Muchas fueron las influencias del Renacimiento italiano en Nueva

113 Renacimiento en la Nueva España: el género del diálogo en Cervantes de Salazar y dos poetas del cancionero Flores de baria poesía Margarita Peña

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Renacimiento en la Nueva España: el género del diálogo en Cervantes de Salazar y dos poetas del cancionero Flores de baria poesía Margarita Peña Muñoz Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México

M

uchas fueron las influencias del Renacimiento italiano en Nueva España. En gran medida se originaron a partir de las relaciones hispano-italianas determinadas por la presencia dominante de España en Nápoles, Sicilia, el Milanesado que se extendió hasta entrado el siglo XVII. 1 Dichas influencias pasaron al Nuevo Mundo de tantas maneras que resulta imposible abarcarlas todas: a través capitanes con mayor o menor cultura, como Hernán Cortés; de primeros pobladores afectos a la adivinación y la quiromancia encausados por el Santo Oficio como Pedro Suárez de Mayorga; de poetas-soldados aventureros como el propio Gutierre de Cetina. De frailes, como tantos, y de doctos humanistas, tal Francisco Cervantes de Salazar. Los ejemplos son interminables. Se trató de una penetración cultural a través del comercio de libros que determinaría las lecturas de los novohispanos. Petrarca entre otros, presencia fundamental en la naciente poesía novohispana, aunque también existieron poetas, andaluces en su mayoría –además del vallisoletano Damasio de Frías, el aragonés Jerónimo de Urrea, el extremeño Gregorio Silvestre- que escribieron “al itálico modo” y cuyos poemas figuran en el cancionero Flores de baria poesía, muestra de lírica peninsular y novohispana recopilada en la ciudad de México en 1577. Puede decirse que con la imitación formal de Petrarca en Flores y la aparición de1 diálogo como género en los Diálogos latinos de Francisco Cervantes de Salazar, impresos en México en 1554, el Renacimiento y sus producciones literarias obtienen carta de ciudadanía en la Nueva España. El diálogo de carácter “profano” a la manera de Cervantes 1

Relatione/di quanto/e’ suceso/nella cittá di Vagliadolid./Dopo’ il felicíssimo nascimento del Principe/di Spagna//Don Filippo Dominico/ Vittorio/Nostro Sig./ Fin che si finirono le dimostrationi d’ allegrezza, che/per quel si fecero;/ Tradota di lingua Castigliana da Cesare Parona,/ Ad instanza di Girolamo Bordóni./ Con Priuilegio, & licenza Superiori./ In Milano. Per Girolamo Bordoni, & Pietro Martire/ Locarni. M.DC. VIII.

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de Salazar, ajeno a diálogos religiosos, teológicos, antecede en el tiempo a la poesía italianizante. Examino a continuación su llegada al Nuevo Mundo con el bagaje cultural típico del humanista del Renacimiento. Historiadores y críticos de la literatura virreinal se han ocupado de la obra del escritor toledano, entre ellos, a fines del XIX, Joaquín García Icazbalceta, quien estableció la biografía del autor y tradujo al castellano los Diálogos; en el siglo XX, Agustín Millares Carlo, con sus escritos sobre la trayectoria y la bibliografía del humanista, y otros más que cito en nota.2 Francisco Calero ha aportado datos sustanciales en lo referente a fecha de nacimiento, viajes por Europa y encuentros con personajes importantes: Luis Vives, la reina María de Hungría; la cercanía con los humanistas Alejo Venegas, Ambrosio de Morales y Hernán Pérez de Oliva. Calero considera a Cervantes de Salazar el primer biógrafo de Vives. Remontándonos al siglo XVI cabe citar un testimonio del arzobispo de la Nueva España, Pedro Moya de Contreras, quien informa al rey Felipe II sobre Cervantes de Salazar en los términos siguientes: El canónigo Francisco Cervantes de Salazar, natural de Tierra de Toledo, de hedad de más de sesenta años, a veynte y cinco que está en esta tierra, a la qual vino lego, en opinión de gran latino, aunque con la hedad a perdido algo desto: leyó muchos años la cáthedra de rethórica en esta Universidad: graduóse de todos tres grados en artes por suficiencia: ordenóse avrá veynte años de todas órdenes, y oyó theología quatro años, al fin de los quales se graduó de bachiller, y después de licenciado y doctor, auiéndose grad.uado a los principios de bachiller en cánones por remisión de cursos […] es amigo de que le oygan y alaben, y agrádale la lisonja; es liuiano y mudable, y no está bien acreditado de honesto y casto, y es ambicioso de honra, y persuádese que ha de ser obispo, sobre lo qual le han hecho algunas burlas. A doze años ques canónigo; no es nada eclesiástico, ni hombre para encomendarle negocios (1996: 55).3 Se trata de un informe, de un retrato hablado, ciertamente poco favorable. Pudo Cervantes haber nacido hacia 1514 o 1515, como ha puntualizado Icazbalceta, y murió el 14 de noviembre de 1575. Su vinculación con la obra de Vives se manifiesta en una traducción de la Introducción a la sabiduría

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Principales aportaciones a la bibliografía de Cervantes de Salazar son: García Icazbalceta, 1875, VII-XXV; Millares Carlo, 1958, 19-58; Calero, 1996, 55-64; Plaza y Jaén, 2001; Martínez, 1992.

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Calero, 1996, 55. El título de la edición sevillana de la traducción de Vives por Cervantes de Salazar, en Calero es: Introduccion: para ser sabio compuesta en latin: por el doctisimo varon Luys Vives buelta en castellano: por Francisco Cervantes de Salazar. Sevilla, por Dominico de Robertis, M.D. XLIIII. Las cursivas son mías.

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que se encuentra en varios repositorios. Existe una edición del siglo XVIII, de la traducción, en la Biblioteca Alessandrina de Roma.4 Interesante es el punto de la trayectoria de Cervantes de Salazar por Europa antes de su viaje a la Nueva España. Vayamos al joven que tuvo por maestro en Toledo a Alejo de Venegas; estudió Cánones en la Universidad de Salamanca, donde obtuvo sólo el grado de bachiller; viajó a Flandes acompañando a un licenciado Girón; precisamente entonces conoció a “personas eruditas de aquellas tierras” según F. Calero (1996, 56), entre los que sobresalía Juan Luis Vives. El encuentro Vives-Cervantes de Salazar puede ubicarse cuando el sabio habita en el exilio en Flandes y Cervantes de Salazar pasa por esta provincia (que pertenecía a España) con el licenciado Girón. Puede haber sido a fines de la década de 1530, año en que muere Vives. Cervantes de Salazar conoció a Hernán Cortés –al que dedica sus adiciones al Diálogo de la dignidad del hombre de Pérez de Oliva en la “Epístola Nuncupatoria” contenidas en el volumen titulado Obras, de 1546; 5 el encuentro pudo haber tenido lugar hacia 1544-45, quizás en Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla.6 Un lapso de tiempo amplio media entre la visita a Flandes y el presunto encuentro con Cortés, tiempo en el que tradujo del latín el opúsculo Introducción a la sabiduría de Vives, así como el Diálogo de Pérez de Oliva.7 El lazo que unirá al joven humanista y al intelectual maduro es el amor al conocimiento. Cervantes de Salazar lo leerá, traducirá, imprimirá la traducción y escribirá en ella una dedicatoria a la reina María de Hungría (de Austria o de Habsburgo), hermana del emperador Carlos V.8

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Es un opúsculo impreso por Joachin de Ibarra, cuya portadilla reza: Introducción y camino / para la sabiduría, donde se declara qué cosa sea ,/ Y se ponen grandes avisos para la vida humana,/ compuesta en latín/ por el excelente varón Juan Luis Vives ,/ con muchas adiciones que al propósito se hacían, / Por Francisco Cervantes de Salazar. // Madrid. MDCCLXXX [1780 ] // Por D. Joachin Ibarra Impresor de Cámara de S. M . / Con las licencias necesarias. / Direcc. de Proveed. e Inventarios….Se trata de una edición del siglo XVIII de la traducción realizada por Cervantes de Salazar en el siglo XVI, que figura en sus Obras (1546).

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Obras que Francisco Cervantes de Salazar ha hecho, glosado y traducido…Alcalá de Henares, en casa de Juan de Brocar, 1546.

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José Luis Martínez, 1992, 743. Según J.L. Martínez (1992, 758-9), Hernán Cortés murió “en la casona de Castilleja de la Cuesta”, la noche del 2 de diciembre de 1547, a la edad de 62 años.

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La biografía de Vives por Cervantes de Salazar figura en un texto en latín impreso en México, en 1554, por Ioanem Paulum Brisensem titulado Commentaria in Ludovici Vives. Exercitationes linguae latinae. A FranciscoCervantes de Salazar. Mexici, apud loannem Paulum Brísensem, 1554. En el folio 3r. se inicia la Compendiosa Ludovici Vivis vita.

8 No es de extrañar que Cervantes de Salazar le dedique el opúsculo de Vives traducido por él al castellano y lo imprima en 1546, cuando buscaba una posición en Europa, tras la muerte del Cardenal García de Loaysa, su protector. Vives, que residió en Inglaterra y Bélgica, era conocido y apreciado en el norte de Europa. Valenciano ha sido considerado por Francisco Calero como un intelectual nórdico, junto con Erasmo de Rotterdam.

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No sabemos qué tanto la reina doña María de Austria haya apreciado el servicio que le ofrecía el ambicioso joven. No sería mucho, porque el caso es que cinco años más tarde éste se hallaba en la Nueva España “pretendiendo” un puesto en la naciente Universidad. Parece que a Cervantes de Salazar la suerte (o la dedicatoria a Cortés en la “Epístola…”; o el obispo Alonso de Montúfar; o quizás la invitación de su primo, el minero Alonso de Villaseca) le sonrió en Indias y no en la agitada Europa de los Austria. Con él llegaría a la Nueva España un caudal de humanismo e influencias renacentistas. Antes del viaje a América, en España ocupó el cargo de secretario latino del cardenal García de Loaysa, arzobispo de Sevilla, Gran Inquisidor y presidente del Consejo de Indias. Fue catedrático de retórica en la Universidad de Osuna. Gracias a la documentación revisada por Millares Carlo sabemos que pasó a México en 1550 o 1551 a invitación de su primo Alonso de Villaseca, conocido como el hombre más rico de Nueva España (y amigo también de los padres y abuelos de otro escritor, Juan Ruiz de Alarcón). Posteriormente tuvo desavenencias con este pariente, documentadas por Millares Carlo. Al fundarse la Universidad, se le concedió la Cátedra de Retórica, con el encargo de pronunciar el discurso inaugural en latín. En 1553 se graduó de licenciado y maestro en la Facultad de Artes; al año siguiente recibió las órdenes religiosas; el grado de doctor en Teología vino poco después: una carrera universitaria meteórica. Se desconoce cuándo fue nombrado cronista de la Nueva España, pero el 15 de enero de 1560 solicitaba permiso para ausentarse de la ciudad a fin de cumplir mejor dicho encargo. Recopiló el Túmulo Imperial de Carlos V, que se imprimió en 1560 en la ciudad de México a cuatro años de la muerte del soberano. Se suman a éste los Diálogos latinos, de 1554, las Obras, impresas en España en 1546, y la Crónica de la Nueva España iniciada hacia 1564 y, hasta donde sabe, inconclusa. Además de un libro impreso por Juan Pablos en México en 1554, Commentaria in Ludovici Vives. Exercitationes linguae latinae. A Francisco Cervantes de Salazar. En lo que toca al sentido de los Diálogos, publicados en 1982 con los títulos de Tres diálogos latinos, o México 1554, podemos decir que expresan al mismo tiempo utopía y contrautopía. Por un lado develan el ideal urbano, utópico de la Nueva España, importado de Europa, hecho de modelos clásicos y arquitectura a la moda del Renacimiento, con la huella de Vitrubio, a quien se menciona. Hay que pensar en las ciudades visitadas por Cervantes de Salazar en su periplo con el licenciado Girón, por lo menos en la ciudad de Brujas, donde habitaba Luis Vives, y otras que pudieron habérsele cruzado al paso, quizá Roma, Bruselas, amén de las españolas Sevilla y Toledo. Conforman la imagen que el peninsular trae en la retina, la memoria; en el recuerdo. Por otro lado, los tres diálogos, en especial el segundo, que recrea

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la ciudad de México, hacen evidente la negación de los peninsulares –el autor y sus compañeros, personajes del diálogo- respecto de la existencia de un mundo indígena anterior y magnífico, que respondía a un diseño particular y sobre el cual vinieron a erigirse las mansiones almenadas de los Ávila, los Altamirano, Mendoza, Zúñiga, Estrada, Ávalos…. Es el escenario de la nueva nobleza peninsular, o bien criolla. En el Diálogo II de México 1554, básicamente descriptivo, no se halla el debate consustancial a otros diálogos renacentistas, por ejemplo, el Diálogo de las cosas ocurridas en Roma de Alfonso de Valdés, y tantos otros. Existen, sí, en Salazar, la oposición y la contradicción: declara que la ciudad de México es perfecta: no hay arrabales, pero luego estos se le atraviesan a la pequeña comitiva formada por los personajes Alfaro, Zamora y Zuazo, y no hay más remedio que aceptar la miseria de los vencidos, justificarla, disimularla. Es la contrautopía. Se identificará el escritor con el rol de peninsular adicto al grupo en el poder y con quien fue su líder, Hernán Cortés. Nada tiene que ver el Diálogo, por ejemplo, con el criollismo incipiente que asoma en el Tratado del descubrimiento de las Indias de Juan Suárez de Peralta.9 Para 1554, cuando se imprimen los Diálogos latinos, Cervantes de Salazar no es ya el forastero llegado a Indias hacia 1551 con un bagaje intelectual en gran medida autodidacta, sino un personaje labrando su parcela de poder: rector de la Universidad, autor de una obra de carácter profano impresa en un momento en que publicar era difícil por la escasez de papel y las suspicacias del Santo Oficio; cronista oficial, depositario de una cultura renacentista que se desplegaba en los Diálogos. Por otro lado, y contra lo que podría esperarse, en el Diálogo Segundo sobre la ciudad de México no se percibirá el enaltecimiento de las virtudes que él admiraba en Luis Vives, la sabiduría en sus variadas formas; tampoco las elevadas premisas de Hernán Pérez de Oliva en el Diálogo de la dignidad del hombre. Había transcurrido el tiempo (ocho años) desde la impresión de sus Obras en 1546- y al rector y futuro cronista le importaba agradar a los novohispanos criollos y peninsulares poniendo de relieve, en el Diálogo Segundo, la pulcritud y belleza de la ciudad que lo cobijaba, el apego a los cánones clásicos; la imitación de urbes legendarias, la similitud con lo europeo. En el Diálogo Primero, dedicado a la Universidad, debía encarecer la excelsitud de una universidad heredera de las premisas que sustentaron las de la España medieval. Importaba hacer notar la presencia en la univer9

Relata el episodio de la conjuración de Martín Cortés, segundo Marqués del Valle de Oaxaca, quien acaudilló a los criollos resentidos con la Corona que intentaban “alzarse con la tierra No se percibe en los escritos de Cervantes de Salazar simpatía hacia algunos de ellos, como los hermanos Ávila, decapitados en la Plaza Mayor. Tampoco hacia el Segundo Marqués del Valle de Oaxaca, Martín Cortés, expulsado y despojado de parte de sus vastos territorios. (Cfr. Suárez de Peralta, 2009). A. Reyes, 2008, 74.

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sidad novohispana, de teólogos como fray Alonso de la Veracruz, pilares de la hispanización en lo espiritual. En suma, exponer en forma dialogada el programa de dominación imperial de ultramar; la fidelidad, mediante la imitación, a las instituciones, al imperio erigido por Carlos V y heredado hacía poco tiempo por Felipe II. En lo que toca al Diálogo Tercero, transcurre en un bosque, Chapultepec. El autor lo describe y elogia; ensaya el tópico del locus amoenus salpicado de alusiones al pasado indígena. Construye el telón de fondo de esa ciudad que debe todo a España, al paladín Cortés, trasunto de Amadís y de Roldán. La ciudad de México, “la Atenas del Nuevo Mundo […] va adquiriendo ese aire monumental […] que se aprecia primero en los Diálogos de Cervantes de Salazar y luego en Balbuena.”, dijo Alfonso Reyes (2008, pp. 74). Por lo que respecta a otro diálogo, el Diálogo de la dignidad del hombre, de Pérez de Oliva con continuación de Cervantes de Salazar, fue concluido a la muerte de Oliva e incluido por Salazar en sus Obras de 1546. Se trata de la primera edición del diálogo, que posteriormente sería vuelto a imprimir por el sobrino de Pérez de Oliva, Ambrosio de Morales. Las Obras reúnen las primicias de la actividad literaria del Cervantes de Salazar, a saber: continuación del diálogo de Oliva, traducción de la Introducción a la sabiduría de Vives y un diálogo de Luis Mexía, Diálogo de Labricio y Portundo sobre la ociosidad y el trabajo; estamos ante el Renacimiento en pleno y ante la incursión del toledano en un humanismo “europeo” adquirido través de la amistad o del encuentro, por lo menos, con los autores que incluye. El Diálogo de la dignidad del hombre de Pérez de Oliva se cifra en el tema de la bondad y la maldad humanas, y da pie al tópico del libre albedrío. Se configura como un edificante recreo del intelecto. Entusiasta partidario del conquistador, en una parte de la “Epístola…” Cervantes pronuncia que sólo a Cortés se debe dar gloria y, dirigiéndose a él hace una consideración hiperbólica al afirmar que la empresa de las Indias se realizó sin la ayuda de rey alguno comparando a Cortés con Alejandro Magno y César, ya que venció a miles de hombres y conquistó gran espacio de tierra. La dedicatoria se aparta del tono y la intención moralizante del Diálogo de Pérez de Oliva; la importancia de éste se desvanece en los ditirambos de Cervantes de Salazar quedando reducido a mero pretexto literario. Disminuye también la figura de Carlos V excluyéndolo tácitamente de la gesta cortesiana. La admiración por el conquistador parece haber sido genuina y se mantendrá a lo largo de la Crónica de la Nueva España, cuando ya ha fallecido Cortés. Alfonso Reyes afirma respecto a Cervantes de Salazar: “Lo mejor de su prosa, educada en la noble escuela de Pérez de Oliva y en la tradición de Luis Vives, se lo llevó a su Crónica de la Nueva España, donde sigue muy de cerca a Gómara, hasta para rectificarlo, y rectificarlo, por cierto, al gusto de los nuevos señores” (2008, pp. 73).

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No se puede negar, o disminuir, la importancia de Cervantes de Salazar en la literatura de ese balbuceante siglo XVI novohispano. Reluce la ciudad de México en sus Diálogos; nos atrapan las sombras de Pérez de Oliva, Vives, del propio Hernán Cortés, gran señor y capitán, nuevo Palmerín de acuerdo con la perspectiva de Salazar en varios momentos de su obra.

Los diálogos burlescos de Gutierre de Cetina Volvamos al género del diálogo en sentido estricto. El tránsito de la cultura renacentista de Italia a España y luego a Indias vía hombres de armas y letras tiene uno de sus ejemplos en otro autor venido a la Nueva España mediando el siglo XVI: Gutierre de Cetina. Su obra poética fue publicada en el siglo XIX por Joaquín Hazañas y la Rúa (1990). Una parte de ella se encuentra recogida en el cancionero Flores de baria poesía (México, 1577). Documenta Hazañas y la Rúa la estancia del poeta-soldado en Italia antes de venir a México, en la corte que se reunía en torno al Príncipe de Ascoli -Antonio de Leyva- y Ferrante Gonzaga, Príncipe de Molfeta. Pero Cetina no se limita a los elevados sonetos, madrigales, canciones y los postulados de Petrarca; tiene en su haber asimismo los diálogos burlescos y paradojas de contenido didáctico de moda en la Italia del XVI, tal el Diálogo de la cabeza y la gorra. Cetina estuvo estrechamente vinculado a la Nueva España, adonde llegó hacia 1550. En cuanto al diálogo, se cree que el manuscrito original se perdió; la única versión conocida es la de Hazañas y la Rúa en su edición de las Obras de Cetina, de 1885. Ignoramos si una copia de este Diálogo de la cabeza y la gorra, que pertenece al grupo de los diálogos renacentistas de filiación lucianesca, llegó también a la Nueva España. Al respecto, apunta José Miguel González Soriano: “Una gorra facunda y muy juiciosa discute con su portadora, una cabeza ignorante y dominada por apariencias” (2000, p. 117). Podemos añadir que la facundia de la insuflada gorra contrasta con la perplejidad de la humillada cabeza, dando lugar a un efecto cómico que conjuga la burla, el escarnio con la intención didáctica.10 El diálogo “lucianesco” de Cetina busca divertir y enseñar mediante el ingenio y las agudezas de la gorra sensata y la cabeza loca, aunque subyace la intención moral.

10 El tema de la cordura/locura ejemplificada respectivamente por los personajes, la gorra y la cabeza, encontrará una derivación en un género doctrinal, el auto sacramental, en alguno de los “autos viejos” del códice formado por Léo Rouanet. La sátira fue, en cambio, objeto frecuente de confiscación y proceso en los siglos XVII y XVII. Hay muestras en el Ramo Inquisición del Archivo General de la Nación, de México. Aparece formalmente en José Joaquín Fernández de Lizardi, a fines del XVIII. Obviamente, no fue género del agrado del Santo Oficio.

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La Dórida de Damasio de Frías Sobradamente conocido, Damasio de Frías, o Dameo, poeta vallisoletano, autor de dos canciones y tres sonetos incluidos en Flores de baria poesía, escribió un Diálogo del amor de evidente factura italianizante (Asensio, 1975, 219-234). El que Damasio de Frías haya circulado en México en algún momento del siglo XVI con sonetos y canciones a la manera petrarquista permite suponer que su Diálogo del amor pudo haber llegado a tierra novohispana. Buen ejemplo es la canción 240 de Flores…que empieza con el verso “Sobre la flaca mano…”, y la anterior, “Riberas del Pisuerga apacentaba” (239), en las que canta a pastoras y pastores. En el soneto 242, “Aquí Dórida yaze./ Todo el choro/ de ninfas a tal nueua suelte el llanto…”, Damasio se dirige a una Dórida, pastora nombrada también en los sonetos del sevillano Gutierre de Cetina y del poeta Vadillo. Me parece revelador que se mencionen como punto de referencia el Tajo, toledano o salmantino, y el Pisuerga de Valladolid, escenario de las quejas del poeta, poniendo de manifiesto el fenómeno de la transmisión poética entre escritores nacidos en lugares diversos (Valladolid, Sevilla, Toledo) a lo largo del siglo XVI. Tras la difusión de la poesía de Damasio de Frías en el ámbito peninsular, esta Dórida cantada y llorada por varios poetas da el salto al otro lado del océano para aposentarse en un cancionero novohispano. No hay que descartar la posibilidad de que en el Diálogo del amor de Frías (impreso en Burgos, 1593, con influencia de León Hebreo y muestra del platonismo florentino) Dórida vendría a ser una alegoría moral. Consignado en dos Índices de autores prohibidos (Lisboa, 1624: Sevilla,1631) y obra de ese hidalgo pobre que fue el poeta Damasío de Frías mencionado por Cervantes, habría encontrado lugar, quizás en alguna colección impresa o en algún acervo novohispano. Concluyo. En la Nueva España del siglo XVI, el terreno estaba abonado para la eclosión del Renacimiento a través del humanismo laudatorio de Francisco Cervantes de Salazar y las producciones de la lírica culta ejemplificadas en el cancionero Flores de baria poesía. No así para la sátira, prosaica y virtualmente transgresora, del diálogo de Cetina. Cuestión de tiempos, gustos e inquisiciones.

Bibliografía Asensio, Eugenio, 1975. “Damasio de Frías y Calero, Francisco, 1996. “Francisco Cervansu Dórida, diálogo de amor. El italianismo tes Salazar, autor de la primera biografía de en Valladolid”, Nueva Revista de Filología Vives”, Epos: revista de filología, 12: 55-64. Hispánica, 24: 219-34. Cervantes de Salazar, Francisco, 1544. Introducción: para ser sabio compuesta en latín:

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por el doctísimo varon Luys Vives buelta en castellano por… Sevilla: Dominico de Robertis. —————, 1554. Commentaria in Ludovici Vives. Exercitationes linguae latinae. Mexici: loannem Paulum Brisensem.

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-Francisco Cervantes de Salazar. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Obras que Francisco Cervantes de Salazar ha hecho, glosado y traducido, 1546. Alcalá de Henares: Juan de Brocar.

Pérez de Oliva, Fernán, 2009. Soplos renacen—————, Francisco, 1780. Introducción y tistas, presentación de Luis Ignacio Sainz. camino/ para la sabiduría, donde se declara México: Coordinación de Difusión Cultuqué cosa sea, Y se ponen grandes avisos ral, Dirección General de Publicaciones y para la vida humana, compuesta en latín por Fomento Editorial, Universidad Nacional el excelente varón Juan Luis Vives/ con mu- Autónoma de México. (Col. Pequeños Granchas adiciones que al propósito se hacían. des Ensayos). Madrid: Por D. Joachin Ibarra Impresor de Plaza y Jaén, Cristóbal de la, 2001. Crónica de Cámara de S. M. [Con las licencias necela Real y Pontificia Universidad de México. sarias. Direcc. de Proveed. e Inventarios]. México: Universidad Nacional Autónoma de —————, 1982. México 1554, trad. de F. México. [Versión paleográfica, proemio, noGarcía Icazbalceta, prol. Margarita Peña. tas y apéndices de Nicolás Rangel. México: México: Trillas (Col. Linterna Mágica 2). 1ª.ed., 1931]. Cetina, Gutierre de, 1990. Obras, intr. y notas Reyes, Alfonso, 2008. Nueva España, próde Joaquín Hazañas y la Rúa, presentación logo de Gonzalo Celorio. México: Fondo de Margarita Peña. México: Porrúa (Col. de Cultura Económica-Fundación para las Sepan cuantos…320). [2ª. ed. en México]. Letras Mexicanas-Cátedra Alfonso Reyes. (Col. Capilla Alfonsina). Flores de baria poesía, cancionero del siglo XVI, 2004. Ed. crítica, prólogo e índices de Relatione/di quanto/e’ suceso/nella cittá di VaMargarita Peña. México: Fondo de Cultura gliadolid./Dopo’ il felicíssimo nascimento Económica (Biblioteca Americana) [3ª, ed; del Principe/di Spagna//Don Filippo Domi1ª, ed. 1980]. nico/ Vittorio/Nostro Sig./ Fin che si finirono le dimostrationi d’ allegrezza, che/per quel García Icazbalceta, Joaquín, 1975. México en si fecero;/ Tradota di lingua Castigliana da 1554. Tres Diálogos latinos que Francisco Cesare Parona,/ Ad instanza di Girolamo Cervantes Salazar escribió e imprimió en Bordóni./ Con Priuilegio, & licenza SupeMéxico en dicho año. México: Antigua Liriori./ In Milano. Per Girolamo Bordoni, & brería de Andrade y Morales. Pietro Martire/Locarni. M.DC. González Soriano, J.M., 2000. “El ‘Diálogo Suárez de Peralta, Juan, 2009. Tratado del entre la cabeza y la gorra’, de Gutierre de descubrimiento de las Indias, estudio preliCetina y su precedente italiano Filotimo”, minar de T. Silva Tena. México: Fondo de Criticón, 80: 117-18. Cultura Económica-CONACULTA. 1ª. ed. Martínez, José Luis, 1992. Hernán Cortés. FCE. [1ª. Ed., 1949]. México: Fondo de Cultura EconómicaVives y Marc, Joan Lluís, 1940. Diálogos. UNAM. (Sección Obras de Historia). [QuinBuenos Aires: Espasa Calpe. to Centenario 1592-1992]. —————, 1565. Introduction de philosoMillares Carlo, Agustín, 1958. Apuntes para phie diuine / de Viues, pour paruenir à la un estudio bibliográfico del humanista vraye cognoissance de sapience chrestienne;

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traduite en françois par M. Guillaume Paradin; et de nouueau reueue et corrigée en plusieurs endroitz outre la derniere impres-

sion; auec vn tres ample indice des matieres principales. En Anuers: de l’imprimerie de Guillaume Silvius.

Resumen: Literatura italiana renacentista del siglo XVI en la Nueva España. El género del diálogo en dos autores españoles: Francisco Cervantes de Salazar y Gutierre de Cetina. Repaso de la biografía y obra de Cervantes de Salazar a través de noticias sobre Luis Vives y Hernán Pérez de Oliva. Consideraciones sobre los poetas del cancionero petrarquista Flores de baria poesía que compusieron asimismo diálogos: Cetina, Hurtado de Mendoza, Damasio de Frías. Poetas/ soldados (ideal de El cortesano de B. de Castiglione) tal Cetina, y eruditos como C. de Salazar. Palabras clave: Renacimiento, Nueva España, eruditos, biografía, poetas, diálogos. Abstract: Sixteen century’s Italian Renaissance literature in New Spain. Dialogues written by two Spanish authors: Francisco Cervantes de Salazar, and Gutierre de Cetina. A review of the biography and works of Cervantes de Salazar through a survey of Luis Vives and Hernán Pérez de Oliva’s writings. Remarks on the authors of “cancionero petrarquista” Flores de baria poesía who also wrote dialogues: Cetina, Hurtado de Mendoza, Damasio de Frías. Writers/soldiers (B. Castiglione’s, Courtisan ideal) as Cetina, and scholars as C. de Salazar. Keywords: Renaissance, New Spain, scholars, biography, poets, dialogues.

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