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“Los tatuajes son señal de que un profesionista es inadecuado o incapaz para el desarrollo de su trabajo” El tema de los tatuajes en un contexto profesional ha sido motivo de controversia ya que muchas empresas no aceptan a las personas con algún tatuaje. Y muchos reclutadores están de acuerdo con estas decisiones y al momento de elegir a un candidato esta parte se podría ver discriminadora, que en la actualidad es así ya que así como las mujeres embarazadas no se les debe negar el ser contratadas en las empresas al igual debería de pasar con las personas tatuadas. Por ello en el presente trabajo se darán argumentos a favor y en contra, pero lo primordial es que no hay que satanizar a las personas con tatuajes porque la mayoría de ellos se los hicieron en la juventud, algunos por rebeldía otros por algún propósito. Con esto no se quiere decir que eran inconscientes de las consecuencias. Algunos reclutadores dicen que una persona que se hace un tatuaje o varios es porque no está conforme con su cuerpo, que no es estable, etc. Y que por lo mismo al momento de contratarlo en unos meses dejara el empleo porque si no está conforme con su cuerpo como le puedes pedir compromiso o algo mayor dentro del trabajo. También se pretende dar otra forma de evaluación al momento de elegir al candidato adecuado para la plaza ya que en base a prejuicios no es correcto elegir o rechazar a un candidato.
Breve historia de los tatuajes Dicen algunos que el término “tatuaje” (tatoo en inglés, pronunciado tatú) tiene un origen polinesio. Más concretamente, en la lengua polinesia “ta” que significa golpear o de la expresión “tau-tau” utilizada para hablar del choque entre dos huesos. El tatuaje, es una práctica que probablemente haya surgido de la mano de la pintura o el arte rupestre en el Paleolítico Superior; el Homo Sapiens Sapiens fue el primer homínido en desarrollar el arte en sus diferentes dimensiones durante la prehistoria y parece ser que el tatuaje no fue la excepción. Difícilmente podamos hablar de “el origen” del tatuaje; de hecho, se trata, de una práctica ancestral que se desarrolló de forma independiente entre numerosos pueblos de la humanidad. Formó de esta manera parte del patrimonio cultural de diferentes grupos, en los que se llevó a cabo por medio de diferentes técnicas y al mismo tiempo con objetivos diversos. Hoy la evidencia más antigua que registra este fenómeno y su antigüedad, son los restos encontrados en 1991 en un glaciar de los Alpes, situado en la frontera entre Austria e Italia. Se trata de los restos momificados naturalmente de un cazador neolítico, conocido con el nombre de “Oetzi”, con una antigüedad de 5300 años, con la espalda y las rodillas tatuadas. En cuanto a nuestro país, la primera evidencia que se tiene sobre la existencia de la práctica del tatuaje corresponde a tiempos prehistóricos. Según las fuentes de los cronistas, de entre los siglos XVI y XIX, que entraron en contacto con los charrúas, relatan que éstos, tenían tatuajes (D’Orbigny, 1959). Según Acevedo Díaz (En: Figueira, 1977: 302) “la mayor parte de los charrúas tenían el pecho y la espalda, y algunos de ellos hasta la cara misma, cubiertos de cicatrices muy unidas, hechas con puntas de flecha, y formando varias figuras y bordados”.
El descubrimiento de Cook El tatuaje se difundió en Occidente gracias a las exploraciones a tierras exóticas de los siglos XVIII y XIX, financiadas por la corona británica. En una de estas, el capitán James Cook entró en contacto con indígenas de las Islas Marquesas y con los maoríes, entre otros. Estos les mostraron a los marineros el arte del grabado corporal y les enseñaron a tatuar mediante diversas técnicas. Estos hombres intrépidos instalaron estudios de tatuaje en los puertos y los hicieron popular entre las clases trabajadoras, los marines y los criminales. De aquí la clásica imagen del pirata borracho con los brazos llenos de tatuajes. También estuvo presente en el continente americano. En América del Norte se aplicaba la decoración corporal en los ritos de paso, cuando los jóvenes llegaban a la pubertad. Entonces se les dibujaban motivos en el cuerpo para proteger el alma que iba camino a la muerte. Más al sur, en América Central, los guerreros se tatuaban para conmemorar las victorias bélicas y honrar a los dioses.
¿Qué hay detrás de los tatuajes? En el cuerpo se expresan las emociones, por ejemplo cuando una persona siente vergüenza su piel se sonroja, y cuando está nerviosa su piel transpira. Así como la piel nos delata escenificando lo que sentimos en un lenguaje no verbal, los tatuajes son marcas, e incluso expresiones artísticas, que intentan poner en evidencia a través del cuerpo, aquello que no puede ser expresado en palabras, o simplemente que las palabras no alcanzan para expresarlo. El tatuaje es entendido como marca o sello que imprime aquello difícil en poner en palabras. Las cicatrices al igual que los tatuajes son marcas y las cuales generan las preguntas ante cicatrices notorias: ¿Qué te pasó? y ¿Cómo te hiciste esa cicatriz? Las respuestas explican una historia detrás de esa marca, ya sea un accidente o una operación médica. Es conocido que desde tiempos remotos pertenecer a una tribu implicaba compartir el mismo ritual, y estar marcados por un sello, como signo compartido por el resto de los integrantes, como rasgo distintivo de ese grupo. En ese sentido se considera al tatuaje un rasgo que confiere identidad, que marca pertenencia a un grupo, o tribu. Recordemos que los marineros se caracterizaban por tatuarse en sus brazos un ancla o un timón, propios de su oficio, e incluso símbolos que representaban los distintos lugares geográficos a los que accedían en sus viajes. Generalmente los marineros, no tenían familia, justamente por sus largos viajes. Se decía que no tenían nacionalidad, y un amor en cada puerto. Entonces el tatuaje, como sello que fija, marca un anclaje, ante tanto vaivén, y devenir de un lugar a otro. En este caso les confiere identidad como pertenencia a un grupo. Hay grupos de jóvenes que eligen para tatuarse un signo que los represente, como modo de hermanar su amistad. Si bien es cierto que vivimos en la época del zapping cultural, y efímero, que se caracteriza por los sentimientos light y transitorios, los jóvenes como modo de sortear los vaivenes de su época, intentan inmortalizar algo, que perdure para siempre, que sea eterno, y que los caracterice y distinga. En este sentido el tatuaje es entendido como marca que identifica, perdura y se perpetúa en el
tiempo. El tatuajes es un anclaje a la realidad, es decir, “todo pasa, pero esta marca quedará”. Estas interpretaciones se pueden hacer en base a la historia de los tatuajes aun cuando no hay una historia muy precisa si hay vestigios de los mismos. En la actualidad se ha puesto de moda el hecho de hacerse un tatuaje el cual para los jóvenes es una forma de expresar su rebeldía contra los padres y las normas establecidas, pero al momento de que se encuentra en un contexto distinto en que un adulto es el que se hace el tatuaje que contenga un significado o una forma de recordar algo. Encontramos que ya no solo es por ir en contra de la autoridad sino trae un sin fin de significados. Como bien se menciona en los párrafos anteriores. Aunque esos adolescentes que en un primer momento se hicieron el tatuaje por rebeldía o para ser parte de un grupo social, al crecer y al insertarse en la sociedad trabajadora o en el mal llamado “mundo real” con responsabilidades, obligaciones, compromisos, etc. Se encuentra que no es bien aceptada la gente con tatuajes por lo que tiene dos opciones una quitárselo que es un proceso doblemente doloroso o el estar en la parte marginal de la sociedad. En lo que sigue hablaremos de la parte legal ya que como la sociedad va cambiando y ya hay más personas con tatuajes el gobierno modernizo las leyes para la no discriminación de las personas con tatuajes o piercing para la obtención de un empleo ya que es un derecho primordial.
Punto de vista empresarial En el ámbito laboral se encuentra esta controversia ya que muchos reclutadores tienen la idea que una persona con tatuajes no tendrá compromiso con su trabajo ni mucho menos con la empresa, también tienen la idea de que son delincuentes y en cualquier momento van a robar a la empresa. O bien si hablamos de una empresa de servicios y la persona cuenta con un tatuaje en una zona visible la imagen corporativa se verá afectada. También existe el punto de vista en donde si el tatuaje no se presenta en una zona visible y cumple los requisitos necesarios para el puesto lo contratan sin ningún problema. En el periódico el universal del 31 de octubre 2013 con título "No me contrataron por tener tatuajes" publicaron el caso de Ana, psicóloga de profesión, aprobó diversos exámenes para ingresar a laborar pero fue rechazada por estar tatuada. En el fragmento de la nota que se les comenta expresa en que empresa fue en la que la rechazaron y la forma en que la trataron “Había pasado todas las pruebas sicométricas, las entrevistas y el penúltimo paso era entrar con la doctora. Me mandaron con ella y después de eso me hicieron esperar mucho tiempo, fueron varios exámenes”, menciona. El pasado 14 de octubre Ana acudió al Centro de Distribución (Cedis) de Soriana, ubicado en la zona de la Central de Abasto de Tultitlán, donde realizó diversos exámenes como requisitos para acceder al cargo solicitado, en el área de Recursos Humanos, precisamente para reclutamiento y selección de personal. “Llevaba como cuatro horas, más o menos, con todas las pruebas. Después de que salí con la doctora me mandaron otra vez a la misma sala de reclutamiento, me pidieron que me sentara, entraron varios reclutadores, después salieron así como riéndose, pidieron que entrara, en ese momento me dijeron que todo iba muy bien, pero que la doctora les había dicho que yo tengo tatuajes y por eso era el motivo de mi rechazo”, expresa. Añade: “Nunca me especificaron que era un motivo por el cual no podía entrar y además la forma en que me lo dijeron fue entre burla y groseramente, de que yo no era eficiente para el puesto por ese motivo (los tatuajes)”
Al leer este caso vemos una falta de respeto hacia las personas y una falta de ética profesional de los reclutadores ya que la forma de comunicar el rechazo de la candidata fue muy errónea. Por lo que el gobierno a partir de las numerosas violaciones a los derechos humanos y de la que en este artículo hablamos es la discriminación. En La Carta Magna en el artículo primero, conforme a la reforma del 11 de junio de 2011, prohíbe toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, de salud, religión, opiniones, preferencia sexual, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las humanas. La Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Distrito Federal (2011), amplía aún más el concepto y señala que en la capital del país se prohíbe toda negación, exclusión, distinción, menoscabo, impedimento o restricción de alguno de derechos humanos individuales, grupos y comunidades en situación de discriminación. La discriminación, de acuerdo con esta Ley, es imputable a personas físicas o morales o entes públicos con intención o sin ésta, dolosa o culpable, por acción u omisión. Entre las razones por las que nadie puede ser discriminado, (además de las ya mencionadas) la Ley del Distrito Federal añade el género, identidad indígena, de género, expresión de rol de género, condición jurídica, apariencia física, características genéticas, opiniones políticas, académicas o filosóficas, identidad o filiación política, orientación o preferencia sexual, estado civil, forma de pensar, vestir, actuar, gesticular, tener tatuajes o perforaciones corporales o cualquier otra que tenga por efecto anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de derechos y libertades fundamentales y la igualdad de las personas. Esta ley protege a las personas de la discriminación, pero algunas empresas aun utilizan la comunicación de una forma manipuladora, ya que en vez de decir no te acepto por tus tatuajes te ponen peros en algún otro aspecto, por lo que aún nos hace falta crear una cultura más tolerante y sincera.
Conclusión Como tema polémico siempre habrá opiniones en contra y a favor, lo que se puede comentar es que el hecho de que una persona haya decidido el haberse hecho un tatuaje en cualquier etapa de desarrollo no debería de afectar en su desarrollo profesional ya que las competencias que vamos desarrollando van en sentidos contrarios. Es como dice la frase, “No juzgues a un libro por su portada”. Si bien hay personas que tienen tatuajes y han demostrado ser delincuentes o simplemente personas de una ética profesional dudosa no debemos de juzgar a todos por la misma ley, sino simplemente dejar que la persona demuestre sus competencias y eso es lo que importa. Porque los reclutadores lo que buscamos es al candidato idóneo para el puesto mas no a la persona que aparente solo serlo.