BIBLIOTECA DE MEXICO
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· N U M E R O 94 · $ 35.00
EPISTOLARIO DE JULIO TORR SERGE 1. ZAÍTZEFF
FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936)
LITERATURA CATALANA EN EL EXILIO TRES POETAS PERUANOS ÍNDICE ANALÍTICO NÚMEROS 73-93
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BIBLlOTECA DE MÉXICO EPISTOLARIO DE JULIO TORRI
FEDERICO GARCíA LORCA
(1898-1936)
UNA VISITA A LA HUERTA DE SAN VICENTE NÚMERO NOVENTA Y CUATRO JULIO-AGOSTO DE 2006 • $35.00 PLAZA DE LA CIUDADELA 4, CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. CP 06040. TELÉFONOS 9172 4710Y 9172 4712 CORREO ELECTRÓNICO
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ESQUINA DE LA SORPRESA
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CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
LITERATURA CATALANA EN EL EXILIO
PRESIDENTA SARI BERMÚDEZ
TRES POETAS PERUANOS
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Carlos Germán Belli
REVISTA BIBLIOTECA DE MÉXICO
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DIRECTOR: EDUARDO LlZALDE EDITOR: JOSÉ ANTONIO MONTERO
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REVISTA BIBLIOTECA DE MÉxICO íNDICE ANALíTICO
VíCTOR TOLEDO Y RAFAEL VARGAS
PROMOCiÓN EDITORIAL: MIGUEL GARCíA RUIZ DISEÑO: PEDRO A. GARCíA
NÚMEROS
73-93
e
ASISTENCIA EDITORIAL: MARINA GRAF Y ANDREA DEL RAZO
índice de autores
COMERCIALIZACiÓN y DISTRIBUCiÓN: RUYSDAEL NAVA
IMPRESiÓN: GRÁFICA. CREATIVIDAD Y DISEÑO. SA DE C V
índice de títulos 2A. DE FORROS: DIBUJO DE SALVADOR DALÍ OBSEQUIADO A FEDERICO GARCíA LORCA
índice de temas
111 BIBLIOTECA .DEMÉXICO
SERGE
1.
ZAfTZEFF*
EPISTOLARIO DE
JULIOTORRI gar. refiexionar, narrar, inventar, mirarse en el espejo,Torri, quien intentó en su propia obra eliminar las fronteras tradicionales que había entre los géneros literarios, encontró en la forma epistolar un vehículo donde todo podía caber con la mayor naturalidad. Lector de las cartas de Robert Louis Stevenson y de H enry james, y ávido de las de sus amigos (Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, JoséVasconcelos, Rafael Cabrera y Xavier Icaza, entre otros),Torri deja en las suyas mucho de su personalidad y de su vida. Leerlas enriquece nuestra percepción del escritor. Aparece el hombre irónico, burlón y critico que no se toma en serio. Sin afán de pedantería, no obstante, le salen frases en francés o citas literarias y a veces aun se expresa en ver so. Lo más característico de esas epístolas es su visión de novelista y en particular la imagen de sí mismo como protagonista de la novela que fue su vida. Le gusta contar lo que ve pero sobre todo le encanta co nvertirse en el héroe o más bien antihéroe de sus aventuras amorosas (sus "muy pequeñas tragedias" ') o de sus andanzas por la burocracia mexicana. Aprovechando recursos de un buen narrador -movimiento, frases cortas y rápi das- se captan episodios de la vida oficinesca. Por ejemplo, le cuenta a A lfonso Reyes el 26 de diciembre de 1920 la siguiente escena ocurrida con José Vasconcelos cuando los dos trabajaban juntos como abogados:
ANYWHERE IN THE SOUTH CAITAS DE UNA JOVEN TEXANA A JULIO TORRI
Un día estábamos sentados en el despacho Vasconcelos y yo: eran las cinco y media de la tarde. De pronto doy un brinco: a las seis terminaba el término para contestar una demanda hipotecaria. en que nuestro cliente perdía veinticinco mil pesos. Vasconcelos me dicta y escribo nerviosamente en la máquina. Terminamos: faltan diez minutos para las seis. Saco el papel de la máquina, y encuentro con que me había equivocado al poner el papel de la copia. Con gran excitación copio el escrito. Faltan dos minutos para las seis, y estamos en la calle de Gante.Afortunadamente tengo timbresTomamos el automóvil y Pepe, perfectamente sereno, ordena al chauffeur que nos lleve a Cordobanes a la carrera. Llegamos a tiempo. Hallo al juez, y le entrego la contestación. Vuelvo al lado de Pepe, que me espera en el auto con una sonrisa patemal. Experimento la sensación de que soy irremediablemente un niño aturdido, y que Vasconcelos es un hombre cabal.
En el caso de julio Torri (1889-1970), quien no escribió diario, autobiografía ni memorias, sus cartas cobran una relevancia muy especial. Pese a su vocaci ó n de viajero, permaneció casi toda su vi da en México, con la excepció n de dos viaj es ambiciosos y un par de visitas a Texas. En 1922 tuvo la suerte de ir a Sudamérica (pasando po r Nueva York) en la comit iva de josé Vasconcelos y en 1952 (luego de la muerte de su madre) se atrevió a cruzar el Atlántico para recorrer Euro pa. Por lo general sus amigos del Ateneo de la juventud eran los que se encontraban fuera del país, a menudo en misión diplomática, y le mandaban cartas y postales. En su soledad Torri esperaba con ansia las noticias que le llegaban de Francia, España, Italia, Argentina, Brasil o Estados Unidos, las cuales le permitían soñar con esas tierras lejanas y al m ismo tiempo esas misivas le daban la oportunidad de ejercer otro género literario: el género epistolar. Lo cultivó durante medio siglo -desde 1910 a 1959- y lo hizo con verdadero placer. Crear textos perfectos le costaba trabajo y por eso escribió poco. En cambio, redactar cartas era como conversar, dialogar con los amigos sin presión alguna. Con total libertad podía hablar de lo que quería, incluso de sí m ismo, así como diva-
Tales experiencias personales serán la fuente de textos como "Gloria Mundi" (De fusilamientos), una narración irónica sobre el mundo cambiante de los despachos gubernamentales mex icanos. 2 Todo lo ve Torri desde una
, Todas las citas subsiguient es proceden de nuestra edición de Julio Torri. EpistolariOS . México: Universidad Nacional A utónoma de México. 1995. ¡ El 24 de diciembre de 191 3 Tom le dice a Reyes con su habitual ironía que su trabajo burocrático dará para un libro titulado El arte de desmenuzar papeles.
• Profesor e Investigador en la Universidad de Calgary.
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En esta edición 94 de la revista proseguimos con la publicación de los índices, correspondientes a los números 73 a 93, que comprenden, como siempre, capítulos destinados a la información sobre autores, títulos y temas. Entre las destacadas colaboraciones del presente número cuenta en primer término el ensayo del amigo Serge 1. Za.'l'tzeff, investigador y profesor de la Universidad de Calgary, que es uno de los más serios estudiosos de la literatura mexicana y que, precisamente sobre Julio Torri ha publicado varios perspectiva irónica y humorística. Hay escenas que podrían ser de película, como cuando dice: "Martín [Luis Guzmán] pasó en automóvil y me saludó con sombrero, brazos, tronco, etcétera. Yo eché a correr tras el auto que había disminuido su velocidad, pero de nuevo comenzó a correr." Se trata de un humor teñido de melancolía como en las películas de Chaplin. Igualmente chaplinesca es la descripción de una conferencia dictada por Torri donde "el público lo componían mi hermano Enrique, un pariente remoto y olvidado, el mozo que barre el salón y un niño desconocido de nueve años, que llegará a ser un genio, sin duda".JTorri se mira y se burla de sí mismo, de sus defectos y de sus fracasos. Caso convertido en personaje literario Torri se presenta como un hombre que no conoce el éxito ni el trabajo ni en el amor. De hecho, la imagen más recurrente en esas cartas es la del enamorado fracasado que espera horas en una esquina. En la mayoría de los casos, las " consabidas mujeres" abandonan a ese "tenorio de feas", a ese protagonista de "infames aventuras [ . .. ] ridículas y mi serables" que suelen ter minar t r istemente. Por su interés narrati vo tod as esas experiencias reales o inventadas podrían haberse convertido en materia novelesca. Lo que es cierto es que esto s fragmento s de su vida amorosa confi r man la leyenda de amante que se asocia con Tor ri . El personaje de las cartas se burla de sí mismo, se divierte al verse involucrado en situaciones dignas de una obra de ficci ón. El breve idilio con miss Brown, a quien Torri conoció en los cursos de verano de la Universidad Nacional en 1921, dio origen a uno de los textos de De fusilamientos. Se trata de "Anywhere in the South" cuya primera versión había aparecido antes en la revista Examen (20 de noviembre de 1932) bajo el título "Cursos veraniegos". En sus cartas Torri le da más importancia a Esther Brow n que a cualquier otra mujer. La retrata con amplios detalles, a veces burlones como cuando se inspira en unos versos de Les ffeurs du mol ("Le serpent qui dan se") de Baudelaire al presentarla como "alta y grácil como joven elefante". Pero sobre todo lo que sobresale es el afecto, la atracción y la ternura que siente Torri por esa "orquídea tejana". La describe con humor y leve ironía -rasgos
importantes trabajos, como Julio
Torri, Epistolarios (UNAM, 1995) o más recientemente, en edición bilingüe, Anywhere in the South. Cor-
tos de uno joven texana o Julio Torri (uNAM-EI Equilibrista, 2006), por cierto un rescate de textos desconocidos del gran autor de De fusi-
lamientos. De María José Merlo, encargada de las Guías Culturales de la Huerta de San Vicente y licenciada en Filología Española publicamos el excelente ensayo Federico Gar-
cío Larca (1898-/936) . Uno visito
o lo Huerto de Son Vicente, en el aniversario número 70 del asesinato del poeta granadino. Y sobre el mismo tema, de Álvaro Salvador, poeta, profesor de la Universidad de Granada, especialista en
J Otro ejemplo de humor se da en la carta dirigida a Pedro Henríquez Ureña el 15 de sept iembre de 19 I 5: " una señorita. que usa sombrero cuando va a mi clase. que asiente con cuanto digo. aun antes de que yo
mismo sepa qué voy a decir".
3 Biblioteca de México
la obra de Rubén Darío, ofrece-
En la intima correspondencia torriana se hallan observaciones o ideas que aparecen en sus libros. Por ejemplo, Torri se declara superviviente del "bon vieux temps" y se resigna a la vida moderna que en real idad no entiende. De ahí que poco le interesa - como lo confiesa- la realidad del momento e, igual que en sus escritos, muy raras veces aborda el tema político €> Fuera de una breve alusión a la primera Guerra Mundial. asevera en carta a Pedro H enriquez Ureña el 10 de agosto de 19 14 que "no hay nada peor que una tiranía mi litar (H uerta)", la cual le produce unas "náuseas terribles". Ya no puede tolerar la violencia que reina en el país e incluso piensa en emigrar. Cuando llega la Revolución a la capital mexicana, sólo señala con objetividad y estilo suscinto: "se guarda perfecto orden en la ciudad" En otras ocasiones Torri se queja de la informalidad de los poetas, defecto que critica también en su "Almanaque de las horas" (De fusilamientos): "Los informales desperdician como cosa propia el tiempo precioso de las gentes puntuales". En otro momento afirma que es saludable alejarse del trato social, eco del pensamiento que empieza con "El trato social es a ratos como una terrible losa que Martín LuIS Guzmán (Iconografía. Fondo de Cultura Económica. México. 1987. Textos: Hector Perea: Iconografía documental: Xavler Guzmán Urbiola. 168 pp.) abruma nuestra personalidad y acaba por deformarla". ("Almanaque de las horas") también de este mismo libro es el título " El mal actor de sus emociones" (texto publicaracten'sticos de sus piezas más célebres- pero nunca con por primera vez en 191 3), que aparece en la carta cado malicia. Así, en "Anywhere in the South" la vida se transfor13 de diciembre de 19 16 dirigida a A lfonso Reyes: del ma en ficción. En la elaboración del texto, además del asun"Sigo siendo el mal actor de sus emociones". En 19 17 tO, Torri modifica de sus cartas algunas frases como "H asta observamos que Torri califica a Genaro Estrada de "editor se llegó a hablar de cantar himnos" (en "Anywhere in the de ingenios estériles"; lo cual recuerda el título "De la South": "yo cantaba himnos a su lado"); "Bajo un ventilador noble esterilidad de los ingenios" (Ensayos y poemas).' insomne" (igual en aquel texto);"alquilamos un Ford con faTambién en el mismo año apunta en carta a Reyes: "Inllas mecánicas que ella maneja" (en "Anywhere in the fantilidad, única ciencia de la vid a", afirmación que apareSouth" "mientras el Ford [ .. ] se niega a caminar"). "Tamen 1921 en "Oración por un niño que cerá y desarrollará bién es de notar que el epígrafe de José Juan Tablada ("Mujeres (¡reproo(. inertes a la pasión/ Llenas de fortaleza, como juega en el parque",8 poema en prosa que empieza con la las cajas fuertes") procede de un poema" que se menciona siguiente frase "iinfantilidad, secreto de la vi da, no le abanen una carta de 19 I 8 dirigida a Alfonso Reyes. La corres- dones nunca l " Además de referirse al embuste y a la evasión de la pondencia de miss Brown con Torri' atestigua que ésta fue una relación basada en el afecto mutuo. Cabe advertir que, realidad - ideas presentes en sus textos- , el epistolario igual que en sus textos, en varias ocasiones Torri alude en contiene toda una serie de frases aforísticas que podrían su epistolario al matrimonio pero siempre supo evitarlo. haber formado parte de "Almanaque de las horas", Qu izás la maestra tejana, atractiva, culta y sensible podn'a "Lucubraciones de medianoche" o "Meditaciones crítihaber sido su elegida si las circunstancias hubieran sido más cas". Torri, devoto lector de Pascal (cuyo Discurso sobre propicias. Además sabía que el matrimonio no era para él los pasiones de l amor tradujo en 1942) y otros moralisy que no sen'a un buen marido. En 19 19 reconoce esa con- tas franceses, tuvo una especial afición por el aforismo, la dición: "yo desde este momento siento piedad por la po- sentencia y la máxima, géneros que responden perfectabre criatura a cuyo lado siempre estaré como un paisaje de mente a su ideal de brevedad y síntesis. De sus cartas chimeneas y humo". En sus cartas desfilan mujeres de toda proceden los siguientes ejemplos: clase -Desde las hijas del doctor Terrés hasta una "tiple de jacalón" y los "amores anónimos"- pero ninguna permaneMi t imidez, esta silenciosa hermana de la pereza .. ce. En 1931 le confiesa a Reyes que ha tenido un hijo natuEl primer deber de un hombre Inteligente es no envejecer. ral. t ema al cual no volverá a referi rse. Reyes es su único Los viajes son la única magia que queda en la vida moderna. confidente y a lo largo de los años Torri le cuenta sus éxiLa elocuencia es la antesala de las acciones. tos y fracasos sentimentales. En vez de apuntar en un diaEl tennis es una adquisición tan valiosa como el ensayo inglés. rio íntimo esas aventuras fugaces, se las confía a su entrañable amigo de la juventud sabiendo que éste disfrutaría y Esta última frase da inicio a un verdadero ensayo corto, entenden'a esas confidencias. Por desgracia no se han con- una de las formas predilectas de Torri, que sigue así: servado todas las cartas que Torri le escribió a Rafael Cabrera, quien a su vez, le contaba desde Italia en "deliciosas Por su si mplicidad, se sorprende uno que no haya sido incartas a la E1Ir: h\dorn.
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