Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R.
Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales Mindfulness and Emotional Intelligence: Similarities and Differences Magdalena Gómez Díaz *, Mª Soledad Delgado Gómez * y Rosario Gómez Sánchez * * Departamento de Enfermería, Universidad Católica de Murcia.
RESUMEN Marco Teórico: En este trabajo presentamos un breve recorrido por constructos tan de actualidad como son mindfulness e inteligencia emocional. Nuestro principal objetivo es mostrar las semejanzas y diferencias entre ambos constructos, y mostrar la utilidad de integrar ambas disciplinas en ámbitos como la salud o la educación, a través de una revisión bibliográfica. Por un lado, el mindfulness nos invita a tomar conciencia de los acontecimientos internos y externos que experimentamos a cada momento, con una actitud de aceptación y apertura. Y por otro lado, la inteligencia emocional nos pone el acento en la importancia que tiene identificar, clarificar, expresar y reparar nuestra vivencia emocional. Método: Hemos realizado una revisión de la literatura científica existente sobre el tema y hemos organizado los datos obtenidos para su mejor comprensión. Resultados: Hemos hallado 24 publicaciones, entre artículos y libros, que relacionan mindfulness e IE o mindfulness con algún aspecto emocional. Tan sólo 5 de ellos tratan específicamente dicha vinculación. Entre las similitudes que existen entre mindfulness e IE nos encontramos, entre otras, el auge profesional y científico que están recibiendo en los últimos años. Conclusiones: Mindfulness e inteligencia emocional están conectadas por el hecho en sí de dedicarse ambas al mismo fin, que es proporcionar más autoconocimiento al ser humano. Por lo que trabajar con ambas paralelamente hace que se obtengan resultados más significativos en áreas como la psicoterapia y la salud en general. Palabras clave: Mindfulness, Inteligencia Emocional, Psicoterapia, Salud.
ABSTRACT Theoretical Framework: We present a brief tour of constructs as of today such as mindfulness and emotional intelligence. Our main goal is to show the similarities and differences between both constructs, and show the utility of integrating both disciplines in areas such as health or education, through a review of the literature. On the one hand, the mindfulness invites us to be aware of the internal and external events which we are experiencing at every moment, with an attitude of acceptance and openness. And on the other hand, the emotional intelligence puts us accent the importance that has to identify, clarify, express and repairing our emotional experience. Method: We performed a review of the existing scientific literature on the subject and we have organized data for better understanding. Results: We found 24 publications, articles and books that relate to mindfulness and IE or mindfulness with some emotional aspect. Only 5 of them treated specifically such a link. Among the similarities that exist between mindfulness and IE we found,, among others, the professional and scientific boom that both are getting in the last few years. Conclusions: Mindfulness and emotional intelligence are connected by the fact itself devoted both to the same purpose, which is to provide more self-knowledge to the human being. Work with both at the same time making more significant in areas like psychotherapy and health results in general.
Key words: Mindfulness, Emotional Intelligence, Psychotherapy, Health.
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales
INTRODUCCIÓN.
Cada vez hay más interés por los temas que tratan el estado emocional y espiritual del individuo y más interés por conocernos más y por tratar de encontrar la fórmula de la felicidad. Este interés está siendo tratado en el mundo académico y científico, en los que casi siempre ha estado al margen por no ser un tema cuantificable y/o tangible o por ser un tema cargado de subjetividad. El mundo científico está tratando de adentrarse en el estudio de los beneficios que reportan las disciplinas meditativas para la salud física y emocional, y también en los beneficios que proporciona el buen manejo de nuestras emociones. En este trabajo, veremos en qué consiste el mindfulness y la Inteligencia Emocional, en adelante IE, y mostraremos como ambas se han encontrado en el tiempo y se desarrollan en la misma dirección, en la búsqueda del equilibrio humano a través del autoconocimiento y la conciencia.
Nuestro objetivo es realizar una revisión de la literatura
científica sobre los estudios que combinan mindfulness e IE, mostrando en qué consisten cada uno de estos constructos y resaltar cuáles son sus similitudes y diferencias.
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. Mindfulness Mindufulness consiste en desarrollar una actitud de apertura consciente a todo acontecimiento, desde un estado de ecuanimidad. Darnos cuenta de lo que hacemos es hacer mindfulness. En español, aunque no existe aún una traducción consensuada sobre el término mindfulness, la palabra más aceptada es la de conciencia plena o atención plena (Mañas, 2009). Una atención que es muy diferente a la atención que empleamos habitualmente, basada en la reflexión analítica (racional) y el juicio de valor. La diferencia entre atención y conciencia es que la primera es la conciencia centrada, es decir, es aún más poderosa que la conciencia en sí (Siegel, Germen y Olendzki, 2011). Sólo cuando somos conscientes de lo que está ocurriendo en nosotros y a nuestro alrededor es cuando podemos llegar a dar el siguiente paso, el cambio. Más allá de la concentración, el insight o la introspección sobre la complejidad y el funcionamiento de la mente, como dice Olendzki (2011), requiere una atención más ágil como la que aporta el mindfulness, que recuerda a la mente que debe atender si se distrae, y que debe abrirse a una gama más amplia de fenómenos en lugar de restringirse a un único objeto de meditación.
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales La primera aparición de la palabra mindfulness fue en 1921 (Davids y Stede, 1921/2001). En la Tabla 1 podemos observar algunas definiciones que se han dado para el término de mindfulness. Tabla 1. Algunas definiciones de Mindfulness. Autor Nyanaponika Thera (1972)
Definición Es la clara y simple consciencia mental de lo que nos está ocurriendo a nosotros y en nosotros en los sucesivos momentos de la percepción.
Hanh (1976)
Es el mantenimiento de una consciencia viva a la realidad del momento presente.
Marlatt y Kristeller (1999)
Es el mantenimiento de una atención completa a la experiencia momento a momento.
Kabat-Zinn (2003)
Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar.
Baer (2003)
Es la observación no condenatoria del fluir de toda la estimulación externa e interna tal como ella aparece.
Brown y Ryan (2003)
Es una atención y consciencia receptiva a los eventos y experiencias presentes.
Mañas (2007)
Es la acción de desarrollar y mantener un determinado tipo de atención especial a la experiencia presente, momento a momento, con una actitud de aceptación radical, libre de todo control y juicios de valor.
Fuente: Elaboración propia a partir de Mañas (2009).
Hay un cierto consenso en la distinción de dos componentes en mindfulness (Bishop et al., 2004): el mantener la atención centrada en la experiencia presente (atención que se autorregula de tal manera que si se distrae ésta vuelve de nuevo al momento presente) sin juicio valorativo; y
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. una actitud de curiosidad y aceptación de la experiencia, sea ésta agradable o desagradable. El mindfulness es como una forma de ver la vida siempre desde el momento presente, con conciencia, apertura y compasión. Existe consenso científico acerca de que el mindfulness, como rasgo, refleja la capacidad de permanecer con mayor frecuencia en un estado de atención plena (Didonna, 2011). El aquí y ahora es la consigna del mindfulness, no se puede estar en otro lugar y en otro tiempo más que en el actual, cuando la mente está en otro marco espacio-temporal no es posible conectar con lo que es, con lo que está sucediendo en este preciso momento. Estar presente, en español, incluye dos acepciones imprescindibles para el mindfulness: el presente temporal y la presencia como característica de vivir consciente. Aunque en los últimos años está en auge el mindfulness, no es algo actual sino algo milenario, su origen se remonta al Budismo, hace más de 25 siglos. Entrenar la mente ya se entendía como la forma principal para conseguir salud física y mental (Siegel et al., 2011). Lo actual es el uso del término y su aplicabilidad práctica. Su objetivo ha sido siempre el alivio del sufrimiento creado por nuestra mente. Es en los últimos años cuando se está fomentando más su conocimiento y práctica en España. Según Bishop
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales et al. (2004), la psicología actual utiliza el mindfulness como una técnica para incrementar la consciencia sobre los distintos problemas psicológicos. Aunque proceda del budismo, el mindfulness también integra aspectos de las teorías cognitivas, conductuales, experienciales y psicodinámicas (Martin, 1997). Se introdujo en el campo terapéutico a través de la labor pionera de Kabat-Zinn (1982, 1990), que desarrolló el método de Mindfulness Based Stress Reduction Program (MBSR); y de Linehan (1993), que desarrolló la terapia conductual dialéctica para el trastorno límite de personalidad. Kabat-Zinn, en 1979, creó el centro de mindfulness en la Universidad de Massachusetts, en la facultad de medicina, para tratar los casos que no respondían al tratamiento médico convencional. Lo popularizó como procedimiento para trastornos psicosomáticos (Ramos, Enríquez y Recondo, 2012). Gracias al mindfulness, es decir
a la atención y observación de
nuestros procesos mentales y emocionales, podemos descubrir las identificaciones en las que a veces nos quedamos “enganchados”. Se considera al mindfulness como una técnica de cognitive defusion (Blackledge, 2007), que se traduciría como “desactivación cognitiva”. Mindlessnes o mindless sería lo contrario a mindfulness, es la ausencia de
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R.
atención consciente y consistiría en hacer las cosas de forma automática. El objetivo de la atención plena es observar sin elaborar ningún tipo de valoración ni juicio; ya sea una circunstancia agradable o desagradable, se trata de observarla sin más, con la visión de un principiante. No hay nada más bello que observar desde la mirada inocente de un niño, una mente amorosa y compasiva que acoge lo que hay, lo que es. Este “no juicio” nos lleva con más facilidad a la aceptación de la experiencia. El mindfulness también facilita el soltar y el desapegarnos de todo aquello que nos impide vivir en el presente, y no por ello dejar de aprender. Para lograr todo esto un ingrediente fundamental es la paciencia, si logramos aceptar el proceso y todo lo que nos rodea en su ritmo natural, será más fácil que la paz, la calma, la conciencia se manifieste. Con prisas sólo conseguimos frustración y con espera-calma-paciencia conseguimos la paz. Mindfulness tiene una clara aplicación práctica sobre nuestro día a día. Según Salmon, Santorelli y Kabat-Zinn (1998), más de 240 hospitales y clínicas en los Estados Unidos y el extranjero ofrecen programas de reducción del estrés con entrenamiento en mindfulness.
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales La aplicación del mindfulness es amplia y no está restringida a ningún tipo de persona en concreto ni a ningún tipo de situación. Todo aquel que quiera puede aplicarlo, el ingrediente principal sería: tener la intención y el deseo de hacer o sentir mindfulness. Y se puede hacer tanto a nivel formal, buscando un sitio tranquilo y una postura idónea para prestar esa atención plena, como a nivel informal, donde se aplicaría a la rutina diaria, recordándonos prestar atención a lo que hacemos sin alterar dicha rutina. Esta atención plena y constante es difícil de conseguir, sobre todo al principio de la práctica de la misma. El estudio de Mañas, Luciano y Sánchez (2008) muestra cómo en cuestión de segundos la atención se desvía, y suele desviarse hacia los pensamientos. Es con el entrenamiento como se consigue la atención continua. Convertirnos en observadores conscientes de nosotros mismos y del mundo que nos rodea nos permite vivir con más coherencia y plenitud, respondiendo más adecuadamente a cada situación, desde la luz de la consciencia y no desde la sombra o la ceguera. La práctica de mindfulness permite desarrollar la concentración, y la concentración a su vez permite lograr serenidad, y la serenidad aumenta la comprensión de la realidad (Simón, 2007). Esto la hace una herramienta valiosísima en la psicología clínica, para el trabajo con los distintos
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. desórdenes emocionales y conductuales existentes. Y sin llegar a la práctica clínica, la práctica cotidiana del mindfulness nos permite desarrollar la mejor de las herramientas preventivas de problemas físicos, mentales, emocionales y espirituales. Desde que Kabat-Zinn, en 1979, impulsara el mindfulness como procedimiento para tratar problemas psicosomáticos (1982), se ha ido aplicando a distintos problemas físicos y psicológicos, por ejemplo: ansiedad (Kabat-Zinn, Massion, Kristeller, Peterson, Fletcher y Pbert, 1992; Rodríguez-Peña, Manzaneque, Vera, Godoy, Ramos et al., 2014); depresión (Rodríguez-Peña et al., 2014; Scheer-Dickson, 2004); psoriasis (Kabat-Zinn, Wheeler, Ligth, Skillings, Scharf et al., 1998); cáncer (Tacón, Caldera y Ronaghan, 2004); trasplante de órganos (Gross, Kreitzer, Russas, Treesak, Frazier et al., 2004); fibromialgia (Parra Delgado, Latorre Postigo y Montañés Rodríguez, 2012); problemas de sueño (Black, O´Reilly, Olmstead, Breen e Irwin, 2015). Abordajes como el cognitivo-conductual han ido utilizando el mindfulness como técnica para ayudar al paciente a soltar sus pensamientos y/o sentimientos, permitiéndole tomar conciencia y aceptar primero lo existente para cambiarlo después (Didonna, 2011).
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales Inteligencia Emocional Respecto a la IE, es en el año 1920 cuando Thorndike, psicólogo estadounidense, publica un artículo titulado “La inteligencia y sus usos” y donde introduce el componente social de la inteligencia en su definición, haciendo esta última referencia al manejo de las relaciones humanas. En 1983 surge la figura de Gardner, quien escribió un libro titulado Frames of Mind, en donde expone su teoría acerca de la inteligencia humana, con la que intenta exponer un enfoque del pensamiento humano más completo que los aceptados hasta ahora, y donde procesos
cognitivos, cultura,
entorno, sistema educativo que instruye y forma, etc., tengan cabida bajo un mismo concepto. Gardner propone dejar de lado el concepto de “inteligencia” para comenzar a adoptar el de “inteligencias múltiples”, en donde el término “múltiples” recoge desde la inteligencia musical y artística, hasta la inteligencia aplicada en el conocimiento de uno mismo, hasta ahora nunca tenidos en cuenta. Para él, los test ya no medirían la inteligencia, sino sólo una parte de ella. La capacidad verbal, lógicomatemática, espacial, cinestésica, el talento musical, la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapsíquica tendrían el mismo grado de importancia dentro del amplio concepto de “inteligencia” hasta ahora aceptado.
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. La inteligencia interpersonal, definida como la capacidad para entender a las otras personas; y la inteligencia intrapersonal, como representante del autoconocimiento, el acceso a los propios sentimientos, su discriminación y selección para dirigir la propia vida, son las grandes aportaciones de Gardner al estudio actual del concepto de inteligencia (Hardy, 1992). Actualmente la inteligencia deja de ser considerada como el resultado de la realización de unas pruebas con ítems por parte del sujeto a estudio, para comenzar a ser entendida como algo que permite su desarrollo, adaptación al medio, comprensión del mismo, relación con sus iguales, etc. Es dentro de este marco teórico donde aparecen las figuras de Salovey y Mayer, que en 1990, y recogiendo todas estas aportaciones, acuñan el término de Inteligencia Emocional, definida por los autores como un tipo de inteligencia que facilita la habilidad de manejar nuestras propias emociones además de conocer y responder a las emociones de los demás. Para estos autores, este nuevo concepto del término incluiría la evaluación verbal y no verbal, la expresión emocional, la regulación de la emoción en uno mismo y en los otros, o la utilización del contenido emocional en la solución de problemas (Salovey y Mayer, 1990).
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales Los resultados de estudios como el de Herrnstein y Murray (1994) y el de Gardner (1995), ponen de manifiesto que el Cociente Intelectual (CI) sólo predice en un 20% el éxito relativo en la vida y capacidades tales como motivación personal y persistencia ante las dificultades, el control del impulso y la demora de la gratificación, la empatía, la capacidad de mantener la ilusión ante los proyectos y la habilidad en mantener un buen control emocional, podrían explicar gran parte de ese 80% de la varianza que no pueden explicar los test ni el llamado cociente intelectual. Ese 80% conformaría lo que llamamos IE. Extremera y Fernández-Berrocal (2004) apuntan que este término propone una visión funcionalista de las emociones; consideran que éstas juegan un papel fundamental en la felicidad y en el bienestar de los individuos, y que existe un tipo de inteligencia, distinta del resto, que permite el uso adaptativo de dichas emociones. Para ellos, las personas que perciben,
expresan,
comprenden
y
gestionan
adecuadamente
sus
emociones, tanto positivas como negativas, tienen una vida más plena y positiva que las que no son capaces de hacerlo. Los modelos que han surgido a partir de la aportación de Salovey y Mayer para explicar el significado de la IE han sido de lo más variado, incluyendo conceptos y acepciones muy diferentes, que van desde la
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. inclusión
de
constructos
de
personalidad,
hasta
de
distintas
representaciones del término inteligencia, como la inteligencia social, dependiendo del planteamiento teórico de partida (Matthews, Zeidner y Roberts, 2002). En todos ellos, se recoge la idea del estudio de las emociones, no sólo como mecanismos indispensables para la supervivencia del organismo sino que, tal y como apunta Baptista (2003), serían como procesos adaptativos que ayudan a la toma de decisiones y a la prevención de la salud mental y física. Para Ramos, Recondo y Enríquez (2012), las emociones son reacciones complejas en las que se ve implicada tanto la mente como el cuerpo, por lo que una respuesta emocional incluiría tanto un estado mental subjetivo, un impulso a actuar y cambios corporales o respuestas de tipo fisiológico, y el hecho de que nos ayuden a transmitir cómo nos sentimos, regular el comportamiento de los demás y facilitar la interacción social, hace que adquieran un papel fundamental a la hora de percibir nuestro entorno y el estado de ánimo se torne como un elemento clave a la hora de percibir éste. La categorización conceptual más admitida en IE distingue entre modelos mixtos y modelos de habilidad, basados en el procesamiento de la información (Mayer, Salovey y Caruso, 2000). Mayer et al. (2000) señalan
170
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales que los modelos mixtos incluyen en su conceptualización una combinación de variables no estrictamente
relacionadas con las emociones o la
inteligencia. Goleman (1995) y Boyatzis, Goleman y Rhee (2000), en cambio, plantean un amplio concepto de IE, donde se podría recoger un conjunto de rasgos estables de personalidad, competencias socioemocionales, aspectos motivacionales y diversas habilidades cognitivas. Los modelos de habilidades, defendidos por Salovey y Mayer, están centrados en el estudio de la capacidad para percibir, comprender y manejar la información que nos aportan las emociones;
sería una inteligencia
genuina basada en el uso adaptativo de las emociones y su aplicación a nuestro pensamiento. No obstante, se considera un sistema inteligente, per se, por lo que se debe desligar de “otras inteligencias tradicionales”, aunque puede estar relacionado con "otras inteligencias", especialmente con la inteligencia verbal, por su relación con la expresión y comprensión de sentimientos (Mayer, Caruso y Salovey, 1999). Según Mayer y Salovey, la IE se define como habilidades emocionales de complejidad ascendente, que conforman un continuo, que va desde el nivel más básico, donde se ejecutan funciones fisiológicas fundamentales como la percepción y atención a nuestros estados fisiológicos o expresivos, a otras de mayor complejidad cognitiva, que buscan el manejo personal e interpersonal (Mayer y Salovey, 1997). 171
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. La percepción emocional consiste en la habilidad para identificar y reconocer tanto los propios sentimientos, como los de aquellos que nos rodean.
Esta
habilidad
implicaría
la
facultad
para
discriminar
acertadamente la honestidad y sinceridad de las emociones expresadas por los demás. La facilitación o asimilación emocional implica la habilidad para tener en cuenta los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Esta habilidad se centra en cómo las emociones afectan al sistema cognitivo, y cómo nuestros estados afectivos ayudan a la toma de decisiones. La comprensión emocional es la habilidad para desglosar el amplio y complejo repertorio de señales emocionales, etiquetar las emociones y reconocer en qué categorías se agrupan los sentimientos. Además, implica una actividad, tanto anticipatoria como retrospectiva, para conocer las causas generadoras del estado anímico y las futuras consecuencias de nuestras acciones. Y la regulación emocional es la habilidad más compleja de la IE. Esta dimensión incluiría la capacidad para estar abierto a los sentimientos, tanto positivos como negativos, y reflexionar sobre los mismos, para descartar o aprovechar la información que los acompaña, en función de su utilidad. Además, incluye la habilidad para regular las emociones propias y ajenas, moderando las emociones negativas e intensificando las positivas (Extremera y Fernández-Berrocal, 2005, 2009).
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales En la actualidad, los estudios acerca de la IE se centran en una amplia variedad de campos de estudio, tales como el escolar o académico, de salud o laboral, incluyendo trabajos sobre conductas antisociales en adolescentes (Díaz-Castela, Muela, García-López y Espinosa-Hernández, 2011); rendimiento
académico
(Extremera
y
Fernández-Berrocal,
2001);
capacidad de resolución de problemas en cuerpos de combate y defensa de élite (Extremera
y Rodríguez, 2011); depresión (Fernández-Berrocal,
Extremera y Ramos, 2003); ansiedad (Breva, Galindo, Gámez y Díaz 2011); estrés (Luque-Reca, Augusto-Landa y Pulido-Martos, 2014), relaciones de pareja (Justicia Galiano, 2009); relaciones interpersonales (Marín y León, 2001); adaptación a los cambios vitales (Elipe, 2009); vejez (Elipe, 2009; Gonzalez y Extremera, 2011); entre otros muchos.
MÉTODO. Hemos realizado una exhaustiva revisión bibliográfica de estudios sobre mindfulness e IE, prestando especial atención a aquellos que combinan ambos constructos. Por ser conceptos relativamente recientes en la literatura, no utilizamos una limitación temporal para la búsqueda. Ésta se realizó desde octubre de 2014 hasta junio de 2015. Para la realización de dicha búsqueda bibliográfica se utilizaron descriptores en español y en inglés siguiendo los índices de vocabulario 173
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. científico de “Descriptores de Ciencias de la Salud” (DeCS) y “Medical Subject Headings” (MeSH) atención plena, inteligencia emocional, mindfulness y emotional intelligence. Utilizamos los operadores booleanos: “and”, “or” y “not”. Se seleccionaron diferentes materiales científicos, tales como artículos, manuales, diccionarios y páginas de internet de interés. Tras esta selección se incluyeron 73 publicaciones científicas de interés. Los criterios de inclusión fueron que los estudios hicieran referencia al mindfulness y a la IE a nivel conceptual y teórico de forma independiente, y a ambos términos de forma conjunta. El criterio de exclusión fue principalmente no tener acceso a una información completa del artículo o comprobar la excesiva repetición de contenidos ya extraídos en otras referencias. En la tabla 2 siguiente exponemos los descriptores de búsqueda y las bases de datos utilizados, y los artículos encontrados e incluidos en nuestra revisión. Han sido 39 artículos científicos utilizados, 3 comunicaciones a congresos y 25 libros como referencias de bibliografía gris. En total las referencias utilizadas han sido 67 (más 6 capítulos de libros incluidos ya en la bibliografía gris). 174
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales Tabla 2. Descriptores y artículos científicos utilizados para la revisión bibliográfica Base de datos
Descriptor
ISI web of Knowledg
Mindfulness Emotional Intelligence Mindfulness and Emotional Intelligence Mindfulness Emotional Intelligence Mindfulness and Emotional Intelligence Mindfulness Mindfulness and Emotional Intelligence Mindfulness Emotional Intelligence Mindfulness and Emotional Intelligence
PsycINFO
Psychology and Behavioral Sciences Google Scholar
Artículos encontrados 3262 2869
Artículos utilizados 9 3
8 3317 2789
2 3 5
11 539
2 2
0 37400 205000
0 5 5
493
3 39
Total
Para el procesamiento de los datos se realizó un trabajo de comprensión, comparación del orden lógico de los datos y se sintetizó toda la información recabada para llegar a crear un trabajo veraz y actual.
RESULTADOS.
En la tabla 3 se incluyen los estudios que relacionan directamente mindfulness e IE o mindfulness y otros correlatos emocionales (como la salud mental). Las variables que se aportan con cada uno de los estudios son: Autores, año de publicación y título. Hemos hallado 24 publicaciones, entre artículos y libros, que relacionan mindfulness e IE o mindfulness con algún aspecto emocional.
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. Tan sólo 5 de ellos (remarcados en negrita en la tabla 3) tratan específicamente dicha vinculación, aunque el resto, sin utilizar la terminología exacta de IE y mindfulness, también vinculan ambos constructos. Podemos observar que el grupo de investigación español de Ramos et al. siguen esta línea de investigación en sus estudios.
Tabla 3. Publicaciones que muestran relación entre mindfulness e IE Autores Ingram
Año de publicación 1990
Kabat-Zinn et al.
1992
Ciarrochi y Blackledge.
1995
Swinkels y Giulinao.
1995
Kabat-Zinn et al.
1998
Brown y Ryan.
2003
Fernández-Berrocal, P., Extremera, N. y Ramos Lischetzke, T. y Eid.
2003
Hayes y Feldman.
2004
Scheer-Dickson.
2004
Tacón, Caldera y Ronaghan. Broderick.
2004
Extremera y Fernández-
2005
2003
2005
Título Self-focused attention in clinical disorders: Review and a conceptual model. Effectiveness of a mindfulness-based stressreduction program in the treatment of anxiety disorders. Mindfulness-Based Emotional Intelligence Training: A New Approach to Reducing Human Suffering and Promoting Effectiveness. The measurement and conceptualization of mood awareness: Monitoring and labeling one´s mood states Influence of a mindfulness meditation-based stress education intervention on rates of skin clearing in patients with moderate to severe psoriasis undergoing phototherapy (UVB) and photo chemotherapy (PUBA). The bennefits of being present: Mindfulness and its role in psychological well-being. Inteligencia Emocional y depresión. Is attention to feelings beneficialor detrimental to affective well-being? Mood regulation as a moderator variable Clarifying the construct of mindfluness in the context of emotion regulation. Current developments of metacognitive concepts and their clinical implications: mindfulness-based cognitive therapy for depression. Mindfulness-based stress reduction in women with breast cáncer. Mindfulness and coping with dysphoric mood: Contrasts with rumination and distraction. Inteligencia emocional percibida y diferencias 176
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales Berrocal.
Feldman, Hayes, Kumar, Gresson y Laurenceau. Ramos y Hernández.
2007
Ramos, Hernández y Blanca.
2009
Breva, Galindo, Gámez y Díaz.
2011
Brown y Cordon.
2011
Díaz-Castela, Muela, García-López y Espinosa-Hernández. Parra Delgado, Latorre Postigo y Montañés Rodríguez. Ramos, Enríquez y Recondo. Ramos, Recondo y Enríquez. Luque-Reca, AugustoLanda y Pulido-Martos.
2011
Rodríguez-Peña et al.
2014
2008
2012
2012 2012 2014
individuales en el meta-conocimiento de los estados emocionales: una revisión de los estudios con el TMMS. Mindfulness and emotion regulation: The development and initial validation of the Cognitive and Affective Mindfulness Scale-Revised (CAMS-R). Inteligencia emocional y mindfulness. Hacia un concepto integrado de la inteligencia emocional. Efecto de un programa integrado de mindfulness e inteligencia emocional sobre las estrategias cognitivas de regulación emocional. ¿La excesiva atención emocional se relaciona con el bienestar subjetivo?: Algunos datos empíricos acerca del papel mediador de la regulación emocional en dicha relación. Hacia una fenomenología del mindfulness: experiencia subjetiva y correlatos emocionales. La Inteligencia Emocional en adolescentes diagnosticados con Trastorno de Ansiedad Social. Terapia cognitiva basada en mindfulness y reducción de los síntomas de ansiedad en personas con fibromialgia. Inteligencia Emocional Plena. Mindfulness y la gestión eficaz de las emociones. Práctica de la Inteligencia Emocional Plena La relación entre la inteligencia emocional percibida y la salud mental en directivos y mandos intermedios: el papel del estrés percibido como mediador. Valoración de parámetros inmunitarios en pacientes con síntomas de ansiedad y depresión tras un programa de meditación “mindfulness”: Un estudio piloto.
Fuente: Elaboración propia.
Después de la profundización en los distintos estudios hallados podemos comprobar que entre las similitudes que existen entre mindfulness e IE nos encontramos la atención personal, profesional y científica que están recibiendo en los últimos años. Ambas disciplinas están teniendo un importante auge en el campo personal y profesional relacionado con la psicología y el crecimiento personal. 177
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. Ambas han demostrado tener muchas ventajas (Ramos et al., 2012): •Mejor salud. •Aumento de la autorregulación y autoconocimiento. •Mejores habilidades intrapersonales. •Mayor rendimiento académico. •Niveles más bajos de depresión, etc. En la Tabla 4 podemos observar las semejanzas y las diferencias entre estas dos disciplinas. Tabla 4. Semejanzas y diferencias entre mindfulness e inteligencia emocional.
Diferencias
Semejanzas
Mindfulness
Inteligencia Emocional Actual.
Auge científico
Actual.
Objetivo
Disminuir el sufrimiento. Autoconocimiento.
Autoconocimiento.
Términos utilizados
Atención plena, aceptación, conciencia.
Atención, claridad, reparación.
Aplicación práctica
Mejora la salud física, emocional y espiritual.
Mejora la salud física, emocional (y espiritual).
Cuantificable con instrumentos de medida
La escala más utilizada: • Mindfulness Attention Awareness Scale, MAAS (Brown y Ryan, 2003).
La escala más utilizada: • Trait Meta-Mood Scale, TMMS-24 (FernándezBerrocal, Extremera y Ramos, 2004).
Origen
Hace 2.500 años.
Hace unos 30 años.
Nivel de actuación
Pensamiento, emoción, conducta, actitud, cualidad…
Emociones más específicamente, aunque otros aspectos también se ven comprometidos.
Fuente: Elaboración propia. 178
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales
A nivel conceptual son parecidos los términos que utilizan el mindfulness y la IE para su definición o configuración. Por ejemplo, en minfulness se resalta la importancia de la atención puesta de forma consciente y plena en el presente, en el aquí y el ahora; y en la IE uno de sus conceptos principales es la atención a nuestras emociones o a las emociones de los demás, también en nuestro presente. Son, a veces, palabras distintas para una misma experiencia y, en otras ocasiones, son conceptos que se complementan y adquieren coherencia y fuerza hacia una misma dirección: el desarrollo personal. Por ejemplo, que mindfulness resalte la importancia de la aceptación, complementa la importancia que la IE da a reconocer e identificar nuestras emociones. El mindfulness es un escalón más alto e iría más lejos que la IE, pero en unión con ella aún pueden seguir subiendo y permitiendo al ser humano ir un poquito más allá en su desarrollo y autoconocimiento.
DISCUSIÓN.
Tanto la IE como el mindfulness dan importancia a la vivencia emocional y a la toma de conciencia de la misma, tanto a nivel personal como intra e interpersonal. El mindfulness
subraya
la necesidad de
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. observar y aprender de las emociones y no tanto la necesidad de eliminarlas o sustituirlas. Según
Greenberg, Rice y Elliot (1996), la madurez
emocional se da cuando acogemos sin excepción todas las emociones que experimentamos, y respondemos a ellas de forma que sea la más adecuada en cada situación. La IE nos ayuda a identificar y expresar nuestras emociones (con conciencia) y el mindfulness nos ayuda a aceptarlas sin juicio valorativo que determina si son emociones positivas o negativas (con conciencia). Sin la lucha contra nuestro sentir aparece la aceptación, que es el camino hacia el cambio. Sin duda, siguiendo el modelo de IE de Mayer y Salovey (1997), con el mindfulness se logra una mayor claridad y reparación de las emociones (Ramos y Hernández, 2008), además de una mayor comprensión de las mismas, sin embargo hay autores, como por ejemplo Ingram (1990) o Swinkels y Giuliano (1995), que resaltan lo perjudicial de atender excesivamente a las emociones, por la posibilidad de identificarnos con ellas e intensificarlas. Lischetzke y Eid (2003) indican que la atención tiene aspectos adaptativos y desadaptativos. En las personas con regulación emocional elevada la atención emocional fue beneficiosa para el bienestar, frente a las
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales personas con menor regulación emocional en las que la atención era perjudicial para su bienestar afectivo, por ello, pensamos que la diferencia está en poner una atención consciente (con aceptación) y no una atención obsesiva. El mindfulness va más allá de ser perjudicial para nuestra salud emocional, pues precisamente detectaría ese exceso de atención (mental y con juicio) y nos ayudaría a desapegarnos de cualquier tipo de identificación o sufrimiento. Según Hayes y Feldman (2004) mindfulness implica mayor aceptación de las experiencias emocionales, tener claridad emocional, habilidad para regular las emociones, flexibilidad cognitiva, ecuanimidad. Simón (2007) expone que el mindfulness favorece un procesamiento de la información de abajo-arriba diferente a la forma que tenemos habitualmente de procesar las experiencias de arriba-abajo. Es decir, normalmente estamos sujetos a nuestras experiencias pasadas para valorar y procesar las experiencias presentes (arriba-abajo). Con el mindfulness podemos llegar a procesar la experiencia presente sin condicionamientos, con la mente libre y limpia (como la mente de un principiante, de abajoarriba). Poner atención y conciencia plena en nuestras emociones implica entenderlas, integrarlas y enfrentarnos a ellas, a nosotros mismos y al
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. mundo con una actitud más libre y desapegada de las reacciones y conflictos emocionales que se producen cuando nos identificamos con ellas. Aún así, la relación entre mindfulness y las estrategias de regulación emocional no está clara, aunque se propone que es beneficiosa la aceptación de la emoción y puede ser perjudicial su evitación (Whelton, 2004). Según Ramos et al. (2012), “incluir el mindfulness en los programas de IE puede ser clave para lograr beneficios emocionales a corto plazo” (p.134). Ramos, Hernández y Blanca (2009), llevaron a cabo un estudio con universitarios en el que se aplicó el programa de reducción del estrés de Kabat-Zinn (1990) con mindfulness, y hallaron menor ansiedad, cambios significativos en el uso de estrategias cognitivas de regulación emocional, menor tendencia a culparse a sí mismos, menor número de intrusiones relacionadas con dificultades cotidianas y mayor capacidad de apreciar lo positivo. Hay estudios que muestran que la atención plena incrementa de forma significativa las conexiones neuronales (Lutz, Dunne y Davidson, 2007), destacando la corteza prefrontal, cuya función es la de integrar procesos como el pensamiento, la conducta o la afectividad (Simón, 2007). La amígdala se asocia con las experiencias emocionales negativas, sobre todo
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales el miedo (Barret, Bliss-Moreau, Duncan, Rauch y Wright, 2007), y la activación del córtex prefrontal se asocia con una menor activación de la amígdala y con la disminución deliberada de las respuestas emocionales negativas (Urry et al., 2006), por lo que el mindfulness parece influir reduciendo las respuestas de la amígdala. Siegel (2007) señala entre las funciones de las que se encarga la corteza prefrontal medial y que están relacionadas con mindfulness: el equilibrio emocional, la empatía o la modulación del miedo, entre otras. Para Ramos y Hernández (2008) la IE se centra en la forma en la que la información emocional es procesada, y el mindfulness representa una nueva forma de relacionarnos con las emociones. Ramos et al., (2012) proponen incluir la práctica del mindfulness para potenciar la IE y armonizar así la mente emocional y la racional. Proponen el término de Inteligencia Emocional Plena (INEP) y la definen como “la gestión eficaz de las emociones haciendo uso de la atención plena” (p. 145). Para ello también han creado un programa de entrenamiento: el Programa de Inteligencia Emocional Plena (PINEP), que “combina la práctica de la conciencia plena con ejercicios emocionales que ayudan a practicar la gestión emocional” (p. 145). Este programa de intervención lo han aplicado en universitarios y han obtenido resultados favorables sobre el bienestar
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. personal, la capacidad de apreciar lo positivo, el incremento de la empatía y la reducción de las preocupaciones cotidianas (Ramos et al., 2009). Cuando la atención plena se dirige hacia las emociones es más probable que se tome conciencia de más detalles y claves emocionales que desde la conciencia ordinaria pasarían desapercibidos. En este sentido, tal y como dice Kabat Zinn (1990), la atención plena se convertiría en un potente vehículo para la autocomprensión, ya que nos permitirá tomar cierta perspectiva respecto a nuestras emociones, lo cual redundará también en una mayor comprensión emocional, ya que ésta aparece cuando el sujeto es capaz de analizar su realidad, pero bajo esta distancia. El entrenamiento en IE basado en la conciencia plena (Mind fulnessBased Emotional Intelligence Training, MBEIT), propuesto por Ciarrochi y Blackledge (1995) resalta el valor de la atención plena para abrirnos a la experiencia emocional aceptando cierto grado de malestar; algo que la conciencia ordinaria no acepta. Nuestra tendencia es evitar el malestar y la posibilidad de cambio. Y la tendencia que se utiliza a nivel psicoterapéutico es precisamente este acercamiento amoroso a nuestros procesos emocionales y mentales sin juicio y con plena aceptación, gracias a la ayuda del terapeuta. El objetivo es llegar a desarrollar este entrenamiento a nivel personal como forma de vivir en paz y prevenir problemas de salud. 184
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales Solo el entrenamiento en mindfulness nos permitirá tomar cierta perspectiva respecto a la experiencia emocional y poder así afrontarla sin juicio valorativo, pues sin la práctica lo más fácil y conocido es dejarnos llevar por la emoción, resultando difícil la observación serena de la misma. La atención emocional actúa en dos momentos diferentes (Ramos et al., 2012): En el primer momento del reconocimiento de la emoción, la atención plena nos permite no reaccionar como lo hacía hasta ahora. Y al mismo tiempo, nos permite tener una mayor comprensión sobre la situación concreta, favorece el aprendizaje y el desarrollo humano. El mindfulness como rasgo muestra una correlación con varios indicadores afectivos y cognitivos de salud mental y bienestar en estudiantes universitarios, población adulta y muestras clínicas (Brown y Cordon, 2011). Se asocia con un mayor nivel de emociones agradables, un nivel bajo de malestar emocional y mayor satisfacción con la vida (Brown y Ryan, 2003; Baer, Smith, Hopkins, Krietemeyer y Tony, 2006; Feldmand, Hayes, Kumar, Greeson y Laurenceau, 2007; entre otros). Brown y Ryan (2003) o Baer et al. (2006), han mostrado la asociación positiva entre el mindfulness rasgo con la claridad de la experiencia emocional, una mayor autoconciencia emocional, con estrategias de regulación adaptativas, incluida la aceptación.
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. Algunos estudios muestran la eficacia del mindfulness en la reducción de las emociones negativas en situaciones difíciles a nivel emocional (Brown y Cordon, 2011), y potencia la capacidad de ser testigo de los pensamientos y emociones de modo que no se reaccione impulsivamente ni destructivamente (Hayes y Feldman, 2004). Según Broderick (2005), sería un medio eficaz para superar emociones difíciles. Además, según Ramos y Hernández (2008) y Ramos et al. (2009), la combinación del mindfulness con la IE pone el acento en la tendencia que impulsan las terapias cognitivas-conductuales de tercera generación de poner atención a la experiencia interna y no tanto en la eliminación o modificación de la misma.
CONCLUSIONES.
El mindfulness es un término más integrador que la IE, pues va más allá del ámbito emocional, pero en esa área son muy parecidos. Practicar mindfulness implicaría desarrollar la IE, y una persona inteligente emocionalmente es fácil pensar que desarrolla bastante su nivel de conciencia y atención plena (con su atención consciente a las emociones). Como crítica, a ambas, se ha hecho referencia a la escasez de los estudios empíricos y a la sobrevaloración de su influencia (Ramos et al.,
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Mindfulness e Inteligencia Emocional: Aspectos Comunes y Diferenciales 2012), y la escasez de instrumentos validados. Es cierto que cada vez son más los estudios realizados en mindfulness y en IE para comprobar su validez ante intervenciones clínicas (Brown y Cordon, 2011; Ramos et al., 2009). Incluir el mindfulness en el trabajo con las emociones, como indican Ramos et al. (2009) facilita la atención, comprensión y regulación emocional. En general, tras la revisión de la literatura realizada y los objetivos planteados podemos concluir que: - El mindfulness es la atención plena, consciente y amorosa puesta en cada acontecimiento de la vida y del ser humano. Nos ayuda a ser conscientes de la vida y de nosotros mismos otorgándonos paz ante la aceptación de lo que somos y de lo que hay en cada momento, sin dejar por ello de actuar si así lo consideramos. - La IE es la capacidad de reconocer, expresar, comprender y regular nuestras propias emociones, y comprender y respetar las emociones de los demás. Nos ayuda a estar más en paz con nosotros mismos y con los demás gracias al manejo adecuado de las emociones. - Desarrollar la atención plena a través de su práctica regular previene los problemas emocionales y promueve el bienestar emocional (Siegel et al., 2011; Simón, 2007). Es una forma de atender las emociones desde el respeto y la aceptación. 187
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Gómez, M., Delgado, M.S. y Gómez, R. - La práctica regular de mindfulness nos permite definir y tener más claridad en nuestras emociones, además de permitirnos regularlas de una manera eficaz y sin impulsividad (Didonna, 2011; Simón, 2007). - Mindfulness e IE están conectadas por el hecho en sí de dedicarse ambas al mismo propósito: a proporcionar más autoconocimiento al ser humano (Ramos y Hernández (2008) y Ramos et al. (2009)). Por lo que su propósito hace que puedan trabajar juntas obteniendo resultados significativos en áreas como la psicoterapia y la salud en general. - La propuesta de la Inteligencia Emocional Plena por parte de Ramos et al. (2012), nos parece muy adecuada para la integración de la IE y el mindfulness que proponemos con este estudio. La inclusión de la IE y del mindfulness en programas de prevención e intervención para los distintos problemas de salud física (cáncer, corazón, etc.) y/o mental (depresión, ansiedad, etc.) están obteniendo resultados muy favorables (Parra Delgado, Latorre Postigo y Montañés Rodríguez, 2012; Salmon, Santorelli y Kabat-Zinn, 1998 y Tacón, Caldera y Ronaghan, 2004, entre otros), por lo que invitamos a los profesionales de la salud a integrar dichas disciplinas en el contexto de la salud.
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La correspondencia concerniente a este artículo debe dirigirse a: Dra. Magdalena Gómez Díaz. Facultad de Enfermería de la Universidad Católica de Murcia, Campus de Los Jerónimos, 30107 Guadalupe (Murcia) España. Teléfono: 968 278808 E-mail:
[email protected]
201
Revista de Psicología de la Salud (New Age) Vol 3, nº1, 2015