Story Transcript
Lección 12 17 al 24 de marzo
Los caminos del viento
«Así como no sabes por dónde va el viento, ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco entiendes la obra de Dios, creador de todas las cosas». Eclesiastés 11: 5
Sábado 17 de marzo
La nada INTRODUCCIÓN Eclesiastés 11
¿Sientes en ocasiones un vacío en ti que no se puede llenar? ¿Tienes muchas “amigas”... muchos “amigos”, pero te sientes sola o solo? ¿Te sientes con la “depre”, sin saber la razón? Cuando te alejas de Dios, el enemigo hará todo lo posible para que tu vida se vuelva miserable y vacía. Jim Hohnberger nos cuenta de un momento similar en su vida. «Yo tenía treinta años. Después de concluir mis estudios universitarios había pasado los últimos cinco años vendiendo programas de computación. Ahora era el propietario de la Agencia Hohnberger, una oficina de ventas de seguros, especializada en las ramas de automóviles, hogar, vida y salud. »Era joven y agresivo. Estaba edificando tanto mi futuro como mi jubilación, al igual que un acomodado presente. Me estaba “yendo bien”. Tenía una casa estupenda, autos nuevos, excelentes ingresos y un negocio próspero. Estaba dedicado a perseguir el “sueño americano” que afirma que las cosas que hacen la vida interesante, cómoda y atrayente, dan motivo a la felicidad. »Salomón, el hombre más sabio del mundo, lo resumió todo cuando dijo: “Todo es un absurdo” (Ecl. 1: 2). La vanidad es un absurdo, un espejismo, algo que nunca podrás asir. Yo estaba persiguiendo ese absurdo, ese mito del “sueño americano”, y Dios necesitaba llamar mi atención. ¿Cómo? Él simplemente esperó el momento apropiado. No sabía que mi vida iba a cambiar radicalmente».1
¿Cómo cambió Jim? ¿Cómo podemos nosotros añadirle un mayor significado a nuestras vidas? Mark Finley, en su libro Satisfied, presenta cuatro maneras en que Jesús puede colmar nuestros vacíos más profundos. «Primero: Dios nos muestra y nos dice lo que representamos para él; que somos únicos e importantes. Nos ama individualmente. Hay una satisfacción profunda, interna, duradera que surge al conocer que el Creador del universo me ama con un amor inigualable. »Segundo: Dios tiene un plan para mi vida. Él siempre está planeando lo mejor para nosotros (Rom. 8: 28). »Tercero: La satisfacción interna de carácter duradero surge al conocer que la gracia de Cristo es mayor que nuestros fracasos. En Cristo hay misericordia y liberación de la culpa. En Cristo hay comprensión y perdón (Rom.8: 1). »Cuarto: La mayor satisfacción de todas es conocer que un día Jesús le dará fin, completa, total y para siempre al pecado. “Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir” (Apoc. 21: 4)».2 No sabemos lo que Dios está pensando, o lo que el futuro nos depara, pero todos necesitamos confiar en él. La decisión es tuya. _______________ 1. Jim Hohnberger, Escape to God (Huye hacia Dios), p. 19. 2. Mark Finley, Satisfied: How God Can Meet Your Deepest Need (Satisfechos. Cómo Dios puede satisfacer tus necesidades más imperiosas), p. 125.
Nada Haddad, Amman, Jordania
117
Domingo 18 de marzo
LOGOS Eclesiastés 11; Mateo 6: 16-19; Lucas 6: 38; 12: 16-21; Romanos 8: 32
Temor a la escasez (Luc. 12: 16-21) La Biblia refleja de manera coherente nuestro temor a no tener lo que vamos a necesitar. Jacob se preocupó porque su hermano iba a recibir todas las bendiciones de Dios. Así que con la ayuda de su madre, Rebeca, engañó a Isaac, su padre, para que le otorgara las bendiciones de la primogenitura. Trató por este medio de dar cumplimiento a las promesas de Dios a través de sus esfuerzos (Gén. 27). Acán escondió oro, plata y vestidos debajo de su tienda en un desesperado intento de satisfacer deseos y sus presuntas necesidades (Josué 6, 7). Santiago y Juan acudieron a Jesús para pedirle que les concediera los puestos de mayor rango en el nuevo reino (Mar. 10: 35-44). Hay un temor que acarreamos desde la cuna y es el relativo a no tener lo suficiente, o lo mejor. Después de todo, vivimos en un mundo que ofrece una seguridad y recursos limitados. Así que cuando Salomón nos aconseja que debemos dar liberalmente porque el camino es incierto, parece algo sin sentido (Ecl. 11: 1-6). Como humanos al fin, pensamos que debemos guardar más, para que cuando lleguen los problemas todo esté bajo control. Pero esto solamente nos concede un falso sentido de seguridad. Jesús mencionó a un hombre que tenía este problema. Había almacenado todos sus recursos, pensando que representaban un futuro libre de cuidados. Pero no fue así, porque de la noche a la mañana lo perdió 118
Hambre en la tierra de abundancia todo (Luc. 12: 16-21). Jesús también nos dijo: «Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará» (Mat. 16: 25). En Eclesiastés 11, Salomón se dirige a quienes temen compartir lo que tienen. Hay incertidumbre y riesgos que hacen más fácil asumir una actitud primitiva. Dios nos aconseja despojarnos de esos temores.
Libertad del temor (Mat. 6: 16-19; Luc. 6: 38) Jesús nos exhorta a no atesorar nada aquí en la tierra donde todo puede ser destruido y robado (Mat. 6: 16-19). «Vendan sus bienes y den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya» (Luc. 12: 33). Jesús no está hablando acerca de las posesiones materiales que tendremos en el cielo. Salomón habla de lo mismo. Ya sea que corramos riesgos o no, hemos de compartir el amor de Dios con quienes nos rodean. Acumular las bendiciones del Señor representa un riesgo mayor que compartirlas generosamente. Recordemos lo que le sucedió al siervo que recibió un talento, y pensó que podía esconder aquel don que Dios le había concedido, para finalmente darse cuenta de que lo había perdido porque no lo usó (Mat. 25: 14-30). La Biblia nos dice que no debemos temer al hecho de dar, y lo mismo se aplica al mundo físico o al espiritual (Luc. 6: 38). La matemática bíblica funciona de manera diferente a una clase de álgebra terrenal. Cuanto más compartamos y utilicemos los dones de Dios, más crecerán y prospera-
rán. La viuda de Sarepta descubrió este principio cuando le preparó a Elías una comida utilizando los últimos ingredientes que le quedaban. Su harina y aceite nunca se
Acumular las bendiciones del Señor representa un riesgo mayor que compartirlas generosamente. agotaron (1 Rey. 17: 9-16). Jesús lo demostró cuando alimentó a los cinco mil (Mat. 14: 16-21). El siervo vengativo lo perdió de vista cuando de una forma inmisericorde demandó que un deudor le pagara (Mat. 18: 21-35). El ladrón en la cruz lo experimentó cuando recibió el abundante perdón y la gracia de Dios (Luc. 23: 39-43).
Una generosidad insuperable (Rom. 8: 32) Antes que podamos dar, debemos primero recibir de Dios, quien ha derramado su amor en nosotros (1 Juan 3: 1). «El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?» (Rom. 8: 32). Cuando Dios da, no mide las porciones que nos va a dar a cada uno de nosotros. El Señor ofrece en abundancia. Juan 3: 16 asegura que todos los que aceptan a Cristo recibirán su vida. Él no excluye a nadie. Nos dio su vida, arriesgándose a que nadie aceptara su sacrificio. Nos ofrece a cada uno el Pan de Vida, incondicionalmente. Jeremías 31: 3 afirma
que Dios nos amó con un amor eterno. Jesús enseña que debemos pedir y se nos será concedido (Mat. 7: 7). Dios nos ofrece todas las bendiciones espirituales que están en Cristo (Efe. 1: 3), ya que él vino para darnos vida en abundancia (Juan 10: 10).
Dando de la abundancia (Mat. 10: 8) Dar abundantemente no tiene sentido en un mundo donde la gente roba, miente, y engaña para progresar. No tiene sentido correr la segunda milla cuando esto no parece tener ningún efecto en la vida de los demás. En Eclesiastés 11: 6, Salomón reconoce la posibilidad que dar y compartir el amor de Dios puede que no impacte a nadie: «Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquella, o si ambas serán igual de buenas». Notemos que Dios no retrae su misericordia del siervo vengativo, aún cuando sabía que él no iba a perdonar a su consiervo. De la misma forma, Dios no esperó hasta recibir nuestras promesas de fidelidad para luego enviarnos a Cristo para que ocupara nuestro lugar. De hecho, «Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rom. 5: 8). Cuando aún éramos sus enemigos, él nos lo dio todo. «Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente» (Mat. 10: 8).
PARA COMENTAR 1. ¿Qué necesitas recibir hoy de Cristo? 2. ¿Qué puedes darle a quienes necesitan oír del Señor?
Steven and Jill Manoukian, Amman, Jordania
119
Lunes 19 de marzo
Un registro de necedades
TESTIMONIO Eclesiastés 11: 9
«El orgullo de la prosperidad ocasionó su alejamiento de Dios. Salomón se apartó del gozo de la divina comunión, para encontrar satisfacción en los placeres de los sentidos. Una imagen verbal de esta experiencia lo encontramos, redactado por el mismo Salomón, en el libro de Eclesiastés. “He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí […]. Y dediqué mi corazón a conocer […] locuras y desvaríos”. “Dije yo en mi corazón: ‘Ven ahora te probaré con alegría, y gozarás de bienes’” [Ecl. 1: 16, 17; 2: 1]».1 «Los escritos tardíos de Salomón revelan que él se dio cuenta de la maldad de sus caminos, y que trató de aconsejar a los que estaban en peligro de descarriarse. Con dolor y vergüenza confesó que en la plenitud de su fuerza, cuando debía haber encontrado en Dios su gozo, apoyo, vida, había perdido de vista la rica experiencia de su juventud y de las portentosas bendiciones que le fueron concedidas en el momento de la dedicación del templo. ¡Qué triste es la confesión que se encuentra en Eclesiastés! Durante algún tiempo, él se desvió de la luz del cielo y de la sabiduría divina; él había confundido la idolatría con la religión».2 «La vida les resulta placentera a los malvados, porque reciben su parte en este mundo; es un placer para los justos, porque es el tiempo de preparación para un mundo mejor; resulta placentera para todos. Pero hay una advertencia para que pensemos en
120
la muerte, aun cuando la vida nos resulte agradable. Salomón presenta una enérgico llamamiento a los jóvenes. Ellos desearían aprovechar toda oportunidad para perseguir todos los placeres. Está bien, cede a tus deseos, pero tienes que saber que Dios te llamará a juicio. ¡Cuántos se entregan a los apetitos, y se abrazan a los vicios! Pero Dios anota cada uno de sus deseos y pensamientos pecaminosos. Si quieren evitar el remordimiento y la angustia, si quieren encontrar esperanza y consuelo en su lecho de muerte, si quieren escapar a la miseria aquí y en el más allá, que sean conscientes de la vanidad y de las pasiones juveniles. Es evidente que Salomón intenta condenar los placeres del pecado. Su objetivo es atraer a los jóvenes a los goces más puros y duraderos. Este no es el idioma de las pasiones juveniles, porque él ya no las puede disfrutar; sino el de una persona que por un milagro misericordioso, ha sido traído de vuelta a salvo, y que puede persuadir a los jóvenes a no intentar un camino de donde pocos regresan. Si los jóvenes quisieran tener una vida de verdadera felicidad, asegurarse de ahí en delante esa misma felicidad, entonces que recuerden a su Creador en los días de su juventud».3
PARA COMENTAR ¿Cómo puedes integrar el consejo de Eclesiastés 11 a tu vida cotidiana? ¿De que te valdría hacer eso? _______________ 1. Review and Herald, 28 de diciembre de 1905. 2. Ibíd., 8 de febrero de 1906. 3. http://www.htmlbible.com/kjv30-henry/H21Co11.htm
Jackie Diah, Amman, Jordania
Martes 20 de marzo
Tiempo de sembrar EVIDENCIA Eclesiastés 11: 1-6; Isaías 49: 4
Salomón utiliza metáforas e ilustraciones para simplificar algunos conceptos que quizá les parecían complicados a sus contemporáneos. Estas sencillas ilustraciones contienen verdades eternas que nos ayudan a entender mejor el reino de Dios (Mar. 13: 11). Hoy en día, sin embargo, esas mismas metáforas no tienen mucho sentido. Así que es importante que nos despojemos de nuestros anteojos culturales para entender el tiempo en que Salomón vivió, y de esa forma aplicar sus palabras a nuestras vidas. «Lanza tu pan sobre el agua; después de algún tiempo volverás a encontrarlo» (Ecl. 11: 1). A primera vista, estos versículos parecen raros. ¿Botar el pan al agua...? ¿Para qué? Sin embargo, en los tiempos de Salomón esta expresión tenía sentido. Los antiguos egipcios sembraban los cereales en las zonas cenagosas que bordeaban el Nilo. Cuando el nivel del agua descendía, las espigas comenzaban a crecer. Después de muchos días recogían una abundante cosecha.1 Desde el punto de vista de los agricultores esto era lógico. ¿Pero, cómo lo podemos aplicar a nuestras vidas? Cuando leemos Eclesiastés 11: 1 a la luz de las declaraciones del Nuevo Testamento, un cuadro diferente surge. Salomón no dice “echa tus semillas”. Más bien, utiliza la palabra pan, algo terminado y perfecto. Jesús dijo: «Yo soy el pan de vida». Y en Apocalipsis 17: 15, las aguas se refieren a pueblos y naciones. Cristo nos ha dado la misma tarea que Sa-
lomón: Vayan por todas las naciones, a todos los pueblos y lenguas, y prediquen las Buenas Nuevas (Mat. 28: 18-20). No importa hacia donde vaya la gente, no importa lo difícil de la situación (Ecl. 11: 4), debemos continuar esparciendo las Buenas Nuevas por todo el mundo. El versículo 3 dice: «Si el árbol cae hacia el sur, o cae hacia el norte, donde cae allí se queda». Al involucrarnos en la Gran Comisión, no sabemos quiénes han de escoger la vida o la muerte (Mat. 13: 19-23). Si esperamos que surjan las circunstancias “perfectas” para testificar, nunca lo haremos. Pero así como el Espíritu Santo es enviado a cada corazón, también debemos darle el mensaje a quienes menos esperamos que lo acepten. No debemos juzgar su receptividad para escuchar de Cristo. Solamente el Padre, quien conoce los secretos del universo; solamente el Espíritu Santo, cuya obra no podemos entender; solamente Jesús, quien puede cambiar los corazones de la gente; solamente ellos pueden cambiar la gente. Nuestro deber es sembrar las semillas de vida (Ecl. 11: 5, 6).
PARA COMENTAR 1. Haz una lista de las situaciones en que no te has sentido cómodo al testificar. ¿Qué podrías hacer para hacerlo y sentirte a gusto? 2. ¿Qué cosas te impiden testificar ante los demás, y cómo puedes librarte de ellas? _______________ 1. Power Bible CD, Jamieson-Fausset-Brown Commentary, 2001. 2. Power Bible CD, Strong´s Hebrew Dictionary, 2001.
Julia Taylor, Indianápolis, Indiana
121
Miércoles 21 de marzo
Cómo vivir en la realidad de Dios
CÓMO ACTUAR Proverbios 23: 7; Romanos 12: 2; 2 Corintios 10: 4; Filipenses 4: 8
Elías huía de Jezabel a causa de sus amenazas de muerte. Se había enterado de las intenciones de la malvada reina, y se las había tomado muy en serio. Luego actuó de acuerdo con su percepción de la realidad que ella pregonaba. Si Elías hubiera conocido la realidad de Dios, habría actuado en forma diferente. «¿Puedes imaginarte a Elías pensando en Jezabel y en sus matones, mientras era trasladado al cielo? Esta fue la realidad divina que trascendía a la realidad del profeta».1
¿Estás viviendo en las falacias de Satanás, o en la realidad de Dios?
¿Y tú? ¿Cómo puedes saber que vives en la realidad que Dios tiene para ti? A continuación encontrarás algunas indicaciones: 1. Cambia la imagen que tienes de Dios. Su objetivo es acercar a los jóvenes a los goces más puros y duraderos. «Dios no es como sus enemigos nos lo han pintado: arbitrario, vengativo, severo. Jesús dijo: “Si me han visto han visto al Padre”. El Padre es tan amoroso y digno de confianza como su Hijo, e igual de dispuesto al perdón y a la compasión. Aunque es infinito en majestad y poder, nuestro Creador es asimismo una Persona igualmente llena de gracia que valora grande122
mente la libertad, la dignidad y la individualidad de sus criaturas inteligentes. De esa forma su amor, su fe y su voluntad para escuchar y obedecer la ejercerán voluntariamente. Él prefiere no considerarnos como siervos sino como amigos. Esta es la verdad que se desprende de todos los libros de la Biblia. Estas son las sempiternas Buenas Nuevas que ganan el respeto y la admiración de los fieles hijos de Dios en todas partes del universo».2 Al contemplar esta imagen de Dios, seremos transformados. 2. Descubre cómo te considera Dios. En Jeremías 29: 11 se nos dice que Dios sabe los planes y los pensamientos que tiene para ti. Son planes para tu prosperidad, salud y éxito. Pídele que te revele esos pensamientos y planes. Una vez hecho esto, vive de acuerdo a ellos. 3. Tenlo siempre presente. En Filipenses 4: 8 se encuentra una recomendación respecto a lo que debemos pensar. Pensar en la verdad tendrá como resultado caminar en la verdad.
PARA COMENTAR 1. ¿Qué piensas es la realidad de Dios para tu vida? 2. ¿Qué dice tu presente comportamiento, tu forma de pensar y tus actitudes, de la imagen que tienes de Dios? 3. ¿Cómo puedes saber cuál es la verdadera imagen de Dios? _______________ 1. Phillip G. Samaan, Christ’s Way to Pray (La forma de orarf de Jesús), p. 111. 2. Graham Maxwell, A Message From Graham Maxwell (Un mensaje de Graham Maxwell), tomado de http://www.pineknoll.org/ibelieve.html.
Beverley de Gourville, Amman, Jordania
Jueves 22 de marzo
Dar sentido al vacío de la vida OPINIÓN Eclesiastés 11: 7-10
Vivimos en una sociedad comprometida con las dualidades. Exige que sonriamos aunque estemos adoloridos, y que actuemos como si nada estuviera pasando. Algunos encuentran alivio en las drogas, el alcohol o el sexo. Otros se lanzan en busca de las riquezas, del poder o de la adicción al trabajo, para ahogar el grito de sus almas
Dios ha descendido del cielo y se ha involucrado en nuestras luchas. dolientes. Algunos, con mayor sutileza, esconden su dolor detrás de la religiosidad, intentando enmascarar, o adormecer, el punzante aguijón de la vida. Pero la cosa no es tan fácil. A un nivel más profundo, tratamos de lograr por nosotros mismos lo que únicamente Dios puede proporcionar. Escuchamos una y otra vez las palabras de la serpiente alegando que podemos ser semejantes a Dios si tan solo probamos el fruto de nuestros esfuerzos. Luego llega el desenlace. La fría realidad de la vida se vuelve lo suficiente dolorosa como para penetrar las alegres fachadas que débilmente hemos construido para convencernos, y convencer a los demás, de que todo permanece bajo nuestro control. Y al final, en algún lugar, de alguna forma, en medio de las tormentosas demandas de la vida, nuestras perspectivas cambian, y
podemos ver lo pequeños e incapaces que realmente somos. Aun así, muchos de nosotros continuamos luchando, trabajando de una manera frenética para hacer que las promesas de Dios se cumplan mediante nuestros baratos y terrenales esfuerzos. Al estar tan limitados, es fácil que nos concentremos en lo físico en vez de lo espiritual, y que veamos lo pasajero en vez de lo eterno. Al igual que los dirigentes judíos en los tiempos de Jesús, esperamos que Dios resuelva los problemas que únicamente la segunda venida del Señor puede erradicar por completo. Sin embargo, no estamos solos. Dios ha descendido del cielo y se ha involucrado en nuestras luchas, con la esperanza de que no lo veremos como a un enemigo, sino como nuestro Salvador; que él no es parte del problema sino de la solución; que sus promesas son mejores de lo que podíamos imaginar. Muchos no sabemos cómo es realmente Dios. Tampoco entendemos lo que nos ha prometido. La única forma en que nuestros engaños pueden ser puestos al descubierto es mediante la contemplación de una diáfana imagen de Dios. Lo lograremos saliendo de nuestras madrigueras que nos brindan protección en los oscuros rincones de la autosuficiencia, para estar en pie bañados plenamente con la luz de su gloriosa presencia. Solamente entonces nos daremos cuenta dónde estamos realmente, y cómo podrán nuestras necesidades ser atendidas.
PARA COMENTAR 1. ¿A dónde acudes normalmente en busca de ayuda? 2. ¿Cómo puedes comenzar a confiar más en Jesús?
Mona Dallal, Beirut, Líbano
123
Viernes 23 de marzo
El balance de mi vida
EXPLORACIÓN Juan 3: 8; Romanos 12: 3; 1 Corintios 10: 31
•
PARA CONCLUIR Salomón pone en entredicho muchas de las suposiciones que tradicionalmente hemos aceptado respecto a la vida. La seguridad, la causalidad, lo predecible y la certeza de las cosas son conceptos para los que él no encuentra fundamento. Algunas cosas, como un árbol que cae, no se pueden controlar. Otras, como la lluvia, son inevitables y no podemos escapar de ellas. Muchas están más allá de lo comprensible y del conocimiento. La vida puede carecer de significado para jóvenes y ancianos. Todo esto requiere una cuidadosa evaluación de nuestras actitudes y acciones. Cada uno de nosotros debe huir de la vida que se caracteriza por el dolor y el mal (Ecl. 11: 10), abrazando la justicia, la paz y el gozo vital en el Espíritu Santo (Rom. 14: 17). Pablo en otros textos nos indica que debemos aprovechar al máximo toda oportunidad en nuestro vivir, y testificar a favor de Dios (Efe. 5: 16; Col. 4: 5). Salomón nos invita a aprovechar hasta la última gota de bondad en nuestra vida al asumir riesgos, confiando en Dios; para vivir en integridad, generosamente y con optimismo, aunque el resto del mundo no lo haga.
CONSIDERA • Hacer un dibujo o redactar una breve composición que muestre el contraste entre la edad madura y la juventud. • Hacer una encuesta entre personas de mayor edad a fin de encontrar cómo encontraron a Dios. ¿Qué propósito le han ha124
•
•
•
llado a la vida? ¿Qué harían diferente si volvieran a vivir? ¿Cómo ha evolucionado su fe? Investigar las causas más comunes para el suicidio de los jóvenes, así como los más frecuentes comportamientos de riesgo. Considera compartir lo que has encontrado con los jóvenes de tu iglesia o de tu comunidad. Conversar con tus amigos respecto al temor y el miedo, explorando el significado de dejarlo todo en manos de Dios. Confeccionar una lista de las cosas que te gustaría hacer, o experimentar, antes de llegar a cierta edad, o antes de morir. ¿Cuáles de ellas las llevarías a cabo contando con Dios? Estudiar algunos temas de meteorología para aprender conceptos relacionados al viento y a la lluvia, a fin de aplicarlos a tu vida espiritual.
PARA CONECTAR ✓ Lee la historia de José en Génesis 37 al 45 como material adicional a la lección de esta semana. Ponte en el lugar de José y piensa en cómo te hubieras sentido tú y cómo habrías reaccionado en los momentos clave de su vida. ✓ Los consejos de Pablo al joven Timoteo: 1 Timoteo 4: 11-16; 6: 11-14; 2 Timoteo 1: 3-7). ✓ La educación, pp. 57, 58, 253-261. ✓ Shannon Ethridge y Stephen Arterburn, Every Young Woman’s Battle: Guarding your Mind, Heart and Body in a Sex Saturated World (La lucha de toda joven: proteger tu mente y cuerpo en un mundo saturado de sexo).
Damien Rice, Maitland, Australia
Lo que todos estaban esperando
La Biblia
Nueva-Reina Valera
Con LA FE DE JESÚS y el HIMNARIO ADVENTISTA sin música (tapa dura)
Para evangelización: con LA FE DE JESÚS de Carlos E. Aeschlimann revisada por el Dr. Loron Wade (en rústica)