MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE LOS REYES

MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE LOS REYES (CONTENIDO COMPLETO) ÍNDICE: 1. INTRODUCCIÓN 2. ANÁLISIS DEL EDIFICIO 3. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL EDIFICIO 3.1

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MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE LOS REYES (CONTENIDO COMPLETO)

ÍNDICE:

1. INTRODUCCIÓN 2. ANÁLISIS DEL EDIFICIO

3. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL EDIFICIO 3.1 LOS ORÍGENES: UNA ALQUERÍA EN LA HUERTA 3.2 LA PRIMERA FUNDACIÓN MONÁSTICA: SANT BERNAT DE RASCANYA (1371-1545) 3.3 LA SEGUNDA FUNDACIÓN MONÁSTICA: SAN MIGUEL DE LOS REYES (1546-1835) 3.4 EL PRESIDIO NACIONAL DE SAN MIGUEL DE LOS REYES (1874-1966) 4. RESTAURACIÓN Y REHABILITACIÓN DEL MONASTERIO PARA SEDE DE LA BIBLIOTECA VALENCIANA 3.1 INTRODUCCIÓN 3.2 EVOLUCIÓN CRONOLÓGICA DEL PROCESO RESTAURATIVO 3.3 SITUACIÓN PREEXISTENTE PREVIA A LA RESTAURACIÓN Y ESTUDIOS PREVIOS 3.4 PROGRAMA DEL PROYECTO DE RESTAURACIÓN 3.5 INTERVENCIONES DE LA RESTAURACIÓN 5. COMENTARIO PERSONAL

6. BIBLIOGRAFÍA

1. PRESENTACIÓN DEL EDIFICIO

San Miguel de los Reyes se encuentra en la huerta valenciana, que tanto ha impresionado a los viajeros. El lugar no era muy acertado para este tipo de edificio, ya que su situación viene dada por la de su predecesora, la Abadía de San Bernat de Rascanya, lugar que eligió doña Germana de Foix. El deseo de aislamiento se ve perturbado por la cercanía de Valencia y por la proximidad del camino real que la comunica con Sagunto. El edificio ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los años, entre 1381 y 1546 fue un monasterio cisterciense, aunque este se asentaba sobre una alquería musulmana del siglo XII. La obra surgió por el interés personal de fray Arnaldo Saranyó, que compró la alquería de Rascanya y fundó la casa y convento a la que pusieron por nombre San Bernardo de la Huerta de Valencia.

“Maqueta del Monasterio”

La supresión del monasterio cisterciense fue motivada por el deseo de la virreina Germana de Foix de levantar un monasterio de la orden de San Jerónimo en Valencia que sirviera para su enterramiento. Un año después del fallecimiento de la virreina, iniciaron su cometido solicitando la aprobación real y de la orden jerónima. Don Fernando manifestó su deseo de llevar a cabo el plan de su difunta esposa y la suya propia, de fundar en Valencia un monasterio de la orden de San Jerónimo. La comunidad vio con buenos ojos la propuesta, y a comienzos de mayo de 1537 se firmó

en Lupiana el concierto de poderes para admitir la fundación del monasterio de San Miguel de los Reyes. Cuando la comunidad jerónima llega al monasterio realizó una serie de actuaciones, en primer lugar, cambió la advocación por la de San Miguel de los Reyes, también se trasladó el retablo del altar mayor dedicado a San Bernardo a una capilla y poner en su lugar la imagen del arcángel San Miguel, se hicieron obras de acondicionamiento, se solicitó apoyo económico, y el duque de Calbria trasladó los cuerpos de su esposa y hermana para que recibiesen sepultura en la iglesia y persiguió convertir la fundación en un panteón familiar más amplio. Durante los siglos XVII y XVIII siguen algunas transformaciones pero no es hasta 1869 cuando se realiza la prisión, que no solo amplia el monasterio, sino que también se realizan viviendas en los alrededores, para los oficiales que allí vivían. Con la Desamortización criterios de defensa militar, unidos a políticos y sociales llevaron a la destrucción de algunos conventos. San Miguel de los Reyes estaba suficientemente alejado de la ciudad como para que no supusiese una amenaza militar, pero su destino era incierto. Es en 1966 cuando se cierra definitivamente la prisión y pasa a manos del Ayuntamiento de Valencia y este le da el uso de almacén, hasta 1995 donde empieza su restauración hasta el año 2000, en 1999 se convierte en la Biblioteca Valenciana.

2. ANÁLISIS DEL EDIFICIO

La portería en forma de dos torres almenadas justo enfrente de la portada principal de la iglesia, que actualmente se utiliza como punto de entrada y oficina de recepción para visitantes, se construyó en 1802 con motivo de la visita del rey de España, Carlos IV y

su esposa María Luisa de Parma. El escudo de la corona de España aparece tanto en el paño que unen ambas torres como por encima de la portada. FACHADA: Levantada en 1640 por Martín de Orinda, fraccionada en tres cuerpos. En el primer cuerpo hay un total de seis columnas toscanas sobre dos pedestales corridos, en el pedestal de la izquierda vemos la figura de San Jerónimo y en el de la derecha la de Santa Paola. En el dintel de la puerta vemos un ángel que porta los escudos del Duque de Calabria y de Germana de Foix.

El segundo cuerpo también con seis columnas pero en este caso de orden jónico, hay una hornacina central, allí se encuentra un San Miguel aplastando a un dragón. En los intercolumnios, a ambos lados vemos el escudo de la orden de San Jerónimo. El tercer y último cuerpo aparecen tres pares de columnas salomónicas, entorno a un ventanal adintelado, sostienen un frontón curvo, sobre el cual aparece la figura de los tres Reyes Magos y la estrella de David. Según decía el Duque de Calabria, cada vez que había un acontecimiento importante en su familia se aparecía la estrella de David por eso su representación en la fachada. También aparecen los tres reyes Magos debido a que según el Duque afirmaba que él descendía de Baltasar, que en la antigüedad no era de raza negra.

La fachada de San Miguel de los Reyes se agrupa dentro de las llamadas fachadas retablo. Llamadas así las fachadas cuya estructura esta dividida en pisos y calles separados por órdenes y frecuente uso de la escultura. A pesar de ser realizada en dos momentos diferentes la escultura de la facha del monasterio presenta un programa realmente cuidado. En el piso inferior vemos lo relacionado con la Orden y los fundadores, mientras que en los siguientes pisos aparecen las figuras que dan el nombre de la casa, que también remite a los fundadores.

A pesar del deterioro del monasterio en el pasado siglo, a principios de XX la fachada estaba bastante bien conservada y lo que se hizo fue una limpieza de la misma y poner una red metálica en cada una de las ventanas de las dos torres, para evitar la entrada de aves. En cuanto al material utilizado fue la piedra de Barcheta. IGLESIA: La Iglesia es un templo de grandes proporciones con planta de cruz latina, amplia y con una única nave. La cúpula sobre pechinas cubierta con teja vidriada de color azul y tambor en el crucero mira hacia el Escorial. Un gran coro alto a los pies y capillas laterales comunicadas entre sí.

La nave consta de cinco capillas a cada lado, dos de ellas bajo el coro , las demás abren tribuna sobre sus bóvedas (de cañon), con ventanales adintelados, ornados con columnas jónicas y frontones partidos. Solo tres de las capillas laterales conservan sus antiguos retablos de mármol y jaspes, desaparecidas sus correspondientes imágenes. Las pinturas que decoraban el templo, se conservan en el museo de BBAA de Valencia. La sacristía conserva un bello conjunto de azulejos policromados de Manises, aunque actualmente esto está tapado.

La cripta se encuentra bajo el presbiterio, y fue construida en 1648. Allí están enterrados los cuerpos de los Duques (los cuales estaban en el Altar Mayor, pero fueron trasladados aquí en 1804) y dos hermanas de él. Los mausoleos son de similares características y sobre el bloque funerario hay una urna de mármol negro y el escudo de cada uno de los fundadores del monasterio en mármol blanco. Un dato curioso es que el día 29 de Septiembre, día de San Miguel, a las 10:00 h los rayos de sol penetran a través de una ventana del muro e ilumina el punto exacto donde están enterrados los cuerpos.

La cúpula, sobre el crucero, siguiendo el modelo escurialense, se recubre en el exterior con tejas azules de tradición valenciana. La construcción se hizo según la planta de El Escorial y al dictado de los jerónimos. En el interior vemos una cúpula que nada tiene que ver con la que había antes de la restauración que se hizo, puesto que esta picó los nervios que dotaban de sentido a esta y que se unían con las pilastras que allí descansan.

CLAUSTRO SUR:

Éste fue el primer espacio que comenzó a construirse. Se realizó entre 1546-1607.Los monjes tuvieron que cambiar las trazas de Alonso de Covarrubias debido a problemas económicos. Éstos acudieron a El Escorial, en 1578, y de allí copiaron el claustro principal o de los Evangelistas. Por este motivo el claustro valenciano adoptó el clasicismo y el rigor escurialense, pero con múltiples variantes. En la realización del claustro trabajaron: Juan Barreda, Juan Cambra y Juan de Ambuesa, entre otros.

Este claustro está considerado como una de las obras más importantes del renacimiento valenciano. Consta de dos galerías superpuestas de siete arcos de medio punto por cada lado, el piso inferior es de orden dórico, mientras que el superior es jónico. Al piso superior se accede por una escalera imperial de dos tiros paralelos en el primer tramo y unificados en el segundo. Fue construida en 1600 por Juan Cambra.

El claustro se corona con una balaustrada de piedra con bolas sobre pedestales y pirámides en las esquinas. Alrededor de este claustro se situaban las dependencias: en la planta baja se encontraba la sala capitular, la cocina, el refectorio…, donde se desarrollaba la vida de los monjes. En la primera planta estaban los dormitorios de los monjes y en un altillo superior la de los novicios. Inicialmente, en el centro del patio había una fuente que a finales del siglo XVIII fue sustituida por un pozo. Actualmente no se conserva nada. Al claustro sur se accede por una sencilla puerta adintelada situada a la derecha de la fachada principal de la iglesia. Una vez dentro del claustro vamos hacia la puerta que comunica el claustro con el vestíbulo. La primera portada, que corresponde a la escalera mediante la que se accede al piso superior, es la más grande. La segunda puerta también accede a la escalera y en ella encontramos un pavimento bastante original. El techo está cubierto con una bóveda de medio cañón decorada con casetones. La tercera daba acceso a la Capilla de los Reyes (construida por Juan de Vidaña, Joan d’Ambuesa y Joan Cambra entre 1548-1604) y, por último, la cuarta puerta permitía la entrada al Aula de Lectura (construida por Joan d’Ambuesa Joan Cambra entre 1581-1601). Actualmente, estas dos salas quedan en el recuerdo y las de hoy en día, que no son originales, se usan como salas de exposiciones temporales.

Más adelante se encuentra una puerta que tiene el escudo de armas del Duque de Calabria en la parte superior, fue realizada por Juan de Ambuesa entre 1582-83. Ésta corresponde a la Librería del Duque de Calabria, realizada entre 1581-1588. En un primer momento se construyó para albergar la importante biblioteca del Duque, pero después fue trasladada a la primera planta del ala oeste. En el siglo XVIII se utilizó como comedor de los monjes. La sala es rectangular y está cubierta con bóvedas de arista sustentadas por arcos fajones rebajados que se apoyan en pilastras adosadas a la pared. En la actualidad se utiliza como Salón de Actos. La siguiente puerta da acceso a la Torre del Prior, la cual se utilizó como celda y despensa del monasterio. Fue construida por Jerónimo Labal entre 1571-1578, siguiendo las trazas de Covarrubias. Las tres plantas de la torre se comunican por una escalera de caracol. Al final del ala, la puerta da acceso a la Sala Capitular, construida por Alonso Covarrubias y Jerónimo Labal entre 1548-1578. En esta sala se reunían los monjes para leer las sagradas escrituras y resolver asuntos internos de la Comunidad. La obra de restauración ha permitido descubrir y restaurar las pinturas que decoraban sus bóvedas. Actualmente se realizan en ella exposiciones temporales. Si vamos en dirección al patio norte, vemos una portada formada por un arco de medio punto que permite el acceso a la segunda escalera que da acceso al claustro alto. La escalera fue construida por Joan d’Ambuesa entre 1581-82. En el arranque de la barandilla observamos la figura de un león de piedra, es el símbolo o atributo a san Jerónimo. El techo se cubre con una bóveda decorada con casetones pintados y, en ella, se aprecia una inscripción conmemorativa en honor a la fundación del monasterio por parte del Duque de Calabria.

Al lado de la puerta de la Sala Capitular encontramos un pasillo por el cual se accede al Claustro Norte, y si continuamos por la siguiente ala de este claustro encontramos una portada que da acceso a la Iglesia.

CLAUSTRO NORTE: Este patio es en la actualidad el resultado de la incorporación de sucesivas edificaciones construidas en distintas épocas: desde los restos arquitectónicos de la alquería islámica de Rascanya, que han quedado consolidados formando conjunto con el actual monasterio (el más importante: un arco apuntado gótico de lo que antaño fuera el claustro del convento cisterciense), y del monasterio cisterciense de San Bernat hasta un ala inacabada del segundo claustro jerónimo y los pabellones penitenciarios. El actual monasterio está realizado con las piedras y sillares del anterior convento, por lo cual, queda poco de él. Sin embargo, la parte más curiosa del monumento es el muro situado al este. Allí se puede ver una línea de lo que podrían ser ventanas, pero que en realidad son portadas de las celdas que tendrían que formar un nuevo claustro de iguales características al que hemos visto, pero nunca se llegó a construir por razones económicas en 1768.

3. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL EDIFICIO

El lugar donde se levanta San Miguel de los Reyes tiene una larga historia que, al menos, puede remontarse hasta época romana. En aquel tiempo, este territorio estaba atravesado por una de las vías de comunicación más importantes de Hispania, la Vía Augusta, que unía Roma con Gades (Cádiz). En épocas posteriores, el tránsito por estas tierras seguirá el mismo itinerario que la vía romana, denominándose, a partir de la conquista cristiana, camí de Morvedre o Camí Reial. Su trazado ha quedado fosilizado en la actual Avda. de la Constitución, excepto en el tramo correspondiente a San Miguel

de los Reyes, cuyo recorrido fue modificado en 1549 como consecuencia del inicio de las obras del claustro sur del monasterio. Este nuevo trazado es hoy perceptible en el arco que describe la Avda. de la Constitución entre la población de Tabernes Blanques por el norte y la calle Santiago Rusiñol por el sur.

3.2 LA PRIMERA FUNDACIÓN MONÁSTICA: SANT BERNAT DE RASCANYA (1371-1545)

En 1357 Arnau Saranyó, que pertenece a una poderosa familia de mercaderes de Valencia, asume el abadiazgo del monasterio cisterciense de Santa María de la Valldigna. Aunque esta comunidad atraviesa importantes dificultades por las guerras con Castilla y por las oleadas de peste, el abad Saranyó tenía entre sus planes erigir un monasterio y eligió para ello un lugar en la huerta de la ciudad de Valencia, la alquería de Rascanya, propiedad de su hermano Joan.

El proceso de fundación del monasterio de Sant Bernat de Rascanya, que fue priorato hasta 1384, duró trece años, tiempo en el cual el abad Saranyó tuvo que demostrar que disponía de rentas suficientes como para mantener un abad y doce monjes en el nuevo monasterio y así le concedieran la autorización pontificia y la licencia del rey.

3.3 LA SEGUNDA FUNDACIÓN MONÁSTICA: SAN MIGUEL DE LOS REYES (1546-1835)

El duque de Calabria se propone cumplir la voluntad de su esposa y por tanto, asumiendo ya el proyecto como propio, realiza las gestiones necesarias para que sea la orden jerónima la que ocupe el monasterio de Sant Bernat. Casi diez años después de la muerte de Germana, en 1544, el Papa Pablo III mediante una bula suprime el convento cisterciense e instaura, en su lugar, uno de jerónimos con el nombre de San Miguel de los Reyes. Es en julio de 1546 cuando la orden jerónima toma posesión del monasterio. Ya se habían realizado algunas obras necesarias en el antiguo monasterio cisterciense para poder instalar a la veintena de religiosos que llegaron.

3.4 EL PRESIDIO NACIONAL DE SAN MIGUEL DE LOS REYES (1874-1966)

En los años setenta del siglo XIX época en la que se instala el presidio, el monasterio de San Miguel de los Reyes pasa un largo periodo complicado. El Estado en un principio lo emplea para alojar provisionalmente a militares retirados. Tras alguna propuesta de uso por parte de particulares, como la instalación de una fábrica de seda, el Estado lo vende, en 1843, en pública subasta. Su propietario pretendía demolerlo y vender sus pertenencias, pero se impide esta barbaridad ante los informes que emite la Academia de San Carlos y el Ayuntamiento. El arquitecto municipal Jorge Gisbert redacta dos informes en 1846 y 1848 que detallan de forma exacta el gran deterioro que sufre el edificio. Gisbert menciona la falta de puertas, ventanas y pavimentos, la ruina de la mayor parte de las cubiertas y el lamentable estado en que se encuentra la cerca que da al camino real. La torre del prior es lo más dañado, no le falta la cubierta entera. El Estado sigue sin saber a qué dedicar este complejo constructivo a pesar de recibir varias propuestas particulares como instalar un establecimiento “hidropático”, o públicas, como su arriendo para almacén de agricultores, su habilitación como fábrica de tabaco o como asilo de mendicidad.

La iglesia se volvió a abrir al culto en 1851, por petición popular. En 1856 el Ayuntamiento instala un asilo de mendicidad y en 1860 se instala la prisión de mujeres o casa-galera, aunque no tardarán en trasladar a las presas y quedar nuevamente el edificio abandonado, empleándolo ocasionalmente como almacén de forraje, armas y municiones del ejército. En 1874 el arquitecto Tomás Aranguren redacta el proyecto de acondicionamiento de San Miguel de los Reyes como Presidio Nacional. La administración penitenciaria contemplaba el presidio como un sistema de encierro celular, con lo que le proyecto recogía la construcción inicial de 864 celdas y que dos años más tarde fueran ampliadas a 2.500. Pero, tal idea no se llevó a cabo, posiblemente por falta de fondos, siendo un total de 200 celdas. Evidentemente éstas eran insuficientes para implantar el sistema celular, por lo que se utilizaron varios dormitorios como celdas comunes. El proyecto de Aranguren disponía la conservación de la iglesia y la construcción de seis galerías perpendiculares, tres a cada lado de la iglesia, y dos galerías paralelas que cerraban el presidio por el sur y el norte. En la explanada delantera se construiría otro edificio rectangular y, finalmente, con fachada a la calle, el edificio del cuerpo de guardia. Era necesario cercar todo el perímetro y se levantó un muro con torretas de vigilancia en sus ángulos.

En 1962 el antiguo monasterio pasó a ser propiedad del Ayuntamiento y de la Diputación de Valencia, aunque el presidio no fue clausurado hasta 1966. Tras lo cual se dedicó a colegio y a almacén de embargos. Fue en los años ochenta cuando en el antiguo monasterio de San Miguel de los

Reyes se comenzó la obra importantísima de su restauración y puesta en valor.

4. RESTAURACIÓN Y REHABILITACIÓN DEL MONASTERIO PARA SEDE DE LA BIBLIOTECA VALENCIANA En este apartado vamos a tratar el proceso restaurativo del monasterio; las evoluciones de los proyectos de restauración, las intenciones que los sustentaban, el proyecto definitivo y sus actuaciones. Pero no podemos olvidar que la restauración de San Miguel viene muy ligada a la evolución de la Biblioteca Valenciana, uniéndose en una realidad en el proyecto definitivo. Son dos hechos que han tardado años en encontrarse y para ello han pasado largos y complejos procesos hasta verse en el mismo proyecto. La rehabilitación y restauración de lo que simplificadamente llamamos antiguo Monasterio de San Miguel de los Reyes pretendía desde el principio conjugar un doble objetivo; la recuperación de uno de los elementos más brillantes y cultos de su patrimonio. Y en segundo lugar, la recuperación física de un patrimonio de altísimo valor arquitectónico para su disfrute social. En este sentido y junto a este doble objetivo, se encontraba la firme voluntad de enriquecer y potenciar el patrimonio bibliográfico valenciano, creando su más alta sede representativa. Una de las preocupaciones de la puesta en valor del conjunto monumental ha sido el adecuado conocimiento y disfrute de este bien cultural por el colectivo social. Mostrar los cuatro grandes momentos de la historia de San Miguel; el monasterio cisterciense de Sant Bernat de Rascanya, el monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes, el Presidio Nacional y la Biblioteca Valenciana. A finales de los años setenta las instituciones democráticas propietarias de San Miguel (Ayuntamiento y Diputación de Valencia) toman conciencia del potencial histórico de un monumento tan destacado en la memoria del pueblo valenciano y del importante papel que podría desarrollar en la recuperación de su identidad. Así pues se proponen recuperarlo para que se muestre en un estado aceptable. En octubre de 1981 se presentaba la primera de las propuestas estudiadas para la puesta en valor de San Miguel de los Reyes. Los arquitectos Giménez Julián, Masiá León y Sánchez-Robles Beltrán redactan y presentan públicamente un anteproyecto para la restauración del monasterio y su utilización como centro cultural, en la que la idea rectora radica en finalizar el conjunto monástico desde la composición arquitectónica explicitada en la memoria de Alonso de Covarrubias, (único documento existente tras la pérdida del plano hecho por él.) Este anteproyecto era una ambiciosa y teórica intervención que proponía:

Hacer desaparecer la adecuación y nuevas construcciones carcelarias, - La construcción en piedra del claustro norte. Esta idea había llegado a iniciarse en el siglo XVIII en su ala este completando las alas norte y oeste de este

espacio, dando a la iglesia el carácter axial con la que había sido concebida. - La construcción de la escalera imperial tras el ábside y recayendo al corredor que une los claustros, donde y como había sido pensada por Covarrubias. Lo que conllevaba el traslado de la escalera claustral emplazada en este punto al ala oeste del claustro norte, junto a la iglesia, es decir, en relación de simetría respecto a la iglesia con la actual escalera imperial. - Los edificios pertenecientes al penal situados a la entrada se mantenían como dependencias de servicio del centro cultural.

Después de mucho tiempo, el conjunto monástico había llegado hasta hoy transformado en una compleja realidad. Envuelto por los muros carcelarios construidos a finales del siglo pasado que enmascaran la grandiosidad de los espacios a él vinculados, tiene ante sí una amplia explanada a la que recae la fachada principal del edificio, el cual se compone del claustro renacentista y sus dependencias situadas al sur, la iglesia en el centro, como eje de ordenación del proyecto y que aprovechó la iglesia del primitivo monasterio cisterciense, y el patio norte con sus dependencias penitenciarias edificadas a finales del siglo pasado. Las actuaciones previstas en los primeros estudios, que condujeron al anteproyecto se realizarían según este esquema básico: — La amplia explanada, tras desaparecer en su mayor parte los muros carcelarios y construcciones perimetrales añadidas, debía urbanizarse con paseos y jardines abiertos que conformaran el enlace e integración del antiguo edificio monástico con el barrio y la ciudad, constituyendo así el marco y el ingreso adecuados a la futura Biblioteca. — El claustro sur, que junto con la iglesia son los elementos de mayor valor arquitectónico y por tanto debían disponer de la máxima accesibilidad, se destinaría a albergar las dependencias de acceso público de la Biblioteca, tales como salas de lectura y de investigación, consulta e información bibliográfica, seminarios, catálogo del patrimonio bibliográfico valenciano, dirección y gestión de la Biblioteca, etc. — La iglesia central habría de compatibilizar las actividades de la capilla musical con la celebración de exposiciones y otros actos, teniendo su acceso propio e independiente desde la explanada. Quedaba siempre el deseo y la posibilidad de vincular este magnífico espacio más directamente a los usos de la biblioteca. — El patio norte acogería de manera funcional, con las complejas instalaciones necesarias, los depósitos bibliotecarios, áreas de tratamiento y clasificación, almacenes, zonas de trabajo técnico, etc.

5. COMENTARIO PERSONAL

El principal problema de este tipo de restauraciones, que busca tan fielmente la idea, juntamente con la necesidad de acoplar el edificio a un nuevo programa, hace que se tenga que intervenir fuertemente en el edificio. El problema es que en estas intervenciones no se ha hecho prácticamente ningún esfuerzo por intentar distinguir las

partes originales, de las partes añadidas, siendo prácticamente imposible reconocerlas cuando recorremos el edificio. El edificio se ha convertido en un falso histórico. Las partes de aspecto moderno, como la pasarela acristalada que une el ala norte con la sur claramente entendemos que es un aporte actual, pero en cambio la torre Nord-este que fue completada para que el edificio se entendiera mejor, podemos entender que es actual porque se encuentra algo simplificada, pero exteriormente no hay ninguna distinción a nivel ni de materiales ni de otro tipo que lo refleje, pudiendo llevar a la confusión. Otro elemento cuestionable es el realizado en los cuerpos penitenciarios del claustro norte, donde se ha vaciado todo el interior conservando únicamente las fachadas. Esto ha permitido al arquitecto ubicar en esta zona el depósito de libros. Se puede decir que ha sido una decisión basada más en el programa que en otra cosa, porque a nivel de restauración es un falso, y además interior y exterior no se corresponden en nada, lo que no ayuda a entender el edificio. Hubiera sido bonito conservar en alguna parte la división de celdas haciendo referencia a esta fase histórica. Sí que es verdad que se echan en falta más elementos que permitan reconocer lo que es original de lo que son imitaciones realizadas con el fin de conseguir la unidad formal. Esto es a nuestro entender un error que convierte al edificio en un falso histórico, pero que a su vez nos permite disfrutarlo estéticamente cuando lo recorremos.

6. BIBLIOGRAFÍA

-Roca Traver, Francisco, El monasterio de San Miguel de los Reyes, Valencia, 2000. -Arciniega García, Luis, El Monasterio de San Miguel de los Reyes, Volumen I y II, Valencia, 2001. -DIRECCIÓ GENERAL DEL LLIBRE I COORDINACIÓ BIBLIOTECARIA, San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a Biblioteca Valenciana, Valencia, 2000 -BÉRCHEZ GÓMEZ, Joaquín; GARCÍA HINAREJOS, Dolores; GAVRA PRIOR, Juan J.; GÓMEZ-FERRER LOZANO, Mercedes; SERRA DESFILIS, Amadeo; ZARAGOZA CATALÁN, Arturo. Monumentos de la Comunidad Valenciana, Catálogo de monumentos y conjuntos declarados e incoados. Tomo X. Valencia: Generalitat Valenciana, Cosellería de Cultura, Educació i Ciència.

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