LOS CAMBIOS DE SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS. Fernando Carratalá Teruel

LOS CAMBIOS DE SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS Fernando Carratalá Teruel El carácter mutable de la relación significante-significado. En un determinado

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LOS CAMBIOS DE SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS

Fernando Carratalá Teruel

El carácter mutable de la relación significante-significado. En un determinado momento de la evolución de la lengua, la relación entre el significante y el significado de cada signo lingüístico es prácticamente fija; una vez establecida, los hablantes no pueden modificarla conscientemente y a su capricho, porque, en tal caso, la comunicación no sería posible. Sin embargo, esa relación significante-significado no es inmutable, y su estabilidad es puramente aparente. Los vocablos van desarrollando nuevas acepciones y perdiendo otras. Así, por ejemplo, la palabra alguacil -del árabe hispánico alwazír, y este del árabe clásico wazir, ministro; de donde proviene visir, ministro de un soberano musulmán- antiguamente significaba “gobernador de una ciudad o comarca, con jurisdicción civil y criminal” (DRAE-2001, acepción 4); y en la actualidad designa el “oficial inferior de justicia, que ejecuta las órdenes del tribunal a quien sirve” (DRAE-2001, acepción 1), y, también, el “agente ejecutivo que está a las órdenes del presidente en las corridas de toros” (DRAE-2001, acepción 3). Por supuesto, estas alteraciones en el significado de los vocablos solo son perceptibles para los hablantes una vez que ya están totalmente consumadas; y resultan más profundas si se contemplan desde una amplia perspectiva cronológica. En el castellano medieval, por ejemplo, la voz aducir -del latín adducere- significaba “traer, llevar, enviar” (DRAE-2001, acepción 2); y hoy significa algo muy distinto: “presentar o alegar pruebas, razones, etc.” (DRAE-2001, acepción 1). Causas de los cambios semánticos. El significante de las palabras, por su propio carácter de realidad física perceptible por los sentidos, no varía al cabo de los años. En cambio, la compleja e imprecisa naturaleza del significado -una imagen mental que no coincide exactamente en todos los hablantes, tanto en lo que concierne a sus aspectos conceptuales como afectivoshace que las palabras, sin alterar su forma, estén siempre expuestas a sufrir modificaciones en su significado. Por otra parte, los cambios que el paso del tiempo introducen en todos los aspectos de la realidad cotidiana se reflejan en los vocablos, que van acomodando su significado a las nuevas situaciones en que los hablantes se desenvuelven. Los cambios semánticos pueden clasificarse en función de las causas que los producen; y aunque la variedad de estas sea muy grande, pueden reducirse a cuatro tipos: lingüísticas, históricas, sociales y psicológicas.

Causas lingüísticas La elipsis. Las asociaciones que las palabras contraen en el habla son responsables de no pocos cambios semánticos. Una palabra puede contagiarse del significado de otra con la cual suele ir asociada. Así por ejemplo, la palabra castellana jamás -que procede del latín iam magis, ya más- significaba antiguamente siempre (DRAE-2001, acepción 2); pero a menudo figuraba en oración negativa, y de ahí que pasara a significar nunca (DRAE-2001, acepción 1). El hecho de que aparezcan juntas en muchos contextos dos palabras es suficiente, pues, para que el sentido de una se transfiera al de la otra; y que, consecuentemente, la enunciación del término más característico sea suficiente para comunicar el contenido total. Este fenómeno se llama elipsis. La palabra puro -del latín purus-, por ejemplo, alude a cigarro puro, sintagma en el que la palabra puro tiene el sentido de “libre y exento de toda mezcla de otra cosa” (DRAE-2001, acepción 1); y así, puro significa “cigarro hecho de hojas de tabaco enrolladas y liado sin papel” (DRAE-2001, acepción 9). Y la palabra postal -de posta, que a su vez proviene del italiano posta- se refiere a tarjeta postal, sintagma en el que postal significa “concerniente al ramo de correos” (DRAE-2001, acepción 1); y, de esta forma, postal designa “la [tarjeta] que se emplea como carta, frecuentemente con ilustración por un lado” (DRAE-2001). En ambos casos, los adjetivos se han convertido en nombres y han adquirido el sentido del sintagma cigarro puro y tarjeta postal, respectivamente. Los ejemplos podrían multiplicarse: cortado -café cortado: café con algo de leche-; largo -movimiento largo: parte de una composición musical concebida para ser interpretada despacio (largo = lento)-; etc. Los tropos. En multitud de casos los cambios semánticos obedecen al empleo de las palabras en sentido distinto del que propiamente les corresponde, pero que tiene con este alguna conexión, correspondencia o semejanza; recurso retórico denominado tropo, y que comprende la sinécdoque (tropo por conexión), la metonimia (tropo por correspondencia) y la metáfora (tropo por semejanza). La sinécdoque consiste en extender, restringir o alterar de algún modo la significación de las palabras, para designar: •

El todo con el nombre de una de las partes: cinco velas, en vez de cinco barcos; o viceversa: quinientas cabezas, por quinientas reses.











El género con el nombre de la especie, como cuando con el nombre genérico de árbol se designa la idea específica de higuera; o al contrario: “Salió a ganarse el pan”, frase en la que el nombre pan designa toda especie de alimento. Una cosa con el nombre de la materia con que está formada: el acero, por la espada. El nombre común por el propio: el Cartaginés, por Aníbal; o viceversa: un Nerón, para dar a entender un hombre cruel. El nombre abstracto por el concreto: la Nobleza, por los nobles; o viceversa: los magistrados, por la Magistratura. El número singular por el plural: el pastor, por los pastores; o viceversa: “la patria de los Leonardos”, por “la patria de Leonardo”.

La metonimia consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando: •







El efecto por la causa: “Es mi perdición”, por “Es la causa de mi perdición”; o viceversa -la causa por el efecto-: Neptuno -dios de las aguas-, nombre poético de el mar. El instrumento por la causa activa: “Es una de las mejores plumas del periodismo actual”. El continente por el contenido: “Se bebió un vaso de vino”, por el vino contenido en el vaso. El lugar por la cosa que de él procede o del cual es propia: “Prefiero el Jerez al Burdeos” [el jerez es un vino blanco y fino que se cría y elabora en los términos municipales de Jerez de la Frontera, Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, en España; y el burdeos es un vino que se cría en la región de la ciudad francesa de Burdeos].



El signo por la cosa significada: el laurel, por la gloria.



Lo físico por lo moral: “Es un hombre sin entrañas”.



El autor -dueño o patrón- de una cosa o de un lugar, por la cosa o el lugar mismo: “He leído a Lope de Vega", por “He leído las obras de Lope de Vega”; “Voy al Ministerio de Asuntos Exteriores”.

La metáfora consiste en presentar como idénticos dos términos distintos, en virtud de la semejanza -más o menos objetiva- existente entre ellos. Su fórmula más elemental es “A (termino metaforizado) es B (término metafórico)”; p. ej.: “Los labios son rubíes", ya que tienen análoga coloración. Esta comparación explícita se denomina imagen. La metáfora propiamente dicha responde al esquema “B en lugar de A”; p. ej.: “el rubí de su boca”. O dicho de otra forma: en lugar de establecer una comparación ("los labios como rubíes"), se procede a sustituir el objeto real por su imagen, lo que permite hablar de “el rubí de su boca” -o, sencillamente, de “el rubí”para designar los labios. La originalidad artística de la metáfora. Dámaso Alonso -en Estudios y ensayos gongorinos- ha definido la metáfora como la “palabra que designa los elementos irreales de la imagen cuando los reales quedan tácitos”; definición que alcanza pleno sentido precisamente en Góngora. Porque puede afirmarse que todo el arte de Góngora se reduce a un intento exacerbado de eludir la representación directa de la realidad, sustituyéndola por otras palabras que la sugieran -palabras convertidas ya en puro elemento poético, dotado de especiales calidades literarias. Y adviértase bien que decimos sustituir, puesto que no se trata solo de adornar las formas reales con mera hojarasca decorativa. Como demostración de que imágenes y metáforas, más que ornatos, son en Góngora el lenguaje mismo de la poesía, ofrecemos las siguientes estrofas aliradas: De la florida falda que hoy de perlas bordó la alba luciente, tejidos en guirnalda traslado estos jazmines a tu frente, que piden, con ser flores, blanco a tus sienes, y a tu boca olores. Guarda destos jazmines de abejas era un escuadrón volante, ronco, si, de clarines, mas de puntas armadas de diamantes; púselas en huida, y cada flor me cuesta una herida. Góngora ha evitado la mención directa de las cosas, interpretando poéticamente la realidad. Y así, el campo ha sido reemplazado por “la florida falda”; cubrir de rocío, por “bordar de perlas”; enjambre, por “escuadrón volante de abejas”; zumbido, por “roncos clarines”; y aguijones, por “puntas de diamantes”.

Causas históricas Los cambios culturales o históricos suelen provocar modificaciones en el significado de muchos vocablos. Así, por ejemplo, con el apelativo rojo se señalaba, en plan despectivo, a quienes durante la Guerra Civil española (1936-1939) mantuvieron una postura favorable a la República -rojo es, precisamente, el color emblemático del partido comunista ruso-; después, rojo vino a ser todo disconforme con el Régimen del General Francisco Franco, fuera cual fuese su ideología política. (El DRAE -en su edición vigésima segunda, de 2001- sigue manteniendo la siguiente acepción para el vocablo rojo: “En política, radical, revolucionario”). [1] Y la palabra siesta -del latín sexta [hora]- empezó designando la hora sexta, es decir, la “tercera de las cuatro partes iguales en que dividían los romanos el día artificial, y comprendía desde el final de la sexta hora temporal, a mediodía, hasta el fin de la novena, a media tarde”; y como en verano era esta una hora calurosa, la palabra siesta pasó a significar “el tiempo después del mediodía, en que aprieta más el calor” [2]; y de ahí que se llamara también siesta al “tiempo destinado a descansar después del mediodía”; pero como el mediodía era la hora en que se solía comer, la voz siesta empezó a relacionarse con la idea de “después de comer” -y no con la de “después de mediodía”-. Hoy se llama siesta al “sueño que se toma después de comer” y al “tiempo destinado para dormir o descansar, después de comer”, aunque la comida tenga lugar en España tres horas después del mediodía real. Y, de esta manera, el contenido de la palabra siesta -que comenzó por referirse a un tiempo, a lo que ocurre en dicho tiempo y a continuación de él- ha terminado por designar algo que ya no tiene relación con aquella primitiva idea temporal -y, de hecho, nadie relaciona la siesta con el mediodía-. Por otra parte, el mediodía es un “periodo de extensión imprecisa alrededor de las doce de la mañana”; y como esa era antiguamente la hora de la comida, al desplazarse ésta se viene designando también con el nombre de mediodía a la hora de comer. Y así, la frase hacer medio día alguien que camina o va de viaje significa “detenerse en un lugar para comer”; lo cual sucede alrededor de las tres de la tarde -en la España de hoy-, pero no a las doce de la mañana. El significado de las palabras cambia precisamente porque también cambian los objetos que con ellas se designan. Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la palabra retrete -“aposento dotado de las instalaciones necesarias para orinar y evacuar el vientre”-, que originariamente significaba “cuarto pequeño en la casa o habitación, destinado para retirarse”, significado hoy en desuso; o con la palabra discoteca, que junto a su significado primitivo de “colección de discos musicales o sonoros” -y, asimismo, de “local o mueble en que se alojan esos discos debidamente ordenados”-, ha desarrollado un nuevo significado: “local público donde sirven bebidas y se baila al son de música de discos”; significados todos estos que, en la actualidad, coexisten con plena vigencia. En otras ocasiones es nuestro conocimiento de los objetos el que cambia, no los objetos mismos; y así, el avance de la Física en el siglo XX ha originado un cambio profundo en el significado de la palabra átomo, que en el siglo XVIII, por ejemplo,

significaba “partícula indivisible”. Y, de igual manera, la palabra atómico, mientras existía la creencia de que el átomo era indivisible, solo significaba “perteneciente o relativo al átomo”; pero desde que se consiguió la desintegración del átomo -evidentemente, la palabra Hirosima comporta connotaciones bien distintas para un japonés, un norteamericano o un europeo-, se ha producido un cambio fundamental en el significado de dicho adjetivo: “relacionado con los usos de la energía atómica o sus efectos” (proyectil atómico: “artefacto bélico cuyo gran poder explosivo se debe a la liberación súbita de energía como consecuencia de la fisión de determinados materiales, como uranio o plutonio”). Causas sociales Los cambios semánticos motivados por causas sociales tienen un doble origen: o bien se producen por restricción del significado primitivo de una palabra -de manera que uno de sus significados prevalece sobre todos los demás- (cambio semántico por especialización); o bien son el resultado de la ampliación del significado de una palabra a otro concepto relacionado con el originario (cambio semántico por extensión). Cambios semánticos por especialización La palabra latina laborare -“trabajar”-, por ejemplo, ha especializado en la voz castellana labrar el significado de arar (“remover la tierra haciendo en ella surcos con el arado”); y la palabra latina secare -“cortar”- ha especializado en la voz castellana segar el significado de “cortar mieses o hierba con la hoz, la guadaña o cualquier máquina a propósito”. Labrar y segar han sufrido, por tanto, una restricción de significado. Y el significado genérico de la palabra forma -“configuración externa de algo”- ha experimentado diferentes concreciones, en razón del ámbito del saber que de ella se apropia y del grupo social que la utiliza; a saber: Arquitectura. Cada arco en que descansa la bóveda baída (que es la formada de un hemisferio cortado por cuatro planos verticales, cada dos de ellos paralelos entre sí). Derecho. Conjunto de requisitos externos o aspectos de expresión en los actos jurídicos. Conjunto de cuestiones procesales en contraposición al fondo del pleito o causa. Filosofía. Principio activo que determina la materia para que sea algo concreto. Principio activo que con la materia prima constituye la esencia de los cuerpos; tratando de formas espirituales, solo se llama así al alma humana. Principio activo que da a algo su entidad, ya sustancial, ya accidental.

Imprenta. Molde que se pone en la prensa para imprimir una cara de todo el pliego. Religión. En el culto católico, pan ácimo, cortado regularmente en forma circular, que sirve para la celebración de la eucaristía y la comunión de los fieles. En el culto católico, palabras rituales que, aplicadas por el ministro competente a la materia de cada sacramento, integran la esencia de este. Es frecuente, también, que el nombre de una materia sirva para designar alguno de los objetos que con ella se fabrican, lo que constituye también un claro ejemplo de restricción del significado; y así: cera/vela de cera; corcho/tapón de corcho; pizarra/trozo de pizarra pulimentado y rectangular para escribir en él; etc. Alteraciones semánticas en los cultismos respecto de los correspondientes étimos grecolatinos. Son, por otra parte, muchísimas las palabras que se aplican a una idea menos general que la que corresponde a su significación etimológica. Sirvan, como ejemplo, las siguientes, todas ellas polisémicas, y de las que solo se ha recogido la primera acepción que figura en la vigésima segunda edición del DRAE, de 2001: Significado más general Especialización ________________________________________________________________ albus (blanco). alba. Primera luz del día antes de salir el Sol. bis coctus (cocido dos veces).

bizcocho. Masa compuesta de la flor de la harina, huevos y azúcar, que se cuece en hornos pequeños.

cibus (alimento, manjar).

cebo. Comida que se da a los animales para alimentarlos, engordarlos o atraerlos.

collocare (colocar).

colgar. Suspender, poner algo o a alguien sin que llegue al suelo.

congressus (reunión).

congreso. Junta de varias personas para deliberar sobre algún negocio.

conventus (congregación).

convento. Casa o monasterio en que viven los religiosos bajo las reglas de su instituto.

exitus (salida).

éxito. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.

Significado más general Especialización ________________________________________________________________ forma (figura, horma. Molde con que se fabrica o forma algo. Se configuración). llama así principalmente el que usan los zapateros para hacer zapatos, y los sombrereros para formar la copa de los sombreros. Las hay también de piezas articuladas, que sirven para evitar que se deformen los zapatos. pacare (apaciguar, satisfacer, calmar).

pagar. Dicho de una persona, dar a otra o satisfacer lo que debe.

pannus (trapo, harapo).

paño. Tela de lana muy tupida y con pelo tanto más corto cuanto más fino es el tejido.

res (cosa, propiedad).

res. Animal cuadrúpedo de ciertas especies domésticas, como del ganado vacuno, lanar, etc., o de los salvajes, como venados, jabalíes, etc.

sermo,-onis (conversación, diálogo, lengua, estilo).

sermón. Discurso cristiano u oración evangélica que predica el sacerdote ante los fieles para la enseñanza de la buena doctrina.

Esta especialización del significado afecta, sobre todo, al léxico científico que tiene su origen en las lenguas clásicas y que, en muchas ocasiones, no conserva su significado originario cuando es usado en el ámbito científico. Así sucede, por ejemplo, con las voces de procedencia griega ánodo (de “ánodos”, camino ascendente), bacteria (de “baktería”, bastón) y estoma (de “stóma”, boca); o con las voces de procedencia latina bacilo (de bacillum, báculo pequeño), estilo (de stilus, punzón para escribir en tablas enceradas) e hígado (del latín vulgar ficatum, del latín [iecur] ficatum [hígado], alimentado con higos). Significado originario Uso científico ______________________________________________________________ ánodo. Camino ascendente. Electricidad. Electrodo positivo. bacilo.

Báculo pequeño.

Biología. Bacteria en forma de bastoncillo o filamento más o menos largo, recto o encorvado según las especies.

Significado originario Uso científico ______________________________________________________________ bacteria. Bastón. Biología. Microorganismo unicelular procarionte, cuyas diversas especies causan las fermentaciones, enfermedades o putrefacción en los seres vivos o en las materias orgánicas. estilo.

Punzón para escribir en tablas enceradas.

Botánica. Columna pequeña, hueca o esponjosa, existente en la mayoría de las flores, que arranca del ovario y sostiene el estigma.

estoma.

Boca.

Botánica. Abertura microscópica en la epidermis de las partes verdes de los vegetales superiores que permite el intercambio de gases y líquidos con el exterior.

hígado.

Alimentado con higos.

Anatomía. Víscera voluminosa, propia de los animales vertebrados, que en los mamíferos tiene forma irregular y color rojo oscuro y está situada en la parte anterior y derecha del abdomen. Desempeña varias funciones importantes, entre ellas la secreción de la bilis.

Los dobletes. En el ámbito de la especialización deben ser incluidas las parejas de palabras que tienen un mismo origen etimológico, pero que han sufrido distinta evolución fonética -fenómeno lingüístico denominado doblete-: una palabra culta o erudita, que conserva, con leves modificaciones, su forma latina; y otra popular, que ha cumplido totalmente las leyes de evolución fonética. Ambas voces se han introducido en la lengua romance en diversas épocas, y presentan distintos valores semánticos. Tal es el caso de dobletes como los siguientes: áncora/ancla (del latín ancora). ánima/alma (del latín anima). cíngulo/cincho (del latín cingulum, ceñidor; de cingere, ceñir). circo/cerco (del latín circus, círculo). coagular/cuajar (del latín coagulare).

concilio/concejo (del latín concilium). concha/cuenca (del latín conchula). cúmulo/colmo (del latín cumulus, montón). décimo/diezmo (del latín decimus). estricto/estrecho (del latín strictus, participio pasado de stringere, apretar, comprimir). factura/hechura (del latín factura). ínsula/isla (del latín insula). íntegro,-gra (del latín interger,-gra)/entero,-ra (de integrum, acusativo vulgar del latín interger). laico/lego (del latín laicus). mácula/mancha (del latín macula). masticar/mascar (del latín tardío masticare). octavo/ochavo (del latín octavus). operar/obrar (del latín operari). plano/llano (del latín planus). rápido/raudo (del latín rapidus). santificar/santiguar (del latín sanctificare). sexto,-ta (del latín sextus)/siesta (del latín sexta ). tildar/titular (del latín titulare). tremolar/temblar (del latín tremulare). Cambios semánticos por generalización La palabra bárbaro, por ejemplo (palabra que proviene del latín barbarus, y este del griego “bárbaros”, extranjero), se aplicaba al “individuo de cualquiera de los pueblos que desde el siglo V invadieron el Imperio Romano y se fueron extendiendo por la mayor parte de Europa”; pero ha ido desarrollando, como adjetivo, una fecunda polisemia (que se completa con la locución interjectiva “¡qué barbaro!”, usada para indicar asombro, admiración, extrañeza; p.ej.: “¡Cómo suda! ¡Qué bárbaro!”): Fiero, cruel; p. ej.: “Su bárbaro compañero le preopinó una brutal paliza”. Arrojado, temerario; p. ej.: “Ha zarpado en pleno temporal; es un bárbaro”. Inculto, grosero, tosco; p. ej.: “Su aspecto es desaliñado y un tanto bárbaro”. Grande, excesivo, extraordinario; p. ej.: “Le dispensó un recibimiento bárbaro”. Excelente, llamativo, magnífico; p. ej.: “El coro estuvo bárbaro”. Y la palabra vándalo (del latín Vandali,-orum), que designaba, inicialmente, al “individuo perteneciente a un pueblo bárbaro de origen germánico oriental procedente de Escandinavia” -p. ej.: “Los vándalos entraron en el siglo V en la península Ibérica”-, ha pasado a significar “hombre que comete acciones propias de gente salvaje y desalmada” -p. ej.: “Al término del partido, unos vándalos agredieron al árbitro”. Bárbaro y vándalo son, pues, dos casos claros de palabras en las que se han producido cambios semánticos por extensión.

También se producen cambios semánticos por generalización en vocablos que se incorporan a la lengua de la colectividad, procedentes de las jergas taurina y futbolística. Así, por ejemplo, en el ámbito taurino quite significa “suerte que ejecuta un torero, generalmente con el capote, para librar a otro del peligro en que se halla por la acometida del toro”. Al pasar este vocablo de la lengua de la Tauromaquia a la lengua habitual -originando frases del tipo estar al quite, ir al quite, y no tener quite algo-, ha perdido ciertos rasgos sémicos -precisamente los que le vinculan con la Tauromaquia- y ha precisado otros: “estar preparado para acudir en defensa de alguien” -estar al quite-; “acudir prontamente en defensa o auxilio de alguien, sobre todo en cosas de carácter moral” -ir al quite"; y “no tener remedio o forma de evitarse" y "ser muy difícil impugnarlo o resolverlo” -no tener quite algo. Y en el ámbito del fútbol -otro espectáculo de gran aceptación popular-, los vocablos de procedencia inglesa gol y penalti significan, respectivamente, “entrada del balón en la portería” y “máxima sanción que se aplica a ciertas faltas de juego cometidas por un equipo dentro de su área”. Sin embargo, estas palabras han neutralizado ciertos rasgos sémicos y han desarrollado otros cuando, al pasar a la lengua de uso general, se emplean en expresiones tales como colar/meter un gol a alguien -“obtener en triunfo sobre él, a veces con engaño”- y casarse de penalti -“casarse por haber quedado embarazada la mujer”. Causas psicológicas Con mucha frecuencia, los hablantes evitan pronunciar ciertas palabras por motivos religiosos, supersticiosos, de índole social, etc.; y recurren, para aludir a los significados que expresan, a metáforas, paráfrasis elusivas o deformaciones más o menos cómicas de las propias palabras. Estos sustitutos se llaman eufemismos -la palabra de origen griego eufemismo significa “dicho propio del que habla bien” [3]-; y son tabúes las palabras sustituidas -tabú es palabra polinésica que significa “lo prohibido”; algunas religiones de la Polinesia imponían a sus adeptos la prohibición de comer o tocar ciertos objetos [4]. En oposición al eufemismo surge el disfemismo, que consiste en nombrar una realidad con una palabra o expresión peyorativa, tras de la cual se esconde la intención de rebajar la categoría de dicha realidad. Varias son, pues, las causas que determinan el empleo de eufemismos; entre otras, las que se reseñan a continuación. •

El deseo de evitar palabras que, en determinadas circunstancias, podrían resultar demasiado "plebeyas" o poco "delicadas": –

grueso (eufemismo); gordo (tabú); tonel, foca -el significado de "persona muy gruesa" no está incluido en el DRAE/2001(disfemismos).











El ennoblecimiento de la propia personalidad: – –



empleado de finca urbana (eufemismo); conserje, portero (tabú). empleada de hogar (eufemismo); criada, sirvienta (tabúes); maritornes [7], marmota (disfemismos). [8]

La necesidad de atenuar las connotaciones penosas que lleva aparejado el significado denotativo de ciertos vocablos: –



– –





mama, pecho, seno (eufemismos); teta (tabú); domingas -voz vulgar no incluida en el DRAE/2001. devolver, arrojar (eufemismos coloquiales); vomitar (tabú); potar -echar la pota- [vulgar y malsonante, no incluido en el DRAE-] (disfemismos). común, [cuarto de] aseo, [cuarto de] baño, escusado, lavabo, servicio [5] (eufemismos); letrina, retrete (tabúes); meódromo -voz vulgar sustituta de urinario, no incluida en el DRAE/2001- (disfemismo). gay (eufemismo); marica, afeminado (tabú); maricón, sodomita, mariposón (disfemismos). [6]

fallecer, faltar, desaparecer (eufemismos); morir (tabú); estirar la pata, diñarla [9], palmarla (disfemismos). deceso, defunción, fallecimiento, óbito (eufemismos); muerte (tabú) [10]. invidente (eufemismo); ciego (tabú); cegato [11] (disfemismo). impedido [12] (eufemismo); cojo, manco, paralítico... (tabúes); cojitranco (disfemismo). discapacitado [13] (eufemismo); anormal, deficiente, retrasado, subnormal (tabúes); meningítico, mongólico [14], gagá [15] (disfemismos).

La eliminación en el habla de ciertas palabras impronunciables porque sobre ellas recae alguna prohibición originada por razones de índole religiosa, supersticiosa o moral: – – – – – –

pardiez (eufemismo); ¡par Dios! (tabú). ¡voto a bríos (eufemismo); ¡voto a Dios! (tabú). demontre (eufemismo); demonio (tabú). diantre (eufemismo); diablo (tabú). bicha (eufemismo); culebra, serpiente (tabú). [16] novio,-via, amigo,-ga (eufemismo); amante (tabú); querido,-da (disfemismo).



El sentimiento del pudor, que está en el origen de eufemismos con los que se sustituyen palabras que designan funciones fisiológicas, partes del cuerpo relacionadas con el sexo, o actividades sexuales: – – – – – –









La conveniencia de disfrazar -por los grupos en el poder- realidades sociales con implicaciones políticas y económicas cargadas de connotaciones peyorativas: –

– –





hacer caca (eufemismo); cagar, defecar (tabúes). caca (eufemismo); excremento (tabú); mierda (disfemismo). hacer pipí, desbeber (eufemismos); orinar, mear (tabúes). pipí (eufemismo), orín , meada (tabúes). partes pudendas (eufemismos); órganos sexuales (tabú). miembro [viril] (eufemismo); pene (tabú); chorra, picha -voces malsonantes- (disfemismos). hacer el amor, (eufemismos); copular, tener trato carnal, tener relaciones sexuales, practicar el coito (tabú); follar, joder (disfemismos). embarazada, encinta, en estado de buena esperanza (eufemismos); preñada (tabú). alumbrar, alumbrar (eufemismos); parir (tabú).

reajuste/revisión de precios (eufemismos); alza/subida de precios (tabú). reajuste de plantilla (eufemismo); despido (tabú). empresa en crisis (eufemismo); empresa en suspensión de pagos/en quiebra (tabúes). conflicto colectivo (eufemismo); huelga, paro (tabúes).

El desprestigio de ciertas voces, retiradas del uso por hablantes, fundamentalmente urbanos, que prefieren sinónimos de aquéllas más cultos, científicos o "neutrales": – – –

axila (eufemismo); sobaco (tabú). masticar (eufemismo); mascar (tabú). odontólogo/estomatólogo (eufemismos); dentista (tabú).

REPERTORIO DE ACTIVIDADES PRÁCTICAS Actividad 1. La palabra caput,-itis tenía en latín, entre otros, los siguientes significados: “cabeza”, “parte superior o principal de una cosa” y “parte extrema de una cosa”. En la Edad Media -y bajo la forma cabo-, había perdido el significado de “cabeza” -que asume precisamente la voz cabeza (< capitia)-, aunque conservaba los otros dos. Hoy, la forma cabo sigue manteniendo el sentido de “cada uno de los extremos de las cosas” -que no es, por cierto, el principal-, y ha desarrollado otros nuevos significados cuyo origen hay que buscar en aquellos otros sentidos que no han sobrevivido en la actualidad. Establecer la polisemia de la palabra cabo y rastrear en los distintos significados -y en la medida de lo posible- el sentido etimológico del vocablo (caput, cabeza). Actividad 2. El adjetivo capital significa “principal o muy grande” (DRAE-2001, acepción 4); sentido que se encuentra, por ejemplo, en la frase “Roma es la ciudad capital de Italia”. Explicar el tipo de cambio lingüístico sufrido por la palabra capital cuando pasa de adjetivo a nombre, con el significado de “dicho de una población, principal y cabeza de un estado, provincia o distrito” (DRAE-2001, acepción 3): “Madrid capital no sobrepasa los cinco millones de habitantes”; o con el significado de “población que destaca en algún aspecto o actividad” (DRAE-2001, acepción 9): “Valencia es la capital de la música”. Actividad 3. Explicar el tipo de tropo -ya sea por conexión/sinécdoque, o por correspondencia/metonimia- contenido en cada una de las siguientes frases, en las que se ha usado el nombre de una cosa para referirse a otra, al haber entre ellas una estrecha relación: – – – –

Está hecho todo un Shakespeare. En aquel concierto había más de cinco mil almas. Para desayunar se tomó una taza de café con leche y un bollo. Ha demostrado que no tiene corazón.

Actividad 4. Por medio de la metáfora -tropo por semejanza-, las realidades más cotidianas pueden embellecerse hasta límites insospechados. Desentrañar el lenguaje figurado que emplea el poeta cordobés Luis de Góngora, para referirse al gallo, en estos conocidos versos, y comentar su valor expresivo: [...] cuyo lascivo esposo vigilante doméstico es del sol nuncio canoro y -de coral barbado- no de oro ciñe sino de púrpura turbante [...] Actividad 5. Explicar las modificaciones de significado sufridas por la palabra grúa -cambio semántico, por razones históricas, que en modo alguno afecta a su configuración física-, hasta llegar a significar -en el ámbito de la cinematografía y de la televisión“soporte que lleva una plataforma sobre la que se colocan la cámara y el asiento del operador” (DRAE-2001, acepción 4). Actividad 6. A partir del significado genérico “acción y efecto de trabajar” (DRAE-2001, acepción 1), la palabra labor ha sufrido diferentes concreciones significativas. Determinar el significado de dicha palabra según el grupo social que la utiliza: agricultores, alcalleres, tabaqueros, mineros, amas de casa... Actividades 7. Precisar las diferentes acepciones de cada una de las siguientes palabras, de acuerdo con el campo de conocimiento y/o disciplina en que tienen aplicación. – – – –

foco. Significado en Física y en Geometría. punto. Significado en Geometría, en Medicina y en Ortografía. polo. Significado en Electricidad, en Física, en Geografía y en Geometría. sustrato. Significado en Biología, en Bioquímica, en Filosofía, en Geología y en Lingüística.

Actividad 8. Averiguar las diferentes concreciones significativas que sufre la palabra forma, cuando se habla, en Medicina, de forma farmacéutica; en Gramática, de forma personal/forma no personal; en Filosofía, de forma silogística; y en Música, de forma sonata. Actividad 9. Determinar el significado original y el uso científico de las voces de origen clásico anatomía (del griego 'anatomé', a través del latín anatomia), electrón (del griego 'élektron', con acentuación francesa) y espectro (del latín spectrum). Actividad 10. Explicar la diferencia de significado de cada una de las palabras de la siguiente pareja, que tienen la misma procedencia etimológica: – – –

– – –



capital/caudal (del latín capitalis). cátedra/cadera (del latín cathedra, asiento, silla). cripta (del latín crypta)/gruta (del napolitano antiguo o siciliano grutta, este del latín vulgar crupta, y este del latín crypta). directo/derecho (del latín directus, participio pasado de dirigere, dirigir). lucrar/lograr (del latín lucrari, ganar). sede (de latín sedes, silla, asiento)/seo (del catalán y aragonés seu, y este del latín sedes). verificar/averiguar (del latín verificare).

Actividad 11. Comentar el valor expresivo del eufemismo cagüen -exclamación malsonante, libre en este texto de carácter injurioso o blasfemo- que el novelista Miguel Delibes pone en boca del Senderines, mientras este intenta levantar el cadáver de su padre para amortajarlo. Había conseguido levantar los pantalones hasta los muslos velludos de Trino y ahí se detuvo. Jadeaba. Tenía los deditos horizontalmente cruzados de líneas rojas, como los muslos cuando se sentaba demasiado tiempo sobre las costuras del pantalón. Su padre le parecía de pronto extraño. Su padre se murió el día que le mostró la fábrica y él rompió a llorar al ver las turbinas negras y las calaveras. Pero esto era lo que quedaba de él y había que cubrirlo. Él debía a su padre la libertad, ya que todos los padres que él conocía habían

truncado la libertad de sus hijos enviándolos al taller o a la escuela. El suyo no le privó de su libertad y el Senderines no indagaba los motivos: agradecía a su padre el hecho en sí. Intentó levantar el cadáver por la cintura, en vano. La codorniz cantaba ahora más cerca. El Senderines se limpió el sudor de la frente con la bocamanga. Hizo otro intento. "Cagüen" -murmuró-. De súbito se sentía impotente; presentía que había alcanzado el tope de sus posibilidades. Jamás lograría colocar los pantalones en su sitio. Instintivamente posó la mirada en el rostro de su padre y vio en sus ojos todo el espanto de la muerte. El niño, por primera vez en la noche, experimentó unos atropellados deseos de llorar. “Algo le hace daño en alguna parte”, pensó. Pero no lloró por no aumentar su daño, aunque le empujaba a hacerlo la conciencia de que no podía aliviarlo. Levantó la cabeza y volvió los ojos atemorizados por la pieza. El Senderines reparó en la noche y en su soledad. Del cauce ascendía el rumor fragoroso de la Central acentuando el silencio y el niño se sintió desconcertado. [17]

SUGERENCIAS DE RESPUESTA PARA ALGUNAS DE LAS ANTERIORES ACTIVIDADES Actividad 7. Acepciones de palabras polisémicas que especializan el significado en función del campo de conocimiento y/o disciplina en que tienen aplicación. foco. –



Física. Punto donde se reúnen los rayos luminosos o caloríficos reflejados por un espejo cóncavo o refractados por una lente. Punto, aparato o reflector de donde parte un haz de rayos luminosos o caloríficos. Geometría. Punto fijo que se utiliza en la generación de las cónicas. La elipse y la hipérbola tienen dos focos, y la parábola uno solo.

punto. –





Geometría. Límite mínimo de la extensión, que se considera sin longitud, anchura ni profundidad. Medicina. Puntada que da el cirujano pasando la aguja por los labios de la herida para que se unan y pueda curarse. Ortografía. Signo ortográfico (.) con que se indica el fin del sentido gramatical y lógico de un período o de una sola oración. Se pone también después de toda abreviatura; p. ej., Excmo. Sr.

polo. –







Electricidad. Cada uno de los terminales del circuito de una pila o de ciertas máquinas eléctricas. Física. Cada uno de los dos puntos opuestos de un cuerpo, en los cuales se acumula en mayor cantidad la energía de un agente físico; como el magnetismo en los extremos de un imán. Geografía. Cada uno de los dos puntos de intersección del eje de rotación de la Tierra con la esfera terrestre o celeste. Geometría. Punto en que el eje corta a una superficie de revolución. En las coordenadas polares, punto que se escoge para trazar desde él los radios vectores.

sustrato. – – –





Biología. Lugar que sirve de asiento a una planta o a un animal fijo. Bioquímica. Sustancia sobre la que actúa una encima. Filosofía. Ser, esencia o naturaleza de algo. Realidad que existe por sí misma y es soporte de sus cualidades o accidentes. Geología. Terreno situado debajo del que se considera. El sustrato de un manto. Lingüística. Lengua extinguida por la implantación de otra en la misma área geográfica, sobre la que ejerce, sin embargo, alguna influencia. Influencia que ejerce una lengua extinguida sobre otra que, sin embargo, se ha impuesto.

Actividad 8. Diferentes concreciones significativas que sufre la palabra forma, en función del campo de conocimiento y/o disciplina en que tiene aplicación. –



– –

forma farmacéutica. Medicina. Modo de preparar los medicamentos para su administración. forma personal. Gramática. Forma del verbo que expresa modo, tiempo, número y persona. Forma no personal. Gramática. Forma del verbo que no expresa número ni persona. forma silogística. Filosofía. Modo de argüir usando silogismos. forma sonata. Música. Composición instrumental desarrollada en un único movimiento y estructurada en tres secciones.

Actividad 9. Significado original y uso científico de palabras de origen clásico. –





anatomía. Significado original: corte, disección. Medicina. Estudio de la estructura, situación y relaciones de las diferentes partes del cuerpo de los animales. electrón. Significado original: ámbar. Física. Partícula elemental más ligera que forma parte de los átomos y que contiene la mínima carga posible de electricidad negativa. espectro. Significado original: imagen. Física. Distribución de la intensidad de una radiación en función de una magnitud característica, como la longitud de onda, la energía, la frecuencia o la masa. Representación gráfica de cualquiera de estas distribuciones.

NOTAS. [1] En el Diccionario de uso del español, de María Moliner, en el lema rojo se recoge esta información: "Se aplica a las personas de ideas muy izquierdistas o revolucionarias; particularmente a los comunistas de dentro y fuera de España. En la Guerra Civil Española, llamaban así los nacionales a los partidarios de la República; y así siguieron llamando a los adversarios del Régimen de Franco". (Segunda edición, de 2001; tomo II, pág. 977). Precisamente este es el significado que el vocablo rojo tiene en el siguiente texto de Cela: Don José, en el café de doña Rosa, hablaba siempre con mucha propiedad. Una vez, hace ya un par de años, poco después de terminarse la Guerra Civil, tuvo un altercado con el violinista. La gente, casi toda, aseguraba que la razón la tenía el violinista, pero don José llamó a la dueña y le dijo: o echa usted a puntapiés a ese rojo irrespetuoso y sinvergüenza, o yo no vuelvo a pisar el local. Doña Rosa, entonces, puso al violinista en la calle y ya no se volvió a saber más de él. Los clientes, que antes daban la razón al violinista, empezaron a cambiar de opinión, y al final ya decían que doña Rosa había hecho muy bien, que era necesario sentar mano dura y hacer un escarmiento. Con estos desplantes, ¡cualquiera sabe adónde iríamos a parar! (Cfr.: La colmena. Editorial Castalia. Colección Clásicos Castalia, núm. 140. Edición de +Raquel Asún, revisada y puesta al día por Adolfo Sotelo Vázquez). [2] Así comienza el “Romance de Rodrigo Lara y Mudarrillo”: A cazar va don Rodrigo, / y aun don Rodrigo de Lara; / con la gran siesta que hace / arrimado se ha a un haya. (Cfr.: El romancero. Editorial Castalia. Colección Castalia Prima, núm. 2. Edición de José María Legido). [3] El DRAE -edición del 2001- define el eufemismo en los siguientes términos: “Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. [4] Esta es la definición de tabú recogida en el DRAE -edición de 2001-: “Condición de las personas, instituciones y cosas a las que no es lícito censurar o mencionar”. [5] A veces, para eludir la palabra tabú, en lugar de emplear eufemismos, se recurre a extranjerismos; y así, en sustitución de la palabra retrete, se ha venido empleando water closet, water -o simplemente W.C.-, de donde proviene la palabra -ya castellanizada- váter; palabra que, por haber reemplazado habitualmente a retrete, ha terminado por convertirse en otro tabú.

[6] El DRAE recoge los siguientes significados bajo el lema homosexual: Dicho de una persona, con tendencia a la homosexualidad (acepción 1). Dicho de una relación erótica, que tiene lugar entre individuos del mismo sexo (acepción 2). Perteneciente o relativo a la homosexualidad (acepción 3). Y bajo el lema homosexualidad, el DRAE incluye estos dos significados: Inclinación a la relación erótica con individuos del mismo sexo (acepción 1). Práctica de dicha relación (acepción 2). Lesbianismo llama el DRAE a la homosexualidad femenina; y lesbiana, a la mujer homosexual. [7] Maritornes es un personaje del Quijote cervantino; como nombre común se emplea con el significado de “moza de servicio, ordinaria, fea y hombruna”. [8] Un exceso de delicadeza mal entendida subyace en complicados circunloquios del tipo empleado de finca urbana (en sustitución de conserje o portero), empleada de hogar (en sustitución de criada o sirvienta)...; pues ni las palabras conserje y portero, ni las palabras criada o sirvienta encierran connotaciones tan peyorativas como para justificar su sustitución por los circunloquios reseñados. [9] La voz de origen caló diñar significar dar; y ha desarrollado el significado de “llegar al término de la vida” -diñarla- a través de la omisión del nombre aludido por el pronombre la (la vida). Lo mismo sucede con la combinación de verbo + pronombre palmarla, que tiene idéntico significado. [10] No deja de ser sorprendente que se denomine seguro sobre la vida (o seguro de vida) al contrato que garantiza a un beneficiario un capital o renta -que el asegurador se obliga a entregar en función de la cuota que se haya establecido- cuando se produzca la muerte de quien lo ha suscrito. [11] La voz cegato se aplica en realidad al corto de vista, o de vista escasa. [12] El vocablo impedido se emplea -como eufemismo- para referirse al que no puede usar alguno o algunos de sus miembros. [13] La voz discapacitado,-da es calco del inglés disabled: “dicho de una persona, que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas”. [14] Mongólico es quien padece mongolismo, nombre que alude a las facies, que recuerda la de un mongol. Al usarse esta palabra como insulto, se prefiere socialmente referirse a esta enfermedad con la fórmula síndrome de Down. [Esta enfermedad -puede leerse en el DRAE- está producida por la triplicación total o parcial del cromosoma 21, que se caracteriza por distintos grados de retraso mental y un conjunto variable de anomalías somáticas, entre las que destaca el pliegue cutáneo entre la nariz y el párpado, que da a la cara un aspecto típico].

[15] El vocablo gagá se aplica a la persona de edad que ya ha perdido parte de sus facultades mentales. [16] Las personas supersticiosas creen de mal agüero pronunciar el nombre culebra o serpiente, y lo reemplazan por bicha. [17] Miguel Delibes: La mortaja. Editorial Cátedra. Colección Letras Hispánicas, núm. 199.

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