Los agroecosistemas en la Sierra de Motozintla, Chiapas

Hernández-García 1 Los agroecosistemas en la Sierra de Motozintla, Chiapas M en C. J. Anahí Hernández García, Departamento de Ecología y Sistemática

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Los agroecosistemas en la Sierra de Motozintla, Chiapas M en C. J. Anahí Hernández García, Departamento de Ecología y Sistemática Terrestres, Área de Conservación de la Biodiversidad, El Colegio de la Frontera Sur, 29290 San Cristóbal de Las Casas, Chiapas , México, .

Hernández-García 2 Resumen En este texto se presentan las características de los agroecosistemas de Motozintla en la Sierra de Chiapas; se incluyen sus elementos, sus componentes y las prácticas que se aplican para la producción de los mismos. Como base de esta recopilación se emplearon diversas herramientas de investigación, como entrevistas estructuradas e informales, diálogos semiestructurados y los recorridos de campo que se practicaron desde 2011, cuando se integró el proyecto en la cuenca hidrográfica Grijalva. Los agroecosistemas de la región Sierra se encuentran en altas pendientes de 40 a 80% con suelos profundos de 25 a 70 cm que son pobres en materia orgánica debido al constante acarreo ocasionado por la desecación, el viento y la lluvia, aunado a la aplicación sintética de fertilizantes químicos y a la adopción de ciertas prácticas propias de los sistemas convencionales, como el uso de herbicidas. Todo esto los vuelve deficientes en nutrientes, lo que da origen a sistemas desequilibrados en donde no hay un uso eficiente de la energía solar ni de los espacios. Se identifican aquí tres agroecosistemas: el policultivo maíz-frijol, la fresa y el durazno. En el policultivo principal, maíz-frijol hay otros componentes a modo de variantes: la calabaza, el chilacayote y la haba. Del policultivo se obtiene una provisión de alimentos básicos como maíz, frijol, hierbas comestibles, chiles, calabazas, habas, chilacayotes y otros, y con ellos se logra una baja dependencia de los mercados local y externo. Los cultivos de fresa y durazno son complementarios del principal (policultivo), pues apenas los introdujeron en la región los programas de reconversión productiva en los últimos cinco años, de ahí que las prácticas que se realizan en su cultivo sean incipientes, y el conocimiento y el tiempo que se dedican a su manejo sean escasos. Se sugiere diseñar junto con las comunidades un plan de manejo integral que se enfoque hacia una producción ecológica tomando en cuenta la localización de los terrenos, sus pendientes y las necesidades productivas que parece prioritaro resolver. Conviene incluir dentro del plan prácticas agroecológicas que conduzcan a la solución de la problemática que enfrenta cada tipo de sistema productivo.

Palabras clave: agroecosistema, Sierra Madre de Chiapas, policultivo, plan de manejo, producción ecológica, manejo integral.

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Introducción En la producción de la región Sierra de Chiapas se presentan elementos muy particulares que van desde la forma de producir y las semillas que se utilizan, hasta las prácticas adaptadas a las condiciones fisiográficas de altas pendientes de los lugares en donde habitan sus pobladores y producen el alimento que los sustenta. Para elaborar el presente estudio partimos del trabajo que realizamos en algunas comunidades de Motozintla de Mendoza junto con los diversos actores que conforman cada grupo temático de la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), quienes aportaron su experiencia en cursos teórico-prácticos para mejorar y potencializar el uso de los recursos naturales, de los productos y servicios del bosque, y de los agroecosistemas con el interés de lograr una producción ecológica. Cabe mencionar que durante la trayectoria del proyecto han sido evidentes el entusiasmo y el interés de los comuneros por aprender nuevas prácticas que los ayuden a mejorar su entorno; sin embargo a la fecha no podemos asegurar que el proyecto haya influido en la modificación de sus prácticas habituales, en el uso de los recursos y en el manejo de sus agroecosistemas. Con esta caracterización de los agroecosistemas pretendemos presentar un panorama general de los elementos, las interrelaciones, los modos y las formas de producir de las comunidades que se ubican en la parte alta de Motozintla; para ello nos valemos de elementos descriptivos, como las representaciones y los diagramas de flujo de la forma de producción. Cabe mencionar que los elementos descriptivos (representaciones) los ha aplicado ya el Instituto Internacional de Reconstrucción Rural (Selener et al. 1997) en diversos estudios en Sudamérica, que en este caso han sido útiles al articularlos con la metodología central, que consistió en visitar dos veces por mes de mayo a diciembre de 2012 a 12 productores y sus familias y hacer recorridos sobre sus “terrenos de producción” en las comunidades Benito Juárez, Carrizal, Loma Bonita, Vicente Guerrero. La selección de dichos productores resultó de su disposición a participar y colaborar con este estudio y con otras actividades del proyecto.

Hernández-García 4 En las visitas a las familias se aplicaron como herramientas de investigación entrevistas estructuradas e informales y diálogos semiestructurados. Asimismo gran parte de la información se comparó mediante triangulación (herramienta de análisis) con el resultado que se obtuvo en los talleres de medios de vida que organizó Erika Gómez Pineda a principios de 2011 para sustentar su tesis “Estrategias para la restauración forestal en comunidades del municipio de Motozintla, Chiapas, México”. En este trabajo se presentan las condiciones generales de producción de la región y se ejemplifican mediante un estudio de caso. Se destacan especialmente las labores culturales que se realizan en los tres sistemas de producción, las preferencias por ciertas semillas, y el proceso cultural que ha llevado a su mejoramiento y adaptación a partir de su selección y conservación. Se han desarrollado semillas criollas adaptadas a cada sitio considerando la altitud y la ubicación de la montaña respecto al sol y tomando en cuenta qué zonas son húmedas y sombrías y cuáles son soleadas y con menor humedad. Por último presentaremos un breve análisis de la problemática que afecta a los sistemas de producción y expondremos nuestras recomendaciones acerca de los puntos que consideramos débiles. Nos interesa fortalecer las prácticas y permanecer dentro de una línea sostenible de tiempo, equilibrio del sistema y rentabilidad de la producción.

Recuadro 1. ¿Qué son los agroecosistemas? A partir de un enfoque de sistemas se define un agroecosistema como la unidad física donde se desarrolla la actividad agrícola, pecuaria, forestal, acuícola o su combinación, y en donde inciden factores económicos, sociales y ecológicos para la obtención de alimentos y otros componentes que la sociedad demanda a través del tiempo. Conforme a tal concepto cada agroecosistema tiene cierto nivel de sostenibilidad, y existen altas, intermedias y bajas dependencias de insumos externos. Rivas Platero y sus colaboradores (2007) consideran que es difícil delimitar un agroecosistema, pues en él generalmente coexisten pequeñas unidades geográficas en donde se concede particular importancia a las interacciones entre las personas, los recursos naturales y la producción de alimentos. Hay autores como Sans (2007) que sugieren que los agroecosistemas agrícolas diversificados son modelos de coevolución, como por ejemplo los sistemas agroforestales, los agrosilvopastoriles y los sistemas de policultivos tradicionales.

Hernández-García 5 Policultivos Los policultivos son sistemas complejos donde se establecen dos o más cultivos en la misma superficie durante el mismo año. Es una forma de intensificar la producción agrícola mediante un uso más eficiente de los factores de crecimiento, del espacio y del tiempo. Esto se puede lograr sembrando las especies consecutivamente o en asociación; dicho arreglo y tal selección de especies están en función de los objetivos del agricultor (Leihner 1983, Vandermeer 1989, Gliessman 2002). En el orden agronómico, los policultivos reducen la posibilidad de que las plagas lleguen al cultivo en donde podrían producir daños, pues actúan como barreras físicas y desorientan a los insectos, pues el olor y el color de las diferentes especies cultivadas producen cambios en el ambiente. Así, la velocidad de distribución y multiplicación de las plagas es menor que en condiciones de monocultivo. Los policultivos son parte del paisaje agrícola de buen número de países en desarrollo. En Latinoamérica, por ejemplo, más de 40% de la yuca (Manihot esculenta), 60% del maíz (Zea mays) y 80% de los frijoles (Phaseolus vulgaris) se obtienen en cultivos asociados (Leihner 1983). En Chiapas los policultivos comunes de maíz-frijol-calabaza han sido y siguen siendo los sistemas más productivos (Amador 1980, Toledo 1990). En los trópicos y subtrópicos estos sistemas son más importantes que los monocultivos debido a la predominancia de los pequeños agricultores (Davis et al. 1986); se ha estimado que ofrecen sobrepasan 218% los rendimientos de la producción por hectárea, lo que en términos de utilidades significa que son 1013% más rentables que el monocultivo maíz (Gutiérrez et al. 2007).

Caracterización de los agroecosistemas Los agroecosistemas de la región Sierra ocupan en promedio superficies de 0.25 a 1.5 ha por productor; los determinan las altas pendientes que van desde 40-45% hasta 70-80%, con suelos medianamente profundos desde 25 cm hasta 70 cm, dependiendo el lugar donde estén ubicados. Son suelos de origen volcánico (véase en esta misma obra el capítulo del doctor David Álvarez) con poca materia orgánica como consecuencia del constante arrastre de los rastrojos del cultivo anterior, y de la pendiente, el viento y la lluvia.

Hernández-García 6 Los sistemas de producción están determinados por el régimen de precipitación de la región, que ha cambiado en los últimos años, pues antes comenzaba a principios de mayo y ahora se ha alargado hasta finales de mayo o los primeros días de junio. Este régimen de precipitación termina en el mes de septiembre e incluso en octubre, es decir, en cinco meses hay lluvia pero va menguando en los últimos, lo cual sólo permite un ciclo de producción. Se distinguen tres tipos de agroecosistemas: el policultivo “milpa”, el cultivo de fresa y el de durazno. Estos dos últimos se han establecido como cultivos secundarios que aseguran ingresos para el grupo familiar con la venta de la cosecha. El policultivo es el principal sistema de producción de las familias de la región; es una estrategia tradicional que promueve una dieta diversa, proporciona seguridad alimentaria y reduce la dependencia del exterior. A partir del policultivo se obtiene una provisión de alimentos básicos (maíz, frijol, hierbas comestibles, chiles, calabazas, habas, chilacayotes y otras) y disminuye la dependencia de los mercados local y externo. Además se logra la estabilidad de la producción, se reducen los riesgos al mínimo, se hace un uso eficaz de la mano de obra, se intensifica la producción con recursos limitados, se generan algunos ingresos con la venta de excedentes y se aumenta al máximo la rentabilidad con bajos niveles de tecnología (Altieri 1999). En la figura 1 se puede percibir que para que se lleve a cabo el proceso que hace eficiente el policultivo como sistema son necesarias las interrelaciones de los elementos que conforman. En términos biológicos esta eficiencia de cultivo mantiene una constante disponibilidad de nitrógeno, una disminución de malezas y una reducción de la incidencia de insectos y enfermedades. El policultivo dominante en la región es el maíz-frijol. A partir de éste se obtiene una provisión de alimentos básicos (maíz, frijol, hierbas comestibles, chiles, calabazas, habas, chilacayotes y otras) y se reduce la dependencia de los mercados local y externo; según las preferencias de consumo de la familia del productor varían también las arvenses comestibles que se fomentan, y lo mismo ocurre con las malezas, cuyo control depende del manejo y de los insumos. Recuadro Gerardo Labores en los sistemas de producción Las actividades que realizan los productores están en función de las estaciones del año; conforme a ello se ha sistematizado el calendario agrícola que se presenta en la tabla 1. Hay un solo ciclo productivo por año, que anteriormente se iniciaba en los primeros días de mayo y en la actualidad se ha alargado hasta junio, retrasando con ello el trabajo de establecimiento de la milpa. Al preparar el terreno para la siembra se quitan las hierbas espontáneas recién

Hernández-García 7 salidas, se retiran las cañas de maíz del ciclo anterior y se incorporan al suelo, y por último se eliminan las piedras del terreno con el apoyo de un azadón. Tras la limpieza del terreno se continúa con la siembra. Para esta actividad se usa el azadón, con el cual se abre una cavidad en el suelo y en ella se depositan cinco semillas de maíz, dos de frijol y una de haba (el chilacayote se siembra en forma dispersa en el terreno mateado de una semilla), y a continuación se cubre de tierra la semilla con el pie. Los productores transportan las semillas en un “tolito”, una especie de calabaza (cucurbitácea) dura y seca que se cultiva en las zonas bajas. Cabe mencionar que al sembrar maíz, frijol y haba en la misma cavidad se forma una sola mata diversificada, de manera que el maíz brinda soporte al frijol y éste a su vez, junto con la haba, proporciona el nitrógeno que absorbe el maíz del suelo y que lo nutre. Esto confirma lo que publicaron Altieri y Nicholls (2006) respecto a que las leguminosas facilitan el crecimiento de los cereales al suministrarles una dosis extra de nitrógeno. El deshierbe “chaporreo” es el desmalezado del área de producción; se ejecuta en forma manual con el azadón, o con herbicidas. Entre los herbicidas es común la aplicación de Paraquat, Gramoxone y Fama. Esta actividad se repite frecuentemente cada día durante los meses de junio, agosto y septiembre. Cuando la maleza esta recién salida es suave y se arranca fácilmente para el primer deshierbe en forma manual o con azadón; para el segundo se usan cuatro botes de Fama y tres de Paraquat en un área total de 1.5 ha, que es el promedio de la superficie producida según la información que proporcionaron los agricultores en las entrevistas y en los talleres. Mencionaron que recientemente han brotado del suelo muchas especies nuevas de que antes no estaban en la región, por lo cual es difícil erradicarlas con cualquier medida de control, y sustituyen a las arvenses que antes solían aprovecharse. La nutrición del suelo se basa en la descomposición de la biomasa del ciclo productivo anterior, y los productores la complementan con fertilizantes químicos sintéticos solubles, como la urea y el sulfato, que distribuyen en dos dosis: la primera la aplican mes y medio después de la siembra y la segunda a los tres meses, cuando el maíz está espigando. Después de la espigada cada productor se prepara para el llenado de las mazorcas y la cosecha, que es el corte de los productos listos para el consumo. Durante el ciclo productivo hay dos cosechas: la de productos verdes (ejotes, elotes habas, flores de calabaza) y la cosecha final de los productos secos. Cabe mencionar que en los últimos años el rendimiento de maíz y frijol ha resultado insuficiente para el consumo de una familia promedio de seis integrantes, si bien cuando se presenta buen año de lluvia y no han atacado el cultivo las principales plagas, como la gallina

Hernández-García 8 ciega, la conchuela de frijol y la roya de maíz, la producción alcanza; en caso contrario los agricultores se ven forzados a comprar en el mercado regional el maíz blanco y el frijol negro que requieren, y para ello acuden a las tiendas del Sistema de Distribuidoras Conasupo, S.A. de C.V. (Diconsa), con lo cual se incrementan los gastos del grupo familiar. Después de la cosecha las cañas de maíz y los restos de las plantas secas de frijol quedan fijos en el suelo hasta el siguiente ciclo productivo. Estas cañas impiden que la lluvia, el viento, y la intensidad solar incidan directamente sobre el suelo.

Selección y preferencia de semillas Cada familia selecciona las semillas de los cultivos de acuerdo con sus preferencias y necesidades, ya sea por su sabor, por la textura que prefiere al elaborar las tortillas, por su resistencia a las plagas y enfermedades, y de acuerdo con la ubicación y altitud del terreno. En los terrenos altos, de 2100 a 1700 msnm, se siembran maíz amarillo tempranero, blanco tardío, pinto y negrito, como se muestra en la tabla 2, mientras que en las tierras medias, entre 1700 y1400 msnm, conviene sembrar el amarillo tempranero, el amarillo chiquihua (figura 2), el blanco tempranero, el blanco tardío, el pinto y el negrito (figura 2), y en las zonas más cálidas y bajas, ≤ 1400 msnm, se establecen el maíz blanco y el amarillo costeño. La semilla “cuncana” es un híbrido que se establece en las zonas medias y bajas y que se siembra cuando se desea obtener un alto rendimiento en la producción. Sin embargo los productores no se arriesgan a emplearla porque en muchos ciclos no hay buen temporal y se pierde el dinero invertido en la compra de semilla, ya que por ser híbrido son altos sus requerimientos de agua y no hay certeza acerca de la cantidad de lluvia que traerá consigo el temporal. El maíz amarillo es el de mayor consumo, pues su sabor es más dulce que el del maíz blanco y además si las tortillas se elaboran en la mañana se mantienen suaves hasta la tarde, a diferencia del maíz blanco. Sólo algunas familias consumen el maíz pinto y el negrito, que dan a las tortillas una consistencia suave; dichas familias siembran año con año una parte de su terrero con estas variedades. Aunque la preferencia de estos maíces es evidente en el ámbito local, ocurre lo contrario con la producción regional y con la nacional, donde predomina el maíz blanco. Por otro lado, las variedades de frijol que siembran los productores de las zonas altas y medias son: iziche, negro de vara, gatito, blanco y colorado de vara, y en las zonas bajas el frijol de suelo (figura 4).

Hernández-García 9 En cuanto a las preferencias de frijol, el iziche es el favorito, y aunque tiene mejor sabor se ofrece menos en el mercado regional porque su semilla es de gran tamaño y por lo tanto es menor la superficie que se siembra, al igual que el colorado de vara. El frijol negro de vara y el negro suelo (figura 3) se distribuyen en grandes volúmenes en el mercado nacional y en las comunidades se siembran en superficies mayores. En la tabla 3 se aprecian algunas características de las variedades de frijol en cuanto a su resistencia a las plagas y enfermedades, su sabor, su textura, la preferencia del mercado y los espacios donde se cultivan.

Producción y conocimiento tradicional El frijol iziche, el negro de vara, el negro de suelo, el colorado, el blanco y el gatito; el maíz amarillo, el negrito y el pinto; la semilla de haba y el chilacayote, tradicionalmente se han sembrado en la región y responden al conocimiento que los agricultores han desarrollado conscientemente en la selección de variedades resistentes a las plagas y enfermedades, las cuales se adaptan a las condiciones prevalecientes de altitud y clima. El método experimental se hace patente en la selección de variedades de semillas para ambientes específicos y está implícito en la prueba de los nuevos métodos de cultivo que podrían sobreponerse a ciertas limitaciones biológicas o socioeconómicas. Chambers, citado por Altieri (1999), indica que los agricultores logran una riqueza de observación y una agudeza de distinción que sólo puede compararse con la que obtienen los científicos tras largas y detalladas mediciones y con el empleo de sistemas de computación.

Hierbas comestibles Las hierbas comestibles del sistema de producción no reciben intervención fitosanitaria alguna; al igual que los frutales se fomentan para su crecimiento. Forman parte de la diversificación del sistema y de la dieta, como afirma Altieri (1999) al mencionar que algunos pueblos de México dependen de las plántulas comestibles de las arvenses. En la tabla 4 se muestra el calendario de cosecha de hierbas y vegetales del sistema de producción en la región; se trata de especies como hierbamora, nabo, colinabo, mostaza, bledo y tomatillo, todas de temporal. El chayote y el chile manzano se cultivan con riego, al igual que las plantas ornamentales.

Manejo de plagas y enfermedades

Hernández-García 10 Para el manejo de las plagas y las enfermedades la mayoría de los productores no aplica plaguicidas ni fungicidas. Durante el muestreo en cuatro policultivos se encontró una diversidad de insectos (figura 5) como consecuencia de que en el policultivo coexisten las plantas cultivadas y las fomentadas. Altieri y Nicholls (2006) aseguran que la misma diversidad favorece la regulación de las plagas, ya que hay una mayor actividad de agentes del control biológico, pues se conservan los enemigos naturales de las plagas. Sin embargo durante los muestreos se observó que la salud del cultivo presenta un daño evidente que se refleja en lo que ellos llaman la región “argenio” (figura 6), la cual aparece en el tiempo de sequía, cuando la lluvia y el calor se intensifican. El daño registrado puede ser mosaico del enanismo del maíz (MDMV) causado por pulgones que trasmiten el virus cuando se alimentan de las hojas, o confundido con la mancha foliar por Curvularia lunata, o una combinación de ambas, aunque es necesario profundizar más en este estudio. El frijol se ve afectado por la conchuela de frijol (Epilachna varivestis) (figura 7) y por otros insectos que menguan el rendimiento de la producción.

Estudio de caso: Policultivo de Hernán Hernán (figura 8) es un líder de la comunidad Carrizal que se ha destacado por su capacidad de innovación en su sistema de producción. Desde que se inició el proyecto ha participado en diversos talleres relacionados con la puesta en marcha de prácticas de abono (bocashi), pruebas de semillas de abonos verdes botil (Phaseolus coccineus L.), inoculación de organismos entomopatógenos para el control de la gallina ciega, así como la aplicación de caldo bordelés en su huertita de duraznos, y por último en la instrumentación de un módulo de lombrices (Eisenia Foétida) con el propósito de obtener ácidos húmicos y abono, todo con la finalidad de incrementar los rendimientos en su unidad de producción familiar. Hernán trabaja junto con su familia en su “terreno”; su hermano Eleazar lo apoya en la mitad de las labores diarias en la milpa, ya que producen en dos terrenos: el de arriba está ubicado en el barrio Guadalupe de Carrizal, donde viven Hernán, su madre y su sobrino, y en el terreno de abajo viven Eleazar y su familia. La madre de Hernán y Eleazar se dedica al cuidado del hogar. Durante mucho tiempo ella sola trabajó en la milpa, cuando sus hijos eran pequeños, ahora realiza actividades relacionadas con la provisión de alimentos y con el cuidado poscosecha de las semillas, los árboles frutales y las flores de los alrededores de la casa.

Hernández-García 11 El sobrino mayor de Hernán, Kevin, que tiene cuatro años, los acompaña durante las actividades del ciclo productivo, en la etapa de siembra Kevin se dedica a sembrar el chilacayote entre juego y trabajo; de esta manera los niños aprenden en forma sencilla las labores del campo; así se da la trasmisión del conocimiento. Esto confirma lo que mencionan Mariaca y sus colaboradores (2007) acerca de la integración de los niños en las milpas desde muy pequeños, cuando los llevan sus madres a cuestas en sus espaldas, e inician sus labores cuando son capaces de cargar un azadón. Hernán comienza sus actividades a las 5:30 de la mañana; usa botas de campo y sus herramientas de trabajo son un machete y un azadón; hasta las 8:30 regresa a su casa, toma café y desayuna en compañía de su madre y su sobrino. El policultivo está conformado por maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus vulgaris), haba (Vicia faba L.), colinabo, hierbamora (Solanum nigrum), mostaza (Sinapis arvensis), nabo silvestre (Brassica rapa - Brassica campestris), quelite o bledo ornamentales, chayote (Sechium edule), chile (Capsicum spp.) y granadilla (Passiflora ligularis), además de ocho especies de hierbas no identificadas. Conjuntamente conserva un “astillero” que es un pequeño bosque de donde toma leña, madera, plantas y hongos comestibles además de otros productos; está ubicado en un sitio alto del terreno con una cara contraria a la salida del sol en la montaña y lo cubren árboles de pino (Pinus ocarpa y Pinus devoniana) y pachanes (Quercus segoviensis y Quercus peduncularis); hay asimismo frutales de durazno (Prunus pérsica L. Batsch), aguacate (Persea americana) y capulín (Prunus capulí). Para asegurar buenos rendimientos Hernán mezcla sulfato y urea (una cucharada sopera); dice que prefiere aplicar esta mezcla porque la planta absorbe rápidamente el sulfato, mientras que va asimilando lentamente la urea, lo cual permite que tenga una provisión de nutrientes durante más tiempo; aplica el fertilizante a 5 cm de la mata de maíz. Después de asegurarse de que la planta tenga los nutrientes adecuados cuida que las arvenses no rebasen una altura considerable, ya que dañarían por competencia los cultivos principales. Realiza dos deshierbes: el primero es manual y en el segundo aplica Paraquat y Fama. Aunque las actividades que se realizan en los agroecosistemas parecen seguir un patrón común en la región complementadas con la información que proporcionan en sus anuncios las casas agroquímicas y con la que brindan en forma directa las tiendas

Hernández-García 12 agroveterinarias para un uso masivo en la producción, Hernán menciona constantemente que ha estado preocupado en los últimos años por la contaminación del agua y del suelo, así como por la eliminación de los arvenses que son importantes para el consumo y que antes se aprovechaban en los terrenos. Ya no cosechamos las hierbas que antes comíamos, que hervíamos con frijol. Sólo eso necesitábamos con tortilla y chile; era suficiente. Pero desde que fumigamos ya no crecen las mismas hierbas buenas, ahora sólo crece un monte duro que tiene mucha raíz, que no podemos acabar ni con esos líquidos (refiriéndose a los herbicidas) ni con azadón, ni arrancado. También pienso que esos líquidos dejan estéril el suelo y corren rumbo al agua profunda en la tierra; por eso los ocupo poco, sólo cuando veo que ya me ganó el tiempo y que el monte va pa´arriba en los dos terrenos.

Asimismo es indudable la preocupación por el retraso de las lluvias para comenzar la siembra y por la disminución de la cantidad de lluvia que se requiere en las distintas etapas de crecimiento y desarrollo de los cultivos. Ahora ya no llueve igual que antes, yo recuerdo que cuando era chamaco sembrábamos después del día de la Santa Cruz, era seguro que después de ese día llovía, pero hace como quince años he visto que ya no, que ya llueve después, a veces principios de junio o a mediados, ya no sabemos [...] Cuando va creciendo la milpita y para el agua, se empiezan amarillar las hojas; si después de esa rachita vuelve el temporal la milpa se logra, pero si no ya no crece, sólo cosechamos poco, que no alcanza más que para unos meses.

Cultivos complementarios: fresa y durazno El cultivo de fresa y el de durazno son complementarios del sistema principal, que es el policultivo de milpa; como ya mencionamos, son cultivos relativamente nuevos en la región que instrumentaron los programas del Instituto de Reconversión Bioenergética (Irbio), por lo cual las superficies que se han establecido son pequeñas (menos de la cuarta parte de una hectárea) y los tiempos que les dedican los productores son unas cuantas horas a la semana, con excepción de algunos que muestran mayor interés en el manejo de su producción alterna.

Fresa El cultivo de la fresa se establece en terrenos ubicados cerca de los manantiales o del río en las zonas medias y bajas (≤ 1500 msnm) de las comunidades, pues la falta de agua limita el establecimiento de otros cultivos distintos del temporal. Las superficies establecidas son de aproximadamente 1/3 de ha, con pendientes hasta de 80%. La profundidad de los suelos alcanza más de 12 cm, su color es negro y contienen una gran cantidad de materia orgánica debido a la constante descomposición en el suelo de las malezas y las hojas del cultivo. La

Hernández-García 13 cobertura de suelo es de aproximadamente la mitad del terreno cubierto de las plantas de fresa y de malezas distribuidas en el sistema. El diseño de esa plantación es en monocultivo y está estructurado a 40 cm x 40 cm entre planta y surco. Se siembran tres variedades: cresta de gallo, criolla y manzana. La característica de la cresta de gallo es que los frutos son grandes, con agradable apariencia roja, y la desventaja es que su sabor es ácido y suave al manejarse durante el corte. Es la variedad que se prefiere en el mercado debido a su tamaño y apariencia, aunque localmente se considera mejor la criolla porque su concentración de azúcares es mayor.

Labores en el cultivo Al preparar el terreno los productores realizan un laboreo, que es lo indicado para mantener el hábitat sin eliminar los organismos benéficos del suelo. Para establecer el cultivo se realiza un deshierbe manual, se forman hileras de 40 x 40 cm, se cavan hoyos con el azadón y en ellos se deposita una mata; se van tapando con el pie poniendo broza de pachán (Quercus peduncularis) y tierra. Este abono orgánico brinda a las plantas los nutrientes con que se desarrollarán, por lo que no se aplica ningún fertilizante sintético ni natural en los siguientes ciclos. Los productores sólo ejecutan dos deshierbes durante las temporadas de cosecha, por lo que gran parte del año el cultivo se encuentra estresado por la competencia de nutrientes y espacios, ya que está bajo la sombra de las malezas (figura 9), lo cual ocasiona humedad y que proliferen dos especies dañinas que atacan a la fresa: Mycosphaerella fragariae y Diplocarpon sp (figura 10) y que repercuten directamente en los rendimientos de los frutos. Una consecuencia más de las limitadas labores que requiere el cultivo de la fresa es el daño por hongos, pues estas plantas son más susceptibles a contraer enfermedades. Más de la mitad de las plantas que encontramos en las plantaciones están enfermas, y esto se ve reflejado en el escaso crecimiento y desarrollo del cultivo. El rendimiento durante la cosecha es considerable si tomamos en cuenta que no se realizan más labores culturales, ya que los productores obtienen 200 kg por mes. La cosecha y la mayor producción se recogen en noviembre y enero.

Durazno Las plantaciones de durazno son superficies que no superan media hectárea; suelen establecerse detrás de las viviendas o en terrenos situados dentro de las mismas comunidades. Son suelos con más de 10 cm de profundidad, de color café a negro, con una estructura que

Hernández-García 14 contiene la mitad de arcilla y la mitad de arena, con poca presencia de materia orgánica. Más de 50% de la cobertura del suelo es maleza de bajo porte que no afecta el desarrollo del cultivo y propicia la retención de humedad. Las plantaciones están establecidas a 4 x 4 m entre árboles y surcos. Los arbolitos (figura 11) proceden de un programa del Instituto de Reconversión Bioenergética (Irbio) que se puso en marcha desde hace cinco años. Para establecer cada plantación los productores prepararan los terrenos con broza (tierra de monte). Trazan la plantación marcando cada hoyo a 4 m entre planta y surco y depositan tierra de monte al fondo del hoyo donde posteriormente plantarán cada arbolito. Una vez establecida la plantación realizan manualmente dos deshierbes por año usando el machete y el azadón. Al mismo tiempo suministran un kilo de broza por arbolito dos veces al año. Muchos productores aprovechan los espacios entre árbol y surco para sembrar un policultivo de maíz-frijol y promover de esta manera un sistema agroforestal energéticamente más estable en espacio, diversificación y producción. En general la apariencia del cultivo de durazno no demuestra daños evidentes por plagas y enfermedades debido a que el cultivo es nuevo en la región y aún no se han detectado allí plagas naturales, por lo que los productores no aplican medidas de control. Son además incuestionables la salud, uniformidad, robustez y color de los árboles, con excepción de la deformidad de sus ramas, que al crecer requieren podas de formación.

La participación de los grupos del proyecto Fordecyt en los agroecosistemas Los grupos de conservación de suelo y la Unich trabajaron a lo largo de los dos años de vigencia del proyecto tratando de crear conciencia en las comunidades sobre las prácticas que se suelen realizar en los sistemas de producción y sobre la forma en que éstas repercuten en la cuenca. Mediante charlas, videos y explicaciones sencillas mostraron cómo puede repercutir negativamente en la salud, en el suelo, en el agua y en otras especies, y en general en el ambiente, cualquier práctica mal instrumentada. Se ejecutaron algunas prácticas de elaboración de abonos orgánicos para mejorar las condiciones de humedad y los nutrientes de los suelos, como bocashi, composta, estiércoles y abonos verdes, y se establecieron módulos de lombricomposta con un pie de cría que poco a poco fue generando más lombrices; la estrategia a largo plazo consiste en reproducir más módulos para otros productores. Asimismo se realizaron prácticas de conservación de suelo mediante terrazas a curvas de nivel (esto sólo se llevó a cabo en la comunidad Benito Juárez).

Hernández-García 15 También se pusieron en marcha algunas medidas preventivas para el control fitosanitario empleando preparados como el caldo bordelés y el caldo sulfocálcico, y además (ejido Carrizal) se usó un hongo entomopatógeno para el control de la gallina ciega en el maíz; el resultado fue exitoso. Junto con algunas comunidades se organizaron “campañas de recolección de ronrones (Phyllophaga spp.) para erradicar la gallina ciega”. Se trabajó en podas de formación de los árboles de durazno y se formularon recomendaciones de prácticas culturales fitosanitarias para frenar la propagación de hongos Mycosphaerella fragariae y Diplocarpon sp en las fresas.

Problemas y recomendaciones La pérdida y empobrecimiento del suelo y el desequilibrio en las interacciones inter e intraespecíficas de organismos y microorganismos condicionadas por la pendiente y el uso de agroquímicos dentro de los agroecosistemas de las comunidades de Motozintla, hacen necesario instrumentar un plan de manejo integral enfocado a una producción ecológica. Dicho plan debe partir de una base: la protección y conservación del suelo. Es urgente planear junto con las comunidades acciones de mitigación que detengan la pérdida del suelo productivo; se sugiere la siembra a curvas de nivel para contrarrestar el escurrimiento del agua, pues éste ocasiona la erosión del suelo y la pérdida de nutrientes; asimismo conviene construir terrazas para suavizar las pendientes fuertes, acompañándolas con un canal o zona de infiltración que facilite el escurrimiento lento del agua y que por lo tanto evite la erosión del suelo. Otra práctica que se sugiere es la introducción de cortinas rompevientos en las partes más altas, dependiendo de la ubicación de los terrenos, para aminorar la velocidad del viento, pues ésta provoca el arrastre de suelo fértil. Además resulta significativo dentro del manejo el trabajo con “periodos críticos de cultivo” (un periodo crítico es la etapa en que una planta es susceptible a las plagas, las enfermedades y la invasión de malezas, y es el momento exacto en que conviene “actuar”) en donde se deben intensificar las medidas reduciendo así los costos económicos y ambientales. Conjuntamente conviene incluir dentro del policultivo maíz-frijol y sus variantes algunas estrategias preventivas, entre ellas una mayor diversificación que incorpore plantas silvestres que han de servir como refugio de los enemigos naturales. Por medio de cultivos intercalados, cultivos trampa, cultivos de cobertura, plantaciones mixtas para romper ciclos de plagas y malezas, se promoverá el equilibrio en las interacciones intra e interespecíficas de microorganismos y organismos y se disminuirán las aplicaciones de herbicidas.

Hernández-García 16 Este plan de manejo conjunto debe incorporar prácticas que disminuyan la contaminación y el arrastre de partículas de moléculas sintéticas de agroquímicos hacia afluentes y cuerpos de agua que sirven para el uso vital de los pobladores de estas comunidades. No se trata de prohibir la aplicación de estas sustancias, sino de generar conciencia respecto al daño a la salud y al ambiente que ocasiona el uso de estos productos. Partiendo de esta reflexión los productores y sus familias poco a poco habrán de inclinarse hacia un cambio. Es importante presentar alternativas mediante prácticas agroecológicas que coadyuven a solucionar los problemas que enfrenta cada tipo de sistema productivo. Para los cultivos de durazno y de fresa se propone incrementar el número de horas que se les dedican: ejecutar el desmalezado y aporque de las fresas y las podas de formación en los arbolitos de durazno, y aplicar en ambos cultivos medidas fitosanitarias con miras a aumentar la producción y el número de productores. Este interés se enfoca en la instrumentación de ciertas prácticas que recomendaron algunos productores de otra región del estado de Chiapas especialistas en estos cultivos que asistieron a los talleres teórico prácticos organizados durante el diplomado anterior. Para dar continuidad al proyecto se sugiere seguir trabajando con los líderes comunitarios y estimular la participación de las mujeres, cuya incorporación en los talleres fue difícil, con excepción de Benito Juárez y Vicente Guerrero. Se considera que ellas desempeñan una función importante en la selección y conservación de las semillas y otras especies para diversificar los sistemas de producción. Conviene mantener una constante permanencia de los promotores en las comunidades para que con un fundamentado calendario de visitas regulares organicen e instrumenten talleres teórico prácticos. Es importante aprender haciendo. Asimismo se deben intensificar las prácticas que se mencionaron en los tres primeros párrafos de este apartado.

Conclusiones En la región Sierra de Motozintla muchos de los terrenos se encuentran en pendientes altas de 40 a 45%, de suelos profundos; sus sistemas de producción no rebasan 1.5 ha y cuentan con poca materia orgánica debido a que el viento y la lluvia arrastran constantemente la cubierta fértil. Allí se distinguen tres tipos de agroecosistemas: el policultivo “milpa”, el cultivo de fresa y el de durazno. Estos dos últimos son cultivos secundarios, pues aunque la venta de la cosecha asegura ingresos para la familia, los comuneros aún carecen de una cultura adecuada sobre su manejo.

Hernández-García 17 El policultivo es el principal sistema de producción de las familias de la región; ofrece una dieta diversa que favorece la seguridad alimentaria y reduce la dependencia del exterior. A partir del policultivo se obtiene una provisión de alimentos básicos (maíz, frijol, hierbas comestibles, chiles, calabazas, habas, chilacayotes y otras) y se limita la dependencia de los mercados local y externo. El frijol iziche, negro de vara, negro de suelo, colorado, blanco y gatito; el maíz amarillo, negrito y pinto; la semilla de haba y chilacayote, tradicionalmente se han sembrado en la región conforme al conocimiento que conscientemente se ha desarrollado para la selección de variedades resistentes a plagas y enfermedades, para la adaptación a las condiciones de altitud y clima de los sistemas de producción. En general el manejo del agroecosistema se basa en prácticas tradicionales que se complementan con algunos elementos de sistemas de producción convencional que son productos sintéticos para la fertilización a base de urea y sulfato y la aplicación de herbicidas; no se utilizan para controlar ciertas plagas y enfermedades en que no conviene emplearlos porque sus altos costos afectarían la producción. Se sugiere elaborar junto con las comunidades un plan de manejo integral que promueva una producción ecológica mediante acciones de mitigación que detengan la contaminación y el arrastre de moléculas sintéticas de agroquímicos. Esto se logrará generando conciencia entre los agricultores y promoviendo su reflexión para que incorporen los cambios. Al mismo tiempo es importante ofrecerles alternativas mediante prácticas agroecológicas que promuevan la búsqueda de soluciones a los problemas específicos de su comunidad.

Agradecimientos A las comunidades de Benito Juárez, Vicente Guerrero, Carrizal, Buenavista, La Mina, La Unión y Plan Grande pertenecientes al municipio de Motozintla de Mendoza, y especialmente a don Andrés Zunún, Hernán López, Amílcar Pérez, Miguel Ángel Pérez, Gumercindo Morales, Misael Velásquez Pérez, Eustolia, Alfredo, Eleazar, Adi, Norma y todos los productores amigos que muy amablemente respondieron a nuestras visitas, entrevistas, y recorridos por sus “terrenos” y que además compartieron con nosotros su experiencia y conocimientos. A la doctora Marie Claudia Brunel Manse por sus acertadas sugerencias y su paciencia al corregir este texto.

Hernández-García 18 La presente publicación ha sido posible gracias al apoyo del Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (Fordecyt) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a través del convenio 143303: “Gestión y estrategias de manejo sustentable para el desarrollo regional en la cuenca hidrográfica transfronteriza Grijalva”, apoyado por fondos concurrentes de la Secretaría de Recursos Naturales y Protección Ambiental (Sernapam) del estado de Tabasco.

Referencias Altieri, M.A. 1999. Agroecología. Bases agroecológicas para una agricultura sustentable. Nordan-Comunidad, México. Altieri, M.A. y C. Nicholls. 2006. Optimizando el manejo agroecológico de plagas a través de la salud del suelo, Revista Agroecologia 1: 29-36. Amador, M.F. 1980. Comportamiento de tres especies (maíz, frijol y calabaza) en policultivos en la Chontalpa, Tabasco, México. Tesis de Licenciatura. Colegio Superior de Agricultura Tropical, H. Cárdenas, Tabasco, México. Davis, J.H, J.N. Woolley y R.A. Moreno. 1986. Multiple cropping with legumes and starchy roots. Páginas 133-160, en C.A. Francis (editor). Multiple Cropping Systems, Macmillan, Nueva York, EU. Gliessman, S.R. 2002. Agroecología: procesos ecológicos en agricultura sostenible. Turrialba / CATIE, Costa Rica. Gómez-Pineda, E. 2012. Estrategias para la restauración forestal en comunidades del municipio de Motozintla, Chiapas, México. Tesis de Maestría en Ciencias, El Colegio de la Frontera Sur, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Gutiérrez, A., C.E. Martínez, J. Aguilar Jiménez, J. Galdámez Galdámez, S. Mendoza-Pérez y F.B. Martínez Aguilar. 2007. Impacto socioeconómico de los sistemas de policultivos maíz-frijol-calabaza en La Frailesca, Chiapas, México, en Seminario de Cooperación y Desarrollo en Espacios Rurales Iberoamericanos Sostenibles e Indicadores. Disponible en: . Leihner, D. 1983. Yuca en cultivos asociados. Manejo y evaluación. CIAT, Cali, Colombia. Mariaca Méndez, R., J. Pérez Pérez, N.S. León Martínez y A. López Meza. 2007. La milpa tzotzil de Los Altos de Chiapas y sus recursos genéticos. Universidad Intercultural de Chiapas / El Colegio de la Frontera Sur, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

Hernández-García 19 Rivas Platero, G.G., I. Gutiérrez Montes, C. Yépez Pacheco, L. Vega Márquez y G. Pinto Declis. 2007. El manejo integral de la unidad de producción y la seguridad alimentaria: Módulo 2 (Serie Técnica Manual Técnico, 68). Sans, F.X. 2007. La diversidad de los agroecosistemas. Revista Ecosistemas 16 (1): 44-49. Disponible en: . Selener, D., N. Endara y J. Carvajal. 1997. Guía práctica para el sondeo rural participativo. Instituto Internacional de Reconstrucción Rural, Quito, Ecuador. Toledo, V.M. 1990. La perspectiva etnoecológica: Cinco reflexiones acerca de las “Ciencias campesinas” sobre la naturaleza con especial referencia a México, en Ciencia especial 4: 22-29. Vandermeer, J. 1989. The ecology of intercropping. Cambridge University, Cambridge.

Hernández-García 20

Pies de figuras Figura 1. Flujo, elementos, proceso y eficiencia del policultivo de la región Sierra Motozintla Figura 2. Maíz amarillo y maíz negrito Figura 3. Frijol negro de suelo Figura 4. Frijoles de la región Figura 5. Presencia de insectos en el policultivo Figura 6. Maíz con “argenio” Figura 7. Daño por Epilagna varivestis en el frijol Figura 8. Hernán en su policultivo Figura 9. Cultivo de fresa y maleza Figura 10. Plantas de fresa dañadas por hongos Mycosphaerella fragariae y Diplocarpon sp. Figura 11. Arbolito de durazno de tres años

Hernández-García 21

Figuras

Entradas

Proceso

Conservación

$

locales En 1.5

$

semillas

ha

6

Salidas

Seguridad alimentaria

variedades de maíz y

Energía, agua

frijol

haba,

y

fríjol,

chilacayote, haba

chilacayote gallinas

y viento

Maíz

Familia

Información

Árboles

a través de

capulín,

aguacate,

hierbas

comestibles,

Capacitació Conocimiento

n Herbicida talleres y

capital humano

de

durazno,

Huevo y carne

ornamentales Frutos, hierbas comestibles,

fertilizante

madera

Figura 1

Reserva

Frutos, hierbas

agrícola

comestibles

Hernández-García 22

Figura 2

Hernández-García 23

Figura 3.

Hernández-García 24

Figura 4.

Hernández-García 25

Figura 5.

Hernández-García 26

Figura 6.

Hernández-García 27

Figura 7.

Hernández-García 28

Figura 8

Hernández-García 29

Figura 9.

Hernández-García 30

Figura 10.

Hernández-García 31

Figura 11.

Hernández-García 32 Tablas Tabla 1. Actividad y estación del año para los cultivos básicos.

Mes Enero Febrero

Actividad frijol cosecha frijol seco cosecha maíz seco cosecha frijol seco

Est.año Lluvia Temperatura Actividad maiz

chilacayote cosecha cosecha

haba cosecha

Marzo Abril Mayo

Siembra

Junio Julio

Deshierbe 1

Agosto

Deshierbe 2 y Fertilizada

Septiembre

Deshierbe 2 cosecha ejote

Octubre Noviembre Diciembre

cosecha elotes

cosecha cosecha

cosecha

Simbología de Temperatura Alta media baja

Simbologia de Lluvia Ausencia Moderado Alto

Hernández-García 33

Tabla 2. Preferencias de semillas de maíz en la región Sierra, Motozintla, Chiapas

Características

Maíces Amarillo

Amarillo

Blanco

tempraner

chiquihua

tempranero

o

(tardio)

Resistencia a

Resistent

plagas y

e

Resistente

Resistente

Blanco tardío

Pinto

Negrito

Cuncana (híbrido)

Resistente

Muy

Muy

No

resistente

resistente

resiste

enfermedades Sabor y textura

El más

El más dulce

dulce

Mercado

Vende

Vende menos

menos

¿Dónde se

Parte

cultiva?

alta, media

Parte media

Sabor ni dulce

Sabor ni dulce

Dulce y

Consistenci

Sabor ni

ni simple

ni simple

suave en

a suave

dulce ni

tortillas

tortillas

simple

No se vende

Segundo

Mayor

Mayor

No se

preferencia para

preferencia para

vende

el mercado

el mercado

Parte media

Parte alta y

Parte alta y

Parte alta y

Parte

media

media

media

media y

preferido mercado

baja

Hernández-García 34

Tabla 3. Preferencias de semillas de frijol en la región Sierra, Motozintla, Chiapas

Características

Frijoles Iziche

Negro (vara)

Negro de suelo

Gatito

Blanco

Colorado (vara)

Resistencia a

Más resistente

Resistente

Más o menos

Resistente

plagas y

que el frijol

enfermedades

negro

Sabor y textura

El de mayor

En preferencia es

Sabor agradable

Sabor

Sabor

preferencia

igual que iziche y

al igual que iziche

agradable y

agradable

negro de suelo y

y negro de vara

de media

resistente

Más o

Resistente

menos resistente

de más fácil

Sabor agradable

cocción

cocción Mercado

Poco vendido

Vendido por el

Más vendido en

No se vende

Poco

Poco vendido en

en el mercado

mercado nacional

el mercado

en el mercado

vendido en

el mercado

el mercado ¿Dónde se

Parte alta y

cultiva?

media

Parte alta y media

Partes bajas

Parte alta y

Parte alta y

media

media

Parte alta y media

Hernández-García 35 Tabla 4. Calendario de cosecha de verduras y hierbas comestibles Hierbamora Mostaza

Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre

Simbología En producción Sin producción

Colinabo Nabo silvestretomate de bolsabledo

Chayote chile

ornamentales

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