MEDICINA PRACTICA. SEGUNDA SERIE. DOMINGO 9 DE ABRIL DE NUM 122. Tomo IV,

SEGUNDA SERIE. NUM 122. DOMINGO 9 DE ABRIL DE 1843. PERIÓDICO OFICIAL D E L A SOCIEDAD MEDICA* GENERAL DE SOCORROS MUTUOS. MEDICINA PRACTICA. Apun

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MEDICINA LEGAL PRACTICA
Recopilaciones de Medicina Legal y/o Forense DR. ALFREDO RODRIGUEZ GARCIA 1 MEDICINA LEGAL PRACTICA 1. Concepto. 2. Antecedentes históricos. 3. Leva

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SEGUNDA SERIE.

NUM 122.

DOMINGO 9 DE ABRIL DE 1843.

PERIÓDICO OFICIAL D E L A SOCIEDAD MEDICA* GENERAL DE SOCORROS MUTUOS.

MEDICINA PRACTICA. Apuntes acerca de las enfermedades que padecen los mineros de Almadén. — OSTECTRICIA. — Observación rara de un feto monstruo sin cordón umbilical.—MATERIA FARMA4 CliUí'ICA. —Del aeenio marítimo y desús propiedades vermífugas.^ POLÉMICA. - SOCIEDAD MEDICA QENEIiAL DE SOCORROS MU-, TCOS. -BIBLIOGRAFÍA. - VARIEDADES. - VACANTES.

MEDICINA PRACTICA. Apuntes acereft de las ctií'ci'EíiccStiales qtie padecen los mineros de Almadén.

y bien circunstanciada memoria 4e todas las-dolencias «pie padecen los mineros del Almadén, • :.:•:. Tres son las enfermedades que mas .frecuentementeproduce el mercurio en estas minas? las convulsiones, los calambres (estas dos sogua diré después en mi concepto no forman mas que una), y la que llamaré afección bucal. De estas pues será de las que hablaré en particular aunque rápidamente. Después indicaré algunas otras: dolencias que suelen afligir á éstos mineros y concluiré con manifestar las reglas higiénicas que á mi parecer debieran observar estos tanto dentro del subterráneo, comp eu la superíicie. ' " é taiafolítz-

B26C-reess°I¿sí.

Esta enfermedad es sin disputa la mas común en estos mineros; puede asegurarse sin exageración que todo el Siempre he estado bien convencido, á la par que pe- que Ueba'algún. tiempo en la mina la padece mas ó menos. saroso, (Je lo limitado de mis conocimientos y por consi- Muy raro es el sujeto cualquiera que sea su cuidado y coguiente jamás me he conceptuado capaz de trabajo alguno mo quiera que haya sido su ocupación con tal que la haya literario, pero la gratitud e?a prenda tan estimada de to- tenido dentro del subterráneo, que llegue á los 50 años y dqs, y de la qtie siempre he procurado estar adornado, me aun menos ski verse afectado mas o menos de esta dolenobliga ahora á emprender uno que desde luego anuncio es cia. Aun los jóvenes mas robustos si por una mal entendida economía, ó por cualquiera otra causa se atarean demasiado jquy superior á ruis fuerzas. . . . . Si con el, logro de esta manera complacer á los pro- bien pronto se ven obligados á suspender del todp sus trafesores del arte de curar y por consiguiente á la humaniíjfid, bajos para ponerse, en cura. daré por bien empleado todo mi trabajo j Pluguiera al Cielo! No hay duda que el sistema nervioso padece en esta que lograra con esto, estimular á otros dignos profesores afección , pero el que mas atacado partee estíT es el mus(fue para hacerme ver mi insuficiencia, formaran una lata cular, como efecto de k afección nerviosa, pues 3 a sabemos bienestar de la clase indigente de sus conciudadanos le merecieron el distinguido nombie de padte de los po¡)ir$ Voy pues 4 picsentar un estiacto de la Mila de este distinguido fsimaceutico que tanto honor y lu lie ha dado á esta facultad tan poco apieciada entie nosotros, apesar dp los . BIOGRAFÍA I)E ANTONIO AGUSTÍN PARiylEUTlER. grandes sei vicios que ha prestado, y en adelante puede piestar para el aumento de nuestra nqueza y piospendad. Si se ha de apreciar el mérito y necesidad de las ciencias Antonio Agustín Paimcnti"i nació en Mont-Didier, vipor las utilidades que prestan á la sociedad, es indudable lla de Francia , el 17 de agosto de 1737, do una familia poque la Farmacia debe ocupar un lugar preferido entre todas bre pero honrada Su madre, muger de mucho méiito, halas domas. Efectivamente, qué eos», puede ser mas útil y mas biendo quedado \mda con tres lujos siendo aun joven le necesaria que aliviar al hombre en aquel estado que llama- dio ella misma las punieras nociones do la lengua latina, r mos enfermedad, y contribuir en cuanto sea posible í vol- después le confió y puso al cuidado de un eclesiásticc habjí verle la salud perdida? Pero no se limitan á esto las apli- que desariollo su feli¿ disposición. Ll deseo de aliviar á su caciones de este ramo importante de la ciencia de curar; es- madre le dcteimino a elegir carreta muy tempiano; por lo tíéndense mucho mas allá sus conocimientos, pues prestan- cual entro en casa de un faimacéutico de >u \illa nalíl y al do su ausilio como otras muchas ciencias á diferentes artes año siguiente (17t»6) maicjw a Pans a casa de un pariente suy manufacturas útiles á la sociedad, indica las modificacio- yo que ejercía la misma profesión. nes y mejoras de que pueden ser susceptibles en ciertos casos; El joven Pairrentiei supo encontrar allí en su amor al de medios para obtener ciertas sustancias con mas facilidad; estudio (irme apo^o contra las pasiones de su edad. Rayay lo que todavía es mas, descubre otras nuevas que reem- ba ya eaunlos \einte año? cuando tue empleado en los hospiplacen con ventaja á las que no se tienen, ó siryen para au- tales del ejuuto de íjannoíei. El celebre Bayen qo tardo mentar el catálogo de las que e( hombre puede usar con uti- en conotei la regulaudad de la conducta 5 el talento del jolidad. ven Paimentiei, que fue desde entornes uno desús d l Los eminentes servicios de esta ciencia pueden verse predilecto' y poco tiempo después su amigo. aunque muy compendiados, en las felices aplicaciones que Fstc celebre qu'muo, de concieito con Mr de n uno de sus mas célebres hijos, el digpo farmacéutico A. A. set, procuiabd el ascenso de su d)í>cipu!o amigo, y ccio asParmenlief, hizq en su patria en épocas muy apiagas para censo fu" íal que no paso nu)cüo tiempo hasta obtener el graw país; servicios quo dirijidos constantemente al alivio y¡Ido de J^unactutiiQ segu« !o ilfl ijer^iid PJr t^se iiejnpo sa

Tomo IV,

(106 que quien pone en movimiento el sistema muscular es el nervioso; asi que irritarlo este produce en aquei un temblor que se.opone á la seguridad de los movimientos, que es en lo que consiste esta enfermedad. Este temblor se limita unas' veces alas estremidades con mas frecuencia á las superiores que es por donde generalmente empieza; pero otras ataca al todo , ó gran parte de la economía. . Muchos son los grados diferentes de esta dolencia desde cimas simple que es cuando el sujeto,solo advierte que tiembla en ciertas ocasiones hasta el mas grave y peligroso, que es cuando se hacen generales y están complicados con calambres. Puede asegurarse que cada convulsista presenta alguna diferencia , ya respecto á la mayor ó menor frecuencia délas convulsiones , ya de lo mas ó menos incomodas que le son estas y ya también en razón al lugar en que s presentan. Causas. Nadie dudará que el mercurio es la causa determinante asi de las convulsiones ó temblor mercurial, comr de los calambres y de todas las enfermedades propias y pe culiares del minero de Almadén. Este mineral combinado con el azufre forma el sulfure de mercurio ó cinabrio, que es precisamente de lo que est; formado este criadero. Cuando la temperatura llega á cierto grado en un sitio cualquiera de la mina, bien por que «stépoco ventilado , bien porque á él acudan muchos trabajadores , el mercurio del cinabrio se.separa del azufre cor quien está combinado y pasa al estado de vapor en átomo imperceptibles. Si la cantidad de este vaporesescesivay ni puede conservarse en la admósfera en razón de su mayo gravedad cae en forma de rocío y condensándose fornu los globulillos que frecuentemente se ven cubiertos de ellos el suelo de estas minas.; Este vapor ó estos globulillos son la causa próxima y principal, y los que motivan losíernbles y lamentables efectos que vamos á ver. Es verdad que existen otras causas que pueden influí muy mucho; pero siempre solo como predisponentes ó co mo"ayudantes, nunca como determinantes. El mucho ácidí carbónico producido ya por la multitud de luces queconti nuamente arden en estas, minas, ya también por la espiración (1) de los muchos trabajadores que á ella acuden; la escesiva pólvora, que diariamente se emplea para las escavaciones y barrenos; varios otros vapores deletéreos que siempre se encuentran en estos subterráneos; la clase de trabajo con que estos infelices tienen que proporcionarse el sustento ;la gran profundidad á que para ello tienen que bajar y siempre por escaleras de mano; todas estas circunstancias y algunas otras relativas á la conducta mas ó menos arregla-

| da del trabajador ,á sus buenos ó malos alimentos, á su mayor ó menor aseo, á su maso menos precaución etc. todas estas circunstancias, repito, solo pueden predisponer al sujeto á la mas pronta absorción del vapor mercurial, á lamas segura adquisición de la enfermedad; perojamás podrán determinarla, Y sino ¿no se encuentran estos mismos agentes cu varias otras minas sin que por eso los que en ellas trabajan se afecten de semejantes dolencias? Por otra parte ¿no se ven también padeciendo de temblores y aun de calambres los que sirven en los cercos de fundición, y eso que trabajan al ayre libre y por consiguiente nada mefítico? Mas, ¿no padecen también á veces estas enfermedades mercuriales, en especial las convulsiones, varios artistas que trabajan con el mercurio, los que usan como áhtisifiütieo, y aun los que manejan los preparados de este metal con poca precaución? (1): pues todo esto evidencia que el mercurio y solo el mercurio puede motivar estas enfermedades y que las otras causas solo obran como secundarias. Síntomas. El patognomonico, propio y característico de esta afección consiste en ciertos movimientos convulsivos bastante frecuentes y mas ó menos pronunciados de los músculos sujetos al imperio de la voluntad. Estos movimientos generalmente ó CUSÍ siempre empiezan por las estremidades superiores y rápidamente se hacen generales, sino se ¿os corrige con un método curativo apropiado. Al principio apenas molestan pero al cabo de mas ó menos tiempo llegan á imposibilitar al paciente y le obligan á que se sirva de un tercero aun paralas mayores necesidades. Cuando existen las convulsiones en las estremidades superiores no pueden los convulsos ^anejarse ni aun para comer, si lo son en las inferiores el andar es torpe y aun en los casos estremados se hace imposible. Causa admiración á cualquiera que vé andar á estos infelices, cuando no están muy rematados el como no pierden el equilibrio y dan en tierra á cada paso ; sin embargo las caidas en estos hombres no son mucho mas frecuentes que etilos demás. Para lo que los he visto muy apurados aunque no hayan estad» muy trémulos ha sido para bajar y subir escaleras comunes, y las mas de las veces tienen que implorar el socorro de sus amigos ó compañeros. He dicho escaleras comunes porque no sucede lo mismo con las de mano. Es admirable la rapidez y seguridad con que bajan estos desgraciados aunque sea hasta el noveno piso , que está de profundidad unas trescientas varas: nadie creería al verlos en el boquete de la mina que podrian acabar de bajar la primera escalera sin caer. Pero se observa en estos mineros que cuanto mas trémulos están , tanto mas se aseguran á los objetos á que desean asirse : de aqui el gran riesgo que hay en socorrer á estos mal

(1) Conozco un profesor sumamente convulso que según se dice, (fi Bien sabido es que el hombro inspira oxígeno y ázoe de la a l mósíera, y en la espiración despide el ácido carbónico y el aaoe qu< debe esta incomodidad á la costumbre que tuvo cuando practicante de darlas fricciones mercuriales sin guante ni ningún otro intermedio. tomó.

desarrolló una epidemia que produjo un terror general. Parmentier dedicado enteramente á cumplir su deber se mantuvo con perseverancia al lado del lecho de los moribundos y les prodigó socorros , su cuidado y el consuelo. En fin cesó ]á epidemia sin haber acometido á Parmentier,, y entonces él deseo de ser útil á sus compatriotas los soldados le hizo volar al campó de batalla en el que se espuso á los peligros con tanto ardor que cinco veces fue hecho prisionero y otras tantas despojado por los prusianos , lo cual le hacia decir con gracia , que no eonocia ayudas de cámara mas listos que los húsares prusianos. Estando prisionero en Alemania estudió esta lengua estrangera, y durante su permanencia en una estrecha cárcel, la patata llamó totalmente su atención. Desde entonces concibió la idea de aclimatarla en Francia, en este reino por el cual sacrificó un enlace honrosísimo y los farores del gran Federico que le habia designado sucesor de Margraff.1 Habiendo vuelto Parmentier á su patria el año de 1763 por el tratado de paz hecho en dicho año, se dedicó á sus estudios favoritos"con tal ardor que habiéndose abierto un concurso puhlico en los inválidos el año de 1776 para una plaza vacante de farmacéutico con el título de maestro, Parmentier se presentó y fue nombrado por unanimidad de votos. Desde esta:época se entregó con gusto á numerososy útiles trabajos científicos, todos consagrados ,al bien público , porque había pensado desde sus primeros estudios que los descuKimientos no son'verdaderamente honoríficos sino cuando producen resultados y aplicaciones útiles. Asi que. sus obras ©frecen una serie de esperiencias y de miras nuevas que se

refieren principalmente á la química , á la agricultura y á la economía rural y doméstiea.. En todos sus trabajos se deja observar su idea primera y dominante; esta es su amor á la humanidad y una filantropía no desmentida jamás; puesto que todas sus acciones y todos sus trabajos llevan bien marcada su impresión. Debemos á Parmentier el examen químico de los vegttales nutritivos (de la patata 1787); una disertación sobre las aguas del Sena en 8.», 1790 ; dos memorias sobre la naturaleza de la leche y los principios de la sangre (con M. Deyeux 1790 y 17Í)1); publicó una edición de la química hidráulica de Lagrange ; las recreaciones físicas de Model; preciosas notas á las obras de Olivier de Serres; ha publicado numerosos artículos en el Diccionario de historia natural, en los Anales de química y en el Boletín de Farmacia. A este mismo tiempo so dedicaba Parmentier á perfeccionar el estudio de las cereales , y publicó una memoria acerca de la naturaleza y modo de oirar de los alónos (en8." 1792); otra sobre la encaladura en 8.° 1787. En otra memoria hizo adoptar un método por el cual se aumentaba un sesto el producto de las harinas, mejorando su calidad j dándolas mejor aspecto. En esta misma época establecia Parmentier las reglas de un arte precioso que hasta entonces no habia tenido ninguna tcoria y formaba una escuela de panadería en la que recibían los jóvenes lecciones prácticas al mismo tiempo que los preceptos de la enseñanza. Parmentier se ocupó después en el estudio de otras semillas harinosas, tales como el centeno . la cebada y el maíz. Dio también un tratado sobre la

£ 107)" aventurados cuando so encuentran en ciertos peligros.en y aun al de calambres; unos (1) comienzan á temblar, pero una caldera de agua por ejemplo, pues si apresan á su bien- de modo que pueden trabajar y continúan entrando en la hechor; ó ambos perecen ó ambos se salvan, y es que mina meses y meses sin aumentárseles las convulsiones, y cuando llegan estos casos es decir cuando asidos ya preveen después en dos ó tres días al menor esceso que hacen, y á algún peligro, aunque ellos quieran no pueden ya soltarse, veces sin esto, se encuentran ó con calambres ó enteramensin duda se les contraen los músculos de una manera que te imposibilitados (á esto llaman los naturales alborotarse el azogue); mientras que otros [y esto sucede masblen en. no está en su voluntad el poder evitar. La pronunciación tampoco la tienen del todo espedita la clase de operarios y cntivadóres (2) ] que á pesar de enlos convulsos, hablan muy despacio y aun asi les cuesta al- contrarse algo trémulos siguen trabajando en la mina y muy gún trabajo. Es verdad que para que este síntoma aparezca rara vez se empeoran. es necesario que las convulsiones sean generales y que estén Duración. Las convulsiones tan luego carné- se prcbien marcadas. sentan si no se abandona la fnina para siempre, ó al menos Suelen perder también con frecuencia el apetito y no por temporadas mas ó menos largas, según el minero se son muy raras las veces en que se presentan acédias. Pero encuentre mas ó menos afectado, se hacen vitalicias. Cuanotros por el contrario conservan buenas ganas y digieren do se hallan bien arraigadas, es preciso mucho tiempo pabien cuanto comen. ra desterrarlas pero si desde el principio se quieren "CU' Algunas veces aunque felizmente son las menos, se pre- rar , basta para restablecerse abandonar los trabajos sub-^ sentan sudores los que nunca son de muy buen agüero pues lerráneos un par de meses ó poco mas. Todos los años se debilitando al enfermo le empeoran. Los mas de ellos, y es- observa que los mineros que de la saca han salido no Táuy to sucede á casi todo minero aunque esté sano , están des- echados á perder se sanean (espresion de ellos) en la' sola coloridos y poco nutridos por mas que se den buen temporada del agosto, en que abandonan la mina para atentrato ( 1 ) . derásu cosecha. Pero no todos los convulsistas ofrecen los mismos sisTal vez alguno creerá demasiado tiempo los dos ó tres temas , el único que les es común es el temblar; por lo de- meses que he fijado para el restablecimiento de las convulmas no en todos se observan las acedías, inapetencia, la siones cuando están en sú principio, pero yo he visto Hiinedificultad en el andar y pronunciar, los sudores y el enfla- ros poco convulsos y sin embargó no han podido restablequecimiento , aunque este último ya hemos dicho que es cerse en el mes que se acostumbra a darfes de trabajos esmuy común. teriores, y les ha sido preciso estarse por lo menos otro mes. Hay mineros que no se les advierte que tiemblan- sino sin entrar en la mina cuando han querido curarse del todo. cuando sostienen algún peso como una escopeta, un vaso Terminación* Guando se trata de poner remedio á esta de agua , etc; cuando se encuentran poseídos de una fuerte afección á toda costa, se consigue su completa curación; pepasión, como el miedo, la ira, etc; ó se ejercitan en obras ro si no se hace mas que paliarla, ó se la abandona, contipara las que se requiere un pulso bien sentado, como escri- nuando al propio tiempo las tareas mineras, termina casi bir , dibujar, etc: los hay que por la inversa se les advierte siempre por calambres. • á primera vista pero sin embargo pueden todavia dedicarse Pronóstico. La convulsión rara vez es de peligro, ano muy bien á sus labores; otros no solo se les advierte sino ser que se complique: pero si se ha arraigado y mucho mas que encuentran mucha dificultad en cualquiera trabajo á qne cuando ha llegado á su estremo, es sumamente incómoda. quieren dedicarse; otros hasta llegan á padecer su parte Porque ¿qué mayor pensión, qué mayor aílicion que verse intelectual pues esperimentan una especie, de estupor ó ale- un joven en lo mejor de su edad sujeto a la voluntad de un lamiento que á veces se hace permanente , y que los natu- tercero á voces hasta para las cosas ínas necesarias, coma rales llaman modorréz: finalmente cada minero presenta son el comer y beber? ¿Qué mayor desconsuelo para un p,^ alguna diferencia, cada uno está mas ó menos atacado según dre que verse rodeado de su familia sumida acaso en la indiel sitio en que ha trabajado, respecto lo mas ó menos que se digencia y no poderla proporcionar su precisa sustento? ha atareado, y según un millón de circunstancias. Ademas ¿á que millón de peligros no está sujeto un hombro Mas no se crea que las convulsiones siguen siempre que con solo mirarle un gefe ó cualquier otra persona de una marcha graduada, esto es, que el minero no llega sino alguna categoría, que con solo sospechar «n peligro, cae en al cabo de algún tiempo y después de haber pasado por todos los grados al cstremo de esta dolencia. Hay trabajadores que en muy poco tiempo pasan al grado mas complicado [1) De esto tengo lugar de observar e n un caso euya historia pr curare formar. .

(I) Es de advertir que esceptuando alguno que otro mezquino todo (2) Estos son una especie de carpinteras ea la mina, pues ¡su de tino es entivar y fortificar el maderamen. minero se alimenta muy bien.

castaña (en 8.° 1790). Siendo cada vez mas elevadas las miras de esto químico, procuró reparar los efectos desastrosos de la inclemencia de lasestaciones, dirijiéndosus miradas previsoras a! porvenir por cuyo motivo se aplicó al examen de los vegetales nutritivos que pueden suplir á las cereales en los años de escasez. Habia en aquel tiempo la preocupación de qu< las patatas esterilizaban la tierra, y Parrnéntier escribió a ministro dando por respuesta. «Deseo probar á los incrédulos por medio de una operación hecha en grande y con ostentación en un terreno malo que las patatas pueden dars en todas partes. Pido pues este.vasto terreno.» Habiend acojido el gobierno su solicitud, eligió 54 fanegas de tierra en la llanura des Sablons. ]La plantación se dio muy bien y desde el momento en que la vio cargada de llores se di¡ priesa á formar con ellas un ramillete que ofreció á Lui XVI, que se adornó inmediatamente con él. Desde entonce se decidió la suerte de la patata y todos querian poseer est precioso tubérculo. La revolución en su horrible marcha sorprendió á Parmentier en medio de sus trabajos de beneficencia y de ecomía públicas; no pasó mucho tiempo sin ser recompensado con la persecución, con la pérdida de su pensión y con e destierro. La falta de pan le hizo llamar ; á su voz se apa cigiiaron los temores , desapareció la escasez, se mejoró 1 calidad del pan del soldado y se aseguró el servicio de la cscursiones militares. Nombrado miembro del consejo general de hospicios , introdujo en ellos reformas importantes. Elegido presidente del consejo de salubridad , cmple todo su valimiento ea la propagación de la vacuna é hiz

que se adoptara el uso de las sopas económicas á la Rumíbrd. Posteriormente tuvo á su cuidado la dirección del hospicio de la Maternidad, del de Menages en elcual se cuidaban y socorrían ochocientos ancianos de ambos sexos, Finalmente, la plaza ó puesto que debía ocupar Patinen^ tier estaba indicado siempre en donde se debía hacer aígun bien. Debemos añadir que siempre se conservó sin fausto y sin orgullo en el goce de los altos empleos que oeupó, mostrando constantemente esta bondad de corazón y esta sencillez de carácter que tanto le distinguen y caracterizan. Últimamente, mil. acciones dignas de grata memoria completaron el curso de tan hermosa vida ; pues en el espacio de 60 años no hubo dia que no fuera señalado con servicios , beneficios ó lecciones útiles. Parmentier no buscó, las delicias del matrimonio; su hermana, modelo de todas las virtudes y dos sobrinoscom^ ponian su familia, Este hombre eminente no dejó da llamar la atención del héroe que reinaba en Francia, puesto que fue nombrado oíicial de la legión de honor, miembro del instituto, presidente del consejo (le Salubridad, nijembr.o del consejo general de los hospicios etc,, etc. , En fin , habiendo llegado Parmentier á los setenta y siete años de edad, fue arrebatado, de las ciencias eí dlia 17 de diciembre de 1813; pero los recuerdos dol bien qme I14 hecho vivirán eternamente, y su nombre ocupará un litigar distinguido en (a historia de ¡os bienhechores de ía huma nidad, £. A,

íierra?. ¿un hombre que ni para andar tiene seguridad y japreciable é instructivo periódico , tanto acaso pueden hattrmeza?. (1) '. .. . I corlo las reflexiones y aun las dudas que á los profesores Método curativo. Délo dicho .fácilmente se conocerá ocurran en su práctica. A ellas no faltará quien agregue que el que trate de curarse de convulsiones, lo primero que con su capacidad mas ó menos vasta, la práctica con utili(jebera hacer, será quitar la causa esto es , dejar de entrar dad de la ciencia y de la humanidad. El caso estraño que en lamina: en vano emplearíamos .cuantos remedios estu- acabo de espcrimcntnr después de veinte años de práctica viesen mas indicados, mientras el enfermo siguiera traba- me obliga a manifestarlo á mis comprofesores para que jando en esta; sublata causa, tollitur• efectus. Bien enten- por su relato histórico puedan formar las reflexiones que dido tienen esto los mineros de Almadén; asi que muy ra- juzguen convenientes , pues animado de los mejores deseos ra vez reclaman los auxilios del facultativo. Como no sea en favor de la humanidad y de la ciencia , como debe coalgjjn forastero ó algún infeliz, que ni aun los alimentos nocerse por la naturaleza del caso que á continuación voy puede proporcionarse, nadie mas entra en este hospital por á referir, suplico á'ustedes se sirvan darle cavida entre sus solas las convulsiones. Loque hace, el que puede, están instructivas columnas de su apreciable periódico, si le juzluego como se siente algo trémulo suspender sus entradas gasen de alguna utilidad á la ciencia de curar , con espe.en la mina hasta que se sanea lo suficiente, y aun se dedica cialidad al ramo de obstetricia. en este tiempo, si le es posible, ala agricultura (es indeciEn el día 1.° del corriente mes y año entre seis y siete ble lo bien que prueban á estos mineros las labores de\ cam- de la tarde , fui llamado por Manuel Colomo , vecino de po, como veremos mas adelante). Con este soloremedio y csta_villa y esposo de Prudencia Rivagorda, de edgd de un buen alimento logran al cabo de mas ó menos tiempo, 28 años, temperamento sanguíneo bilioso , á invitación de segim el estado en que estaban, restablecerse del todo ó en la comadre que estaba asistiendo á la citada por hallarse .parte, si es que la necesidad les obliga á emprender de nue- con dolores de parlo, la que habiendo espelidoya las aguas vo antes de tiempo sus tareas mineras. en que se hallaba cmbuelto el feto en su seno materno, y Sin embargo cuando el enfermo quiere valerse del art< como á continuación de esta salida de líquidos se presentí) ó en Casos estreñios, está indicado el mismo método curati- i un flujo sanguíneo y no viendo la comadre presentarse el vo que veremos para los calambres y se logra la curación feto fue la causa de implorar rni ansilio. En este estado la eonunir al planhigiénico referido los calmantes y los anties- encontré y mi primera diligencia fue practicar el reconocipasjnódicos en particular el alcanfor, el azufre , y mejor cimiento que estos casos exijen. .que lodos el almizcle. No es necesario advertir que cuando ¡ He aquí donde la práctica fue engañada por un tacl» . como quiere suponer el redactor . Sa- posterior del tronco; los pies colocados su dorso sobre los ben muy bien estos que dichos baños, si no los empeoran hombros y las estremidades superiores unidas á las parles tampoco los alibian, por consiguiente escusan semejantes laterales del cráneo. viajes, siempre.que alguna otra dolencia 6 mira particular Recibido este fenómeno , por las imperfecciones que no los mueva á ello. aunque con rapidez pude ver y mas adelante manifestaré, procuré en aquel momento ocultarle de la vista de su ma(Se concluirá) dre pues asi convenia , y estando envolviéndolo en el lienzo, la placenta, verificó su salida, la que conocí serlo por el tacto mas no por el cordón umbilical pues carecia de semejante parte; penetrado de ser tal placenta y para mas seguridad volví á reconocer á la paciente .y observé no había cuerpo alguno en la matriz ; la traté en los términos que Í'ÍWSJ, tic «sa í'ct© ISIWÍISÍI'ÍBO sin exije la conclusión de esta operación. Colocada en su cama cordón umbilical. y prevenido á los asistentes el régimen terapéutico é higiénico que exijia su estado delicado, pasé á reconocer con la SEÑORES KEDACTORIÍS : detención y escrupulosidad que exije el caso la placenta, Muy señores mios. Persuadido de que tanto como y observé que carecía absolutamente de cordón umbilical, pueden ilustrarnos los casos notables que leemos en su su cara fetal se hallaba lisa , tersa y cóncaba y. en su centro una red de pequeños troncos arteriales y venosos encujo punto parece debia haberse desarrollado el cordón umbili

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