Los problemas del Programa del Vaso de Leche Escolar 1

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PROGRAMA DE TRANSPORTE ESCOLAR DEL DISTRITO FEDERAL
2006-2012 GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL LIBROS BLANCOS PROGRAMA DE TRANSPORTE ESCOLAR DEL DISTRITO FEDERAL 1 DIRECTORIO Marcelo Ebrard Casaubon

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Los problemas del Programa del Vaso de Leche Escolar1 El vaso de leche escolar El Lic. Gabriel Romero llegó a su oficina preocupado después de una larga reunión con la Dra. Susana López, Secretaria Regional de Salud. El Lic. Romero, recién designado para el cargo de Jefe del Programa de Vaso de Leche Escolar, había estado discutiendo con su jefa sobre el futuro del programa. En aquel momento, pocos meses después de iniciarse el nuevo Gobierno Regional de Trinidad, el programa enfrentaba serias dificultades. El presupuesto de la Secretaría Regional de Salud había sido reducido en casi un 40 por ciento y, por consiguiente, este programa también sería afectado. Una evaluación reciente del programa indicó que estaba lejos de cumplir sus objetivos: había funcionado en menos del 60 por ciento de las escuelas ubicadas en la capital de la provincia, y apenas el 52 por ciento de las escuelas abastecidas recibía la leche “regularmente”. Además, varios de los funcionarios adscritos a las dependencias oficiales responsables del programa dudaban si, en verdad, tenía un efecto nutricional que justificara su existencia. Al parecer, el programa adolecía de serias fallas logísticas, especialmente en cuanto a su funcionamiento en zonas urbano marginales y zonas alejadas de la región, donde un suplemento nutricional hacía más falta. De modo que la Secretaría Regional de Salud tenía que decidir en los próximos días si el 1

programa debería seguir funcionando o no. Por lo tanto, el Lic. Romero debía presentarle en corto tiempo a la Dra. López un pequeño diagnóstico del funcionamiento del programa para conocer de primera mano los problemas que lo afectaban y proponer su desactivación o continuidad. En caso planteara que el programa debiera continuar existiendo, el Lic. Romero debería además proponer medidas concretas para mejorar la marcha del programa y asegurar que la leche llegara regularmente a los niños, especialmente en las áreas rurales y urbano marginales donde más se la necesitaba. Debido a que disponía de poco tiempo, decidió revisar la marcha del programa en cuatro escuelas: una en la localidad de El Cerrito, otra en Laguna Grande, la tercera en Molinos y la cuarta en Pueblo Nuevo. Además, pensaba entrevistarse con varios ex-funcionarios del programa y con alg unos directivos de la Asociación de Ganaderos para complementar y ampliar la información obtenida en las escuelas.

Texto elaborado por C. Gustavo Gutiérrez y Juan Carlos Cortazar en base al documento “El Vaso de Leche Escolar” de Richard A. Mayers (1980).

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El Programa del Vaso de Leche Escolar El Programa de Vaso de Leche Escolar en la Región Trinidad fue originalmente parte del Programa Nacional de Alimentación Escolar, administrado originalmente por el gobierno central y transferido a la administración regional como parte del proceso de descentralización. El Programa Nacional de Alimentación Escolar estaba dirigido a los estudiantes de primaria inscritos en los planteles oficiales, como un complemento a la política de nutrición infantil del Estado. Se eligió la leche por considerarla un alimento proteico de buena calidad biológica, económico, popular y aceptado por todos los estratos socia les, y debido al hecho de que la región era una de las principales zonas ganaderas del país. Objetivos del programa El programa perseguía los siguientes objetivos básicos: -

Proporcionar, mediante el consumo de un vaso de leche diaria, un 25 por ciento de las recomendaciones proteicas y calóricas a los escolares de 6 a 11 años inscritos en planteles de educación primaria de la región.

-

Contribuir al mejoramiento de los hábitos alimentarios de los niños, mediante la educación nutricional que se imparte en la escuela. Se aspiraba que el alumno actuara como agente de cambio y promoviera, en su familia, la sana costumbre de consumir leche para elevar el nivel nutricional.

Además, se pensaba que el programa debería generar ciertos beneficios adicionales, por ejemplo, que el escolar mejor alimentado rendiría más en los estudios y que la distribución del alimento en el plantel constituiría una atracción para combatir el ausentismo y, por consiguiente, incrementar la asistencia a clases. Funcionamiento y transferencia del programa Para la transferencia del Programa Nacional y su conversión en el Programa de Vaso de Leche Escolar regional, se designó una Comisión de Transferencia encargada de asegurar la continuidad y mejora de los diferentes aspectos operativos de la implementación del programa en el ámbito regional. Luego de un proceso gradual de transferencia, el programa empezó a ser ejecutado plenamente por la administración regional a partir de enero del 2000, manteniendo como población objetivo todos los estudiantes de educación primaria inscritos en las escuelas oficiales de la Región Trinidad. La Comisión de Transferencia aconsejó continuar el reparto de leche según tres modalidades: 1) leche pasteurizada envasada en cajitas de un cuarto de litro, para los planteles urbanos de las localidades con vías de acceso para el tránsito de camiones; 2) leche en polvo, para ser preparada por el personal de los planteles rurales con ambiente de cocina y 3) “galletas” de leche comprimidas, para los planteles rurales que no contaran con ambiente de cocina. Participaban en el programa, además de la Secretaría Regional de Salud (SRS), la Secretaría Regional de Educación (SER) y la Asociación de

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Ganaderos de Trinidad. A la SRS le correspondía la responsabilidad de implementar el programa de acuerdo a las políticas, metas y estrategias fijadas por el Consejo Regional de Coordinación Intersectorial, el cual estaba integrado por la Secretaria Regional de Salud, quien lo presidía, y por representantes de las Secretarías Regio nales de Educación, Agricultura, Promoción Social y de la Universidad Nacional. Dentro de la Secretaría Regional de Salud, el programa estaba presupuestal y funcionalmente adscrito a al Sub-Secretaría de Nutrición, de la cual dependían las 5 unidades de nutrición establecidas en la región. Estas unidades se encargaban de supervisar la ejecución del programa en el ámbito de cada una de las 5 provincias y presentar informes periódicos con recomendaciones pertinentes a su funcionamiento. Además, debían verificar las facturas firmadas y selladas por los directores de las escuelas cada vez que recibían la leche, las cuales debían ser presentadas a la SRS por la Asociación de Ganaderos o las casas comerciales, según corresponda, para su oportuna cancelación. También dentro de la Secretaría Regional de Salud, el programa contaba con un Comité de Coordinación que se encargaba de asesorar acerca de su cobertura y alcance, conocer las quejas y estudiar los problemas ocasionados en el proceso de ejecución y proponer soluciones en cada caso. La Secretaría Regional de Educación participaba en el programa a través de la Sub-Secretaría de Educación Primaria, la cual debía suministrar al Programa de Vaso de Leche Escolar la información actualizada correspondiente al cale ndario de actividades académicas

y la matrícula escolar, realizar y supervisar el programa en los planteles y recabar los datos de control pertinentes. Asimismo, centralizaba la información sobre la marcha del programa. La Secretaría Regional de Agricultura debía asegurar la disponibilidad del producto lácteo en el ámbito regional, tanto por parte de la Asociación de Ganaderos como por parte de las casas comercializadoras de alimentos, de modo que el Programa se ejecute sin problemas de abastecimiento a nivel regional. La Asociación de Ganaderos de Trinidad y las casas comerciales proporcionaban la leche (fresca en el primer caso y en polvo o en galletas en el segundo caso), según la demanda estudiantil, en cada uno de los planteles donde se comprometiera su participación. El licenciado Romero inició sus entrevistas luego de reflexionar sobre la información que necesitaba recopilar. Decidió hacer hincapié en las tres preguntas siguientes: 1) ¿Cómo se incorpora un plantel al programa? 2) ¿Cuáles son ol s problemas que se han presentado en el funcionamiento del programa? 3) ¿Qué se puede hacer para solucionar estos problemas?

La Secretaría Regional de Salud Con el personal anteriormente adscrito a la SRS, el Lic. Romero llevó a cabo tres entrevistas: una con el ex-Secretario Regional de Salud, otra con la ex-Jefa del Programa del Vaso de Leche Escolar, quien estuvo a cargo del programa en la región durante su transferencia del gobierno central a la administración regional, y la tercera con una nutricionista que supervisaba el programa en la capital de la región.

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El ex-Secretario Regional de Salud La primera entrevista fue con el exSecretario Regional de Salud. Según este médico-administrador, el programa se iniciaba cada año escolar con base en las listas de matriculaciones que la Secretaría Regional Educación enviaba a la SRS. Para incorporar un plantel adicional al programa, su director debía dirigirse al Sub-Secretario Regional de Nutrición y preparar un oficio para solicitar el pedido. Una vez que la SRS conformaba la solicitud con el listado recibido de la Secretaría Regional de Educación, se tramitaba la orden para hacer llegar la leche al plantel. El ex-Secretario Regional explicó que, para velar por la buena marcha del programa, se organizó el Comité de Coordinación compuesto por representantes de Secretaría Regional de Educación y de la Asociación de Ganaderos, además de la SRS. El Comité de Coordinación velaba por la ejecución coordinada del Programa, recibía quejas, identificaba problemas y les buscaba solución. Las quejas venían de los padres de familia, de los directores y maestros de las escuelas, y de la asociación de ganaderos o de las casas comerciales. Se recibían mediante llamadas telefónicas y por escrito.

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Los maestros (agregó) no le prestaban interés al programa, se les acusaba de llevarse la leche en vez de repartirla o, simplemente, se manifestaban abiertamente en contra del programa… Había escuelas en zonas urbano marginales donde los camioneros decían que no podían llevar la leche a diario, porque “los caminos están en mal estado y se dañaban mucho sus vehículos”. Esta queja se resolvía asignándole a esas escuelas la leche en polvo. Aunque en estos planteles a menudo no se disponía de agua, ni de luz, ni de sitio donde mezclar la leche para repartirla. Además, muchos de los maestros se negaban a mezclar la leche, recordándoles a sus supervisores que ellos no eran “lecheros”.

El ex-Secretario Regional de Salud le informó al licenciado Romero que, debido a estos problemas, se empezó a repartir la leche en polvo directamente a los padres de familia para que se la dieran a los niños en su casa. Esto como resultado del propio pedido de algunos padres que aducían que ellos harían un mejor uso de la leche del programa. La ex-Jefa del Programa

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¿Cuáles, a su juicio, eran los principales problemas que afectaban el funcionamiento del programa? (preguntó el Lic. Romero). La leche no llegaba a las escuelas o llegaba de manera muy irregular porque “había huelga de camiones”, “porque se pinchó una llanta”, “porque se echó a perder el camión”, porque “la escuela es inaccesible”.

La ex-Jefa del Programa fue la próxima entrevistada. Aunque el papel del Comité de Coordinación era supervisar, asesorar y asegurar que todos cumplieran con el programa, la ex-Jefa del Programa insistió en que después de “unas cuantas reuniones al principio, en realidad el Comité nunca funcionó”. La entrevistada recordó vivamente los problemas de funcionamiento del Programa: las

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frecuentes fallas mecánicas de los camiones, la falta de equipos de refrigeración en los planteles donde guardar la leche hasta el momento del reparto, la poca disposición de los directores de los planteles para colaborar con el programa y los constantes pleitos entre los camioneros y los empleados de las escuelas. Según la ex-Jefa, era muy difícil identificar y resolver las irregularidades que afectaban el funcionamiento del programa, porque “los directores no reportaban los problemas a la Secretaría Regional de Salud a través de sus respectivas unidades de nutrición”.

los supervisores de Primaria de la Secretaría Regional de Educación para familiarizarlos con el programa. Sin embargo, ella pensaba que, fuera de la Secretaría Regional de Salud, nadie se preocupaba por el programa. Refiriéndose a la Secretaría Regional de Educación, comentaba: “Esa gente no le tenía mucho cariño al programa. Decían que era una carga”. A su juicio, el programa adolecía de las siguientes fallas: - No se realizaban repartos los días viernes, debido a las reuniones de profesores programadas para ese día. -

Los directores se quejaban del “papeleo” que requería el programa, diciendo que ya tenían suficiente con lo que les pedía la Secretaría de Educación.

-

Los camioneros se resistían a llevar la leche a zonas rurales o a barrios urbano marginales. Además para tener libre la mañana para transportar otra mercadería, llevaban la leche tan temprano que a veces no había en la escuela quien la recibiera.

-

En los planteles, no había donde guardar la leche, especialmente la que llegaba en la mañana para el turno de la tarde.

-

Los directores y los camioneros “se pusieron de acuerdo para firmar las notas de entrega de antemano… Lógicamente se tuvo que mandar a parar eso, pues el propósito de la nota de entrega era el de llevar el control de la cantidad de leche entregada y servir de constancia para fines de facturación”.

La nutricionista Al terminar su entrevista con la ex-Jefa del Programa, el Lic. Romero se dirigió a la Unidad de Nutrición de Trinidad, la capital de la región, para conocer la perspectiva de la nutricionista que, hasta hacía poco, lo supervisaba. Le comentó la nutricionista que, para incorporar un plantel al programa, su director debía traerle un oficio, junto con los datos de inscripción actualizados. Los pagos a la Asociación de Ganaderos o a las casas comerciale s se hacían de acuerdo con las notas de entrega de cada día, firmadas y selladas por los directores en el momento de recibir la leche. Luego la empresa presentaba su copia a la unidad, donde se conformaba con los informes enviados por los directores a la Secretaría Regional de Salud, para entonces tramitar la cancelación mediante una orden pago. La nutricionista informó que, para efectos de supervisión, se contaba con un Comité de Coordinación que canalizaba las quejas sobre el programa y les buscaba solución. Además, ella se reunía por lo menos una vez al año con

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En las escuelas donde se distribuía las galletas de leche, los niños no las querían comer porque decían que eran “horribles y duras”.

El jefe de ventas

Al indagar sobre cómo la nutricionista intentaba manejar los problemas, comentó:

-

Cuando había problemas, yo llamaba a la Asociación de Ganaderos, pero no podía obligarlos a cumplir, ni tampoco, el gerente podía obligar a los camioneros a llevar la leche a las zonas rurales o a los barrios marginales. Con tanto problema en estas zonas, se optó por distribuir leche en polvo… Pero se terminó entregando las bolsas de leche a los padres de familia ya que las escuelas no una tenían como prepararla y no se sabía si la leche llegaba efectivamente a los niños. En el caso de las galletas de leche no podíamos hacer nada porque las casas comerciales venden sólo una marca de dichas galletas.

También recordó la nutricionista las dificultades que había para darle seguimiento a las quejas y denuncias de carácter anónimo que se recibían por teléfono. “Si los reclamos no se hacían por escrito (explicó) no se les podía dar seguimiento”.

La Asociación de Ganaderos A continuación, el Lic. Romero se entrevistó con el jefe de ventas de la Asociación de Ganaderos de Trinidad que suministraba la leche fresca pasteurizada a las escuelas.

El jefe de ventas de la Asociación manifestó lo siguiente: Los camioneros no son empleados de la Asociación. El sindicato de camioneros los selecciona para contratar sus servicios, a fin de atender las necesidades de este programa. Se le paga de acuerdo con la leche repartida… A los camioneros no les gusta mucho este trabajo porque se trabaja solo las mañanas en horario fijo de lunes a jueves, de seis a ocho meses del año y no pueden aceptar otros contratos de envío de mercadería a puntos distantes durante casi toda la semana.

El licenciado Romero le preguntó al jefe de ventas acerca de las dificultades del programa desde la perspectiva de la Asociación. -

Bueno, la leche debe llegar a los planteles entre las 7:00 y las 11:00 y, ojalá, antes de las 9:00 para que pueda repartirse en el recreo. Pero a veces cuando tienen otros encargos de transporte, los camioneros tratan de llevarla más temprano. A esas horas a veces no hay en la escuela quien la reciba y, entonces, tienen que volver más tarde… y al llegar al plantel, el director se tarda mucho con la nota de entrega. Unas veces no la firma porque no tiene talonario, otras porque está echando broma con sus compañeros en vez de atender al camionero. Pero si el camionero se atreve a reclamar, porque está apurado por seguir su ruta de reparto a lo demás planteles, los directores se enfadan y se tardan más.

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Al preguntarle el Lic. Romero sobre el problema de llevar la leche a algunas zonas rurales y barrios marginales, el jefe de ventas le respondió. -

Los camioneros no querían llevar la leche a algunas zonas o barrios por el pésimo estado de las carreteras o por la falta de seguridad. Decían que habían sufrido robos de mercadería y pérdida de accesorios de sus vehículos.

-

¿Cómo han hecho para solucionar el problema?

-

Tratamos de hablar con el sindicato de camioneros para llegar a un acuerdo, pero ellos nos dijeron que no podían obligar a sus miembros a ir a zonas donde no querían ir.

Con cada entrevista que realizaba, al licenciado Romero se le hacía más difícil la tarea de presentarle recomendaciones a la Dra. López sobre cómo manejar el programa.

La Secretaría Educación

Regional

de

-

Algunos directores no recibían la leche porque aducían que el programa pertenecía al partido del gobierno regional y ellos pertenecían al partido contrario.

-

¿Cómo hacía para resolver esos problemas?

-

Bueno, dentro de la propia SubSecretaría, los supervisores de Primaria supervisaban la marcha del programa en los planteles. Si no llegaba la leche, el director del plantel avisaba a la Sub-Secretaría de Primaria a través del respectivo supervisor. Donde ocurrían problemas de politiquería, mandábamos a los supervisores a arreglar las dificultades.

de

En la Secretaría Regional de Educación, el licenciado Romero se enteró de otras perspectivas sobre la marcha del programa. La Sub-Secretaría Primaria

con el programa durante el primer año después de su transferencia a la administración regional. Al igual que otros de los entrevistados, señaló como problemas la hora de llegada y el estado de la leche, la medida tomada de entregarle a los padres de familia la leche en polvo y la apatía de los maestros para participar en la realización del programa. La entrevistada reconoció que existían ciertos problemas de reparto: “Tal vez por inaccesibilidad, pero al presentarse este caso, se cambiaba la modalidad a leche en polvo o a galletas, pues los repartos se hacían semanales”. Consideraba la funcionaria que el programa sufría de una falta de comunicación entre los diferentes niveles. Señaló que en los planteles había maestros negligentes que dejaban de repartir la leche, o que permitían que asuntos ajenos al programa influyeran en su ejecución. Así, explicó la entrevistada:

Educación

La Sub-Secretaría de Educación Primaria, según su representante en el Comité de Coordinación, coordinaba la acción de la Secretaría Regional de Educación con la Secretaría Regional de Salud. La representante había trabajado

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-

¿Con qué frecuencia se reunía el Comité de Coordinación?

-

Nos reuníamos cada vez que había un problema que tratar, aunque siempre estábamos en contacto... El Comité se enteraba de los problemas que hubiera a través de los representantes de la Secretaría Regional de Educación y de la Asociación de Ganaderos y, directamente, de los maestros, directores y de algunos padres de familia. Para conocer los problemas, se mandó una circular a todas las escuelas con un número de teléfono donde llamar para reportar las quejas. Además, este número se hizo de conocimiento público. Por ejemplo, algunos padres llamaron para reclamar que los maestros se llevaban la leche a su casa en vez de repartirla.

-

¿Se recibían informes maestros y directores?

de

los

-

En realidad, la mayoría de veces no habían informes ya que por la falta de respuesta no se quejaban.

Al iniciar sus entrevistas en los planteles, el licenciado Romero pensaba que contaba con bastante información sobre el funcionamiento del programa.

planteles recibían leche pasteurizada y el cuarto leche en polvo. Las respuestas de los directores fueron bastante parecidas entre sí, como lo evidencian las siguientes: -

Yo tuve que luchar cuatro meses para que me empezaran a mandar la leche aquí.

-

Utilicé cuanta palanca había acumulado en mis treinta y pico de años en el Sector, para que me hicieran llegar la leche más o menos regularmente.

-

Es así en todo programa de asistencia social. Siempre hay que conocer a alguien, tener una palanca, para que el programa se cumpla en el área de uno.

Los directores afirmaban que, aun con tanta lucha, la llegada de la leche no era regular. Según uno de ellos: -

Una vez pasó un mes entero sin que llegara una gota de leche.

Mientras comentó:

que

otro

director

-

Cuando llegaba la leche, muchas veces venía con algunas cajitas vacías.

-

Teníamos tres formas de distribuir la leche fresca a los escolares: los alumnos hacían cola en la puerta de la cocina o almacén y el asistente administrativo repartía las cajitas; se ponía una mesa en el patio de recreo y un par de profesores o el asistente hacían el reparto; o se llevaba las cajitas al aula y el propio profesor se

Los directores de los planteles Para sorpresa suya, el licenciado Romero quedó gratamente impresionado por la actitud hacia el programa que encontró en los cuatro directores. Los entrevistados llevaban años traba jando en el Sector Educación y por lo menos tres años como directores de sus respectivos planteles. Tres de los

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encargaba de entregarlas. La mayoría de veces esto funcionó bien pero a veces se presentaban algunos problemas, como en el caso del reparto en la cocina o almacén, situación en la que se formaban largas colas de estudiantes en las escuelas grandes o me dianas. -

A veces la leche – decía otro –se echaba a perder en la mañana para los alumnos del turno de la tarde. Aunque nuestro objetivo era que los niños tomaran la leche, no teníamos refrigeradora para guardarla y evitar que se calentara y malograra. Si la leche estaba caliente o en mal estado, los alumnos se negaban a tomarla.

-

Pero esa leche, cuando más, dura tres días en la casa, porque la toma toda la familia.

Para obtener la leche en polvo, el director del plantel tiene que ir hasta la unidad local de la SRS y solicitarla, para luego pasar a recogerla en el depósito de la SRS ubicado en otra zona. Explic aba el director entrevistado: -

Si la encargada de recibir las solicitudes no estaba, perdía mi viaje y tenía que volver a perder otro día de trabajo... También tengo que ver cómo hago cada dos meses para conseguir un camión que me vaya a buscar la leche...

A pesar de tantos problemas con la leche fresca, la alternativa de la leche en polvo también presentaba problemas. El director del plantel que recibía leche en polvo señaló algunas de las dificultades que había presenciado:

La directora de otro plantel, que había sido calificado de “inaccesible”, explicó al licenciado Romero cómo logró evitar el cambio a la leche en polvo:

-

Nos cambiaron de leche líquida a leche en polvo, porque los camioneros decían que la escuela era inaccesible... Pero este asunto de la accesibilidad es muy relativo, pues al abasto que está frente a la escue la, todos los días le llega el camión de bebidas gaseosas.

-

Cuando comenzó el programa, mandaban muy irregularmente la leche, a veces venía mala y no venía a hora fija. Iban a cambiarnos a leche en polvo, pero nosotras nos ganamos al camionero “sanamente” y decidieron seguir enviándonos la leche líquida.

Agregó el director que se había pensado mezclar la leche en polvo en la misma escuela. Pero el procedimiento resultó inoperante debido a la falta de agua en la zona donde está ubicada la escuela, así como por la carencia de instalaciones y equipos para hervir el agua y batir o licuar la leche. De modo que se optó por repartir a los padres de familia tres bolsas de leche por niño cada semana. El director advirtió:

-

¿A dónde acudieron para que les mandaran la leche?

-

Debíamos haber ido a la SubSecretaría de Primaria en la Secretaría Regional de Educación ... Pero, por fin, la conseguimos a través de una señora asignada a la localidad que trabajaba en la Secretaría Regional de Salud.

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Cuando la leche no llegaba al plantel, los directores hacían su reclamo en diferentes lugares. Uno acudía a la Secretaría de Educación y los otros a la asociación de ganaderos. Según los directores, los supervisores de la Secretaría de Educación no se preocupaban por el programa. Aunque los directores aseguraron que planteaban sus problemas en las reuniones que mensualmente celebraban con los supervisores, se informó que éstos mostraban poco o ningún interés en la marcha del programa, o en la solución de los problemas que afectaban su funcionamiento. Dos de los directores coincidieron en la necesidad de una mayor supervisión. -

Dígales a los de la Secretaría Regional de Salud que manden supervisores. Así se podría encontrar solución a muchos de los problemas.

Las apreciaciones del Jefe del Programa Al salir de su última entrevista, realizada en El Cerrito, el licenciado Romero se montó en un vehículo que lo llevaría hasta las oficinas de la Secretaría Regional de Salud. En el trayecto, revisaba los resultados de las entrevistas que había sostenido con los directores, y el contraste entre las perspectivas de éstos y las que le habían presentado los demás funcionarios. Esa tarde le adelantaría a su amigo el Dr. Juan Valdez, asesor de la Secretaría Regional de Salud, algunos de los resultados de las entrevistas y le plantearía la confusión que tenía. -

En realidad no sé por dónde empezar... Fíjate en una cosa. En la primera entrevista, el ex-director de la SRS me dijo que había un Comité de Coordinación que canalizaba las quejas y los problemas y les daba solución. Pero la licenciada que ocupaba mi puesto me dijo que esto nunca funcionó. Y un director del plantel se quejó de que este Comité no tomaba en cuenta la información que le hacía llegar sobre cómo marchaba el programa realmente.

-

Pues del Consejo no sé nada... Cuando yo llegué a la Secretaría Regional de Salud, el programa ya tenía tiempo funcionando con problemas. A lo mejor el Comité dejó de funcionar hace tiempo.

-

¿Quién sabe? Pero, mira esto. Los altos funcionarios de la Secretaría de Salud y de la Secretaría de Educación decían que los directores de los planteles y los maestros no colaboraban, que eran apáticos y

El licenciado Romero, al constatar que todos los directores se mostraban tan abiertos y colaboradores al hablar del programa, les preguntó sobre la actitud de los maestros. He aquí dos de las respuestas: -

-

Yo trabajo con los maestros en el programa, y nunca hemos tenido ningún problema... Dicen otros directores que han tenido proble mas con los maestros, pero en este caso, han colaborado mucho. El problema que he tenido con los maestros es que quieren una dotación de leche para sus hijos.

El licenciado Romero dio por concluidas sus visitas a los cuatro planteles.

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que, en realidad, no les importaba el programa. Pero los maestros con quienes yo hablé se matan viendo cómo hacer para que se les mande la leche a su plantel... Hablan por aquí, meten palanca por allá, para que les empiece a llegar la leche. Para completar, los directores dicen que quisieran que hubiera gente “allá arriba” que se preocupara por el programa, que lo hicieran cumplir, y que hubiera menos politiquería con estos programas sociales que se hacen en bien de los muchachos. -

¿Cómo que el culpable siempre es otro?

-

Así parece. Además, a los planteles ubicados en las zonas rurales alejadas o en barrios marginales con acceso complicado les mandan la leche en polvo una vez que los camioneros los designan como “inaccesible”. Sin embargo, dicen que los camiones de bebidas gaseosas le llegan al abasto de enfrente cada día. Y otra directora dijo que, si no se hubieran ganado el camionero, a su plantel lo iban a calificar de inaccesible.

-

Pues, si las cosas son así como tú las describes, yo francamente no sé que puedes recomendar...

-

La verdad, no se muy bien por dónde comenzar a pensar en los problemas del programa. ¿Cuáles son los problemas más importantes? ¿Qué puedo hacer para enfrentarlos? ¿Qué acciones debo tomar para intervenir sobre dichos problemas? ¿Los involucrados me apoyarán en ello? Todas estas preguntas son complicadas y tengo que tener listas

propuestas concretas para la semana que viene. ¿Qué hago?

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