María sufre las consecuencias de murmurar contra un siervo de Dios

Cuestionario 6 María sufre las consecuencias de murmurar contra un siervo de Dios (Números 12:1-16) PRIMER Y SEGUNDO DÍAS 1. Por lo general, ¿qué aco

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Cuestionario 6

María sufre las consecuencias de murmurar contra un siervo de Dios (Números 12:1-16) PRIMER Y SEGUNDO DÍAS 1. Por lo general, ¿qué acostumbran hacer algunas personas (no qué se debería hacer) cuándo tienen algo contra el pastor de la iglesia o un líder importante? 2. ¿Crees qué se debe tener cuidado al hablar de un siervo de Dios? ¿Por qué?

 Durante esta semana se estudiará el caso de María, la hermana de Moisés. La falla de ella y las consecuencias son una advertencia de lo que puede suceder cuando se habla mal de un siervo de Dios.  Lee Números 12:1-3 y contesta. 3.¿Qué hicieron María y Aarón? (v. 1) 4. ¿A causa de qué hicieron eso? (v. 1) 5. ¿Por qué crees que el nombre de María está primero? (v. 1) 6. Analiza y explica. ¿Cuál era la verdadera razón de la molestia de María y Aarón? (v. 2) 7. ¿Quién oyó las palabras de María y Aarón? (v. 2) 8. ¿Cómo se describe a Moisés? (v. 3) 9. Selecciona. La cualidad que se menciona de Moisés y que se quiere destacar que él: _____ Fue a hablar con sus hermanos tranquilamente _____ Siguió juntándose con sus hermanos como si nada hubiera pasado. _____ No perdió el control _____ Guardó silencio, no hizo nada al respecto PERSONAL 10. Contesta sinceramente. a) ¿Cómo reaccionas cuándo te enteras que otro de tus colegas líderes hablan contra ti? ¿Crees que esa reacción le agrada a Dios? b) ¿Cómo crees tú que desea Dios que reacciones en casos como ese?

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 Inicia con la memorización de Santiago 4:11. Léelo tres veces en voz alta. TERCER DÍA

 Lee Números 12:4-8 y contesta. 1. ¿Qué le dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María? (v. 4) 2. ¿Por qué crees que Dios habló con Aarón y María fuera del tabernáculo? (v. 5) 3. Normalmente, ¿cómo le aparecería Dios a un profeta? (v. 6) 4. ¿Cómo declaró que se comunicaba con Moisés? (v. 8) 5. Dios da a conocer por qué su relación con Moisés era diferente. Escribe esa razón (v. 7)

6. Otra diferencia es que Dios llama a Moisés “mi siervo” (v. 7, 8). No lo llama “profeta de Jehová” o “mi profeta” (v.6). ¿Por qué crees que Dios hizo eso? 7. ¿Por qué exactamente reprende el Señor a María y Aarón? (v. 8)

PERSONAL 8. Escribe el nombre de algunos siervos de Dios que conozcas. Ora por ellos y pídele al Señor que te ayude a apreciarlos y respetar su autoridad. ¿Tienes temor de hablar contra ellos o has cometido el error de hablar de manera descortés de alguno de ellos? ¿Qué debes hacer al respecto?

9. ¿Por qué razón crees que se debe tener temor de hablar mal de los siervos de Dios?

 Continúa memorizando Santiago 4:7. Léelo tres veces en voz alta. Luego, escríbelo en una ficha y ponla en un lugar donde puedas leerlo con frecuencia. CUARTO DÍA

 Lee Números 12:9, 10 y contesta. 1.¿Qué se encendió contra María y Aarón? (v. 9) 2. Recuerda que la nube representaba la presencia divina con el pueblo. Entonces, ¿quién se fue y se apartó de María y Aarón? (v. 9, 10) 37

3. ¿Te gustaría que esa misma persona que se apartó de María y Aarón se apartará de ti por hablar contra un siervo de Dios? ¿Qué harás para evitar que eso suceda?

 El hecho de que Él se haya apartado de María y Aarón no significa que su persona ya no estaba con ellos, sino que se refiere a su aprobación, beneplácito y apoyo. 4. ¿Cuál fue el castigo que María recibió? (v. 10) 5. ¿Por qué crees que sólo María fue castigada?

 La Escritura enseña que el castigo a María fue una advertencia para aquellos que se rebelan contra quiénes han sido puestos por Dios como nuestros líderes. Quienes hacen esto, atraen el juicio del Señor (Deuteronomio 24:9). PERSONAL 6. Se debe tener cuidado de no hablar mal de un pastor o líder de la iglesia. Podemos estar cometiendo una injusticia. Examinemos los motivos reales y quizá encontraremos que estamos fallando nosotros y no el pastor o líder. Una cosa es evaluar el trabajo que hacemos en la iglesia y otra es atentar contra la autoridad y dignidad de quien ha sido puesto por Dios. Lo mejor es abstenerse de murmuraciones contra líderes u otros hermanos en la iglesia porque éstas incitan a otros a hacer lo mismo. 7. ¿Qué pasos crees que se debe dar para solucionar un problema que se tiene con un siervo de Dios sin atentar contra su autoridad ni ofender al Señor?

8. ¿Qué sugerencias le darías a una persona que afirma que un líder de la iglesia está cometiendo una injusticia contra él?

 Continúa memorizando Santiago 4:7. Repítelo dos veces de memoria y si aún no puedes repetirlo, entonces, léelo tres veces en voz alta. QUINTO DÍA

 Lee Números 12:11-13 y contesta. 1. ¿Por qué crees que Aarón llamó a Moisés “Señor mío”? (v. 11) 2. ¿Qué reconoció Aarón? (v. 11) 3. ¿Qué no quería Aarón que le sucediera a su hermana? (v. 12) 4. ¿Por qué crees que Aarón clamó a Moisés en lugar de clamar directamente a Dios? 5. ¿Qué hizo Moisés? (v. 13) 38

6. ¿Qué puedes imitar del carácter de Moisés en relación con aquellos que hablaron mal de él?

PERSONAL 7. En este momento, escribe el o los nombres de aquellas personas que han murmurado contra ti. Luego, inclina tu rostro e intercede ante Dios por las necesidades de ellas.

 Repite de memoria Santiago 4:7. SEXTO DÍA

 Lee Números 12:14-16 y contesta. 1. Dios pudo decidir que María tuviera el mismo final que otras personas más adelante en el tiempo. Escribe, ¿quiénes, por qué, y hasta cuándo sufrieron el castigo de la lepra algunas personas? (Lee como ref. 2 Reyes 15:4, 5; 2 Crónicas 26:19-21)

2. ¿Por cuántos días dijo Dios que fuera echada María del campamento? (v. 14)

 En el caso de María, Dios determinó que sufriera el castigo que sufría en aquel tiempo un hijo cuando su padre había escupido en su rostro. “Los judíos, en común con todos los pueblos del oriente, parecen haber tenido un intenso horror de escupir, y que un padre expresara su desagrado escupiendo en la persona de uno de sus hijos, o aún en el suelo en su presencia, separaba a aquel hijo como inmundo de entre la sociedad por siete días.” 3. Después de ese tiempo, ¿qué tenía que hacer María? 4. ¿Qué sucedió con María? (v. 15) 5. ¿Qué frases crees que indican que Dios estaba interesado en la restauración de María y que el pueblo la restauró? (v. 14, 15)

PERSONAL 6. ¿De qué manera puedes ayudar a alguien que ha sido disciplinado a causa de pecado a restaurar su comunión con la iglesia, incluso si es alguien que pecó contra ti?

 Termina con la memorización de Santiago 4:7 Lección 6

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María sufre las consecuencias de murmurar contra un siervo de Dios (Números 12:1-16) Introducción:

“¿Eres pastor? ¡Cómo se nota que te gusta sufrir!”. Tales fueron las palabras de un hermano a un amigo que era líder de una iglesia. Es que, indudablemente, en muchas iglesias los pastores son blanco de las murmuraciones y críticas. Muchos hermanos se dedican a resaltar las fallas que comete el pastor y casi nunca se habla de sus logros; de las cosas positivas que ha hecho a favor de la congregación. ¿Por qué? En parte, porque la murmuración es una costumbre pecaminosa que cuesta erradicarla. Puede ser también porque muchas iglesias no han sido educadas para valorar a sus pastores. Sin embargo, por encima de estas razones, es posible que muchos no estén conscientes del castigo que Dios puede enviar por causa de la murmuración contra sus siervos. Es que “El que de otros habla mal, a sí mismo se condena.” En el estudio de esta semana, veremos la historia de una buena mujer que por hablar de un siervo de Dios atrajo sobre sí misma el castigo divino. No caigas en el mismo error que ella. I. LA MURMURACIÓN CONTRA MOISÉS, SIERVO DE DIOS (NÚM. 12:1-3) M oisés, siervo de Dios fue blanco de murmuraciones procedentes de su propia familia (12:1). El nombre de María aparece en primer lugar indicando que ella fue la que incitó a Aarón a criticar a su hermano y consiervo, Moisés. Fue en la mente de ella que se originó el pensamiento envidioso que buscaría desacreditar a un siervo de Dios. Lo terrible es que, por lo general, ese tipo de pensamientos salen de la mente en forma de palabras y son escuchados por otras personas que se dejan llevar. Tal es el caso de Aarón que fue persuadido e inducido a la rebelión contra su propio hermano. Se nota que Aarón era muy influenciable pues, en otra ocasión también se dejó llevar por el pueblo de Israel cuando le pidieron construir un becerro para adorarlo. En esta ocasión, se dejó llevar por su hermana en otra falta no menos grave. E l pretexto para la murmuración fue el origen racial de la esposa de Moisés (12:1). El tomó como esposa a una “mujer cusita”. El adjetivo “cusita”, se refiere a una mujer etíope, descendiente de “Cus” hijo de “Cam” (Gén.10:68); es decir, posiblemente una mujer de piel oscura. Para los judíos, los etíopes eran considerados viles y despreciables (Amós 9:7). Lo más seguro es que aquella mujer haya sido Séfora (Ex. 2:21), y no una segunda esposa. Lo 40

que sí está muy claro es que María y Aarón despreciaban a su cuñada, y usaron esa repulsión como pretexto para menoscabar la autoridad de su hermano. N o obstante, el relato bíblico deja claro que la causa real de la murmuración no se llamaba Sra. “esposa de Moisés” sino Sra. “Celos” (12:2). Esta rebelión se produjo después de que Moisés, guiado por su suegro, nombró a los setenta ancianos para cogobernar a Israel. Posiblemente María se disgustó porque Moisés no consultó con ellos esta decisión. Sintieron como que su hermano les restó importancia y autoridad a ella y a Aarón. Ella, por haber recibido el nombre de profetisa (Éx. 15:20), y Aarón, por ser un vocero del profeta (Éx. 4:15, 16), creían tener el mismo derecho para tomar decisiones, en relación con el pueblo, que el libertador. De modo que, cuando Moisés tomó aquella importante determinación, María se irritó porque no fue tomada en cuenta o tal vez, porque no le pareció una decisión correcta. Lo interesante es que ambos, María y Aarón, tenían funciones importantes para con el pueblo del Señor. Sin embargo, no estaban satisfechos. Ellos querían estar al mismo nivel que el líder escogido por Dios. E l peligro de aquella murmuración es que incitaba a la oposición y rebelión contra la autoridad de Moisés. En otras palabras, ellos no sólo reclamaron su derecho de opinar sino que estaban llevando a las personas a pensar que su

hermano no era necesario, y que no era el único que podía dirigir al pueblo. Sugerían que Dios había hablado por medio de ellos y por ende podía seguir haciéndolo. ¿Cuál fue la acción de Moisés ante tal situación? ¿Se levantó furioso a reclamar su autoridad e hizo venir delante del pueblo a sus hermanos para darles una reprensión pública, para enseñarles que nadie tiene derecho de desacreditarlo? No; no hizo nada de eso, no se defendió, no atacó, ni reprendió a nadie. Al parecer, guardó silencio (12:3). Es un poco extraño que Moisés haya escrito el versículo tres porque parece como si se alabara a sí mismo. Posiblemente es mencionado para implicar que él no hizo nada al escuchar las irritantes críticas de su hermana. Puede ser también que algún profeta posterior lo haya puesto como un paréntesis; o posiblemente, el manso líder se haya visto obligado a escribir un elogio sobre sí mismo como hizo el apóstol Pablo (2 Cor. 11:5; 12:11,12). S e debe tener cuidado de no hablar mal de un pastor o líder de la iglesia. Podemos estar cometiendo una injusticia. Examinemos los motivos reales y quizá encontraremos que estamos fallando nosotras y no el pastor o el líder. Una cosa es evaluar el trabajo que hacemos en la iglesia, y otra es atentar contra la autoridad y dignidad de quien ha sido puesto por Dios. Lo mejor es abstenerse de murmuraciones contra líderes u otros hermanos en la iglesia porque estas incitan a otros a hacer lo mismo. Si algo en particular de un líder te intriga, sigue las pautas bíblicas correctas para tratar el problema. Así evitarás daños innecesarios. II. DIOS SALE EN DEFENSA DE SU SIERVO MOISÉS (NÚM. 12:4-10) L a acción de Moisés fue silenciosa, pero sabia porque le dejó su causa al Señor. Los oídos de aquel siervo de Dios fueron sordos a las críticas, pero Jehová estaba oyendo el ataque contra su siervo. Por esa razón, Dios salió en su defensa. E n primer lugar, el Señor citó a los tres hermanos a venir ante su presencia (12:4,5). Él podía haber solucionado aquel intento de rebelión a través de algún intermediario, pero no lo hizo. Es que la crítica de María no sólo desprestigiaba

a su amado siervo Moisés, sino que, además, cuestionaba la autoridad divina. Mucho más grave que criticar a un siervo del Señor es objetar las determinaciones divinas. Dios procedió de manera inmediata y pública. E n segundo lugar, el Señor les dio a conocer que debían respetar a Moisés porque era un profeta especial (12:6-8). Con los profetas comunes, Dios se comunicaba a través de visiones o sueños, pero con Moisés hablaba “cara a cara”. Es decir, Jehová no hacía uso de figuras, metáforas ni intérpretes. Él hablaba directa y claramente con su siervo. Además, Dios resalta la fe y la fidelidad de Moisés por encima de todo el pueblo de Israel. En resumen, Moisés era un profeta especial porque Dios vio con agrado su fidelidad y decidió comunicarse de una manera diferente y única con Él. En otras palabras, Dios les dijo a María y Aarón que Moisés estaba por encima de ellos. Por esa razón, indignado, los reprende duramente porque no tuvieron temor de hablar contra su líder. Un líder que Dios llama “mi siervo Moisés”. Dios, soberanamente había elegido a su siervo, de manera que, María, de una manera muy real, también estaba criticando la soberanía divina al establecerlo como líder del pueblo. Dios es quien elige las personas a través de quienes hablará, por qué y cómo; no viceversa. Los celos de María la habían llevado a querer ponerse también sobre la autoridad divina, a manipular las opiniones del pueblo y a restarle autoridad a un profeta especial. ¡C uidado! No sigas el mal ejemplo de María. Puede ser que con tus palabras también estés desafiando la autoridad soberana del Señor. Cuando él toma una decisión, no debemos oponernos a ella. En tercer lugar, defiende a su siervo castigando a la incitadora de la rebelión: María (12:9,10). Primero, se apartó de ella la presencia divina y luego, vino sobre ella el juicio divino infectando su piel con lepra. No se puede saber con seguridad qué tipo de lepra era, pero era algo sumamente atroz, porque Aarón temía que su carne se consumiera completamente (12:12). Lo que sí estaba claro es que esa enfermedad era el justo castigo divino sobre María por haber criticado a su hermano y haber cuestionado los 41

designios divinos. Si esta clase de juicio se aplicara hoy, ¿cuántas de nosotras sufriríamos de lepra, al igual que María? El criticar de manera destructiva y malintencionada a un siervo del Señor es una cosa muy delicada. ¡Cuídate de caer en el grave error que cometió esta, en otras ocasiones, buena mujer! Puede ser que te veas enfrentada con el Señor mismo. III. AARÓN CONFIESA SU PECADO ANTE MOISÉS Y PIDE MISERICORDIA PARA ÉL Y SU HERMANA (NÚM. 12:11-16). Aarón, acongojado y arrepentido al ver el castigo que había caído sobre su hermana, reconoció que ambos habían fallado (12:11, 12). Él confesó que habían pecado y que sus palabras contra Moisés no provenían de una mente que pensaba sabiamente sino de una mente insensata e irreflexible. De manera que, con gran dolor y tristeza, le rogó a Moisés que no permitiera que su hermana terminara de una forma tan horrorosa y vergonzosa. Es interesante que Aarón intercediera por su hermana ante Moisés y no directamente ante Dios. Posiblemente, lo hizo porque no se consideró digno de dirigirse ante Dios pero quizá también porque a partir de aquel momento reconoció y aceptó la autoridad de Moisés; reconoció que a él, como profeta, le correspondía interceder ante Dios por su pueblo. M oisés cumple con su papel de interceder ante Dios por sanidad para su hermana María (12:1316). Se puede notar el carácter amoroso y piadoso de Moisés. Él no pagó mal por mal, sino que se apiadó de su hermana. De la misma manera en que los oídos de Dios escucharon la crítica de María también escuchó la súplica a favor de ella. Es que a Dios nada se le pasa por alto; todo lo ve y todo lo oye. Él es justo pero también es misericordioso. Por supuesto que, perdonó y sanó a María pero ella recibió su justo castigo. Dios decretó para ella la misma sanción que recibía un hijo cuando su padre escupía su rostro. “Los judíos, en común con todos los pueblos del oriente, parecen haber tenido un intenso horror de escupir, y que un padre expresara su desagrado escupiendo en la persona de uno de sus hijos, o aún en el suelo en su presencia, separaba a aquel hijo como inmundo 42

de entre la sociedad por siete días”. En otras palabras, escupir en el rostro implicaba vergüenza, deshonra, impureza. De modo que, así como la ofensa fue pública, también la vergüenza para María fue pública. E l versículo 16 parece indicar que el pueblo no despreció, ni abandonó a María. Por el contrario, esperaron por ella los siete días y luego se integró nuevamente a la vida del pueblo. A pesar de la grave falta María fue perdonada, sanada y restaurada. Esta acción del pueblo es sumamente necesaria porque a veces Dios perdona y sana pero el pueblo del Señor, la iglesia, no restaura. Algunas veces, los siervos que han fallado son aislados, recluidos y marcados para toda la vida por sus mismos hermanos en la fe. Si Dios, que es la persona más ofendida, mira con ojos de amor y misericordia a sus hijos, ¿por qué no hemos de hacerlo los cristianos que somos seres humanos sujetos a las mismas debilidades? ¿Para qué añadirle al pecador más dolor con el menosprecio, si tiene suficiente con la vergüenza y las consecuencias de su propio pecado? D ios es un ser justo y misericordioso. Por tal razón no podía dejar sin castigo el pecado de María pero, en su misericordia, escuchó el clamor de su siervo Moisés y la sanó. En el caso de María, su pecado la dañó a ella misma pero algunas veces las murmuraciones que hacemos dañan la reputación de personas inocentes. Piensa un momento si has cometido algún pecado como el de María y confiésalo de todo corazón. Si sabes que tu pecado dañó a personas inocentes, pídele a Dios que, en su misericordia, los restaure (1 Tim. 5:20). Además, toma la decisión de devolver su reputación a los afectados por tus calumnias. De esa manera, podrás volver a la comunión con Dios, como toda buena mujer que, aunque ha fallado, ahora ha sido restaurada.

Usado con permiso de "Gozo de Servir".

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