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Mensaje de la Presidenta Gretchen Rodríguez González Graduación UPRM 2013
Muy buenos días, doctor José A. Lasalde, presidente interino de la Universidad de Puerto Rico; doctor Andrés Calderón, rector Interino del Recinto Universitario de Mayagüez; decanos; profesores; personal administrativo; nuestros padrinos, la clase Graduada del 1963; padres, familiares y sobre todo a ustedes: compañeros, amigos, graduandos. Soy Gretchen Alejandra Rodríguez González, estudiante de Biotecnología Industrial y es para mí, además de un privilegio, un honor, un placer, una emoción muy grande, ser la Presidenta de la Clase Graduanda 2013 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez… nuestro Antes, Ahora y Siempre… ¡COLEGIO! ¡WOW! Me parece increíble cómo es que el tiempo pasa tan rápido, cómo es que nuestros sueños se convierten en realidad y cómo es que hoy estamos vestidos de verde y blanco para celebrar todos estos años de mucho estudio, de muchos sacrificios, de muchos logros, pero, sobre todo de muchos momentos que nunca olvidaremos. Al fin, llego el día. Llegó el día con el que soñábamos desde que recibimos por correo esa carta de aceptación al Colegio. Llegó el día, que esperamos por cuatro, cinco, seis, o siete años desde que pisamos, por primera vez, este mismo Coliseo en la Semana de Orientación, llenos de sueños y sin saber realmente lo que nos esperaba. Llegó el día que parecía que nunca llegaría
cuando las noches eran interminables, como cuando estábamos amanecidos estudiando para el examen de series de Cálculo 2. Llegó el día de decirle 'hasta luego' a nuestro querido Colegio y a nuestro querido Mayagüez, para dar paso a nuevos rumbos, nuevas metas y a nuevos sueños. Llegó el día de mirar hacia adelante, con optimismo en el futuro y con seguridad de que estamos totalmente preparados para enfrentarnos a los retos que se nos presentarán en la vida, pues la educación que recibimos en esta universidad, en nuestra alma máter, es la mejor de Puerto Rico y del mundo. Desde que era pequeña, y viniendo de una familia en la que mi abuelo, mis padres y mis hermanos son todos colegiales, siempre estuve rodeada de ese orgullo colegial y de ese sentimiento de tener sangre verde. En todas las actividades familiares escuchaba esas historias clásicas que se cuentan del Colegio, que en su momento parecían leyendas, pero que una vez uno entra al Colegio, se da cuenta que sí son ciertas y que, poco a poco, sin darnos cuenta las vamos experimentando nosotros mismos. La primera que me parecía increíble era eso de que si no te caes no te gradúas. No fue hasta que me caí por las escaleras de Química y que leí todas las historias que ustedes mismos compartieron en la página de Facebook de la clase que entendí que sí es cierto. Así que si hay alguien que aún no se ha caído,
no es para desearles mal, pero les informo que todavía están a tiempo, pues faltan como unos 25 minutos en lo que nos declaran graduados. También recuerdo cuando me decían que siempre tenía que tener una sombrilla porque en el Colegio llovía todos los días. Solo hizo falta el primer día de clases para ver cómo de una mañana soleada perfecta para ir a la playa se convertía en una tarde de lluvias que parecía de huracán. Definitivamente, esto fue reafirmado al ver a los estudiantes nadando y a los carros flotando en área blanca. Así que, además de una sombrilla, ahora también tenemos que recomendar un kayak. Sé que son muchas más las historias, pero no debemos olvidar lo justo y necesario que es ir a tomarse unos refrigerios en la calle Bosque luego de un gran examen, la dependencia al café, las libritas aumentadas, terminar fatigados al subir el Calvario y, sobre todo recibir alrededor de 20 correos electrónicos de cartero todos los días en horas de la madrugada. Definitivamente, COLEGIO te vamos a extrañar. Llegar hasta aquí no fue tarea fácil, fueron muchas las noches de desvelo, de lágrimas, de pensar que no podríamos, de casi casi casi rendirnos, pero, ¿saben qué?: lo logramos, y aquí estamos. Pero esta meta no la alcanzamos solos, nunca lo hubiéramos logrado sin el apoyo de nuestros padres, nuestra familia, de nuestros amigos y de nuestros profesores. Así que
en nombre de cada uno de los 1,901 estudiantes que nos graduamos hoy les quiero dar las gracias. Gracias por no dejarnos solos, gracias por soportarnos durante nuestros momentos de estrés y, sobre todo, gracias por todo su amor y por todo su apoyo. En lo personal quiero extenderle mi mayor agradecimiento a la directiva de la clase graduanda, sobre todo a la tesorera Suasy Acevedo por su apoyo incondicional, a mi familia, al profesor Carlos Ríos Velázquez, y al personal administrativo y compañeros de Biotecnología Industrial. Además, quiero saludar a una persona muy especial para mí que también se gradúa en el día de hoy de Ingeniería Mecánica, a mi hermano gemelo Russell Rodríguez, estoy muy orgullosa de ti. Compañeros, hoy dejamos de ser estudiantes para convertirnos en profesionales y en colegas de nuestros profesores y padres. Hoy, es un buen día. Es un buen día para dejar todos nuestros miedos atrás. Es un buen día para tomar la decisión de utilizar nuestros conocimientos y nuestros talentos para lograr impactar de manera positiva a nuestra comunidad. Puerto Rico nos necesita. El mundo nos necesita. Los invito hoy a que juntos aceptemos nuestra responsabilidad de poner en alto el nombre del Recinto Universitario de Mayagüez, aceptemos la responsabilidad de servir como ejemplo para las futuras generaciones y, sobre todo, que
aceptemos nuestra responsabilidad de luchar por un futuro de prosperidad para nuestra Isla del Encanto. Me imagino que todos recuerdan muy bien al igual que yo, cuando nos dijeron: Mira a un lado, mira al otro… solo uno de ustedes estará el día de la graduación. Así que hoy les digo nuevamente: mira a tu compañero a la derecha, y ahora mira a tu compañero a la izquierda… USTEDES fueron los que LO LOGRARON. Muchas gracias por su atención y felicidades amigos graduandos.