MARÍA DE NAZARETH: UN DESAFÍO PARA LOS CATEQUISTAS HONESTOS

JOAQUIM MARIA GARCIA DE DIOS MARÍA DE NAZARETH: UN DESAFÍO PARA LOS CATEQUISTAS HONESTOS María de Nazareth: un desafío para os catequistas honestos,

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JOAQUIM MARIA GARCIA DE DIOS

MARÍA DE NAZARETH: UN DESAFÍO PARA LOS CATEQUISTAS HONESTOS María de Nazareth: un desafío para os catequistas honestos, Encrucillada, 12 (I988) 170-177.

Tras veinte siglos de itinerario, que van desde la profundización hasta la profanación, desde la progresiva comprensión del misterio cristiano hasta la desviación perfectamente estructurada del mismo, nos encontramos ahora en un momento peculiar, a caballo entre las afirmaciones de un concilio que dio un trato tan acertado a María y las celebraciones tan equívocas de un año llamado "mariano".

Distintas mariologías Empezaremos con unas reflexiones sobre distintas mariologías que dan soporte a otras tantas catequesis sobre María de Nazareth, con el fin de ir descubriendo las distintas maneras como se fue estructurando el tema de María en los distintos ámbitos del pueblo cristiano, y de identificar el fundamento que estamos suponiendo como base de nuestra catequesis sobre María. Existe una mariología de la "pureza". muy arraigada en el lenguaje popular, en la que a María se la llama "la virgen"; de tal modo que, fuera de la virginidad, los demás aspectos de María quedan eclipsados. Esto tiene repercusiones tan patentes como las oraciones y advocaciones a María en su pureza o la concepción de una predilección de Dios motivada, casi exclusivamente, por la pureza de María. Existe una mariología de la exaltación" en la que a María se la llama predominantemente "reina". El presupuesto básico de esta mariología es éste: todo lo que se pueda decir en exaltación de María, mientras no sea nombrarla "Dios", tiene valor y es objetivo. Y así aparecen de nuevo los títulos, las oraciones, las representaciones y todo lo que significa encumbrarla atribuyéndole todas las excelencias humanas. Con un amor ilimitado se intenta justificar todo aquello que ese amor querría atribuir a la persona tan querida y admirada de María. Existe una mariología de la "maternidad divina" en la que María es reconocida (y dogmáticamente definida) como "madre de Dios". Como telón de fondo de esta mariología hay toda una valoración de ese momento y lugar único de la historia del encuentro, en el seno de María, de Dios con el hombre, para que, en su día también, llegue a producirse el encuentro también misterioso del hombre con Dios en el seno de la divinidad del hombre Jesús ascendido a los cielos, llevando consigo toda la humanidad. Existe una mariología de la "cultura histórica", con la figura de María repitiéndose como modelo de artistas, pintores, escultores, músicos, poetas. Las obras de éstos nos posibilitan ir realizando un peregrinaje a lo largo de veinte siglos e ir descubriendo

JOAQUIM MARIA GARCIA DE DIOS cómo la vieron, idealizaron, soñaron o necesitaron las distintas generaciones de la historia. Existe una mariología del "folklore", donde la figura de María es vista como la "milagrosa" y es relacionada con todo un séquito de apariciones, milagros realizados en santuarios, romerías y la profusión de "vírgenes populares". Es la realidad, muy presente en el pueblo, de una María de la cual tenemos poquísimos datos de su vida real, que conlleva un interrogante sobre sus motivaciones, que a menudo ha sido manipulada en sus adoraciones y que es equívoca en su contexto. Existe una mariología de los "teólogos" de las estructuras que las distintas teologías fueron montando para dar explicación de un personaje tan singular como María dentro del llamado "contenido de la revelación". Aquí se presenta a María como modelo de las tres virtudes teologales: María es "la que cree". Igualmente es una excelencia en todas las virtudes: una privilegiada. La teología se ha preocupado, sobre todo, de explicar y fundamentar los dogmas marianos según se fueron definiendo a lo largo de la historia. Existe una mariología del "reino de Dios" en la que a María se nos la presenta como "pobre de Yahveh": la realizadora de las bienaventuranzas, el exponente más ideal, y sin pretensiones, de la realización de los valores del Reino, pero sin reclamar por ello ningún protagonismo. Existe una mariología de los "sociólogos" en la que María se presenta como "la mujer"; unas veces, intemporal; otras veces, la "mujer nueva"; otras, la mujer que debería ser. Aquí, en la presentación de María aparecen dos corrientes divergentes: una la presenta como mujer ideal, reverencial, y la otra, como una mujer normal, de la vida, que podríamos encontrar como una vecina cualquiera de un barrio, como cualquier catequista de las comunidades de base de cualquier parte del mundo. Existe una mariología de la "liberación" en la que a María se nos la presenta como "solidaria con su pueblo": oprimida con los oprimidos, marginada con los marginados y portavoz cualificada del Magnificat como canto de esperanza de liberación. Una María que es capaz de comprender los sentimientos y los clamores del pueblo y que, gracias a su fe, es capaz de infundirle la esperanza de una real liberación en su historia. Existe una mariología del "nuevo testamento", siendo su título más aproximado el "de María de Nazareth a María madre del Señor pasando por María madre de Jesús". Una mariología real en la pretensión de Lucas, algo más que insinuada en el evangelio de Juan, e implícita en los otros evangelistas. Trata de ofrecernos el itinerario de María desde sus orígenes, pasando por su lugar en la vida de Jesús, hasta ofrecernos una visión de su lugar en la comunidad post-pascual. Existe una mariología del "magisterio post-conciliar" en la que María es la "madre de la iglesia", y que ofrece una renovada manera de comprender a María como alentadora de la misión de la iglesia. Existe una mariología de los "símbolos bíblicos" en la que podríamos llamar a María la "coronada de estrellas". Es una mariología montada toda ella sobre la utilización y explicación de un conjunto de símbolos que aparecen en la biblia, pero que la misma

JOAQUIM MARIA GARCIA DE DIOS biblia nunca aplicó a María. Estos forman una simbología de gran eficacia representativa. Existe una mariología de "la afectividad y del sentimiento" en la que María es "nuestra madre", y en la que queda encarnada toda esa historia de la presencia de María en nuestras expresiones de niño, en nuestras melancolías de adolescentes, en nuestras idealizaciones juveniles: es todo lo que para cada uno significa el itinerario espiritual en relación constante y afectiva con María, justificado de una manera más o menos teológica.

Posibles ejercicios ¿Para qué puede servir una exposición como la realizada en las líneas precedentes? Para relativizar nuestras propias posturas, para que las analicemos, para que creamos que vale la pena buscar un poco más de calidad en nuestras catequesis sobre María, para que no sigamos oscureciendo algunos aspectos olvidados o mimando con exceso facetas que hagan valer más la parte que el todo. En este sentido hay dos ejercicios que recomiendo a equipos de catequistas que quieran plantearse en serio esta parcela de la catequesis.

Primero Explicar las distintas mariologías y, tras un pequeño coloquio para identificarlas un poco mejor, jerarquizar en grupo la preferencia que se daría a cada una de las mariologías en una catequesis que al equipo le gustara realizar. Siempre que hice este ejercicio con equipos de catequistas, me llamó la atención la importancia que daban a aspectos más secundarios en relación con otros que son mucho más esenciales. Y no pocas veces descubrieron que derivaban hacia un tipo de catequesis mariana determinado por no conocer a fondo otros aspectos de la realidad de María en la experiencia cristiana.

Segundo Dividir el grupo en subgrupos de dos o tres personas e indicarles que relaten, cada grupo, una secuencia de la vida de María poniendo previamente una condición: no escribir nada que no tenga una auténtica justificación histórica o evangélica y ser muy críticos en ello. En un segundo momento cada grupo irá leyendo su relato. Lo que bien puede suceder tras esta experiencia es el descubrimiento del escaso fundamento de muchas cosas que se dicen sobre María y la necesidad de informarse mucho más seriamente para poder así descubrir las líneas esenciales de una catequesis honesta y creativa sobre María.

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Los nuevos contenidos de una nueva catequesis Aunque una planificación y programación total de los temas de una catequesis sobre María no es el objetivo de este artículo, sí que me gustaría presentar aquí las cinco grandes líneas de una catequesis nueva sobre María.

1. María, la vecina de Nazareth Se trata de acercarse a la realidad de María como persona, nacida, criada, educada, catequizada, inserta, culturizada en una realidad geográfica, en una experiencia humana, en unas tradiciones, valores, lengua y pretensiones de un pueblo que se llama Nazareth de Galilea.

2. María, la madre de Jesús Se trata de acercarse a la realidad de los acontecimientos y de sus contenidos reales, no de las múltiples y conocidas lecturas apócrifas tan al uso; a aquello que la primera comunidad cristiana nos transmitió sobre Jesús y sobre su madre. Todo el acompañamiento de María en la vida del Jesús histórico, vivido, vivenciado y contado por los testigos del Jesús de la fe. Desde su concepción, pasando por su iniciación a la vida, por su nacimiento y adolescencia, por su vida pública anunciando el Reino, por el ocaso de los últimos tiempos, hasta su último momento: María ante un cuerpo irreconocible pero entrañablemente querido.

3. María, la madre del Señor Desde que Jesús, en su resurrección, recibió el nombre que está por encima de todo nombre -Señor- también María recibió el nombre y la realidad sobre toda realidad: empezó a ser (y a ser llamada) la madre del Señor; así nos la mostró la primera comunidad. Se trata, por tanto, de acercarse a esa realidad singular de la primera comunidad agrupada en torno a la persona de María que la aglutina en la oración, la esperanza y la lectura de la vida de su Hijo.

4. María, veinte siglos de una historia Se trata de intentar rescatar y comprender, a la luz de la historia, una serie de realidades tan equívocas como significativas: advocaciones, apariciones, definiciones dogmáticas, imágenes, ermitas, romerías, asociaciones, representaciones simbólicas, etc.; todo lo que significó la presencia del personaje de María a lo largo de tantos siglos. Una comprensión honesta, que pretenda entender lo que pasó y que, con respeto, señale las desviaciones surgidas a lo largo de tantos siglos, las manipulaciones de la imagen de María, etc

JOAQUIM MARIA GARCIA DE DIOS 5. María, madre de la iglesia Se trata de recuperar una visión de María mucho más de acuerdo con la manera de verse y vivenciarse la iglesia de hoy: una María engendradora de las nuevas encarnaciones de Jesús en nuestro tiempo. Es, pues, todo un intento de reencontrar el proceso vivo de la acción de María en la reconstrucción del Reino, y de traer el recuerdo y la presencia de María a esta comunidad cristiana de hoy que, en tantas cosas, querría parecerse a aquella comunidad que permanecía orando unida en torno a María, la madre del Señor.

Conclusión En torno a estos cinco grandes núcleos podrá establecerse una nueva catequesis sobre María, respetando los ritmos evolutivos, las edades y receptividad de los catequizandos. Difícil tarea pero éste es nuestro reto, y llevarlo a cabo sería la muestra de una verdadera preocupación por venerarla figura de María y de tenerla viva y presente en la experiencia de los cristianos. Merece, pues, la pena dedicar tiempo, sabiduría, afecto, técnica y fe para planificar y proclamar con acierto una nueva catequesis sobre su persona y su misión en la venida y nacimiento del Reino. Tradujo y condensó: CARLES MARCET

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