Al pensar en la introducción de procesos de innovación en las empresas, es habitual centrarse en tres niveles: • • •

la iniciativa empresarial que parte de la creatividad personal, la innovación en equipos, y la adaptación de las estructuras organizativas para lograr la renovación.

El punto de unión de estos niveles, que a su vez marca la división entre ellos, es la Cultura; la que dicta la forma de pensar y de operar de los grupos, y que está en todas partes.

MODELOS DE ORGANIZACIÓN SEGÚN SU CULTURA Observando las pequeñas y medianas empresas, puede deducirse con bastante aproximación de qué cultura derivan. Las clasificaciones de empresas por culturas son diversas, pero un modelo ampliamente aceptado las divide tipos que se derivan a su vez de dos dimensiones: • •

Desde una perspectiva vertical, las empresas pueden ser jerárquicas o igualitarias. En una perspectiva lateral, pueden estar más orientadas a las personas o a las tareas.

La combinación de estas culturas resulta en arquetipos culturales, dentro de los cuales podemos clasificar las empresas por símbolos que representan la forma en la que actúan, tales como: La “incubadora”, que corresponde a una cultura igualitaria centrada en la persona. Entraña un alto nivel de creatividad, ya que trata de incubar nuevas ideas y es por ello que se centra en las personas. Se trata de una gestión por entusiasmo compartido, guiada por el poder de las ideas, en la que se reconoce más la autoridad de la ciencia que la de las personas, y donde la fuerza impulsadora de todo es la pasión por la novedad. Esta cultura es típica de Silicon Valley.

1 | La Cultura como herramienta

El “misil dirigido”. Se trata de una cultura igualitaria y centrada en las tareas, dividida en grupos compuestos exclusivamente por los individuos que desempeñan las diferentes funciones esenciales para la realización de las tareas asignadas. El programa de la NASA para llegar a la luna es probablemente el ejemplo más famoso de este tipo de cultura, en la que el único jefe era la tarea o misión en sí misma, y “hacer el trabajo” con “la persona adecuada” y en “el lugar adecuado” eran expresiones habituales. Esta cultura es muy efectiva para la innovación y la resolución de problemas, ya que aunque sus miembros pueden representar los diferentes lados de una disputa o un conflicto, el equipo los une lo suficiente como para innovar con éxito. El mayor problema de estos equipos es su elevado coste.

La “familia”. Es quizá la cultura más antigua, ya que son muchas las empresas que nacen como pequeñas empresas familiares o de apoyo mutuo, aunque con el tiempo acaben cotizando en bolsa. Esta cultura es jerárquica, donde las personalidades líderes son las que tienen mayor influencia, los de dentro tienen ventajas sobre los de fuera y por tanto, el genio creativo rara vez se transmite a la siguiente generación.

La “torre”. Es la cultura más cercana a la burocracia y a la estandarización de las líneas de producción, y por tanto la más estructurada, minuciosa, precisa y repetitiva, basada en el sometimiento común a un jefe superior y enfocada a la eficiencia. Pese a sus resultados, se ha comprobado que es nociva para el espíritu del individuo y la creatividad en procesos de innovación.

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UN NUEVO PARADIGMA PARA LA CULTURA CORPORATIVA Aunque resulta fácil reconocer estos cuatro arquetipos culturales en las pequeñas y medianas empresas, esto es a costa de una simplificación excesiva. De hecho, cualquiera de ellas, en estado puro, sería muy probablemente disfuncional. Además, no parece obvio relacionar directamente la preponderancia de una cultura con el rendimiento global de la empresa, ya que cada organización debe ajustarse a las circunstancias en que se encuentra y estas son muy diversas en un ecosistema industrial. La fuerza real de la cultura de una empresa para innovar de manera exitosa, radica en dos aspectos fundamentales: i. La capacidad de transformación cultural, pasando de un arquetipo preponderante a otro a medida que cambian también las circunstancias. Una manera obvia de maximizar las culturas que existen en una empresa es considerándolas fases de crecimiento y desarrollo que se suceden en el tiempo. Dependiendo de lo creativos que sean los fundadores de una empresa, no hay ninguna razón para que una cultura predominante de tipo “Incubadora” adopte después una de “vv, o viceversa.Al fin y al cabo, ser innovador es arriesgado y emocionante por naturaleza… ¡alguien definió la innovación como autorrealización!

ii. La fusión entre las diversas culturas y su combinación de forma inteligente. Cuando se pregunta a los miembros de una cultura en qué modelo se ubican, se suelen identificar como presentes al menos los cuatro arquetipos descritos, si bien alguno de ellos puede destacar significativamente por encima del resto. Lo importante es que, si dichos modelos culturales cohabitan una empresa de manera sinérgica, los valores de una cultura apoyan a los de las otras, por lo que se genera una fusión de esfuerzos que facilita la innovación y la implementación del cambio.

En cierto modo, parece razonable pensar que la conciliación de la variedad de culturas organizativas es un requisito para una organización innovadora. Sólo a través de ella una empresa puede hacer frente al mundo complejo y dinámico en el que opera. 3 | La Cultura como herramienta

HACIA UNA ORGANIZACIÓN INNOVADORA POR MEDIO DE LA CULTURA La Cultura de una empresa consiste en mucho más que los cuatro arquetipos sencillos descritos. Aunque resulten un buen punto de partida, lo importante consiste en saber en qué medida estos modelos pueden combinarse de forma creativa. El hecho de que las distintas culturas que conviven en una empresa sean diversas es importante, ya que la innovación genera unidad a partir precisamente de la diversidad. Por este motivo, no es necesario elegir una sola cultura uniforme para generar innovación en la empresa, negando las demás; lo importante es establecer el grado de compatibilidad entre ellas. Pongamos un ejemplo; la siguiente tabla presenta respuestas a los procesos de innovación de acuerdo a las distintas culturas:

Acciones a integrar en procesos de Innovación A cada persona se le definen claramente sus responsabilidades en la organización. Se comparte la información para que cualquiera disponga de la información necesaria en el momento que la precise.

Modelo cultural Torre Familia

Se trabaja en redes flexibles en las que el desarrollo personal es clave.

Incubadora

Existe una orientación a los resultados y al cumplimiento de objetivos.

Misil dirigido

Si estas cuatro culturas son completamente independientes entre sí, tendremos una clasificación en la que algunas respuestas serían superiores al resto. Pero si todas las respuestas están integradas, todos los modelos culturales – e incluso alguno más – recibirán un gran apoyo de los otros desarrollándose todos juntos.

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PREGUNTAS PARA EL INNOVADOR Obviamente, no existe una fórmula mágica para garantizar el éxito de las empresas ni de sostener la gestión por medio de la innovación; no hay una acción ni un sistema que pueda tantigua como socrática, y es plantear preguntas clave que el empresario innovador pueda hacerse a sí mismo y a su empresa. ¿Tu empresa tiene la capacidad de asemejarse a una familia, una incubadora, un misil dirigido y una torre, todo al mismo tiempo, manteniendo el contacto con su propia historia y el futuro al que aspira? ¿Puedes cambiar culturas para adoptar la forma requerida frente a nuevos desafíos?

La empresa innovadora irá más allá de los estereotipos para atraer al grupo “familiar” y al equipo de tipo “misil” a la línea de producción, a fin de acercar el proceso de incubación, los equipos de proyecto, el orden y la disciplina a la Innovación. Puesto que la realidad es cíclica en un círculo sin fin, la responsabilidad de ser creativos y descubrir nuevas conexiones radica tanto en nuestro modelo de negocio como en nuestra visión de la cultura de la empresa.

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