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LOS "ECOSISTEMAS" DE LAS RELACIONES HUMANAS (Colosenses 3:18-‐4:6) Introducción:
La intención de Dios era que prestáramos mucha atención a nuestro
entorno, a la biología y a la creación en general, y a sus ecosistemas altamente sofisticados, desde el agrupamiento vital más pequeño, cuyas conexiones e interacción planificó detallada e intricadamente, pasando por las grandes comunidades con sus múltiples interacciones, hasta la tierra misma, dando vueltas alrededor del sol. Los ecosistemas de la tierra pueden enseñarnos mucho sobre la vida, si tenemos discernimiento.
• Un ecosistema es una comunidad de organismos vivos junto con los componentes no vivos de su entorno (aire, agua, tierra) que interactúan como sistema, y que es definido por su red de interacciones entre organismos y entre organismos y su entorno. Hay mucho ejemplos de ecosistema que podríamos citar, como un estanque, un estuario, un bosque, una pradera o un desierto, en los que los componentes dependen unos de otros para la vida, el sustento, la energía y la alimentación. Pero el delicado equilibrio de un ecosistema puede ser fácilmente trastornado por la interferencia humana.
• Si me permites la comparación, no hay "ecosistema" más exquisito que el de la familia humana. Es más complejo y susceptible que cualquier otro a causa del impredecible elemento de la voluntad humana, que no sólo es impredecible, sino también indomable, irregular, irracional y autodestructivo, más que cualquier otra cosa en la creación. En esta última sesión de estudio sobre el libro de Colosenses, el apóstol Pablo concentra su enseñanza en los "ecosistemas" de nuestras relaciones humanas (Colosenses 3:18-‐4:1), específicamente en el matrimonio, la familia y el trabajo, todos ellos temas profundamente necesitados de la gracia redentora, supervisión y sintonización divinas.
• Los principios generales que aplica Pablo en estos versículos son los que ya introdujo en los versículos previos (3:14-‐17): el amor de Cristo que nos unifica, la paz de Cristo que nos gobierna y la Palabra de Cristo que habita en nosotros plenamente. El resultado de todo lo anterior es que se convierte en nuestra prioridad hacer todo en el nombre de Jesús y con gratitud. Éste es el contexto inmediato de las instrucciones específicas que vamos a examinar
hoy. Así, no olvidemos que el amor y la paz de Cristo, que recibimos a través de la encarnación y la cruz, constituyen el fundamento y la fuente de todo lo que Pablo nos manda hacer.
• Inmediatamente después de esta enseñanza primaria, Pablo nos da una visión más amplia (Colosenses 4:2-‐6), en la que nos recuerda que oremos: es necesario para que entendamos y apliquemos los principios; y nos da la perspectiva que explica por qué debemos esforzarnos en la aplicacion de estas verdades, que es para ser testimonio ante los demás. Nuestro matrimonio, nuestra familia, nuestra conducta en el lugar de trabajo, todo debería ejemplificar de forma atractiva la vida cristiana de tal manera que atraiga a la gente al Salvador. Podemos "maquillar" nuestra conducta exterior y poner una buena apariencia, pero sólo Dios es capaz de obrar un auténtico cambio interior que produce un ejemplo genuino que reorienta a la gente hacia Cristo, y esto lo consigue por medio del poder del Evangelio (y eso incluye la posibilidad de refinarnos a través de la aflicción.) ¡Por esto dependemos totalmente de la Palabra de Dios! 1) El primer "ecosistema" es la relación entre esposo y esposa, que vuelve a tratar Pablo con más detalle en Efesios (carta que escribió más o menos al mismo tiempo, pero después que Colosenses). En Efesios 5 deja claro que la base de la relación matrimonial es la "sumisión mutua", fruto de llenarse del Espíritu Santo (vv 18-‐21). Esto va seguido inmediatamente por sus instrucciones específicas para maridos y mujeres (vv 23-‐23). Pero en Colosenses sólo vemos la versión resumida, pinceladas grandes, con sólo dos conceptos básicos referidos a cada componente del ecosistema.
• La palabra clave traducida "esposas" es hupotásso en griego, que significa someter or poner debajo. Fijaos, los hombres, que Pablo no dice que nos corresponde a nosotros realizar esto. Tú no eres el responsable de hacer que tu esposa se someta. Pablo se dirige a las esposas, de modo que les está pidiendo que se sometan voluntariamente. Pero el simple hecho de que Pablo se dirija a las esposas constituía una desviación mayúscula de la forma de instrucción ética de esos tiempos (en aquella época no se les ofrecía ni la hora a las mujeres). Así pues, señoras, no es cuestión de quién sea más fuerte ni quién mande. La igualdad de los sexos ya se había establecido en Génesis 1 (cuando Dios estampó su imagen en ambos sexos y encomendó a ambos la responsabilidad de ejercer dominio sobre la tierra); la igualdad fue desequilibrada en Génesis 3 (la caída en pecado), para ser luego reafirmada en el Evangelio (Gálatas 3:28).
• Entonces, señora, no es cuestión de igualdad, sino de qué clase de esposo quieres. ¿Quieres dominarle? ¿Quieres que sea un blandengue o un calzonazos? A lo mejor estás pensando
"No, yo sólo quiero que me trate como igual a él". El Señor también lo quiere, pero no lo vas a conseguir intentando dominarle o demostrando tu superioridad. Las palabras de Pablo no pretenden ser fórmulas garantizadas para conseguir que tu esposo te trate como deseas. Eso no era el propósito de Pablo. Pero sí representan la visión y el plan que tiene el Señor para el ecosistema familiar, y si no hay otras variables fuera de lo normal, son la mejor manera de que tu propio ecosistema familiar experimente estabilidad, paz y la soberanía de Cristo.
• Y ¿qué significa exactamente "ponerse debajo" del esposo? Se refiere a estar bajo su autoridad, como cabeza de familia que es (¡recuerda que en Efesios 5 Pablo define "cabeza" en términos de servicio!) Significa tratarle con respeto, procurar no chillarle, refrenarte de corregir o contradecirle excesivamente en público. Pensaréis las mujeres, "¿Es que nunca puedo decir lo que pienso? ¿No puedo tener una opinión propia? ¿O tener razón nunca?" ¡Por supuesto que puedes! Ponerse debajo del esposo no equivale a anularse; es cuestión de cómo expresas tus ideas. Habrá quien pregunta "¿Cómo puedo respetarle si no se comporta de una forma que merece respeto?". No es fácil. Vas a necesitar la ayuda del Señor para hacerlo. De otra forma, sólo la liarás. Toma nota de la otra mitad de la instrucción de Pablo para mujeres: "como conviene en el Señor". Si tu conducta le honra a Él, el Señor será tu Aliado, Defensor, Maestro y Capacitador. Toda tu relación con tu esposo no es menos que la ampliación de tu relación con Cristo. Él te enseñará a ponerte debajo de tu esposo para que a la larga puedas levantarle, (que es lo que de verdad necesita de tí).
• Las palabras de Pablo son un resumen general, y no se refieren a casos especiales, de modo no son aplicables a casos de abusos (verbales, físicos o psicológicos), donde NO tienes que soportar todo lo que sale de tu esposo. Si ésta es tu situación, TENEMOS QUE HABLAR.
• Dos conceptos claves para esposos: amar y no ser duro (en griego, literalmente "no amargar"). Esto es, que el esposo haga un esfuerzo consciente para elevar a su esposa hasta su lado como compañera íntima y fiable (históricamente, las mujeres han sido abusadas y subyugadas, así que los hombres tenemos que mejorar el registro). Si se afana en seguir las instrucciones del Señor, la esposa no tendrán dificultad en cumplir con su papel.
• En la guía de 2015 de 30 Días de oración para el Ramadán, encontramos un relato sobre la zona occidental del sur de Asia (la tierras remotas de Paquistán y Afganistán), donde los musulmanes tribales no se avergüenzan de tratar a sus mujeres como propiedad de poco valor. Pero dos misioneras norteamericanas organizaron un taller para las mujeres de algunas aldeas musulmanas tribales, y en el último instante acudieron los hombres en lugar de las mujeres. No se creían que un par de mujeres occidentales pudieran enseñar algo
valioso, y el primer encuentro fue algo incómodo. Durante el diálogo, uno de los hombres preguntó. "¿Es que no debemos pegar a nuestras mujeres? ¿Qué dice la Biblia?" Las misioneras citaron varias Escrituras relevantes que refieren que Dios quiere que los hombres traten a sus mujeres con amor sacrificial. A la mañana siguiente, en la primera sesión, uno de los hombres (seguidor de Cristo) confesó que no habían dormido en toda la noche, sino que se habían quedado discutiendo la enseñanza de Jesús sobre las mujeres. Uno por uno, se levantaron los hombres y declararon "Yo no pegaré más a mi mujer. A partir de ahora, la trataré con respeto." Ese es el poder del Evangelio, transformando el ecosistema del matrimonio. El resultado ha sido un movimiento evangélico entre los musulmanes tribales, que han decidido seguir a Jesús.
• Estoy seguro que no fue el único cambio que tuvieron que hacer aquellos hombres en el transcurso de su aprendizaje a no amargar a sus mujeres. Pero fue un principio de reconocimiento muy significativo de esta verdad: mi relación con mi mujer es muy importante para el Señor, y mi relación con el Señor está profundamente afectada por la forma en que me relaciono con mi mujer. Afortunadamente, yo me crié en una cultura y en un hogar donde pegar a una mujer ya era tabú. Heredé este valor y nunca he tenido motivo para cuestionarlo. Pero debo llevarlo un poco más lejos: ¿He hecho hoy lo suficiente para aligerarle un poco la carga a mi esposa? ¿He hecho algo que le haya traído un poco de alegría? ¿He demostrado que me importa lo que le pasa a ella? ¿La he amado como Cristo amó a su Iglesia? Este tipo de consideraciones deben guiar los pensamientos y las acciones del esposo mientras practica el amor de Cristo en su relación con su esposa. 2) El segundo ecosistema que trata Pablo se refiere a la relación entre hijos y padres. En este nivel del ecosistema familiar, Pablo se limita de nuevo a los mandamientos más rudimentarios, otras pinceladas anchas, en lugar de detalles más precisos.
• Para los hijos, todo queda resumido en "obedecer" y "agradar al Señor". No es de extrañar que Jesús sintiera predilección para los niños. Se prendan al corazón de uno. Siempre me han encantado los niños, pero tener nietos me ha abierto el corazón más a los niños de los demás. Son pecadores diminutos, profundamente necesitados de redención.
• El primer concepto refleja la palabra griega hupakoúo, que significa "escuchar desde abajo", es decir, escuchar con atención y responder. Eso en sí sería un logro importante para un niño, escuchar lo que decimos los pares y responder. Pero el significado literal no habla sólo de una obediencia ciega, sino de poner toda la atención, de escuchar intensamente a los padres, no para obedecer al pie de la letra, sino para conocerlos, para entender qué es lo que les motiva y les hace daño. Alguien dijo, "No has amado de veras a tus padres hasta que
hayas sentido su dolor y lamentado sus pérdidas." He aprendido más de mis padres después de irme de casa que durante los 18 años que viví bajo su techo, porque he seguido escuchando atentamente sus palabras (que han quedado grabadas en mi cabeza); he seguido respondiendo a la influencia de su ejemplo, y madurando en objetividad en lo que se refiere a sus fallos y faltas, y también en mi deseo de honrarles a pesar de sus fallos y faltas. Esto es lo que agrada al Señor: que prestemos este tipo de atención a nuestros padres. Y de nuevo, esta relación está especialmente vinculada a nuestra relación con el Señor.
• Para los padres, Pablo también utiliza dos conceptos claves: la palabra griega erethizw, traducida en la Nueva Versión Internacional como "amargar", viene en realidad de la raiz que significa "ser contencioso". Por eso es mejor traducción "provocar" o "exasperar" o "incitar". Esta instrucción negativa apunta a nuestra tendencia natural. Si estás continuamente contendiendo con tus hijos, perpetuamente en modo de fricción, dice Pabo que tus hijos se van a desanimar (literalmente, "entumecerse"; sus sentimientos se apagarán). Así pues, busca un equilibrio, un punto en común donde podéis entenderos. No permitas que la confrontación sea la característica principal de tu relación con tus hijos. No los conviertas en el ventilador de tus frustraciones. Valora sus sentimientos, pues eres potencialmente el puente sobre el que Cristo entra en su vida. 3) El tercer ecosistema de esta serie es el de la relación esclavo-‐amo. Puede que te identifiques con este binomio en tu propio trabajo. Pero vamos a aplicar las enseñanzas de Pablo en términos de empleado y jefe. Pablo es más específico en sus instrucciones sobre esclavos que cualquier otro colectivo, por lo que podemos deducir hasta qué punto su situación es transformable por Cristo.
• Pablo propone al menos cinco conceptos para ayudar al esclavo a honrar a Cristo en su trabajo: a) "obedecer" viene otra vez de hupakoúo, y se refiere también a "escuchar atentamente"; b) eso excluye el servicio "nominal" (literalmente, "ser esclavo de los ojos"), o sea, rendir sólo cuando alguien está mirando, ser esclavo de la opinión de los demás. El Rey Saúl fue ejemplo trágico de esta tendencia, ya que sólo obedeció las proclamaciones del Señor cuando estaba Samuel presente; c) con "integridad del corazón", cuyo sentido literal es "sano y generoso" (un corazón sano es generoso): por ejemplo, dar por encima de lo exigido (que no significa dejarse explotar injustamente, sino simplemente actuar con generosidad); d) respeto: el temor del Señor (la alternativa es temer al hombre); e) "Hagáis lo que hagáis, trabajad de buena gana, como para el Señor": éste es el concepto primordial del trabajo. (Recuerda, estos son principios generales, pinceladas grandes. Pablo no apuntaba a todas las condiciones laborales del siglo XXI.)
• Para los "amos", que en nuestro contexto serían los jefes, Pablo ofrece tres conceptos claves: justicia e igualdad (sin parcialidad ni favoritismo), porque tienen un "Amo" en el cielo, que es Juez supremo de todas las cosas. Rendiremos cuentas por cómo hemos tratado a los que han estado bajo nuestra jurisdicción y responsabilidad.
Conclusión: Nuestros ecosistemas relacionales funcionan mejor y glorifican a Dios en mayor medida cuando están en sintonía con su Palabra, su Verdad y su Gracia (que son manifestadas por excelencia en la Cruz). Estas instrucciones requieren más tiempo y meditación de la que disponemos en un breve mensaje dominical, por lo que te pido que lo repases todo por tu cuenta. Deja que el Espíritu Santo te enseñe cosas profundas, para que tus raíces se anclen en el suelo de la Palabra de Dios, y los ecosistemas de tu vida se transformen para mayor gloria del Señor.