Los fenómenos psicológicos (por ejemplo, la comunicación verbal) se puede analizar  desde distintos puntos de vista: (1) ¿Cuáles son los procesos mentales que realizamos para construir una frase? (por  ejemplo, el proceso de acceso al léxico) (2) ¿Cuáles son las variables psicológicas que definen nuestras diferencias en capacidad  verbal? (por ejemplo, la fluidez verbal)

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La psicología científica debe dar respuestas fundamentadas en datos empíricos. La  observación de los fenómenos psicológicos nos muestra que hay variabilidad entre los  individuos (es decir, diferencias inter‐individuales en distintas clases de  comportamiento). Esta variabilidad constituye la principal fuente de datos para la  investigación científica en psicología y el objetivo básico de estudio de la psicología de  las diferencias individuales.

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La realidad social (por ejemplo, los datos registrados en delitos graves) demanda de la  psicología explicaciones científicas de los hechos observados. En este ejemplo, vemos  que hay diferencias en el número de hombre y mujeres implicados en los distintos  delitos, tanto como detenidos también como víctimas. Estos datos sugieren diferencias  entre hombre y mujeres en variables psicológicas (por ejemplo, agresividad).

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En psicología de las diferencias también se ha estudiado diferencias entre grupos (en  este ejemplo, diferencia entre la media observada en los grupos de hombres y mujeres  en las variables de capacidad espacial y estabilidad emocional). Estas diferencias son  observadas de forma natural en distintas situaciones de la vida cotidiana. En términos  científicos podemos cuantificar la magnitud de estas diferencias entre grupos en  términos de distancia en desviación típica entre las medias de los grupos (puntuación  diferencial o d).

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Es también importante disponer desde la psicología científica medida que nos permita  cuantificar las diferencias entre individuos. Los instrumentos y medidas para la  evaluación psicológica de los individuos son necesarias para atender de forma objetiva  las distintas necesidades de nuestra sociedad.

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En una medida psicológica (en este caso, el cociente intelectual) en la que las  puntuaciones de los individuos de distribuyen de forma normal, observamos que el 50%  de las personas se encuentra agrupadas en torno a la media. Son muy pocos los casos  donde observamos puntuaciones extremas (a 2 desviaciones típicas de la media), 5% en  cada grupo extremo.

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Del mismo modo que observamos variabilidad (diferencias entre individuos) en los  fenómenos psicológicos, también observamos covariación entre distintos las variables.  El indicador estadístico que nos permite cuantificar el grado de relación entre dos  variables es la correlación (‐1 a +1, siendo 0 ausencia de relación).

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Mediante la correlación podemos estimar, por ejemplo, si hay relación entre las  diferencias individuales en inteligencia con las diferencias individuales en personalidad  (EM: estabilidad emocional).

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El conocimiento científico se fundamenta en (1) la cuantificación de sus fenómenos, (2)  la formalización de sus propuestas teóricas, (3) la contrastación empírica de sus  hipótesis.

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Un ejemplo: seleccionar las personas más apropiadas para un puesto de trabajo. Los  conocimientos sobre los fenómenos psicológicos (teorías, instrumentos, datos  empíricos) nos permite identificar las variables psicológicas más relevantes para predecir  el rendimiento en las tareas a realizar en el puesto de trabajo (por ejemplo: Gf,  inteligencia fluida, Gv, inteligencia visoespacial, Gc, inteligencia cristalizada). También, el  desarrollo de una disciplina científica va a la par de su desarrollo de soluciones. Así, en  psicología disponemos de instrumentos que nos permite cuantificar las diferencias  individuales en las variables psicológicas y así poder definir perfiles psicológicos de los  candidatos a un puesto y establecer de forma objetiva su adecuación al puesto.

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La conducta tiene dos propiedades: variabilidad y covariación. Para obtener datos de  variabilidad de la conducta disponemos de instrumentos estandarizados para la  evaluación (tests psicológicos). Las diferencias individuales objetivamente cuantificados  nos permite definir perfiles psicológicos de los individuos y establecer predicciones  sobre su comportamiento. Por otro lado, la covariación observada en la conducta nos  permite establecer grados de consistencia (tendencia de conducta en diversas  situaciones) y estabilidad (tendencia de conducta a lo largo del tiempo). Esta  característica de consistencia y estabilidad en la conducta es la base para el desarrollo  de una teoría de la personalidad (variables latentes).

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Los fenómenos psicológicos son aleatorios (múltiplemente determinados). Para abordar  de forma científica este tipo de fenómenos disponemos de todas las herramientas  matemáticas derivadas de la teoría de la probabilidad. Las medidas psicológicas, al igual  que medidas de otros fenómenos aleatorios, están fundamentadas en nuestro  conocimiento sobre la relación probabilística entre las variables. Como tal, su precisión  (fiabilidad de la medida) está determinado por el estado de nuestro conocimiento sobre  el fenómeno. Es decir, no por ser un fenómeno aleatorio sus medidas son por definición  imprecisas.

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Lo mismo que la precisión, la validez de las medidas psicológicas está determinada por  el conocimiento científico que disponemos sobre un fenómeno específico y su relación  con otros fenómenos de nuestro objeto de estudio.

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Los tests psicológicos son instrumentos de medida con base teórica y empírica. Su  utilidad en el ejercicio profesional del psicólogo es claro a la luz de los datos presentados  por Muñiz y Fernández‐Hermida.

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El grado de relevancia de una variable está en función de su capacidad para predecir  aspectos importantes de la vida cotidiana de las personas. Así, podemos comparar el  grado de relación entre hábito de fumar y peso del niño (r = 0.25) y sus implicaciones en  las recomendaciones para la conducta de las mujeres embarazadas, con las relaciones  observadas entre variables psicológicas (inteligencia y personalidad) con variables de  rendimiento laboral y percepción subjetiva de felicidad. Por la característica multivariada de sus objetos de estudio, en psicología el rango de  correlaciones de mayor frecuencia observada está en torno a 0.3 (positivo o negativo).

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Las variables psicológicas son relevantes también para comprender el desarrollo de  determinadas enfermedades. En la gráfica podemos ver que hay una tipología de  personalidad (tipo 1) en la que se observa una mayor frecuencia de casos de cáncer y  otro (tipo 2) en la que se observa una mayor frecuencia de casos de enfermedad  cardiovascular.

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Así como las variables psicológicas (personalidad en este caso) participan en la  explicación de la distribución de enfermedades, el tratamiento psicológico también se  muestra efectivo en su prevención. Como vemos en las gráficas, la frecuencia de casos  observados disminuye con la terapia (en comparación con el grupo control que no  recibe terapia psicológica).

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La psicología de las diferencias individuales tiene como objetivo estudiar las variables  psicológicas que subyacen a la consistencia y estabilidad de la conducta. Como disciplina  científica debe responder a sus preguntas siguiendo el método científico. Esto consiste  en la cuantificación de sus fénómenos, formalización de sus teorías y someter las  hipótesis derivadas de sus modelos teóricos a constante contrastación científica. En cada una de las unidades, veremos cuáles son las preguntas así como los métodos  que disponemos para responderlas. Finalmente, qué sabemos ya sobre la psicología de  las diferencias individuales, es decir, qué respuestas tenemos actualmente sobre el  fenómeno de las diferencias individuales.

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