, de cuyas manos brotaron muy pronto ángeles mestizos y vírgenes coquetas, fachadas de iglesias que parecían confituras y dulces batidos. Barroco 1údico y a veces casi ebrio, ya nunca más el barroco europeo. Vinieron más tarde los movimientos de la independencia, y con ellos el advenimiento de lo romántico europeo. Pero aquí, de nuevo entre nosotros lo romántico se sumerge en su «matriz» receptora, ahora en el siglo XIX, por supuesto aún más compleja y abigarrada aunque nunca en sentido lineal sino más bien concéntrico, a la manera de una gran «summa» sin eliminaciones. Por lo que «lo romántico» entre nosotros devino mucho más como actitud y gesto de coyuntura ante la dominación hispánica y las condiciones de existencia política y social de la época, que como movimiento filosófico o estético de «reacción» frente a los supuestos atropellos de la razón. Femando Cruz Kronfíl, La tierra que atardece, Editorial Planeta, 1988.

5. En el texto la palabra "compelida" puede ser remplazada por A. llamada. B. obligada. C. constreñida D. excusada. 6. En el primer párrafo del texto la palabra "brotó" puede ser remplazada por A. salió. B. surgió. C. retoñó D. existió.

7. En el texto la expresión «descubrimiento» puede ser interpretada como A. revelación, porque para los europeos este hecho fue una experiencia trascendental. B. invención, porque la mayoría de los acontecimientos ocurridos durante este periodo fueron engrandecidos en el relato. C. encuentro, porque con la llegada de los españoles a América se dio el choque entre dos mundos. D. identidad, porque con la llegada de los españoles a América surgió un nuevo mundo. 8. De la información que nos brinda el texto en el primer párrafo se puede concluir que A. el descubrimiento de América provocó la aparición de una gran multitud de escritos que luego fueron considerados como relatos sin ningún valor estético y literario. B. en 1942 era costumbre de los viajeros escribir cartas o diarios en forma de relato de todo cuanto aparecía frente a sus ojos. C. a lo largo del siglo XVI se desarrolló un nuevo género literario, el cual tenía como tema los hombres y las cosas que constituían la maravilla de América. D. el descubrimiento de América permitió que las cartas y diarios adquirieran un valor estético e histórico. 9. De la información del primer párrafo se puede inferir que el valor literario de la crónica de indias está en permitir A. nombrar y dar a conocer la fascinación de los conquistadores frente a las maravillas del nuevo mundo. B. dar cuenta de los hechos sucedidos desde el descubrimiento de América hasta la Independencia. C. narrar de manera extraordinaria hechos y situaciones ocurridos a partir del descubrimiento. D. mostrar una serie de acciones que se dieron a causa de un encuentro entre dos culturas. 10. En el texto, América es A. un espacio en el que no se puede hablar de la originalidad de la que hablan otros pueblos. B. un lugar que carece de identidad y donde habitan seres en continuo préstamo cultural. C. un espacio mítico en el que confluye, se recrea y redefine la cultura occidental. D. un lugar en el que la imaginación y la fantasía son los componentes principales de la identidad. 11. En el texto la idea de la gran matriz mítica hace alusión A. a la historia de las costumbres de los pueblos aborígenes que habitaron América. B. al desarrollo histórico y cultural de los pueblos indígenas de América Latina. C. al mestizaje de creencias e ideas que caracteriza el origen de la cultura Latinoamericana. D. al nativismo y regionalismo que caracteriza la literatura en América Latina. 12. En el texto, la noción de mito se percibe como una A. mentira o fantasía en su sentido estricto. B. manera de concebir la realidad y la vida. C. forma de comprender la obra literaria. D. característica de los pueblos indígenas.

LECTURAS RECOMENDADAS Texto 1: Yo venía envuelto en el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del Universo. Busqué las huellas de La Condamine y de Humboldt seguílas audaz, nada me detuvo; llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador del los Andes. Yo me dije: este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad. Belona ha sido humillada por el resplandor de Iris, ¿y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos del gigante de la tierra? Sí podré! Y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino, dejé atrás las huellas de Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento: tenía a mis pies los umbrales del abismo. Un delirio febril embarga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior. Era el Dios de Colombia que me poseía. De repente se me presenta el Tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las edades: ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano… «Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente. ¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees que es algo tu Universo? ¿Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos? ¿Imagináis que habéis visto la Santa Verdad? ¿Suponéis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito que es mi hermano». Sobrecogido de un terror sagrado, «¿cómo, ¡oh Tiempo! —respondí— no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto? He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobre la cabeza de todos. Yo domino la tierra con mis plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando junto a mí rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino». «Observa —me dijo—, aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres». La fantasma desapareció. Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho. En fin, la tremenda voz de Colombia me grita; resucito, me incorporo, abro con mis propias manos los pesados párpados: vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio.

Analiza y argumenta 1. A qué se refiere Bolívar con la expresión “Yo venía envuelto en el manto del iris”. 2. ¿Cuál es según Bolívar el dominador de los Andes? 3. En sus palabras enuncia la expresión: Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que puso la mano del Eterno sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes. 4. ¿Qué significan las siguientes metáforas? A. Belona ha sido humillada con el resplandor del iris B. ¿Podré yo trepar sobre los cabellos canos del gigante de la tierra? C. Los cristales eternos que circuyen el Chimborazo 5. ¿Cómo se figura Bolívar al tiempo? Texto 2 El aire azotaba los vidrios del balcón; el agua de la fuente lejana caía y caía con un rumor eterno y monótono; los ladridos de los perros se dilataban en las ráfagas del aire, y las campanas de la ciudad de Soria, unas cerca, otras distantes, doblan tristemente por las ánimas de los difuntos. Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo, porque la noche aquella pareció eterna a Beatriz. Al fin despuntó la aurora: vuelta de su temor, entreabrió los ojos a los primeros rayos de la luz. Después de una noche de insomnio y de terrores, ¡es tan hermosa la luz clara y blanca del día! Separó las cortinas de seda del lecho, y ya se disponía a reírse de sus temores pasados, cuando de repente un sudor frío cubrió su cuerpo, sus ojos se desencajaron y una palidez mortal descoloró sus mejillas: sobre el reclinatorio había visto sangrienta y desgarrada la banda azul que perdiera en el monte, la banda azul que fue a buscar Alonso. Cuando sus servidores llegaron despavoridos a noticiarle la muerte del primogénito de Alcudiel, que a la mañana había aparecido devorado por los lobos entre las malezas del Monte de las Ánimas, la encontraron inmóvil, crispada, asida con ambas manos a una de las columnas de ébano del lecho, desencajados los ojos, entreabierta la boca; blancos los labios, rígidos los miembros, muerta; ¡muerta de horror! a) Aquí tienes el final de una leyenda. En ella el espacio ocupa un papel preponderante. Escribe, desde lo más cercano a Beatriz hasta lo más alejado, los distintos lugares que aparecen o se mencionan. b) En la leyenda, Beatriz consigue caprichosamente que Alonso vaya a buscar su banda azul al Monte de las Ánimas, en plena noche de Difuntos. Se decía que en ese monte habían fallecido en batalla unos caballeros Templarios y que, la noche de Difuntos, sus almas vagaban por el monte. Según este texto, ¿qué ocurre al final? c) La naturaleza romántica se mimetiza con los sentimientos e inquietudes de los personajes. En este texto, ¿cómo aparece descrita? d) En el texto dominan los adjetivos calificativos. Subraya todos los que encuentren: con un color los que se refieran al tiempo o al espacio; con otro los que se refieran a algún aspecto negativo. e) ¿Te parece romántico este final? Justifica tu respuesta.

UNIDAD N° 3

Presentación La literatura ofrece la posibilidad de mostrar la realidad que se vive, su condición social e histórica la hacen enriquecedora, esto es lo que le ofrece esta unidad usted podrá relacionar la producción novelística y poética de finales del siglo XX y cómo se muestra esa visión de la palabra del siglo XXI.

Problema Considera que hay una Literatura Latinoamericana con rasgos propios? ¿Bajo qué presupuestos se puede concebir el concepto de Literatura Latinoamericana como una unidad?

Competencias específicas Reconoce las características de la novela colombiana de finales del siglo xx aplicándolos a los textos que lee. Determina en las obras literarias colombianas elementos textuales que dan cuenta de sus características estéticas, históricas, sociológicas cuando sea pertinente.

DINÁMICA PARA CONSTRUIR CONOCIMIENTO

ACTIVIDAD PREVIA: Trabajo independiente Esta actividad está relacionada con el proceso de exploración de conocimientos previos, por ello es conveniente que le des solución a estos interrogantes:

¿Qué se entiende por vanguardia? ¿Cómo se concibe el pensamiento contemporáneo en la narrativa?

del

hombre

ACTIVIDAD EN GRUPO Lean atentamente la unidad 3, compare los conceptos previos que ustedes elaboraron con los que aparecen en el módulo, reelabórenlos nuevamente con sus propias palabras a la luz de la lectura de éste. Realicen en grupo de 3 estudiantes un resumen sobre los principales acontecimientos de la literatura contemporánea y expóngalos.

3. LITERATURA DE VANGUARDIA

El fenómeno de la vanguardia que acaeció en las primeras décadas del siglo XX, tuvo la gracia expansiva de cubrir, de manera simultánea y con distintos énfasis, el ámbito artístico-literario, el sociocultural y el político a nivel internacional. A partir de los años centrales del decenio de 1920, la economía mundial se sumerge en una crisis dramática que no se conocía desde la Revolución Industrial. La humanidad se replantea sus formas de organización y convivencia; los artistas y escritores de la época hacen lo propio en la producción de nuevos discursos estéticos y políticos. Las vanguardias latinoamericanas en su afán de autonomía, libertad y democratización, hay que "dejar de considerarlo como un epifenómeno de las vanguardias europeas para tratar de comprenderlo como respuesta a condiciones históricas concretas, el superar el enfoque atomista de la literatura por países para

visualizar un espacio continental, y el dejar de reducirlo a sus expresiones en la poesía lírica para incorporar la totalidad de sus manifestaciones son sólo algunas de las tareas de superación de un enfoque limitante que se hacen hoy en día necesarias

para

una

adecuada

caracterización

del

vanguardismo

hispanoamericano"(4). La idea de un nuevo lenguaje está asociada a un hombre nuevo en un país nuevo. Quienes más plantean este asunto son los escritores Mario de Andrade, Juan Bautista Alberdi, Jorge Luis Borges, Francisco Chuagún, Wanka Ayulo. De 1915 a 1940, periodo nuclear de la vanguardia latinoamericana, no hay nombre de mujeres que los críticos hayan considerado tempranamente en forma relevante, ni siquiera a Gabriela Mistral por su emblemático y temprano reconocimiento internacional. La excepción más nombrada es Anita Malfatti y Tarsila Amaral en Brasil en la década del 20. La vanguardia de los 60 (con una connotación absolutamente diferente a la inicial), permite la aparición de mujeres como Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Delmira Agustín, Mercedes Valdivieso, Dulce María Loynaz, Teresa de la Parra, Cecilia Meireles, Clarice Lispector, Rosario Castellanos, María Luisa Bombal, Marta Traba, Ana Pizarro, Inés Echeverría; y en artes plásticas se destacarán Frida Kalho, Remedios Varo, Leonora Carrigton, etc. Ángel Rama (1975), en su ensayo Medio siglo de narrativa latinoamericana, 1922-1972 , considera que la narrativa de vanguardia asume los problemas y el imaginario de un continente en busca de su autonomía e identidad. Argumenta que el nuevo discurso narrativo parte de una fractura artística provocada por el desgaste de las formas y de las estructuras de convivencia social. A partir del escenario que se abre con la depresión económica de 1929, los escritores hallarán la realidad en el arte y en el tráfago de la ciudad moderna. 4. Nelson Osorio, La formación de la vanguardia literaria en Venezuela (antecedentes y documentos), Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de Historia, 1985, p.46.

Entre 1917 y 1922, eclosiona la poesía; de ahí en adelante lo hará la narrativa realista en su proceso de configuración de un discurso más orgánico. Para Rama, la vanguardia latinoamericana se va consolidando a través de distintos momentos; entre ellos, aquel que surge apegado (hipnotizado) a lo europeo, pero que sabe tomar perspectiva para descubrir lo propio. El foco migratorio está centrado en los años 1900, 1925 y 1950, siendo Neruda una de sus excepciones. En este contexto, se pueden nombrar a escritores como Huidobro, Vallejo, Asturias, Carpentier, Uslar Pietri, Cortázar, el antillano Etienne Lero y el haitiano Aimé Cesaire. En el segundo momento, que tiene su epicentro entre 1910 y 1930, se constituye la narrativa regional como expresión de una contracolonización que busca un equilibrio entre tendencias nacionalistas e internacionalistas. Su fuerza creadora se caracteriza por un claro deslinde con la poesía, su rigor en el contar y por el empeño de "perfilar el personaje en situación". Uno de sus representantes es Carpentier con El reino de este mundo (1949). El tercer momento es considerado como el más latinoamericano por estar desvinculado de Paris y de la generación perdida de los marginales norteamericanos. Se destacan escritores como Roberto Arlt, Mariano Azuela, José Eustasio Rivera, Jorge Luis Borges, Mario de Andrade. Sin duda que a partir de 1930, predomina el vanguardismo narrativo "que rehace el pasado e inventa el futuro". Ahora bien, la referencia de la vanguardia latinoamericana fue una forma de reacción frente al sistema expresivo del Modernismo y a las circunstancias sociales generadas por el capitalismo. Por ejemplo, en 1934, la Asociación Internacional de Vanguardias, presidida por Huidobro, sale en defensa de Bolivia ante la crisis suscitada por la guerra del Chaco; en 1937, se organiza un Congreso de Intelectuales Antifascistas para defender a la España democrática Esta vanguardia pretendió abarcar todas las expresiones artísticas. En literatura, poesía y novela asumen un rol protagónico que sigue resonando y despertando la curiosidad de los investigadores hasta nuestros días. Modernidad e identidad, técnicas de escritura y protagonismo de los creadores, son los temas recurrentes que subyacen como base de una nueva conciencia y diseño simbólico capaz de

involucrar un mundo total. La vanguardia fue una empresa de desublimación, de descubrimiento, de montaje, de invención e iluminación subversiva para un nuevo humanismo (F. Shopf, 1991). Se instala y evoluciona como ruptura discursiva en medio de la ciudad, se compromete con la revolución social y con la recuperación del imaginario indígena en su intento de apropiación cultural. La vanguardia latinoamericana viene a enmendarle la plana a la estética de la cultura colonial y a sacudirse del lastre pasatista que animaba en los sectores conservadores del Romanticismo y del Modernismo; su visión porvenirista nunca renunció al intento de consolidar una identidad en el contexto de la modernización. Vista en perspectiva histórica, la vanguardia latinoamericana pareciera que advino al mundo para quedarse; después del proceso y consolidación de la independencia política a comienzo del siglo XIX, la vanguardia se apropia de una conciencia democrática y popular que metafóricamente permitirá ser considerada, ya avanzado el siglo XX, como el segundo territorio libre de América, anticipo de la teoría de la Dependencia y de la Teología de la Liberación. El intento de delimitación conceptual de la vanguardia latinoamericana rebasa los límites de su situación temporal ¿Es posible pensar de otro modo los alcances de esta vanguardia sin el antecedente de la Primera Guerra Mundial, la revolución mexicana y la revolución cubana? Roberto Fernández Retamar en su trabajo Vanguardia artística, subdesarrollo y revolución (1970), reconoce que el estallido de la revolución cubana ayudó a la reflexión de los artistas en su rol estético, político y cultural. La herencia se halla en el pensamiento de Martí, en las divagaciones de Rodó sobre la democracia y el utilitarismo, en la teoría literaria de Carpentier, en la acción y esclarecida conciencia política del Che, de Fidel Castro, de Amilcar Cabral, etc. Fernández Retamar (1970), al reconocer que el origen de la vanguardia hay que buscarlo en Europa.

En pocas palabras la vanguardia latinoamericana es el primer impulso a la apropiación cultural. No sólo reconoce el contexto, sino que asume como propia la cuestión social americana que, en los diferentes países, se plasma en desiguales formas de insurgencia. Según Hugo Verani, esto se manifestará en el Caribe hispánico, Puerto Rico, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Panamá, Salvador, Honduras, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. En cada uno de ellos se presenta rasgos diferenciados y profundiza la discusión sobre corrientes o expresiones estéticas como fenómenos culturales (arte puro v/s arte comprometido). La palabra vanguardia se utiliza, generalmente, para nombrar un movimiento, una persona o un acontecimiento, que propone un cambio, algo nuevo, algo de avanzada. Cada grupo de vanguardista propuso una ruptura con el arte tradicional, con el propósito de crear nuevas formas de expresión. Algunos de estos movimientos fueron: • El futurismo, que en literatura tuvo como representante al escritor italiano Marinetti. • El surrealismo, cuyo representante sobresaliente en literatura fue el poeta francés André Bretón, y en pintura, el artista español Salvador Dalí. • El dadaísmo, cuyo principal divulgador en literatura fue Tristán Izara. • El expresionismo, que en Alemania dio sus principales manifestaciones literarias con George TraklyGofriedBenn. • El cubismo, que en pintura tuvo como su principal representante, en uno de sus períodos de producción artística, al español Pablo Picasso. En Colombia, dos elementos sirvieron de base para el surgimiento del vanguardismo: por una parte, las transformaciones sociales y económicas, y, por la otra, el interés de los escritores jóvenes de romper con los esquemas de la tradición literaria de las generaciones anteriores.

La postura de avanzada en la literatura reúne a muchos autores que, en su momento, pertenecieron a movimientos más específicos. Es el caso de José María Vargas Vila, en cuya obra se pueden identificar elementos del modernismo. Sin embargo, por sus ideologías, temáticas y estilo de su escritura, se considera como el primer vanguardista colombiano.

Se dice que en Colombia no hubo propiamente movimientos vanguardistas, a semejanza de los europeos. Sin embargo, hubo grupos que buscaron renovar los temas y el lenguaje poético. Entre ellos están: Los Nuevos. En poesía sobresalen León de Greiff y su Relato de Sergio Stepansky; Rafael Maya, con su Invitación a navegar, Germán Pardo García, autor de Limosna de alegría, y Luis Vidales y su famoso Suenan timbres. Piedracielismo. Esta escuela, que nació hacia 1935, tomó su nombre de la obra del español Juan Ramón Jiménez, Piedra y cielo, porque publicaba unos cuadernillos con el mismo nombre. Sus figuras más representativas son: Eduardo Carranza, Jorge Rojas y Arturo Camacho. Los Cuadernícolas. Hacia 1945 nació una escuela cuyos integrantes eran admiradores del poeta español Jorge Guillen, y como homenaje a este publican sus obras en unos cuadernillos titulados Cántico, hechos por el cual se les denominóCuadernícolas.

Sus

representantes

más

destacados son: Alvaro Mutis, Eduardo Mendoza y Andrés Holguín. Mito. En 1954, Jorge Gaitán Duran y Hernando Valencia fundaron en Bogotá la revista Mito, nombre que recibió también el grupo de escritores que colaboraron en ella. Desde su primer número, los escritores de Mito asumieron una posición comprometida, y utilizaron las palabras como herramienta para apoyar un programa de mejoramiento de la realidad del país. El nadaísmo. Este movimiento fue fundado por Gonzalo Arango en 1958. Es un grupo rebelde que puso en duda todos los valores establecidos: la

organización de la sociedad, la religión, las costumbres, la política dominante, las artes, etc. En ellos es notable la influencia del filósofo alemán Federico Nietzsche. Son figuras destacadas, además de su fundador, Jaime Jaramillo Escobar y J. Mario Arbeláez.

Estas son algunas de las características a las cuales recurren el conjunto de movimientos que se asociaron bajo el término vanguardia: Se desarrollaron temáticas sencillas y cotidianas. La poesía adquirió un tono grave e irónico. Se pudo apreciar un sentimiento de desarraigo y de soledad. A través de la poesía se reflexionó sobre el sentido de la vida. Se empleó la estructura del soneto en múltiples composiciones

Los vanguardistas tratan en sus poemas temas que antes no habían sido tenidos en cuenta. Por ejemplo, los objetos de la ciudad, sus costumbres y sus personajes, además se refieren a la vida moderna, en la que hablan de las máquinas, los automóviles y la soledad del individuo. Con los poetas vanguardistas empiezan a aparecer poemas como Super-cien, Los paraguas, El hueco, Poema de la piedra. ¿Consideras que son títulos acordes al ámbito literario? Para algunos vanguardistas, la literatura debía cuestionar la realidad, otros veían la poesía como un fenómeno estético o la asumían, únicamente, como un proceso intelectual. Las temáticas se subdividieron de la siguiente manera: • Denuncia de la crisis social. Escritores como Vargas Vila y Luis Vidales profundizan más en esta temática. La escritura se convierte en una forma de resistencia frente a la imposición económica de otros países y frente a la situación desfavorable del proletariado.

• El sentimiento poético. El mundo interior del poeta se expresa a través de un lenguaje subjetivo. El poeta sale de sí mismo y se desahoga. • Situación de exilio. El poeta se siente desterrado espiritualmente, y expresa, de manera constante, su sensación de angustia frente a la vida. • Los sentimientos amorosos. El amor se manifiesta de múltiples maneras, pero sobre todo se introducen imágenes de sensualidad y erotismo. • Desacralización de la religión. Algunos autores acogieron los temas y personajes sagrados como motivo de su inspiración poética. • Los objetos de la vida contemporánea. Los poetas vanguardistas introducen en su poesía elementos que son parte del mundo contemporáneo y del desarrollo tecnológico (máquinas de coser, relojes, medios de transporte, entre otros). Vale la pena resaltar a uno de los autores de esa vanguardia que se dio en Colombia – El Nadaísmo-

cuyo representante fue Gonzalo Arango. Miremos

algunos detalles de su biografía y las particularidades de su producción. Gonzalo Arango (1931-1976) y el clima nadaísta ¿Quién era entonces el autor de estas páginas, en las cuales la agudeza convivía con la retórica y la exaltación tendía a convertirse en slogan? ¿Quién había redactado esas frases felices en las cuales el razonamiento subyacente dejaba, en realidad, bastante que desear -que contagiarían de entusiasmo a un buen número de adolescentes allí en Medellín y más tarde suscitarían, a todo lo largo y ancho del país, el fervor y el rechazo, infundiéndole a nuestro anémico horizonte vital indudables fulgores y osadías? Había nacido en Andes, Antioquia, el 18 de enero de 1931, en medio de una familia puritana de provincia. Clase media burguesa, anota él mismo. Su padre, telegrafista primero y más tarde burócrata conservador, ganaba a su muerte, en 1953, 300 pesos mensuales para sostener trece hijos. Estudiante de primaria con

los Hermanos Cristianos y más tarde estudiante de bachillerato en el Liceo Antioqueño de la Universidad de Antioquia, donde tuvo como compañero al pintor Fernando Botero, Gonzalo Arango alcanzó hasta tercer año de derecho en la citada universidad, abandonando su carrera, según diría más tarde, debido a cierta inclinación suya a torcerlo todo. Profesor de literatura y bibliotecario en la ya mencionada universidad, sus primeras colaboraciones aparecen en el suplemento literario de El Colombiano, periódico conservador cuyo suplemento dirigía Eddy Torres. Allí escribe reseñas convencionales, como la que el 6 de octubre de 1955 dedica a analizar la influencia de Mientras agonizo de William Faulkner en La hojarasca de Gabriel García Márquez, a la cual sin embargo elogia de modo caluroso. Se había unido antes, en 1953, al MAN, la tercera fuerza que el entonces presidente de la república por golpe militar, el general Gustavo Rojas Pinilla, promovió, en contra de los dos partidos tradicionales, liberal y conservador. Corresponsal del periódico La Paz, órgano de dicho movimiento, y miembro suplente de la Asamblea Nacional Constituyente, el 10 de mayo de 1957, al caer la dictadura dé Rojas Pinilla, quien mediante dicha Asamblea quería legalizar su permanencia en el poder, se pide, entre otras cosas, que la cabeza de Gonzalo Arango cuelgue de las rejas de la Avenida Junín, en Medellín. 0pta, entonces, por un discreto exilio en el Valle del Cauca, en Cali, donde redacta el Primer manifiesto, el cual conlleva también un viraje suyo en el campo político. Alaba allí la juventud que el 10 de mayo "aportó su sangre y el sentido heroico del sacrificio para derrumbar una tiranía castrense que al fin de cuentas fue una vergüenza que defraudó la fe de los colombianos y cubrió de ignominia la libertad y la cultura" 2. Primera de sus varias autocríticas. Sólo que sus vaivenes ideológicos iban a desaparecer muy pronto tras el estruendo de sus primeros escándalos: convoca a sus amigos al parque Berrío de Medellín y luego de leer un discurso escrito en papel toilette, discurso en que elogiaba a Pablo Alquinta, jinete del popular concurso hípico del 5 y 6, en

detrimento de Miguel de Cervantes, procede a quemar los libros de su biblioteca. Acto semejante, o el mismo acto -la crónica, infortunadamente, no es muy exacta-, se repite en el atrio de la Universidad de Antioquia, como parricidio simbólico enfrente de su propia casa de estudios, y en uno de ellos arroja al fuego el manuscrito de su primera novela, Después del hombre, escrita en un interregno campesino de dos años durante su trunca carrera de derecho. El influjo erostrático de Sartre, a través de El muro, había llegado hasta la capital de esa lejana provincia colombiana. Pero era en realidad Camus, a nivel de sensibilidad y escritura, la presencia más detectable en la prosa de Arango a todo lo largo de su trayectoria. Así, esta mezcla de surrealismo y existencialismo un tanto primitivos puede situarse en los orígenes de su proyecto desmitificador. Tales actos, la difusión del Manifiesto, reproducido por el periódico El Tiempo, y la convocatoria a colaborar con la hipotética revista Nada -locura, viscosidad, revolución, desorden, belleza nueva, verdad desvestida, como proclamaba el aviso- fueron agrupando en torno suyo, en la errancia de calles y al amparo de bares y cafés (El Metropol, La Bastilla, La Clínica Soma), a un grupo de jóvenes que habría de adquirir relieve en el campo de las letras nacionales. Jóvenes que desertarían de empleos y seminarios para solicitar su ingreso en la nueva religión. Jóvenes que en muchos casos habrían de conocer reformatorios y clínicas psiquiátricas en aras de su nueva fe. Pero también algunos esporádicos hampones y derelictos se acercaron a ellos, con gran complacencia del grupo, buscando, más que cambiar el tono de las letras nacionales, un clima permisivo para sus hazañas: las drogas y los tímidos intentos de amor libre figuraban en el decálogo de estos rebeldes ahora con causa. Un detonante manifiesto, seguido de un pestilente saboteo en contra de un congreso de "escribanos católicos", tal el apelativo, congreso inaugurado con toda la pompa hispanizante que distinguía a Eduardo Carranza 3, motivó que Gonzalo Arango fue detenido y encarcelado en el tercer patio, el más peligroso, de la cárcel de La Ladera, en Medellín. Un acto sacrílego, más tarde, en la basílica de esta

misma ciudad, al clausurarse la Gran Misión Católica que por aquellos años había recorrido el país -comulgaron y guardaron las hostias en un libro-, suscitó el furor de los fieles, quienes estuvieron a punto de lincharlos. Estos dos actos consolidaron su fama a nivel nacional y dieron pie a una serie de giras por todo el país: Manizales, Pereira, Cali (1960), Bogotá (1961). En Cali, donde pidieron la sustitución del busto de Jorge Isaacs por el de Brigitte Bardot, se unieron al grupo antioqueño los caleños J. Mario y Elmo Valencia, y así la nómina del nadaísmo agrupó en un primer momento a Gonzalo Arango, los poetas Jaime Jaramillo Escobar, Darío Lemos, el novelista Humberto Navarro, los cuentistas Amílcar Osorio (alias Amílcar U.) y Jaime Espinel, el futuro cineasta Diego León Giraldo y los hermanos Jorge Orlando y Moisés Melo. Posteriormente otros escritores se aglutinarían alrededor de él: en 1963 13 poemas nadaístas, antología del grupo, acogía a todos los poetas y cuentistas mencionados, junto a Mario Rivero. Tres años después, al aparecer De la nada al nadaísmo, una suerte de fichero del grupo, la nómina anterior se ampliaba con los nombres de Fanny Buitrago, Elkin Restrepo, David Bonells y Armando Romero. Pero muchos otros artistas -Alvaro Barrios, por ejemplo, quien se proclamó pintor nadaísta y cuyos excelentes dibujos acompañaron varias muestras de poesía del grupo (El Corno Emplumado, México, enero 1966, N°17); Pedro Alcántara, quien habría de ilustrar el N° 2, y último, de La Viga en el Ojo, la revista nadaísta que Eduardo Escobar editó en Pereira en 1966, Fernando Jaramillo, Malgrem Restrepo, o escritores como Alvaro Medina (alias José Javier Jorge), Alberto Sierra, William Agudelo, Pablus Gallinazus, Jan Arb, hermano de Jotamariomantuvieron inicial adhesión á los postulados o coquetearon con los mismos, utilizando la beligerante plataforma de divulgación que el nadaísmo ponía a su servicio. Era la atmósfera de la época. El nadaísmo nació en medio de una sociedad que, si no había muerto, apestaba. Apestaba a cachuchas sudadas de regimiento, apestaba a sotanas sacrílegas de sacristía, apestaba a factorías que lanzaban por sus chimeneas el alma de sus

obreros, apestaba al pésimo aliento de sus discursos, apestaba al incienso de sus alabanzas pagadas, apestaba a las más sucias maquinaciones políticas, apestaba a cultura de universidad, apestaba a literatura rosa, apestaba a jardín infantil, apestaba a genocidios, apestaba a miserias, apestaba a torturas, apestaba a explosiones, a pactos, apestaba a plebiscitos, apestaba a mierda. Entonces un grupo de jóvenes dejó su coca-cola a medio tomar para gritar: BASTA" En Colombia la poesía ocupa un lugar sui géneris dentro de la mitología literaria. No es extraño por ello que el coronel Aurelia no Buendía entretuviera sus ocios de guerrero terminando el poema del hombre que se extravió en la lluvia. Al igual que la violencia, la poesía ha estado íntimamente ligada al destino de esta nación demasiado joven- en sus pocos años de vida independiente (1810), pero consciente de algún modo de su tradición literaria. Críticos acérrimos de ella fueron precisamente los poetas que a comienzos de los años sesenta fundaron el último de los ismos, el nadaísmo, mezclando, como ya se ha dicho, elementos del surrealismo, el existencialismo francés y labeat generation norteamericana, de Henry Miller a Kerouac, con su reacción muy natural ante el estado de cosas de un país injusto socialmente, inestable políticamente y purgado de su anacronismo a través de un afán de modernización tan radical que dejó como saldo más de 200.000 muertos. Ante este panorama, que era a la vez tan convulsivo como estático, los nadaístas intentaron sacudir la modorra de ciudades provincianas, y no sólo a nivel intelectual, a pesar del vertiginoso crecimiento urbano que las alteraba por aquellos años. Pidieron por boca de uno de ellos, Eduardo Escobar, un "Regreso al rugido": "No podemos aceptar que la sociedad modele nuestra personalidad y queremos manifestar la deformidad del alma. Y no con palabras. La palabra está desgastada y vieja y podrida. ¡Abajo el pensamiento, todos estamos locos! Las palabras están perdidas en los cuadernos del poeta. Hay que bramar ahora, y que terminen los engaños.

3.1. EL ULTRAISMO

Se empieza por decir que el objetivo primordial de esta corriente era la modernidad, previa la liquidación del modernismo decadente. Algunos rasgos característicos: riqueza de imágenes y metáforas sorprendentes, sentido lúdico de la creación estética, un profundo lirismo, agudeza conceptual y sentido del humor. A la luz de toda la documentación existente, el ultraísmo nace del creacionismo, a partir del manifiesto publicado por Cansinos-Asséns en: "El Espectador", en Diciembre de 1918, Madrid, luego de la partida de Huidobro de España. Así lo reconoce el propio Cansinos-Asséns en una entrevista ofrecida a "La Nueva Literatura", recogida por Gloria Videla, en la cual aquél sostiene: Huidobro nos traía primicias completamente nuevas, nombres nuevos, obras nuevas: un ultramodernismo desdeñando a los doctores del templo, el autor de Horizon Carré se limitó a difundir la buena nueva entre los pocos y los más jóvenes...Porque durante su estancia aquí, de Julio a Noviembre, en que tornó a su patria chilena, los poetas más jóvenes le rodearon y de él aprendieron otros números musicales y otros modos de percibir la belleza. También el propio Guillermo de Torre, en dos cartas publicadas en la revista parisina "Creaction", en 1924, lo admite. Así, el 28 de Diciembre de 1918, escribe a Huidobro: ...junto con las irradiaciones de afines espíritus galos con quienes Usted nos hizo intimar y a Los que vamos desglosando pausadamente, estamos ya aguerridos para lanzar en un gesto de magna propulsión algunos poemas creacionistas... Y, en carta de 22 de Junio de 1919: Cansinos-Asséns ha aprovechado el pasmo por Usted suscitado para promover tras un manifiesto sintético, firmado por algunos de nosotros, una nueva escuela a la que denominamos ultraísmo.

El manifiesto, publicado con el nombre de "Ultra", fue firmado por Xavier Bóveda, César A. Comet, Fernando Iglesias, Guillermo de Torre, Pedro Gafias, J.Rivas y J. De Aroca. Cansinos-Asséns no lo firma porque su nombre aparece en el primer párrafo como promotor del manifiesto: Los que suscriben...de acuerdo con la orientación señalada por Cansinos-Aséns en la interviú que en Diciembre último celebró con él X. Bóveda en "El Parlamentario", necesitan declarar su voluntad de un arte nuevo que supla la última evolución literaria: el novecentismo. El nombre del nuevo movimiento, según Guillermo de Torre: ...era sencillamente uno de los muchos neologismos que yo esparcía al voleo en mis escritos de adolescente. Cansinos-Asséns se fijó en él, acertó a aislarlo, a darle relieve.

El ultraísmo concita prontamente las expectativas en torno a la

superación de la tópica novecentista y modernista y se expande por todo el mundo de habla hispana. En relación a su influencia en España, leamos un fragmento testimonial de Gerardo Diego: Entre nosotros, si la madurez de Cansinos-Asséns pudo encontrar en su trato un estímulo estético, y si la adolescencia de Eugenio Montes le debe mucho, la plenitud de nuestro profundo Juan Larrea le declara mentor y guía esclarecido. Directamente o a través de Larrea o de algún otro discípulo directo, algo de lo mejor de Fernando Villalón, de Rafael Alberti, de Pablo Neruda, de Leopoldo Marechal, de Federico García Lorca, de otros poetas de lengua española y de otras lenguas procede de fuente huidobriana. En la América de habla hispana, el movimiento ultraísta aparece en instancias del agotamiento expresivo del modernismo rubendariano, por lo que cobra especial auge como propuesta alternativa, aunque hay que señalar, desde ahora, que sus propuestas corrieron parejas e inseparables a las del futurismo literario, no sólo

formalmente sino en relación a los temas tocados. En la Argentina, la figura de mayor relieve fue Jorge Luis Borges, testigo directo, además, del pasaje de Huidobro por Madrid. Borges ya de regreso en su patria, difunde los principios del ultraísmo en las revistas que promovió: "Prisma", 1921; "Proa", 1922; "Martín Fierro, 1924, etc. "Martín Fierro" fue el órgano de difusión de mayor importancia y nucleó a los más destacados poetas de la generación: Oliverio Girondo, Francisco Luis Bernárdez, Eduardo González Lanuza, Norah Lange, etc. Fue en "Martín Fierro" en donde mejor se expresa el clima espiritual exacerbado de aquellos años y la caracterización más feliz del ultraísmo: Frente a la ridícula necesidad de fundamentar nuestro nacionalismo, hincando falsos valores... Martín Fierro proclama la necesidad de definirse y explorar esa nueva sensibilidad capaz de descubrir panoramas insospechados y nuevos medios y formas de expresión. Sí, se adhieren a la conceptualización que legara Ortega y Gasset: El ultraísmo es uno de los nombres más certeros que se han forjado para designar la nueva sensibilidad. Un cronista de la época, Néstor Ibarra, autor de "Ensayo Crítico sobre el Ultraísmo, 1921-1929", editado en Buenos Aires en 1930 (24), amplía la lista de autores ultraístas: Petit de Murat, Carlos Mastronardi, Leopoldo Marechal, Jacobo Fijman, Ricardo Molinari, Eraúl González Tuñón y Olivari. En Chile los rastros del creacionismo y del ultraísmo son detectables en obras tempranas de Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Rosabel del Valle, Humberto Casanueva y otros. Lo más significativo de la influencia de Huidobro en su país, fue el movimiento "runrunista", surgido hacia 1928 que retoma aspectos superficiales del ultraísmo: el humor, el desenfado, la temática cotidiana, la frivolidad, etc. Pertenecieron a este grupo Benjamín Morgado, Lara, A. Pérez Santana, Alfonso Reyes Messa y Juan Marín. También hay resonancias ultraístas en Perú, Ecuador, Colombia y otros países latinoamericanos, pero, es en México en donde se dinamiza a través de la acción del movimiento "estridentista",

integrado, entre otros, por Manuel Maples Arce, Salvador Gallardo, Kimta-Niya, etc. El pasaje del ultraísmo por el Uruguay fue breve y fructífero: no sólo actualizó la poesía uruguaya rompiendo con el modernismo rubendariano sino que, además, retomó y continuó la tradición que inauguraron los poemas telésticos de Francisco Acuña de Figueroa en el siglo XIX. El Ultraísmo

en su condición literaria tiene varios aspectos en común con el

Creacionismo y, desde luego, contó con una gran aceptación entre las minorías literarias: participan en su gestación personas como Cansinos-Asséns, Eugenio Montes, Isaac del Vando, Adriano del Valle, Rafael Lasso de la Vega y Jorge Luis Borges, en aquel momento presente en España. Asimismo serán numerosas las revistas que difunden sus principios poéticos: Grecia, Cervantes, Ultra, Plural, Alfar, etc. Precisamente en la revista Grecia apareció el primer manifiesto en 1919, donde ya se vislumbraban las relaciones de esta tendencia con el futurismo italiano y el dadaísmo. Su corta vida no impidió que se exportara a Hispanoamérica, donde tuvo una buena acogida por el ya citado Borges, además de González lanuza, Piñero y Ortelli, entre otros. En cuanto al término Ultraísmo, Guillermo de Torre apunta a su autoría y al papel de Cansinos-Asséns. Entonces se puede afirmar, que es una corriente literaria española e hispanoamericana de vanguardia, desarrollada entre 1918 (fecha del primer manifiesto) y 1922, año en que deja de publicarse la revista ULTRA. El neologismo con que se reconoce este movimiento (del latino ultra: más allá), puesto en circulación por G. de Torre, fue tomado por R. Cansinos-Assens para titular el mencionado manifiesto de 1918 en el que se esbozan los objetivos de su grupo. En cuanto a los géneros literarios: predilección por la poesía lírica y predomino del culto a la imagen y la metáfora (reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora). Una poesía entendida como síntesis y fusión de imágenes y estados anímicos: simultaneísmo, velocidad imaginativa.

En el contenido teórico: supresión del elemento sentimental y erótico, del confesionalismo o posibles referencias morales. Preferencia por temas de la vida moderna, tratando de descubrir sus connotaciones líricas. Se trata de vislumbrar el fondo primigenio de las realidades del mundo. En el plano lógico y sintáctico: se suprimen las cadenas de nexos y las fórmulas de equivalencia (como, semejante a), se eliminan los adjetivos, etc., con lo cual se rompe la continuidad del discurso, resaltando las percepciones fragmentarias, con la convicción de que se está potenciando de esta forma la pureza del flujo lírico. En el aspecto formal: supresión de elementos ornamentales; desaparición de la rima y de ciertos valores retóricos y musicales, y atención a los valores visuales y plásticos: los ultraístas relacionan la poesía con la pintura y la arquitectura, se entusiasman con el cubismo; de ahí su interés por imitar gráficamente los objetos sugeridos en el poema por medio de una presentación tipográfica en la que se juegan los espacios en blanco, las alineaciones quebradas, las ondulaciones y círculos y otras figuras geométricas. El movimiento ultraísta ha dejado una producción literaria, aunque escasa, de considerable valor, en varios libros de los principales creadores: Helices (1923), de G. de Torre; Imagen (1922), Manual de espumas (1924) y Limbo (1951, con poemas de 1920-21), de G. Diego; El ala del sur (1926), de P. Garfias; Espejos (1921), de J. Chabás; Poemas póstumos (1924), de J. de Ciria y Escalante, etc. En Latinoamérica, el Ultraísmo cuenta, además de la creación personal de Borges, González Lanuza, O. Girando, etc., con revistas relevantes como Proa, Prisma y Matrín Fierro, en Argentina; La Cruz del Sur y Alfar, en Uruguay; Revista de Avance, en Cuba; Contemporáneos, en México, etc. A pesar de su corta duración, el ultraísmo cumplió un papel fundamental en la renovación de la poesía española de los años veinte y treinta de nuestro siglo. A su talante iconoclasta se debe la ruptura con las formas del Modernismo

decadente y el ímpetu innovador y abierto a las vanguardias europeas: Sirvió para purificar el ambiente literario y dar paso a las novedades vedadas entonces para España: el cubismo, el futurismo, el imaginismo y demás ismos (G. de Torre). Se han apuntado deficiencias: haberse reducido al género lírico y no haber contado con las conquistas formales de la poesía tradicional, al contrario de lo que hicieran los poetas del 27, que supieron aunar revolución y tradición. Sin embargo, en estos mismos poetas es perceptible el influjo del Ultraísmo en el culto de la imagen y la metáfora. 3.2. EL CREACIONISMO

En 1918 el poeta chileno Vicente Huidobro llega a España tras su estancia en París. A partir de su actividad y capacidad de influencia sobre un pequeño grupo de artistas partícipes de tertulias vanguardistas, el movimiento se va a conectar con los aires europeos que circulaban por París. La influencia de Huidobro junto a la actividad de Ramón González de la Serna marcarán el nacimiento de las jóvenes generaciones poéticas que pretenden romper con el arte anterior a la Guerra del 14. De Huidobro surge el Creacionismo. A través de ese término se quiere dejar patente que la obra literaria es totalmente autónoma del mundo. El poeta debe dejar ya de cantar a la naturaleza; lo que tiene que hacer es imitar a la naturaleza, eliminar todo lo descriptivo o anecdótico. Hay que “hacer un poema como la naturaleza hace un árbol”. El Creacionismo literario es un movimiento poético de vanguardia en el cual se observan influencias del Cubismo, el Futurismo y el Dadaísmo. Tiene ciertas afinidades con el Ultraísmo ya que tienen raíces comunes. Características del Creacionismo literario: 1) Se manifiesta como un aspecto de la poesía hispanoamericana de vanguardia. 2) Hace la distinción entre literatura, creación libre, sin compromisos con la realidad.

3) Se propone una realidad nueva, desprendida de toda realidad fuera de la suya propia. 4) Uso de la palabra como elemento esencial en las creaciones. 5) Uso de los recursos estilísticos vanguardistas: eliminación de los nexos gramaticales, la puntuación, entre otras. 6) Los versos se disponen de manera peculiar El poema creacionista se caracteriza por ser un objeto autónomo, “creación absoluta”. El poeta creacionista cultiva el juego de azar de las palabras y una imagen que no se basa en la comparación entre dos realidades. A través del término “Creacionismo” se quiere dejar patente que la obra literaria es totalmente autónoma del mundo. El autor del movimiento creacionista fue el Chileno Vicente Huidobro (1893-1948), le dio vida al movimiento poético que surgió a comienzos del siglo XX y su influencia recayó en la poesía hispanoamericana potenciando las habilidades de la expresión. Teóricos afirman que para acercarnos al creacionismo nada mejor que leer el Arte Poética, donde Huidobro señala cómo debe ser la poesía y qué es un poeta. Que el verso sea como una llave que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata. Estamos en el ciclo de los nervios. El musculo cuelga, como recuerdo, en los museos; Mas no por eso tenemos menos fuerza: el vigor verdadero reside en la cabeza. Por que cantais la rosa, !oh Poetas! hacedla florecer en el poema; Solo para nosotros viven todas las cosas bajo el Sol. El poeta es un pequeño Dios. (Vicente Huidobro, El espejo de agua

De este texto se desprende que la misión principal del poeta es crear y esto debe ser entendido en oposición a lo que era considerado como imitación de la realidad. Además hace alusión a los versos comparándolos con una llave, “y que abra mil puertas”, siendo esta la que une la cabeza con el corazón. 3.3. LITERATURA CONTEMPORÁNEA

Es el nombre con el que se designa el periodo histórico comprendido entre la Revolución francesa y la actualidad. Comprende un total de 222 años, entre 1789 y el presente. La humanidad experimentó una transición demográfica, concluida para las sociedades más avanzadas (el llamado primer mundo) y aún en curso para la mayor parte (los países subdesarrollados y los países recientemente industrializados), que ha llevado su crecimiento más allá de los límites que le imponía históricamente la naturaleza, consiguiendo la generalización del consumo de todo tipo de productos, servicios y recursos naturales que han elevado para una gran parte de los seres humanos su nivel de vida de una forma antes

insospechada, pero que han agudizado las desigualdades sociales y espaciales y dejan planteadas para el futuro próximo graves incertidumbres medioambientales. Los acontecimientos de esta época se han visto marcados por transformaciones aceleradas en la economía, la sociedad y la tecnología que han merecido el nombre de Revolución industrial, al tiempo que se destruía la sociedad preindustrial y se construía una sociedad de clases presidida por una burguesía que contempló el declive de sus antagonistas tradicionales (los privilegiados) y el nacimiento y desarrollo de uno nuevo (el movimiento obrero), en nombre del cual se plantearon distintas alternativas al capitalismo. Más espectaculares fueron incluso

las

transformaciones

políticas

e

ideológicas

(Revolución

liberal,

nacionalismo, totalitarismos); así como las mutaciones del mapa político mundial y las mayores guerras conocidas por la humanidad. La ciencia y la cultura entran en un periodo de extraordinario desarrollo y fecundidad; mientras que el arte contemporáneo y la literatura contemporánea (liberados por el romanticismo de las sujeciones académicas y abiertos a un público y un mercado cada vez más amplios) se han visto sometidos al impacto de los nuevos medios de comunicación de masas (tanto los escritos como los audiovisuales), lo que les provocó una verdadera crisis de identidad que comenzó con el impresionismo y las vanguardias y aún no se ha superado. En cada uno de los planos principales del devenir histórico (económico, social y político), puede cuestionarse si la Edad Contemporánea es una superación de las fuerzas rectoras de la modernidad o más bien significa el periodo en que triunfan y alcanzan todo su potencial de desarrollo las fuerzas económicas y sociales que durante la Edad Moderna se iban gestando lentamente: el capitalismo y la burguesía; y las entidades políticas que lo hacían de forma paralela: la nación y el Estado. En el siglo XIX, estos elementos confluyeron para conformar la formación social histórica del estado liberal europeo clásico, surgido tras crisis del Antiguo Régimen. El Antiguo Régimen había sido socavado ideológicamente por el ataque intelectual de la Ilustración (L'Encyclopédie, 1751) a todo lo que no se justifique a

las luces de la razón por mucho que se sustente en la tradición, como los privilegios contrarios a la igualdad (la de condiciones jurídicas, no la económicosocial) o la economía moral contraria a la libertad (la de mercado, la propugnada por Adam Smith –La riqueza de las naciones, 1776). En el siglo XX este equilibrio inestable se fue descomponiendo, en ocasiones mediante violentos cataclismos (comenzando por los terribles años de la Primera Guerra Mundial, 1914-1918), y en otros planos mediante cambios paulatinos (por ejemplo, la promoción económica, social y política de la mujer). Por una parte, en los países más del estado del bienestar o estado social (se entienda éste como concesión pactista al desafío de las expresiones más radicales del movimiento obrero, o como convicción propia del reformismo social) tendió a llenar el abismo predicho por Marx y que debería llevar al inevitable enfrentamiento entre la burguesía y el proletariado. Por la otra, el capitalismo fue duramente combatido, aunque con éxito bastante limitado, por sus enemigos de clase, enfrentados entre sí: el anarquismo y el marxismo (dividido a su vez entre el comunismo y la socialdemocracia). En el campo de la ciencia económica, los presupuestos del liberalismo clásico fueron superados (economía neoclásica, keynesianismo -incentivos al consumo e inversiones públicas para frente a la incapacidad del mercado libre para responder a la crisis de 1929- o teoría de juegos -estrategias de cooperación frente al individualismo de la mano invisible-). La democracia liberal fue sometida durante el período de entreguerras al doble desafío de los totalitarismos soviético y fascista (sobre todo por el expansionismo de la Alemania nazi, que llevó a la Segunda Guerra Mundial). LAS NUEVAS ACTITUDES DE LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA

Los escritores colombianos contemporáneos no son ajenos a la situación del país que los rodea. Por el contrario, construyen sus obras sobre la historia política, social

y

cultural

de

literatura contemporánea son:

nuestro

país.

Algunas características de

la



Se buscan nuevas buscas de expresión y nuevas técnicas narrativas: Se

manipula el punto de vista narrativo, se dislocan las secuencias temporales, se hurga en la subjetividad de los personajes mediante monólogos anteriores, etc. 

Se incorporan en el texto diferentes voces y formas de discurso entre los

que se mezclan los géneros. 

Se reduce una fusión de elementos realistas fantásticos.



Se expresa una aguda auto conciencia social y cultural intentado exponer

las problemáticas del país. TEMAS CONTEMPORÁNEOS

Algunos de los temas más abordados por la literatura contemporánea colombiana son: 

La ciudad: El espacio urbano toma vida a través de la relaciones de

personajes con la ciudad y llega, incluso, a convertirse en un personaje más 

La historia: Muchos autores buscan en la memoria histórica de nuestro

país para recrear en su obra diversos personajes o incidentes 

Memoria generacional: Algunos autores revocan la infancia y la juventud

de un personaje, haciendo visibles

los lazos familiares y los conflictos

que surgen de ellos. 

El arte: La pintura, la escultura, la música y la literatura misma se toman

como objetos para desarrollar tramas narrativas. Algunas obras abordan las relaciones entre la escritura y la lectura y el propio trabajo de composición de una novela. Por lo general, estas obras son protagonizadas por escritores involucrados en la creación de un libro. 3.4. LA NOVELA COLOMBIANA DESPUES DE GARCIA MARQUEZ Lo real maravilloso, realismo mágico,

realismo maravilloso, y cualquier

otra cantidad de términos afines, meras combinaciones de

los mismos

vocablos, han sido utilizados indiscriminadamente para explicar un gran número de textos latinoamericanos. Obras tan disímiles como El túnel y Cien años de soledad, con mayor o menor acierto, han sido afanadas en el

mismo costal apelando a la flexibilidad epistemológica de los términos, sobre todo cuando éstos son tan vagos y difusos como los que han caído siempre sobre nuestra literatura. Sin embargo, y he aquí un error también notable, Gabriel García Márquez es siempre el paradigma para definir lo que Oscar Hahn satíricamente define

como “ese tipo de relato

que

transforma los prodigios y maravillas en fenómenos cotidianos y que pone a la misma

altura la levitación y el cepillado de dientes, los viajes de

ultratumba y las excursiones al campo” (Cit. en Fuguet y Gómez 16). Y hablo de un error pensando en el delicioso texto del maestro Alfonso Reyes, Última Tule, en donde explica cómo la racionalidad, el empirismo y el afán por lo objetivamente comprobable, propio del pensamiento europeo, no significó la desaparición de los brujos y los prodigios, sino su trasplante a otro espacio, que resultó ser América. A diferencia de sus múltiples emuladores, como Isabel Allende y Laura Esquivel, García Márquez hace levitar a las doncellas no como una pregunta por la identidad, sino como una repuesta irónica a las múltiples y erróneas visiones

sobre América.

La omnipresencia del patriarca (véase

Porfirio

Díaz, José Gaspar Rodríguez de Francia y tantos otros), la mitificación de caudillos más bien inútiles (Aureliano Buendía podría ser cualquier militar de los miles que han sido petrificados en las plazas

y zócalos

de

nuestro continente) y la soledad del individuo son los verdaderos tópicos identitarios en la obra del colombiano. Ahora, lejos de polémicas estériles para un lector atento, Gabriel García Márquez es también una referencia ineludible de la literatura en lengua castellana en general y latinoamericana en particular. Sí, el autor de Cien años de soledad ha marcado a un buen número de narradores de este lado del mundo y a otros tantos allende el océano. Pero no vayamos tan lejos; todo lo contrario, vayamos justo ahí donde García Márquez tiene un mayor peso, donde su obra goza de mayor presencia. ¿Qué y cómo escriben los

jóvenes

colombianos de hoy?

Obviamente, para

preguntas, primero habría que leer a todos

responder a estas

los novelistas del famoso

país cafetalero, y tal pretensión es imposible. Sin embargo, limitando la aproximación a un número concreto de autores contemporáneos surge una propuesta estética precisa que me gustaría analizar a detalle desde tres ángulos específicos: el espacio urbano, el diálogo

y dialogismo, y la

caracterización de los personajes desde el kitsch. Autores como Fernando Vallejo, Jorge Franco, Mario Mendoza y Santiago Gamboa tienen algo en común: la ciudad. Cuando Fernando Vallejo irrumpió violentamente en

la

escena

literaria con

una Medellín

desquiciada en La virgen de los sicarios (1994), la nueva novela colombiana no hacía

sino

comenzar. Desde

luego,

para

cuando apareció La virgen,

Vallejo contaba ya con una sólida obra publicada que, por cierto, abarca varios

géneros como el cine (ha dirigido más de

un

largometraje), la

biografía, la novela y hasta un texto sobre gramática (Logoi, una gramática del lenguaje literario); pero fue con esta obra con la que acaparó la atención internacional. Como

su mismo nombre lo evidencia, se trata

de una

indagación en la cosmovisión de los sicarios, jóvenes –en ocasiones imberbes– sin el menor respeto por la vida humana, propia o ajena. En efecto, así como asesinan al prójimo a la menor provocación, saben que, a su vez, más temprano que tarde, serán ajusticiados. De igual modo,

Vallejo analiza las causas

surgimiento de estos asesinos

juveniles

pobreza, la inestabilidad política dependiente de

Pablo

por

en la década del ochenta:

la

de una Colombia económicamente

Escobar,

guerrilla, auto mutilada

sociales que permiten el

geográficamente dividida por

la

permanente guerra civil

la

entre

paramilitares y el ejército federal, y con un gobierno que perdió toda autoridad. Así, en

medio

del

caos,

el narcotráfico significó

una

posibilidad real de sobresalir (acaso la única), de ganar unos pesos para

salir de la pobreza, y Escobar empleó como matones a los jóvenes de los arrabales. Sin embargo, y he aquí el máximo patetismo, cuando el padrino de

la droga

murió,

los sicarios

siguieron ejerciendo la violencia

y

comenzaron a exterminarse entre sí por los motivos más absurdos, siendo la motivación económica la principal. Los sicarios

son

homicidio es un obtención de

el extremo medio

una

más

válido,

exacerbado del

ciertamente el más

satisfacción material. Ahora,

consumismo y el sencillo,

para

la

la insistencia en el

atuendo –pues es innegable en la cita que el énfasis recae sobre la ropa– da testimonio de la “objetivación” del cuerpo. No en vano estos jóvenes homicidas utilizan la palabra “muñeco” para referirse al cadáver, término que –al despojar de su antigua humanidad al prójimo– permite e incluso justifica

la extracción

de

sus

bienes:

el teléfono

celular,

la chaqueta,

etcétera. Esta actitud consumista ayuda a explicar la religiosidad de los sicarios. El título mismo de la obra alude a la devoción de los homicidas, lo que no es casual

considerando que

estos

jóvenes diariamente

encienden

veladoras a la Virgen Auxiliadora; coleccionan escapularios; acuden a la iglesia cada miércoles a recibir la cruz de ceniza en la frente; y hasta bendicen las balas para que éstas atinen en el blanco. Alonso Salazar y Ana María Jaramillo opinan que entre los sicarios “lo religioso ocupa la función

del talismán, de algo que protege, pero que está totalmente

distanciado de un compromiso de vida, de la adherencia a unas normas de regulación individual y social”

(116). La utilización de

la palabra

talismán no puede ser más acertada. Entre los sicarios, la religión concibe

como

una

planilla

de

se

benefactores transferibles y

complementarios; hoy veneran al Divino Niño y mañana a San Judas Tadeo; y las medallitas, los tatuajes con leyendas religiosas, la marca en la frente,

etcétera,

se han

degradado a simples objetos,

marcas que el sicario

acumula como las zapatillas deportivas y los calzones de diseñador. Entonces se puede decir, que la ciudad es caracterizada como un organismo vivo; es decir, no como un conjunto de cemento y ladrillos, de materiales muertos, por decirlo de algún modo, habitado por seres animados. Aquí el conjunto de calles y edificios ha cobrado vida, como la vieja fábula infantil de los enanitos que descubren de golpe que lo que consideraban el suelo firme sobre el que edificaron su ciudad era, en realidad, el lomo de una ballena

que estuvo

durmiendo varios

años y que ahora amenaza con

ahogarlos en el fondo del abismo. Esta cita refleja también la posición que cada uno de los personajes ocupa con relación a su entorno. Mientras el narrador se asume como parte de la ciudad aceptando como propias las críticas, Rosario se auto- segrega y, en cierto sentido, transfiere la culpa. Lo anterior no es un accidente; el narrador es un joven de clase alta en oposición a Rosario, que bajó de los arrabales cordilleranos, que proviene del margen, del Medellín “extramuros”. La heroína, en síntesis, siente que no pertenece a la ciudad, lo que de algún transferencia de

culpa

tal

vez

modo es cierto; y la

puede explicarse desde

el natural

resentimiento de clase. La oralidad acentúa la distancia de la nueva estética en relación

a la

producción anterior. En la medida en que el narrador abandona la lengua estándar para ceder la voz a los personajes (lo que casi nunca hace García Márquez), aparece el habla citadina con sus respectivos modismos que ya nada

tienen

que ver con los de Eustaquio Rivera. En otras

palabras,

irrumpe la ciudad, el monstruo urbano de un millón de cabezas “habla”; habla

de

sida,

arte,

drogadicción, asesinato, corrupción, sicarios,

automóviles, contaminación y hasta de posesiones demoníacas; y habla con la jerga urbana: la pistola se convierte en “el tote”, la ingesta de cocaína es “entrarle al bazuco” y la “gonorrea” o lo “gonorreico” expresa una actitud

de repudio hacia algo o alguien, debe afirmarse que por primera vez en la historia de las letras colombianas, existe un esfuerzo real por proveer a la lengua literaria de un argot propio, de una oralidad antioqueña y bogotana, según el caso, estándar, en

claramente diferenciadas de

donde siempre se han

destacado como

la lengua maestros

indiscutibles. 3.5. LA NOVELA COLOMBIANA CONTEMPORANEA EN LA MODERNIDAD LITERARIA Las últimas décadas han traído nuevos órdenes en Colombia: la violencia de los años cincuenta y sesenta, el Frente Nacional y sus secuelas de democracia restringida, el intenso proceso de urbanización y la aparición del lumpen citadino, el sindicalismo y otras formas de conciencia popular, la mejora de algunos indicadores económicos, la concentración del poder financiero, el avance de la alfabetización y de las universidades, la presencia abundante de escritores y artistas de clase media y baja y también de origen rural, el adelanto de la tecnología y el mayor cubrimiento de los medios de comunicación, el crecimiento de la industria editorial, amén de otras novedades como el narcotráfico, el refinamiento y cubrimiento nacional de la violencia y, sobre todo, el creciente sentimiento de desconcierto e insensibilidad social. La anterior enumeración, parcial y caótica, sólo pretende sugerir que, si bien es posible enunciar los cambios sufridos en el país, no lo es tanto comprender y analizar lo que tales cambios han traído a la literatura. En todo caso, de lo anterior se desprende una evidencia: Colombia ha entrado de lleno a la gran corriente de la modernidad, pero no en forma homogénea. Subsisten, a la par con los más novedosos desarrollos, reductos tradicionales de antigua data. En este variado mosaico nuestra novelística en ocasiones anhela recrear, histórica o ficticiamente, una mitología de los orígenes; en otras define una identidad regional o, por el contrario, se pierde en el laberinto de la ciudad moderna. Refleja las preocupaciones más íntimas de la modernidad y participa en diálogos que la sociedad occidental ha planteado sobre la creatividad intelectual de la mujer, sobre la utopía, o sobre el final mismo de la modernidad. Existe la

novela folletinesca orientada a vender libros y a divertir, que no problematiza la comprensión del mundo, o, también, la de intensa experimentación formal que busca nuevos lenguajes o formas de significar y se constituye en categoría separada. En nuestro país subsisten y cohabitan todas, y en su conjunto son testimonio abrumador de la vitalidad de nuestra literatura. Un interesante interrogante que se han hecho los críticos ¿Existe una literatura nacional en Colombia? La respuesta generalmente era negativa sobre la base de caracterizar a Colombia como una nación adolescente, sin autonomía de conciencia, ni libertad de criterio, ni madurez de pensamiento. Se pensaba que primero tenía que "cuajar la razón en moldes de estabilidad específica" para que surgiera la plenitud social. En Colombia, se decía, nada se crea, todo se imita; todo cuanto producimos en el orden artístico lleva ya la marca de otro dueño y recuerda a autores extranjeros. La madurez llegaría con el tiempo y sería cuestión de siglos. De otro lado, los mismos críticos consideraban que con excepción de algunos valores cimeros (Isaacs, Silva, Rivera), nuestra literatura en general era provinciana, de "celebridades de familia", sin contacto con las corrientes internacionales.3Simultáneamente, se le negaba autenticidad por llevar el sello de lo extranjero, y se la acusaba de falta de contacto con otras culturas. En todo caso, el mito de nuestra "minoría de edad' ha prevalecido por siglos, y tuvo sus orígenes, me parece, en aquella polémica que sacudió a España e Italia a principios del siglo XVI. Mientras Juan Ginés de Sepúlveda, en su libro De justis belli causis apud indios, basado en la teoría aristotélica de que existen por designo natural 'hombres-siervos", y en la definición tomista de "los infieles de primera clase", defendía el derecho de los españoles a esclavizar e inclusive exterminar a los indígenas, los padres dominicos Bartolomé de las Casas y Antonio Montesinos asumían la defensa de éstos con sermones y escritos polémicos, que tuvieron

cierto eco en las famosas Leyes de Burgos de 1512 y en la encíclica Sublimis Deus del papa Paulo III, en 1537. Pero esto no fue suficiente para erradicar el prejuicio. La idea de la supuesta inferioridad siguió gravitando en la mente de muchos, y fue difundida por hombres como Hegel, Tocqueville y Keyserling. Hegel, como es sabido,, aplicaba, el calificativo de "niños' a los americanos. Hablar en historia de mayoría o minoría de edad, de adolescencia o senectud, implica retomar el mito aristotélico del vitalismo, de que los pueblos, como las plantas o los animales, nacen, crecen, se reproducen y mueren; concepción que llevada a sus extremos condujo el pensamiento occidental al esquematismo de Oswald Spengler en su Decadencia de Occidente y a las simplezas metodológicas que la teoría de las generaciones de Ortega y Casset ha propiciado. El caso de Ortega es significativo: en su ensayo Meditación del pueblo joven, sustenta, en pleno siglo XX, una tesis parecida a la de Ginés de Sepúlveda, puesto que afirma que los indígenas que poblaban las tierras americanas eran tan inferiores por su cultura a los colonizadores, que era como si no existiesen, o como si fuesen para ellos meros objetos utilizables (... ) La vida aquí tiene otra edad que en Europa, y es, quieran ustedes o no, hagan lo que hagan contra ello, una vida adolescente(5) La percepción de los complejos procesos de urbanización en Colombia, ocurre paralela con un marcado compromiso de los narradores por devolverle a la escritura su fuerza de representación, su efectismo sensorial o su capacidad de enunciar inéditamente la realidad(5). Tal elaboración del lenguaje, entre otros espacios, rescata a Cartagena -Burgos Cantor-, parodia a Cali -Rodrigo Parra Sandoval-, confronta a Barranquilla -Marvel Moreno-, teje diferentes versiones de Medellín -Mejía Vallejo, Ruiz Gómez y Fernando Vallejo- o configura multiplicidad de imágenes de Bogotá -Apuleyo Mendoza, Oscar Collazos, R.H. Moreno Durán,

5. José Ortega y Gasset,Meditación del pueblo joven, Madrid, Espasa Calpe,1964, pp. 100 y 104.

Antonio Caballero y Luis Fayad, cuya novela Los parientes de Ester es el objeto central de estas consideraciones. El vasto proyecto de modernización que se impone en América Latina hacia mediados del siglo XX, coincide en Colombia con el denominado "Bogotazo" (4), episodio histórico de "largo alcance" que no sólo marca nuevos rumbos para el país, sino que divide la historia de la capital, la cual continúa apegada a su mentalidad tradicional bajo una pomposa apariencia metropolitana. A su vez, esta dualidad genera tejidos culturales caracterizados por la heterogeneidad, la resistencia y el conflicto. Alberto Saldarriaga (1991: 17), estudioso de la cultura urbana, señala tres etapas en el desarrollo de Bogotá durante el siglo XX: la fase formativa (1900 - 1950); la fase de crisis (1950 - 1980) y la fase de relativa estabilización (1980 - 1990). La segunda de estas fases se constituye en el referente indiscutible de los libros de cuentos de Luís Fayad, Olor a lluvia y Una lección de la vida y de las novelas Los parientes de Ester y Compañeros de viaje.

En efecto, entre 1950 y 1980 se generan en Bogotá, bruscos cambios demográficos con la llegada masiva de inmigrantes rurales, quienes al establecerse en la ciudad estimulan nuevas formas de vida; a la vez, diversos desequilibrios políticos y económicos afectan las dinámicas culturales: la cobertura cada vez mayor del transistor y la televisión, la expansión de los sistemas educativos y el crecimiento relativamente pobre de la actividad cultural especializada en comparación con el crecimiento social de la población urbana y la aparición de formas marginales de cultura. Así mismo, se instalan la agresividad y los vicios en el comportamiento ciudadano diluyéndose el tradicional "sentido" bogotano, el cual es casi siempre reemplazado por expresiones de significado negativo. La novela contemporánea es considerada la real expresión de la literatura colombiana y en ella surgen personajes tan importantes como Gabriel García Márquez, que rompen la tradición colonial, regionalista y naturalista en un impulso

profundamente modernista. Así, el periodo de finales del siglo XIX y principios del XX significará el reconocimiento internacional de la novela colombiana y una separación de su tradición romántica-costumbrista. La evolución de la novela colombiana debe entenderse como un tenso progreso desde el modernismo inicial hacia los parámetros de una modernidad literaria y desde estos últimos hasta la llamada posmodernidad. Dentro del conjunto de novelas que podría representar claramente esta línea de desarrollo están: De sobremesa, La vorágine y Cuatro años a bordo de mí mismo, entre otras. “En todas ellas, más que la autoafirmación artística exigida por el modernismo, se va dando una discusión sobre la primacía entre ficción y realidad, que culminará en la posición posmoderna de declaración de la realidad como texto”, escriben.

Según José Alejandro Rodríguez y Henry Luque Muñoz señalan que, a finales de la década de 1970 y tal vez como una reacción a la enorme influencia de la obra de García Márquez, se comienzan a presentar en la novela colombiana propuestas que buscan, desde la exploración del lenguaje, la potenciación de la fábula y la indagación de realidades inéditas, así como un nuevo posicionamiento, ya sea acudiendo al deslinde de la tradición o a una recuperación de exploraciones marginales o no completamente desarrolladas. “Se impone la necesidad de romper los límites de la escritura, testimoniar el espacio urbano en la narrativa nacional, bucear en la historia y reformular los lenguajes. Es como una explosión que no para y que hace del panorama de la novela reciente un inmenso paisaje de objetos heterogéneos y no siempre asociables. Cancelar el macondismo y reafirmar nuevos lenguajes parece la consigna general. Se investiga el pasado nacional o se trabaja la ciudad o bien se realza la parodia o se ensayan los parámetros posmodernistas, en busca de esa expresión más auténtica que los jóvenes narradores se ven obligados a encontrar.

Algunas características de esa nueva novela que se incluye en la modernidad literaria están: 

Los escritores colombianos han basado sus obras en la historia social, política y cultural de su país.



Ruptura con la estructura lingüística tradicional.



Critica constante a la corrupción y el gobierno.



Conciencia histórica.



Inserción de distintos tipos de discursos.

De ahí que se hable de Novela dialógica esta empleará los distintos registros de la lengua a saber: sociolecto (como habla un grupo social); idiolecto (como habla un individuo). Además sostendrá un diálogo con otros géneros y subgéneros dentro de la novela (lírico, cartas, diarios, etc). Usará uno o varios narradores, distintos puntos de vista y distintas técnicas narrativas. Para la novela monológica: empleará un solo registro de la lengua. Utilizará un solo género y el narrador será una misma voz Los temas de la literatura colombiana contemporánea: - La historia - Las relaciones sentimentales - La corrupción - La ciudad - El arte Y los principales géneros desarrollados en la literatura contemporánea: - La novela - La poesía - El cuento - El ensayo

JAIME RODRIGUEZ RUIZ: Nació en Ibagué en 1958. Actualmente vive en Bogotá,

donde se dedica a la docencia universitaria y a la creación literaria. Obtuvo el primer lugar para cuento en el concurso nacional del 11 premio nacional de narrativa Pedro Gómez Valderrama (1996) y fue finalista en la novela en el premio nacional Colcultura Eduardo Caballero Calderón (1994). En el 2000 publicó su novela Debido-proceso que tiene como referente la violencia, el miedo y el caos que sobrevive el país. La novela de Rodríguez permite la inclusión de diferentes grupos y protagonistas, pero se centra en ex guerrilleros e intelectuales. FERNANDO

VALLEJO:

(Medellín,

1942)

Escritor

colombiano.

De

familia

acomodada, estudió en colegios religiosos. A los 24 años se trasladó a Roma a estudiar cine, y luego a Nueva York y a México, donde durante siete años estudió y siguió como un detective el itinerario vital y artístico del poeta colombiano modernista Porfirio Barba Jacob, un aventurero homosexual. Su obra literaria se puede situar en aquella tradición contestataria antioqueña iconoclasta y rebelde, que incluye nombres como el propio Barba Jacob, Fernando González o Gonzalo Arango. Por su prosa vigorosa y áspera, original e independiente, sin límites de géneros, ideologías o creencias, se hizo merecedor de un puesto destacado en la narrativa colombiana contemporánea. Sus ataques directos contra la Iglesia, la burocracia o los políticos lo convirtieron en uno de los personajes más críticos del panorama literario iberoamericano. La narrativa de Fernando Vallejo parece haber surgido de la violencia colombiana, casi en oposición al "realismo mágico" de su compatriota Gabriel García Márquez. La homosexualidad, los espacios maleables y marginales, la rutina violenta y la rapidez con que vincula el presente y el pasado en un solo tejido narrativo, crean esa atmósfera violenta, injuriosa y lírica que caracteriza la obra de Vallejo. También es conocido por sus insultos a Colombia o sus paradójicas reacciones ante los premios y apariciones sociales.

Su obra central es la serie autobiográfica El río del tiempo, de que ya ha publicado seis volúmenes, Los días azules (1958, recuerdos de su infancia), El fuego secreto (1987, episodios del adolescente irreverente que curiosea en los barrios bajos

de

Medellín

y

Bogotá), Los

caminos

a

Roma (1988), Años

de

indulgencia (1989, recorridos por Europa y Nueva York), El Mensajero (1991, biografía de Porfirio Barba Jacob) y Entre fantasmas (1993, años de residencia en México). Entre sus novelas destaca La virgen de los sicarios, publicada en 1994 y llevada al cine por Barbet Schroeder en el año 2000, que narra el mundo sórdido y violento del narcotráfico en Medellín, y que constituye a la vez una feroz crítica social y una crónica urbana y de los bajos fondos. En 2003 Fernando Vallejo recibió el prestigioso premio Rómulo Gallegos por su novela El desbarrancadero (2001), que narra el regreso de un hombre (el propio autor) a Medellín, donde su hermano, enfermo de sida aunque lúcido en su discurso, se halla a las puertas de la muerte HECTOR ABAD FACIOLINCE : Cursó estudios de medicina, filosofía y periodismo,

todos inconclusos. Tras vivir en México, marchó a Italia, licenciándose en Lengua y Literatura Modernas. Vuelto a Colombia, su padre fue asesinado, y él, amenazado de muerte, por lo que marchó primero a España y luego a Italia, donde estuvo cinco años siendo profesor de Español en la Universidad de Verona. De vuelta a su país, fue director y editor de la Revista Universidad de Antioquia. Trabaja como traductor y crítico literario, y colabora con periódicos tales como Cambio y El Malpensante. Obras destacadas: El amanecer de un marido, Angosta, palabras sueltas, las formas de la pereza… LAURA RESTREPO: (Laura Restrepo González; Santafé de Bogotá, 1950)

Escritora colombiana. Aficionada precozmente a la escritura, compuso su primer cuento a los nueve años de edad. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y más tarde Ciencias Políticas. Concluidos los estudios, comenzó a

impartir clases de literatura en la Universidad Nacional y del Rosario, alternando esta labor docente con trabajos periodísticos para distintos medios. En 1983 fue elegida por el gobierno colombiano para formar parte de la comisión que debía negociar con el movimiento rebelde M-19. En esta experiencia se basó para preparar y dar a conocer tres años después el reportaje Historia de un entusiasmo, tras cuya publicación recibió amenazas de muerte y tuvo que exiliarse en México y España. Durante los cinco años que duró su exilio pudo mantener nuevos contactos con el grupo guerrillero M-19, hasta que, finalmente, la organización abandonó las armas en 1989. En 2004 fue nombrada directora del Instituto de Cultura y Turismo de Santafé de Bogotá. Ese mismo año publicó Olor a rosas invisibles. Con su novela Delirio, ganadora del Premio Alfaguara 2004 y del Premio Grinzane Cavour 2006 a la mejor novela extranjera publicada en Italia, obtuvo el reconocimiento en todo el ámbito hispanoamericano. Antes de esta narración había publicado obras como La isla de la pasión, Leopardo al sol, Dulce compañía (con la que obtuvo en 1997 el Premio Sor Juana Inés de la Cruz), La novia oscura, La multitud errante y Las vacas comen espaguetis, esta última dedicada al lector infantil. Su labor periodística ha estado vinculada a diversos medios, como las revistas Proceso y Semana y el diario mexicano La Jornada. 3.6. EL PROCESO DEL TEATRO EN COLOMBIA

La actividad teatral en Colombia ha tenido un notable desarrollo en los últimos años, tanto en la consolidación de grupos, festivales y eventos, como en la elaboración de nuevas propuestas dramáticas. Aunque habían existido autores e intentos aislados en distintas épocas de la historia colombiana, desde los días coloniales, la actividad estable, efectuada en forma profesional y el nacimiento de un nuevo teatro de carácter experimental e innovador sólo tiene sus comienzos a finales de los años cincuenta del siglo xx. En este periodo se crean escuelas de teatro en Bogotá y Cali, que forman a algunos de los actores y directores que más tarde van a desarrollar el movimiento.

Los primeros festivales tuvieron lugar en el Teatro Colón de Bogotá, y más tarde, en Manizales, donde se crea en 1968 el Festival Latinoamericano de Teatro Universitario, en el cual participan como jurados personajes notables como Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Jack Lang, Alfonso Sastre, Mario Vargas Llosa, Atahualpa del Cioppo y otras destacadas figuras de las letras y del teatro de Iberoamérica y el mundo. Más tarde, el Festival de Teatro de Manizales eliminó el carácter competitivo e invitó a grupos representativos del teatro latinoamericano y español, así como a algunas compañías destacadas de otras regiones del mundo. Pese a un periodo de estancamiento, el Festival reanudó sus sesiones y aún existe en la actualidad, celebrándose anualmente. En Bogotá, además de festivales y muestras de diverso estilo, desde 1988 ha venido celebrándose el Festival Iberoamericano de Teatro, organizado por una corporación creada para este efecto, con la dirección de Fanny Mikey y el Teatro Nacional. Se trata de un gran evento en el cual participan grupos destacados de los cinco continentes, y sus sesiones, de casi tres semanas de duración, se realizan cada dos años durante el mes de abril, aprovechando las vacaciones de Semana Santa. Este festival ha cobrado una gran importancia no sólo en Iberoamérica, sino en el mundo entero, por la calidad y variedad de los trabajos presentados. Entre otros grupos, se han hecho presentes en los distintos años elencos como el Berliner Ensemble, creado por Bertolt Brecht, el Teatro de Arte de Moscú, el teatro Taganka, dirigido por Yuri Liubimov, el Piccolo Teatro de Milán, los grupos españoles La Cuadra, Comediants, el Teatro de la Abadía, y muchos otros, así como algunos de los grupos más destacados de Asia, Australia, Africa y América Latina. El intercambio de experiencias, el conocimiento de otras estéticas, recursos técnicos y métodos de actuación y montaje, han contribuido al desarrollo tanto del movimiento teatral nacional y latinoamericano, como a la formación de un público más capacitado y exigente. En este contexto, desde finales de los años cincuenta se comenzaron a organizar grupos independientes, muchos de los cuales lograron abrir sus propias sedes y mantener elencos estables durante largos periodos, lo que permitió desarrollar metodologías, estilos y un tipo de dramaturgia nacional propio de cada uno de ellos. Estos grupos han consolidado su actividad con un esfuerzo propio, en una tarea abnegada que sólo ha contado con esporádicas y no muy abundantes ayudas del Estado. En la actualidad, muchas de estas ayudas parecen amenazadas debido a la delicada situación financiera del país, así como a los regímenes de impuestos que se tratan de establecer, y que pueden afectar a la mayor parte de los teatros existentes.

Los grupos de mayor trayectoria y calidad se concentran principalmente en Bogotá, Cali y Medellín, las ciudades más pobladas de Colombia, que cuentan además con escuelas y departamentos de teatro en sus respectivas universidades. En Bogotá, además de los festivales, el movimiento tiene una significativa fecha de inicio en el año de 1956, con la presencia durante algunos meses del profesor japonés Seki Sano, alumno del Teatro de Arte de Moscú y maestro de la llamada Escuela de Vivencia de Stanislavski. Algunos de los actores y directores que participaron en esta experiencia fundaron los grupos que dieron inicio al moderno teatro colombiano. Entre ellos cabe citar a Fausto Cabrera, director de la Escuela de Teatro del Distrito, quien al retirarse de la institución oficial fundó en 1958 la primera sala independiente de Bogotá: el Teatro El Búho, que se convirtió en el semillero de otros grupos que iniciarían sus actividades un poco más tarde. Seki Sano regresó a México, donde desarrolló una importante labor educativa hasta su muerte. En 1966 se fundó la Casa de la Cultura, por iniciativa de varios hombres de teatro, música y otros campos de las artes, bajo la dirección general de Santiago García. Tres años más tarde, a finales de 1969, el grupo adquirió su propia sede y tomó el nombre de Teatro La Candelaria, ya que la sala se encuentra ubicada en el barrio del mismo nombre y que corresponde a la zona donde se encontraba la Bogotá colonial. Cabe destacar de la obra de Santiago García y su grupo, con más de cuarenta años de trayectoria, la continuidad de su tarea escénica, que viene en una misma línea constante de trabajo desde el Taller de Seki Sano y el Teatro El Búho, del cual hizo parte. Este grupo se constituye entonces en el decano de los elencos de la capital, con una trayectoria que se inició con obras de vanguardia del teatro universal y más tarde emprendió un importante proceso de búsqueda de un método propio de creación colectiva, con una rigurosa dirección de Santiago García y otros miembros del grupo. La Candelaria ha realizado además importantes experiencias de dramaturgia del actor y de escritura de obras propias por parte de algunos de sus miembros, entre ellos el director. Entre las obras de creación colectiva de La Candelaria se destacan títulos como Guadalupe años sin cuenta,que trata sobre las guerrillas del llano en los años cincuenta, La ciudad dorada, Golpe de Suerte, El Paso yEn la raya. En cuanto a las obras de autor, realizadas por miembros del mismo grupo, hay que mencionar las piezas de Santiago García: Maravilla Estar, La Trifulca y Manda

patibularia, así como su versión de El Quijote, realizada en los últimos años. También se han presentado obras de Fernando Peñuela, como Las trasescena y Tráfico pesado, o de Patricia Ariza: El viento y la ceniza y Luna menguante. Otros grupos con sede propia comenzaron a trabajar un poco más tarde. El Teatro La Mama, fundado en 1968 por Kepa Amuchastegui, en asocio con el Teatro La Mama de Nueva York, inició sus actividades en un galpón arrendado pero alrededor de 1975 adquirió su propia sede en el barrio de Chapinero, un poco más al norte de la ciudad. Entre sus obras más destacadas se encuentran Lo que dejó la tempestad, del venezolano César Rengifo, dirigida por Eddy Armando, Tom Payne, de Paul Foster, dirigida por Kepa Amuchastegui y Los tiempos del ruido, dirigida por Eddy Armando. En 1970 se creó el Teatro El Local, bajo la dirección de Miguel Torres, que cuenta con su propia sede en forma reciente, en el histórico barrio de La Candelaria. Entre sus montajes más destacados se encuentra la versión realizada por Miguel Torres de La cándida Eréndira y su abuela desalmada, de Gabriel García Márquez, así como la pieza dramática tituladaLa Siempreviva, original de Miguel Torres, inspirada en la toma del Palacio de Justicia por parte del grupo insurgente M-19, acaecida a finales del gobierno de Belisario Betancur, en el año de 1985. El Teatro Popular de Bogotá, tpb, fue creado en 1968 por Jorge Alí Triana, Jaime Santos y Rosario Montaña, egresados de la Academia de Teatro de Praga, en la entonces Checoslovaquia. Tras realizar varias temporadas y giras con obras clásicas y modernas, como Julio César, de Shakespeare, Tartufo, de Molière,La posadera, de Goldoni o La mandrágora, de Maquiavelo, el grupo obtuvo su propia sede primero en arriendo y luego comprando el teatro, ubicado en la Avenida Jiménez con carrera 5ª, donde desarrolló sus actividades hasta comienzos de los años noventa. Entre los montajes de obras contemporáneas realizadas por el tpb se encuentran La muerte de un agente viajero, de Arthur Miller, Delito, condena y ejecución de una gallina, del guatemalteco Manuel José Arce y en especial la creación colectiva, con dramaturgia de Luis Alberto García I took Panamá, dirigida por Jorge Alí Triana y que trata de la separación de Panamá de Colombia, acaecida en 1903, durante el gobierno de Teodoro Roosevelt, quien pronunció la

famosa frase como un raponazo imperialista para imponer sus condiciones en la zona del canal, inaugurado por Estados Unidos en 1914. Otra labor que merece destacarse es la llevada a cabo por el Teatro Nacional, creado por Fanny Mikey en el año de 1981, y que hoy cuenta con tres sedes: en la calle 71 con carrera 9ª, el Teatro Nacional La Castellana, en el barrio del mismo nombre y La Casa del Teatro, en el barrio La Soledad, que ha servido como sede a muchos grupos y experiencias creativas que no cuentan con su propio espacio. El Teatro Nacional ha realizado numerosas producciones propias, formando un amplio público para el teatro, y ha invitado a destacados grupos nacionales y extranjeros a realizar funciones en sus sedes, así como a dictar cursos tanto para la formación de actores, directores o dramaturgos como de nuevos públicos. La actividad del Teatro Nacional es permanente a lo largo del año, aunque cabe destacar como un hecho sin precedentes la realización, hasta el presente, de ocho ediciones del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, y en la actualidad prepara la novena versión. Otros grupos han desarrollado una labor importante en la capital, entre los cuales se destacan el Teatro Petra, dirigido por Fabio Rubiano Orjuela, uno de los dramaturgos

más

importantes

de

los

últimos

años,

autor

de

piezas

como Desencuentros, Amores simultáneos, Gracias por haber venido y Cada vez que ladran los perros. La obra más reciente de Rubiano se titula Mosca, una versión libre y mordaz de la tragedia Tito Andrónico, de William Shakespeare. El teatro en Colombia suele ser visto como una rama de la literatura o como una forma más de narrativa. En algunos periodos o culturas se han dado más importancia a la literatura dramática –obras de teatro- pero en otros hay una mayor preocupación por los aspectos de la producción escénica. En algunas culturas se valora el teatro como medio para contar historias; en otras, como religión, espectáculo o entretenimiento. El teatro se ha considerado como extensión de celebraciones religiosas, como medio para esparcir ideas políticas o difundir propaganda a grandes masas , como entretenimiento y también como arte. A través de la historia he desarrollado su actividad en tres niveles al mismo tiempo popular de escasa organización, como importante actividad pública y como arte para la elite.

SABERES Y ACTIVIDADES 1. Encuentra en la sopa de letras los autores postmodernos. Realiza una lista y escribe al frente su obra.

2. Una de las formas de expresión poética en la literatura vanguardista son los caligramas. ¿Qué sabes de estos? Indaga y atrévete a crear uno. 3. A partir de las siguientes palabras de Felipe Lleras Camargo, escritas el 6 de junio de 1925, luego de leer la primera edición de la revista Los Nuevos, explica el papel de los escritores jóvenes en la renovación literaria de comienzos del siglo XX en Colombia. “Los Nuevos son jóvenes, lo que quiere decir que no persiguen logros de ninguna especie. Pretenden levantar una cátedra de desinterés espiritual y contribuir a desatar una corriente de carácter netamente ideológico en el país (...) Los apetitos bastardos han desterrado el espíritu. Todo pide una restauración de los principios. Hay que proclamar de nuevo la tabla de los valores intelectuales y morales".

4. Busca en la siguiente sopa de letras los 10 nombres de autores de la literatura contemporánea en Latinoamérica.

5. Lee el siguiente texto. Luego, consulta más información sobre el tema y responde. El caso más conocido frente a la intervención norteamericana en Colombia es el de la masacre de las bananeras en 1928. La compañía norteamericana United Fruit Company sintió amenazada su estabilidad económica al ser objeto de la huelga de trabajadores. Estos pedían horarios menos drásticos, seguridad social y un sueldo más justo por el trabajo desempeñado. La compañía, que se negó a negociar el pliego de peticiones, pidió a las autoridades que le ayudaran a dispersar a los trabajadores y a sus familias, que se concentraban en la plaza central, protestando por sus derechos. Frente a la negativa de los huelguistas que reclamaban sus derechos, las fuerzas militares colombianas dispararon sobre la población reunida, propinándole la muerte a decenas de personas. A pesar de que las autoridades trataron de ocultar la masacre amedrentando a la población para no hablar del tema, el dirigente político Jorge Eliécer Gaitán se encargó de investigar los hechos y, por medio de algunas pistas, encontró el lugar donde habían sido sepultados los cuerpos. Gabriel García Márquez incluyó una versión de este lamentable hecho en su novela Cien años de soledad. Lee el capítulo en el cual se hace referencia a la masacre de las bananeras y realiza una comparación entre lo narrado por el escritor y los hechos reales. ¿Hay diferencias fundamentales? ¿Cuáles?

RESUMEN En el siglo XX empezó en Colombia en los años veinte y tal vez esta circunstancia puede generalizarse para América Latina, pues durante este decenio es cuando se manifiestan en la cultura de la región los síntomas de los grandes cambios que estaban ocurriendo en el mundo. La expresión de la vanguardia surge entre los escritores latinoamericanos cuando la convicción de estar asistiendo a un desajuste entre las formas literarias heredadas y la sociedad a la que pertenecían se hace evidente. La nueva realidad que imperaba entonces era la de las ciudades modernas que estaban cambiando su fisonomía y su espíritu" y que absorbían con diligencia el talento de los jóvenes que acudían a ellas con la esperanza de encontrar horizontes más amplios que los que les ofrecía la provincia. Con lo que la realidad volvía a instaurarse como maestra de la creación" como lo afirmara Ángel Rama: "Lo que fue la naturaleza para los prerrománticos" era ahora para los vanguardistas la ciudad moderna" El vanguardismo abarca una serie de movimientos artísticos construidos en Europa, su intención era esa búsqueda estética a través de su forma dogmática, afirmado en la verdad. En Colombia se dio a conocer esa forma de pensamiento con el Nadaísmo. Con la aparición de la novela Cien años de soledad se podría hablar de una cronología que dice: “Antes de Cien años..., después de Cien años...”. Hoy precisamente nos referimos a ese "después de Cien años... utilizando una idea de Jorge Luis Borges en "Kafka y sus precursores", que es a su vez una idea de T. S. Eliot. La idea es simple pero fecunda: el presente no sólo incide en el futuro. También modifica el pasado. La aparición de Cien años de soledad marcó a quienes escribirían ficción después. También alteró a quienes ya lo hacían antes. A los que en el momento de su aparición eran escritores con obra conocida. Pero ¿De quiénes se trataba? De algunos pocos escritores mayores que Gabriel García Márquez. El caso más notorio: el de Eduardo Caballero Calderón, nacido en 1910. Los otros son más o menos contemporáneos del premio Nobel de 1982, unos con andadura novelística, como Manuel Zapata Olivella (1920), Héctor Rojas Herazo (1921), Manuel Mejía Vallejo (1923) y Alvaro Cepeda Samudio (1926-1972). Otros que sólo se revelarían como autores de ficción “después de Cien años..”. En este caso me refiero a Pedro Gómez Valderrama (1923) y Alvaro Mutis (1923).

Por otra parte, la literatura posmoderna considera la escritura como el modelo del mundo y sigue los parámetros de una estética de fuerzas, según la cual la producción de la obra está en manos del lector. En consecuencia, lejos de la recepción pasiva, se le exigen nuevas competencias para que esté en capacidad de asumir lo fragmentario y lo inestable. Esta potenciación de la obra requiere otro tipo de recepción, lo cual puede producir paradójicamente la indiferencia del lector, el esquematismo de las obras y la superficialidad. La literatura posmoderna también se identifica por su carácter antidiscursivo, que se manifiesta en dos direcciones: la ostentación y el ornamento. La primera está relacionada con la metaficción como proceso de autociencia, que denuncia el carácter ficticio de la obra. La segunda es, ante todo, un impulso hacia la intertextualidad que, favorecido por una actitud relativista, convierte la creación en un acto de bricolaje: el autor es básicamente un compilador de materiales fragmentarios. Ante este debilitamiento de las categorías de originalidad, presencia y significación nace una nueva superficialidad. En el caso de la narrativa colombiana contemporánea, el ingreso a la modernidad se da por una dinámica de discontinuidad y recuperación, se observa una liberación del género, así como una fuerte tensión entre escrituras modernas y posmoderna. Algunas novelas colombianas con tendencia posmoderna son Trapos al sol (Julio Olaciregui), El álbum secreto del sagrado corazón (Rodrigo Parra Sandoval), Las puertas del infierno (José Luis Díaz Granados), La otra selva (Boris Salazar), La ciudad interior (Fredy Tellez), La ceremonia de la soledad (Fernando Cruz Kronfly), Cárcel por amor (Alvaro Pineda Botero), Una lección de abismo (Ricardo Cano Gaviria) y Los cuadernos de N (Nicolás .Suescún). En estas obras son evidentes gestos posmodernos como la tendencia hacia la antidiscursividad, la fragmentación del sujeto, la metaficción, etc Ahora bien, nuestra modernidad es el resultado de unos singulares y específicos procesos y mecanismos de modernización (capacidad de establecer una estructura económica con capacidad de acumulación constante) que es nuestra tarea caracterizar para definir la particular experiencia de la modernidad en Colombia.

EVALUACIÓN RESPONDA LAS PREGUNTAS 1 A 7 DE ACUERDO AL TEXTO ARTE POÉTICA Que el verso sea como una llave que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata. Estamos en el ciclo de los nervios. El músculo cuelga, como recuerdo, en los museos; Mas no por eso tenemos menos fuerza: el vigor verdadero reside en la cabeza. Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas! hacedla florecer en el poema; Sólo para nosotros viven todas las cosas bajo el Sol. El poeta es un pequeño Dios. (Vicente Huidobro, El espejo de agua, Buenos Aires, Orión, 1916.)

1. El propósito principal del texto Arte poética es A. comparar la poesía con otras formas artísticas. B. enumerar los elementos de la escritura poética. C. exponer características universales de la poesía. D. establecer la función de la escritura poética. 2. En el verso: "cuanto miren los ojos creado sea ", se quiere dar a entender que la función del poeta consiste en A. inventar el mundo de forma asombrosa. B. describir objetivamente lo que observa. C. retratar la naturaleza mediante palabras. D. explicar lo observado de manera poética. 3. Teniendo en cuenta el sentido global del texto se puede afirmar que el verso "el adjetivo, cuando no da vida, mata" sugiere que la función de la palabra poética es A. generar vida con su expresión. B. aniquilar la imaginación. C. ocultar la realidad existente. D. hacer aflorar el inconsciente. 4. Según el texto Arte poética, "El poeta es un pequeño Dios", porque A. habita un mundo ultraterreno. B. determina el destino humano. C. crea mundos con la palabra. D. domina a otros mediante palabras.

5. Teniendo en cuenta el texto Arte poética se puede afirmar que éste pertenece al movimiento de vanguardia denominado A. Futurismo, porque el poeta declara su adhesión al progreso. B. Ultraísmo, porque propone una poética fundada en la abundancia de metáforas. C. Dadaísmo, porque cimienta su poética en la conjunción fortuita de imágenes dispares. D. Creacionismo, porque el poeta declara su independencia de la naturaleza. 6. Teniendo en cuenta el texto de Huidobro y los conocimientos que acerca del Romanticismo usted posee, se puede afirmar que los vanguardistas se distinguen de los románticos en cuanto A. presentan en el poema una copia de la naturaleza. B. hacen del poema una naturaleza inventada. C. muestran el poema como naturaleza muerta. D. plasman en el poema la naturaleza tal cual. 7. Serie de movimientos artísticos que surgen como reacciones profundas contra lo tradicional reflejan un cambio de creencias o de maneras expresivas, adoptando posiciones subversivas o revolucionarias frente a las tendencias clásicas del arte. A. Literatura realista B. Literatura modernista C. Literatura contemporánea D. Literatura de vanguardista 8. El teatro contemporáneo se caracteriza por: A. Expresar la angustia y desesperación humana. B. Romper las formas métricas tradicionales. C. Destacar el monólogo interior. D. Relatar hechos históricos. RESPONDE LAS PREGUNTAS 9 A 13 DE ACUERDO AL TEXTO EL TESTAMENTO Oye, morenita, te vas a quedar muy sola porque anoche dijo el radio que abrieron el Liceo. Como es estudiante ya se va Escalona pero de recuerdo te deja un paseo (bis) que te habla de aquel inmenso amor que llevo dentro del corazón, que dice todo lo que yo siento que es pura nostalgia y sentimiento, grabado en el lenguaje claro que tiene la tierra'e Pedro Castro. (bis) Adiós, morenita, me voy por la madrugada; no quiero que me llores porque me da dolor. (bis) Paso por Valencia, cojo a Sabana, Caracolicito, luego a Fundación. (bis) ¡Ay! entonces me tengo que meter en un diablo al que le llaman tren, (bis) que sale, junto a la Zona pasa y de tarde se mete a Santa Marta. (bis) Ese orgullo que tú tienes no es muy bueno; te juro que más tarde te vas a arrepentir. Yo sólo he querido dejarte un recuerdo porque en Santa Marta me puedo morir. (bis)

¡Ay! entonces me tienes que llorar y de "ñapa" me tienes que rezar ¡Ay! entonces te tienes que poner traje negro, aunque no gustes d'él. ¡Ay! entonces te vas a arrepentir de lo mucho que me hiciste sufrir. (bis) (Paseo vallenato de Rafael Escalona) 9. Según el texto anterior se puede afirmar que la temática planteada es A. romántica, pues sólo aborda el tema desgarrado del amor. B. de trova, pues narra noticias y transmite recados regionales y personales. C. costumbrista, pues describe las costumbres del Valle de Upar. D. paisajista, pues retrata los atardeceres del campo en la región. 10. Por la información contenida en el texto El testamento y por el origen de la música tradicional vallenata podemos deducir que la tierra de Pedro Castro es A. el eje cafetero. B. la costa pacífica. C. los llanos orientales. D. la costa atlántica. 11. Por el marco geográfico al que hace alusión el texto anterior, podríamos decir que se emparenta culturalmente con la literatura de A. Jorge Isaacs. B. Tomás Carrasquilla. C. José Asunción Silva. D. Gabriel García Márquez 12. Se puede afirmar que el texto anterior es un clásico de la música vallenata, porque A. emplea un vocabulario cargado de referencias geográficas. B. sus interpretaciones son escuchadas con admiración y respeto. C. cada verso representa una memoria histórica de la humanidad. D. sus versos aluden a una temática amorosa 13. El texto anterior se titula El testamento, porque A. manifiesta el interés por dejar constancia de un pensamiento final. B. dispone de los bienes de Escalona para después de su muerte. C. declara de manera poética una despedida que podría ser definitiva. D. expresa de manera poética la última voluntad de Escalona.

LECTURAS RECOMENDADAS Explica qué características del realismo mágico se aprecian en este hermoso cuento. Texto 1: Viaje a la semilla de Alejo Carpentier -¿Qué quieres, viejo?... Varias veces cayó la pregunta de lo alto de los andamios. Pero el viejo no respondía. Andaba de un lugar a otro, fisgoneando, sacándose de la garganta un largo monólogo de frases incomprensibles. Ya habían descendido las tejas, cubriendo los canteros muertos con su mosaico de barro cocido. Arriba, los picos desprendían piedras de mampostería, haciéndolas rodar por canales de madera, con gran revuelo de cales y de yesos. Y por las almenas sucesivas que iban desdentando las murallas aparecían -despojados de su secreto- cielos rasos ovales o cuadrados, cornisas, guirnaldas, dentículos, astrágalos, y papeles encolados que colgaban de los testeros como viejas pieles de serpiente en muda. Presenciando la demolición, una Ceres con la nariz rota y el peplo desvaído, veteado de negro el tocado de mieses, se erguía en el traspatio, sobre su fuente de mascarones borrosos. Visitados por el sol en horas de sombra, los peces grises del estanque bostezaban en agua musgosa y tibia, mirando con el ojo redondo aquellos obreros, negros sobre claro de cielo, que iban rebajando la altura secular de la casa. El viejo se había sentado, con el cayado apuntalándole la barba, al pie de la estatua. Miraba el subir y bajar de cubos en que viajaban restos apreciables. Oíanse, en sordina, los rumores de la calle mientras, arriba, las poleas concertaban, sobre ritmos de hierro con piedra, sus gorjeos de aves desagradables y pechugonas. Dieron las cinco. Las cornisas y entablamentos se despoblaron. Sólo quedaron escaleras de mano, preparando el salto del día siguiente. El aire se hizo más fresco, aligerado de sudores, blasfemias, chirridos de cuerdas, ejes que pedían alcuzas y palmadas en torsos pringosos. Para la casa mondada el crepúsculo llegaba más pronto. Se vestía de sombras en horas en que su ya caída balaustrada superior solía regalar a las fachadas algún relumbre de sol. La Ceres apretaba los labios. Por primera vez las habitaciones dormirían sin persianas, abiertas sobre un paisaje de escombros. Contrariando sus apetencias, varios capiteles yacían entre las hierbas. Las hojas de acanto descubrían su condición vegetal. Una enredadera aventuró sus tentáculos hacia la voluta jónica, atraída por un aire de familia. Cuando cayó la noche, la casa estaba más cerca de la tierra. Un marco de puerta se erguía aún, en lo alto, con tablas de sombras suspendidas de sus bisagras desorientadas. II Entonces el negro viejo, que no se había movido, hizo gestos extraños, volteando su cayado sobre un cementerio de baldosas. Los cuadrados de mármol, blancos y negros, volaron a los pisos, vistiendo la tierra. Las piedras con saltos certeros, fueron a cerrar los boquetes de las murallas. Hojas de nogal claveteadas se encajaron en sus marcos, mientras los tornillos de las charnelas volvían a hundirse en sus hoyos, con rápida rotación. En los canteros muertos, levantadas por el esfuerzo de las flores, las tejas juntaron sus fragmentos, alzando un sonoro torbellino de barro, para caer en lluvia sobre la armadura del techo. La casa creció, traída nuevamente a sus proporciones habituales, pudorosa y vestida. La Ceres fue menos gris. Hubo más peces en la fuente. Y el murmullo del agua llamó begonias olvidadas. El viejo introdujo una llave en la cerradura de la puerta principal, y comenzó a abrir ventanas. Sus tacones sonaban a hueco. Cuando encendió los velones, un estremecimiento amarillo corrió por el óleo de los retratos de familia, y gentes vestidas de negro murmuraron en todas las galerías, al compás de cucharas movidas en jícaras de chocolate.

Don Marcial, el Marqués de Capellanías, yacía en su lecho de muerte, el pecho acorazado de medallas, escoltado por cuatro cirios con largas barbas de cera derretida III Los cirios crecieron lentamente, perdiendo sudores. Cuando recobraron su tamaño, los apagó la monja apartando una lumbre. Las mechas blanquearon, arrojando el pabilo. La casa se vació de visitantes y los carruajes partieron en la noche. Don Marcial pulsó un teclado invisible y abrió los ojos. Confusas y revueltas, las vigas del techo se iban colocando en su lugar. Los pomos de medicina, las borlas de damasco, el escapulario de la cabecera, los daguerrotipos, las palmas de la reja, salieron de sus nieblas. Cuando el médico movió la cabeza con desconsuelo profesional, el enfermo se sintió mejor. Durmió algunas horas y despertó bajo la mirada negra y cejuda del Padre Anastasio. De franca, detallada, poblada de pecados, la confesión se hizo reticente, penosa, llena de escondrijos. ¿Y qué derecho tenía, en el fondo, aquel carmelita, a entrometerse en su vida? Don Marcial se encontró, de pronto, tirado en medio del aposento. Aligerado de un peso en las sienes, se levantó con sorprendente celeridad. La mujer desnuda que se desperezaba sobre el brocado del lecho buscó enaguas y corpiños, llevándose, poco después, sus rumores de seda estrujada y su perfume. Abajo, en el coche cerrado, cubriendo tachuelas del asiento, había un sobre con monedas de oro. Don Marcial no se sentía bien. Al arreglarse la corbata frente a la luna de la consola se vio congestionado. Bajó al despacho donde lo esperaban hombres de justicia, abogados y escribientes, para disponer la venta pública de la casa. Todo había sido inútil. Sus pertenencias se irían a manos del mejor postor, al compás de martillo golpeando una tabla. Saludó y le dejaron solo. Pensaba en los misterios de la letra escrita, en esas hebras negras que se enlazan y desenlazan sobre anchas hojas afiligranadas de balanzas, enlazando y desenlazando compromisos, juramentos, alianzas, testimonios, declaraciones, apellidos, títulos, fechas, tierras, árboles y piedras; maraña de hilos, sacada del tintero, en que se enredaban las piernas del hombre, vedándole caminos desestimados por la Ley; cordón al cuello, que apretaban su sordina al percibir el sonido temible de las palabras en libertad. Su firma lo había traicionado, yendo a complicarse en nudo y enredos de legajos. Atado por ella, el hombre de carne se hacía hombre de papel. Era el amanecer. El reloj del comedor acababa de dar la seis de la tarde. IV Transcurrieron meses de luto, ensombrecidos por un remordimiento cada vez mayor. Al principio, la idea de traer una mujer a aquel aposento se le hacía casi razonable. Pero, poco a poco, las apetencias de un cuerpo nuevo fueron desplazadas por escrúpulos crecientes, que llegaron al flagelo. Cierta noche, Don Marcial se ensangrentó las carnes con una correa, sintiendo luego un deseo mayor, pero de corta duración. Fue entonces cuando la Marquesa volvió, una tarde, de su paseo a las orillas del Almendares. Los caballos de la calesa no traían en las crines más humedad que la del propio sudor. Pero, durante todo el resto del día, dispararon coces a las tablas de la cuadra, irritados, al parecer, por la inmovilidad de nubes bajas. Al crepúsculo, una tinaja llena de agua se rompió en el baño de la Marquesa. Luego, las lluvias de mayo rebosaron el estanque. Y aquella negra vieja, con tacha de cimarrona y palomas debajo de la cama, que andaba por el patio murmurando: "¡Desconfía de los ríos, niña; desconfía de lo verde que corre!" No había día en que el agua no revelara su presencia. Pero esa presencia acabó por no ser más que una jícara derramada sobre el vestido traído de París, al regreso del baile aniversario dado por el Capitán General de la Colonia. Reaparecieron muchos parientes. Volvieron muchos amigos. Ya brillaban, muy claras, las arañas del gran salón. Las grietas de la fachada se iban cerrando. El piano regresó al clavicordio. Las palmas perdían anillos. Las enredaderas saltaban la primera cornisa. Blanquearon las ojeras de la Ceres y los capiteles parecieron recién tallados. Más fogoso Marcial solía pasarse tardes enteras abrazando a la Marquesa. Borrábanse patas de gallina, ceños y papadas, y las carnes tornaban a su dureza. Un día, un olor de pintura fresca llenó la casa. V Los rubores eran sinceros. Cada noche se abrían un poco más las hojas de los biombos, las faldas caían en rincones menos alumbrados y eran nuevas barreras de encajes. Al fin la Marquesa sopló

las lámparas. Sólo él habló en la obscuridad. Partieron para el ingenio, en gran tren de calesas relumbrante de grupas alazanas, bocados de plata y charoles al sol. Pero, a la sombra de las flores de Pascua que enrojecían el soportal interior de la vivienda, advirtieron que se conocían apenas. Marcial autorizó danzas y tambores de Nación, para distraerse un poco en aquellos días olientes a perfumes de Colonia, baños de benjuí, cabelleras esparcidas, y sábanas sacadas de armarios que, al abrirse, dejaban caer sobre las lozas un mazo de vetiver. El vaho del guarapo giraba en la brisa con el toque de oración. Volando bajo, las auras anunciaban lluvias reticentes, cuyas primeras gotas, anchas y sonoras, eran sorbidas por tejas tan secas que tenían diapasón de cobre. Después de un amanecer alargado por un abrazo deslucido, aliviados de desconciertos y cerrada la herida, ambos regresaron a la ciudad. La Marquesa trocó su vestido de viaje por un traje de novia, y, como era costumbre, los esposos fueron a la iglesia para recobrar su libertad. Se devolvieron presentes a parientes y amigos, y, con revuelo de bronces y alardes de jaeces, cada cual tomó la calle de su morada. Marcial siguió visitando a María de las Mercedes por algún tiempo, hasta el día en que los anillos fueron llevados al taller del orfebre para ser desgrabados. Comenzaba, para Marcial, una vida nueva. En la casa de las rejas, la Ceres fue sustituida por una Venus italiana, y los mascarones de la fuente adelantaron casi imperceptiblemente el relieve al ver todavía encendidas, pintada ya el alba, las luces de los velones. VI Una noche, después de mucho beber y marearse con tufos de tabaco frío, dejados por sus amigos, Marcial tuvo la sensación extraña de que los relojes de la casa daban las cinco, luego las cuatro y media, luego las cuatro, luego las tres y media... Era como la percepción remota de otras posibilidades. Como cuando se piensa, en enervamiento de vigilia, que puede andarse sobre el cielo raso con el piso por cielo raso, entre muebles firmemente asentados entre las vigas del techo. Fue una impresión fugaz, que no dejó la menor huella en su espíritu, poco llevado, ahora, a la meditación. Y hubo un gran sarao, en el salón de música, el día en que alcanzó la minoría de edad. Estaba alegre, al pensar que su firma había dejado de tener un valor legal, y que los registros y escribanías, con sus polillas, se borraban de su mundo. Llegaba al punto en que los tribunales dejan de ser temibles para quienes tienen una carne desestimada por los códigos. Luego de achisparse con vinos generosos, los jóvenes descolgaron de la pared una guitarra incrustada de nácar, un salterio y un serpentón. Alguien dio cuerda al reloj que tocaba la Tirolesa de las Vacas y la Balada de los Lagos de Escocia. Otro embocó un cuerno de caza que dormía, enroscado en su cobre, sobre los fieltros encarnados de la vitrina, al lado de la flauta traversera traída de Aranjuez. Marcial, que estaba requebrando atrevidamente a la de Campoflorido, se sumó al guirigay, buscando en el teclado, sobre bajos falsos, la melodía del Trípili-Trápala. Y subieron todos al desván, de pronto, recordando que allá, bajo vigas que iban recobrando el repello, se guardaban los trajes y libreas de la Casa de Capellanías. En entrepaños escarchados de alcanfor descansaban los vestidos de corte, un espadín de Embajador, varias guerreras emplastronadas, el manto de un Príncipe de la Iglesia, y largas casacas, con botones de damasco y difuminos de humedad en los pliegues. Matizáronse las penumbras con cintas de amaranto, miriñaques amarillos, túnicas marchitas y flores de terciopelo. Un traje de chispero con redecilla de borlas, nacido en una mascarada de carnaval, levantó aplausos. La de Campoflorido redondeó los hombros empolvados bajo un rebozo de color de carne criolla, que sirviera a cierta abuela, en noche de grandes decisiones familiares, para avivar los amansados fuegos de un rico Síndico de Clarisas. Disfrazados regresaron los jóvenes al salón de música. Tocado con un tricornio de regidor, Marcial pegó tres bastonazos en el piso, y se dio comienzo a la danza de la valse, que las madres hallaban terriblemente impropio de señoritas, con eso de dejarse enlazar por la cintura, recibiendo manos de hombre sobre las ballenas del corset que todas se habían hecho según el reciente patrón de "El Jardín de las Modas". Las puertas se obscurecieron de fámulas, cuadrerizos, sirvientes, que venían de sus lejanas dependencias y de los entresuelos sofocantes para admirarse ante fiesta de tanto alboroto. Luego se jugó a la gallina ciega y al escondite. Marcial, oculto con la de Campoflorido detrás de un biombo chino, le estampó un beso en la nuca, recibiendo en respuesta

un pañuelo perfumado, cuyos encajes de Bruselas guardaban suaves tibiezas de escote. Y cuando las muchachas se alejaron en las luces del crepúsculo, hacia las atalayas y torreones que se pintaban en grisnegro sobre el mar, los mozos fueron a la Casa de Baile, donde tan sabrosamente se contoneaban las mulatas de grandes ajorcas, sin perder nunca -así fuera de movida una guaracha- sus zapatillas de alto tacón. Y como se estaba en carnavales, los del Cabildo Arará Tres Ojos levantaban un trueno de tambores tras de la pared medianera, en un patio sembrado de granados. Subidos en mesas y taburetes, Marcial y sus amigos alabaron el garbo de una negra de pasas entrecanas, que volvía a ser hermosa, casi deseable, cuando miraba por sobre el hombro, bailando con altivo mohín de reto. VII Las visitas de Don Abundio, notario y albacea de la familia, eran más frecuentes. Se sentaba gravemente a la cabecera de la cama de Marcial, dejando caer al suelo su bastón de ácana para despertarlo antes de tiempo. Al abrirse, los ojos tropezaban con una levita de alpaca, cubierta de caspa, cuyas mangas lustrosas recogían títulos y rentas. Al fin sólo quedó una pensión razonable, calculada para poner coto a toda locura. Fue entonces cuando Marcial quiso ingresar en el Real Seminario de San Carlos. Después de mediocres exámenes, frecuentó los claustros, comprendiendo cada vez menos las explicaciones de los dómines. El mundo de las ideas se iba despoblando. Lo que había sido, al principio, una ecuménica asamblea de peplos, jubones, golas y pelucas, controversistas y ergotantes, cobraba la inmovilidad de un museo de figuras de cera. Marcial se contentaba ahora con una exposición escolástica de los sistemas, aceptando por bueno lo que se dijera en cualquier texto. "León", "Avestruz", Ballena", "Jaguar", leíase sobre los grabados en cobre de la Historia Natural. Del mismo modo, "Aristóteles", "Santo Tomás", Bacon", "Descartes", encabezaban páginas negras, en que se catalogaban aburridamente las interpretaciones del universo, al margen de una capitular espesa. Poco a poco, Marcial dejó de estudiarlas, encontrándose librado de un gran peso. Su mente se hizo alegre y ligera, admitiendo tan sólo un concepto instintivo de las cosas. ¿Para qué pensar en el prisma, cuando la luz clara de invierno daba mayores detalles a las fortalezas del puerto? Una manzana que cae del árbol sólo es incitación para los dientes. Un pie en una bañadera no pasa de ser un pie en una bañadera. El día que abandonó el Seminario, olvidó los libros. El gnomon recobró su categoría de duende: el espectro fue sinónimo de fantasma; el octandro era bicho acorazado, con púas en el lomo. Varias veces, andando pronto, inquieto el corazón, había ido a visitar a las mujeres que cuchicheaban, detrás de puertas azules, al pie de las murallas. El recuerdo de la que llevaba zapatillas bordadas y hojas de albahaca en la oreja lo perseguía, en tardes de calor, como un dolor de muelas. Pero, un día, la cólera y las amenazas de un confesor le hicieron llorar de espanto. Cayó por última vez en las sábanas del infierno, renunciando para siempre a sus rodeos por calles poco concurridas, a sus cobardías de última hora que le hacían regresar con rabia a su casa, luego de dejar a sus espaldas cierta acera rajada, señal, cuando andaba con la vista baja, de la media vuelta que debía darse por hollar el umbral de los perfumes. Ahora vivía su crisis mística, poblada de detentes, corderos pascuales, palomas de porcelana, Vírgenes de manto azul celeste, estrellas de papel dorado, Reyes Magos, ángeles con alas de cisne, el Asno, el Buey, y un terrible San Dionisio que se le aparecía en sueños, con un gran vacío entre los hombros y el andar vacilante de quien busca un objeto perdido. Tropezaba con la cama y Marcial despertaba sobresaltado, echando mano al rosario de cuentas sordas. Las mechas, en sus pocillos de aceite, daban luz triste a imágenes que recobraban su color primero. VIII Los muebles crecían. Se hacía más difícil sostener los antebrazos sobre el borde de la mesa del comedor. Los armarios de cornisas labradas ensanchaban el frontis. Alargando el torso, los moros de la escalera acercaban sus antorchas a los balaustres del rellano. Las butacas eran mas hondas y los sillones de mecedora tenían tendencia a irse para atrás. No había ya que doblar las piernas al recostarse en el fondo de la bañadera con anillas de mármol. Una mañana en que leía un libro licencioso, Marcial tuvo ganas, súbitamente, de jugar con los soldados de plomo que dormían en sus cajas de madera. Volvió a ocultar el tomo bajo la jofaina

del lavabo, y abrió una gaveta sellada por las telarañas. La mesa de estudio era demasiado exigua para dar cabida a tanta gente. Por ello, Marcial se sentó en el piso. Dispuso los granaderos por filas de ocho. Luego, los oficiales a caballo, rodeando al abanderado. Detrás, los artilleros, con sus cañones, escobillones y botafuegos. Cerrando la marcha, pífanos y timbales, con escolta de redoblantes. Los morteros estaban dotados de un resorte que permitía lanzar bolas de vidrio a más de un metro de distancia. -¡Pum!... ¡Pum!... ¡Pum!... Caían caballos, caían abanderados, caían tambores. Hubo de ser llamado tres veces por el negro Eligio, para decidirse a lavarse las manos y bajar al comedor. Desde ese día, Marcial conservó el hábito de sentarse en el enlosado. Cuando percibió las ventajas de esa costumbre, se sorprendió por no haberlo pensando antes. Afectas al terciopelo de los cojines, las personas mayores sudan demasiado. Algunas huelen a notario -como Don Abundio- por no conocer, con el cuerpo echado, la frialdad del mármol en todo tiempo. Sólo desde el suelo pueden abarcarse totalmente los ángulos y perspectivas de una habitación. Hay bellezas de la madera, misteriosos caminos de insectos, rincones de sombra, que se ignoran a altura de hombre. Cuando llovía, Marcial se ocultaba debajo del clavicordio. Cada trueno hacía temblar la caja de resonancia, poniendo todas las notas a cantar. Del cielo caían los rayos para construir aquella bóveda de calderones -órgano, pinar al viento, mandolina de grillos. IX Aquella mañana lo encerraron en su cuarto. Oyó murmullos en toda la casa y el almuerzo que le sirvieron fue demasiado suculento para un día de semana. Había seis pasteles de la confitería de la Alameda -cuando sólo dos podían comerse, los domingos, después de misa. Se entretuvo mirando estampas de viaje, hasta que el abejeo creciente, entrando por debajo de las puertas, le hizo mirar entre persianas. Llegaban hombres vestidos de negro, portando una caja con agarraderas de bronce. Tuvo ganas de llorar, pero en ese momento apareció el calesero Melchor, luciendo sonrisa de dientes en lo alto de sus botas sonoras. Comenzaron a jugar al ajedrez. Melchor era caballo. Él, era Rey. Tomando las losas del piso por tablero, podía avanzar de una en una, mientras Melchor debía saltar una de frente y dos de lado, o viceversa. El juego se prolongó hasta más allá del crepúsculo, cuando pasaron los Bomberos del Comercio. Al levantarse, fue a besar la mano de su padre que yacía en su cama de enfermo. El Marqués se sentía mejor, y habló a su hijo con el empaque y los ejemplos usuales. Los "Sí, padre" y los "No, padre", se encajaban entre cuenta y cuenta del rosario de preguntas, como las respuestas del ayudante en una misa. Marcial respetaba al Marqués, pero era por razones que nadie hubiera acertado a suponer. Lo respetaba porque era de elevada estatura y salía, en noches de baile, con el pecho rutilante de condecoraciones: porque le envidiaba el sable y los entorchados de oficial de milicias; porque, en Pascuas, había comido un pavo entero, relleno de almendras y pasas, ganando una apuesta; porque, cierta vez, sin duda con el ánimo de azotarla, agarró a una de las mulatas que barrían la rotonda, llevándola en brazos a su habitación. Marcial, oculto detrás de una cortina, la vio salir poco después, llorosa y desabrochada, alegrándose del castigo, pues era la que siempre vaciaba las fuentes de compota devueltas a la alacena. El padre era un ser terrible y magnánimo al que debía amarse después de Dios. Para Marcial era más Dios que Dios, porque sus dones eran cotidianos y tangibles. Pero prefería el Dios del cielo, porque fastidiaba menos. X Cuando los muebles crecieron un poco más y Marcial supo como nadie lo que había debajo de las camas, armarios y vargueños, ocultó a todos un gran secreto: la vida no tenía encanto fuera de la presencia del calesero Melchor. Ni Dios, ni su padre, ni el obispo dorado de las procesiones del Corpus, eran tan importantes como Melchor. Melchor venía de muy lejos. Era nieto de príncipes vencidos. En su reino había elefantes, hipopótamos, tigres y jirafas. Ahí los hombres no trabajaban, como Don Abundio, en habitaciones obscuras, llenas de legajos. Vivían de ser más astutos que los animales. Uno de ellos sacó el gran cocodrilo del lago azul, ensartándolo con una pica oculta en los cuerpos apretados de doce ocas

asadas. Melchor sabía canciones fáciles de aprender, porque las palabras no tenían significado y se repetían mucho. Robaba dulces en las cocinas; se escapaba, de noche, por la puerta de los cuadrerizos, y, cierta vez, había apedreado a los de la guardia civil, desapareciendo luego en las sombras de la calle de la Amargura. En días de lluvia, sus botas se ponían a secar junto al fogón de la cocina. Marcial hubiese querido tener pies que llenaran tales botas. La derecha se llamaba Calambín. La izquierda, Calambán. Aquel hombre que dominaba los caballos cerreros con sólo encajarles dos dedos en los belfos; aquel señor de terciopelos y espuelas, que lucía chisteras tan altas, sabía también lo fresco que era un suelo de mármol en verano, y ocultaba debajo de los muebles una fruta o un pastel arrebatados a las bandejas destinadas al Gran Salón. Marcial y Melchor tenían en común un depósito secreto de grageas y almendras, que llamaban el "Urí, urí, urá", con entendidas carcajadas. Ambos habían explorado la casa de arriba abajo, siendo los únicos en saber que existía un pequeño sótano lleno de frascos holandeses, debajo de las cuadras, y que en desván inútil, encima de los cuartos de criadas, doce mariposas polvorientas acababan de perder las alas en caja de cristales rotos. XI Cuando Marcial adquirió el hábito de romper cosas, olvidó a Melchor para acercarse a los perros. Había varios en la casa. El atigrado grande; el podenco que arrastraba las tetas; el galgo, demasiado viejo para jugar; el lanudo que los demás perseguían en épocas determinadas, y que las camareras tenían que encerrar. Marcial prefería a Canelo porque sacaba zapatos de las habitaciones y desenterraba los rosales del patio. Siempre negro de carbón o cubierto de tierra roja, devoraba la comida de los demás, chillaba sin motivo y ocultaba huesos robados al pie de la fuente. De vez en cuando, también, vaciaba un huevo acabado de poner, arrojando la gallina al aire con brusco palancazo del hocico. Todos daban de patadas al Canelo. Pero Marcial se enfermaba cuando se lo llevaban. Y el perro volvía triunfante, moviendo la cola, después de haber sido abandonado más allá de la Casa de Beneficencia, recobrando un puesto que los demás, con sus habilidades en la caza o desvelos en la guardia, nunca ocuparían. Canelo y Marcial orinaban juntos. A veces escogían la alfombra persa del salón, para dibujar en su lana formas de nubes pardas que se ensanchaban lentamente. Eso costaba castigo de cintarazos. Pero los cintarazos no dolían tanto como creían las personas mayores. Resultaban, en cambio, pretexto admirable para armar concertantes de aullidos, y provocar la compasión de los vecinos. Cuando la bizca del tejadillo calificaba a su padre de "bárbaro", Marcial miraba a Canelo, riendo con los ojos. Lloraban un poco más, para ganarse un bizcocho y todo quedaba olvidado. Ambos comían tierra, se revolcaban al sol, bebían en la fuente de los peces, buscaban sombra y perfume al pie de las albahacas. En horas de calor, los canteros húmedos se llenaban de gente. Ahí estaba la gansa gris, con bolsa colgante entre las patas zambas; el gallo viejo de culo pelado; la lagartija que decía "urí, urá", sacándose del cuello una corbata rosada; el triste jubo nacido en ciudad sin hembras; el ratón que tapiaba su agujero con una semilla de carey. Un día señalaron el perro a Marcial. -¡Guau, guau! -dijo. Hablaba su propio idioma. Había logrado la suprema libertad. Ya quería alcanzar, con sus manos, objetos que estaban fuera del alcance de sus manos. XII Hambre, sed, calor, dolor, frío. Apenas Marcial redujo su percepción a la de estas realidades esenciales, renunció a la luz que ya le era accesoria. Ignoraba su nombre. Retirado el bautismo, con su sal desagradable, no quiso ya el olfato, ni el oído, ni siquiera la vista. Sus manos rozaban formas placenteras. Era un ser totalmente sensible y táctil. El universo le entraba por todos los poros. Entonces cerró los ojos que sólo divisaban gigantes nebulosos y penetró en un cuerpo caliente, húmedo, lleno de tinieblas, que moría. El cuerpo, al sentirlo arrebozado con su propia sustancia, resbaló hacia la vida. Pero ahora el tiempo corrió más pronto, adelgazando sus últimas horas. Los minutos sonaban a glissando de naipes bajo el pulgar de un jugador.

Las aves volvieron al huevo en torbellino de plumas. Los peces cuajaron la hueva, dejando una nevada de escamas en el fondo del estanque. Las palmas doblaron las pencas, desapareciendo en la tierra como abanicos cerrados. Los tallos sorbían sus hojas y el suelo tiraba de todo lo que le perteneciera. El trueno retumbaba en los corredores. Crecían pelos en la gamuza de los guantes. Las mantas de lana se destejían, redondeando el vellón de carneros distantes. Los armarios, los vargueños, las camas, los crucifijos, las mesas, las persianas, salieron volando en la noche, buscando sus antiguas raíces al pie de las selvas. Todo lo que tuviera clavos se desmoronaba. Un bergantín, anclado no se sabía dónde, llevó presurosamente a Italia los mármoles del piso y de la fuente. Las panoplias, los herrajes, las llaves, las cazuelas de cobre, los bocados de las cuadras, se derretían, engrosando un río de metal que galerías sin techo canalizaban hacia la tierra. Todo se metamorfoseaba, regresando a la condición primera. El barro volvió al barro, dejando un yermo en lugar de la casa. XIII Cuando los obreros vinieron con el día para proseguir la demolición, encontraron el trabajo acabado. Alguien se había llevado la estatua de Ceres, vendida la víspera a un anticuario. Después de quejarse al Sindicato, los hombres fueron a sentarse en los bancos de un parque municipal. Uno recordó entonces la historia, muy difuminada, de una Marquesa de Capellanías, ahogada, en tarde de mayo, entre las malangas del Almendares. Pero nadie prestaba atención al relato, porque el sol viajaba de oriente a occidente, y las horas que crecen a la derecha de los relojes deben alargarse por la pereza, ya que son las que más seguramente llevan a la muerte.

ARTÍCULO EN INGLÉS 1867: a great year for Colombian literature By: Daniel Samper Pizano | 10:05 a.m. | April 6, 2011 A century before it was published Hundred Years of Solitude were major works of national culture. Historians, scholars and booksellers believe that 1967 is the year of stellar Colombian literature. At that time, more precisely on 26 April, he was released the novel that many describe below only the Quijote: One Hundred Years of Solitude. The IV Language Congress held in Cartagena four years ago, just to give a memorable tribute to Gabriel García Márquez. Ceiling Convention Center fell thousands of yellow butterfly-shaped confetti and hundreds of guests lavished a prolonged standing ovation to the writer, when he arrived wearing his guayabera Caribbean. There were parties, however, that year to date the only able to play in our literature honors the Aerial Gabo novel. It happens that exactly one hundred years before it, in 1867, there was a conjunction in our letters without repetition unprecedented: in the same calendar published Mary, the most important romance novel written in Castilian, the History of Literature in New Granada first attempt to collect, analyze and organize the literary past of Colombia, and a Latin grammar for the use of Castilian speakers in Bogota written by two young cops, who became the Roman language text in many Spanish-speaking countries and a classic in Spanish philology. To make matters worse, it began to print one of the major treaties of language in our language: the Apuntaciones reviews on the Bogota language. Four essential works of national literature, four memorable works of literature in Spanish language, see the light in the course of a few months, the four authors on the list of famous Colombians of all time. They are all friends with each other, some contribute to form the Colombian Academy of Language and two (Caro and Vergara) corresponding academic chooses the Royal Spanish Academy. Interestingly, the pages of Mary meet three of the authors and politics just distracting to almost everyone.

Writers have less than 36 years. The largest, at that age, is the Bogota José María Vergara y Vergara (1831-1872), who has spent long hours in the last 30 years digging and inquire manuscripts by poets and writers that allow you construct a first approximation to the Colombian literature . Followed Jorge Isaacs (1837-1895) , the Cali that when printed Mary, just turned 30. More than five years away are two other santafereños : Miguel Antonio Caro (1843-1909) and Rufino José Cuervo (1844-1911) , former classmates , who have 24 and 23 when published his Latin grammar . Surprisingly, this litter of sardinos have occurred at such a young age, without electricity, computer and internet, as solid and enduring works . Gabo was greater than all of them to appear Hundred Years of Solitude : was three Vergara and more than 16 more than Cuervo. About this bouquet (to use an appropriate term to the time ) said Victor Eduardo Caro , son of Miguel Antonio, around 1935 . "After have seen the light in our land many novels , stories and grammar , however, amid the valuable modern production , those old books, whose first editions are becoming a bibliographical curiosity, still preserved , each of its kind, its former prestige, and still read with delight or being studied with fruit. " Colombian Sweethearts Mary, the novel called " Love and Pain " , was an immediate success. In 1946 , to take stock of the ways he had made the work of Jorge Isaacs , Antonio Gómez Restrepo wrote: "It is the Colombian book most widespread in the world, many times reprinted in Colombia and other Spanish-speaking countries are . it has been translated into several languages. " One version appeared in Spain as a serial, the great great grandfather of the soap opera , and in 1991 finally became soap opera , hyphenated nothing short of García Márquez, one of the biggest fans of the novel caste. The story of Ephraim and Mary in Paradise ranch vallecaucana also been filmed several times and is famous Calena sculpture showing the two young sweethearts and chaste love trance. Isaacs had arrived in Bogotá in 1866 after an uneven political and military career as a radical liberal. His first intention was to offer Vergara Vergara and business papers, but carried in suitcases and a handful of the original verses of Mary. At the request of Don Chepe read his poems to the citizens intellectuals, and they were so impressed that he signed a document card. The provincial trust and grabbed Don Jorge Caro and Vergara asked to lend a look at some tome in prose that came with it. It was Mary.

It appears that both the original and revised cops put hand print strips . " At (Caro ) were reviewed and corrected between Isaacs and Caro , testing the immortal novel," says Victor . It also helped Vergara y Vergara with the originals. According to Carlos Martinez Silva, "Some of the friends of Mr. Isaacs then helped him with the greatest interest to edit manuscripts . Vergara was the most enthusiastic ." The novel did not disappoint his enthusiasm and uprooting her tears , like almost everyone who read the first age. With Mary " spreads throughout America and Spain to mourn the great consolation ," diagnosed the Mexican essayist Alfonso Reyes. Almost a century and a half later, Mary continues to be one of the essential books of our literature. He says , from a modern perspective , the critic Eduardo Camacho Guizado : "It's a romance novel , however, is a deeply Colombian work ... Mary play vital fibers Colombian man of the age . . Their feelings and their landscape is , paradoxically , a realistic work which faithfully reflects a particular historical moment. Colombians viewed on the novel by Isaacs checking your feeling and your vital field could acquire universality " . Learning Latin He has not had the same durability another of the major works that were published in that wonderful year of 1867. The Latin grammar , written by Caro y Cuervo blunted even when their beards . The treaty was internationally renowned textbook for many years but , with the abandonment of Latin , became a museum piece . The two young Bogota had learned Latin and Greek on their own , as the book of Antonio de Nebrija published 350 years ago , was " disastrous " for its lack of clarity and confusion , as Crow confessed years later to some colleagues in Paris . But graduates because " only " spoke Spanish . In 1864 begin to structure the book Caro y Cuervo and January 20, 1867 obtained the privilege of publication ( copyright primitive ) awarded by the Chair. The book goes on sale as Latin grammar for the use of Castilian speakers , has 250 pages and consists of two parts : the analogy , which is borne by Cuervo, and grammar as such , which is responsible Caro . Immodestly , his son noted: " This , even though I say, is the original and new part of that text printed many times ."

According to historian Enrique Santos Molano, " on the wings of the Latin grammar , Miguel Antonio Caro and Rufino José Cuervo rose as the most prominent figures of the young Colombian intelligence and were regarded with respect even for seniors." Santos adds : "In the next forty years, his grammar was preferred for the teaching of Latin in Colombia and in Latin American countries , including Spain text." The late Colombian philologist Antonio Fernando Martinez said the Royal Spanish Academy considered as " masterful " this text and said it was the best of its kind in Castilian . After the joint work , each launched their own way. Cuervo was devoted mainly to the Spanish philology, celibacy , to sell beer and pray , it was extremely camandulero and blessed. And Caro , who never left Manila , the dead languages. In his book on The Latin in Colombia (1949 ), José Manuel Rivas Sacconi summarizes the work of Don Miguel Antonio in that language : "In 1861 , at 18, old , undertook ' the vigor of early youth and milk of rhetoric ' , as he himself says , the translation of the second book of the Aeneid ...

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