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PIWC LAMACION DE LA lNDEPENDENCIA.
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CAUDILLOS YSOLDADOS VE LA INDEPENDENCIA ~~J.
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OCTUBRE DE 1910
f:N IlL SALON ~'OlmAf)O EN 1': 1, PAnO MAYOR D!oJL PALACIO NACIONAL
1.- PrOlrama d.l. C.ramonl • . .l . - Di s curs o pronunciado por.' S, . D. Enrlqu. C. er ••I. l . - lJlscursl' pronunciado Sr. Dr, D. Aluati • • ' •• r • . • . - Poa.la la ida por.' 1,. Lic. D. Justo SI.,r • .
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BIBLIOTECA DE MEXICO. MÉXICO
1910
PROGRAMA DE LA CEREMONIA.
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pl'onunciado en nombre del Gobierno Nacional po;' tll SeilO l' D u n ¡""/I/'if/llI' ('. t::Iccl'etario de Re1&ciones Extel'iorel!.
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Mltl'cha ¡''''únehl'e uel Crepú sculo de los Dio~e 8
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Ol'q uesta y Coros. DI !:ie UK !:iO pl'olluncil\do por el Serto!" Pbro. D()1~ A!lu#tÍ-1/. Rí· l"l'rfl ,
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por el Seüor Lic. no" JU lJt u Siu 1"(I, Secretario de lnstl'uccióh Pública. y Bellas Artes. Of"tl IHla. del SeIlOI' Preshlente de la República, en nombre de la Naei6n . Himno Nllcional. Orquesta y Coros. Pm; ~f A
l.u pnne 1Il1ls iClloll'l! tu\,U iI CRtgO lit' la. Orque.;,,, r Coroll d el Comen '.torlo NUl'iona l d e MúsicA , bHjo lllllirt'Cl' ión dl'1 Sr. D . CnrIos J . M CIl f'&eI.
DISCURSO Del Belio!' 8eeretarl o deY.ltlldo y del UUp!I('bo de Relacione. E.terlore.
DON ENRIQUE C. CREEL.
Sellor Pres idente, Selloras y sello res:
La patria mexicana , penetrada de gratitud y amor, rica con todos los dones que le ha prodigado la Naturaleza y orgullosa de todas las grandezas y las glorias que han cosechado par a ella con sus esfuerws los héroes y con s u sangre los má rti res , alza hoy en este recinto un templo, en ese templo altares y vertiendo en ellos flores y quemando ante ellos perfumes, glorifica y enaltece á sus redentores y entona en su honor himnos triunfales. El hombre sería indigno de su grandeza y la humanidad no merecedora de los inmensos bienes de que disfruta si no se mostraran gratos á todo c uanto los colma de bendiciones, lo mismo al astro quealumbra s u cielo que á la flor que perfuma sus campos, y lo mismo al fruto que los nutre que al techo que los cobija y á la mano providente que los protege.
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Agradecer el beneficio pasado es sem brar el bienestar futuro_ Olvidar lo que se debe es comprometer no sólo la propia y personal dignidad, sino tam bién la bienandanza de manana, y, por el contrario, reverenciar el pasado es mejorar el presente y preparar el porvenir_ El instinto, primero, el sentimiento, en seguida, y la razón, al fin, han sugerido al hombre el culto universal de los muertos, el respeto á la tradición y la veneración por los grandes hom bres y por los grandes hechos que conmemora la historia; y la frente de la humanidad se ha doblegado siempre respetuosa ante todo lo que fué, si ha sido amado, ante todo lo que desapareció, si ha sido grande, y ante todo lo que se extinguió, si fué luminoso_ Cada día vivimos más á expensas de los muertos. El pasado penetra y determina nuestro presente, y cuando, en tributación de culto, volvemos hacia atrás la vista, no hacemos sino prepararnos para seguir con mayor firmeza nuestra marcha y continuar avanzando cada vez más adelante. ¿Qué será, pues, cuando al rememorar los hombres y los hechos, y al hojear las páginas de nuestra historia y al recitar los romanceros de nuestraleyenda recorremos un camino triunfal cuyas etapas son gloriosas proezas y en cuyos lindes se levantan figuras heroicas? La historia del México moderno, á partir del grito de Dolores hasta el abrazo de Acatempan, y desde el abrazo de Acatempan hasta la celebración del Centenario, es una gloriosa epopeya en que los héroes luchan con los dioses, en que los titanes escalanlosempíreos, en la que el derecho tri unfa de la opresión, en la que el débil vence al fuerte, y en la que el poder incontrastable de la justicia y el empuje inconm ensura.ble del progreso rompen los valladares del pasado para abrir nuevos .r más amplios cauces á las corrien tes fecundas del presente y del porvenir.
Esa epopeya ha tenido sus Aquiles y sus Ulises. En sus mares procelosos han navegado Argonautas, se han desencadenado las furias de Eolo y de Bóreas, y han. cantado, seductoras, las sirenas. Yel preciado galardóu de tan audaces empresas, el codiciado vellocino prometido al valor, á la constancia y á la virtud ha sido esta patria una y libre que debemos á nuestros emancipadores, y que sus continuadores han sabido engrandecer y enriquecer. A ellos, venimos á rendir culto y á tributar homenaje; ante sus imágenes, redivivas en la memoria del pueblo mexicano y palpitantes en su corazón, como ante sagrados iconos, doblamos la rodilla; y puestas en lo alto de nuestras aspiraciones y elevadas como hostias nuestras almas entonamos el hosanna triunfal y glorificador de nuestros héroes y de nuestros mártires. Son legión. Ni pueden ser enumerados ni sus proezas cantadas. En cuatro grandes grupos los glorifica la Historia : los precursores, en el martirio a.lgunos de ellos, como Talamantes y el licenciado Verdad; los iniciadores, á cuya cabeza se halla Hidalgo, que el amor del pueblo llama hace anos "padre de la patria;" los continuadores, que Morelos y Mina acaudillaron, y los consumadores, entre los que descuellan Iturbide y Guerrero. Sin duda alguna que de entre todos ellos el grupo de iniciadores, é Hidalgo por ende, se destaca más vigorosamente en el conjunto, solicitando no sólo la atElnción sino la preferencia, y no sólo el respeto sino la veneración. ilniciar! ¡Qué heroísmo! La parvada s igue el vue· lo de la prime ra ave que se levanta. Secundar : nada más fácil. Empre nde ,', nada más difícil.
Levantar la voz de la protesta en medio del coro de la adulación; ser el primero que marcha mientras todos los demás descansan; alzar antes que nadie la vista al cielo en tanto el rostro fija su mirada en la tierra; caminar audazmente hacia adelante cuando sólo se ve caminar hacia atrás; lanzar los clamores de Isaías en medio de los ágapes de Petronio, y escribir el Mane, Thécel, Phares, en los muros que abriga n el festín de Baltasar, no puede darse mayor a ndacia ni mayor heroísmo. y sentir antes queel mismo esclavo el pesodelyugo; llorar, antes que llore el siervo, la servidumbre t¡ue lo agobia, y apurar antes que el oprimido la hiel de su oprobio, nada puede haber de más grande y de más noble. Hidalgo r esintió primero que nadie esos dolores , apuró antes que nadie esos amargos cálices y se alzó primero que nadie en armas contra esos abusos. y más resalta su grandeza y más se agigantan sus mereci mientos cuando se piensa en que la mano que se levantó amenazante contra el poderío colonial es· taba inerme, y que alrededor del rebelde apenas si se agrupal:¡an dos Ó tres audaces y un punado de indíge· nas, más bien estupefactos que entusiasta.s 'yall!,"" s umbos que emprendedores. Con este punado de indefensos, Hidalgo se lanzó '1 la tremenda lucha.
Felizmente para su causa su llamamient