Manual historia del movimiento obrero

          Manual  historia  del  movimiento  obrero   Instituto  Cuesta  Duarte   07/CO1-­‐50   Jose  Luis  Porto   2008            

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Historia del Movimiento Obrero Boliviano (1848 - 1900) A los trabajadores mineros, vanguardia de la clase obrera. A Enrique Lora, mi padre y mi mejo

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Manual  historia  del  movimiento  obrero   Instituto  Cuesta  Duarte   07/CO1-­‐50   Jose  Luis  Porto   2008  

 

     

 

 

   

   

PRESENTACIÓN La creación del Instituto Cuesta Duarte se funda en la necesidad de colaborar en la formación de las compañeras y compañeros del movimiento sindical uruguayo. En la era del conocimiento ya nadie discute el valor de la formación, un movimiento sindical que quiera estar a la altura de las circunstancia debe tener en ella una de sus tarea prioritarias. Desde su nacimiento en los años 90 hasta hoy hemos recorrido un camino de aprendizaje constante, con propuestas diversas, y modalidades heterogéneas en el propósito de amparar las diferentes realidades de los trabajadores y trabajadoras. En la búsqueda de un aprendizaje integral que colabore en la formación de hombres y mujeres con pensamiento crítico, con responsabilidad y compromiso social los participantes de los cursos han transitado diversos campos de conocimiento. Así la Historia nos ayuda a construir nuestra identidad, a mantener viva la memoria, conocer las luchas del movimiento obrero. A partir de la Sociología del Trabajo se estudia la evolución del concepto “trabajo”, en un mundo que cambia permanentemente, a comprender la lógica del mundo actual e insertarnos en la realidad con un espíritu crítico y transformador. Para interpretar la realidad precisamos profundizar sobre las Corrientes de Pensamiento en que se sustentó la creación del PIT-CNT y actualmente trabajan por la unidad en la pluralidad. El Derecho Laboral nos brinda el marco normativo nacional e internacional para garantizar la libertad sindical y profundizar la negociación colectiva. La Salud Laboral nos permite identificar las situaciones de riesgo a las cuales nos sometemos cotidianamente y a negociar condiciones de trabajo saludables. La Economía nos aporta elementos de análisis que enriquecen nuestra lucha por un salario digno, por una negociación justa con un marco de igualdad de oportunidades, con equidad de Género. Para eso necesitamos encontrarnos, discutir, construir nuevos espacios de aprendizaje, de intercambio, de verdadera Comunicación. La Organización nos brinda herramientas para generar alternativas de cambio, para reforzar la necesidad de contar con el otro en el quehacer sindical cotidiano, repensar la estructura sindical de cara a los nuevos desafíos. La formación sindical es un elemento diferenciador, tener compañeros y compañeras más formados, conocedores de la realidad que los alberga tiene como consecuencia inevitable sindicatos más fuertes y ello asiste a la construcción de un movimiento sindical cada vez más unido y consolidado El primer paso para transformar la realidad es conocerla, es en esta inmensa pero noble tarea en la que estamos embarcados.

Montevideo, 2010

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Tema

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LA REVOLUCION INDUSTRIAL 1.1.

Definición

L

a revolución industrial es un conjunto de transformaciones económicas y sociales, características del desarrollo de Inglaterra en el período comprendido entre 1750 y 1820. Se difunde después a todo el continente europeo con sus repercusiones mundiales; es considerada como el mayor cambio socioeconómico y cultural de la historia. 1.2.

¿Que es una revolución?

En términos generales una revolución… : a. Es un cambio rápido y en profundidad que afecta a las estructuras de una sociedad. b. Implica, por otra parte, una aceleración en el ritmo de las transformaciones históricas.

1760 – 1830 • Se usan nuevas materias primas inorgánicas cómo el carbón y el petróleo. Otras materias primas importantes fueron: la madera (con la que se construían barcos) y el algodón (de donde se sacaba el hilo para usar en los telares). • El carbón es la fuente de energía utilizada en esta fase por excelencia, ya que era el combustible de la máquina de vapor, la gran máquina descubierta en esta etapa (1785) por James Watt. También se utilizó la energía del agua y la mecánica (producida por el hombre), que hacían funcionar las primeras máquinas de vapor.

1.3. Causas de la Revolución Industrial. Las principales causas de la revolución industrial fueron:

• • •

El crecimiento demográfico por la demanda interna. La transformación agrícola favorece a la industria. El desarrollo del capitalismo aumenta la inverción.

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Las innovaciones técnicas acresentaron la producción. La urbanización provoca el éxodo rural. Los progresos en el trasporte: ferrocarriles, barcos a vapor, etc. La riqueza del subsuelo: Yacimientos de hierro y el carbón. El comercio colonial y el dominio de los mares. Descenso de la tasa de mortalidad,incluyendo la infantil. Mejoras en la infraestructura sanitaria. Cambios en las normas de higiene. Avances médicos, entre otras.

Funcionamiento de una máquina a vapor La máquina de vapor calentaba agua en una caldera, con lo que conseguía vapor a presión. Este vapor a presión lo empujaba por una tubería a un pistón, que es un cilindro hueco que tiene dentro otro cilindro macizo (este cilindro macizo se llama émbolo). El vapor a presión, impulsado por abajo del cilindro hueco, hace que el cilindro macizo suba, y al subir deja abierto un agujero por donde escapa el vapor, con lo que por su propio peso, vuelve a bajar el émbolo. Con esto se consigue un movimiento vertical ascendente y descendente continuo. Se llena el pistón de vapor, sube el émbolo, se escapa el vapor, baja el embolo y al instante vuelve a subir por el vapor... y acoplando este movimiento mediante una vara de acero (transmisión) a una rueda, se conseguía que la máquina avanzara.

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1.4. Conformación de la sociedad. Con la industrialización debutó la sociedad de clases, encabezada por los poseedores de la riqueza (banqueros, comerciantes e industriales) y los propietarios de la tierra. A lo largo del siglo XVIII se produjo una gran migración campo-ciudad, en busca de mejores oportunidades en las fábricas e industrias. El exceso de obreros en las ciudades dió origen a una nueva clase social, conocida como proletariado. Este grupo debía soportar duras condiciones de trabajo, horarios interminables, e incluso el trabajo infantil, a cambio de escasos salarios que apenas les permitían sobrevivir.

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LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y EL SURGIMIENTO DE LAS IDEOLOGÍAS OBRERAS. Sindicalismo: asociación de trabajadores para organizar la lucha contra los empresarios y contra el Estado con el fin inmediato de obtener mejoras en los salarios y en las condiciones de vida y de trabajo. Teniendo como norte de su lucha alcanzar una sociedad sin explotados ni explotadores.1.

El movimiento obrero surge de la Revolución industrial como consecuencia de la falta de derechos que los trabajadores tenían en las fábricas. Se inició en Inglaterra. Con el surgimiento de la revolución industrial una de las primeras consecuencias fue la creación de fábricas en las que se buscaba rentabilizar al máximo la producción. Al no existir todavía ningún tipo de legislación que regulase la actividad industrial, los trabajadores se veían expuestos a jornadas de trabajo de más de doce horas, los niños trabajaban (siendo uno de los objetivos más atractivos para los empresarios porque sus salarios eran sustancialmente inferiores). Las primeras manifestaciones del movimiento obrero se plasmaron en el ludismo (destrucción de máquinas) a las cuales se las responsabilizaba de la pérdida de la capacidad adquisitiva del pequeño artesano. Éste término proviene del obrero inglés Ned Ludd, que en 1779 destruyó un telar mecánico. Sin embargo, los obreros se dieron cuenta que no era la máquina su enemiga sino el uso que de esta se hacía, fue entonces cuando dichos obreros comenzaron a dirigir sus quejas a los empresarios. Así nació el sindicalismo, entendido como un movimiento de resistencia contra el capital. La reacción del gobierno inglés fue prohibir cualquier tipo de asociación obrera. Parte de la historia del movimiento obrero ha estado marcada por la persecución y la clandestinidad. En los primeros decenios de la industrialización se produjo una degradación de las condiciones de vida de los trabajadores, expresada en: 

Aumento de la jornada laboral.

1

Este es uno de los principios fundamentales de nuestra central, que es renovado congreso a congreso, por lo que cuenta con el consenso de todas las tendencias ideológicas del PIT-CNT.

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Reducción salarial.



Generalización del trabajo infantil.



Negación ante la ayuda económica para enfermedades, paro forzoso o vejez.

Por todo esto se crearon los sindicatos en los que se reunía la gente trabajadora de un mismo oficio para defender sus reivindicaciones mediante huelgas. Los sindicatos constituían sociedades de ayuda mutua, las cuales disponían de cajas comunes con capital proveniente de las cuotas de los asociados. En 1834 se formó la Great Trade Union (unión de sindicatos de oficios) en las que las cuotas de afiliación para posibles nuevos socios eran demasiado elevadas. El sindicalismo británico optó, en sus orígenes, por las reivindicaciones económicas, sin adherirse a ideales políticos revolucionarios. Durante las décadas de 1830 y 1840 se fundaron asociaciones obreras en los países del continente europeo, entre los que se encontraban Alemania, Francia, España y Bélgica. Este movimiento obrero se manifestó en la mayoría de países industrializados mediante otras organizaciones, por ejemplo: cooperativas. En los años 1838 y 1848, el movimiento obrero británico pasó a la acción política utilizando el cartismo2. El cartismo organizó huelgas, pero el movimiento fracasó a causa de la represión, de las divisiones internas y la derrota de la revolución de 1848 en Europa. Los obreros se reunieron en organizaciones republicanas y de izquierdas a favor del sufragio universal masculino. Después de aquella revolución, las doctrinas socialistas empezaron a crear partidos de clase, de carácter exclusivamente obrero. A esos movimientos se refieren Marx y Engels en el Manifiesto comunista publicado ese mismo año: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a este fantasma...”3

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El cartismo consistió en un movimiento en Inglaterra que trató de presionar al parlamento mediante la recogida de firmas en apoyo a determinadas cartas donde se reivindicaban ciertos derechos. En una de ellas, concretamente en el año 1838, se definía un programa democrático basado en el sufragio universal masculino 3 Marx, C. y Engels. F. “Manifiesto Comunista”. EPU. Montevideo. 1962.

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LA I INTERNACIONAL Y LA UNIDAD DEL MOVIMIENTO OBRERO. LOS SOCIALISMOS Durante el siglo XIX, aparece el socialismo contemporáneo, que se caracterizó por una crítica radical al sistema capitalista, al que se consideraba social y económicamente injusto; por la defensa de un modelo de sociedad en el que la propiedad de los medios de producción fuese colectiva; y, sobre todo, por la identificación de la clase obrera como protagonista de los cambios. Es decir, los socialistas querían: Medios de producción colectivos. Tener a la clase obrera como los protagonistas en los cambios. El rechazo al sistema social capitalista injusto. Y rechazan: El aumento de tarifa en el transporte público. El maltrato al trabajador. La falta de vacaciones. Las malas condiciones de trabajo.

El socialismo es la doctrina que propugna la participación de la clase obrera, organizada en partidos, en la lucha política, con el fin de obtener mejoras en sus condiciones de vida, y a largo plazo, lograr una transformación revolucionaria de la sociedad que elimine la desigualdad y la explotación que según esta doctrina, son propias del capitalismo.

A partir de 1824, una vez que desaparecen las trabas legales que prohibían el asociacionismo, surgen en Inglaterra nuevas formas organizativas de la clase obrera.El fracaso de la acción política, y el desarrollo económico entre 1850-60, favorecen el resurgir de los sindicatos. Se organizan sindicatos en otros oficios y se abandonan los planteamientos radicales. La culminación de este proceso organizativo se produjo en 1868, fecha en que se constituyó el Trade Unions Congress, con el fin de la coordinación en la acción de los diversos sindicatos. Mientras en el Reino Unido se constituían y desarrollaban estas organizaciones sindicales o políticas, la evolución en los países del continente, en los que aún no estaba plenamente reconocido el derecho al asociacionismo, fue más lenta. 3.1. Socialismo Utópico y Científico 3.1.1 Socialismo Utópico Son pensadores que reflexionarán sobre las contradicciones de la industrialización y formulan soluciones, que pasan por la construcción de otro tipo de sociedad. Sus principales pensadores son Saint – Simón y Fourier.

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PRINCIPALES PENSADORES DEL SOCIALISMO UTÓPICO Saint-Simon

Dice que la sociedad entera se basa en la industria y es la fuente de toda riqueza y prosperidad, pero postulaba que este bienestar debería llegar al mayor número posible de personas, dejando a un lado el beneficio empresarial.

Fourier

Ensayó un modelo de sociedad denominado falansterio. El trabajo sería un placer que dependería del gusto de cada uno.

3.1.2 Marxismo o Socialismo Científico El pensamiento socialista va a alcanzar su cumbre con Karl Marx. En 1848, publica junto con Engels el “Manifiesto Comunista”, donde aparecen sus ideas claves, que más tarde desarrolla en su obra fundamental “El Capital”. Marx va a desarrollar su teoría en el marco del análisis dialéctico, que se apoya en el principio de la contradicción (cada elemento vivo lleva en sí su propia contradicción, su opuesto, su antítesis; lo que a la larga provocará contradicciones, lucha y al final su ruina).

Karl Marx

El marxismo es la dialéctica del capitalismo, es decir, lo que provocará su ruina. Marx va a desarrollar sus teorías en el campo de la filosofía, economía e historia. De esta última los principios más importantes son los siguientes: Materialismo Histórico, para Marx la historia también tiene una relación dialéctica, es decir de enfrentamiento. Las fuerzas que se enfrentan son:

ESTRUCTURA Es la base de la sociedad (base económica) constiuída por

Fuerzas productivas

SUPERESTRUCTURA Constituída por la ideología política- jurídica funciones

Relaciones de producción

Mistificación de la realidad

Justificación interesada de la realidad

La economía es el fundamento de la historia (lo que mueve el hecho histórico). La sociedad se monta sobre relaciones de producción. Un cambio en la economía provoca la aparición de otra superestructura.

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Hay una relación mutua, la superestructura actúa sobre la economía, pero el papel determinante en la relación, lo desempeña la economía. Lucha de clases, en la historia el hombre no actúa solo, de manera individual (no tiene fuerza), sino en grupos sociales. La sociedad está organizada en relaciones de producción, por este motivo los grupos sociales vendrán determinados por el trabajo que desempeñan. Las clases sociales son grupos sociales que ocupan un lugar determinado en el proceso de producción.

Proletariado Clases sociales Burguesía

No son propietarios de los medios de producción

Son propietarios de los medios de producción

La hostilidad entre ambas clases está asegurada. Este enfrentamiento será la palanca revolucionaria que provocará el fin del capitalismo (toma de poder del proletariado. Dictadura del proletariado, tras el enfrentamiento de clases, el proletariado conquistará el Estado y una vez desmontado el capitalismo (colectivización, socialización de los medios de producción), favorecerá su reducción, convirtiendo al Estado en una mera máquina administrativa y no represiva. Sociedad sin clases, una vez tomado el poder, la última fase consistiría en la transformación de la sociedad, la cual se caracterizaría por la supresión de las clases. Al no haber clases desaparecerían las tensiones. Por tanto, Marx lo que pretende es una nueva sociedad socialista, donde no habrá ni clases ni estado. El valor, para él, el valor de un objeto es el trabajo que haya costado producirlo. La plusvalía, el obrero recibe un salario, que es inferior a lo generado por su fuerza de trabajo. Este valor superior que produce, y no cobra, se acumula y genera beneficios. El patrono se enriquece con la plusvalía. Este es un trabajo sin pagar. Necesidad de participar mediante partidos políticos en la democracia burguesa, para en una posterior fase avanzar hacia la dictadura del proletariado.

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3.2. Anarquismo Etimológicamente significa “sin poder”, sin autoridad. El anarquismo va a suponer el rechazo al proceso de industrialización, y se va a basar en el mundo agrario, de pequeñas células de población. Es un movimiento de escasa coherencia doctrinal, en la que caben hasta predicadores de la violencia. Defiende ante todo la libertad del hombre (socialmente). Para conseguirla, los anarquistas hablan de la necesidad de instrucción y educación, pues la libertad ha de basarse en un conocimiento total de las posibilidades humanas. El anarquismo va a estar en contra de todo sistema de poder establecido y especialmente en contra del estado. La causa es que todo poder corrompe siempre, porque la autoridad supone la primacía de un hombre sobre el resto y elimina la parte de libertad del gobernado. Por tanto, para ellos es imprescindible destruir y eliminar cualquier tipo de poder. Los anarquistas estarán en contra de la propiedad privada de los medios de producción que debían ser socializados. Piensan que para poder alcanzar estas transformaciones en la estructura social es necesaria una revolución, que ha de ser espontánea, de las masas trabajadoras y en contra del poder establecido. Tras ella se creará una nueva sociedad anarquista, organizada en torno a comunas autogestionarias básicamente agrarias. La actuación política se reduce a la propaganda. Hay también una tendencia de actuación mediante el sindicato: el anarco-sindicalismo. Al llamado anarcocolectivismo de Bakunin, que supone la colectivización de los instrumentos de trabajo, el capital y la tierra, pero no de los frutos; le sucede el anarco-sindicalismo, de Kroptkin, que habla de la necesidad de colectivizar no solo los instrumentos sino también los productos.

Algunas diferencias entre Socialismo y Anarquismo SOCIALISMO (Marxismo)

ANARQUISMO

Cree en la unidad de los trabajadores y en las acciones de las masas de trabajadores como medio revolucionario.

Cree en las acciones individuales como medio revolucionario individual.

Participa en el sistema capitalista a través de los partidos políticos obreros con el fin de ir cambiando el sistema

No participa en el sistema capitalista. Considera que los partidos políticos son instrumentos de la burguesía.

Cree que es necesario un Estado fuerte, dominado por el proletariado.

Propone destruir el Estado porque no cree en ningún poder.

Propone concientizar las masas trabajadoras hasta convencerlas de su potencial revolucionario.

Cree en el individuo, en la concientización y educación de cada trabajador.

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LA PRIMERA Y SEGUNDA INTERNACIONAL. EL SINDICALISMO DE INICIOS DEL SIGLO XX 4.1. La Primera Internacional La toma de conciencia de los problemas comunes que afligían al proletariado en todas las naciones industriales suscita la necesidad de una organización que encauce la movilización del obrerismo europeo. Pero en los orígenes de la primera asociación internacional de obreros influyen además otras circunstancias como el fracaso de las revoluciones de 1848. En septiembre de 1864, se produce en Londres una reunión de sindicalistas anglofranceses, a la que asisten también representantes de Bélgica, Alemania y representantes de otros países. En ella se funda la A.I.T. (Asociación Internacional del Trabajadores. Marx se encargó de redactar el Manifiesto Inaugural y dirige la redacción del proyecto de estatutos que son aprobados en el Congreso de Ginebra (1866. Destacar: Artículo 3:

“El Consejo general se compondrá de obreros representantes de las diferentes naciones que forman parte de la AIT.

Artículo 4:

“En cada congreso anual el Consejo General hará un informe público de los trabajos del año.

Preámbulo: “ Considerando: que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismo... que la supeditación del trabajador al capital es fuente de tal servidumbre, política, material y moral...... que todos los esfuerzos hasta ahora se han frustrado por falta de solidaridad entre los obreros de las diversas profesiones en cada país y de unión fraternal entre los trabajadores de los diversos países...”. El periodo de mayor auge fue después de la crisis económica de 1867, aunque la afiliación nunca fue grande (unos 100.000 miembros. La base principal estaba en el Continente, sobre todo en Francia, Suiza, Bélgica y Alemania). A partir de 1868, se inicia una fase de debilitamiento de la Asociación por causas internas y externas, sobre todo por la oposición entre marxistas y anarquistas bakuninistas. Sus principales diferencias ideológicas eran: Marx habla de clases sociales y Bakunin defiende un mayor individualismo.

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Los marxistas piensan que es positivo intervenir en partidos políticos. Bakunin basa su actuación en los sindicatos. Marx pretende la revolución del proletariado y Bakunin habla de masas campesinas. Con respecto al funcionamiento de la Internacional, los anarquistas defienden la autonomía de las secciones nacionales y Marx defiende la autoridad del Consejo Central. Esta polémica se solventará en el Congreso de La Haya (1872), en el que son expulsados los bakuninistas, que crean una Internacional Autoritaria llamada Alianza Internacional de Trabajadores, con sede en Ginebra (1873), donde tienen mayor fuerza españoles, franceses e italianos. Esta organización se extingue en 1880. 4.2. La Segunda Internacional La idea de una plataforma internacionalista existe y aparece en el programa de algunos partidos nacionales (SPD alemán, 1875). No será hasta 1889, en uno de los congresos celebrados en París, con motivo del Primer Centenario de la Revolución Francesa, cuando nace la IIª Internacional, con participación de muchos dirigentes de los nuevos partidos socialistas (P. Iglesias PSOE 1879). El primer congreso se celebra dos años después en Bruselas, que es donde se sitúa la sede permanente, constituyéndose como simple federación de partidos y grupos obreros nacionales. Sus aspiraciones: Abolición de clases Emancipación de los trabajadores Posesión del poder político por la clase trabajadora Su organización definitiva se produce en 1899 con la creación, entre otros organismos, del Bureau Socialista Internacional, compuesto por dos delegados de cada país, un secretario permanente y un comité ejecutivo que coordina todas las actuaciones entre congresos. Uno de los primeros acuerdos tomados por la IIª Internacional es la proclamación del día 1 de Mayo como día internacional de la lucha obrera por la jornada de 8 horas.

La trayectoria de la IIª Internacional va a estar marcada por tensiones y conflictos. Destacar: La aparición de tendencias revisionistas, que planteaban la conveniencia de que los socialistas intervengan en los gobiernos burgueses de sus países. El problema de la relación entre partidos y sindicatos. La tendencia alemana (integrar los sindicatos dentro del partido) contra la tendencia inglesa (separación entre ambos). La actitud de la clase obrera ante el peligro de una guerra en Europa. La IIª Internacional acuerda evitar el estallido de una nueva guerra y condenar el Imperialismo. A pesar de ello, la guerra no logro evitarse y supuso la ruptura de la IIª Internacional.

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Tras anteriores fracasos, el movimiento obrero va a resurgir en los años 80, siendo sus características principales: a. Gran cantidad de organizaciones obreras con tensiones entre ellas. b. Predominio de las fuerzas nacionales. c. Reforma de la legislación social en la mayoría de los países. d. Gran crecimiento de los sindicatos y de los partidos obreros.También hay que destacar la escisión de los partidos socialistas en dos grupos: Los que apoyan la democracia parlamentaria y por tanto un socialismo reformista. Los seguidores del marxismo, bajo el prisma de Lenin (marxismoleninismo), que tienen sus objetivos en el modelo ruso. 4.3. Los asesinatos de Chicago. El sindicalismo a inicios del Siglo XX. Hacia 1874, la idea de llevar a cabo acciones para conseguir una jornada de trabajo de ocho horas comenzó a extenderse desde distintos lugares y sectores de Estados Unidos. Los pioneros en reaccionar fueron los obreros ferroviarios, quienes llevaron a cabo una huelga que por semanas involucró a 17 estados. Al poco tiempo se fueron sumando varias otras organizaciones, creándose en 1881 la Federación Americana del Trabajo (American Federation Labor, AFL), heredera de la anterior Federación de Gremios y Sindicatos. Esta nueva Federación reiteró la petición de las ocho horas en sus congresos de 1882 y de 1883, exigiéndole incluso al Presidente de los Estados Unidos que promulgara una ley nacional al respecto. También solicitaron el pronunciamiento de los partidos Demócrata y Republicano sin ningún resultado. Ante el fracaso de las gestiones, los trabajadores comenzaron a buscar nuevos caminos. Así, la Federación Norteamericana del Trabajo acordó en su cuarto congreso, de 1884, realizar una huelga general el 1 de mayo de 1886. Mientras tanto, se debía luchar por conseguir de parte de los patrones y autoridades la nueva jornada; de no lograrse eso en esos años, se haría efectiva la huelga. El llamado de la AFL fue acogido por los sindicatos, el movimiento fue tomando cuerpo a medida que se acercaba la fecha indicada, y los esfuerzos patronales por detener la iniciativa obrera prosperaban. El día señalado, la consigna ya estaba en boca de la mayoría de los trabajadores: "Ocho horas de trabajo, ocho de reposo y ocho para la recreación". El 1 de mayo de 1886, en los Estados Unidos se declararon 5 mil movimientos laborales. Alrededor de 190 mil trabajadores iniciaron huelga y cerca de 150 mil obtuvieron su demanda con amenaza de paro. A fines de mayo, otros 50 mil obreros lograron el reconocimiento legal de su nueva jornada de trabajo. Sin embargo, estos logros no resultaron gratuitos. La represión se hizo sentir directamente en diversos lugares ese mismo día,

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produciéndose nueve muertos en la localidad de Milwaukee y enfrentamientos callejeros entre policías y manifestantes en Filadelfia, Louisville, St. Louis, Baltimore y Chicago. A estas ciudades pertenecía la mitad del total de obreros que entraron en huelga en ese país. Paradojalmente, los hechos de mayor violencia no ocurrieron ese día 1 de mayo sino en los siguientes y no tuvieron relación directa con la convocatoria inicial, sino que fueron parte de un conflicto laboral específico. El día 3 de mayo alrededor de 6 mil obreros madereros se reunieron en las inmediaciones de las fábricas de maquinarias agrícolas MC.Cormick. Al concurrir la policía en defensa de los rompehuelgas, el hecho se trasformó en un enfrentamiento de proporciones, sobre todo por la tensión acumulada durante esos días. El resultado del mitin fue: seis muertos y cerca de 50 heridos. Hessois Spies, periodista y testigo de los hechos, editó una circular denunciando los trágicos sucesos y llamando a la acción. Como respuesta ante su llamado, se acordó una movilización para el día 4, conocida como el mitin de Haymarket. El lugar escogido estaba en un barrio de frigoríficos y aserradero cercano a una comisaría policial. El número de manifestantes se elevó casi a tres mil. Los oradores fueron Spies, Albert Parsons y Samuel Fielden, todos vinculados a grupos anarquistas y socialistas; pero sus discursos fueron moderados y el acto transcurrió sin incidentes. Sin embargo, al finalizar la jornada llegó al sitio de la reunión un grupo de 180 policías, ordenando retirarse a los asistentes. Fielden, desde el estrado, los increpó, señalando que el acto estaba autorizado y que, por lo tanto, debía finalizar normalmente. En medio de esa discusión, un desconocido lanzó un objeto contra el grupo de policías, produciéndose un gran estallido. Un oficial cayó muerto y varios policías quedaron heridos. La respuesta policial no se hizo esperar y pasado el desconcierto inicial abrieron fuego contra la multitud. El saldo fue 38 muertos y 115 heridos. La represión se extendió a todo Chicago, por lo que las autoridades determinaron estado de sitio. Bajo el toque de queda se detuvo a cientos de trabajadores y dirigentes y así, los más destacados líderes anarquistas no tardaron en ser aprehendidos. Se detuvo a más de mil personas, pero sólo a un pequeño grupo se inculpó por la bomba lanzada a los policías en el mitin de Haymarket. Ellos fueron: Hessois Auguste Spies, 31 años, periodista; Michael Schwab, 33 años, tipógrafo encuadernador; Georges Engel, 50 años, tipógrafo y periodista; Adolf Fischer, 30 años, periodista; Louis Ling, 22 años, carpintero; Samuel Fielden, 39 años, pastor metodista y obrero textil; Oscar Neebe, 38 años, periodista socialista. Todos ellos, menos Parsons, fueron arrestados en pocos días y cada una de las detenciones fue acompañada de grandes despliegues policiales que dejaban al descubierto supuestos arsenales, municiones, depósitos de bombas, dinamita, literatura anarquista, etc. Todos, elementos que iban abonando el camino que tomaría la investigación de los sucesos del 4 de mayo.

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El 21 de de mayo de 1888, se constituyó un tribunal especial a cargo del juez Joseph Gary y ante el cual acusaba el fiscal estatal J. Grinnell. En la primera audiencia del juicio se entregó voluntariamente el prófugo Parsons. Desde el comienzo, el comportamiento del juez y del fiscal fue parcial y en perjuicio de los acusados. Esta tendencia se vio reforzada al momento de seleccionar el jurado que debería actuar en la causa investigada. A diferencia de un procedimiento normal de escoger los miembros al azar, el juez Gary delegó esta función en un alguacil que seleccionó candidatos predispuestos en contra de los inculpados. Tal es así, que entre el jurado se encontraban familiares de policías afectados. Finalmente, con doce miembros compusieron el jurado que comenzó a conocer las pruebas el 14 de julio. A éste se presentaron los sucesos de Haymarket como parte de un complot anarquista, explicando que la bomba que explotó en la concentración del 4 de mayo sería la primera de una serie de bombas que iban a ser lanzadas contra todos los locales policiales de Chicago. Para probar esta tesis, el fiscal recurrió a testigos falsos que la defensa no tardó en desenmascarar. A pesar de estas demostraciones, el juicio continuó raudamente, contando con el apoyo irrestricto de la prensa oficial, que había creado un clima hostil hacia los acusados y agitaba en la opinión pública la necesidad de un castigo ejemplar. El 20 de agosto el jurado dictó sentencia: pena de muerte para siete de los acusados y 15 años de trabajo forzado para Neebe. En septiembre fue rechazada una primera apelación. El 9 de octubre el juez Gary confirmó la sentencia dictada por el jurado. Una nueva apelación de la defensa, esta vez ante la Corte Suprema, alargó casi a un año la espera. En septiembre de 1887 fue rechazada. Entretanto, las presiones nacionales e internacionales se fueron sumando en demanda de indultos o de un nuevo proceso. Nada se obtuvo, sino la conmutación de dos de las penas de muerte (Fielden y Sollwab) por prisión perpetua. En vísperas de la ejecución se produjo la muerte de Louis Unge, la que fue presentada como suicidio. En todo caso, Unge apareció dinamitado en su celda. Así, el 11 de noviembre, la fecha elegida para la ejecución, murieron Fischer, Engel, Parsons y Spies. Con la distancia que da el tiempo transcurrido, los distintos analistas de los sucesos de Chicago han coincidido en que el proceso a "los ocho" se trató de un juicio político e ideológico del anarquismo. Más que juzgar los hechos del 4 de mayo, se pretendió sancionar una corriente política y sindical que crecía entre los obreros de la época. Después de estos sucesos, muchas de las conquistas alcanzadas por los trabajadores en las primeras semanas de mayo, se perdieron en los meses siguientes, al percatarse los empresarios de la debilidad del movimiento. Así es que, para los trabajadores de Estados Unidos y del resto del mundo, la lucha por sus reivindicaciones debía continuar. El 1 de mayo de 1886 había señalado el inicio de la consecución de uno de los derechos laborales más básicos: Las ocho horas de trabajo. Su pleno ejercicio para todos los trabajadores del orbe tardaría muchos años en lograrse. Por eso, los mártires de Chicago y el 1 de mayo

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simbolizan, desde 1886 en adelante, el sacrificio en la lucha de los trabajadores por sus derechos. "...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos... abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora... los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable..." José Marti (Corresponsal en Chicago de "La Nación" de Buenos Aires). 4

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Martí, José. Escritos periodísticos. EPU. Montevideo. 1968. Pag. 38.

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BREVE RESEÑA DE ALGUNOS ACONTECIMIENTOS A FINES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XX Paralelamente a la celebración del primer congreso de la AIT, en Inglaterra se funda el Trade Union Congress (TUC), primera asociación de obreros que puede recibir propiamente el nombre de sindicato, ya que las personas afiliadas a él son defendidas y representadas desde la organización. Este sindicato pervive en la actualidad con más de seis millones de alfiliados. Principales acontecimientos ocurridos a fines del siglo XIX y principios del siglo XX 1867

Bélgica se pone a la cabeza de Europa en materia social y numerosos derechos, entre ellos el de huelga, son reconocidos.

1871

Surge la Comuna de Paris, levantamiento obrero en pro de los derechos sociales; sólo dura un par de meses por la intervención del ejército.

1872

Durante el V Congreso de la AIT se produce la escisión entre marxistas y bakuninistas, en lo que será la primera gran división entre los representantes de los trabajadores.

1875

Se sustituyen de la legislación inglesa los términos amo y siervo para pasar a denominarse patrón y obrero. Se trata del primer país en adoptar este cambio.

1884

Se reconocen los sindicatos obreros en Francia. Es en Lyon precisamente donde en 1886 se crea la Federación Nacional de Sindicatos y grupos cooperativos (FNS), antecedente de la CGT francesa y del sindicalismo revolucionario.

1889

El primer congreso de la Segunda Internacional celebrado en París el 14 de julio. Declara al 1º de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, en conmemoración de los 5 huelguistas muertos en Chicago.

1895

La FNS francesa se transforma en la Conféderation Genérale du Travail. (CGT).

1899

Se firma en Suecia el primer pacto social entre empresarios y Sindicatos.

1901

Se constituye en Copenhague la Secretaría Internacional de Sindicatos, con participación de asociaciones de Alemania, Bélgica, Finlandia, Gran Bretaña y Suecia.

1906

Mientras la CGT francesa aprueba en Amiens su Carta Magna, en Italia se crea su primer sindicato: la Confederaziones Generale del Lavoro (CGL) y en Países

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Bajos la Federación Neerlandesa de Sindicatos. 1911

El taylorismo gana fuerza en los sectores patronales. W. Taylor publica su “Management científico”; la aplicación generalizada de los métodos propuestos por Taylor supondrán un profundo cambio en el modelo productivo y en la organización del trabajo: estamos ante la Segunda Revolución Industrial.

1917

Se produce la Revolución Rusa, que establece el primer estado obrero de la historia, y un poderoso impacto en el movimiento obrero mundial.

1919

Se crea funda la Organización Internacional del Trabajo (OIT), uno de los organismos internacionales más antiguos del mundo, gobernado en forma tripartita por gobiernos, sindicatos y empleadores.

En el siglo XX los sindicatos de todo el mundo tendieron a abandonar la antigua organización sindical de oficio, para generalizar el sindicato por rama de actividad. Desde fines del siglo XIX, en la medida que se fue conquistando el voto Universal y secreto, y la posibilidad de que representantes de los trabajadores y partidos obreros accedieran a los parlamentos e incluso obtener el triunfo electoral en un país, el movimiento obrero toma características nacionales. 5.1. Los origenes del movimiento sindical uruguayo5 Desde el principio de su inserción en el mercado internacional, como colonia española primero y luego como país independiente, nuestro territorio tuvo como una de sus principales características la monoproducción: sus abundantes y buenas praderas naturales le aseguraron ventajas comparativas en la producción y exportación de su actividad ganadera. Su integración en el mercado internacional se realizó así como exportador de materias primas y alimentos, y como importador de productos manufactureros. Hacia mediados del siglo XIX la gran demanda exterior y sus exigencias provocaron la paulatina introducción para el mejoramiento de las razas ganaderas de nuevas técnicas de producción que requerían de una nueva mentalidad: la vieja “estancia cimarrona” va a dar paso a la “estancia empresa capitalista”. Ésta se va a asentar sobre: la propiedad privada de la tierra, su alambramiento, introducción de nuevas razas, y la inversión extranjera, principalmente de origen inglés. Las consecuencias sociales fueron la expulsión masiva de los pobladores del campo: simples ocupantes, medianeros, peones y agregados, cuyo trabajo ya no era necesario en la nueva forma de producción capitalista. El destino de estas masas campesinas fue el de ser fundadores de lo que se dio en llamar los “pueblos de ratas”: irse a los centros poblados ya existentes y sumarse a su fuerza de trabajo; ser de modo voluntario o forzado –la mayor parte de las veces-, la tropa del ejército del 5

Materiales producidos por el Mag. Rodolfo Porrini para los cursos de la Escuela Sindical del Instituto Cuesta Duarte.

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Estado nacional que se estaba consolidando, dedicarse a la vida colectiva, ser apresado y obligado a trabajos forzados. Estos expulsados del campo, los inmigrantes de origen europeo, el capital, los ferrocarriles, los distintos medios de comunicación, etc., contribuyen en mayor o en menor grado a un proceso de urbanización muy temprano. Surgen pequeños y medianos centros de producción, que aglutinan a una masa de trabajadores que comenzarán poco a poco a organizarse, primero en mutuales para la defensa de sus intereses más inmediatos, y luego a plantear cuestionamientos de índole sociopolítica: intentos de organización de los trabajadores tipolitográficos de Montevideo (1857 – 58); Sociedad Tipográfica Oriental (1870); la Biblioteca para Trabajadores (1872), éstas dos últimas mantiene relaciones internacionales con la sección mexicana de la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.). Otros trabajadores que se organizan son los albañiles, maestros de escuela, tapiceros, herreros. Comienzan las primeras huelgas por mejores salarios, por mejores condiciones de trabajo, reconocimiento de su sindicato: Carpinteros de la Ribera (1876), Mineros de Cuñapirú (1880). Un hecho importante de esta época es la conmemoración del 1º de Mayo de 1890 en homenaje a los mártires de Chicago. Una crisis económica de importancia provoca en el país recesión, con la secuela de despidos, rebajas salariales... que golpean y repliegan la actividad sindical. Hacia 1895 ésta recomienza nuevamente con la fundación de diferentes organizaciones de trabajadores de inspiración marxista y anarquista. 5.2. Los comienzos de la lucha por la unidad de todos los trabajadores6 En 1901 se reorganizan numerosos gremios que luchan principalmente por mejoras salariales y la reducción de la jornada laboral. El año 1905 es sumamente importante para la historia del sindicalismo uruguayo: prácticamente en todas las industrias de Montevideo se organizan sindicatos; se desarrolla actividad sindical en el interior del país (Salto, Soriano, San José, entre otros); la Federación de Trabajadores del Puerto de Montevideo resuelve crear una Federación Nacional de Trabajadores: en el mes de agosto, en el Congreso Obrero Nacional se constituye la Federación Obrera Regional Uruguaya –FORU-, primera central de carácter nacional que tiende a la unidad de los trabajadores bajo los ideales anarquistas: “El Congreso aprobó el llamado pacto federal. En dicho pacto se consagraba el anarquismo como ideología del movimiento sindical...” Entre 1905 y 1923 se desarrollan gran cantidad de huelgas que tienen como eje reivindicativo la reducción de la jornada de trabajo a 8 horas; muchos son los gremios que declaran la huelga: ferroviarios, portuarios, construcción, Municipio de 6

Materiales de base extraídos de la página web del Instituto Cuesta Duarte. Producidos por el Mag. Rodolfo Porrini.

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Montevideo, tranviarios, etc. La respuesta de las autoridades es la persecución y la dura represión a los sindicalistas. El inicio de una fase de expansión de las economías capitalistas industrializadas alentó en este período nuevos y más exigentes requerimientos de los consumidores europeos. En este contexto, se inscribe el ciclo pecuario exportador de Uruguay e implicó nuevas adecuaciones de los procesos productivos nacionales mediante un vigoroso empuje de la exportación de carnes congeladas y enfriadas a partir de la instalación de los frigoríficos. Se produjo un alza de precios de nuestros productos entre 1905-17 y también un mayor incremento de la demanda como resultado del desarrollo de la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Esta permite la reactivación económica del país desarrollándose los sectores que más directamente se relacionaban con el abastecimiento de los ejércitos en guerra. Después de duras luchas de los trabajadores, en 1915 se obtiene, mediante la aprobación de una ley, la reducción de la jornada laboral a 8 horas. El modelo propiciado por José Batlle y Ordóñez (presidente entre los años 1903-07 y 1911-15, pero cuyas ideas se extienden más allá de su muerte acaecida en 1929), en lo que se denomina “el primer batllismo”, abarcó la nacionalización y la estatización de empresas, enfrentando al dominio británico aunque propició las inversiones de Estados Unidos, impulsó la industrialización e intentó la tecnificación y transformación de las estructuras agropecuarias promoviendo la agricultura, al tiempo que procuraba la atenuación de algunas injusticias sociales. Este proyecto reformista representó una nueva correlación de fuerzas sociales y políticas entre las clases dominantes que tuvo como eje a las fracciones industrial y comercial vinculadas al mercado interno. Estas lograron el apoyo de ciertos sectores de las “capas medias” y de trabajadores, desplazando de la conducción política al gran capital agroexportador que, no obstante, continuó siendo dominante. La política estatista y nacionalizadora impulsada por Batlle y Ordóñez desarrolló una importante infraestructura y monopolios en rubros fundamentales: crédito y seguro, energía, transporte y puertos; colocando al Estado como instrumento modernizador de la estructura del país. El creciente rol estatal se vio favorecido por la expansión ganadera de la cual captó importantes excedentes. El crecimiento de las funciones del Estado, los efectos del proteccionismo industrial promovido, conjuntamente con la acción redistributiva (legislación laboral y social) acrecentaron el mercado interno y fueron soportes del incipiente desarrollo manufacturero. Varios son los proyectos de leyes de tipo social y laboral que se presentan en el Parlamento, por los distintos gobiernos y representantes nacionales, aunque no todos son aprobados como leyes:

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Principales proyectos de ley de tipo social y laboral presentados al Parlamento a principios del siglo XX 1903- 1907(Presidencia de José Batlle y Ordóñez )

Proyecto de ley sobre disminución de la jornada laboral (no discutido en el Parlamento).

1907 – 1911 (Presidencia de Claudio Williman)

Proyecto de ley sobre accidentes de trabajo (no aprobado).

1911 – 1915 (Presidencia de José Batlle y Ordóñez)

Proyecto de ley de jornada de 8 horas y reglamentación de trabajo de menores (aprobado en 1915 y reglamentado en 1916); proyecto de “empréstito de edificación para obreros” (no aprobado); declaración del 1° de Mayo como “Fiesta del Trabajo” (aprobado en 1916).

1915 - 1919 (Presidencia de Feliciano Viera)

Proyecto de ley del trabajo nocturno (aprobado en 1918); proyecto que proporcionaba a cada funcionario un asiento para el desempeño de sus tareas “ley de la silla” (aprobado en 1918); proyecto de pensiones a la vejez e invalidez total (aprobado en 1919)

1919 - 1923 (Presidencia de Baltasar Brum)

ley de descanso semanal obligatorio, ley de indemnización por accidentes de trabajo (ambas aprobadas en 1920).

El Censo de 1908 dio un resultado de 1:042.000 habitantes de los cuales 392.400 constituían la población económicamente activa, que fue clasificada en 106.000 trabajadores del sector primario, 210.000 del secundario y terciario y 76.000 jornaleros. Es indicativo de la expansión económica del período la evolución de la ocupación en manufacturas que en 1889 fue calculada en 22.292 trabajadores agrupados en 2.682 establecimientos; en 1908 había 30.135 obreros distribuidos en 2.345 empresas; mientras que en 1913 eran 42.358, en 1920 pasaron a unos 50.000 y finalmente en 1930 se estimaba en unos 77.500 obreros. Es importante destacar que en 1908 el 95% del total de empresas ocupaban al 42% de los obreros y artesanos, mientras, que el 5% de los establecimientos al 58% de los trabajadores. Estos cambios cualitativos revelan las nuevas potencialidades que ofrecían a la organización y la lucha sindical estas formas desarrolladas de relaciones de trabajo. A su vez, los funcionarios públicos que eran 19.000 en 1901 llegaron a ser 52.000 en 1932. La primera posguerra acarreó para el Uruguay una dura crisis que provocó una aguda desocupación acentuada en los primeros años de la década del ‟20: si tomamos el año 1918 como referencia tenemos para 1921 una desocupación del 260% siendo del 520% para 1922. En el marco de una rebaja de precios de exportación y de una retracción de la demanda de los mismos, Uruguay debió pagar la deuda externa – sobre todo con los Estados Unidos- arrojando fuertes déficits la balanza comercial y de pagos. Una nueva recuperación se produjo entre 1924-29, año este último, en el que los efectos de “la gran depresión” golpearon duramente a la economía uruguaya. La Revolución Rusa de 1917 provocó una fuerte discusión en el seno del movimiento obrero uruguayo que tiene como consecuencia el desmembramiento de la unidad; junto a la FORU, en 1923 se funda otra central: Unión Sindical Uruguaya (USU), bajo

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la influencia del anarcosindicalismo –corriente anarquista distinta al anarquismo puro de principios de siglo- que mantenía un apoyo crítico a la Revolución Rusa y la presencia de militantes sindicales de origen comunista. A pesar de los esfuerzos de individuos y sindicatos por recomponer la unidad, y ante un nuevo fracaso de las gestiones en dicho sentido, vemos aparecer en año 1929 otra nueva central sindical: Confederación General del Trabajo del Uruguay (CGTU); bajo el predominio de la tendencia comunista. Ese mismo año se realiza en Montevideo el Congreso Sindical Mundial, donde participan delegados de América latina, EE.UU. y Francia; integran la Confederación Sindical Latino Americana (CSLA). 5.3. La crisis financiera de 1929. La repuesta de los trabajadores La crisis del capitalismo del año 1929 repercute en Uruguay a través del descenso de los precios internacionales de la carne (1930-31), la paralización industrial, la desocupación, la rebaja de los salarios, llegando al golpe de Estado del presidente Gabriel Terra (1933), con su represión a toda actividad sindical y política: allanamientos, detenciones, torturas, exilio,etc. Este período estuvo marcado por la defensa del movimiento sindical no sólo ya de sus derechos sino también por la defensa de la democracia y la institucionalidad del país, en contactos con otros sectores de la sociedad (Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, FEUU). Hubo una fuerte resistencia de la clase obrera a la dictadura que se expresa en diversas huelgas y paros: madera, calzado, construcción, textiles, canteras, transportistas, gráficos, carne, etc. Las tres Centrales logran realizar un paro conjunto el día 19 de octubre 1934. La Guerra Civil Española, la solidaridad con la lucha del pueblo español, fue un factor que también contribuyó a la realización de acciones unitarias por parte de las organizaciones sindicales uruguayas. A los efectos de favorecer la unificación de los trabajadores, la CGTU se disuelve en 1937, dando paso a la creación de un Comité de Organización para la Unidad Obrera que convocó en Febrero de 1940 a una Conferencia Nacional de Sindicatos con participación de 27 organizaciones; esta Conferencia aprobó un programa que planteaba la lucha por salario mínimo. Seguro de Paro, castigo a especuladores, impuesto a la gran propiedad latifundista, oposición a la dependencia internacional, a la guerra y al servicio militar obligatorio. Se constituyó un Comité pro Unión General de Trabajadores que prepararía “una poderosa Central”. Luego de las desavenencias provocadas por el pacto Germano-Soviético de 1939, la invasión alemana a la Unión Soviética en 1941 contribuyó a un clima de positivo entendimiento. Así iniciaron su participación en el Comité Organizador del Congreso varios sindicatos autónomos. En este período surgen fuertes sindicatos y federaciones

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por industria (textiles, metalúrgicos, ferroviarios, FUNSA, frigoríficos, etc.), que también favorecieron las tendencias unificadoras que se concretaron en la creación de la Unión General de Trabajadores UGT en marzo de 1942. Esta nueva Central logró agrupar a la casi totalidad de las organizaciones obreras del país, y al disolverse la Unión Sindical Uruguaya, convirtiéndose por un tiempo en una presencia significativa. 5.4. La segunda guerra mundial. Las centrales de trabajadores y “el dirigismo estatista” La Segunda Guerra Mundial provoca una coyuntura económica favorable para Uruguay, se intensifican las exportaciones de nuestros productos agropecuarios para abastecer a Europa principalmente, generando saldos positivos en nuestra balanza de pagos, permitiendo además que junto a la infraestructura ya existente tome impulso el proceso de sustitución de Importaciones de productos industriales, proceso que fue el eje de la dinamización y crecimiento de la economía durante la década del ‟40 y principios de la del ‟50 (guerra de Corea). Así el funcionamiento de la economía uruguaya acentuó la dependencia externa de bienes de capital, materias primas, combustibles. El liderazgo de Luis Batlle Berres –neobatllismo-, expresión de la fracción industrial evitó compromisos con el Fondo Monetario Internacional (esto a pesar que Uruguay en 1956 adhirió al acuerdo de creación del FMI), aunque no evitó la influencia y la presencia creciente de EE.UU. en lo económico, político, militar e ideológico. En los enfrentamientos entre las fracciones y grupos del capital, representadas por la Federación Rural y la Cámara de Industrias, predominó el proyecto industrialista que venía desarrollándose desde décadas anteriores. El Estado sigue jugando un papel decisivo como impulsor de este proyecto industrialista: “dirigismo estatista”, es decir la aplicación de una política proteccionista a la industria nacional mediante barreras arancelarias y subsidios, aplicación de una legislación laboral y social que asegurara una mejor reproducción de la fuerza de trabajo, propendiendo a la ampliación del mercado interno al posibilitar una mayor capacidad de consumo de los asalariados, y crecimiento del aparato del Estado (1955: 168.532 empleados públicos en la administración, industrias, y servicios estatales). A partir del año 1941 se inicia una recuperación del nivel de los ingresos de los trabajadores, no sólo mediante el incremento del salario real sino mediante otros beneficios: ley de Asignaciones Familiares y un conjunto de normas reguladoras de los Convenios Colectivos que se integran en la Ley de Consejo de Salarios (1943); ley de Indemnización por despido (1944), Estatuto del Trabajador Rural (1946); indemnización por despido a enfermos y trabajadoras grávidas (1950), y el salario por maternidad (1958).

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Los Consejos de Salario fueron un ámbito de regulación de las disputas salariales, teniendo al Estado como “mediador”; ayudaron no sólo al mejoramiento del salario real sino que posibilitaron la expansión y consolidación de las organizaciones sindicales, ya que la lucha y vigilancia de los sindicatos influyeron en la aprobación y en el posterior cumplimiento de las leyes laborales y económico-sociales en general. Además requirió de dirigentes obreros con conocimientos de la economía y de la situación del país, impulsando así la formación de ellos por parte de sus organizaciones sindicales, tarea a la que también contribuyeron los partidos de izquierda. En 1955 el número de empresas era de 21.100 las que ocupaban a 161.800 trabajadores, pasando estas cifras en 1958 a 25.600 y 191.408 respectivamente. Esta nueva realidad económico-social posibilita el surgimiento de un “sindicalismo de masas” que encuentra su inserción en ella, y en la cual los sindicatos se convierten en un grupo de presión sobre el Estado necesitando para ello de una intensa movilización de denuncia, agitación y organización; actividades que nunca descartaron la huelga como medida de lucha de los trabajadores, medida a la cual éstos recurrieron en numerosas oportunidades. Numerosas son las huelgas que se llevan a cabo por parte de los trabajadores: a las mencionadas anteriormente debemos agregar: tranviarios (1943), paro general en 1945, metalúrgicos y obreros de FUNSA (caucho) en 1946, obreros de la lana en 1950. Son también numerosos los procesos de organización –muchos de ellos acompañados además de paros y huelgas- de los funcionarios tanto públicos como privados: bancarios (AEBU 1942), prensa (APU 1944), obras sanitarias estatales (FFOSE 1946), municipales (ADEOM 1947), energía (AUTE 1949), combustible (FANCAP 1951). La UGT se vio enfrentada a problemas de orden político: algunos de ellos se generaron a partir de su propia fundación como lo fue el apoyo al Servicio Militar Obligatorio y a otras obligaciones militares que se impusieron sobre los trabajadores enmarcadas en la lucha antifascista: otros se generaron a partir de apreciaciones sobre determinados conflictos obreros como lo fue la huelga de los frigoríficos de 1943, solidaria con los obreros del Frigorífico Nacional acusados de sabotear un embarque de carne a Inglaterra, o la postura adoptada frente a la huelga de los trabajadores areneros de Boca de Rosario de 1945; y también por divergencias de criterios sobre el manejo interno de la vida sindical. Estos hechos y otros provocaron el alejamiento de varios sindicatos importantes de la UGT (Comercio, Panaderos, Carne, Ferroviarios), a pesar de ello en el Congreso de 1946 estaban representados 116 sindicatos. También contribuyeron para la desunión del movimiento sindical la situación política internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, y la influencia en Uruguay de los esquemas propios de la “guerra fría”. En 1951 se funda la Confederación Sindical del Uruguay (CSU), central que proclama abiertamente objetivos divisionistas de los trabajadores: lucha contra el comunismo y el aislamiento de los comunistas. Logra

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reunir una cantidad de sindicatos nuevos y varios sindicatos autónomos, con una diversidad considerable de posiciones. Esta central surge en el ámbito mundial de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), y en el americano de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), bajo el predominio de las centrales norteamericanas American Federation of Labor (AFL) y Congress of Industrial Organizations (CIO). 5.5. La década de 1950. Los sindicatos pulen sus mecanismos de unidad A pesar de la desunión reinante entre las organizaciones sindicales, los sindicatos no pierden su capacidad de movilización y lucha en la defensa de sus intereses: en 1951, a raíz de una huelga solidaria con los trabajadores de ANCAP, se crea por parte de gremios autónomos la Coordinación de Gremios Solidarios con la esperanza de unir a las dos centrales y a los gremios autónomos. Su actividad no fructificó en tanto no se obtuvo la unidad de las organizaciones de los trabajadores. En 1952, el poderío de las organizaciones sindicales y su capacidad de movilización provocaron que el gobierno impusiera por dos veces, las Medidas Prontas de Seguridad: abril, contra una huelga llevada a cabo por los trabajadores de Salud Pública: setiembre-octubre, contra los trabajadores del transporte, y los demás gremios en general. En esta ocasión cientos de dirigentes sindicales fueron detenidos y trasladados en esa condición a cuarteles del interior del país. En los años 1953, 1954, 1955 y 1956 se desarrollan varios conflictos que van pautando una unidad gradual de los distintos sindicatos: textiles (1953 y 1954); metalúrgicos y bancarios (1955); frigoríficos (1956). La huelga de los trabajadores de la carne significó un paso muy importante en pro de la unidad de todos los trabajadores. Dos paros generales solidarios, grandes manifestaciones de trabajadores de todos los gremios que comenzaron a corear la consigna: “Unidad sindical, una central”. En agosto de 1956, a instancias de la Federación Autónoma de la Carne, surgió una Comisión coordinadora pro central única de trabajadores. Dicha Comisión Coordinadora vio entorpecida su labor por acontecimientos externos – los sucesos de octubre de 1956 en Hungría-, que fueron invocados por la Confederación Sindical del Uruguay para retirarse de las negociaciones en pro de la unidad de los trabajadores: pero cumplió una labor eficaz en cuanto a coordinar las acciones de solidaridad con los distintos conflictos que se desarrollaron en esos años: arroceros, tamberos (1957), remolacheros (1958), conflictos que pusieron a la luz pública las condiciones de explotación y miseria de los trabajadores rurales y significó la incorporación efectiva, al movimiento organizado de los trabajadores, de sectores que hasta ese entonces habían tenido muy poca significación organizativa, como lo eran los trabajadores rurales.

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La ocupación y puesta en marcha bajo control obrero de la planta de FUNSA (Fábrica Uruguaya de Neumáticos S.A.), significó la utilización de nuevos recursos tácticos a nivel gremial (1958). La lucha de la Universidad de la República y la de sus distintos gremios, por conseguir la aprobación de la Ley Orgánica (1958), permitió su encuentro con las organizaciones sindicales de los trabajadores que bajo la consigna de “Obreros y estudiantes unidos y adelante”, realizaron múltiples manifestaciones populares. 5.6. Crisis economica. Los trabajadores forjan su unidad La recuperación económica de la posguerra dio lugar a un replanteo de las estrategias de dominación de las potencias capitalistas mundiales, que bajo la hegemonía de Estados Unidos, se lanzaron a la penetración de las economías dependientes presionando a la internacionalización de sus mercados internos. Se desarrollaron nuevas técnicas productivas que requirieron la articulación de espacios económicos supranacionales. En Uruguay -frenada la expansión de las fuerzas productivas de la etapa sustitutiva de importaciones- el estancamiento primero, y la crisis posterior, crearon las condiciones para que se planteara un reajuste de la economía. En los comicios de 1958 triunfa el Partido Nacional accediendo al gobierno luego de más de 90 años de ejercicio gubernamental por parte del Partido Colorado. Con el Partido Nacional accede al gobierno el sector económico agroexportador que lleva adelante diversas acciones, entre ellas una reforma cambiaria y monetaria (1959), tendientes todas ellas a desmontar la legislación económica y fiscal de carácter proteccionista: se cuestiona fuertemente el papel intervencionista del Estado, la redistribución del ingreso en favor de los sectores urbanos, y la protección a la industria. Junto a medidas de orden interno el gobierno opta por firmar en 1959, con el FMI una “Carta de Intención” –la primera en la historia de nuestro país- para conseguir préstamos que favorecieran al sector agropecuario exportador, cuya competitividad en el mercado internacional posibilitaría la dinamización de nuestra economía. Los sectores industrial y comercial, en directa relación con el mercado interno, lucharon por preservar sus intereses en determinados momentos con el poder político. Los trabajadores no sólo resisten la nueva orientación de la política económica, que intenta sacarle los derechos económicos y sociales tan duramente conquistados en las décadas anteriores, sino que levantarán una plataforma con soluciones para la grave situación que atraviesa la sociedad uruguaya. Esta etapa conflictiva generó por los distintos gobiernos de la época, una respuesta recurrente: Medidas Prontas de Seguridad (1959, 1963, 1965 -dos veces-). Otra medida fue la aprobación de una Reforma Constitucional (1966), que concentró más atribuciones de autoridad en el Poder Ejecutivo, buscando así mecanismos legales y jurídicos adecuados a la nueva situación.

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Algunos datos nos permiten observar mejor la crisis que vivía la sociedad uruguaya: Entre 1946-50 la tasa de crecimiento productivo alcanza el 4%, Entre 1961-65 la tasa de crecimiento productivo es de 0,3%; Entre 1957 y 1962, el salario real desciende al 89,5%,entre 1963 y 1968 se reduce un 17%; Entre los años 1955 y 1965 la desocupación pasa de un 3,5% al 10%. En 1958 los 25.626 establecimientos industriales ocupan a 191.408 trabajadores, en 1960 dichas cifras se sitúan en 27.642 y 207.204 respectivamente. Hacia fines de la década de 1960, la cantidad de empleados públicos se calcula en 193.000. Varios son los conflictos a los que se ven enfrentados los distintos gremios y sindicatos: una investigación parlamentaria pone al descubierto fraudes y estafas contra el Estado por parte de los capitales norteamericanos en la industria frigorífica; lo cual provoca una situación muy delicada para la Federación Autónoma de la Carne a partir de fines de 1957; los obreros de la industria papelera, teniendo como eje el conflicto en la empresa CICSSA, llevan adelante una dura lucha luego de la cual, y ante la traición de la CSU la mayor parte de los sindicatos se retiran de ella quedando esta central reducida tan solo a un nombre para nada representativo de los trabajadores uruguayos, y manteniéndose a través de las ayudas internacionales, principalmente de origen norteamericano. 5.7. El Congreso del Pueblo. Nacimiento de la Central (C.N.T.) En abril de 1959 la Comisión Coordinadora –creada en 1956-, llamó a una reunión con el carácter de “asamblea consultiva de sindicatos”, la cual se realizó el mismo mes de abril; luego de otras dos reuniones en 1959 (agosto y octubre), se realizó el “Congreso de Unificación Sindical”, el cual inició sus sesiones el 9 de diciembre de 1959, con la intención de constituir una “central única”; luego de sucesivos cuartos intermedios que se prolongan hasta junio de 1961, culmina con la creación de la “Central de Trabajadores del Uruguay” (CTU), no “única” en la medida que los propios sindicatos que participaban de ella entienden que no pueden prescindir de otras organizaciones que habían decidido no integrarla. El Congreso, en abril de 1960 realiza un llamamiento a todas las fuerzas populares y a los poderes públicos para enfrentar la política del FMI. En mayo de 1964 los gremios textil, gráfico y de Funsa, acordaron con la CTU la convocatoria de una Convención Nacional de Trabajadores. En setiembre de 1964 se reúne la Convención y decide: Convertirse en un órgano coordinador de la CTU con todos los sindicatos. Convocar a una jornada de protesta con un paro general nacional para el 6 de abril de 1965, precedida de grandes asambleas en las que se discutieran los

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puntos de la propuesta programática aprobada por la Convención. Llamar a otras fuerzas sociales para participar en dicha jornada. Convocar para agosto de 1965 un Congreso del Pueblo, donde participaran organizaciones de los sectores populares: estudiantes, profesionales, cooperativas agropecuarias, iglesias, etc. Discutir la propuesta programática de la Convención Nacional de Trabajadores y formular un programa que fuera representativo de todos los sectores populares, y no sólo de los trabajadores. El Congreso del Pueblo se realizó precedido del paro de abril; concurrieron a él casi 1.100 delegados representando a más de 700 organizaciones sociales. En octubre de 1966 se reunió el Congreso de Unificación Sindical, mediante el cual la CNT dejó de ser la Coordinadora de Sindicatos para convertirse en la central de los trabajadores uruguayos. Dicho Congreso dotó a la CNT de un Estatuto, una Declaración de Principios, un Programa, una dirección, y de un funcionamiento democrático de sus congresos. La Declaración de Principios reafirmó el carácter autónomo del movimiento obrero, vinculó la lucha nacional con la unidad latinoamericana, antiimperialista y reafirmó también la fraternidad y solidaridad internacional de todos los trabajadores. El Programa proponía una serie de medidas tendientes, no sólo a superar la crisis sino a desarrollar económica, social y políticamente el país; reforma agraria e industrial, nacionalización de los monopolios y del comercio exterior, reforma de la política de inversiones públicas, reforma tributaria, crediticia y bancaria, reforma de la seguridad social, de la educación y de la cultura. Este proceso de los trabajadores uruguayos recogía una rica tradición histórica: desde comienzos del siglo XX los trabajadores y sus distintas organizaciones sindicales habían bregado por la unidad de todos: 1966 fue el año de la concreción. También dicho proceso de unidad fue solidificado en medio de conflictos y luchas; entre el final de la década de 1950 y 1965 se desarrollaron conflictos muy largos en la industria, en los organismos públicos y en las empresas rurales, que obligaron a las distintas organizaciones públicas y en las empresas rurales, que obligaron a las distintas organizaciones sindicales a desplegar una energía muy grande, y provocaron la solidaridad del conjunto de los trabajadores: luchas por derechos sindicales, seguros de enfermedad y otros beneficios sociales, por la tierra y contra la desocupación, contra la congelación de salarios, etc. Entes autónomos (UTE y otros en 1959), textiles (1960), tabacaleros (de1960 a 1961), metalúrgicos de TEM (1961) y Aluruguay (1962), frigoríficos (1962 y 1963), bancarios, funcionarios municipales, de la Administración Central y Descentralizada del Estado (1963, 1964 y 1965), personal de Lanasur (1964 y 1965, marchas de los trabajadores rurales, azucareros (1962, 1964 y 1965). La crisis económica golpea fuerte a los sectores populares y éstos responden a través

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de una serie de medidas de lucha que llevan al enfrentamiento con las políticas gubernamentales, optando el Poder Ejecutivo por implantar las Medidas Prontas de Seguridad (octubre de 1967). A medida que la crisis se profundizaba, que se planteaban nuevas y más continuas situaciones coyunturales, retornan dentro de la CNT las discusiones las discusiones que derivaban de distintos enfoques de apreciación de la realidad del momento: enfoques vinculados tanto a las experiencias de los distintos gremios y sindicatos como a las apreciaciones que los dirigentes de las organizaciones sindicales tenían en función de sus diferentes visiones políticas. Es así que en torno a esta problemática sobre la situación política, la metodología a seguir para mejor enfrentar las medidas gubernamentales contra los intereses de los trabajadores y de los sectores populares. Las tácticas mejores para la acumulación estratégica de fuerzas en el plano sindical, llevan a la constitución de agrupamientos sindicales que enfrentan a una conducción mayoritaria de la CNT con la denominada “tendencia”. 5.8. Crisis Politica. Las respuestas de los trabajadores. 1968, 1969 y 1970. Polarización de dos proyectos antagónicos. Características generales del período.Intensificación de la lucha de clases “Nada más erróneo que la arcaica concepción de algunos partidos de izquierda latinoamericanos, que todavía sostienen que la lucha debe ser país por país (...) Si los gorilas se unen con más razón “El invierno de 1968 marca el fin de una etapa de desarrollo económico, social y político de Uruguay y el comienzo de otra cualitativamente distinta. Esta nueva etapa que dura hasta 1973, se caracteriza por la predominancia de los aparatos centralizados del estado y por la generalización y polarización de la lucha de clases. Hasta los años sesenta y en particular hasta 1968, el ejercicio de la dominación burguesa se había realizado, a diferencia de otros países del mundo, de una forma predominantemente pacífica. En esta época se da un cambio. La dominación ideológica y el consenso social –producto de un bienestar relativo- ya no es posible por la pauperización y la crisis estructural; y entonces la dominación pasa a ejercerse por medio de la violencia y el terror, primero policial y paramilitar y luego militar. Se produjo una articulación entre todos los niveles de lucha de los sectores oprimidos que se caracterizo por el uso de la acción directa: paros generales que inmovilizaron la producción nacional, ocupaciones, contrainformación y lucha armada.

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La burguesía considerada como clase y con un nivel de cohesión y de solidaridad que nunca había tenido, intensifica su guerra contra el proletariado desde los aparatos centrales del estado”7. Sobre la situación testimoniaba Wladimir Turiansky: “Al principio del período 1968 – 1970, la voluntad manifiesta del presidente, al viejo estilo batllista, era que no hubieran conflictos entre clases. Pero éstos tiene muy poco que ver con la voluntad de tal o cual mandatario. „Por su formación política, Gestido rechazaba el concepto de „clases‟ y de „lucha de clases‟. Mas bien asimilaba su idea de sociedad a la de una gran familia, en la que, como en toda familia, más allá de enfrentamientos circunstanciales, sería siempre posible ponerse de acuerdo, y trabajar todos juntos por el progreso común. [...] ¿Cómo lograría cubrir Gestido la gran distancia existente entre sus deseos y la realidad de una sociedad que sí estaba dividida en clases, y en la que un sector de esas clases, el de la oligarquía financiera aspiraba a mantener y acrecentar sus privilegios y sus riquezas en desmedro del resto de la población? No nos augurábamos tiempos fáciles, ni se los augurábamos tampoco al presidente.” 8 Toda la clase asalariada se vio afectada por la voluntad burguesa de querer reconstituir la tasa de ganancia sobre la base del aumento de la tasa de explotación, es decir del alza de precios y disminución del salario real. Por lo aquí expuesto, se observa que la dictadura del valor es paralela, o a veces anterior, a la dictadura política. “Sin desconocer lo discutible que puede resultar asimilar clase trabajadora con proletariado e incluir a todos los asalariados, se ha procedido así pues9: La clase que objetivamente se definió en oposición a la burguesía fue la de todos los trabajadores y no únicamente los obreros manuales, ya que la política económica burguesa de congelación de salarios afectó por igual a todos los asalariados.10 Los conflictos sindicales y políticos más intensos e irrecuperables para la burguesía son de ambos sectores: proletariado agrícola –en especial trabajadores de la caña de azúcar- y proletariado urbano – industrial –obreros de frigoríficos, neumáticos, textiles (Alpargatas) ... –e igualmente funcionarios públicos, bancarios y trabajadores de la salud. Por ello la violencia represiva afectó objetivamente a toda la clase trabajadora y la contra–violencia fue organizada por los trabajadores en general y no solamente por los obreros manuales. 7

Vescobi., Rodrigo. Op. Cit. Pag. 41. Turiansky. Wladimir. En: Vescobi, Rodrigo.”Ecos Revolucionarios. Luchadores sociales. Uruguay 19681973” Noos Editorial. Barcelona. 2003. Pág. 40 9 “En esta época los apologistas del liberalismo ya decían que la teorías de la lucha de clases habían sido desmentidas por la evolución del capitalismo „que permite a los trabajadores alcanzar niveles de vida insospechados.‟” 10 “En 1968, los asalariados se repartían de la siguiente manera: 38,5%, obreros de industrias productivas: manufacturas, etcétera, 40%, empleados: funcionarios, docentes, técnicos; 13% asalariados rurales; 8% servicio doméstico; 0,5 otros. 8

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La clase asalariada tuvo como aliado seguro al denominado movimiento estudiantil y sus luchas se articularon entre sí.11 En la polarización proletariado – burguesía –revolución – reacción-, los estudiantes más combativos, en la medida que luchaban por el cambio social y el fin del dominio burgués, sufrieron la misma represión que los obreros y se situaron claramente con el primero. Un documento de balance sobre 1968, escrito por estudiantes de Medicina, aclaraba: „Nuestra participación en la resistencia al cerco policial, en torno a la planta ocupada fue realmente una lucha unida con los obreros que para nosotros iba más allá del objetivo, más o menos limitado, de lograr la reapertura de Frigonal, sino que significaba una lucha política contra la dictadura y un avance muy importante de un sector del estudiantado al comprender el papel fundamental en la lucha popular que le cabe a la clase obrera y que las otras clases serán revolucionaria en la medida que se unan a su lucha.”12 5.9. El movimiento estudiantil uruguayo “La educación en su conjunto estaba sujeta a la realidad nacional. Esta había sido determinada por la dependencia exterior, la cual “nos acerca rápidamente a aquel estado del que siempre quisimos distinguirnos: la republiqueta.”13 Este y otros factores desencadena una confrontación que se da de la siguiente manera: por un lado, la protesta, la resistencia, la rebelión, por otro, el engaño y la represión. “La protesta toma sus formas, unas viejas, otras nuevas. La acción gremial, la resistencia estudiantil (...), la actividad individual (periodística o política) integraba a núcleos que se niegan a meramente soportar el tipo de desorden antisocial en que esta etapa del capitalismo nos ha envuelto, dan lugar a la represión cuya escalada no parece tener tope. (...) Uno de los blancos de esta escalada es la enseñanza y, en especial, los estudiantes como grupo y la Universidad como institución que no puede dejar de opinar. No sólo porque la Ley Orgánica, [promulgada diez años antes con fuerte aporte de lucha estudiantil] le atribuye ese derecho sino por su misma naturaleza, la Universidad es el necesario testigo incomodante de una sociedad en retroceso. Cuando un testigo es indócil, cuando se niega a hacerse el mudo, llega a ser especialmente molesto para los que mandan, para los que creen que una mentira dicha a través de 200.000 televisores (y varias veces más radios), es más fuerte que una verdad. Hace callar, hace ineficaz, eliminar lo que la Universidad y los

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“A pesar de los múltiples intentos del régimen dominante de dividirlos: „El Intendente de Montevideo habla por cadena de radio y televisión [durante la impresionante movilización estudiantil contra el aumento de precio del transporte público] e insinúa que será inevitable el aumento del precio del boleto (...) estudiantil, si se quiere contemplar los reclamos de aumento de los trabajadores del transporte.‟” 12 Vescobi. Rodlrigo. Op. Cit. Pág. 40. 13 Otero, Mario. “El sistema educativo y la realidad nacional.” Nuestra Tierra. Montevideo. 1967. Pág. 53.

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universitarios puedan decir, son tareas que adquieren importancia y para la que no se ahorran medios.”14 A lo planteado por Otero nos parece oportuno agregar las impresiones de las profesoras Appratto y Artagaveytia quienes caracterizan el período “... como un momento histórico muy complejo, en que la tensión social, los avances del autoritarismo y las restricciones presupuestarias afectaron profundamente el campo de la educación. En un juego de interrelación con esos tres factores –en parte como respuesta pero también como posibles elementos contribuyentes- estarían las movilizaciones estudiantiles, la lucha de los sindicatos de funcionarios y docentes por sus reivindicaciones, y la amplitud contestataria de la Universidad cuestionando las políticas del gobierno frente a la crisis. El peso que se dé a cada uno de estos factores como elemento explicativo de la situación de deterioro del sistema educativo, así como las inferencias que se pongan en juego para armar un relato que explique como se fueron hilvanando los acontecimientos, va a depender de la postura de cada actor u observador.”15 Así renace en Montevideo un vigoroso movimiento estudiantil que lleva adelante la protesta, la resistencia y la rebelión de la que habla Otero anteriormente. Dicho movimiento no estaba asociado a una organización política determinada, aunque en su mayoría simpatizaban o militaban en partidos de izquierda y en menor medida en partidos tradicionales; estudiantes que generalmente pertenecían a los sectores medios de la sociedad. La Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) era la organización estudiantil que estaba a la vanguardia del movimiento, según Landinelli “En el movimiento estudiantil uruguayo de 1968 encontraron lugar corrientes de ideas muy diversas, sin resultar ninguna de ellas hegemónica. Mayoritariamente los estudiantes se enrolaban en las opciones que ofrecía el espectro de la izquierda política, adhiriendo a proposiciones que conformaban un mosaico de tendencias gremiales mediadas por los organismos democráticos de masas. Dentro de la FEUU ponían en juego su capacidad de convocatoria una serie de formaciones políticas, principalmente: comunistas e independientes agrupados en el Comité Universitario (CU), socialistas, anarquistas, cristianos de izquierda del Movimiento de Acción Popular Uruguayo (MAPU) y militantes independientes coordinados en una „interagrupacional‟”16 vemos así que la realidad del movimiento estudiantil era similar a la del movimiento obrero en lo que respecta a la pugna de ideologías. En 1968 surge en la interna de la FEUU una “línea dura” partidaria de las movilizaciones y el enfrentamiento violento con las fuerzas de seguridad en contra de aquellas tendencias más moderadas. Dicha tendencia no era 14

Ídem. Appratto, Carmen y Artagaveytia, Lucía. “La educación.” En: Appratto, Carmen y otros. “El Uruguay de la dictadura. 1973 – 1985.” Banda Oriental. Montevideo. 2004. Pág. 215. 16 Landinelli, Jorge. “La revuelta estudiantil.” Banda Oriental. Montevideo. 1989. Pág. 95. 15

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homogénea, se destacaban numéricamente dentro de ella los jóvenes que luego formarían el sector estudiantil del Movimiento 26 de Marzo, que según Gonzalo Varela17 será numéricamente la más importante, el autor aclara que en la Universidad debía compartir el poder con otras corrientes (socialistas y comunistas, especialmente). La afirmación de Varela no tiene una confrontación documental de peso. La lectura de la prensa muestra que las diferentes “líneas políticas” disputaban el predominio dentro de movimiento estudiantil pero no muestra ninguna numéricamente mayor que otra. Apoyando esta posición citaremos a Appratto y Artagaveytia “... la Universidad arrastraba una larga tradición de militancia muy anterior a la formación de la Federación de Estudiantes Universitaria del Uruguay (FEUU) que a su vez contaba con casi cuarenta años de edad. En ellas predominaban tendencias de izquierda, y sus vínculos con el movimiento sindical eran estrechos, sobre todo a partir de las jornadas de 1958 en que se había luchado por la Ley Orgánica de la Universidad, lográndose la autonomía (...) Las relaciones entre las distintas tendencias ideológicas dentro del gremialismo universitario eran complejas. El Partido Comunista, a diferencia de lo que ocurría en el movimiento sindical, no tenía una hegemonía importante. Anarquistas, trotskistas e independientes, habían dominado en momentos diversos. Las declaraciones del Consejo Directivo Central de la Universidad repudiando la invasión a Checoslovaquia18 son un ejemplo de estas contradicciones internas. En 1968, en el curso de las luchas estudiantiles se perfiló en la Universidad una línea estudiantil „dura‟ o radical que tampoco era homogénea, pero que sostenía que las manifestaciones de masas, y el enfrentamiento con la policía eran modos de crear conciencia. (...). El caso del movimiento estudiantil en Secundaria fue diferente dada la extrema juventud de la organización de su estudiantado que partía, además de una realidad política poco desarrollada (...) Las diferencias seguirán siendo de todas maneras notorias. La línea „dura‟ o radical se va a dar en Secundaria casi en estado puro sin la necesidad de compromisos con otras líneas que caracterizaban a los gremios universitarios.(...) La CESU, donde la Unión de Juventudes Comunistas tenía fuerte presencia, distaba de ser la FEUU en cuanto a su real control del movimiento estudiantil, viéndose rápidamente desbordada por éste, que actuaba en forma espontánea, permanente, masiva y dirigido por el nuevo radicalismo.”19 En la educación media las organizaciones no estaban tan desarrolladas, aunque el conglomerado estudiantil era mucho mayor que el universitario, 85 mil y 15 mil estudiantes respectivamente en 1963. De cualquier manera la Coordinadora de Estudiantes Secundarios del Uruguay (CESU) jugó un papel relativamente importante debido a su enfrentamiento con el Gobierno luchando por su reivindicación más importante a lo largo de su historia, la rebaja del boleto estudiantil; en algunos centros

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Varela, Gonzalo. “De la República Liberal al Estado Militar. Uruguay 1968 – 1973.” Ediciones del Nuevo l Mundo. Montevideo. 1988. Pág. 56. 18 Nota de las autoras: “... este acontecimiento y las apreciaciones que de él se hicieron, dividieron a la izquierda internacional, entre los partidos comunistas que apoyaron el ingreso de las tropas soviéticas y quienes lo condenaban.” 19 Appratto y Artagaveytia, Lucía. Op. Cit. Págs. 217/218

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el 80% de los estudiantes usaba el servicio por lo cual cuando las compañías presionaban para elevar los precios las instituciones de Secundaria se sacudían fuertemente; el arma de presión que más usaban era la ocupación de los liceos. Más tarde sus consignas se extendieron, reclamando un boleto popular y la estatización de CUTCSA20, la mayor empresa del ramo. Fue así que los reclamos entre la CESU y la FEUU comenzaron a coincidir, protestas en contra de: la represión, la implantación de las Medidas Prontas de Seguridad, la violación de la autonomía universitaria y muy especialmente contra el asesinato del estudiante universitario Líber Arce. Por ello, junto a otras circunstancias, es que la movilización estudiantil llega a su clímax en agosto. La lucha era sostenida fundamentalmente por la FEUU y los gremios estudiantiles de los institutos de Preparatorios “Héctor Miranda” y “Alfredo Vázquez Acevedo” (IAVA). Las movilizaciones eran masivas y permanentes, generalmente espontáneas, por lo que se transformaban en autónomas y desentralizadas, además de extremadamente violentas; el enfrentamiento con la policía era planteado como un objetivo. Desde el punto de vista ideológico los estudiantes rechazaban toda teoría muy elaborada, su teoría estaba impregnada de sentido práctico, siendo su punto de partida el repudio al sistema. Gonzalo Varela sostiene que el concepto de sistema estaba identificado en “... la amalgama de la explotación capitalista con la opresión política que de ella derivaba, (...) las explicaciones marxistas que los estudiantes retomaban de la cultura de izquierda explicaban la dominación política por la explotación económica (...) que habían sido históricamente administradas y moderadas por la mediación de los partidos tradicionales. Fue necesario que esta fuera reemplazada por la virtual dictadura de Pacheco Areco [“el pachecato”] para que la protesta radical tomara forma.”21 Finalmente, citaremos algunos de los protagonistas estudiantiles del 68, varios de ellos integrantes del Comité de Movilización22 de la FEUU. En primer lugar Jorge Landinelli, militante del CEIPA en 1968, hoy destacado intelectual y actor de la vida universitaria, nos muestra su visión: “Creo que en el 68 la FEUU activa una identidad colectiva cuyo signo es la protesta, la expresión de un marcado malestar social en un segmento importante de la sociedad uruguaya. Algo que no se explica sin el contexto de una crisis profunda del Estado uruguayo. Y un elemento más, el 68 es un movimiento que lleva a ese gran momento de unidad que es la formación del Frente Amplio en 1971 y que tiene en aquel año un momento fundacional ... –en cuanto a lo emocional agrega Landinelli- ... no podría hablar del 68 sin integrar la consternación, el miedo, como un elemento de la vida cotidiana. Me parece que los peor que se podría hacer es tratar de presentar una especie de visión heroica inconmovible, dura, impermeable ...”23 Por otro lado, Javier Alonso militante de la FEUU en 1968, hoy docente universitario de la Facultad “Escuela Nacional de Bellas Artes”, declaraba: “...el 68 es un proceso de explosión, una avalancha de energía política y gremial, ideológica y de acción en

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Nota: CUTCSA – Compañía Uruguaya de Transporte Colectivo Sociedad Anónima. Varela Petito, Gonzalo. Op. Cit. Pág. 62. 22 Nota: Integrado por: Rodrigo Arocena, César Baraibar, Barret Díaz, Marcelino Guerra, Raúl Latorre, Roberto Markarián, Jorge Ramada, Jorge Salerno y Lucía Topolansky. 23 “Brecha”, 21 de agosto de 1998. “La FEUU en 1968. Nosotros, los de entonces ...” Ivonne Trías. Separata. Págs. II/III. 21

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un proceso del país en el que progresivamente se iba convirtiendo en un país autoritario.”24 Rodrigo Arocena, militante en la Facultad de Ingeniería, hoy Rector de la Universidad de la República, afirmaba: “... la resistencia al autoritarismo confluyó con una ola estudiantil internacional, sobre todo latinoamericana. Creo que a nosotros nos impactaron mucho más las “SILENCIO: ha muerto un estudiante” manifestaciones estudiantiles brasileñas en el 68 que cualquier otra cosa que hubiera sucedido en las orillas del Sena. (...) Más allá de los fenómenos de partidización, menores antes del 68, mayores después del 69 creo que la FEUU era un movimiento al cual iba nuestra primera lealtad... (...) Hubo duras polémicas, sin embargo, no fue un momento de desgajamiento de las izquierdas ni de los movimientos sociales sino al contrario. Coincido con que el FA se gestó en el 68. Creo que ese proceso de unificación es parte de la especificidad uruguaya en la cual el 68 jugó un papel muy importante.”25 Jorge Ramada que militaba en la Facultad de Química, integrante de la Comisión de Salud Laboral del PIT-CNT, expresaba: “En el 68 y 69 la interagrupacional, con algunas alianzas puntuales, con MAPU y otros, más o menos lleva la línea; las posiciones comunistas estaban en minoría. (...) Las asambleas en el 66 (...) discutían temas más concretos, las asambleas del 68 eran mucho más grandes y se discutía la revolución.”26 Antes de ingresar en la parte más comprometida de nuestro trabajo, mostrar como repercutió la muerte de Liber Arce en la prensa y en la actividad parlamentaria a través de los libros de sesiones, quisimos tomar el testimonio de un protagonista, un “testigo ocular”, alguien que hoy nos cuenta como sucedió, ayudándonos a recuperar nuestra memoria colectiva. “En esa época había movilizaciones todos los días y el 12 de agosto salimos como un día más. Los estudiantes de Educación Física, de Veterinaria y de Odontología y sus escuelas, nos concentrábamos habitualmente en aquellos meses en Veterinaria. (...) Seríamos unos 200 o 250 estudiantes. (...) Habíamos caminado ya unas dos cuadras, gritando y repartiendo volantes, cuando vemos aparecer por una de las transversales, adelante nuestro, una chanchita. Bajaron algunos milicos y sacaron las armas. Entonces empezamos a replegarnos y a volver a la facultad, al principio lentamente y luego, cuando vimos a los milicos apostados atrás. Cuando había lío dejábamos que las compañeras volvieran primero y los varones nos quedábamos al final. Los milicos empezaron a avanzar, se 24

Ibídem. Pág. II. Idem. 26 Idem. 25

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escondían atrás de los árboles. Nosotros ya sabíamos que la época de las balas de goma se había acabado. Entonces el grupo de los que quedamos más rezagados tiramos algunas piedras (...) mientras el resto volvía corriendo. (...) Hasta que un determinado momento se produce un enfrentamiento con los milicos. Recuerdo que [un] oficial de policía (...) quedó en medio de un grupo de estudiantes. No sé si se asustó, si se calentó porque le manotearon la gorra. Lo cierto es que estaba con el arma en la mano y, medio como cayéndose, el tipo tiró. Yo estaba cerca (...) Le pegó un balazo a Líber, de abajo hacia arriba. Le pegó en una zona muy irrigada, en el paquete femoral. Perdió mucha sangre (...) Cuando logramos llevarlo al Clínicas, ya estaba casi desangrado. Por eso murió. Entonces hubo un desbande general, algunos lo recogieron a él y lo llevaron. Quedó una de las pancartas llena de sangre, que después se colgó en la verja de la facultad. Alguien recogió la gorra del milico que guardamos mucho tiempo (...) Por la gorra supimos que se llamaba Enrique Tegiachi, porque adentro estaba el nombre del milico que mató a Líber. (...) ... después ocupamos la facultad como dos días. Cuando supimos que Líber había muerto, algunos salieron para ir al velatorio, pero mucha gente quedó ocupando la facultad.”27 En un contexto generalizado de crisis que provocó un permanente descontento popular, aparecieron en la sociedad uruguaya de entonces, nuevas expresiones políticas: la guerrilla y el agrupamiento político de prácticamente toda la izquierda al constituirse el Frente Amplio (5/2/1971). La política “estabilizadora” del gobierno de Pacheco Areco basada en la congelación real de los salarios, no así de precios, hizo que el salario real de 1968 fuera el más bajo de la década de 1960: en 1970 las organizaciones sindicales a través de sus luchas habían logrado que el salario real fuera un 11% superior al de 1968. La política del FMI aumentó su insistente presencia atribuyendo la causa de la inflación a los aumentos de salarios, al déficit fiscal y a la generalización del crédito. Fue de tal determinación y dureza esta política fondomonetarista que la inflación pasó del 182% entre junio de 1967 y julio de 1968, a no superar el 25% entre 1969 – 1971. Si bien la producción creció en los años 1969-1970, descendió en 1971: aumentaron los ingresos basados en las exportaciones al subir los precios internacionales de la carne y someter a la población uruguaya a la veda de su consumo. Al ser 1971 año electoral el gobierno optó por un aumento controlado de los salarios, las jubilaciones y pensiones, llegándose a un 61% sobre lo percibido en 1968.

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Idem.

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Para Clrara Aldrighi: “A través de las movilizaciones de masa de fines de los sesenta, vastos sectores de la población comenzaron a percibir que la lucha por mantener el nivel de vida que poseían antes de la crisis, por la defensa de sus derechos, por la misma aplicación de las leyes, exigía también enfrentarse al poder estatal en formas no convencionales. Esta percepción fue posibilitada por la política duramente represiva hacia el movimiento popular.” 28 Al triunfar nuevamente el Partido Colorado y dentro de él la fracción que respondía a los mismos intereses que el gobierno anterior, asume la presidencia Juan M. Bordaberry (marzo de 1972); aumentaron los precios al consumo, descendieron los salarios y las pasividades en un 17% y 22% respectivamente durante el año 1972. La polémica planteada en el seno de la CNT acerca de cuál era la mejor forma de enfrentar la política del gobierno, la capacidad de lucha de las organizaciones sindicales... se acentúa con la profundización de las medidas antipopulares por parte de las autoridades nacionales. Se llega así al I y II Congreso de la CNT (1969 y 1971) donde la polémica gira principalmente en torno a estos temas; a pesar de no llegar a un acuerdo frente a estas cuestiones, ya que puestas a votación hubo mayorías y minorías claramente diferenciadas dentro de la CNT, la unidad de los trabajadores no se quebró, y la central aumentó el número de organizaciones afiliadas a ella. Grandes y duros conflictos sindicales tuvieron que afrontar los trabajadores 1968

Varios paros generales convocados por la CNT; detención de muchos dirigentes sindicales; allanamiento del local de la CNT; militarización de miles de trabajadores estatales, reclusión de ellos en cuarteles y dependencias militares, separación y destitución de sus puestos de trabajo; muerte de varios estudiantes... el Ministerio del Interior recaba las cifras de 234 huelgas y 446 paros.

1969

Son los municipales (ADEOM), en una de cuyas manifestaciones es muerto un obrero del gremio; los obreros de la carne, los de energía y teléfonos (UTE), bancarios (AEBU) cuyo conflicto llevó a su militarización, a la declaración de desertores a unos 2.000 de ellos, y a la destitución de 181 empleados.

1970

Transportistas municipales de Montevideo (AMDET), trabajadores de Salud Pública y de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), del caucho, de Enseñanza Secundaria, metalúrgicos.

1971

Prensa, textiles, trabajadores rurales, azucareros del norte (cañeros) realizan hacia Montevideo su quinta marcha, obreros de celulosa (CICSSA), muerte de estudiantes.

1972

Al otro día de un paro general de carácter nacional (13 de abril), las acciones del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros incidieron aun más en la ya compleja situación política. Ataque a locales políticos (Seccional 20 del Partido Comunista), muerte de militantes políticos y sindicales, paros sucesivos y una gran concentración el 1° de Mayo dan importancia a la lucha por la libertad de los presos, contra la represión.Se realiza entre el 12 y 14 de mayo, el I Encuentro de Comités de Base de la CNT, son numerosos los conflictos gremiales y sindicales: caucho, celulosa (CICSSA), química (BAO), radio-electricidad, varios gremios textiles, bancarios (AEBU), gráficos, prensa, los ferroviarios toman el control del funcionamiento de los trenes: transporte, salud, enseñanza.

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Aldrighi. Clara. “La Izquierda Armada. Ideología, ética e identidad en el MLN-Tupamaros”. Ed. Trilce, Montevevideo. 2001. Pág. 58

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5.10. Golpe de estado y dictadura militar En febrero de 1973 se produce una crisis política ante el desconocimiento por parte del Ejército y la Aviación, del nuevo Ministro de Defensa, crisis que repercute en el movimiento sindical ante la emisión por parte de los mandos de dichas Fuerzas Armadas, de los comunicados 4 y 7 de los días 9 y 10 de Febrero, en los cuales se planteaban algunos puntos reivindicados en distintas proclamas y documentos de los trabajadores y organizaciones políticas de izquierda. El 27 de junio se produce el Golpe de Estado por parte del Presidente de la República Juan M. Bordaberry con el apoyo de las Fuerzas Armadas, las que irán imponiéndose hasta desplazar a aquél del gobierno y colocar en su lugar (1976) primero a Alberto Demichelli, posteriormente a Aparicio Méndez y en 1981 al Tte. Gral. Gregorio Alvarez. El mismo 27 de junio de 1973, en la madrugada, todos los trabajadores sindicalizados comienzan la ocupación de sus lugares de trabajo, haciendo lo mismo los estudiantes de los distintos centros de estudio, dando comienzo así a la huelga general en oposición al golpe de Estado. La política económica neoliberal que preconiza el crecimiento en base a una apertura del mercado a la economía internacional teniendo como eje algunos sectores de la producción pecuaria e industrial, así como la creación de una plaza financiera a nivel regional, tuvo en las Fuerzas Armadas un decidido impulsor que no sólo logró superar la crisis de liderazgo entre los sectores de la clase dominante, sino que aunó criterios en dichos sectores para, por medio de la fuerza, solucionar la crisis de dominación en la sociedad uruguaya. Para el logro de las metas propuestas es necesario reducir la intervención del Estado, reducir sus costos, incrementar la rentabilidad empresarial privada para así favorecer la inversión, la producción, y como consecuencia de ello el empleo. Entre 1974-1980 el Producto Bruto Interno creció a un ritmo acumulativo anual del 4,5%, teniendo a las Finanzas, al Comercio, a la Industria, a la Construcción, y a la Pesca como las actividades de mayor crecimiento. En 1982 se produce una fuerte caída de la actividad económica, llegándose a los niveles de 1978. Para los trabajadores esta política económica significó que: Entre los años 1972 y 1983 el salario real bajara un 54,22%, -la participación de los salarios en el ingreso nacional pasara del 36% en 1971 al 23% en 1979. Las condiciones de vida de los sectores populares se deterioraron rápidamente: reducción del consumo, dos o tres trabajos, más miembros del núcleo familiar volcados al mercado laboral en edades más tempranas, incremento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, incremento de las actividades económicas informales, emigración. Como ya fue indicado más arriba, el mismo día del golpe de Estado los trabajadores con la ocupación de sus lugares de trabajo dieron inicio a la huelga general, esta actividad se desarrolló en medio de medidas de fuerza, represión a toda movilización

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popular, desocupaciones de los lugares de trabajo... por parte de las Fuerzas Armadas y de la Policía, el 30 de junio el gobierno dictatorial ilegalizó a la CNT, detuvo a dirigentes y militantes sindicales, el 4 de julio por medio de un decreto, se autorizaba el despido sin indemnización de los trabajadores en huelga, el 9 de julio se realizó una manifestación popular de todos los sectores opuestos a la dictadura, la que fue duramente reprimida. Al cabo de dos semanas, la huelga, luego de intensas discusiones a nivel de la dirigencia de la CNT, fue levantada. De allí en adelante, el gobierno dictatorial intentó a través de diversos procedimientos, la destrucción del movimiento sindical, reglamentación sindical a través de las “garantías de trabajo” (julio de 1973), decreto 622 que reglamentaba la constitución y funcionamiento de los sindicatos, regulaba las huelgas, los procedimientos judiciales y laborales (agosto de 1973), convocatoria a la creación de Comisiones Paritarias por Empresa (febrero de 1977). Estos procedimientos encontraron siempre la misma respuesta: la oposición tajante de los trabajadores, si fueron acaso consultados, o el desinterés puesto de manifiesto como forma de protesta. En 1979 el régimen intenta nuevamente atraer a los trabajadores, el gobierno elabora un Proyecto de Reglamentación de los Sindicatos, e inicia a través de algunos militares una serie de entrevistas con dirigentes sindicales para recomponer las organizaciones de trabajadores. A través de dichos dirigentes la tradición “clasista, independiente y solidaria” del movimiento sindical uruguayo se hizo presente. En estos años suceden hechos políticos de suma importancia: los militares comienzan en 1980, una ronda de conversaciones con personalidades de algunos partidos políticos habilitados; en noviembre de 1980 el gobierno dictatorial sufre una gran derrota en las urnas al pretender que su proyecto político tuviera carácter constitucional; en noviembre de 1982 se realizan las elecciones internas para elegir las autoridades de los partidos Colorado, Nacional y Unión Cívica, los candidatos que estaban relacionados con los postulados de la dictadura son ampliamente derrotados. 5.11 Transición democrática y sindicalismo La resistencia a la dictadura se manifestó de diversas maneras durante el período más duro (1973-1979) aunque limitadas por la fuerte represión que “el régimen” estableció sobre sus opositores, de todas maneras desde la clandestinidad varias fueron las formas que los trabajadores se dieron para emitir algunas respuestas a la dictadura. Aunque no fueron manifestaciones muy resonantes sirvieron de fundamento para la victoria que el movimiento popular obtendría en 1980 (Voto negativo al proyecto de constitución de los militares 56 a 42%) La persistencia de estos luchadores atrajo a muchos más que comenzaron a acercarse a las diferentes organizaciones democráticas que bregaban por la caída del régimen. Así se lograron abrir espacios de reorganización sindical. “Hacia 1982-1983 un nuevo estado de ánimo se expresó en la constitución de decenas de “asociaciones profesionales” de trabajadores (de acuerdo

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a un decreto-ley de 21/5/1981) y de la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP, Abril de 1982)”29 Durante estos años desempeñaron un papel fundamental para el mantenimiento de la resistencia a la dictadura los militantes cristianos de diferentes áreas, pero sobre todo los trabajadores. En Uruguay la democracia cristiana tuvo una impronta popular importante a diferencia de cómo fue en el resto del continente. A poco más de dos años del plebiscito del NO y escasos meses de las elecciones internas de los partidos políticos autorizados, los trabajadores comenzaban a buscar un lugar en la vida política del país organizándose bajo una única central (recogiendo el espíritu de la proscripta CNT). Varios meses llevó la formación de una coordinación la cual comenzó a organizar el acto del 1 de mayo de 1983, en las reuniones preparatorias participaron compañeros como Roger Rodríguez, Ernesto del los Campos, José D‟Elía, Andrés Toriani, Richard Read, Jorge Núñez, Guillermo Chiflet, Mitil Ferreira, Héctor Secco, Rubén Márquez, Juan Carlos Pereyra, “Chato Jiménez, Luis Becerra, Eduardo “Lalo” Fernández, Milton Antognazza, Carmen Carro, Juan Pedro Ciganda, Guillermo Alvarez, Victor Semproni, Daniel Martínez, Hugo “Chango” De Mello, Jorge Silvano, Halem Olivera, Manuel Barrios, Federico Gomensoro estos son algunos de los nombres han de faltar muchos pero estos son los que se han recabado. La solicitud de realización del acto fue firmada por 47 asociaciones profesionales. Algunos de los firmantes tuvieron una reunión con el coronel Washington Varela Jefe de Policía, luego de la reunión en una charla informal surge el nombre PIT: “Lo que somos, es un Plenario Intersindical .... de Trabajadores. Somos PIT...los PITufos... No hubo mucha cuestión sobre eso. Había quienes querían usar la palabra Convención, pero lo de PIT resultaba claro y transparente. Era lo que éramos.”30 “Las particulares características del PIT, dejan planteada la interrogante sobres si su surgimiento fue impulsado por una nueva generación, que algunos han enmarcado en el primer lustro de la década del 80 y otros han calificado como la generación del silencio.”31 El 1 de mayo de 1983 el PIT quedaba presentado en sociedad en el acto realizado en la explanada del Palacio Legislativo. El proceso de organización de este acto fue, como todos los realizados por la central de trabajadores, de confrontación de ideas y de llegada a los consensos necesarios para mantener la unidad. “Cuando terminó el acto, pese a diferencias que había tenido con el “Pepe D‟Elía por [diversos temas] nos abrazamos y me dijo: “Bueno, ahora si, que los jubilados tenemos que darle paso a la juventud” mientras Richard me abrazaba y me decía: “Les

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Porrini, Rodolfo. “La Sociedad Movilizada”. En: Autores Varios. “Historia del Uruguay en el siglo XX (1890-2005). EBO. Montevideo. 2008. Pág. 299. 30 Read, Richard. Entrevista en: “¿Réquiem para el movimiento sindical? IFIS/CAAS.,Montevideo Uruguay. 1991.Pág. 37 31 Autores Varios. “¿Réquiem para el movimiento sindical? IFIS/CAAS.,Montevideo Uruguay. 1991.Pág. 44

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ganamos Carlitos, les ganamos”, le contesté a D‟Elía “Vos no te jubilás, viejo, vos seguís con nosotros.”32 La consigna “PIT-CNT un solo movimiento sindical.” Fue aprobada por la Mesa representativa el 28 de abril de 1984, para que apareciera en el acto del 1 de Mayo. No recuerdo que nadie estuviera en contra de la unificación de las siglas. El principio de se un solo movimiento sindical se aceptaba racionalmente, pero cuando las cosas se apasionaban en la discusión, en momentos de desborde, aparecían los coros de “unidad CNT” y el “PIT-PIT”. No recuerdo haber visto gritar a un Richar Read o un Daniel Martínez por el PIT. La división del Secretariado no era tan marcada. Había un núcleo de sindicatos de base que polarizó mucho las cosas, probablemente avalados por cmpañeros del Secretariado. Las cosas en el Secretariado no estaban entre PIT y CNT.”33

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Pereyra, Carlos. Entrevista en: “¿Réquiem para el movimiento sindical? IFIS/CAAS.,Montevideo Uruguay. 1991.Pág. 39 33 Toriani, Andrés. . “¿Réquiem para el movimiento sindical? IFIS/CAAS.,Montevideo Uruguay. 1991.Pág. 65

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