Luchando con fantasmas - Entre la ciencia y el arte

Luchando con “ fantasmas” - Entre la ciencia y el arte Dr. Osamu Kitayama Con “fantasmas” “A la edad de tres años pasé por la estación de tren de allí
Author:  Rosa Rey Cáceres

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Luchando con “ fantasmas” - Entre la ciencia y el arte Dr. Osamu Kitayama Con “fantasmas” “A la edad de tres años pasé por la estación de tren de allí (Breslau) cuando nos mudábamos de Freiberg a Leipzig, y las llamas de gas que vi por primera vez me hicieron pensar en espíritus quemándose en el infierno” (Fechado Diciembre 3, 1897) (Freud, 1985) En el texto original de Freud en alemán, la palabra para “espíritus” era Geister, tal vez recordándole el fantasma de su hermano menor, que había muerto a una edad muy temprana, y al que estaba dejando atrás en su lugar de nacimiento Freiberg, conocido actualmente como Píbor. Además, con respecto a su ansiedad frente a los viajes, en su carta a Wilhelm Fliess datada el 3 de octubre de 1897, Freud describe la siguiente experiencia mientras viajaba de noche desde Leipzig hacia Viena: “… que yo había recibido a mi hermano varón un año menor (que murió luego de algunos meses) con malos deseos y genuinos celos infantiles; y que su muerte dejó el germen de (auto) reproches en mí…” Ahora puedo interpretar que uno de los fantasmas que lo perseguían en su viaje era su hermano menor Julius, a quien él había “asesinado” por sus celos, y que más tarde lo amenazaba. En “La vida y obra de Sigmund Freud”, el autor Ernest Jones describe la fobia de Freud a viajar de la siguiente manera: “Resultó estar conectada con el temor a perder su hogar (y en última instancia el pecho de su madre) – un pánico a la inanición, que debe haber sido a su vez una reacción a cierta avidez infantil.” (Jones, 1955) Parecería que el “fantasma” de su hermano menor, con quien Freud había luchado por el amor de su madre, le había dado caza, cubriendo su viaje con miedo y ansiedad. Hay un episodio muy conocido en el cual Freud, que supuestamente había ya superado su miedo a viajar, había ido a Munich en 1912, criticando a los suizos por ignorar sus trabajos e inclusive su nombre, y se desmayó en presencia de Carl Jung. Un incidente similar ocurrió antes que este, en 1909, cuando estaba por partir en un viaje a América. “Todos sus ataques pueden ser rastreados en relación al efecto que tuvo sobre él la muerte de su hermano menor cuando tenía un año y siete meses…” ( Jones, 1955) Con los dobles Esto estaba nuevamente en conexión con un viaje en tren, pero años más tarde, un “doble ominoso” aparece como un fantasma: “Estaba sentado solo en mi compartimento del coche-cama cuando una sacudida más violenta que lo usual hizo girar hacia atrás la puerta de la cabina-lavabo adjunta y un hombre mayor en un traje de dormir y una gorra de viaje entró. Supuse que al haber salido de la cabina-lavabo, que estaba ubicada entre los dos compartimentos, había tomado la dirección equivocada y había entrado a mi compartimento por error. Pegando un salto con la intención de mostrarle la dirección correcta, me di cuenta inmediatamente para mi consternación que el intruso no era otra cosa que mi reflejo en el espejo de

la puerta abierta.” (Freud, 1919) Por supuesto, realmente no se puede luchar con el propio fantasma o doble. Sin embargo, repetidamente algunos artistas aparecen frente a él como objetos reales de los que Freud se vuelve celoso y con los que compite. Por ejemplo, durante 1880, para el joven Freud sus rivales en el amor, que trataban de separarlo de su amada eran artistas. Uno de estos rivales era un primo de Martha, Max, quien era músico. Freud estuvo angustiado al escuchar que Max había compuesto una canción y la había cantado para ella. Otro rival fue su amigo Fritz Wahle, que también era artista. “Creo que hay una general hostilidad entre artistas y aquellos comprometidos en los detalles del trabajo científico. Sabemos que ellos poseen en su arte una llave maestra para abrir con facilidad los corazones femeninos, mientras que nosotros nos enfrentamos indefensos frente al extraño diseño de la cerradura…” (Jones, 1953) La siguiente frase también muestra con claridad cuan celoso estaba Freud de la creatividad y fama de los artistas hombres que ganaban el corazón de las mujeres. “Un artista está oprimido por necesidades instintivas excesivamente poderosas. Desea ganar honor, poder, riqueza, fama y el amor de las mujeres; pero carece de los medios para lograr estas satisfacciones. Por lo tanto, como cualquier otro hombre insatisfecho, se aleja de la realidad y transfiere todo su interés y también su libido a las construcciones deseadas de su vida de fantasía, donde el camino puede llevar a la neurosis.” (Freud, 1916-17) Este tipo de personas se puede encontrar en cualquier lado; especialmente pueden ser hallados entre los artistas. Freud parece haber sabido que las obras de arte tenían un poderoso efecto sobre él, pero sentía que no se podía permitir el ser conmovido por ellas sin saber por qué era afectado, y afirma, “… por ejemplo con la música, soy incapaz de obtener ningún placer.” (Freud, 1914) El biógrafo Peter Gay (1988) describe a Freud como si fuera “no musical”. El hecho de que su madre era “musical”, según Jones, puede haber contribuido a este “triángulo amoroso” concerniente a la música. Más aún, la técnica de la asociación libre, estuvo inspirada por un libro titulado “El arte de convertirse un escritor original en tres días (K.L. Bórne), que se convirtió en la criptomnesia de Freud, o memoria escondida . “Dijo que cuando tenía catorce años había recibido la obra de Börne como regalo, que todavía poseía el libro cincuenta años más tarde, y que era el único que había sobrevivido desde su infancia.” (Freud, 1920) Esto muestra que Freud había querido convertirse en un artista y al mismo tiempo había dirigido hacia ellos los sentimientos que había albergado hacia su hermano menor Julius, volviéndolo intensamente celoso de los artistas. El trabajó para sublimar estos sentimientos y finalmente desarrolló un método para tejer la historia de vida de los pacientes utilizando palabras. De este modo también él se convirtió en un artista escritor: aunque no pudo recibir un Premio Nobel por su trabajo científico, recibió el Premio Goethe, un premio cultural alemán prestigioso, en reconocimiento a su creatividad. Para conocer de qué manera Freud reconoció sus propios sentimientos de celos y el conflicto hacia los artistas, puede ser útil leer su carta escrita en 1906 a Arthur Schnitzler, un escritor seis años menor. Este escritor fue un artista y médico al que Freud reconocía como su alter ego. En esta carta, Freud confiesa su envidia: “… y finalmente llegué al punto de envidiar (beneiden) al autor al que hasta este momento había admirado (bewundern).” (Freud, 1975)

Quince años después de esto, en una carta a Arthur Schnitzler, quien había celebrado su sexagésimo cumpleaños, Freud escribió que en una dicotomía entre ciencia y arte, él había elegido llegar a ser un analista más que un escritor. “Me había atormentado con la cuestión de por qué en todos estos años nunca intenté conocerlo y tener una conversación con usted… Pienso que lo evité por cierta reluctancia a encontrarme con mi doble… Me siento inclinado a dar preferencia al explorador.” Para ambos, escritores y psicoanalistas, los seres humanos son el objetivo del análisis, por lo que en tal sentido el foco de su interés es el mismo. Sin embargo, mientras que un escritor reconocido transmite su comprensión a las masas, nosotros los psicoanalistas nos dirigimos a un paciente único. Esta importante diferencia causó en Freud la agonía de los celos. Ciertamente, aún en sus últimos años, muestra su ambivalencia todavía existente hacia Romain Rolland, un escritor diez años más joven. En sus intercambios con Romain Rolland, cuando el “sentimiento oceánico” se refleja hacia él a través del artista, como en un espejo, Freud niega este sentimiento y lo deja de lado. (Freud, 1930). Personalmente pienso que aun cuando dejaba de lado las emociones provocadas por los artistas, al mismo tiempo era perseguido por un “fantasma artístico”. Lo apartó, y eligió la ciencia sobre el arte, por lo menos en un nivel conciente.”” Lo que veo aquí no es real Habiendo superado su fobia a viajar, invitó a su hermano menor Alexander, con quien había creado una relación serena, a acompañarlo en un viaje a Grecia. Parece que este viaje fue uno de sus intentos por restaurar las relaciones persecutorias con sus “fantasmas”. “Por largo tiempo había visto claramente que una gran parte del placer de viajar reside en el cumplimiento de estos deseos tempranos – que está enraizado en la insatisfacción con el hogar y la familia.” (Freud, 1936) En una carta “abierta” a Rolland en 1936, escribe acerca de un sentimiento momentáneo “lo que veo aquí no es real”, luego fantasea una conversación con su hermano, que tiene la edad de Rolland: “Y ahora, aquí estamos en Atenas, parados en la Acrópolis! Realmente hemos hecho un largo camino!” Este sentimiento de satisfacción de “haber hecho tan largo camino”, teñido de sentimientos de culpa, tuvo lugar durante el viaje a la temprana edad de 48. Pero ahora, volviendo a relatarlo a sus “hermanos más jóvenes” – Alexander, Rolland y nosotros, los lectores- escribió al final: “… Yo mismo he envejecido y al tener necesidad de templanza, no puedo viajar más.” Como todos sabemos, su último viaje desde Viena fue hecho hacia París en el Orient Express en junio de 1938. Su destino era Londres, donde el viajero completó su viaje íntegro el 23 de setiembre de 1939. Dicotomía Mi conclusión es que el hermano más joven de Freud, Julius, que había robado la atención y el amor de la madre de Freud utilizando un desempeño artístico en la forma de “atracciones creativas”, fue el verdadero origen del fantasma artístico del que Freud permaneció celoso. En sus escritos se puede encontrar una prueba inequívoca del talento literario y artístico de Freud. Sin embargo, al posicionarse a sí mismo como un científico, se igualó con las habilidades y fama artísticas de otros mientras se sentía celoso de ellos. En el viaje llamado vida, él superó estas dificultades y se convirtió en un “artista científico”. En otras palabras, confrontó el fantasma que había surgido al haber “matado” a su hermano menor Julius por los “deseos enfermizos y celos infantiles” y a pesar de sufrir de fobia a los viajes y síncopes y sentimientos de celos y envidia hacia otros artistas, reconocía el valor de estas personas, conquistó un insight sobre el origen de sus sufrimientos y creó el psicoanálisis como una ciencia artística. El problema era la dicotomía entre arte y ciencia. La solución creativa para Freud fue lograr el

psicoanálisis, que era a la vez arte y ciencia. La dicotomía siempre es un problema extremadamente difícil. Hamlet, que estaba atormentado por el fantasma de su padre muerto, fue incapaz de resolver el problema “Ser o no ser”. Edipo, el rey, estaba desgarrado por el problema de ser un esposo o un hijo y fue incapaz de resolver la dicotomía de Yocasta de ser una esposa o una madre. El hecho es que era ambas. Es cierto que, como Wissenschaft (una palabra alemana traducida al inglés como “ciencia”, pero que tal vez es más exactamente “cuerpo de conocimientos”) el arte y el psicoanálisis son métodos que poseen igualmente la capacidad de dirigirnos hacia la verdad de los seres humanos. Por el hecho de que el psicoanálisis utiliza palabras, tenemos en realidad mucho que aprender de la literatura. Sin embargo, si el psicoanálisis tuviese que competir vigorosamente contra los “fantasmas artísticos” para ver quien es superior, en última instancia empañaría la diferencia crucial entre el psicoanálisis, como forma de comunicación personal que trata con un único analizando y el arte como forma de comunicación de m asas que trata con una audiencia de masas. Nosotros, como científicos artistas, tenemos frente a nosotros el segundo grupo, primero y principal y no un inespecífico tercer grupo. El psicoanálisis no es ni ciencia ni arte, sino ambos. Por lo tanto, debemos hacer múltiples idas y vueltas entre dos extremos en nuestra práctica tanto como en la vida, y los fantasmas pueden aparecer y desaparecer en el medio , donde tenemos que luchar con el dilema y llegar a acuerdos con ellos. La dicotomía de la vida y la muerte, sobre todo, es más difícil de integrar y para nosotros ir viajando en la vida es un viaje dicotómico hasta el final. Referencias Freud, S. (1914) The Moses of Michelangelo SE 13: 209-36, El Moisés de Miguel Angel, OC, Amorrortu Ed, Vol. 13 Freud, S. (1916-1917) Introductory Lectures on Psycho-Analysis, Part 3. SE 16 Conferencias de Introducción al psicoanálisis, OC, Amorrortu Ed., Vol. 15 Freud, S. (1919) The uncanny, SE 17: 217-56, Lo ominoso, OC, 900 Amorrortu Ed. Vol. 17. Freud, S. (1920) A note on the prehistory of the technique of analysis. SE 18: 263-5. Para la prehistoria de la técnica analítica, OC Amorrortu Ed., Vol. 18 Freud,S. (1930) Civilization and its Discontents. SE 21: 57-107 El malestar en la cultura, OC, Amorrortu Ed. Vol. 25 Freud,S. (1936) A disturbance of memory on the acropolis. SE 22: 239-48 Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis, (1936) OC, Amorrortu Ed. Vol. 22 Freud, S. (1975) Letters of Sigmund Freud. Ed. Freud EL. New York: Basic Books. Freud, S. (1985) The Complete Letters of Sigmund Freud to Wilhelm Fliess, 1887-1904. Trans. And ed. Masson JM. Cambridge, MA: Belknap Press of Harvard University Press. Sigmund Freud, Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904) Amorrortu editores, Gay, P. (1988). Freud: A Life of our Time, New York: W.W. Norton. Freud, Una vida de nuestro tiempo, Ed. Paidós, Buenos Aires Jones, E. (1953) Sigmund Freud: Life and Work. Vol. 1: The young Freud 1856 -1900. London. Hogarth. Vida y Obra de Sigmund Freud, Tomo 1, Colección Psicoanálisis, Ediciones Hormé Jones, E. (1955) Sigmund Freud: Life and Work. Vol. 2. Years of Maturity 1901-1019. London: Hogarth Vida y Obra de Sigmund Freud, Tomo 2, Colección Psicoanálisis, Ediciones Hormé Osamu Kitayama, M.D., Ph. D. Psicoanalista (Práctica privada); Analista didacta y supervisor de la Sociedad Psicoanalítica Japonesa ; Professor Emeritus en Kyushu University

Nació en 1946 en la isla de Awaji ubicada fuera de Kobe. 1972 Graduado de la Universidad de Medicina Prefectural de Kyoto 1993-2010: Profesor de Psicoanálisis y Psicología Clínica y posteriormente Profesor Concurrente de Medicina, Universidad Kyushu 2006-2009: Presidente de la Asociación Japonesa de Psicoanálisis 2009 hasta el presente: Vice-Presidente de la Sociedad Japonesa de Psicoanálisis 2014 hasta el presente: Vicepresidente de la Universidad de Hakuoh Traducción Irene Cusien

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